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INFORMAN:
Y para que así conste a los efectos oportunos, firmamos la presente en Vigo a 29 de
Marzo de 2007.
Esta es casi la pimera hoja de este trabajo, sin embargo es la última que escribo, y
ahora que mi sueño de hacer una tesis doctoral se hace realidad quiero expresar mi más
sincero agradecimiento a todas aquellas personas que me han ayudado a conseguirlo.
En primer lugar agradezco a mis directoras de Tesis las Dras. Elena Benito y
Esther de Blas la oportunidad de realizar este tabajo y haberme hecho sentir tan a gusto
trabajando a su lado.
A Elena le agradezco sobre todo el tiempo que me ha dedicado, lo mucho que me
ha ayudado y la confianza que ha depositado en mí.
A Esther quiero agradecerle su apoyo continuo así como sus valiosos comentarios
y sugerencias que han hecho posible este trabajo.
A mi compañera de fatigas María, gracias por tu amistad y por los buenos
momentos que me has hecho pasar.
A Raquel Gracía-Corona por la puesta a punto de la mufla y la realización de
algunos análisis de calentamiento controlado.
A la Dra. Isabel López por la ayuda prestada en las salidas de campo.
A todos los técnicos de laboratorio que han pasado durante estos últimos años por
el laboraorio de Edafología, que me han ayudado en la parte experimental de este trabajo:
Elisa, Eva, Araceli, Lorena, Roberto y Carlos.
A mis amigos, tanto aquellos que nada tienen que ver con este “mundillo” como a
los que me aguantan diariamente en la Facultad y me han hecho más llevadero el trabajo:
Xandra, Jorge, Rosana, Lazhar, Samir, Nehla, Diallo y Sarr.
A mi familia, sobre todo a mis padres, por el esfuerzo que han realizado para que
yo pudiese llevar a cabo este trabajo y por la enorme ilusión que me han transmitido en
todo momento.
A Abraham por su paciencia y por darme una razón para seguir trabajando.
1. INTRODUCCIÓN 1
2. JUSTIFICACIÓN Y OBJETIVOS 47
3. MATERIAL 53
4. MÉTODOS 61
5. RESULTADOS Y DISCUSIÓN 77
5.2.1. pH 144
5.2.2. Carbono orgánico y carbono biomasa 148
5.2.3. Textura 158
5.2.4. Repelencia al agua 162
5.2.5. Agregación 166
5.2.5.1. Distribución de agregados en seco 166
5.2.5.2. Estabilidad de los agregados al agua 169
5.2.6. Densidad aparente y porosidad total 175
5.2.7. Capacidad de retención de agua 179
5.3.1. pH 188
5.3.2. Carbono orgánico 191
5.3.3. Textura 193
5.3.4. Repelencia al agua 195
5.3.5. Agregación 200
5.3.5.1. Agregación en seco 200
5.3.5.2. Estabilidad de los agregados al agua 204
5.3.6. Densidad real, densidad aparente y porosidad total 214
5.3.7. Capacidad de retención de agua 216
5.3.8. Conductividad hidráulica 219
7. BIBLIOGRAFÍA 233
1 INTRODUCCIÓN
Introducción
3
Introducción
La gestión de los recursos naturales es una materia compartida entre los tres niveles
en que se estructura la organización administrativa del Estado: Administración General,
Comunidades Autónomas y Corporaciones Locales. Sin embargo el mayor peso de la
gestión recae en el gobierno regional.
En Galicia se aprobó en el año 1992 el Plan Forestal de Galicia, siendo uno de los
primeros en aprobarse en el Estado Español. Dicho plan es un documento básico que
establece un modelo forestal a largo plazo (1992-2032) y entre sus objetivos están la
gestión sostenible y la multifuncionalidad del monte, la integración del sector forestal en
el medio y en la economía del desarrollo rural, la conservación y protección de los
recursos naturales de Galicia, de la biodiversidad, etc.
4
Introducción
El suelo es un recurso limitado y hay que tener en cuenta que una parte, cada vez
mayor, de su superficie se utiliza para la construcción de viviendas, carreteras, industrias
e incluso para el almacenaje de los desechos. Se sabe que el suelo no es un cuerpo
estático sino que mantiene un equilibrio dinámico con el medio que lo rodea, de modo
que continuamente se está formando y destruyendo. Si este equilibrio se rompe,
generalmente por acciones antrópicas directas o indirectas, se originan alteraciones en el
ecosistema y, si el sistema suelo no es lo suficientemente resistente para soportar esta
perturbación, la evolución natural del suelo se detiene y adquieren preponderancia una
serie de procesos que conducen a la degradación del suelo. Desde este punto de vista, en
la actualidad, el suelo se ha convertido en un recurso no renovable por la forma en la que
hemos incrementado su velocidad de destrucción mientras que la de formación
permanece invariable.
5
Introducción
provocado la roturación de tierras en relieves cada vez con pendientes más fuertes,
fuertemente degradables y, como consecuencia de esto, el frenar la degradación de los
suelos se ha convertido en uno de los grandes retos actuales.
Sin embargo desde un punto de vista naturalista la degradación del suelo es vista
como los cambios ocasionados por determinados procesos de deterioro en relación con el
estado anterior o incluso con un estado ideal, es decir, con el de un suelo clímax
(Duchaufour, 1984).
Howard et al. (1989) indican que, teniendo en cuenta la múltiple funcionalidad del
suelo, se puede definir el concepto de degradación del mismo, como un cambio de
algunas de sus propiedades que ocasiona una disminución de las funciones que un
determinado suelo puede desempeñar.
6
Introducción
DESERTIFICACIÓ
DESERTIFICACIÓN
2.6
(sin suelo)
DEFORESTACIÓ
DEFORESTACIÓN
(sin suelo) 0.5
DEGRADACIÓ
DEGRADACIÓN DEL SUELO
Erosión
hídrica
28%
38% Ligera
Erosión eólica
0.5%
56%
12%
46% 15% Extrema
Degradación
4%
Moderada Severa
física
Degradación
química
Figura 1. Degradación del suelo (en billones de hectáreas) como parte de la degradación
global de la tierra (Brady y Weil, 2002).
7
Introducción
Además, ciertas características intrínsecas del suelo pueden hacerlo más susceptible a la
erosión como puede ser un escaso desarrollo de los horizontes superiores, textura limosa
o bajo contenido en materia orgánica. La consecuencia directa de la erosión es la pérdida
de suelo que puede afectar negativamente a los ecosistemas marinos y fluviales así como
a los embalses y los puertos debido a la descarga de sedimentos. Se ha estimado que 26
millones de hectáreas en la Unión Europea están afectadas por erosión hídrica y un millón
por erosión eólica, siendo la región mediterránea la más afectada por la erosión.
Sellado del suelo para la construcción de viviendas, carreteras u otros fines: cuando
esto ocurre, la superficie de la que dispone el suelo para realizar sus funciones se reduce,
impidiendo la infiltración del agua de lluvia. El sellado del suelo es prácticamente
8
Introducción
irreversible.
Compactación del suelo: ocurre cuando el suelo está sometido a una presión
mecánica fruto del uso de maquinaria pesada y del pastoreo excesivo, especialmente si el
suelo está húmedo. Este fenómeno provoca una reducción de la porosidad del suelo por lo
que pierde parcial o totalmente su capacidad de absorción, limita el crecimiento de las
raíces, la capacidad de almacenamiento de agua, la fertilidad, la actividad biológica y la
estabilidad estructural del suelo. En Europa cerca del 4 % del suelo está afectado por la
compactación (PNUMA, 1992).
9
Introducción
Erosión
Reducción Inundaciones y
biodiversidad deslizamientos
Contaminación
Salinización
(puntual y difusa)
Sellado
10
Introducción
los ecosistemas forestales. Es importante señalar que rara vez es un solo factor el que
desencadena el problema de la degradación. Además, en ciertas zonas los suelos pueden
presentar una mayor erosionabilidad o las precipitaciones ser más erosivas que en otras,
pero en la mayoría de los casos el factor determinante de la degradación recae en las
actividades humanas. En general, toda actividad o uso de la tierra que modifica el tipo y
la densidad de las poblaciones vegetales originales y/o deja al descubierto el suelo,
propicia la degradación del suelo.
Contaminación
Pérdida de Lluvia ácida
Incendios forestales materia orgánica
Estrés climático
Pérdida de
Cambio a un uso microorganismos
E
inadecuado
Lluvias torrenciales
11
Introducción
Los incendios naturales pueden ayudar a regular la biomasa vegetal y los acúmulos
de materia orgánica sobre el suelo, controlar plagas y contribuir a la selección de las
especies. En la actualidad, se puede decir que menos del 20 % de los incendios tienen un
origen natural, la mitad de los cuales son producidos por rayos, siendo de escasa
importancia otros producidos por erupciones volcánicas, meteoritos o chispas generadas
de la caída de rocas. Así, se considera que más del 80 % de los incendios son de origen
antrópico, intencionados o no, de los que un tercio se califican como auténticamente
destructivos (ICONA, 1992, 1993).
Los efectos del fuego sobre el ecosistema dependen del tipo de incendio, y en
general los incendios forestales se pueden dividir en tres grandes grupos (Pritchett y
Fisher, 1987). El primero de ellos lo constituyen los incendios prescritos o controlados
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Introducción
En los países mediterráneos los incendios forestales son considerados como uno de
los desastres ecológicos de mayor importancia. En España su expansión ha sido
alarmante, afectando a la mayor parte de las comunidades autónomas.
Sin embargo, durante los últimos dos siglos, esta región se ha visto fuertemente
modificada por las actividades humanas, con el empleo del fuego en las prácticas
agrícolas y la introducción de árboles de hoja perenne, en particular resinosas y
eucaliptos. La repoblación masiva con estas especies alóctonas provocó diversas
modificaciones como son: un microclima más seco, hojarasca más difícil de
descomponer, mayor acumulación de matorral, alta densidad en las plantaciones, rápido
crecimiento y gran vulnerabilidad al fuego. Estos factores inciden decisivamente en el
comportamiento del fuego y facilitan el desarrollo de incendios, lo que supone un elevado
riesgo de erosión del suelo sobre todo por el acentuado relieve de la zona noroccidental
de la península y por la elevada erosividad climática de sus lluvias (Díaz-Fierros et al.,
1987). No obstante, a pesar de lo dicho hasta ahora, no hay que olvidar que en Galicia los
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Introducción
La figura 4 representa la superficie total afectada por incendios forestales así como
el número de incendios ocurridos durante las tres últimas décadas en España y en Galicia.
Se hace distinción entre la superficie arbolada y la superficie no arbolada (esta última
incluye las dehesas y monte abierto, el matorral y monte bajo, los pastos y las zonas
húmedas).
14
Introducción
intentar solucionar este problema. Se establecieron así planes a corto plazo como el Plan
90, y a medio plazo los Planes INFOGA, como instrumentos anuales de planificación.
Estos planes han permitido reducir notablemente la superficie de monte quemada en
Galicia, pero no el número de incendios (Bermúdez y Touza, 2000).
