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¿Cómo sería la mirada DUA en la evaluación psicopedagógica, cómo serán los informes psicopedagógicos DUA?

Esta reflexión la comparto con más personas dedicadas a la orientación educativa y que como yo se replantean y
cuestionan el modelo psicopedagógico actual, un modelo que apenas ha cambiado desde los años 90, con
etiquetas basadas en clasificaciones clínicas que tienen consecuencias y medidas específicas discriminatorias; un
modelo de apoyos segregadores, que elimina barreras, pero no se basa en la accesibilidad universal ni en el
derecho a una educación inclusiva, equitativa y de calidad. Si las evaluaciones y los informes nos impiden
avanzar hacia la inclusión, si no están basadas en el modelo de calidad de vida, si no garantizan ni la igualdad de
oportunidades ni la accesibilidad universal, si no valoran la autodeterminación de la persona, si se centran en el
déficit, si los dictámenes no garantizan los derechos humanos, si la intervención no es transformadora… ¿qué
hacemos? Revolucionemos este modelo, es el momento de pasar a la acción.

Cuando Jesús Vidal recoge el premio al mejor actor revelación en los Premios Goya, en su discurso habla de
cambio de mirada, de visibilidad, de inclusión y de diversidad: “Señores de la Academia, han distinguido a un
actor con discapacidad, no saben lo que han hecho. Ahora solo se me ocurren tres palabras: inclusión, diversidad
y visibilidad. ¡Qué emoción siento!”. Con este premio se ha visibilizado y valorado la capacidad, no la
discapacidad, como venimos haciendo habitualmente cuando nos centramos en el déficit, en lo que la persona
no sabe o en lo que me molesta.

Este cambio de mirada, necesario para avanzar hacia la inclusión, se basa en eliminar el sistema binario
normalidad/diversidad por el que nos regimos: o eres normal o no lo eres y te pongo una etiqueta que
habitualmente conlleva bajas expectativas. Hablar de una visión humanista de la educación es hablar de
capacidades, de fortalezas, con propuestas que pongan siempre en el centro de la intervención a la persona; es
basarse en un modelo de calidad de vida y de apoyos, en un enfoque centrado en los derechos humanos.

Cuando escribí la entrada “Mirada DUA, una mirada necesaria”, propuse estrategias para conseguir esta mirada
en los docentes, pero esa mirada debe impregnar todos los documentos de centro y, por supuesto, también los
documentos derivados de una evaluación psicopedagógica. Así que yo me pregunto: ¿cómo sería esa mirada
DUA en esta evaluación, cómo serán los informes psicopedagógicos DUA?

Esta reflexión la comparto con más personas dedicadas a la orientación educativa y que como yo se replantean y
cuestionan el modelo psicopedagógico actual, un modelo que apenas ha cambiado desde los años 90, con
etiquetas basadas en clasificaciones clínicas que tienen consecuencias y medidas específicas discriminatorias; un
modelo de apoyos segregadores, que elimina barreras, pero no se basa en la accesibilidad universal ni en el
derecho a una educación inclusiva, equitativa y de calidad. Si las evaluaciones y los informes nos impiden
avanzar hacia la inclusión, si no están basadas en el modelo de calidad de vida, si no garantizan ni la igualdad de
oportunidades ni la accesibilidad universal, si no valoran la autodeterminación de la persona, si se centran en el
déficit, si los dictámenes no garantizan los derechos humanos, si la intervención no es transformadora… ¿qué
hacemos? Revolucionemos este modelo, es el momento de pasar a la acción.

Para llevar la #RevoluciónInclusiva al corazón de nuestro sistema educativo debemos reflexionar sobre todo ello
analizando cómo debe ser esa evaluación, con qué apoyos cuento, cuáles son las barreras y sobre todo qué
pasos valientes voy a empezar a hacer.

Mis cinco pasos valientes son:

 Contribuir a eliminar la segregación de los informes excluyentes que centran la intervención


exclusivamente en el alumnado, con pruebas descontextualizadas que miden aspectos que no tienen en
cuenta el modelo social de la discapacidad. Informes que enumeran las dificultades del niño, de la niña,
de la persona, para justificar una respuesta segregadora.

