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Facilitador: Participante:
Nestor Puerta Raulymar Hernández
CI: 23.567.532
Marzo, 2018
Introducción
La corteza cerebral es una capa de neuronas que recubre los hemisferios cerebrales. En
ella se encuentran las áreas funcionales del cerebro que permiten al humano ejercer
funciones numerosas y complejas. Estas áreas interpretan los impulsos homónimos,
regulan la actividad muscular e intervienen en los procesos emocionales e intelectuales.
El estudio de estas áreas de remontan a 1861 con las observaciones de Broca quien
relacionó la afasia con lesiones en la base de la circunvolución frontal inferior. En 1949
se descubrió una estructura situada a lo largo del tallo encefálico y región encefálica,
espacialmente adaptada por su constitución anatómica y funcional para cumplir el papel
de mecanismo activador de la corteza cerebral, esta fue bautizada como formación
reticular. Esta estructura tiene un rol fundamental en la regulación del nivel de conciencia.
Es decir, su trabajo está relacionado con el ritmo circadiano y la aparición y desaparición
del sueño.
Para hablar de la actividad cerebral y neuronal también se debe hacer referencia a las
ondas cerebrales, es decir, las oscilaciones en la actividad eléctrica. El concepto de
oscilación en la actividad de las neuronas hace referencia a los diferentes ritmos y
frecuencias que expresa la actividad eléctrica en el sistema nervioso central.
1. Formación reticular
La formación reticular recibe dicho nombre porque, como otras estructuras encefálicas,
se le bautizó de acuerdo a la descripción de lo que vieron los primeros anatomistas al
observarlo, es decir: “una intrincada red de neuronas distribuidas por la zona central del
tronco del encéfalo y atravesada por una espesa red de fibras que las un aspecto de
retícula” (Alonso et al., 2009, p. 261). Debido a esta observación, durante muchos años
se creyó que la formación reticular estaba formada por una población enorme de células
diseminadas, pero en la actualidad, muchos coinciden en que las neuronas reticulares
se agrupan en unos cien núcleos con límites más o menos definidos.
Una red complicada de circuitos localizados en el centro del tronco del encéfalo
que se extiende desde el mesencéfalo rostral hasta el bulbo raquídeo caudal y
tiene una estructura y una función similares a las de la sustancia gris intermedia
de la médula espinal (p. 439).
Martín Ferraro y Acuña (s.f) por su parte explica que: “es un conjunto de núcleos y fibras
nerviosas que ocupa el tegmento o calota del ronco encefálico, entre los núcleos de los
nervios craneales y las vías nerviosas ascendentes y descendente” (p.2). Se entiende
que dicho autor está de acuerdo en describir la formación reticular a través de los núcleos
y no como una red de neuronas dispersas, la cual fue su definición inicial y que aún
mantienen ciertos autores, como Purves (2007).
Estos núcleos se relacionan con las funciones del cerebelo. Forman parte del circuito
retículo-cerebelo-reticular donde, fibras de la formación reticular que acompañan al
fascículo espinotalámico se proyectan hacia la corteza cerebelosa. Las fibras
provenientes del núcleo paramediano se dirigen al vermis de lóbulo anterior, mientras
que las provenientes del núcleo lateral terminan en el vermis, el hemisferio y lóbulo
floculo nodular del mismo lado.
Desde el cerebelo, este grupo de fibras se reflejan hacia los núcleos para medianos y
laterales nuevamente, estableciéndose el circuito mencionado al principio. Los núcleos
y sus fibras intervienen en la coordinación de los reflejos y el tono muscular.
Están representados por los núcleos del rafe del bulbo y la protuberancia, la formación
gris que rodea al acueducto mescencefálico y el núcleo doral de la calota. Esto grupos
reciben aferencias del hipotálamo y el rinencéfalo por el fascículo basal y se asocian a
los núcleos autonómicos del tronco.
Los estímulos sensoriales son capaces de determinar un efecto activador que alcanza la
corteza cerebral por medio de la formación reticular diencefálica y ocasiona el despertar.
La función de este conjunto de fibras ascendentes sería producir en las neuronas un
estado especial de actividad, que las hace más sensibles para recibir los impulsos que
les llegan mediante las vías propioceptiva consciente y exteroceptiva.
2. El ciclo vigilia-sueño
El ciclo vigilia-sueño es uno de los ciclos biológicos más estudiados. Por lo tanto, primero
se debe entender lo que es un ritmo biológico, el cual Soriano (2007) define como: “la
ocurrencia de cualquier fenómeno, dentro de un sistema biológico, a intervalos más o
menos regulares” (p. 182). Estos fenómenos son originados por el propio organismo (son
endógenos), suponen una adaptación al medio que nos rodea, además están
determinados genéticamente y son hereditarios. Estos ciclos pueden clasificarse de
acuerdo a la duración de los ritmos: circadiano (veinticuatro horas), ultradianos (menos
de veinticuatro horas, frecuencia alta), infradianos (más de veinticuatro horas, frecuencia
más baja).