1500000 200000
España
total:
Superficie quemada (ha)
160000
2447879 total:
total:
Nº de incendios
1000000 1612371
1518462
120000
80000
500000
40000
0 0
1970-79 1980-89 1990-99
400000 100000
Galicia
total:
Superficie quemada (ha)
661898 80000
300000 total:
487101 Nº de incendios
total: 60000
200000 249934
40000
100000
20000
0 0
1970-79 1980-89 1990-99
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Introducción
↓ ↓ ↓ ↓
16
Introducción
Actualmente, se sabe que detrás de las llamas existen una serie de especies activas
(iones, radicales libres, carbón libre, etc.) que son las responsables de las reacciones en
cadena que se producen, y que intervienen de manera decisiva en el incendio, puesto que
si se interrumpe la transmisión de calor de unas partículas a otras del combustible no será
posible la continuación del incendio. Por ello, se ha visto la necesidad de considerar un
cuarto factor de manera que se ha hecho una transición del triángulo del fuego en una
nueva figura llamada “Tetraedro del Fuego” que incluye este cuarto elemento que es la
reacción en cadena (Figura 5).
Tal como apuntan DeBano et al. (1998) en el fuego se pueden detectar 5 fases
durante su existencia:
17
Introducción
18
Introducción
La cantidad de biomasa, tanto viva como muerta, por unidad de superficie es otro
factor a tener en cuenta, pues cuanto más combustible haya más intensidad alcanzará el
fuego.
19
Introducción
Fuegos de baja severidad: hay un bajo calentamiento del suelo, se observa poca
carbonización, la hojarasca se consume o chamusca pero la capa orgánica parcial o
totalmente humificada permanece intacta, aunque puede ser carbonizada su superficie.
Las acumulaciones de materiales leñosos pueden ser parcialmente consumidas. No se
aprecian cambios en la materia mineral. La superficie es mayormente negra. La
temperatura alcanzada por el suelo a 1 cm no supera los 50ºC.
Fuegos de severidad alta: hay un alto calentamiento del suelo y un elevado grado
de carbonización, la materia orgánica se consume totalmente y se aprecia la capa
20
Introducción
Moderados: la temperatura en la superficie del suelo oscila entre 300 y 400ºC, por
lo que se produce una combustión parcial de la materia orgánica, desapareciendo toda la
hojarasca y los restos vegetales. A 1 cm de profundidad se alcanzan temperaturas
21
Introducción
comprendidas entre 200 y 300ºC, afectando al horizonte orgánico del suelo, mientras que
se estima que a 3-5 cm la temperatura no supera los 80ºC.
Intensos: la superficie del suelo presenta cenizas blancas, lo que indica una
combustión completa de la materia orgánica, alcanzándose en la zona más superficial
temperaturas comprendidas entre 500 y 700ºC, muy por encima de la temperatura de
ignición de los materiales orgánicos. A 2 ó 3 cm de profundidad las temperaturas oscilan
entre los 150 y 400ºC y el efecto del calor es mínimo a profundidades superiores a 7-10
cm.
22
Introducción
El porcentaje de luz solar que llega al suelo influye en la temperatura alcanzada por
el mismo y éste varía en función del grado de cobertura vegetal. Además la radiación
solar condiciona la biomasa vegetal o cantidad de material combustible que se acumula
sobre el suelo, así como otros parámetros microclimáticos como puede ser la humedad
ambiental.
23
Introducción
24
Introducción
El suelo está formado por cuatro componentes principales: una fracción mineral,
una fracción orgánica, una fase líquida y una fase gaseosa. Asociado a estos cuatro
constituyentes hay un amplio rango de organismos vivos. Las relaciones que se
establecen entre estos cuatro componentes dan lugar a un amplio rango de propiedades
físicas, químicas y biológicas del suelo que pueden ser alteradas por el paso del fuego.
25
Introducción
Los efectos del fuego sobre el suelo son complejos y dependen fundamentalmente
de las condiciones del área quemada (cantidad y tipo de vegetación, humedad del
combustible y del suelo, tipo de suelo, pendiente y microclima), de la intensidad del
incendio y de la duración del quemado, así como del período e intensidad de la lluvia que
cae después del fuego. De todas formas hay unas relaciones generales que describen las
respuestas de las propiedades del suelo al calentamiento (DeBano et al., 1998). Estas
relaciones son:
• Las propiedades biológicas son las más sensibles al calentamiento, con fatales
consecuencias para la mayoría de organismos vivos por debajo de 100ºC.
• La completa deshidratación del suelo se produce cuando la temperatura alcanza los
220ºC, aunque esto no afecta significativamente a las propiedades físicas y químicas
(Raison, 1979; Giovannini y Lucchesi, 1993).
• Un calentamiento entre 220 y 460ºC produce la combustión de la materia orgánica y
por ello afecta a las propiedades del suelo que dependan de ella. La destrucción de la
materia orgánica puede ser beneficiosa pues aporta gran cantidad de nutrientes
disponibles para las plantas aunque, por otra parte, provoca la destrucción de la estructura
del suelo. El daño dependerá en gran medida de la velocidad a la que se recupera la
materia orgánica después del fuego.
• El calentamiento por encima de 460ºC supone la pérdida de los grupos hidróxilos de
las arcillas (550-700ºC) y la descomposición de los carbonatos (700-900ºC) (Giovannini
et al., 1988). Estos cambios irreversibles disminuyen la porosidad del suelo, su
plasticidad y elasticidad y lo hacen altamente erosionable.
Los efectos del fuego en el sistema físico del suelo son complejos y dependen
principalmente de los cambios que se producen en la materia orgánica durante el
calentamiento del suelo ya que ésta es esencial para mantener la estructura del suelo,
particularmente en los horizontes superficiales (Tisdall y Oades, 1982; Chaney y Swift,
1984; Amézketa, 1999). La degradación de la estructura del suelo aumenta la densidad
aparente y reduce la porosidad del suelo, lo que a su vez provoca una disminución de la
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Introducción
Humedad
Temperatura
Los incendios forestales modifican las condiciones físicas del suelo debido al
aumento de la radiación absorbida, por el ennegrecimiento de la superficie del suelo
causado por la deposición de cenizas, y a la pérdida de la cubierta vegetal que provoca un
aumento de la evaporación desde el suelo, motivado por la mayor insolación que recibe, y
la falta de abrigo frente al viento. Todo ello provoca un aumento de la temperatura del
suelo y unas oscilaciones térmicas diarias más acusadas, con variaciones de 5 a 10ºC
sobre la temperatura medida en el suelo cubierto con vegetación (Woods et al., 1983;
Raison et al., 1986; Ghuman y Lal, 1989). Este aumento de la temperatura diurna
favorece, en líneas generales, la actividad microbiana y la tasa de mineralización en el
27
Introducción
Textura
En general, tras el paso del fuego, la distribución del tamaño de partículas del suelo
permanece inalterada hasta alcanzar 300-400ºC de temperatura (Nishita y Haug, 1972;
Giovannini et al., 1988). A temperaturas superiores a 460ºC se produce la pérdida de los
grupos OH de las arcillas y la disociación de los carbonatos. También pueden producirse
fusiones térmicas de partículas de tamaño arcilla, incrementándose porcentualmente el
tamaño limo y arena (Almendros et al., 1984; Ulery y Graham, 1993). Estos cambios se
han atribuido a la calcinación en la que se ven implicados los óxidos de hierro, los
aluminosilicatos y los carbonatos (Giovannini et al., 1990). Estas reacciones térmicas
puede provocar un daño irreparable en la estructura del mineral y causar alteraciones
negativas en el estado químico y nutricional del suelo que afectan al crecimiento de las
plantas (Giovannini, 1994).
Por otro lado, los suelos quemados pueden adquirir texturas más gruesas debido a
los procesos de erosión post-fuego que provocan la pérdida de las partículas más finas e
incrementan en consecuencia el porcentaje de fracción gruesa (Llovet et al., 1994).
Otra de las principales propiedades físicas del suelo que puede verse afectada por
un incendio es la estabilidad de la estructura. Existen diversas formas de definir la
estructura del suelo, Kay (1990) define la estructura en términos de organización
(disposición espacial de las partículas y poros del suelo), potencial de regeneración
(capacidad de regeneración por procesos naturales si la organización es alterada) y
estabilidad (naturaleza e intensidad de las uniones entre partículas elementales que
mantienen la arquitectura del suelo).
28
Introducción
La estructura del suelo puede verse modificada por el fuego a través de las
alteraciones en los minerales de la arcilla y la combustión de la materia orgánica.
Generalmente, las arcillas no se ven afectadas durante un incendio ya que toleran
temperaturas relativamente altas antes de verse irreversiblemente dañadas. El
calentamiento debe ser superior a 460ºC para producir la pérdida de los grupos OH de las
arcillas (Giovannini et al., 1988) y mayor de 980ºC para producir cambios irreversibles
en el agua de hidratación (DeBano et al., 1977).
29
Introducción
La duración de los efectos del fuego en la estructura del suelo puede oscilar de un
año a varias décadas, dependiendo de la severidad del fuego, de la velocidad de
recuperación influenciada por las condiciones naturales, de los usos del suelo tras el
incendio y de las medidas adoptadas para remediarlo (Wells et al., 1979).
30
Introducción
Repelencia al agua
La repelencia al agua es un fenómeno que ocurre de forma natural en los suelos por
acumulación de ácidos orgánicos hidrofóbicos procedentes de exudados radicales
(Dekker y Ritsema, 1996; Doerr et al., 1998), compuestos producidos por hongos y
microorganismos (Savage et al., 1969; Jex et al., 1985), o procedentes directamente de la
descomposición de la materia orgánica (McGhie y Posner, 1980).
31
Introducción
32
Introducción
temperatura
Figura 8. Formación de una capa hidrofóbica tras un incendio forestal (DeBano et al.,
1998).
33
Introducción
Los cambios en las propiedades químicas del suelo durante la quema se relacionan
en primer lugar con la rápida transformación u oxidación de los nutrientes contenidos en
los materiales orgánicos. Los incendios forestales afectan al ciclo biológico de los
nutrientes alterando la velocidad de liberación de éstos. En un bosque, los elementos
minerales retenidos en la hojarasca y en la materia orgánica del suelo son liberados
mediante procesos de descomposición y mineralización de los componentes orgánicos
por la mesofauna y la microbiota del suelo. Los elementos liberados pasan a las
posiciones de cambio del complejo adsorbente y a la solución del suelo, de donde son
captados por las raíces de las plantas, volviendo de nuevo al suelo cuando los restos
vegetales caen sobre su superficie formando la hojarasca. Durante los procesos de
mineralización biológica, la liberación de los nutrientes en forma asimilable por las
plantas es lenta y equilibrada.
Materia orgánica
34
Introducción
los incendios sobre el suelo ya que no sólo afecta a las propiedades físicas y químicas del
suelo sino que también es necesaria para el desarrollo de su actividad biológica.
La reducción del contenido de Corg en las capas más superficiales se produce tras
incendios de alta intensidad debido a la combustión de la materia orgánica (Bará y Vega,
35
Introducción
Wells (1971) indica que el principal efecto del incendio es a menudo una
redistribución y no una reducción de la materia orgánica en el perfil.
El efecto del fuego sobre el Corg del suelo debe ser evaluado no solo de forma
cuantitativa sino también de forma cualitativa. La calidad del Corg que queda después de
los incendios parece estar influenciada, entre otros factores, por la intensidad del fuego
(Almendros et al., 1984, Fernández et al., 2001). A medida que se incrementa la
temperatura el humus sufre modificaciones que le confieren mayor resistencia a la
degradación microbiana.
36
Introducción
Nitrógeno
Los efectos que provoca el fuego sobre el N del suelo revisten especial importancia
por ser éste uno de los principales nutrientes para las plantas y microorganismos.
Existen distintas opiniones acerca del efecto del fuego sobre el N del suelo.
