Vous êtes sur la page 1sur 8

Journal of Behavior, Health & Social Issues

vol 2 num 2 Pp. 25-32 11-10 / 4-11


DOI:10.5460/jbhsi.v2.2.26787

El empoderamiento en la vejez
The Empowerment in the Elderly

Ricardo Iacub1 Los autores contribuyeron de manera equiparable al escrito. Dirigir la


correspondencia al primer autor, a la Facultad de Psicología. Universidad
Claudia Josefina Arias2 de Buenos Aires, Victor Martinez 361, Ciudad Autónoma de Buenos
Aires CABA, Argentina, o a los correos electrónicos de los autores:
ricardoiacub@gmail.com y cjarias@mdp.edu.ar
1
Facultad de Psicología. Universidad de Buenos
Aires, Argentina
2
Facultad de Psicología Universidad Nacional de
Mar del Plata, Argentina

Recibido: 9 de marzo de 2010


Aceptado: 26 de octubre de 2010

Resumen

Este trabajo realiza un análisis acerca del empoderamiento en la vejez, incluyendo diversos aspectos con
los que se relaciona y que lo condicionan ya sea negativa o positivamente en esta etapa de la vida. Se
reflexiona en torno a los modos en los que los usos del poder, las representaciones negativas acerca de la
vejez y los modelos que se proponen acerca de ella, inciden en la construcción social de la identidad y en
el desempoderamiento durante esta etapa de la vida. En este sentido, los estereotipos negativos recaen sobre
los adultos mayores, limitándolos y condicionándolos en su modo de ser y de comportarse. Las personas de
edad asumen en muchos casos el lugar desvalorizado y marginal que socialmente se les asigna, ya que es
lo esperado y considerado normal para la vejez. A continuación, se caracteriza el empoderamiento como
un proceso que implica la revisión y problematización de ciertos códigos culturales, produciendo cambios
de orden ideológico y social. Este proceso posibilita el fortalecimiento del autoconcepto de las personas en
él involucradas y la reconstrucción de identidades. Por último, se analiza la relación del empoderamiento
con la participación comunitaria y el surgimiento de variadas organizaciones y redes sociales de adultos
mayores desde las cuales intervienen activamente, toman decisiones, producen transformaciones y se
consolidan como grupo de poder.
Palabras clave: Empoderamiento, envejecimiento, identidad, poder.
Iacub & Arias

Abstract

This paper analyses empowerment at old age, including various aspects which are related or have influence
on it, either negatively or positively. This research analyzes ways in which uses of power, negative represen-
tations and models about old age affect the construction of their social identity and the disempowerment
during this stage of life. In this sense, negative stereotypes about older adults limit and affect their way of
being and behaving. Older people often assume the devalued and marginal place that is assigned to them
for being expected and considered normal for old age. Empowerment is characterized as a process that
involves the review and questioning of certain cultural codes in order to produce social and ideological
changes. This process enables the strengthening of self-concept of people involved in it and the reconstruc-
tion of their identities. Finally, the relationship between empowerment, community participation and the
emergence of elderly people networks is analyzed. In these social organizations, they are actively involved
and they make decisions and changes that allow them to consolidate as a power group.
Keywords: Empowerment, aging, identity, power.

