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UNIVERSIDAD ABIERTA PARA ADULTOS

(UAPA)

RECINTO CIBAO ORIENTAL NAGUA

ASIGNATURA:
Ética Profesional de los Docente

TEMA:
Trabajo Final

PARTICIPANTE
Yulkis Espaillat Ovalle 01-0004

FACILITADORA:
Sofía Sánchez

26 de Febrero 2019, Nagua


Provincia María Trinidad Sánchez
INTRODUCCION

En este presente trabajo de investigación se va a tratar de un análisis del libro Ética y


práctica docente que fue colgado en la plataforma por el facilitador Sofía Sánchez,
en el mismo podremos ver lo que es la educación para la democracia en donde Los
sistemas educativos en la actualidad buscan desarrollar en sus estudiantes
habilidades técnicas en el marco de un conjunto de conocimientos instrumentales,
que son considerados como presupuestos idóneos para afrontar la vida cotidiana.
Por otra parte, lo que son las practicas docentes, la cual consiste en la función
pedagógica (enseñar) y en la apropiación que cada maestro hace de su oficio
(formarse de manera continua, actualizar sus conocimientos, asumir ciertos
compromisos éticos, etc.). También los maestros sobre la ética y su relación con la
práctica pedagógica.
Nuevamente se estaría hablando de las concepciones del maestro sobre la ética en
otros sentidos pedagógicos.
A continuación el cuerpo del trabajo:
1.1 Educación para la democracia: La Ética y La Formación en valores
en el marco del proceso de enseñanza y aprendizaje.
Esto es fundamental para los educadores. Cuando se habla de educación para la
democracia, no se está significando que se van a cambiar las escuelas de una manera
de ser, por otra. Hacer transformaciones en educación no significa, con frecuencia,
hacer nada nuevo; lo que significa es darle una perspectiva distinta a las mismas
cosas que se hacen y en eso consiste la transformación.
Es como cuando una persona se enamora. Se transforma, pero sigue siendo la
misma: hace las mismas cosas, pasa por los mismos lugares, se encuentra con la
misma gente… pero todo lo ve de otra manera. Simplemente mira su universo desde
otra perspectiva; y en eso consiste la transformación.
Si la democracia es una cosmovisión, nadie se la puede dar a una sociedad; la
democracia es una decisión que toma la sociedad. Y esta es una decisión que lo
afecta todo, que lo pregunta todo: Cómo son las relaciones de una pareja
democrática? Cómo son las empresas democráticas? Cómo son las escuelas
democráticas? Cómo son las familias democráticas, las instituciones democráticas,
las organizaciones democráticas?… Esto quiere decir que la democracia, como
cosmovisión, como forma de ver e interpretar el mundo, necesariamente afecta a
toda la sociedad.
Si la democracia es una cosmovisión, o sea una forma de ver el mundo, la
comprensión del concepto de la democracia puede transformar la educación
totalmente. Es por ésto que cuando se habla de educación para la democracia, lo que
se está diciendo es que una sociedad que se decide por la democracia debe
preguntarse cómo tiene que concebir su educación, cómo tiene que diseñar sus
escuelas y lo que allí ocurre, qué transformaciones hay que hacer para formar
ciudadanos democráticos y promover una cultura democrática: formas democráticas
de pensar, sentir y actuar; lo que se conoce también como Ethos Democrático.