Diversos autores como Christensen (1973), White (1986) y Kutiel et al. (1990) sugieren
una disminución del N como efecto directo del fuego. En general, la pérdida de N es
proporcional a la intensidad del incendio, a la temperatura alcanzada y al grado de
combustión de la materia orgánica. Esta pérdida se ha atribuido a la formación de
compuestos volátiles de nitrógeno durante la pirólisis de la materia orgánica (John y
Rundel, 1976; Dyrness y Norum, 1983; Kutiel et al., 1990). Sin embargo otros autores
han observado un incremento del N total del suelo, inmediatamente después de quemas
de baja intensidad. Este incremento puede deberse al bajo grado de destrucción de la
materia orgánica y a la deposición de cenizas y restos vegetales parcialmente quemados
(Giovannini et al., 1988; Prieto-Fernández et al., 1993, 2004). Otros estudios, sin
embargo, no han detectado cambios significativos en el contenido total de N (Kovacic et
al., 1986).
Aunque los incendios forestales suponen en general una pérdida de N total por
volatilización, a raíz de la quema se puede producir un aumento de las fracciones
inorgánicas del mismo debido a las condiciones ambientales. La elevación del pH y el
aumento generalizado de la fertilidad favorecen el crecimiento y actividad de los
microorganismos fijadores de N provocando una aceleración de los procesos de
mineralización y nitrificación (Polglase et al., 1986), además, la ausencia de vegetación
contribuye a reducir la cantidad de N absorbido incrementando de esta manera el N
37
Introducción
inorgánico en el suelo (Prieto-Fernández et al., 1993, 2004; DeBano et al., 1998; Neary et
al., 1999). El N inorgánico puede ser tomado por las plantas que colonizan el suelo
quemado después del incendio o desaparecer del horizonte superficial al ser lavado por la
lluvia, pudiendo redistribuirse en el perfil o llegar a la capa freática o a los cauces
superficiales y causar su eutrofización.
Fósforo
Otro elemento de interés biológico y que suele presentarse como factor limitante en
el desarrollo de la vegetación es el P. Los estudios referentes al efecto de los incendios
forestales sobre el P se centran principalmente en la alteración de su disponibilidad para
38
Introducción
las plantas.
El P total puede disminuir tras el paso del fuego o, como en los casos de incendios
prescritos estudiados en Galicia, no resultar afectado. En incendios de baja intensidad se
ha visto que si la temperatura del suelo no alcanza los 50ºC los efectos sobre el ciclo de P
son muy ligeros. En incendios de intensidad moderada o alta, el fuego tiene un fuerte
efecto mineralizador sobre el P orgánico, que disminuye mucho o incluso puede
desaparecer después del incendio, produciéndose paralelamente un aumento del P
inorgánico (Saá, 1995).
39
Introducción
presentes en los suelos como óxidos y carbonatos. Después del fuego permanecen en la
superficie del suelo grandes cantidades de cationes fácilmente asimilables. Esta
disponibilidad de los cationes probablemente no incrementa de forma directa el
crecimiento de las plantas pero su cantidad y composición determinan la saturación de
bases lo que juega un importante papel en el control del pH (DeBano, 1998).
Estos efectos pueden ser observados inmediatamente después del incendio y, por lo
general, persisten por un tiempo más o menos largo dependiendo del contenido de
materia orgánica del suelo quemado y de la incorporación de nueva materia orgánica.
pH y conductividad eléctrica
40
Introducción
En los suelos ácidos de Galicia el pH no suele aumentar mucho por efecto del
fuego debido al elevado poder de amortiguación de estos suelos, que suelen tener un alto
contenido en materia orgánica, incluso después del incendio (Díaz-Fierros et al., 1982),
aunque se han citado incrementos importantes de pH en suelos con bajo contenido en
materia orgánica (Carballas, 2003). El aumento de pH puede persistir o disminuir
dependiendo de la lluvia caída después del incendio debido al lavado de cationes,
particularmente en la capa superficial. La recuperación de la materia orgánica también
disminuye el incremento del pH.
41
Introducción
La microbiota del suelo también puede verse afectada por diversos compuestos
tóxicos producidos durante los procesos de combustión y que son liberados y distribuidos
en el suelo durante los incendios (Kim et al., 2003).
42
Introducción
naturaleza proteínica, los enzimas pueden ser parcialmente inactivados a 60-70ºC y sufrir
una inactivación completa a 180ºC.
Las actividades enzimáticas resultan muy afectadas por los incendios y así, un mes
después de incendios de moderada o alta intensidad, los enzimas: celulasa, quitinasa y β-
D-glucosidasa, del ciclo del C, proteasa y ureasa, del ciclo del N y fosfomonoesterasa y
fosfodiesterasa, del ciclo del P, presentan actividades muy reducidas con respecto a los
valores de los suelos no afectados, mientras que la actividad de la arilsulfatasa, del ciclo
del S, no se detecta. Estas actividades se recuperan muy lentamente. (Saá, 1995)
La erosión del suelo es uno de los impactos más negativos para el medioambiente
que pueden desencadenar los incendios forestales. En condiciones normales, la erosión es
controlada por el poder erosivo de la lluvia, que depende de su impacto directo sobre el
suelo, pero también depende de la erosionabilidad del suelo, de la cubierta vegetal y de la
topografía de la zona. Después de un incendio hay que añadir otro factor importante, la
intensidad del incendio, que afecta a la cubierta vegetal, a la profundidad de la capa de
cenizas y de la capa hidrofóbica, y a la estructura del suelo. El efecto del fuego sobre la
erosión está, por lo tanto, muy ligado al efecto sobre el ciclo hidrológico.
43
Introducción
Al producirse un incendio forestal todos los procesos del ciclo hidrológico se ven
afectados. Cuando la cubierta vegetal es eliminada por el fuego, la interceptación del agua
de lluvia y la transpiración disminuyen, mientras que la evaporación desde el suelo
aumenta debido a que su superficie, desprovista de vegetación, queda expuesta a la
insolación y al viento. También el ennegrecimiento de la superficie del suelo debido del
fuego contribuye a la evaporación al incrementar la absorción de la radiación haciendo
que la temperatura del suelo aumente. Por otra parte, al quemarse la hojarasca, se reduce
la capacidad de retención de agua del terreno. Además de todos estos efectos, las gotas de
lluvia, al golpear directamente contra la superficie desnuda del suelo, producen la
disgregación física y dispersión de las partículas más finas, entre ellas las cenizas
depositadas sobre su superficie durante el incendio. Estas partículas se infiltran y se
introducen en los poros gruesos, obturándolos y reduciendo la porosidad (DeBano, 1971;
Coelho et al., 1990). En consecuencia, se reduce la infiltración del agua, aumenta la
escorrentía y aumenta la erosión (Díaz-Fierros et al., 1990; Imeson et al., 1992; Shakesby
et al., 1993; Cerdá et al., 1995; Robichaud, 2000).
Los sedimentos y el agua infiltrada o que fluye desde las zonas quemadas pueden
causar una serie de problemas en el ecosistema, como son el relleno o colmatación de
cauces, embalses, cunetas, etc. por los sedimentos, y también pueden contribuir a la
eutrofización de las aguas por la gran cantidad de nutrientes que llevan consigo las aguas
infiltradas y de escorrentía.
En el pasado, Galicia era considerada como una región con un riesgo de incendios
relativamente bajo debido a su clima templado húmedo y a sus bosques poblados por
diferentes especies de caducifolias altamente resistentes al fuego (robles, castaños,
44
Introducción
45
2 JUSTIFICACIÓN Y OBJETIVOS
Justificación y objetivos
Galicia, con una superficie total de 2943000 ha, tiene aproximadamente 2000000
ha, es decir 2/3 partes de su superficie, con vocación forestal favorecida por su
climatología que proporciona abundantes lluvias y sólo de forma esporádica períodos de
sequía severa y prolongada. Esta superficie forestal ha constituido el principal factor de
protección del suelo frente a la erosión, jugando en contra de la misma una topografía
accidentada y la fuerte erosividad de las lluvias en Galicia. Sin embargo, en los últimos
30 años, cerca de 1500000 ha de superficie forestal se han visto afectadas por cerca de
150000 incendios.
La cubierta vegetal afectada por los incendios es destruida (de forma recurrente en
muchos casos), los suelos se degradan y sobre todo se desencadena el impacto quizás más
negativo de los incendios: la erosión del suelo, que aumenta hasta niveles altamente
preocupantes en algunos casos.
Tal como puede observarse en la tabla 1 son numerosas las Tesis Doctorales que se
han realizado en Galicia con el fin de estudiar los efectos de los incendios forestales sobre
los distintos componentes del medio ambiente así como para la búsqueda de técnicas
encaminadas a la restauración de los ecosistemas afectados por los incendios. Estas
investigaciones se han centrado fundamentalmente en analizar los efectos del fuego en la
cubierta vegetal, en su regeneración, en la materia orgánica edáfica, biomasa microbiana,
fertilidad química y en los procesos hidrológicos y erosivos. Sin embargo, existe muy
poca información sobre los efectos de los incendios forestales no controlados en la
degradación física de los suelos.
49
Justificación y objetivos
c) Comparar la alteración provocada por los incendios en las propiedades físicas del suelo
con los cambios observados tras el calentamiento controlado a distintas temperaturas en
el laboratorio. Esta comparación debería permitir establecer el rango de temperaturas
alcanzadas por el suelo en los incendios seleccionados que a su vez pueden considerarse
representativos de los que ocurren en condiciones naturales en Galicia.
50
Justificación y objetivos
51
3 MATERIAL
Material
17 8
19 29
16
7 9 13 12 2 28
5 4
20
26 27
10 11 18
22 21
6 25 24
15 14 3
23
55
Material
Material geológico: se seleccionaron zonas con rocas graníticas y zonas con rocas
metamórficas, fundamentalmente esquistos y pizarras. Con ello se pretendía disponer de
dos grupos de suelos con texturas bien diferenciadas: suelos desarrollados sobre rocas
graníticas con texturas franco-arenosas y suelos desarrollados sobre esquistos y pizarras
con texturas más finas, francas o franco-limosas.
Vegetación: los incendios se localizaron en zonas de monte bajo o zonas arboladas,
predominando en estas últimas los bosques de especies del género Pinus o bosques
mixtos de pinos y eucaliptos, aunque también se estudiaron algunos incendios que
afectaron a bosques de especies de caducifolias como el roble y el castaño.
Accesibilidad a la zona
Parcela control: se tuvo en cuenta la existencia de una zona próxima no afectada por
el fuego con el mismo material geológico, vegetación y pendiente, que pudiera ser
considerada como testigo para el estudio de los efectos producidos por el incendio y su
evolución con el tiempo.
56
Tabla 2. Información general de las zonas de estudio.