El empoderamiento tiene una importancia funda- de culturas, momentos históricos, cambios de poder,
mental en el incremento del bienestar y la calidad tipos de economías, etcétera.
de vida en la vejez. Sin embargo, múltiples aspectos En la actualidad encontramos valoraciones múlti-
propician, por el contrario, procesos de pérdida de ples aun cuando existan parámetros preeminentes.
poder, así como de las posibilidades de tomar deci- La representación del envejecimiento se encuentra
siones y de resolver los problemas que los involucran. fuertemente negativizada, y se asocia a una visión
En este trabajo se analizan diversos factores que biológica de decrecimiento que reduce una perspec-
generan procesos tanto de desempoderamiento tiva más amplia y compleja acerca de la identidad
como de empoderamiento durante el envejecimiento. de los adultos mayores y con pocos valores positivos
Entre ellos consideraremos, por una parte y como que la cualifiquen. Hallazgos de investigaciones
condicionantes del primero, la representación social recientes han demostrado que variados prejuicios
negativa acerca de la vejez y los modelos a seguir y estereotipos negativos acerca de la vejez, aunque
que basados en ella y a partir del uso del poder, se gocen de amplio consenso, se basan en supuestos
proponen a los adultos mayores. Por otra parte, y que carecen de fundamento científico.
como generadores del segundo proceso, se desa- Butler (1969) construye el término viejismo1 a fin
rrollarán las representaciones positivas acerca de la de presentar las creencias negativas sobre el enveje-
vejez, la participación comunitaria y la conformación cimiento como una suma de prejuicios derivados de
de variadas redes sociales. dificultades psicológicas y sociales en la aceptación
El término empoderamiento tuvo repercusión en del paso del tiempo y la muerte, introduciendo con
el siglo pasado para describir un proceso de cambio ello un giro político en la temática, ya que no solía
político de diversos grupos sociales que reclamaban concebirse entre los clásicos grupos discriminados.
un mayor espacio de decisiones y reconocimiento Levy y Banaji (2004) profundizan en este con-
social.1 cepto, al que denominarán “viejismo implícito”, ya
El término se caracteriza por buscar el incremento que marcan el particular modo de segregación que
de la autonomía y del autoconcepto,2 posibilitando de se extiende sobre tal población. La referencia a lo
esta manera el mayor ejercicio de roles, funciones y implícito del término, aun sin ser nueva en las inves-
derechos que pudieron haberse perdido o que quizá tigaciones sobre prejuicios, pone en evidencia una
nunca fueron posibles. La situación de la vejez, en
relación con los usos del poder, ha sido variable
en la historia occidental, encontrándose momentos 1 El término en inglés es ageism que podría ser traducido como edaís-
históricos de alta valoración e incluso de geronto- mo. Sin embargo este término en español podría ser aplicable a cual-
quier edad. Salvarezza (1988) propuso el término viejismo el cual
cracias y etapas de crítica, denigración y negación describe con precisión el prejuicio y el rol que ocupa el término
de la misma. Sus variaciones pueden leerse en clave “vejez” en las representaciones sociales.

26 Journal of Behavior, Health & Social Issues, vol. 2 num. 2 11-2010 / 4-2011
Empoderamiento en la vejez

particularidad de este prejuicio: no existe un repudio sostenidas en el sentido común; es decir, aquel
explícito al conjunto de los ancianos o a la vejez, que suele mantenerse inexpresado como si fuese
como sí existe por cuestiones religiosas, raciales y la realidad misma (Gramsci, 1972).
étnicas. Por el contrario, las manifestaciones explí-
citas y las sanciones sociales en contra de ciertas Significados y dimensiones del empoderamiento
actitudes y creencias negativas acerca de los más La palabra “empoderamiento” es una traducción
ancianos suelen estar ausentes o si se presentan es del inglés empowerment. La palabra inglesa viene del