 No cuestionar a la persona, no centrarme en su déficit, sino en entender las interacciones y


transformarlas para pueda ser ella misma y estar presente ,participando y obteniendo logros en su
contexto natural.

 Cambiar el lenguaje del “tiene dificultad“, “le cuesta“, “incapacidad para“, por el lenguaje de “es capaz
de“, “tiene potencial para“, con una mirada puesta siempre en la capacidad y en las fortalezas.
 Transformar los contextos discapacitantes en oportunidades de aprendizaje para todo el alumnado, con
prácticas inclusivas y modelos organizativos que garanticen una educación inclusiva, equitativa y de
calidad, así como la participación plena de todos, asegurando la justicia social.

 Cuestionarme el rol técnico de experta etiquetadora y pasar a ser asesora pedagógica para la inclusión,
que acompañe en la transformación de los centros como explico en el papel de la orientación en la
inclusión.

Hablar de educación inclusiva es hablar de ética y de justicia social; como escribí en una entrada anterior “frente
al desarrollo moral de Kohlberg que se centra en determinar conductas adecuadas, que nos dice lo que está bien
y lo que no lo está, me quedo con la ética del cuidado de Carol Gilligan, que aboga por la responsabilidad
compartida y la solidaridad. Dos contraposiciones, la justicia y el cuidado; dos ideas, moral y ética”. Dos ideas
que debemos tener en cuenta para repensar la evaluación psicopedagógica,
Perfil del líder educativo. Promotor del cambio inclusivo.

30 DICIEMBRE, 2016 / CORALELIZONDO

Es indiscutible la importancia que el director o directora de un centro tiene en el devenir del mismo. Un tipo de
liderazgo u otro condiciona el que las culturas, políticas y prácticas de un centro sean inclusivas o segregadoras.

Las competencias que debe desempeñar el director/directora vienen reguladas en el art. 132 de la LOE, y para
llevarlas a cabo de forma inclusiva y eficazmente se necesita un liderazgo y un líder con unas características
concretas. Esta reflexión forma parte de la Guía para elaborar un proyecto de dirección desde un enfoque
inclusivo que estoy preparando y que próximamente verá la luz.

¿Qué perfil tiene un buen líder educativo? Un director, una directora de un centro educativo se enfrenta
diariamente a la incertidumbre, no hay dos días iguales, por lo que se precisan docentes proactivos que sepan
gestionar el cambio; docentes eclécticos, conciliadores que actúen de mediadores ante la nueva sociedad global;
docentes curiosos con ganas de aprender, de innovar, de transformar; pero sobre todo, docentes éticos firmes
defensores de los valores inclusivos.

He preparado un decálogo con todas las características que considero debe tener un buen líder educativo que
avala la educación inclusiva y también he relacionado estas características con los hábitos de la mente de Arthur
L. Costa y Bena Kallick, al considerar que el buen líder educativo es una persona que piensa con eficacia y que
destaca por sus conductas inteligentes.

DECÁLOGO DEL LÍDER EDUCATIVO INCLUSIVO

Un líder educativo inclusivo: Es capaz de ilusionar, contagiar. Sabe crear equipos, confía en las personas y las
motiva. Tiene siempre una actitud proactiva que le va a ayudar a anticiparse, a no decaer. Es persuasivo,
empático, escucha y no impone. Es carismático.
Planifica y marca un rumbo, una hoja de
ruta conocida por toda la comunidad educativa. Esta planificación aparecerá en su proyecto de dirección y
estará acorde con el Proyecto Educativo de Centro.

Promueve siempre un clima de respeto favoreciendo las relaciones de toda la comunidad educativa. Es
partidario de una escuela abierta y participativa, una escuela democrática impulsando la participación de las
familias y la sociedad en el centro educativo. Es capaz de fomentar la participación de familias y profesorado en
el centro, creando redes de colaboración.

Gestiona la presión no permitiendo que situaciones adversas le superen. Es capaz de guiar en momentos de
crisis. Elabora planes alternativos y utiliza la proactividad para ello. Es capaz de adaptarse a nuevos entornos,
nuevas situaciones o problemas.