Nº suelo Parroquia Ayuntamiento Provincia Coordenadas geográficas Material de partida Vegetación Fecha incendio Superficie quemada (ha)
1 As Maus Vilar de Barrio Ourense 42º 10' 04'' N 7º 35' 57'' O Granito de dos micas Matorral Jul-1999 ?
2 Lama Má Baños de Molgas Ourense 42º 11' 43'' N 7º 37' 49'' O Granito de dos micas Matorral Ago-1999 3
3 Rebordondo Cualedro Ourense 42º 00' 06'' N 7º 33' 22'' O Granito de dos micas Matorral Ago-1999 2,8
4 Prado Covelo Pontevedra 42º 18' 13'' N 8º 16' 48'' O Granito de grano grueso Matorral Sep- 1999 3,5
5 Oitavén Fornelos de Montes Pontevedra 42º 20' 20'' N 8º 28' 22'' O Granito de dos micas Eucaliptal Ago-1999 4
(1)
6 Mos Mos Pontevedra 42º 10' 45'' N 8º 35' 54'' O Granito de grano grueso Pinar Ago-1999 ?
(1)
7 San Martiño O Grove Pontevedra 42º 28' 36'' N 8º 53' 09'' O Granodiorita Pinar Ago-1999 1,75
8 Vilar Silleda Pontevedra 42º 42' 11'' N 8º 13' 19'' O Granito de dos micas Pinar Ago-1999 2
9 A Insua Ponte Caldelas Pontevedra 42º 20' 50'' N 8º 31' 53'' O Granito de feldespato alcalino Pinar Ago-1999 4
10 Trasmañó Redondela Pontevedra 42º 16' 14'' N 8º 39' 30'' O Gneis de biotita Pinar Ago-1999 1,8
11 Albeos Crecente Pontevedra 42º 09' 01'' N 8º 15' 58'' O Granito de feldespato alcalino Pinar Sep- 1999 1,5
12 S. Xoan de Moreiras Pereiro de Aguiar Ourense 42º 19' 31'' N 7º 48' 06'' O Granodiorita Pinar Ago-2000 ?
13 Untes Ourense Ourense 42º 20' 29'' N 7º 57' 26'' O Granito de dos micas Pinar Ago-2000 94
14 Cequeliños Arbo Pontevedra 42º 08' 35'' N 8º 15' 40'' O Granito de feldespato alcalino Pinar Ago-2000 8
15 Cabeiras Arbo Pontevedra 42º 07' 10'' N 8º 20' 41'' O Granito de feldespato alcalino Pinar Ago-2000 8
16 Curro Barro Pontevedra 42º 29' 48'' N 8º 40' 32'' O Granito de feldespato alcalino Pinar Ago-2000 12
17 Sta. María Caldas de Reis Pontevedra 42º 35' 59'' N 8º 37' 30'' O Granodiorita Pinar(1) Ago-2000 35
18 As Maus Vilar de Barrio Ourense 42º 10' 22'' N 7º 34' 55'' O Sedimento arcillo-arenoso Pinar Ago-1999 1,5
19 Acibeiro Forcarei Pontevedra 42º 36' 26'' N 8º 17' 26'' O Esquisto de la serie de Lalín Matorral Ago-1999 9
20 Castro de Escuadro Maceda Ourense 42º 12' 43'' N 7º 34' 18'' O Esquisto grafitoso Matorral Ago-2000 1,5
(2)
21 Prado Vilar de Barrio Ourense 42º 08' 52'' N 7º 32' 53'' O Esquisto grafitoso Matorral Ago-2000 161
22 Proente A Merca Ourense 42º 14' 40'' N 7º 52' 37'' O Esquisto micáceo Pinar Ago-1999 13
23 Cabreiroá Verín Ourense 41º 54' 31'' N 7º 25' 54'' O Esquisto micáceo andalucítico Pinar Sep- 1999 ?
(2)
24 Prado Vilar de Barrio Ourense 42º 08' 28'' N 7º 32' 15'' O Esquisto grafitoso Pinar Ago-2000 161
(2)
25 Prado Vilar de Barrio Ourense 42º 08' 54'' N 7º 33' 04'' O Esquisto grafitoso Robledal Ago-2000 161
26 Castro de Escuadro Maceda Ourense 42º 12' 46'' N 7º 34' 12'' O Esquisto grafitoso Robledal Ago-2000 1,5
27 Sta. Mariña do Monte O Barco de Valdeorras Ourense 42º 23' 19'' N 7º 01' 03'' O Pizarra Matorral Ago-2000 15,5
28 Rubiá Rubiá Ourense 42º 27' 50'' N 6º 56' 35'' O Pizarra Pinar Ago-2000 5
29 A Portela Vilamartín de Valdeorras Ourense 42º 25' 17'' N 7º 01' 23'' O Pizarra Pinar Sep- 2000 1
30 Montefurado Quiroga Lugo 42º 23' 56'' N 7º 11' 25'' O Pizarra Pinar Sep- 2000 8,95
31 Rubiá Rubiá Ourense 42º 27' 35'' N 6º 56' 52'' O Pizarra Castañal Ago-2000 ?
57
Material
Material
Tabla 3. Fecha del incendio y calendario de los muestreos realizados para el estudio de la
evolución de las propiedades de los suelos quemados con el tiempo.
Tiempo desde el
..............incendio
1 mes 3 meses 6 meses 13 meses 25 meses
Nº suelo incendio
Agosto
3,7,10,11,18,23 Sept. 1999 Nov. 1999 Febr. 2000 Sept. 2000 Sept. 2001
1999
Agosto
21,24,25 Sept. 2000 Nov. 2000 Febr. 2001 Sept. 2001 Sept. 2002
2000
58
Material
59
4 MÉTODOS
Métodos
4.1.1.1 pH en H2O
4.1.1.2 pH en KCl
63
Métodos
Ditionito citrato
Oxálico – oxalato
Pirofosfato sódico
64
Métodos
4.1.2.1 Humedad
65
Métodos
4.1.2.2 Textura
66
Métodos
4.1.2.4 Agregación
n
DMPs = ∑ xi.wi
i =1
67
Métodos
n
DMPh = ∑ xi ⋅ wi
i =1
68
Métodos
Agregados del
suelo 5 g (5-3 mm)
24 horas a 40 ºC
Humedecer con agua destilada Humedecer con etanol Humedecer con agua por capilaridad
-Añadir 50 ml de etanol, agitar -Añadir agua destilada hasta -Añadir 50 ml de etanol, realizar
5 veces enrasar a 250 ml 5 rotaciones suaves
-Añadir 50 ml de etanol, agitar -Agitar fuertemente 10 veces y -Añadir 100 ml de etanol,
5 veces y dejar decantar dejar decantar realizar 5 rotaciones suaves
-Quitar el etanol con una -Quitar el agua con una pipeta -Dejar decantar y quitar el
pipeta etanol con una pipeta
-Transferir a una cápsula
-Transferir a una cápsula -Transferir a una cápsula
TAMIZAR
Figura 10. Esquema del test de LeBissonnais y Gaillard (1997) modificado por Taboada
(2001).
69
Métodos
70
Métodos
que se forme una capa impermeable alrededor. El agregado, una vez recubierto, se
sumerge en agua y la medida del volumen aparente se realiza por la medida del volumen
de fluido desplazado. Los resultados se expresan en g cm-3.
en donde la porosidad viene expresada en tanto por ciento del volumen total del suelo
(Guitián y Carballas, 1976).
71
Métodos
humedad por desecación a 105ºC durante 24 horas, una vez que el suelo sometido a esa
presión no cede más agua. La diferencia de peso entre la muestra húmeda y la desecada
permite calcular el porcentaje de humedad que retiene el suelo a pF 2 y a pF 4.2.
V ⋅L
Ks =
A ⋅ ΔH
72
Métodos
73
Métodos
74
Métodos
temperatura constante, una vez alcanzado el valor deseado, quedó establecido en 30 min,
transcurridos los cuales se enfrió bruscamente abriendo la mufla. Después de sacar las
muestras de la mufla, éstas se mantuvieron durante dos días en el laboratorio a 25ºC y a
una humedad en torno al 50 % antes de realizar las determinaciones analíticas.
75
Métodos
600
170ºC
220ºC
400 380ºC
Temperatura (ºC)
460ºC
200
0
0 50 100 150 200 250 300
Tiempo (min)
76
5 RESULTADOS Y DISCUSIÓN
Resultados y discusión: Efectos a corto plazo de los incendios
La estructura del suelo es pues (junto con la textura) una de las propiedades más
importantes en relación con su fertilidad física. La degradación de la fertilidad física del
suelo hace referencia a todas aquellas acciones antrópicas directas o indirectas que
pueden provocar un deterioro de las propiedades físicas que afectan directamente al
crecimiento de las plantas: agua disponible, suministro de oxígeno, temperatura y
resistencia mecánica. Estos factores de control directo se ven afectados por otros cuya
acción es indirecta sobre el crecimiento de las plantas: densidad aparente, textura,
estructura y estabilidad de los agregados, porosidad y distribución de poros.
Para el estudio de las consecuencias a corto plazo del fuego sobre la degradación
física del suelo se utilizan las muestras de los 31 suelos forestales quemados que ya han
sido señaladas en el apartado 3.1 de material y que se recogieron aproximadamente un
mes después de producirse el incendio. La existencia, en cada caso, de una parte de la
misma formación boscosa que no había sido alcanzada por el fuego permitió disponer de
un control y, por tanto, determinar los efectos del incendio sobre diferentes propiedades
físicas relacionadas con su fertilidad: humedad, textura, repelencia al agua, agregación
densidad aparente, porosidad y capacidad de retención de agua. También se analizaron
79
Resultados y discusión: Efectos a corto plazo de los incendios
En la tabla 6 se presentan los valores de pH en agua y en KCl junto con los valores
de los cationes de cambio de los suelos no quemados y quemados. El pH en agua de los
suelos no quemados oscila entre valores extremadamente ácidos (3.82) y ligeramente
ácidos (6.45) según los distintos intervalos de pH establecidos por el USDA (SSS, 1951).
El 74 % de los suelos presentan unos valores de pH entre 4-5.5 que es el rango más
común en los suelos naturales de Galicia (Figura 14).
Un mes después del paso del fuego todos los suelos, menos uno (suelo nº 3),
experimentan un incremento del pH en agua. El 68 % de los suelos aumenta su pH entre
0.25 y 1 unidades y un 19 % experimentan aumentos de pH superiores a 1 unidad (Figura
15). Los demás suelos apenas sufren cambios de pH después del incendio. El pH en KCl
también aumenta como consecuencia del fuego en la capa superficial de todos los suelos.
80
Tabla 6. Valores de pH y cationes de cambio (cmol (+) kg-1) de los suelos no quemados (NQ) y quemados (Q).