IMPORTANCIA DE LA ÉTICA EN LA EDUCACIÓN


La educación se propone lograr en las personas un grado de madurez que permita la
realización del individuo dentro de sus mejores posibilidades de ser obrar, de
acuerdo con su vocación integral humana. La función esencial de la educación es
humanizar, es decir, ayudar al hombre a ser verdaderamente humano. La educación
es una actividad humana del orden de la cultura la cual tiene como finalidad
humanizar, sensibilizar y transformar el hombre.
Se comprende entonces que el objetivo de toda educación genuina es el de
humanizar y personalizar al hombre sin desviarlo, antes bien, orientándolo
eficazmente hacia su fin último. La educación resultará más humanizada en la
medida en que más se abra a la trascendencia, es decir la verdad al sumo bien. El
Vaticano II sintetiza la noción de educación con estas palabras “la educación se
propone la formación de la persona en orden a su fin último y al bien de las
sociedades, de las que el hombre es miembro en cuyas responsabilidades participará
cuando llega a ser adulto”. Educar es fomentar al hombre desde dentro para liberarlo
de los condicionamientos que pudieran impedir vivir plenamente como hombre.
Personaliza al hombre cuando logra que este desarrolle plenamente su pensamiento
y su libertad, haciéndolo fructificar en hábitos de comprensión y de comunión con la
totalidad del orden real por los cuales el mismo hombre humaniza su mundo,
transforma la sociedad y construye la historia. La educación en valores se propone
ayudar al hombre el proceso de su madurez espiritual, la sola educación no hace al
hombre íntegro, sin embargo ella ha de prepararlo para su libre decisión en la fe. Los
fines de la educación integral superan el ideal de un equilibrio simplemente
humanista, pues busca formación total del hombre, la naturaleza y gracia; espíritu y
cuerpo, interioridad y exterioridad, individualidad y sociabilidad.
La educación moral prepara el hombre para la realización integral de su vocación
como hijo de Dios. El hombre de hoy necesita una formación integral, es decir, una
educación que lo haga más humano, más persona. Se trata de educarlo en todas las
dimensiones una de las cuales es la espiritual, ya que educar integralmente es
trabajar porque el hombre toma conciencia de sus posibilidades, suscitar ideales
nobles, motivarlo constantemente por alcanzar la cima y sobre todo apoyar la
búsqueda de mejores relaciones consigo mismo, con las cosas, con los otros y con
Dios. Es decir una educación que abarca al mismo tiempo una dimensión que podría
llamarse horizontal y esta autorrealización la logra el hombre a través de la fe,
entendida como una actitud de respuesta permanente a un llamado que Dios hace a
la persona, y no cuando ya es grande, sino desde el inicio de su existencia. La
respuesta se va realizando a medida que pasan los años si es que la persona así lo
desea. Es pues algo muy dinámico y que le da vida a su verdadero sentido.

Todo oficio o profesión exige de sus miembros una conducta moral, que es algo
distinto al desempeño técnico y eficiente de una profesión .para esto se requiere del
desempeño para que se respete y se cumpla con las normas morales. La importancia
de esta es que descubre en los hombres un valor en la actuación profesional. Este
valor surge como una exigencia de la persona, cualquiera sea su trabajo.
La ética profesional no debería ser motivo de asombro o presunción, ya que debe ser
algo con lo que debemos convivir diariamente, Debemos de estar plenamente
conscientes y convencidos de que la ética se rige bajo principios universales básicos,
Por lo tanto depende de nosotros mismos, el establecer un entorno ético, con nuestra
familia, amigos, y principalmente con nuestros colaboradores.

Formación
La formación profesional considera el conjunto de procesos sociales de preparación
y conformación del sujeto referido a fines precisos para un posterior desempeño
laboral en relación con las demandas sociales. Este proceso formativo tiene lugar en
las instituciones de educación superior y busca que los alumnos obtengan
conocimientos, habilidades, actitudes, valores culturales y éticos, contenidos en un
perfil profesional que corresponde a los requerimientos para el ejercicio de una
profesión.
En psicología, el proceso de enseñanza-aprendizaje debe incluir el abordaje de
aspectos teóricos y actividades prácticas que permitan a los estudiantes la
posibilidad de formarse con las herramientas teórico-metodológicas necesarias para
insertarse en el campo profesional.
1.2 Concepciones y práctica docente.
Para comenzar es importante mencionar que la escuela que se anhela lograr es una
institución educativa en la que los alumnos desarrollen competencias para la vida,
esto quiere decir que los niños adquieran y tengan la capacidad y la habilidad para
desenvolverse de manera adecuada en su vida diaria, resolviendo cualquier situación
problemática que se le presente en cualquier momento.
Debido a lo anterior es importante mencionar la relevancia de las acciones del papel
del docente en la formación de los alumnos, para ello es necesario reflexionar y
concientizarme como docente sobre lo relevante que es la formación continua, por
tal motivo asumo este compromiso y por ello estoy continuando con mi desarrollo
profesional mediante el estudio de esta maestría, la cual me está dando herramientas
y estrategias para resignificar mi práctica docente con el fin de mejorarla.
Una de estas estrategias es la reflexión sobre la práctica, que es un proceso que el
maestro debe usar constantemente para darse cuenta de lo que sucede en el aula y
para autoevaluar su desempeño, con la finalidad de hallar áreas de oportunidad que
se puedan mejorar con una intervención oportuna por parte de él mismo, mediante la
detección de situaciones problemáticas las cuales repercuten en el desarrollo de
competencias en sus alumnos, en el logro de los propósitos planteados en el
desarrollo de un contenido y en el desarrollo profesional del maestro.
La reflexión sobre la práctica es una estrategia que nos permite analizar y
comprender situaciones referentes al proceso de enseñanza, mediante ella el maestro
detecta situaciones en las cuales puede contribuir e intervenir de manera oportuna
para solucionarlas y mejorar su enseñanza.
Las Concepciones del Aprendizaje son aquellas reflexiones que provienen de un
constructo teórico ampliamente investigado. Este artículo se centra en las
Concepciones del Aprendizaje que adopta el alumno en relación a su proceso de
enseñanza aprendizaje. Para autores como Marton (1988), la Concepción del
Aprendizaje seria una serie de conocimientos previos, no referidos a los contenidos
del mismo, sino a la relación de éstos y el pensamiento del aprendiz. El desarrollo de
la concepción del aprendizaje se encuadra dentro de los procesos metacognitivos
que adopta un papel central en el proceso de enseñanza y aprendizaje.
Debido a la importancia de la práctica docente en la formación de ciudadanos éticos
y su respaldo en un discurso moral aplicado a la reivindicación de la subjetividad
para una adecuada construcción social, es importante reconocer aquellos factores
que inciden en la práctica pedagógica.
Olmedo (2012), Caldera, Escalante y Terán (2010), Vargas, Speiser, Chulver, Durán
y Arellano (2003), Barba (2002) y González (2001) destacan los siguientes factores
asociados a la experiencia de los maestros: la formación académica y profesional de
los docentes, su experiencia profesional, las condiciones laborales (económicas,
administrativas y locativas), la dinámica en el aula, el contexto sociocultural e
histórico en el que se desenvuelve tanto el docente como sus estudiantes, y abordan
desde este punto, incluso, las políticas públicas que rigen los sistemas educativos.