Sabe organizar el tiempo, gestionando reuniones eficaces. Es claro y asertivo en el mensaje. Expresando
las ideas de forma clara y concreta, evitando las ambigüedades.

Actúa como mediador favoreciendo la convivencia en el centro, garantizando la mediación en la resolución de


los conflictos. Posee habilidades comunicativas de escucha activa, conoce y gestiona la diversidad del centro y es
una persona ética.

Es promotor de ideas innovadoras, actúa como líder pedagógico. Es curioso y se interesa por conocer nuevas
estrategias, recursos, tecnologías…

Hábitos de la mente en el líder educativo

Ya he comentado que un buen líder es una persona que piensa con eficacia, es una persona que destaca por
conductas inteligentes y por unos hábitos muy concretos, me refiero a los hábitos de la mente de Arthur L.
Costa y Bena Kallick. Podríamos decir por lo tanto que un líder sobresale en cada uno de esos hábitos. Destaca
por:

 Ser persistente. No se da por vencido, el buen líder sigue actuando, es proactivo, gestiona bien la
presión.

 Maneja la impulsividad. Piensa antes de actuar, promueve climas de respeto y actúa de mediador. Un
buen líder considera las posibilidades antes de actuar, elabora un plan, anticipa los problemas.

 Escucha a los demás con empatía y comprensión puesto que posee habilidades de escucha activa.

 Piensa flexiblemente. Son capaces de cambiar y ofrecer nuevas alternativas cuando aparece nueva
información. Ven y comprenden otras relaciones, consideran puntos de vista alternativos.

 Piensa sobre el pensamiento. El buen líder reflexiona y evalúa sus propias destrezas y estrategias del
pensamiento. Es consciente de sus acciones, del efecto sobre los demás, sobre toda la comunidad
educativa. Pero también es capaz de autoevaluarse, de evaluar su hoja de ruta para corregir y modificar
el plan si es necesario. Reflexiona sobre educación, sobre qué estrategias, planifica, organiza, reflexiona
y evalúa.

 Se esfuerza por lograr la precisión. Es cuidadoso, se esfuerza por trabajar con precisión, aprende del
error y revisa las reglas para mejorar. El buen líder conoce los criterios de calidad y se esfuerza por
lograrlos.

 Cuestionamiento y planteamiento de problemas. Einstein decía que “la formulación de un problema


importa más que su solución” un buen líder es capaz de resolver con eficacia los problemas, de
plantearse preguntas y posibilidades nuevas a problemas conocidos.

 Aplicación de conocimiento anterior a situaciones nuevas. El buen líder aprende de la experiencia,


aprende de los errores, es capaz de transferir significado de una experiencia y llevarla a otra. Actúa para
crear oportunidades.

 Pensar y comunicarse con claridad y precisión. Posee habilidades comunicativas, expresa de forma
clara y asertiva sus ideas.

 Conseguir datos con todos los sentidos. Tienen en cuenta el contexto, el entorno y son capaces de crear
entornos acogedores que creen sentimientos de pertenencia a toda la comunidad educativa.

 Creación, imaginación e innovación. El buen líder es creativo, curioso, lidera la innovación.

 Responder con asombro y admiración. Disfrutan aprendiendo, compartiendo con los demás. Les gusta
resolver cosas y siguen aprendiendo durante toda su vida.

 Aceptación de riesgos responsables. Toleran la confusión y la incertidumbre. Asumen riesgos que les
llevan a generar nuevas ideas.
 El humor es una herramienta útil en las relaciones humanas, suavizan situaciones tensas y hacen más
amenas las intervenciones.

 Pensamiento interdependiente. Es capaz de trabajar con otros, de crear equipos, de fomentar la


participación del profesorado y de las familias en la vida escolar, de crear redes de colaboración.

 Apertura al aprendizaje continuo. El buen líder es curioso, con ganas de aprender, creativo. Aprende de
las experiencias.