pH (H2O) pH (KCl) Al Na K Ca Mg
nº suelo NQ Q NQ Q NQ Q NQ Q NQ Q NQ Q NQ Q
1 4.32 5.27 3.38 4.30 3.45 1.33 0.41 0.56 0.15 0.51 0.88 3.50 0.29 1.46
2 4.54 4.82 3.76 4.13 4.91 2.71 0.58 0.66 0.20 0.59 0.57 2.80 0.36 1.61
3 4.74 4.66 3.81 3.92 2.09 2.10 0.48 0.50 0.37 0.27 1.92 1.18 0.41 0.29
4 4.26 4.43 3.59 3.82 3.69 2.39 0.64 0.71 0.18 0.35 0.70 1.25 0.26 0.59
5 4.05 4.20 3.46 3.45 3.74 4.57 0.60 0.64 0.24 0.29 0.33 0.66 0.38 0.57
6 4.19 4.48 3.42 3.42 4.57 3.59 0.56 0.58 0.17 0.35 0.32 1.64 0.30 0.94
7 4.16 4.93 3.43 4.04 3.79 1.26 0.78 0.67 0.37 0.42 1.22 1.69 1.31 0.77
8 3.91 5.41 3.12 4.36 4.67 0.68 0.68 0.58 0.17 0.24 0.68 1.17 0.45 0.62
9 4.09 4.97 4.07 4.17 2.45 1.51 0.55 0.69 0.18 0.35 0.48 2.26 0.18 1.13
10 4.56 5.35 3.69 4.45 2.95 1.20 0.56 0.73 0.15 0.57 0.96 4.53 0.38 1.85
11 4.18 4.53 3.50 3.66 5.11 3.37 0.79 0.63 0.21 0.29 1.03 1.04 0.49 0.65
12 4.93 5.53 4.27 4.96 1.45 0.64 0.58 0.61 0.09 0.32 0.46 2.87 0.14 0.91
13 4.06 5.27 3.11 4.54 3.57 0.95 0.62 0.64 0.19 0.32 1.36 2.99 0.67 1.44
14 3.99 4.89 3.09 3.93 5.04 2.74 0.65 0.70 0.25 0.32 0.49 1.29 0.60 1.07
15 4.13 5.00 3.30 4.09 3.40 1.82 0.87 0.66 0.43 0.31 4.01 2.25 2.15 0.78
16 4.24 4.41 3.45 3.54 3.29 2.55 0.58 0.61 0.12 0.21 0.69 0.74 0.33 0.41
17 4.48 5.63 3.69 4.91 3.76 1.17 0.67 0.68 0.24 0.50 0.71 3.58 0.55 0.92
18 4.37 5.04 3.42 4.02 3.42 1.90 0.48 0.78 0.23 0.52 1.89 2.41 0.66 0.87
19 4.37 4.72 3.54 3.91 3.99 2.68 0.67 0.66 0.25 0.42 0.72 2.02 0.42 0.88
20 4.45 5.12 3.74 4.60 1.63 1.36 0.59 0.82 0.15 0.71 1.41 2.80 0.42 1.66
21 4.48 5.14 3.65 4.48 3.22 0.90 0.60 0.68 0.14 0.44 0.68 2.61 0.19 1.04
22 3.92 4.40 2.88 3.34 3.58 3.17 0.50 0.62 0.19 0.65 0.47 1.63 0.28 1.30
23 4.25 4.89 3.91 4.15 0.66 1.45 0.56 0.69 0.39 0.53 5.24 3.69 1.52 1.55
24 4.36 4.74 3.57 3.90 3.78 2.31 0.60 0.78 0.09 0.40 0.51 2.56 0.21 1.07
25 3.91 4.30 3.13 3.55 7.58 1.64 0.54 0.55 0.29 0.54 0.46 2.84 0.44 1.34
26 3.82 4.49 3.15 3.98 4.25 1.13 0.60 0.67 0.35 0.50 2.32 3.14 0.74 1.31
27 4.70 5.81 3.93 5.24 0.92 0.44 0.71 0.69 0.42 0.91 3.81 5.96 1.46 2.31
28 5.40 6.33 4.76 5.85 0.14 0.13 0.64 0.75 0.21 0.34 6.83 9.40 2.18 2.17
29 6.38 7.82 5.91 7.44 0.02 0.02 0.64 1.02 0.44 0.74 13.39 27.79 2.72 5.88
30 5.71 7.04 5.26 6.63 0.03 0.02 0.68 0.75 0.39 0.88 8.54 17.39 2.82 4.89
31 6.45 7.16 5.79 6.54 0.01 0.01 0.69 0.66 0.46 0.35 5.15 10.24 2.23 4.11
81
Resultados y discusión: Efectos a corto plazo de los incendios
Resultados y discusión: Efectos a corto plazo de los incendios
60 pH (H2O) pH (KCl)
40
% suelos
20
0
2.5-3 3-3.5 3.5-4 4-4.5 4.5-5 5-5.5 5.5-6 6-6.5
intervalos de pH
Figura 14. Distribución de los suelos no quemados en clases de frecuencias según sus
valores de pH (H2O) y pH (KCl).
82
Resultados y discusión: Efectos a corto plazo de los incendios
30 pH (H2O) pH (KCl)
% suelos 20
10
0
0-0.25 0.25-0.5 0.5-0.75 0.75-1 1-1.25 1.25-1.5 1.5-1.75
incremento de pH
Por otra parte la magnitud del incremento del pH se correlaciona tal como se refleja
en la figura 16 con los cambios que se producen en el Corg y que se analizan en el
siguiente apartado (5.3.1.), así los suelos en donde hay mayores pérdidas de Corg es en
donde se aprecian incrementos mayores de pH (Figura 15). Sin embargo también influye
el contenido en Al ya que por ejemplo los suelos desarrollados sobre pizarras (nº del 28 al
31) con contenidos muy bajos en Al, el pH se eleva en más de una unidad a pesar de que
el carbono aumenta tras el incendio.
40
r = - 0.43, p<0.05
% variación pH H 2 O
20
0
-150 -50 50 150
-20
-40
-1
% variación Corg (g kg )
83
Resultados y discusión: Efectos a corto plazo de los incendios
84
Tabla 7. Contenidos de hierro y aluminio extraídos con ditionito-citrato (Fed, Ald), oxálico-oxalato (Feo, Alo) y pirofosfato sódico (Fep, Alp) en los
suelos no quemados (NQ) y quemados (Q) expresados en g kg-1
Fed Ald Feo Alo Fep Alp
nº suelo NQ Q NQ Q NQ Q NQ Q NQ Q NQ Q
1 4.33 6.35 1.63 2.31 2.84 3.89 1.79 2.77 2.41 2.80 3.62 3.82
2 3.69 4.21 5.00 4.76 4.17 3.87 5.70 6.39 2.87 2.78 6.75 7.10
3 6.21 4.74 2.70 2.35 4.31 2.89 3.35 2.79 2.80 2.23 5.52 4.32
4 13.29 6.60 5.19 2.92 4.99 3.19 3.56 2.72 4.24 2.37 5.83 3.68
5 3.85 4.56 2.67 2.82 5.00 4.52 3.69 3.59 3.93 2.87 5.84 4.20
6 7.54 8.15 2.67 3.44 5.41 4.39 3.68 4.33 4.91 3.70 6.35 5.91
7 5.13 7.11 3.30 2.40 3.86 4.09 3.60 3.72 2.35 3.39 4.99 4.71
8 5.59 5.16 3.94 2.24 4.05 3.32 4.27 3.56 2.72 1.76 6.11 4.35
9 5.27 2.07 8.15 2.31 6.35 2.83 12.35 3.85 3.07 1.41 10.19 4.36
10 9.55 8.77 6.57 3.72 5.68 4.64 9.00 5.53 3.55 2.56 9.29 6.47
11 6.55 6.43 2.67 2.23 3.28 3.67 3.09 2.86 2.58 2.59 4.85 4.91
12 6.13 5.17 6.33 2.40 3.49 2.80 9.17 3.02 2.58 1.67 11.00 3.99
13 3.82 2.55 3.17 2.05 2.81 1.22 3.93 2.66 1.15 0.48 4.16 3.15
14 4.92 9.35 4.48 4.82 1.96 4.40 3.85 5.41 0.91 2.32 4.93 6.97
15 3.48 7.02 2.97 3.61 1.48 3.16 2.92 4.71 0.56 1.51 3.17 5.96
16 3.79 3.46 3.68 2.67 2.53 2.32 3.76 2.92 1.17 1.19 4.43 3.52
17 7.32 8.80 3.39 5.86 3.46 5.43 4.18 7.17 1.78 2.57 5.33 7.28
18 7.36 11.87 2.93 3.65 2.03 3.16 2.51 3.10 1.96 2.65 4.01 4.36
19 17.21 23.33 4.73 5.33 6.02 8.11 4.67 5.26 5.04 4.85 6.01 5.68
20 20.63 37.83 3.91 7.93 4.84 4.68 1.94 6.72 2.80 2.76 2.73 6.81
21 16.23 26.32 5.64 5.02 3.53 4.93 5.16 3.40 2.43 2.26 6.49 4.48
22 5.59 8.69 2.63 2.39 3.07 2.99 1.28 2.47 2.35 2.97 2.41 3.72
23 7.18 10.82 1.10 2.52 1.55 4.84 0.63 3.09 1.71 2.85 1.44 3.89
24 25.83 29.70 5.40 5.71 4.41 3.85 4.50 3.73 2.69 2.00 5.16 4.89
25 9.86 14.07 4.83 2.38 4.88 1.48 3.87 1.14 3.35 1.18 6.17 1.96
26 26.02 29.89 5.38 3.75 4.89 1.62 3.15 1.07 3.99 2.71 4.39 2.19
27 11.23 11.33 2.04 2.10 2.86 2.41 1.45 1.41 1.45 0.91 2.24 1.59
28 14.46 17.16 2.60 2.72 3.82 4.40 1.92 2.71 1.34 1.01 2.40 2.64
29 23.57 18.38 3.61 3.15 1.54 2.96 1.45 2.23 0.78 0.81 1.84 1.84
30 21.81 24.36 2.83 2.84 2.00 2.57 1.16 1.32 0.83 0.85 1.96 1.70
31 19.95 21.81 2.65 3.31 1.67 2.89 1.27 1.68 0.73 0.90 1.51 1.73
85
Resultados y discusión: Efectos a corto plazo de los incendios
Resultados y discusión: Efectos a corto plazo de los incendios
En la bibliografía hay muy pocas referencias sobre los efectos de los incendios en
los óxidos de hierro y aluminio. Se han citado alteraciones en los óxidos de hierro
(Ketterings y Bigham, 2000) que a su vez condicionan cambios en el color del suelo y en
las propiedades magnéticas, así como una mayor liberación de hierro (Iglesias et al.,
1998.
86
Resultados y discusión: Efectos a corto plazo de los incendios
Tabla 8. Valores de Corg (g kg-1), Cbiomasa (μg g-1) y (Cbiomasa/Corg)*100 en los suelos no
quemados (NQ) y quemados (Q). (n.d.: no detectable por el método).
Corg Cbiomasa (Cbiomasa/ Corg)*100
nº suelo NQ Q NQ Q NQ Q
1 42.6 63.6 824.3 433.6 1.94 0.68
2 73.9 116.2 971.3 683.9 1.31 0.59
3 29.9 42.3 461.7 336.3 1.54 0.80
4 94.2 77.4 674.8 601.6 0.72 0.78
5 89.8 158.5 730.5 641.8 0.81 0.41
6 34.6 71.3 544.2 345.0 1.57 0.48
7 74.4 59.5 701.9 242.5 0.94 0.41
8 99.5 57.2 397.8 351.5 0.40 0.61
9 102.7 98.2 421.1 436.5 0.41 0.44
10 62.9 49.8 626.8 535.7 1.00 1.08
11 76.0 73.2 564.9 325.0 0.74 0.44
12 48.4 56.1 308.2 235.2 0.64 0.42
13 103.7 66.0 938.2 139.8 0.90 0.21
14 106.0 81.2 832.1 n.d. 0.79 ─
15 115.0 63.5 1519.1 456.7 1.32 0.72
16 82.3 79.0 1168.7 559.0 1.42 0.71
17 48.5 75.5 1301.3 201.8 2.68 0.27
18 78.1 70.7 695.9 449.5 0.89 0.64
19 88.7 107.0 877.4 694.4 0.99 0.65
20 56.0 86.0 1526.9 1331.5 2.73 1.55
21 90.2 71.6 446.1 138.7 0.49 0.19
22 50.3 112.5 599.8 483.4 1.19 0.43
23 80.6 73.2 720.9 293.0 0.89 0.40
24 58.0 115.0 707.5 365.2 1.22 0.32
25 135.3 93.0 2071.8 n.d. 1.53 ─
26 135.9 79.2 667.0 448.6 0.49 0.57
27 65.4 54.2 1352.3 622.1 2.07 1.15
28 55.2 58.7 1094.5 470.5 1.98 0.80
29 53.0 65.4 533.9 558.9 1.01 0.85
30 65.4 63.2 786.2 543.1 1.20 0.86
31 27.1 35.8 509.1 329.4 1.88 0.92
87
Resultados y discusión: Efectos a corto plazo de los incendios
40 Carbono orgánico
30
% suelos
20
10
0
20-40 40-60 60-80 80-100 100-120 120-140
-1
g kg
Figura 17. Distribución de los suelos no quemados en función de sus contenidos en Corg.