bajo el tamiz de la protección y el cuidado. verbo to empower que significa: autorizar, habilitar,
En este contexto, la ausencia de un odio intenso facultar (Smith, Davies & Hall, 1988), mientras que
y explícito hacia los ancianos, por un lado, y una empowerment aparece como un neologismo utilizado
amplia aceptación de sentimientos y creencias nega- para ciertos grupos sociales que buscan asumir poder
tivas por el otro, produce que el rol de las actitudes y control sobre sus decisiones. Por ello, el término ha
y conocimientos implícitos acerca de la edad se torne sido significado como potenciación, apoderamiento
especialmente importante (Levy & Banaji, 2004). o atribución de poder. Cowger (1994) señala que el
Estos mismos sentimientos y creencias suelen empoderamiento se alcanza cuando el cliente logra
aparecer en los adultos mayores y hacen más com- elegir por sí mismo tener más control sobre sus pro-
plejo su articulación como grupo que represente blemas y su vida. Sykes (1995) destaca el objetivo
sus propias demandas y defienda sus intereses y positivo implicado en el término alusivo al sentido
valoración social. de autonomía, sensación de control y satisfacción
Thursz (1995) considera: “El concepto de empo- que alberga el sentirse con poder.
deramiento está basado en la convicción de que Esta suma de significados se sintetiza en dos as-
debería haber una fuerza alternativa contra los mitos pectos centrales. Por un lado, mejorar la capacidad
populares de dependencia sobre las personas ma- para el poder y para la apropiación del mismo; y por
yores” (pp. XI), cuestión que resulta clave para una otro lado, en la modificación de la representación
sociedad más inclusiva al tiempo que es uno de los de un sujeto y en el efecto que aquél tiene en el
factores que determinan la importancia del discurso autoconcepto; razón por la cual resulta preferible
gerontológico actual. el anglicismo, que la palabra apoderamiento que
sólo refleja un aspecto del término.
Las identidades y uso del poder En términos políticos, es un nuevo modelo de
La identidad se estructura con base en discursos confrontación social basado en el potenciamiento
que promueven criterios de edad, género, roles y de grupos que carecían de poder, promoviendo la
posiciones, los cuales sin duda alguna funcionan revisión y transformación de los códigos culturales y
como ordenadores sociales. de nuevas prácticas sociales, propias de sociedades
Toda sociedad debe, para constituirse como tal, multiculturales.
controlar y manejar al otro, someter su voluntad, con Por ello, empoderar implica deconstruir un discur-
base en presupuestos que legitiman ese espacio social. so para volverlo a conformar desde otra ideología
Foucault (1993) propone una lectura del poder y, fundamentalmente, intentando que aquello que
entendida como una malla que estructura cada una de era marginal se vuelva central.
las relaciones humanas, ubicando rangos y jerarquías, Hartsock (1990) sostiene que frente a ciertos
atribuyendo significados a los hechos y a los sujetos, discursos hegemónicos que sitúan el poder de de-
incidiendo muy particularmente en los individuos y terminadas maneras, hay una contrapartida que es el
en sus identidades socialmente construidas. modo generativo, definido como la capacidad que
El modelo disciplinar se asienta en la vigilancia y el tienen algunas personas para estimular la actividad
control del comportamiento basados en cierta norma de otras y elevar su estado de ánimo, o como la
social y en los discursos aceptados; su búsqueda manera de resistir y encontrar una salida distinta al
es moralizante, aun cuando en la época actual se malestar. Kelly (1992) considera: “el término ’empo-
revista con relatos de las ciencias humanas y médicas. deramiento’ se refiere a este ‘poder para’ y que se
Estas políticas conforman modelos de identidad, logra aumentando la capacidad de una persona para
incluso cuando resulten muchas veces invisibles, cuestionar y resistirse al ‘poder sobre’”.