En uno de sus aforismos, Jorge Wagensberg dice: “La grandeza del concierto de violín en re de Beethoven está en
el contraste que existe entre la evidente complejidad del sonido y la simplicidad aparente de la partitura“. Para
mí un buen líder es aquél que es capaz de hacer simple lo que es complejo ¿Y para ti?
Febrero. Cambio de mirada

3 FEBRERO, 2019 / CORALELIZONDO

Cuando Jesús Vidal recoge el premio al mejor actor revelación en los Premios Goya, en su discurso habla de
cambio de mirada, de visibilidad, de inclusión y de diversidad: “Señores de la Academia, han distinguido a un
actor con discapacidad, no saben lo que han hecho. Ahora solo se me ocurren tres palabras: inclusión, diversidad
y visibilidad. ¡Qué emoción siento!”. Con este premio se ha visibilizado y valorado la capacidad, no la
discapacidad, como venimos haciendo habitualmente cuando nos centramos en el déficit, en lo que la persona
no sabe o en lo que me molesta.

Este cambio de mirada, necesario para avanzar hacia la inclusión, se basa en eliminar el sistema binario
normalidad/diversidad por el que nos regimos: o eres normal o no lo eres y te pongo una etiqueta que
habitualmente conlleva bajas expectativas. Hablar de una visión humanista de la educación es hablar de
capacidades, de fortalezas, con propuestas que pongan siempre en el centro de la intervención a la persona; es
basarse en un modelo de calidad de vida y de apoyos, en un enfoque centrado en los derechos humanos.

Cuando escribí la entrada “Mirada DUA, una mirada necesaria”, propuse estrategias para conseguir esta mirada
en los docentes, pero esa mirada debe impregnar todos los documentos de centro y, por supuesto, también los
documentos derivados de una evaluación psicopedagógica. Así que yo me pregunto: ¿cómo sería esa mirada
DUA en esta evaluación, cómo serán los informes psicopedagógicos DUA?

Esta reflexión la comparto con más personas dedicadas a la orientación educativa y que como yo se replantean y
cuestionan el modelo psicopedagógico actual, un modelo que apenas ha cambiado desde los años 90, con
etiquetas basadas en clasificaciones clínicas que tienen consecuencias y medidas específicas discriminatorias; un
modelo de apoyos segregadores, que elimina barreras, pero no se basa en la accesibilidad universal ni en el
derecho a una educación inclusiva, equitativa y de calidad. Si las evaluaciones y los informes nos impiden
avanzar hacia la inclusión, si no están basadas en el modelo de calidad de vida, si no garantizan ni la igualdad de
oportunidades ni la accesibilidad universal, si no valoran la autodeterminación de la persona, si se centran en el
déficit, si los dictámenes no garantizan los derechos humanos, si la intervención no es transformadora… ¿qué
hacemos? Revolucionemos este modelo, es el momento de pasar a la acción.

Para llevar la #RevoluciónInclusiva al corazón de nuestro sistema educativo debemos reflexionar sobre todo ello
analizando cómo debe ser esa evaluación, con qué apoyos cuento, cuáles son las barreras y sobre todo qué
pasos valientes voy a empezar a hacer.

Mis cinco pasos valientes son:

 Contribuir a eliminar la segregación de los informes excluyentes que centran la intervención


exclusivamente en el alumnado, con pruebas descontextualizadas que miden aspectos que no tienen en
cuenta el modelo social de la discapacidad. Informes que enumeran las dificultades del niño, de la niña,
de la persona, para justificar una respuesta segregadora.

 No cuestionar a la persona, no centrarme en su déficit, sino en entender las interacciones y


transformarlas para pueda ser ella misma y estar presente ,participando y obteniendo logros en su
contexto natural.

 Cambiar el lenguaje del “tiene dificultad“, “le cuesta“, “incapacidad para“, por el lenguaje de “es capaz
de“, “tiene potencial para“, con una mirada puesta siempre en la capacidad y en las fortalezas.

 Transformar los contextos discapacitantes en oportunidades de aprendizaje para todo el alumnado, con
prácticas inclusivas y modelos organizativos que garanticen una educación inclusiva, equitativa y de
calidad, así como la participación plena de todos, asegurando la justicia social.

