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Individualismo. La acción colectiva funciona para los individualistas.

personas comunes, organizándolas para que se adapten y tengan éxito. Norteamérica,


trabajando muchísimo para que puedas adaptarse individualmente, les permite tener
éxito.
—James Fallow
The Atlantic Monthly

Los norteamericanos siempre han sido contrarios a los grupos; sus héroes
desde hace mucho tiempo han sido los cowboys que renegaban de la
sociedad, que se abrían su propio camino. Como resultado de esto,
cuando se produjo de impacto de los productos de calidad japoneses
en el mercado norteamericano en las décadas de 1970 y 1980, sugiriendo
la superioridad del enfoque japonés más uniforme en el trabajo, se
produjo algo parecido al pánico. ¿Los trabajadores norteamericanos
deberían renunciar a su duro individualismo para tener éxito en el nuevo
orden económico?

En realidad, la elección no estriba entre la acción individual y la acción


correctiva, aunque los primeros “expertos” en el campo de la calidad
rechazaron a muchos hombres de negocios norteamericanos (directores
y subdirectores por igual) planteando el debate de esa manera. La mejor
elección consistía en diseñar un método de acción colectiva que
permitiera cierta libertad a los talentos individuales. Dirigidos
adecuadamente, los norteamericanos pueden actuar, y lo hacen, de
acuerdo con sus mejores intereses. Sin embargo, insistirán en que
consideren sus opiniones individuales y que se les otorgue independencia
de acción cada vez que sea posible. Y así se ha funcionado en
Norteamérica desde hace tiempo.

Un caso ilustrativo sucedió hace más de 200 años. Antes de la llegada de


barón von Steuben a Valley Forge, en el invierno de 1777, el ejército
norteamericano normalmente resultaba ineficaz. Formado
principalmente pro hombres contratados por un año, era capaz de tener
algunos momentos brillantes pero el éxito a largo plazo parecía fuera de
su alcance. Los hombres sólo querían cumplir su contrato nada más.

La introducción de un general prusiano (sobre todo uno con las


credenciales como las de Steuben) no parecía una buena jugada.
Después de todo, los prusianos eran bien conocidos por su estilo
autocrático de liderazgo. Por suerte, von Stueben no era un prusiano
común.

Su sabiduría (y su éxito) se basaron en el reconocimiento de que el


soldado norteamericano con el que estaba tratando eran muy diferente
del europeo. Los soldados europeos habían sido entrenados durante
largo tiempo para desplazarse y luchar como un unidad sin preguntar.
Los norteamericanos en cambio querían saber “por qué”. Así que von
Steuben les explicaba todo detalladamente y ellos escuchaban.

Los norteamericanos querían entrenarse antes de que se les asignara las


tareas, de manera que von Steuben les entrenó, añadiendo una nota de
humor que su inglés defectuoso ampliaba.

Las comunicaciones abiertas no suponían que los soldados no pasaran


por prácticas exhaustivas y que no arriesgaran realmente sus vidas
cuando era necesario. Significaba que eran tratados como parte de la
solución, como seres humanos racionales que podían contribuir y a
quienes debería escucharse.

Después del invierno en Valley Forge, el ejército de la revolución


norteamericana, instruido por von Steuben nunca fue derrotado.

Hay muchos ejemplos de la actividad en grupo en la cultura


norteamericana: desde las caravanas de carretas hasta las reuniones de
amigas para hacer colchas y construir granero, padres y maestros. En
muchos aspectos resulta más fácil y más natural empezar a actuar
independientemente si se es un individualista que juzga cuándo y cómo
sus actos pueden contribuir al esfuerzo de un equipo y no alguien cuya
identidad depende de un equipo. El individualismo norteamericano es
una ventaja.

Fuente original: Townsend P. L. y Gebhart J. E (1994). Calidad en acción. 93 lecciones


sobre liderazgo, participación y medición. Barcelona, España: Paidós.

Transcrito y adaptado por El Profe Charly: www.elprofecharly.com

Notas del Profe Charly:


[*] Un liderazgo autocrático es aquel donde las decisiones y el poder solo se concentran en una sola persona:
el líder. Es decir, es el típico liderazgo al que estamos acostumbrados y es muy característicos de los
ambientes militares o religiosos.

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