Journal of Behavior, Health & Social Issues, vol. 2 num. 2 11-2010 / 4-2011 27
Iacub & Arias

El empoderamiento implica un proceso de recons- culturales y las teorías implícitas sobre el envejeci-
trucción de las identidades, que supone la atribución miento pueden influir en la autoeficacia durante la
de un poder, de una sensación de mayor capacidad vejez desalentando las expectativas, las metas y los
y competencia para promover cambios en lo per- resultados. Incluso aquellos que tienen expectativas
sonal y en lo social. Esta toma de conciencia de sus positivas sobre su proceso de envejecimiento parecen
propios intereses y de cómo éstos se relacionan con ser vulnerables a la amenaza de los estereotipos
los intereses de otros produce una representación cuando sienten que corren el riesgo de confirmar
nueva de sí y genera una dimensión de un colectivo un estereotipo negativo existente acerca de su grupo
con determinadas demandas comunes. (Steele, 1997). El efecto es un incremento de ansie-
En tal concepción ampliada del empoderamiento, dad y amenaza al yo, lo cual puede interferir con la
cabe observar tres dimensiones (Rowlands, 1997): ejecución de tareas intelectuales y motoras.
La preocupación de ser considerado como parte
1. Personal: supone el desarrollo de la confianza y la de un grupo estereotipado negativamente, con la
capacidad individual, así como deshacer los efec- consiguiente sensación de denigración y rechazo
tos de la opresión interiorizada. Para ello resulta social, desplaza la atención de la tarea y puede obs-
necesario tomar conciencia de las dinámicas del taculizar su ejecución. Existen evidencias empíricas
poder que operan en el contexto vital y promover crecientes de que el funcionamiento intelectual de
habilidades y la capacidad para lograr un mayor los adultos mayores puede declinar si se exponen
control sobre sí (McWhirter, 1991). a estereotipos culturales negativos, mientras que
2. Relaciones próximas: se refiere al desarrollo de la los estereotipos positivos sobre el envejecimiento
capacidad para negociar e influir en la naturaleza pueden ser benéficos (Rice, Löckenhoff & Cars-
de la relación y de las decisiones que se toman tensen, 2002).
dentro de ella. Las experiencias científicas muestran que los es-
3. Colectiva: implica el trabajo conjunto para lograr tereotipos negativos hacia la vejez, en las personas
un impacto más amplio del que podrían haber mayores, generan una sensación de “amenaza” a la
alcanzado individualmente. En este sentido, Da- integridad personal, menor rendimiento a nivel de
bas y Najmanovich (1995) utilizan la noción de la memoria (Levy, 1996), en la capacidad para las
“restitución comunitaria” en tanto implica un acto matemáticas, en el sentimiento de autoeficacia (Levy,
político en que se produce sociedad y se construye Slade, Kunkel & Kasl, 2000), en la capacidad para la
una comunidad con la capacidad para brindar escritura (Levy, 2000) en trastornos de salud (Levy,
sostén, potenciación y resolución de problemas. Slade, Kunkel & Kasl, 2000) y en toda una serie de
retiros anticipados de compromisos y roles laborales
Por último, la base ideológica es uno de los ejes y sexuales (Iacub, 2003, 2006).
centrales de la posibilidad de empoderamiento, ya La explicación de estos déficits se encuentra en
que permite que el sujeto se considere desde un que las personas, al suponer que su rendimiento
sistema de ideas distinto y sea una de las piezas que no será bueno, elaboran estrategias de evitación
permitan su transformación identitaria. de un posible enfrentamiento que podría ser vivido
como traumático o simplemente porque responden
Representaciones negativas de la vejez y su a profecías sociales que suponen que los mayores
relación con el desempoderamiento ya no pueden, no deben, etcétera.
El proceso de confrontación con diversos estereotipos Las experiencias de dominio o fracaso que resultan
sociales negativos minan lenta y progresivamente la de estos mecanismos pueden tener consecuencias
consideración que los mayores tienen de sí mismos, para la autoeficacia, ya que resulta necesaria la
ya que se les identifica con las debilidades intelectual creencia en las propias capacidades para alcanzar
y física, con la improductividad y la discapacidad con éxito un determinado logro (Bandura, 1977).
sexual, entre otras atribuciones negativas, limitando Una de las preocupaciones actuales que más
con ello su autonomía y autoconcepto. seriamente limitan la autonomía y la baja autoesti-
Bandura (1977) desarrolló una serie de investiga- ma es la sensación de menor eficacia en relación
ciones donde focalizó el modo en que las creencias con la memoria. Ello puede producir una deficiente

