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METODOS PARA INDUCIR

PARTO EN BOVINOS
Ginecología y obstetricia

Dr. Marcos Pedreros


Kim Brand
Aylin Guarda
Fernanda Flores
28 de octubre de 2018
“Inducción de parto, inicio artificial de la primera y siguientes fases del
parto, para obtener una cría sana y viable”

Introducción

Aunque es una practica poco usual en el ganado bovino, algunas ocasiones


los médicos veterinarios se ven obligados a adelantar el alumbramiento
por diversas razones.
La inducción del parto a la vaca debe hacerse cuando el ternero es muy
grande o cuando hay alguna complicación que involucra la salud o
bienestar de la madre o ternero.

Consideraciones

La inducción de parto no debe realizarse antes de los 270 días, esta se lleva
a cabo por medio de medicamentos inyectables intramusculares, con un
protocolo diseñado que semeja las hormonas del parto de la vaca, una vez
inyectados el parto debiera ocurrir en un lapso de 24 a 50 hrs.
El principal efecto secundario para todos los tratamientos empleados para
inducir parto es la retención de placenta.
Que usaremos

Se utilizaron en principio estrógenos, oxitocina, inyecciones de calcio, etc.,


así como estimulantes del sistema simpático a fin de conseguir tecnología
eficaz para desalojar el feto del claustro materno a voluntad. Este
planteamiento tiene indicaciones biológicas cuando se trata de partos de
fetos de gran tamaño en los que la continuación de la gestación pone en
peligro la fisiología del parto e incluso la vida de la madre. En otras
circunstancias: partos a feto muerto, anomalías, hidrocefalias, etc.,
patologías que en este momento pueden descubrirse prematuramente
mediante los medios de exploración modernos. El parto inducido cobra
singular interés, en la muerte del feto y retención de este, generando
piometras, serómetras, fetos momificados, etc.
Inducción al parto mediante corticoesteroides Es bien sabido que una de
las causas sino la principal- en virtud de las cuales se interrumpe la
gestación y comienza el proceso del parto (dinámica de este) es
sencillamente, la elevación de los corticoides en el propio feto, como
consecuencia de estímulos recogidos por el eje hipotálamo-hipofisario
dentro del mismo e incluso por inducción a estas mismas respuestas por lo
que se refiere a la madre. La inyección de corticoides es sencillamente la
técnica científica que se utilizó en primer lugar al referido efecto. Su
aplicación fue puesta en práctica tan pronto como se conoce el efecto de
los niveles de corticoides
fundamentalmente las inyecciones de trimetilacetato de dexametazona
(20 mg.), flumetazona (5'10 mg), triamcinolona (30 mg.) hidrocortisona
(260 mg.), etc. en la vaca. El parto inducido sobre colectivos importantes
de ganado vacuno lechero fue realizado por el profesor ADAMS de 1969 a
1975 mediante la dexametasona (20 mg.). En una primera experiencia
llevada a cabo con 22 hembras parieron puntualmente 19, entre las 22 y
56 horas después del tratamiento con un promedio de 45 horas de
intervalo. Lo más interesante de esta investigación fue observar que todas
las vacas que parieron bajo este estímulo retuvieron la placenta (RP), salvo
una en que la gestación estaba a término.
Desde el punto de vista científico se ha podido demostrar que este
tratamiento actúa elevando notablemente el nivel de corticoesteroides,
por lo cual actúa fisiológicamente en el desencadenamiento normal del
parto. A partir de este planteamiento se olvida la inducción del parto en
base a corticoesteroides, cuyo inconveniente fundamental no sólo era la
retención placentaria sino un porcentaje elevado de muerte fetales (15-20
%) puesto que tras el referido tratamiento si es cierto que los animales se
preparan fisiológicamente para el parto (mayor intensidad en la relajación
ligamento, ligamento sacrociático, edematización de la vulva, mejor
preparación de canal del parto, mayor congestión de la glándula mamaria,
etc.). Sin embargo, los terneros recién nacidos comienzan a experimentar
cuadros digestivos caracterizados, en primer lugar, por diarreas,
deshidratación y posteriormente complicaciones infecciosas como
consecuencia de la disminución de las defensas.
La tecnología recomendable es la siguiente: inyección intramuscular de 0.5
mg. (2 ml de estrumate u otra prostaglandina de acción luteolítica). El
parto tiene lugar a las 30-45 horas después de la inyección con ligeras
variaciones. En este sentido se recomienda la inyección durante la noche a
fin de que hacia el mediodía tenga lugar la presencia de los partos de esta
manera programados. A las dos horas del parto, cuando el animal al cabo
de eliminar la mayor parte de los líquidos del mismo (anexiales,
hemorrágicos, etc.) se sitúa en el útero 120-150 ml. de lidocaína al 2,5 %
dado el efecto profiláctico respecto a la RP que ofrece el referido
tratamiento. En caso de que la expulsión de la placenta no tenga lugar
puede repetirse el tratamiento cada ocho horas, consiguiéndose de esta
manera cortar prácticamente toda complicación referente a la retención
placentaria.
Conclusión

Los métodos anteriormente mencionados son los más recomendados,


usados y seguros para la inducción de parto en ganado bovino.
Con la inducción de parto, economizaremos en manejo, higiene y
mercadeo, también reduciremos las distocias, ayudaremos a los neonatos
de alto riesgo y agruparemos los partos, debemos recordar que siempre
existe la posibilidad de retenciones placentarias.
Lo importante de la inducción de parto, es que el proceso de parto sea lo
más rápido y sin complicaciones que involucren la salud y bienestar de los
animales involucrados, tanto en la vaca como la cría.

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