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SINDICALES

Militantes sindicales o
juntavotos.
¿Con quién es el compromiso?.
En estos meses de Consejo de Salario, salen a relucir viejas aspiraciones y
reivindicaciones de los asalariados del país. Luchas cargadas de anhelos, de
esperanza de achicar aunque sea un poquito la injusticia. Mejorar los magros
ingresos y las condiciones de trabajo.
Pero no sólo los trabajadores operan en este periodo de negociación colectiva.
Los sectores empresariales salen duro públicamente. Ellos juegan duro todos
los días, a través de la represión, el miedo, la amenaza, la especulación y el
manoseo. Pero en estos periodos salen a cara descubierta y como conjunto,
con un claro planteo político. Explotar aun más a los trabajadores; eficiencia,
productividad, etc.
Y el gobierno también juega, como fiel de la balanza en este caso. En un
momento histórico donde los trabajadores aún no tienen la organización y
decisión necesaria para torcer el rumbo, la posición del gobierno como “tercero
en discordia” es quien muchas veces termina inclinando la balanza. Y como no
podía ser de otra manera en el marco del capitalismo, el poder político se
articula finamente con el poder económico. Se deben favores mutuos, se
retroalimentan, y por tanto son aliados naturales aunque los discursos puedan
discurrir por diversas literaturas.
La tan manoseada Independencia de Clase.
Otro triste capítulo de esta confusión no siempre bien intencionada, se dio en
estos últimos días al votarse un paro de 24 horas en apoyo a COFE (Sindicatos
Estatales) y en el marco de la Negociación Colectiva de todos los sectores.
Paro que se realizaría desde el mediodía del 6 de octubre, al mediodía del 7 de
octubre, a pedido de los sindicatos industriales, para facilitar la movilización y
que no sea un paro “pa quedarse en la casa”.
Hasta allí todo en orden. Lo complicado es entender el por qué, sale
públicamente el sector llamado “articulación”, que bien podemos definir como la
derecha del movimiento sindical, a declarar que no están de acuerdo con el
paro.
Con Richard Read a la cabeza (un empresario-jefe de personal-sindicalista),
diciendo que van a acatar pero que no comparten. O sea, van a hacer como
que están luchando, ya que no se le puede hacer “esto” al gobierno, que “hay
que saber esperar”.
Una pregunta pertinente sería; ¿para qué estamos los militantes sindicales?.
Cualquiera debiera saber que es para defender los intereses de los
trabajadores, y en esa defensa confrontar con quien sea necesario. No tiene
cabida la cuenta de si le hace bien o no, a tal o cual gobierno o partido político.
Para hacer política partidaria, mas bien deberían poner un comité de base en la
casa, pero no usar los sindicatos para eso.
También se argumentó, queriendo desprestigiar, que era un paro sólo por los
públicos. Primero hacerle acuerdo a estos compañeros, que tanto públicos
como privados, son trabajadores y punto. Trabajadores organizados
defendiendo sus conquistas y pujando la plataforma conjunta del movimiento
sindical. Además, varios gremios industriales acompañaron la propuesta del
paro de 24 hs.
Finalmente, tras varias idas y venidas, terminó saliendo “sin votos en contra”,
un paro de 0 a 0 hs, el día jueves 7. Un paro sin movilizaciones convocadas por
el Pit-Cnt, lo que resulta casi un feriado en el marco del Convenio Colectivo. Se
pone un freno de apuro, de esta forma, a las movilizaciones realizadas por
algunos gremios, paños fríos sobre la conflictividad existente.
En aras de la unidad, se retrajo la combatividad desarrollada. Evidentemente,
para algunos sectores del movimiento sindical, la unidad está condicionada a la
fidelidad con el gobierno. Nada mas lejos de la rica historia de nuestro
movimiento obrero, lesionando duramente la independencia política de nuestra
clase.
¿Qué pasó con el Programa?:
Hubo diversas instancias a la interna de los sindicatos, Congresos de todo el
PIT-CNT, el 2º Congreso del Pueblo con otras organizaciones sociales. De
todos estos ámbitos fueron surgiendo planteos que conformaron el Programa,
aquellos puntos impostergables por los que había que salir a la pelea.
A esto se convocó a la militancia sindical y popular. Presupuesto para la
educación, recursos para un Plan de Vivienda Popular, Frigorífico Nacional
para garantizar el abasto interno de carnes, Flota Pesquera Nacional (cuando
la pesca lleva varios meses de conflicto a causa de un lock-out patronal), y
muchos etcéteras.
Muchos puntos cruciales para materializar cambios a favor de los sectores
oprimidos del país, que implican creación de puestos de trabajo y calidad de
vida para los trabajadores y sus familias. Pero estos puntos que todos
calificábamos de impostergables, se siguen postergando, y una parte
importante del movimiento popular, sale a reproducir el discurso de esperar un
mayor crecimiento para el reparto. El verso mas viejo del capitalismo,
reproducido ahora, desde el abajo.
Ni qué decir, de la situación de varias fábricas cerradas. Quizá la mas
emblemática sea la fábrica de cerámicas Metzen y Sena (800 puestos de
trabajo y todo Empalme Olmos detrás), que ya lleva nueve meses ocupada, en
espera de un préstamo que habilite su funcionamiento de forma cooperativa.
Hasta hace dos años, hubo dinero para prestarle a un patrón mafioso que se
robó todo. Al día de hoy, sigue sin aparecer la voluntad política (no hay
recursos) para el préstamo a los trabajadores, pero sí se le puede dar el triple a
la selección uruguaya y el “proyecto Tabárez”. Parece una locura, pero
efectivamente es así de triste.
Similar situación en la metalúrgica Tecnoluce, y varias textiles, que requerirán
de un mayor apoyo, mas decidido de todo el movimiento sindical.
Aquellos que gustan hablar de la “no prescindencia” en términos políticos del
movimiento obrero. Bueno, es en esos temas donde el movimiento sindical
debe incidir para arrancar soluciones. Eso es tener una política de clase, y no
andar juntando votos cuando llega la elección.
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