28 Journal of Behavior, Health & Social Issues, vol. 2 num. 2 11-2010 / 4-2011
Empoderamiento en la vejez

ejecución en tareas de memoria (Cavanaugh, 1990; lidades de morir en los próximos 10 años (Pitkala,
Berry, 1999), menor grado de persistencia y de es- Laakkonen, Strandberg & Tilvis, 2004).
fuerzo cognitivo, así como estados afectivos nega- Otra investigación basada en las anteriores trabajó
tivos (Berry, West & Dennehey, 1989; Berry, 1999; con 1 189 personas de entre 70 y 79 años con un
Berry & West, 1993). La baja autoeficacia respecto a adecuado nivel físico y mental de funcionamiento
la memoria generaría menor persistencia, un escaso durante un periodo de siete años. Los resultados ha-
uso de estrategias anémicas y con mayor probabilidad llados revelaron que aquellos que no se sentían útiles
de distracción por las preocupaciones asociadas a fueron quienes más experimentaron un incremento
un desempeño deficiente. en los niveles de discapacidad y de mortalidad a lo
Levy, Hausdorff, Hencke y Wei (2000) mostraron largo del tiempo, a diferencia de los que nunca o
que los adultos mayores expuestos ante estereotipos raramente se sentían inútiles o improductivos (Grue-
subliminales negativos sobre la vejez aumentaban la newald et al., 2007). El dato más concluyente es que
respuesta cardiovascular. Sobre la misma búsqueda, aquellas personas mayores que no se sienten útiles
una nueva investigación, examinó la relación entre tienen cuatro veces más posibilidades de presentar
las autopercepciones negativas del envejecimiento una discapacidad o fallecer, que los que raramente
y la longevidad. Este estudio, de tipo longitudinal, lo sienten.
fue desarrollado durante 23 años con 660 personas
(338 hombres y 322 mujeres). Se demostró que en las Empoderamiento, organizaciones y redes sociales
personas con mejores percepciones sobre la vejez La integración y la participación comunitarias han
había un incremento de 7.5 años promedio de vida sido consideradas entre los factores que tienen ma-
(Levy, Slade, Kunkel & Kasl, 2002). yor impacto sobre los niveles de calidad de vida en
Otra serie de investigaciones hicieron énfasis en la vejez. Al respecto, en un estudio realizado en la
los efectos que tiene el valor social atribuido a los ciudad de Mar del Plata se constató que los adultos
ancianos: los roles, los propósitos vitales y el senti- mayores consideraban que el disponer de buenas
do de crecimiento personal y de metas y objetivos relaciones familiares y sociales era un aspecto de gran
personales. relevancia para la calidad de vida en la vejez. En este
El reconocimiento de valor y utilidad social incide sentido, 85% lo incluyó como uno de los factores
en un mejor nivel de funcionamiento psicológico y determinantes, y 43% lo ubicó entre los primeros
de la calidad de vida así como disminuye el riesgo de tres lugares (Arias & Scolni, 2005). Los hallazgos de
mortalidad (Ekerdt, Bosse & Levkoff, 1985) o puede otro estudio desarrollado en la misma ciudad mos-
constituirse en un indicador de un envejecimiento traron que los adultos mayores que poseían niveles
exitoso (Fischer, 1995). de participación, integración y apoyo informal más
Una serie de investigaciones articularon el sentirse elevados presentaban las mayores puntuaciones en
necesitados y útiles con la calidad y cantidad de vida. satisfacción vital (Arias et al., 2005).
En Francia un estudio longitudinal realizado en un La formación de redes, la participación en variadas
período de cuatro años demostró que las personas organizaciones y la integración comunitaria tienen
que no se sienten útiles tenían mayores probabilida- estrecha relación con procesos de empoderamiento
des de quedar discapacitadas (Grand, Grosclaude, en los adultos mayores. La participación organizada
Bocquet, Pous, & Albarede, 1988). En Japón se llevó aumenta las posibilidades de resolver los problemas
a cabo una investigación que demostró que las per- que los involucran, de tomar decisiones y de mejorar
sonas mayores de 65 años o más que no se sienten sus condiciones de vida.
útiles a la sociedad, a diferencia de aquellos que sí En las últimas décadas, las organizaciones de
lo sienten por realizar tareas de voluntariado social u adultos mayores han surgido y se han multiplicado
otras, tenían dos veces más posibilidades de morir en de manera considerable. En la actualidad existen
los siguientes seis años (Okamoto & Tanaka, 2004). múltiples grupos y redes de personas de edad tanto
Un estudio similar se desarrolló en Helsinki, donde a nivel nacional como internacional. Muchas de
hallaron que las personas de 75 años y más que se ellas se han formado de manera autogestiva y con
sienten necesitadas por los otros, a diferencia de distintos fines. Mientras en algunos casos el motivo
aquellas que no lo sienten, tenían menos probabi- de su creación ha sido explícitamente reivindicatorio

Journal of Behavior, Health & Social Issues, vol. 2 num. 2 11-2010 / 4-2011 29
Iacub & Arias