Los contenidos de Cbiomasa en los suelos no quemados se sitúan entre 308 y 2072 μg
g-1 (Figura 18), lo que representa entre el 0.4 y el 2.7 % del Corg del suelo. El porcentaje
de Cbiomasa en relación al Corg es un cociente que refleja cambios en la materia orgánica de
manera mucho más sensible y rápida que la simple evaluación del Corg y el Cbiomasa por
separado. Ello se debe al rápido “turnover” de la biomasa microbiana. Cambios en este
cociente reflejan incrementos o pérdidas en las entradas de materia orgánica en el suelo,
la eficiencia de los microorganismos en la incorporación de carbono a su biomasa y la
estabilización de la materia orgánica (Piao et al., 2001). Las bajas relaciones obtenidas
entre el Cbiomasa y el Corg son frecuentes en suelos con altos contenidos en materia orgánica
y pH ácidos (Díaz-Raviña et al., 1993, 1995; Prieto-Fernández et al., 1998).
Después de los incendios los contenidos de Corg de los suelos presentan variaciones
de distinto signo (Figura 19), de modo que aproximadamente un 42 % de los suelos
incrementa su contenido en Corg respecto al suelo sin quemar, llegando a duplicar el valor
del suelo no quemado en algunos casos. El 35 % experimentan una disminución en el
contenido de Corg entre el 17 y 44 % por efecto del fuego y se corresponden con los suelos
no quemados con contenidos de carbono más elevados. El resto de los suelos quemados
(23 %) tienen un porcentaje de variación, calculado en relación al suelo no quemado,
inferior al 10 %.
88
Resultados y discusión: Efectos a corto plazo de los incendios
40
Carbono biomasa
30
% suelos
20
10
0
300-600 600-900 900-1200 1200-1500 1500-1800 1800-2100
-1
mg g
100
% variación
60
20
-20
-60
1 2 3 4 5 6 7 8 9 10 11 12 13 14 15 16 17 18 19 20 21 22 23 24 25 26 27 28 29 30 31
nº suelo
Figura 19. % de variación del contenido de Corg entre los suelos quemados y no
quemados.
89
Resultados y discusión: Efectos a corto plazo de los incendios
90
Resultados y discusión: Efectos a corto plazo de los incendios
Carbono biomasa
40
20
0
% variación
-20
* *
-40
-60
-80
-100
1 2 3 4 5 6 7 8 9 10 11 12 13 14 15 16 17 18 19 20 21 22 23 24 25 26 27 28 29 30 31
nº suelo
Figura 20. % de variación del contenido de Cbiomasa entre los suelos quemados y no
quemados (*: no determinado).
5.1.4. Humedad
91
Resultados y discusión: Efectos a corto plazo de los incendios
60
50 NQ Q
% humedad
40
30
20
10
0
1 2 3 4 5 6 7 8 9 10 11 18 19 22 23 12 13 14 15 16 17 20 21 24 25 26 27 28 29 30 31
nº suelo
muestreo 1999 muestreo 2000
Figura 21. Contenido en humedad de los suelos no quemados (NQ) y quemados (Q) en el
momento del muestreo.
Tras los incendios, prácticamente todos los suelos presentan un menor contenido en
humedad que los suelos no quemados. En un gran número de suelos se observan
reducciones en la humedad superiores al 40 % en relación a los suelos no quemados.
La modificación del régimen de humedad del suelo causada por los incendios
forestales se debe al efecto del aumento de la temperatura del suelo que al estar
desprovisto de vegetación, está más expuesto a la insolación y al viento. Además, el
ennegrecimiento de la superficie del suelo por el acúmulo de cenizas negras contribuye a
la evaporación porque hace incrementar la absorción de la radiación solar y, en
consecuencia, la temperatura del suelo aumenta. Sin embargo, al desaparecer la
vegetación también se reducen la interceptación y la transpiración, por lo que el resultado
final depende de la importancia de cada una de las modificaciones sufridas en relación
con la evapotranspiración.
5.1.5. Textura
92
Resultados y discusión: Efectos a corto plazo de los incendios
Todos los suelos no quemados desarrollados sobre granitos y rocas afines (suelos
del nº1 al 18) presentan una textura franco-arenosa con contenidos de arena entre 56-76
%, limo entre 15-31 % y arcilla entre 8-17 %. El grupo de suelos desarrollados sobre
esquistos y pizarras (suelos del nº 19 al 31) poseen texturas francas o franco-limosas con
contenidos de arena que varían entre 16 y 50 %, limo entre 31-60 % y arcilla entre 10-24
%.
El aumento de la fracción arena tras el paso del fuego es un hecho que aparece
ampliamente citado en la bibliografía y ocurre en incendios que superan los 300-400ºC de
temperatura. Los incendios de alta intensidad provocan fusiones térmicas de las partículas
93
Resultados y discusión: Efectos a corto plazo de los incendios
94
Resultados y discusión: Efectos a corto plazo de los incendios
Para poder estudiar con detalle los cambios ocasionados por los incendios en la
repelencia al agua se recogieron en los suelos quemados muestras a dos profundidades: 0-
2.5 cm y 2.5-5 cm (a diferencia del resto de parámetros que hemos descrito hasta ahora en
los que hemos utilizado muestras de suelo recogidas entre 0-5 cm).
95
Resultados y discusión: Efectos a corto plazo de los incendios
100
NQ Q (0-2.5 cm)
80
% suelos
60
40
20
0
1 2 3 4 5 6 7
clases de repelencia
96
Resultados y discusión: Efectos a corto plazo de los incendios
Tabla 10. Grado (% etanol) y clase de repelencia al agua según la clasificación de Doerr
et al., 1998 de los suelos no quemados (NQ) y quemados (Q). (Clase 2: hidrofílico; Clase
3: ligeramente hidrofóbico; Clase 4: moderadamente hidrofóbico; Clase 5: fuertemente
hidrofóbico; Clase 6: muy fuertemente hidrofóbico).
NQ Q (0-2.5 cm) Q (2.5-5 cm)
97
Resultados y discusión: Efectos a corto plazo de los incendios
30
Repelencia (% etanol)
25
20
15
10
r= 0.67, p< 0.01
5
0
0 20 40 60 80 100 120 140 160
-1
Corg (g kg )
Figura 23. Relación entre el grado de repelencia al agua y el contenido en Corg en los
suelos no quemados.
98
Resultados y discusión: Efectos a corto plazo de los incendios
Los suelos que presentan una repelencia al agua de ligera a moderada antes del
fuego también experimentan un incremento del grado de repelencia en la capa más
superficial tras el incendio.
Doerr et al. (2000), en una revisión realizada sobre la repelencia al agua de los
suelos, recogen respuestas altamente variables tras los incendios forestales: generalmente
la repelencia al agua se incrementa en la superficie del suelo o bien desaparece en la capa
más superficial y se forma una capa repelente en profundidad (DeBano et al., 1970).
99
100
NQ Q (0-2.5 cm) Q (2.5-5 cm)
30
25
20
muy fuertemente
hidrofóbico
15
fuertemente hidrofóbico
10
Repelencia (% etanol)
moderadamente hidrofóbico
5
ligeramente hidrofóbico
hidrofílico
0
Resultados y discusión: Efectos a corto plazo de los incendios
3 4 22 31 29 1 28 2 24 30 20 18 12 19 6 10 17 21 11 26 27 9 16 7 8 13 15 23 25 14 5
nº suelo
Figura 24. Cambios en la repelencia al agua causada por los incendios. Los suelos aparecen ordenados en orden creciente de repelencia de los
suelos no quemados.
Resultados y discusión: Efectos a corto plazo de los incendios
101
Resultados y discusión: Efectos a corto plazo de los incendios
Por otra parte, tal como se ha comentado antes, el grado de repelencia inicial de los
suelos parece condicionar claramente las variaciones observadas tras el paso del fuego, de
forma que los suelos previamente muy hidrofóbicos apenas experimentan con el incendio
variaciones en su repelencia, mientras que ésta aumenta considerablemente en los suelos
que eran hidrofílicos antes del incendio, siempre y cuando no se alcance la temperatura
necesaria para la destrucción de la repelencia.
5.1.7. Agregación
Existen diferentes métodos para medir la agregación del suelo, algunos están
enfocados hacia la distribución del tamaño de los agregados y otros hacia la estabilidad
de los agregados al agua (Jastrow y Miller, 1991). Algunos analizan la ruptura de los
agregados debido a la acción de la humectación, otros consideran la acción mecánica y
otros incluyen ambas acciones.
Para estudiar los efectos a corto plazo del fuego en la agregación del suelo, se han
analizado por un lado los cambios en la distribución de los agregados en seco, para
102
Resultados y discusión: Efectos a corto plazo de los incendios
estudiar únicamente el efecto del calentamiento en el tamaño de los agregados y por otro
la acción del agua sobre la estabilidad estructural de los suelos quemados.
100
90
80
70
60
%
50
40
30
20
10
0
1 2 3 4 5 6 7 8 9 10 11 12 13 14 15 16 17 18 19 20 21 22 23 24 25 26 27 28 29 30 31
nº suelo
Figura 25. % de cada una de las fracciones de agregados obtenidas por tamización en
seco de los suelos no quemados.
103
Resultados y discusión: Efectos a corto plazo de los incendios
Tabla 11. Diámetro medio ponderado en seco (DMPs) de los suelos no quemados (NQ) y
quemados (Q).
DMPs (mm)
nº suelo NQ Q
1 1.85 1.51
2 1.75 1.65
3 1.86 1.53
4 2.33 1.70
5 1.52 1.74
6 1.93 1.91
7 1.68 1.07
8 1.17 0.79
9 1.08 1.13
10 1.92 1.31
11 1.32 1.22
12 1.28 1.56
13 1.64 1.24
14 1.43 1.05
15 2.04 1.34
16 0.96 1.18
17 1.42 1.23
18 2.30 1.92
19 1.34 1.25
20 1.63 1.27
21 1.03 1.23
22 1.28 1.73
23 1.29 1.28
24 1.26 1.53
25 2.20 1.41
26 2.49 1.63
27 2.83 1.98
28 2.20 1.83
29 2.09 1.76
30 2.13 2.78
31 1.97 2.37
104
Resultados y discusión: Efectos a corto plazo de los incendios
Agregación en seco
40
30
20
% variación
10
0
-10
-20
-30
-40
1 2 3 4 5 6 7 8 9 10 11 12 13 14 15 16 17 18 19 20 21 22 23 24 25 26 27 28 29 30 31
nº suelo
Figura 26. % de variación del DMPs entre los suelos quemados y no quemados.
Si se analiza con más detalle la distribución de los agregados en los suelos en los
que disminuye el DMPs se observa que la desagregación que se produjo en los suelos por
efecto del fuego afectó especialmente a la fracción entre 5-2 mm, donde se aprecian las
mayores diferencias entre los suelos no quemados y quemados (Figura 27).
105
Resultados y discusión: Efectos a corto plazo de los incendios
100
90
80
70
60
%
50
40
30
20
10
0
1 2 3 4 5 6 7 8 9 10 11 12 13 14 15 16 17 18 19 20 21 22 23 24 25 26 27 28 29 30 31
nº suelo
Figura 27. % de cada una de las fracciones de agregados obtenidas por tamización en
seco de los suelos quemados.