Los principales patrones básicos de actividad eléctrica que pueden darse en un ciclo de
sueño normal están resumidos de la siguiente forma:
2.1.1 Vigilia
Es mantenida por el sistema de alerta que tiene su origen en distintos núcleos del tronco
encefálico: el núcleo pedunculopontino, el tegmento pontino laterodorsal, el locus
coeruleus y núcleos de rafe. Estos núcleos mantienen una actividad tónica en vigilia,
reforzada por las aferencias sensoriales.
Ondas beta, rápidas y de baja amplitud cuando la persona está activa o con los
ojos abiertos.
Ritmo alfa cuando la persona está con los ojos cerrados o relajada.
Tono musculado tónico y apreciable.
2.1.2 Sueño:
En la noche hay 46 ciclos de sueño No-REM de 90-120 minutos cada uno. Se caracteriza
por la actividad metabólica baja, al igual que la temperatura cerebral. El paso de la vigilia
al sueño suele hacerse en unos 5-10 minutos. De acuerdo al EGG en cada ciclo de sueño
no-REM se distinguen las siguientes fases:
A los 90-120 minutos después de iniciado el sueño aparece el primero episodio breve de
sueño REM. No se pasa directamente del sueño profundo al REM, primero se pasa del
sueño profundo a los husos-complejos K y sueño ligero: justo ahí en las fases I-II se
produce el REM.
El sueño REM es una forma de sueño con EGG de vigilia pero con ensueños
(pensamientos bizarros e ilógicos) que no se almacenan en la memoria, los
recordaremos solo si nuestra fase REM es interrumpida (se despierta)
Hay ondas rápidas de bajo voltaje y se parecen a las del despierto, cuando se despierta
o se está en el estadio I del sueño, por eso el sueño REM es el sueño paradójico. El
cerebro está muy activo. Ocurren los movimientos oculares rápidos (REM) que da
nombre a la fase: una vez la persona ha entrado en esta fase, los ojos muestran
movimientos rápidos bajo los párpados cerrados.
3. Áreas de Brodmann
Área de asociación del campo ocular (área 8): se extiende hacia delante desde el área
facial de la circunvolución precentral hasta la circunvolución frontal medial. Su
estimulación produce movimientos conjuntos de los ojos, en especial en el lado opuesto.
Área motora del lenguaje de Broca (área 44 y 45): se ubica en la circunvolución frontal
inferior entre las ramas anteriores y ascendentes y las ramas ascendentes y posterior de
la cisura lateral. Produce la formación de palabras por sus conexiones con las áreas
motoras adyacentes, músculos de la laringe, boca, lengua, etc.
Área de asociación somatoestésica (área 5 y 7): recibe información del área somato
sensitiva primaria, así como del tálamo y otras áreas. Permite determinar la forma y
textura de un objeto sin verlo, establecer la orientación de un objeto con respecto a otro
cuando se toca y tener conciencia de la relación de las distintas partes del cuerpo.
Área gustativa primaria (área 43): está ubicada en el extremo inferior de la
circunvolución postcentral de la pared superior del surco lateral en el área adyacente de
la ínsula.
Área de asociación de integración común (áreas 5, 7, 39 y 40): está rodeado por las
áreas de asociación, somatosenstiva, visual y auditiva, también recibe impulsos del área
gustativa primaria, olfativa primaria y del tálamo, los interpreta e integra.
Área visual primaria (área 17): ubicada en las paredes de la parte posterior del surco
calcarino ocasionalmente alrededor del polo occipital. Recibe fibras que vienen de la
retina.
Área de asociación visual (áreas 18 y 19): rodea el área visual primaria de la cual
recibe impulsos, así como del tálamo. Relaciona experiencias visuales presentes y
pasadas, es imprescindible para reconocer y evaluar lo que se ve.
Área auditiva primaria (área 41 y 42): está ubicada en la pared inferior del surco lateral.
La parte anterior del área auditiva primaria está vinculada con la recepción de sonidos
de baja frecuencia mientras que la parte posterior con los de alta frecuencia.
Área de asociación auditiva (área 22): ubicada detrás del área auditiva primaria. Se
cree que esta área es necesaria para la interpretación de los sonidos.
Área olfativa primara (área 28): se localiza en la superficie medial del lóbulo temporal.
La corteza prefrontal ventral y medial (corteza prefrontal orbitaria), sin embargo, es más
importante en la intersección que se produce entre el razonamiento-toma de decisiones
y las emociones. Lo que se entiende por personalidad o carácter, es una función de la
correcta actividad de esta zona de la corteza prefrontal, y cuando alguna lesión interfiere
en su funcionamiento normal se realizan comportamientos que pueden ser inapropiados
en el entorno social del individuo.
Otras de sus funciones están más relacionadas con el control motor, al aportar claves
visuales de gran importancia para la realización de movimientos guiadas visualmente.
Según observaciones hechas durante investigaciones, esta área no tiene una función
unitaria tan clara como las otras áreas, pero se le ha relacionado con procesos de
atención, interviene en el procesamiento superior de señales visuales y auditivas, y en
que ella se localiza una de las áreas implicadas en el lenguaje.