1.3 Concepciones de los maestros sobre la ética y su relación con la


práctica pedagógica.
Cuenta Platón, el gran filósofo griego, creador del idealismo, que en las terribles
horas previas a la ejecución de su maestro Sócrates, injustamente condenado a morir
ingiriendo té de cicuta, todos sus alumnos lamentaban la suerte que corría el amado
preceptor, menos el condenado. Uno de los discípulos, en medio de llantos y
lamentaciones se quejó diciendo que lo más injusto y detestable era que a su maestro
lo condenaron siendo inocente. El maestro visiblemente molesto le preguntó: ¿tú
preferiríais verme morir culpable?
Esta anécdota habla de la reciedumbre moral de un hombre, que no sólo fue sabio,
sino con una integridad a toda prueba. Un maestro que decía no era sólo retórica,
pues cuando tuvo que defender sus principios, aún a riesgo de perder la vida como
definitivamente la perdió, se mantuvo firme y sereno, sabedor de tener la razón y la
verdad. Es notable la forma consciente en que este pedagogo asumió que valía la
pena morir defendiendo sus convicciones, delante de sus alumnos.
Es un hermoso ejemplo de lo que debe ser un maestro o maestra. En el ámbito ético
la enseñanza es su vida transparente. Un espejo como el agua cristalina donde
puedan mirarse sus alumnos y alumnas y siempre hallar motivos y acciones que
emular.
Sin lugar a dudas la ética profesional, como una ética aplicada y/o sectorial,
constituye en nuestros días uno de los campos más fructíferos y provocadores para
el profesionalismo. Este viene requiriendo una intensa justificación teórica que sea
capaz de articular las tensiones a las que están sometidos unos profesionales que se
debaten entre sus aspiraciones de justicia social y de bienestar para la ciudadanía y
una sociedad de libre mercado y neoliberalismo. Esta exigencia hace de la ética un
campo de reflexión especialmente sensible, en el que no es aconsejable apoyarse en
planteamientos morales esencialistas, absolutos o con aspiraciones de universalidad.
Con ello me aventuro a proponer la ineficacia de las éticas universalistas que se
pretenden capaces de orientar y hacer actuar a cualquier tipo de profesional y/o a
todos de la misma manera. No quiere decir esto que se obvien los esfuerzos que
desde posiciones más o menos generalistas -la justicia como equidad en Rawls
(1986), la responsabilidad en Jonas (1995), la ciudadanía en Cortina (1997)-, van
enriqueciendo la teoría y las distintas posiciones acerca de la ética a diferentes
ámbitos de acción humana, entre ellas la educación. Lo que vengo a plantear aquí es
la necesidad de seguir reflexionando en la construcción de marcos éticos pensados
desde la trama de contingencias y particularidades de cada uno de los campos y
actores a los que van destinados, aspecto que, por otro lado, no impide su
adscripción en marcos más generales que cuenten con un reconocimiento amplio
(como puedan ser los derechos humanos, los principios y valores democráticos,
etc.).
Pero como apuntaba, lo que me trae hoy aquí no es el deseo de proponerles una
disertación acerca de los fundamentos de la ética, entre otras cosas porque no me
veo capacitado para realizarlo. Lo que vengo a proponerles, modestamente, es una
doble reflexión sobre el papel (o mejor dicho, los papeles) que la dimensión ética
cumple – o puede cumplir- tanto en el proceso de profesionalización de los
educadores sociales como en lo concreto de sus prácticas educativas y sociales. Y
para avanzar les sugiero una doble propuesta.
Por un lado me gustaría que, en este espacio y en un sentido general, entendamos el
terreno de la ética como la producción de principios que orientan las estrategias de
acción y dan sentido a sus formas. Quiero entonces plantear la ética como una
práctica consciente en la que se recrean ciertos principios de acción-actividad y no
como mera adhesión a un orden moral pre-establecido, o como cumplimiento de las
normativas existentes. Esa práctica consciente genera, a la vez que utiliza en una
permanente redefinición de sus límites y posibilidades, un repertorio de saberes
valiosos para quien la practica. Valiosos porque guían y otorgan sentido a lo que
hace quien reflexiona éticamente y pone en práctica esos principios.
En segundo lugar cabe, reiterando el empeño por pensar una ética sectorial, aplicada
y/o recreada, diferenciar entre deontología y ética. Como todos ustedes ya saben, los
vocablos ética y deontología son hoy claramente distinguibles. La deontología se
ocupa de las reglas relacionadas con los comportamientos dentro de una profesión.
La mayoría de las profesiones cuentan con códigos deontológicos, que a su vez
pueden tener o no tener una base ética, especialmente en función de los usos que se
hagan de ellos. A menudo se observa que éstos suelen enfatizar la formulación de
tipo jurídico, tratando de defender los intereses corporativos de la profesión, sin
hacer demasiado caso a otras consideraciones.
Esa es la contradicción y la paradoja en la que viven los códigos deontológicos:
pueden estar animados por una fuerte tensión ética, o dedicarse a fomentar el
corporativismo de la profesión de educador, reforzando ciertas concepciones
burocráticas de la acción profesional y educativa. En cualquier caso, y asumiendo la
relevancia que éstos tienen para el desarrollo profesional, bajo nuestro punto de
vista, un código deontológico no puede sustituir, en ningún caso, a instancia ética,
un marco ético.
A partir de estos dos supuestos me propongo revisar, en primer lugar, algunos
aspectos de la presencia de la deontología en la profesión Educación Social, para
avanzar progresivamente hacia una reflexión sobre un marco ético de la profesión.
Me gustaría finalizar proponiendo, de manera provisoria y parcial, algunos apuntes
acerca de la necesaria presencia del trabajo ético en cada educador. Esta última
cuestión será entendida y recreada desde la perspectiva que Michel Foucault nos
legó en sus últimas obras. En ella cobra relevancia la idea de una ética como trabajo
sobre uno mismo que busca establecer cierta estética de la existencia y que yo
intentaré retraducir a una estética del desempeño educativo.