106
Resultados y discusión: Efectos a corto plazo de los incendios
rápida)
• Desagregación mecánica debida al impacto de las gotas de lluvia (desagregación
mecánica).
• Desagregación por hinchamiento diferencial (humectación lenta).
• Dispersión físico-química.
Dispersión
Humectación Desagregación Humectación
Mecanismos físico-
rápida mecánica lenta
química
Fuerzas de
Presión interna Presión interna
Presión externa atracción
Fuerzas que del aire ocluido por hinchamiento
por impacto de las entre las
actúan durante la diferencial de la
gotas de lluvia partículas
humectación arcilla
coloidales
Expansión
Porosidad
diferencial
Propiedades Cohesión en Estado iónico
Cohesión interna húmedo (arcilla,
del suelo que materia orgánica,
Condiciones de
Mineralogía
intervienen humectación
Repelencia al óxidos) de la arcilla
agua
Cohesión
Microagregados
Partículas Partículas Partículas
Microagregados
originadas elementales elementales
Macroagregados
Intensidad
de la Grande Limitada Acumulativa Total
desagregación
107
Resultados y discusión: Efectos a corto plazo de los incendios
Test de tamización
108
Resultados y discusión: Efectos a corto plazo de los incendios
de modo que cuanto mayor sea este índice mayor será la estabilidad de los agregados.
En la tabla 13 se presentan los valores del DMPh para cada uno de los tres
tratamientos (humectación rápida por inmersión, desagregación mecánica por agitación
tras la rehumectación y humectación lenta por capilaridad) y el valor medio de los tres
tratamientos en los diferentes suelos estudiados.
Cuando se analizan los valores de DMPh obtenidos para los distintos tratamientos
por separado, se comprueba que el tratamiento de humectación rápida es el que presenta
los valores de DMPh más bajos. Los suelos no quemados sometidos a una humectación
rápida presentan valores que oscilan entre 2.47 y 3.37 mm. Con el tratamiento de
desagregación mecánica se obtienen valores de DMPh ligeramente superiores que con la
humectación rápida con un valor mínimo de 2.73 mm y el máximo de 3.43 mm. Los
resultados obtenidos con el tratamiento de humectación lenta son similares a los del
tratamiento de desagregación mecánica, con un DMPh que varía entre 2.91 y 3.43 mm,
indicando que estos dos tratamientos son ligeramente menos destructivos que el de
humectación rápida.
Al comparar los distintos tratamientos que constituyen este método en los suelos no
quemados se observa que existe una correlación significativa entre los tres, siendo los
tratamientos de desagregación mecánica y de humectación lenta los que están mejor
correlacionados entre sí (Tabla 14).
109
Resultados y discusión: Efectos a corto plazo de los incendios
Tabla 13. DMPh (mm) en los suelos no quemados (NQ) y quemados (Q) después de los
tratamientos de humectación rápida por inmersión, desagregación mecánica por agitación
tras la rehumectación, humectación lenta por capilaridad y media de los tres tratamientos.
Humectación Desagregación Humectación Media 3
rápida mecánica lenta tratamientos
nº
NQ Q NQ Q NQ Q NQ Q
suelo
1 2.90 3.18 3.00 3.20 3.04 3.20 2.98 3.19
2 2.93 3.10 2.95 3.21 3.04 3.19 2.97 3.16
3 2.87 3.04 3.23 3.26 3.26 3.34 3.12 3.21
4 2.47 2.96 3.08 3.28 2.96 3.28 2.84 3.17
5 3.13 3.28 3.23 3.35 3.17 3.33 3.17 3.32
6 2.99 2.82 3.17 3.01 3.16 2.93 3.11 2.92
7 3.24 2.76 3.27 3.03 3.25 2.98 3.25 2.92
8 3.17 1.97 3.06 2.31 3.11 2.32 3.11 2.20
9 3.07 3.21 3.08 3.27 3.16 3.22 3.10 3.23
10 3.15 3.29 3.37 3.42 3.34 3.42 3.29 3.38
11 3.09 3.17 3.10 3.22 3.13 3.23 3.11 3.20
12 3.14 2.89 3.18 3.00 3.10 3.10 3.14 3.00
13 3.21 3.02 3.23 3.11 3.28 3.07 3.24 3.07
14 3.17 3.17 3.19 3.24 3.11 3.24 3.16 3.22
15 3.21 3.08 3.26 3.17 3.32 3.14 3.26 3.13
16 2.85 3.09 2.96 3.19 2.98 3.22 2.93 3.16
17 3.25 2.94 3.28 3.08 3.31 3.18 3.28 3.06
18 2.84 3.28 3.06 3.32 3.15 3.36 3.01 3.32
19 3.37 3.32 3.40 3.31 3.40 3.33 3.39 3.32
20 3.11 3.14 3.08 3.14 3.21 3.25 3.13 3.18
21 2.83 3.16 3.02 3.29 3.09 3.29 2.98 3.25
22 2.49 2.69 2.87 3.01 3.07 3.19 2.81 2.96
23 3.07 2.91 2.73 3.23 2.91 3.24 2.90 3.13
24 2.86 3.17 3.05 3.27 3.05 3.28 2.99 3.24
25 3.35 3.06 3.36 3.16 3.39 3.22 3.37 3.15
26 3.35 3.21 3.40 3.25 3.41 3.29 3.38 3.25
27 3.37 3.26 3.43 3.36 3.43 3.34 3.41 3.32
28 3.35 3.29 3.42 3.37 3.40 3.34 3.39 3.33
29 3.05 2.66 3.39 3.28 3.34 3.13 3.26 3.02
30 3.09 3.22 3.36 3.41 3.33 3.37 3.26 3.33
31 2.63 2.52 3.35 3.33 3.13 3.13 3.03 2.99
110
Resultados y discusión: Efectos a corto plazo de los incendios
Tabla 14. Coeficientes de correlación entre los distintos tratamientos del test de
tamización (humectación rápida por inmersión, desagregación mecánica por agitación
tras la rehumectación y humectación lenta por capilaridad) en los suelos no quemados.
Todas las correlaciones son significativas al 99 %.
Desagregación mecánica Humectación lenta
Un mes después de producirse los incendios, los valores medios de DMPh (Tabla
13) no muestran diferencias importantes en la estabilidad de los agregados al agua entre
los suelos no quemados y quemados, manteniéndose dentro de la clase “muy estables”,
excepto el suelo número 8 que muestra un 30 % de disminución en el DMPh medio (de
3.11 a 2.20 mm) y pasa a clasificarse como “estable”.
111
112
Humectación rápida Desagregación mecánica
30 30
20 20
10 10
0 0
-10 -10
% variación
% variación
-20 -20
-30 -30
-40 -40
1 2 3 4 5 6 7 8 910111213141516171819202122232425262728293031 1 2 3 4 5 6 7 8 910111213141516171819202122232425262728293031
20 20
10 10
Resultados y discusión: Efectos a corto plazo de los incendios
0 0
-10 -10
% variación
% variación
-20 -20
-30 -30
-40 -40
1
2
3
4
5
6
7
8
9
1
2
3
4
5
6
7
8
9
10
11
12
13
14
15
16
17
18
19
20
21
22
23
24
25
26
27
28
29
30
31
10
11
12
13
14
15
16
17
18
19
20
21
22
23
24
25
26
27
28
29
30
31
nº suelo nº suelo
Figura 28. % variación del DMPh entre los suelos quemados y no quemados para cada uno de los tratamientos (humectación rápida por
inmersión, desagregación mecánica por agitación tras la rehumectación y humectación lenta por capilaridad) y para la media de los tres
tratamientos.
Resultados y discusión: Efectos a corto plazo de los incendios
Al analizar como varía la media de los tres tratamientos se observa que del total de
los 31 suelos estudiados, 13 experimentan un ligero aumento en la estabilidad de los
agregados tras el incendio, siendo el incremento máximo de DMPh con respecto a los
suelos no quemados de un 12 %. Otros 10 suelos sufren una disminución del DMPh entre
4 y 30 % indicando una ligera desagregación en húmedo y el resto de los suelos
prácticamente no se ven afectados por el paso del fuego.
Tras el paso del fuego la fracción entre 5-2 mm continúa siendo la más abundante,
sin embargo esta fracción es la que resulta más afectada por el fuego. En los suelos en los
que se observa pérdida de agregación después del incendio se produce una disminución
de la fracción >2 mm que se traduce en un aumento de los agregados en el resto de
fracciones. El más llamativo es el suelo nº 8 para el cual el porcentaje de agregados entre
5-2 mm disminuye después del fuego, pasando del 80 % en el suelo no quemado a valores
del orden del 50 % en el suelo quemado para los tres tratamientos. De la misma manera,
se comprueba que en los suelos en los que la agregación se ve favorecida por el incendio,
los cambios se producen igualmente en la fracción >2 mm, disminuyendo las fracciones
de menor tamaño.
113
Tabla 15. Distribución de agregadosdespués del tratamiento de humectación rápida por inmersión.
114
% 5-2 mm % 2-1 mm % 1-0.5 mm % 0.5-0.25 mm % 0.25-0.1 mm % 0.1-0.05 mm % < 0.05 mm
nº suelo
NQ Q NQ Q NQ Q NQ Q NQ Q NQ Q NQ Q
1 79.31 88.68 4.41 2.91 4.37 2.34 4.80 2.34 4.40 2.25 1.71 0.93 1.00 0.54
2 78.62 85.03 8.33 5.33 4.93 3.33 3.27 2.54 2.76 2.19 1.38 0.96 0.71 0.62
3 77.06 82.49 7.99 6.77 5.09 4.11 4.45 3.19 2.28 1.72 1.30 1.01 1.84 0.71
4 64.30 79.40 7.76 5.88 7.52 4.87 9.82 5.24 5.91 2.76 3.29 1.23 1.39 0.63
5 86.41 91.37 4.61 3.40 3.04 1.89 2.56 1.59 2.09 1.17 0.80 0.38 0.50 0.21
6 81.10 75.04 6.64 7.78 4.35 6.11 3.19 4.78 2.76 3.61 1.21 1.62 0.76 1.06
7 90.45 77.79 3.33 5.94 2.28 4.34 1.62 3.96 1.47 4.36 0.56 2.15 0.28 1.47
8 87.83 49.63 3.78 11.06 2.92 10.06 2.28 9.02 1.92 9.09 0.89 7.49 0.38 3.64
9 84.82 89.21 3.55 3.51 3.92 2.89 3.25 2.07 2.70 1.51 1.18 0.51 0.57 0.30
10 87.86 92.29 3.55 2.58 1.91 1.37 1.91 1.28 1.40 0.90 1.50 0.68 1.87 0.90
11 85.55 88.21 3.70 3.32 3.43 2.87 3.01 2.31 2.54 2.02 0.96 0.73 0.81 0.54
12 87.10 78.06 3.75 5.89 2.60 5.70 1.98 4.88 1.86 3.50 1.39 1.34 1.31 0.63
13 89.04 82.78 4.05 4.45 2.97 4.11 1.74 3.47 1.23 3.29 0.46 1.32 0.51 0.57
14 87.72 87.94 3.86 3.91 3.53 2.67 2.45 2.07 1.78 1.79 0.47 0.60 0.20 1.02
15 89.14 85.02 3.82 3.95 2.71 3.50 2.12 2.63 1.43 2.82 0.47 1.17 0.31 0.91
16 76.65 85.15 6.49 4.11 6.04 3.89 5.10 3.30 3.59 2.39 1.50 0.78 0.61 0.37
17 90.80 78.81 2.92 8.18 1.79 4.97 1.41 3.63 1.71 3.10 0.89 0.98 0.48 0.32
18 77.55 92.74 4.12 1.27 4.41 1.23 4.64 1.20 5.49 1.81 2.65 1.11 1.15 0.64
19 95.37 92.52 1.08 1.91 0.70 1.43 0.70 1.23 1.07 1.73 0.74 0.99 0.34 0.18
Resultados y discusión: Efectos a corto plazo de los incendios
20 85.93 87.56 4.02 3.01 3.11 2.40 2.31 2.22 2.26 2.74 1.52 1.47 0.86 0.60
21 77.35 88.27 4.04 2.61 4.80 2.08 4.40 1.87 4.29 2.75 3.17 1.63 1.94 0.79
22 64.34 71.46 10.75 8.55 6.32 4.89 4.32 4.83 4.17 3.32 5.24 3.84 4.87 3.11
23 84.74 79.14 4.08 5.75 3.28 3.94 3.68 4.12 2.24 3.18 0.82 2.57 1.16 1.29
24 76.77 86.38 7.75 4.87 4.81 2.89 3.08 1.89 3.34 1.80 2.35 1.14 1.91 1.03
25 94.61 86.30 1.79 3.53 1.03 2.39 0.88 2.08 0.86 2.80 0.49 1.92 0.34 0.98
26 94.67 90.04 1.12 2.74 1.06 1.85 0.99 1.44 1.01 1.71 0.57 1.44 0.58 0.78
27 95.18 91.54 1.65 2.76 1.04 1.52 0.67 1.12 0.69 1.24 0.36 1.03 0.41 0.80
28 94.03 92.27 2.35 2.37 1.66 1.83 0.87 1.42 0.57 1.12 0.18 0.45 0.35 0.54
29 83.42 70.08 5.44 8.22 4.53 6.65 2.95 4.85 2.18 6.01 1.15 2.69 0.32 1.49
30 84.83 89.81 5.39 3.50 3.91 2.40 2.55 1.61 1.72 1.34 0.71 0.66 0.89 0.67
31 67.50 63.44 11.77 12.85 7.80 9.38 5.43 6.48 4.28 4.82 2.19 1.94 1.03 1.09
Tabla 16. Distribución de agregados después del tratamiento de desagregación mecánica por agitación tras la rehumectación.