y se han caracterizado por la lucha por garantizar al sujeto como un agente, con una multiplicidad
sus derechos, en otros el mismo ha sido simplemente de representaciones ideológicas contradictorias y
generar espacios de reunión, de realización de acti- posiciones frente a las cuales éste debe negociar el
vidades culturales, sociales, deportivas y recreativas. reconocimiento de su identidad (Alcoff, 1988). Sien-
La participación en este tipo de organizaciones do de notar cómo el mismo proceso que construye
y de redes de adultos mayores brinda la posibilidad sujetos dominados, establece sujetos que resisten
de ser agentes en el análisis de sus problemas, en (Katz, 1996), y como los efectos nocivos relativos a
la búsqueda de soluciones, en el incremento de la los estereotipos sobre la vejez pueden modificarse
autoconfianza y de la competencia (Gracia-Fuster, en contextos que promuevan representaciones más
1997), así como en los logros de desarrollo y for- positivas sobre los mismos.
talecimiento individual y social. En definitiva, inde- Una de las mayores contribuciones que han reali-
pendientemente del fin por el cual hayan surgido, zado las investigaciones recientes dirigidas al estudio
la creación, el sostenimiento y la participación en de aspectos positivos en la vejez ha sido el cuestio-
estas redes son a la vez causa y consecuencia del namiento reiterado y fundamentado de una amplia
empoderamiento de los propios adultos mayores, variedad de falsos supuestos acerca de esta etapa
en los que amplían su capacidad de participación vital. Al respecto, diversos trabajos han mostrado
política y social y los proyectan como grupo de que los adultos mayores pueden ser felices (Lacey,
presión y de poder (Gascón, 2002). Smith & Ubel, 2006; Wood, Kisley & Burrows, 2007;
Carstensen, Pasupathi, Mayr & Nesselroade, 2000),
Conclusiones disponer de recursos de apoyo social suficientes
(Arias, 2009; Arias & Polizzi, 2010), disfrutar de
El empoderamiento resulta, por un lado, impreciso su sexualidad, sentir elevados niveles de bienestar
por su amplitud para determinar cuáles son los ele- (Carstensen & Charles, 1998), estar satisfechos con
mentos que resultan efectivamente contenidos en sus vidas y poseer múltiples fortalezas personales
su definición; pero, por otra parte, resulta central (Arias, Castañeiras & Posada, 2009) entre otros
poder destacar la incidencia que tienen los prejuicios aspectos positivos.
y estereotipos sociales sobre determinados grupos En este sentido, el concepto de empoderamiento,
aminorados socialmente (Moscovici, 1976), en la en tanto modificación de un orden ideológico y
disposición de poder sobre sí, en la posibilidad de social que puede limitar y estereotipar al anciano,
darse su propia norma (autónomos) y en el recono- puede convertirse en una posibilidad de darse una
cimiento de la capacidad para seguir disponiendo figuración identitaria.
de su vida.
Reconocer estos dos aspectos, autonomía y au- Referencias
toconcepto, como ejes del empoderamiento resulta
de la interacción que existe entre ambos términos, Alcoff, L. (1988). Cultural feminism versus post struc-
ya que sobre “los mitos de dependencia” (Thursz, turalism: The identity crisis in the feminist theory.
1995) resulta necesaria una transformación ideológica Signs, 13, 405-36, available via: http://dx.doi.
tanto de los adultos mayores como del conjunto de org/10.1086/494426
la sociedad para que el sujeto “crea” que es posible Arias, C. (2009). Deconstruyendo supuestos acerca
disponer de mayores niveles de autonomía. del apoyo social en la vejez. Trabajo presentado
En este sentido, el sujeto no es un ente pasivo, en el I Congreso de la Cátedra de Psicología de
sino que es el motor de cambio a los modelos que la Tercera Edad y Vejez. Envejecimiento y Vida
sobre él se plantean. En la medida en que el sujeto cotidiana, septiembre, Buenos Aires.
toma consciencia de su padecimiento, en cuanto Arias, C. et al. (2005). Análisis de la integración y
objeto de una determinada concepción de la realidad, participación comunitaria de los beneficiarios
puede volverse capaz de subvertir el orden que lo de los sistemas formales e informales de apoyo
victimizaba (Iacub, 2003). social a adultos mayores en relación con la
El sujeto es a la vez una construcción y un agente satisfacción vital en la vejez. En L. Golpe, &
social. La construcción de las posiciones implica C. Arias (Eds.), Sistemas Formales e Informales