 Cuestionarme el rol técnico de experta etiquetadora y pasar a ser asesora pedagógica para la inclusión,
que acompañe en la transformación de los centros como explico en el papel de la orientación en la
inclusión.

Hablar de educación inclusiva es hablar de ética y de justicia social; como escribí en una entrada anterior “frente
al desarrollo moral de Kohlberg que se centra en determinar conductas adecuadas, que nos dice lo que está bien
y lo que no lo está, me quedo con la ética del cuidado de Carol Gilligan, que aboga por la responsabilidad
compartida y la solidaridad. Dos contraposiciones, la justicia y el cuidado; dos ideas, moral y ética”. Dos ideas
que debemos tener en cuenta para repensar la evaluación psicopedagógica,
Mirada DUA, una mirada necesaria.

6 DICIEMBRE, 2018 / CORALELIZONDO

No tendríamos que hablar de inclusión si antes no hubiésemos segregado, si desde el principio nuestra
respuesta ante la diversidad hubiese sido otra, si desde el principio hubiésemos entendido que la normalidad es
un concepto frágil, relativo, si hubiésemos entendido que normal no es lo opuesto de anormal; no tendríamos
entonces que estar hablando de inclusión, sino de educación. Hablar de educación inclusiva, es hablar de una
educación equitativa y de calidad para todo el alumnado y con todo el alumnado, es hablar de eliminar el
sistema binario normalidad/diversidad y sobre todo, hablar de educación inclusiva supone eliminar la exclusión
en y desde la educación, con la participación activa siempre de todo el alumnado.

Hemos normalizado las injusticias y hemos confundido que atención a la diversidad es una atención solo para los
que son diversos, para los que no son normales, reduciendo la diversidad a un aspecto concreto que los
caracteriza y cometiendo el error de clasificar a los niños y niñas con criterios diagnósticos clínicos que
habitualmente conllevan características fijas y estables, agrupándolos por semejanzas comunes o sintomáticas
que muchas veces los docentes no conocen y que los etiqueta como algo anormal, diverso y distinto. Esto nos
lleva a planteamientos pedagógicos iguales y homogéneos para el alumnado normal, y planteamientos
pedagógicos terapéuticos para el alumnado no normal. Altas expectativas para el alumnado normal y bajas
expectativas para el alumnado no normal. Currículo oficial para el alumnado normal y adaptaciones curriculares
para el alumnado no normal.

Para entender qué es y qué supone la educación inclusiva y sobre todo, para poder pasar a la acción, debemos
dejar de llevar a cabo las prácticas excluyentes que se siguen haciendo y que impiden avanzar, cuestionándonos
en primer lugar nuestra frontera entre lo normal y lo no normal, reflexionando sobre nuestros límites difusos o
marcados donde se encuentran las líneas de fuga, los cuestionamientos personales, los desencuentros con
docentes, haciendo de estas fronteras lugares de cambio y transformación.

Para garantizar una educación inclusiva, equitativa y de calidad a todo el alumnado es necesario un cambio de
mirada que nos interpele, que nos cuestione sobre nuestra propia práctica educativa y que nos haga ser
docentes disruptivos dispuestos a llevar a cabo la Revolución Educativa necesaria.
La mirada DUA permite ver a la persona, más allá del diagnóstico que la cosifica, que la segrega y aprisiona. La
mirada DUA permite partir de las fortalezas, de las capacidades de la persona, y se convierte entonces en una
educación con altas expectativas que no se centra solo en las necesidades y dificultades, una educación
personalizada frente a la individualización a la que estamos acostumbrados.

La mirada DUA no conecta con discursos segregadores que parten de posturas bipolares, ni tampoco con
discursos que hablan de normalización desde la diferencia. La mirada DUA promueve espacios donde las
diferencias se diluyen y donde la intervención se centra en la persona y en su calidad de vida conjugando
siempre aspectos cognitivos, emocionales y éticos.

¿Cómo conseguir esta mirada en los docentes?