1.4 Concepciones del maestro sobre la ética: una primera aproximación en una
institución educativa de Barranquilla.
Las concepciones del maestro sobre la ética tienen un impacto decisivo en la misión
de formar una nueva ciudadanía, dado que las concepciones implícitas que los
maestros tienen sobre la ética influyen de manera significativa sobre la ejecución de
sus prácticas pedagógicas. En esta media, la reflexión sobre la ética del maestro se
convierte en tema de interés para la gestión de conocimientos en las relaciones
universidad-empresa como una manera de agregar valor a la sociedad.
La escuela y sus actores desempeñan un papel de principal orden en la construcción
de una sociedad democrática en la que sus ciudadanos como sujetos autónomos y
solidarios encuentren su plena realización. En este proyecto de sociedad la escuela
debe entonces clarificar qué concepción de educación moral promoverá entre sus
educandos y, con arreglo a ese fin, establecer qué medios son los más apropiados
dentro de su tarea de educar y formar.
CONCLUSION

Al finalizar con este trabajo de investigación el cual corresponde a la asignatura


Ética Profesional de los Docentes, pudimos ver muchos puntos de interés y lo
importante que es la ética, su práctica del docente en todo esto de la pedagogía,
obviamente pude darme cuenta de lo involucrado que esta la ética profesional del
docente en los procesos de enseñanza-aprendizaje, ya que a través del mismo
estamos convencidos que la ética del docente en la misma relación dicha
anteriormente provoca cambios a la sociedad a través de la educación.
Anteriormente tuve muchos puntos no claros, pero que ahora gracias a este proyecto
final me di cuenta de lo importante que son, y debido a eso puedo utilizar estas
información para hacer uso formal de la misma en muchos casos o asuntos que
supongo vendrán en el transcurso de mi carrera académica.
Fue de mucha ayuda, comprendí y entendí satisfactoriamente cada uno de los puntos
a tratar.

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