5. Sistemas sensoriales
La información sensorial se recibe a través de los sistemas sensoriales, los cuales nos
informan de lo que ocurre a nuestro alrededor y en el interior de nuestro organismo. Esta
información sirve para llevar a cabo nuestra vida diaria y nuestra supervivencia, así como
para nuestro aprendizaje y adaptación al medio que nos rodea.
Se puede definir a los sistemas sensoriales como los mecanismos biológicos sensibles
a diferentes tipos de energía relevante para la supervivencia y la reproducción (Alonso
et al., 2009). Con frecuencia estos sistemas también son llamados sentidos. Otro
concepto importante relacionado a los sistemas sensoriales el de transducción sensorial,
la cual se define como la transformación de las diferentes modalidades energéticas en
actividad eléctrica llevada a cabo por los receptores sensoriales.
Hay determinados procesos químicos que tienen lugar en los tejidos y afectan a los
receptores sensoriales que informan sobre el dolor. Hay compuestos tanto exógenos
como endógenos que afectan las terminaciones sensoriales nociceptivas.
Las sensaciones de la piel se explican por las interacciones que se dan a nivel central a
partir de la información recogida por los distintos receptores sensoriales. Los corpúsculos
de Pacini son receptores que responden a la deformación mecánica de la piel de forma
que la presión ejercida por el estímulo genera cambios en la conformación de las láminas
tejido conectivo que rodean la terminación sensorial del receptor.
La transducción auditiva es el resultado del efecto de las ondas sonoras que son una
forma de fuerza mecánica ejercida por las moléculas del aire, sobre los receptores
auditivos: las células ciliadas.
6. Electrofisiología cerebral
La electrofisiología se define como el estudio de las propiedades eléctricas de las células
y los tejidos biológicos. Esto nos permite conocer la función cerebral desde un nivel
microscópico mediante el registro de la actividad neuronal individual.
Electroencefalograma (EGG)
Potenciales evocados (PE)
7. Ondas cerebrales
Una onda cerebral es la actividad cerebral producida por el cerebro. Estas son un reflejo
directo de la función del sistema nervioso central.
Son las ondas muy lentas pero también las que tiene mayor amplitud. Son características
de cuando el individuo está dormido y predominan durante el sueño. También se
observan en estados de meditación.
Las ondas Theta predominan cuando los sentidos están procesando información interna
y el individuo se encuentra desconectado del mundo exterior, ensimismados. Son muy
importantes durante el aprendizaje y memoria. Se producen durante la transición entre
vigilia y sueño.
Estas ondas predominan durante el período de vigilia. Aparece en los estados en que la
tención está dirigida a tareas cognitivas externas, al contrario de las ondas Theta, las
cale aparecerían durante los estados cognitivos internos. La frecuencia es rápida, está
presente cuando estamos atentos y envueltos en la resolución de tareas por problemas
cotidianos.
Son las ondas más rápidas. Se producen en ráfagas cortas. Se relacionan con el proceso
de información simultánea en varias áreas del Sistema Nervioso Central. Se observan
ráfagas de Ondas Gamma cuando el cerebro está en estado de alta resolución. También
se observan en estados de espiritualidad, sensación de altruismo. Gamma modula las
percepciones y la consciencia, desaparece durante la anestesia.
8. Biofeedback
El biofeedback es una terapia que se utiliza para controlar las funciones del cuerpo,
mediante el sistema de retroalimentación que posee nuestro organismo. Esta técnica
pretende controlar, de manera voluntaria y consciente, una función que realiza nuestro
cuerpo de forma automática. Y dicho control sobre la función se realiza a través del
sistema de retroalimentación de nuestro cuerpo.
El sueño es una serie de estados encefálicos controlados con precisión, y gobernado por
algunos núcleos del tronco del encéfalo. El ciclo vigilia-sueño tiene ritmo circadiano en
los seres humanos que dura cerca de 25 horas. En los seres humanos hay un amplio
espectro de estados de vigilia (vigilia relajada, vigilia con atención) y de sueño (sueño
profundo, sueño ligero, sueño REM). Cada uno de estos estados de vigilia y sueño se
relacionan con un patrón de actividad eléctrica cerebral específico.
Las estructuras y áreas funcionales son muy complejas, aún hay muchas interrelaciones
y conexiones que no se comprenden y que necesitan ser estudiadas más a fondo. Es
probable que lo que hoy se expone en este ensayo quizá sea obsoleto en unos años por
la avalancha de información novedosa que surge en esta área de forma continua, que
descubre más estas áreas y esclarecen las funciones que cada una de estas estructuras
desarrollan en los aspectos fisiológicos, psicológicos y emocionales del individuo.
Referencias bibliográficas
Alonso, A., Ambrosio Flores, E., Blas Calleja, M., Caminero Gómez, A., García
Lecumberri, C., y de Pablo González, J. (2009). Fundamentos de Psicobiología.
Madrid: Sanz y Torres.
Martín Ferraro, F., y Acuña, M. (s.f). Formación reticular y fibras de asociación del
tronco encefálico [archivo PDF]. Recuperado el 27 de marzo de 2018 de
http://www.fmed.uba.ar/naon/academica/formacion.pdf