30 Journal of Behavior, Health & Social Issues, vol. 2 num. 2 11-2010 / 4-2011
Empoderamiento en la vejez

de Apoyo Social para los Adultos Mayores (pp. 655, available via: http://dx.doi.org/10.1037//0022-
55-80). Mar del Plata: Suárez. 3514.79.4.644
Arias, C., & Polizzi, L. (2010). La red de apoyo social Cavanaugh, J. C. (1990). I believe, therefore I can:
en la vejez. Pérdidas e incorporación de nuevos Self-efficacy beliefs in memory aging. En E.
vínculos. Interpsiquis. (2010). Extraído el 3 de E. Green & E. A. Lovelace (Eds.), Advances in
marzo de 2010, disponible vía: http://hdl.handle. Psychology (pp. 488-507). Amsterdam: North-
net/10401/934 Holland, available via: http://dx.doi.org/10.1016/
Arias, C., & Scolni, M. (2005). Evaluación de la ca- S0166-4115(08)60788-8
lidad de vida en los viejos en la ciudad de Mar Cowger, Ch. (1994). Assesing client strengths: clinical
del Plata. En C. Miranda (Ed.), La ocupación en assessment or client empowerment, Social Work,
la vejez. Una visión gerontológica desde Terapia 39 (3), 262-268.
Ocupacional (pp. 55-68). Mar del Plata: Suárez. Dabas, E., & Najmanovich, D. (1995). Redes el len-
Arias, C., Castañeiras, C., & Posada, M. C. (2009). guaje de los vínculos. Hacia la reconstrucción
¿Las fortalezas personales se incrementan en la y el fortalecimiento de la sociedad civil. Buenos
vejez? Reflexiones acerca del capital psíquico. Aires: Paidós.
En R. Iacub et al., Desafíos y logros frente al bie- Ekerdt, D.J., Bosse, R., & Levkoff, S. (1985). An empirical
nestar en el envejecimiento (pp. 31-39). Buenos test for phases of retirement: Findings from the
Aires: Eudeba. Negative Aging Study. Gerontology, 40, 95-101.
Bandura, A. (1977). Self-efficacy: toward a unifying Fischer B. J. (1995). Successful aging, life satisfac-
theory of behavioral change. Psychological Re- tion, and generativity in later life. International
view, 84, 191-215, available via: http://dx.doi. Journal of Aging and Human Development, 41,
org/10.1037/0033-295X.84.2.191 239-250, available via: http://dx.doi.org/10.2190/
Berry, J. M. (1999). Memory self-efficacy in its social HA9X-H48D-9GYB-85XW
cognitive context. En T. M. Hess, & F. Blanchard- Foucault, M. (1993). Las redes del poder. Buenos
Fields (Eds.), Social cognition and aging (pp. Aires: Almagesto.
69-96). San Diego: Academic Press, available Gascón, S. (2002). Argentina: Políticas y programas
via: http://dx.doi.org/10.1016/B978-012345260- para personas adultas mayores. Santiago de
3/50005-7 Chile: CEPAL/CELADE.
Berry, J. M., & West, R. L. (1993). Cognitive self- Gracia-Fuster, E. (1997). El apoyo social en la inter-
efficacy in relation to personal mastery and vención comunitaria. Barcelona: Paidós.
goal setting across the life span. Special Issue: Gramsci, A. (1972). Selections from the prison no-
Planning and control processes across the life tebooks. (Q. Hoare y N. Smith, Trans.). Nueva
span. International Journal of Behavioral Deve- York: International Publishers. (Trabajo original
lopment, 16, 351-379. publicado en 1972).
Berry, J. M., West, R. L., & Dennehey, D. M. (1989). Grand, A., Grosclaude, P., Bocquet, H., Pous, J., &
Reliability and validity of the Memory Self- Albarede, J. L. (1988). Predictive value of life
Efficacy Questionnaire. Developmental Psycho- events, psychosocial factors and self-rated health
logy, 25, 701-713, available via: http://dx.doi. on disability in an elderly rural French population.
org/10.103//F0012-1649.25.5.701 Social Science & Medicine, 27 (12), 1337-1342,
Butler, R. N. (1969). Age-ism: Another form of bigotry. available via: http://dx.doi.org/10.1016/0277-
The Gerontologist, 9, 243-246. 9536(88)90198-0
Carstensen, L. L., & Charles, S. T. (1998). Emotion Gruenewald, T. et al. (2007). Feelings of usefulness
in the second half of life. Current Directions in to others, disability, and mortality in older adults:
Psychological Science, 7, 144-149, available via: The MacArthur study of successful aging. The
http://dx.doi.org/10.1111/1467-8721.ep10836825 Journals of Gerontology Series B: Psychological
Carstensen, L., Pasupathi, M., Mayr, U., & Nes- Sciences and Social Sciences, 62, 28-37.
selroade, J. (2000). Emotional experience in Hartsock, N. (1990). Foucault on power: a theory for
everyday life across the adult life span. Journal of women? En L. J. Nicholson (Ed.), Feminism/Post-
Personality and Social Psychology, 79 (4), 644- modernism (pp. 157-175). New York: Routledge.