 Poniendo el énfasis en la equidad y en la calidad, como indicadores del DERECHO EN LA EDUCACIÓN


INCLUSIVA, un derecho para todo el alumnado y que lleva necesariamente a hablar de Diseño Universal
para el Aprendizaje(DUA) y mirar la educación con esos ojos, hablando entonces de mirada DUA, frente
a una mirada integradora que excluye y margina.

 USO PEDAGÓGICO DE LOS ESPACIOS para construir verdaderas aulas DUAque propicien y respeten los
diferentes ritmos de aprendizaje, la capacidad de aprender por sí mismos, aulas que promuevan las
competencias y que desarrollen el pensamiento crítico y creativo en todo el alumnado. Aulas donde
profesorado y alumnado colaboran en el aprendizaje y en la evaluación, frente a aulas tradicionales
donde prevalece la respuesta homogénea basada en una concepción estática y rígida de la enseñanza.

 EDUCACIÓN CENTRADA EN LA PERSONA y partir del portafolio de los talentos para conocer los puntos
fuertes de cada niño, niña, joven, adolescente y fortalecerlos siempre. Todas las personas somos
diferentes y todas tenemos derecho a la educación y en la educación; las propuestas educativas deben
valorar el bienestar de todo el alumnado, respetar su dignidad y eliminar prácticas segregadoras.

 PERTENENCIA, creando un ambiente de clase saludable, amable, acogedor y seguro; esta es la base
para que el alumnado pueda ser y estar, para que la inclusión no sea un premio y para que todo el
alumnado sienta que pertenece, que se le tiene en cuenta.

 FOMENTANDO LA PARTICIPACIÓN de todo el alumnado en el aula con propuestas inclusivas que dan
respuesta a todo el alumnado, lo que necesariamente nos hace diseñar las programaciones de forma
universal, y presentar la información en formatos distintos, proporcionando opciones para: captar el
interés, mantener el esfuerzo, la persistencia, la autorregulación, la percepción, el lenguaje y los
símbolos, la comprensión, la acción física, la expresión, la comunicación y la función ejecutiva; todos
ellos principios del Diseño Universal para el Aprendizaje.

 ÉTICA DEL CUIDADO, la mirada DUA implica ayudar a todo el alumnado en su propio proyecto de vida,
caminar a su lado, no escribir su final. Implica compartir, guiar, ayudar, cuidar. Implica hacer ajustes y
ofrecer apoyos siempre. Implica altas expectativas, cuidar del bienestar de todo el alumnado,
respetando y reconociendo las necesidades de cada uno eliminando las barreras a la presencia, la
participación y el aprendizaje.

Una mirada DUA es una mirada transformadora y que transforma la vida de los nadies, de los ningunos, de los
ninguneados y de sus familias, pero sobre todo es una mirada que logra sociedades más inclusivas.
VIDEOS

UNAMIRADADUA

https://www.youtube.com/watch?v=iX7iAxI34F8

CORAL ELIZONDO

https://www.youtube.com/channel/UCNJ4g_kD1Id9wOe_UPntxmA

AULAS DUA

Aulas DUA. Garantizar una educación inclusiva, es posible.

https://www.youtube.com/watch?v=L73gg8UX6ZE&t=48s

UN PASILLO PARA LA INCLUSION

https://www.youtube.com/watch?v=TzzjuKEQLn0

Prácticas inclusivas. La metáfora del árbol


https://www.youtube.com/watch?v=XAWyCcEXcRY&t=116s

Coral Elizondo. Metodologías activas hacia la


inclusión.
https://www.youtube.com/watch?v=ANx6KxnRDAQ

Aprendizaje Basado en Proyectos. ABP


https://www.youtube.com/watch?v=-pD43AuUo80

Diseño Universal de Aprendizaje


https://www.youtube.com/watch?v=PFqlAnXao4k
Diseño Universal para el Aprendizaje o el DUA
https://www.youtube.com/watch?v=GFBqq98bp6Q

EDUCACIÓN INCLUSIVA.wmv
https://www.youtube.com/watch?v=F8rdXEj6DkM

Programa de integración escolar PIE


https://www.youtube.com/watch?v=8ion7HpeRAU

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