Journal of Behavior, Health & Social Issues, vol. 2 num. 2 11-2010 / 4-2011 31
Iacub & Arias

Iacub, R. (2003). La Post-Gerontología. La política Pitkala, K.H., Laakkonen, M. L., Strandberg, T. E.,
de las edades. Revista de Trabajo Social Pers- & Tilvis, R.S. (2004). Positive life orientation
pectivas. Notas sobre Intervención y Acción as a predictor of 10-year outcome in an age
Social, 8, 12, 31-40. population. Journal of Clinic Epidemiology, 57,
Iacub, R. (2006). Erótica y Vejez. Perspectivas de 409-414, available via: http://dx.doi.org/10.1016/
occidente. Buenos Aires: Paidós. S0895-4356(03)00348-2
Katz, S. (1996). Disciplining old age: the formation of Rice, C., Lockenhoff, C.,  & Cartensen, L. (2002).
gerontological knowledge. Virginia: University En busca de independencia y productividad:
Press of Virginia. cómo influyen las culturas occidentales en las
Kelly, L. (1992). The contradictions of power for explicaciones individuales y científicas del en-
women. Trabajo presentado en la NFHA Wo- vejecimiento. Revista Latinoamericana de Psi-
men and Housing Conference. Manuscrito no cología, 34, 1-2.
publicado. Rowlands, J. (1997). Questioning Empowerment.
Lacey, H. P., Smith, D. M., & Ubel, P. A. (2006). Hope Oxford: Oxfam.
I die before I get old: mispredicting happiness Salvarezza, L. (1988). Psicogeriatría. Teoría y clínica.
across the adult lifespan. Journal of Happiness Buenos Aires: Paidós.
Studies, 7, (2), 167-182, available via: http://dx.doi. Smith, C., Davies, G., & Hall, H. (Eds.) (1989). Lan-
org.10.1007/s10902-005-2748-7 genscheidt Diccionario Internacional Español-
Levy, B. (1996). Improving memory in old age by im- Inglés, Inglés-Español. New York-Berlin-Munich:
plicit selfstereotyping. Journal of Personality and Langenscheidt.
Social Psychology, 71, 1092-1107, available via: Soliverez, C. (2005). Autoconcepto y satisfacción
http://dx.doi.org/10.1037//0022-3514.71.6.1092 vital en adultos mayores. En L. Golpe & C. Arias
Levy, B. R. (2000). Handwriting as a reflection of (Eds.), Sistemas Formales e Informales de Apoyo
aging self-stereotypes. Journal of Geriatric Psy- Social para los Adultos Mayores (pp. 251-277).
chiatry: A Multidisciplinary Journal of Mental Mar del Plata: Suárez.
Health and Aging, 33, 81-94. Steele, C. M. (1997). A threat in the air: How stereoty-
Levy B., & Banaji, M. (2004). Implicit ageism. En T. pes shape intellectual identity and performance.
Nelson (Ed.), Ageism: Stereotyping and prejudice American Psychologist, 52, 613-629, available via:
against older persons (pp. 49-75). Massachusetts: http://dx.doi.org/10.1037//0003-066X.52.6.613
The Mit Press. Sykes, J. (1995). A Second Opinion. En D. Thursz,
Levy, B., Hausdorff, J., Hencke, R., & Wei, J. (2000). Ch. Nusberg & J. Prather. Empowering older
Reducing cardiovascular stress with positive people. An international approach. (pp. 47-50).
self-stereotypes of aging. Journal of Gerontology, Westport: Auburn House.
55B, 205-213. Thursz, D. (1995). Introduction. En D. Thursz, Ch.
Mc Whirter, E.H. (1991). Empowerment in counse- Nusberg & J. Prather. Empowering older people.
ling. Journal of Counseling and Development, An international approach. (pp. XI-XIV). Wes-
69, 222-227. tport: Auburn House.
Moscovici, S. (1976). Psychologie des minorités ac- Wood, S., Kisley, M., & Burrows, L. (2007). Looking
tives. París: P.U.F. at the sunny side of life: age-related change in an
Okamoto, K., & Tanaka, Y. (2004). Subjective Use- event-related potential measure of the negativity
fulness and six year mortality risks among el- bias. Psychological Science, 18 (9), 838-843.
derly persons in Japan. Journal of Gerontology
Psychological Sciences, 47, 246-249.

32 Journal of Behavior, Health & Social Issues, vol. 2 num. 2 11-2010 / 4-2011

Vous aimerez peut-être aussi