115
Resultados y discusión: Efectos a corto plazo de los incendios
Tabla 17. Distribución de agregados después del tratamiento de humectación lenta por capilaridad.
116
% 5-2 mm % 2-1 mm % 1-0.5 mm % 0.5-0.25 mm % 0.25-0.1 mm % 0.1-0.05 mm % < 0.05 mm
nº suelo NQ Q NQ Q NQ Q NQ Q NQ Q NQ Q NQ Q
1 84.22 89.63 3.30 2.54 3.20 2.20 3.64 2.21 3.40 1.67 1.26 0.85 0.98 0.90
2 83.05 88.53 5.80 3.83 4.04 2.64 2.77 2.13 2.40 1.73 1.26 0.71 0.68 0.42
3 91.27 94.31 2.93 2.00 1.65 1.20 1.28 0.92 1.31 0.89 0.69 0.41 0.87 0.28
4 81.14 92.12 4.74 2.09 3.56 1.71 4.52 1.81 2.78 0.93 1.40 0.34 1.85 1.00
5 88.00 93.04 4.13 2.87 2.55 1.41 2.21 1.23 1.92 0.92 0.73 0.30 0.47 0.22
6 87.58 79.63 4.35 6.19 2.55 4.97 2.28 4.01 1.92 3.07 0.92 1.26 0.41 0.87
7 90.48 79.02 3.55 5.25 2.01 4.38 1.63 3.85 1.37 4.12 0.59 2.06 0.37 1.34
8 85.88 59.14 4.41 9.60 3.58 7.92 2.67 7.42 2.18 7.71 0.96 5.08 0.32 3.12
9 87.83 89.60 3.34 3.89 2.82 2.31 2.53 1.77 2.03 1.51 0.91 0.44 0.55 0.48
10 94.15 97.13 1.91 1.02 0.84 0.45 0.72 0.37 0.96 0.46 0.76 0.31 0.65 0.25
11 86.38 90.20 4.38 2.81 3.04 2.56 2.48 1.96 2.13 1.49 0.87 0.50 0.71 0.47
12 85.70 85.09 4.55 4.68 3.24 3.58 2.07 3.21 1.73 2.32 1.29 0.79 1.41 0.33
13 91.51 84.84 3.35 4.02 2.11 3.75 1.39 3.05 1.08 2.77 0.51 1.04 0.05 0.53
14 85.86 90.59 4.31 2.66 3.76 2.59 2.89 1.89 2.28 1.47 0.51 0.43 0.41 0.37
15 93.14 86.89 2.65 3.94 1.72 2.94 1.25 2.42 0.80 2.33 0.27 0.83 0.16 0.66
16 81.42 90.72 4.57 2.53 5.02 2.61 4.16 2.09 2.94 1.38 1.22 0.46 0.67 0.20
17 92.79 87.45 2.55 4.86 1.28 2.86 1.12 2.19 1.22 1.90 0.62 0.53 0.42 0.22
18 87.87 95.45 2.56 0.62 2.51 0.74 2.44 0.73 2.71 1.15 1.24 0.68 0.66 0.64
19 96.22 93.68 1.12 1.73 0.51 1.08 0.49 1.00 0.80 1.41 0.62 0.82 0.24 0.28
Resultados y discusión: Efectos a corto plazo de los incendios
20 89.77 91.09 2.81 2.32 2.42 1.66 1.65 1.60 1.56 1.90 0.97 0.96 0.82 0.47
21 85.99 92.63 2.61 1.93 2.72 1.27 2.39 1.03 2.74 1.59 2.14 1.01 1.41 0.55
22 84.53 88.76 5.12 2.82 2.43 1.91 1.84 1.61 1.84 1.78 2.21 1.98 2.03 1.14
23 80.29 91.02 4.11 2.33 1.89 1.57 1.69 1.52 4.38 1.19 5.44 0.94 2.21 1.42
24 83.71 91.77 5.71 2.38 3.02 1.75 2.06 1.32 2.32 1.30 1.77 0.77 1.42 0.71
25 95.87 91.57 1.52 1.80 0.73 1.44 0.65 1.40 0.68 1.85 0.33 1.23 0.22 0.71
26 96.66 92.37 0.72 2.44 0.70 1.26 0.63 0.99 0.61 1.21 0.34 1.05 0.33 0.68
27 97.55 94.19 0.89 1.90 0.51 1.20 0.29 0.85 0.37 0.84 0.17 0.55 0.21 0.47
28 96.08 93.81 1.42 1.99 1.03 1.46 0.63 1.09 0.45 0.86 0.16 0.34 0.23 0.45
29 93.93 86.78 2.18 3.78 1.21 2.96 1.09 2.33 0.89 2.10 0.42 1.29 0.28 0.78
30 93.53 95.02 2.59 2.08 1.49 1.04 1.07 0.68 0.78 0.57 0.30 0.27 0.23 0.34
31 85.77 85.97 5.94 5.72 3.06 3.32 1.97 2.19 1.89 1.61 0.92 0.70 0.44 0.49
Resultados y discusión: Efectos a corto plazo de los incendios
Otro modo de presentar los resultados de este test de estabilidad de los agregados al
agua, es mediante curvas acumulativas de la proporción de agregados que sobreviven a
un número dado de impactos de gota, lo que nos da una idea del comportamiento de éstos
frente a las gotas. En la figura 29 se representan las curvas acumulativas para los suelos
no quemados separados en función del material de partida con el fin de facilitar la
interpretación de los datos.
117
Resultados y discusión: Efectos a corto plazo de los incendios
Tabla 18. % de agregados estables según el test de impacto de gota en los suelos no
quemados (NQ) y quemados (Q).
% Agregados estables
nº suelo NQ Q
1 20 62
2 20 48
3 52 56
4 48 32
5 84 74
6 28 38
7 60 52
8 60 16
9 60 46
10 72 90
11 20 56
12 88 48
13 45 36
14 52 76
15 64 52
16 44 38
17 60 64
18 28 88
19 72 74
20 20 78
21 52 44
22 8 32
23 24 18
24 20 48
25 84 32
26 72 88
27 88 86
28 92 96
29 36 48
30 76 78
31 12 16
118
Resultados y discusión: Efectos a corto plazo de los incendios
1 2 3 4 5 6
7 8 9 10 11 12
13 14 15 16 17 18
200
nº impactos de gota
160
120
80
40
0
0 20 40 60 80 100
19 20 21 22 23 24 25
26 27 28 29 30 31
200
nº de impactos de gota
160
120
80
40
0
0 20 40 60 80 100
119
Resultados y discusión: Efectos a corto plazo de los incendios
Destaca el hecho de que la mayoría de los agregados que resisten los 140 impactos
de gota permanecen sin romperse hasta los 200 impactos.
Los suelos más inestables al impacto (nº 22 y 31) se caracterizan por tener altos
contenidos en limo y bajos contenidos en Corg y Cbiomasa. Por el contrario, entre los más
estables se encuentran aquellos que tienen mayores contenidos en arcilla (por ejemplo nº
25, 26, 27, 28, 30) con altos contenidos en Corg y Cbiomasa o bien suelos más arenosos (nº 5,
10, 12)
Por otro lado, los suelos no quemados que poseen una alta estabilidad de los
agregados mantienen estos valores altos de estabilidad tras el paso del fuego, excepto en
los suelos nº 8, 12 y 25 que reducen fuertemente su estabilidad. El suelo nº 8 pasa del 60
% de agregados estables en los suelos no quemados al 16 % en los quemados y ya fue
señalado como el suelo que sufría una mayor pérdida de estabilidad frente al test de
tamización de Le Bissonnais.
120
100 NQ Q
90
80
70
60
50
40
% agregados estables
30
20
10
0
22 31 1 2 11 20 24 23 6 18 29 16 13 4 3 14 21 7 8 9 17 15 10 19 26 30 5 25 12 27 28
nº suelo
Figura 30. Cambios causados por los incendios en el porcentaje de agregados estables frente al impacto de la gota de
agua. Los suelos aparecen ordenados en orden creciente de estabilidad de los suelos no quemados.
121
Resultados y discusión: Efectos a corto plazo de los incendios
Resultados y discusión: Efectos a corto plazo de los incendios
Tabla 19. Matriz de correlación entre el test de impacto de la gota y los distintos
tratamientos del test de tamización (humectación rápida, desagregación mecánica y
humectación lenta) en los suelos no quemados y quemados. Todas las correlaciones son
significativas al 99 %.
Humectación Desagregación Humectación
rápida mecánica lenta
NQ Q NQ Q NQ Q
Impacto de la
0.67 0.71 0.64 0.51 0.62 0.57
gota
122
Resultados y discusión: Efectos a corto plazo de los incendios
1 2 3 4 5 6
7 8 9 10 11 12
13 14 15 16 17 18
200
120
80
40
0
0 20 40 60 80 100
19 20 21 22 23 24 25
26 27 28 29 30 31
nº de impactos de gota
200
160
120
80
40
0
0 20 40 60 80 100
% agregados que sobreviven
123
Resultados y discusión: Efectos a corto plazo de los incendios
5.1.7.3. Relaciones entre la agregación y las propiedades del suelo que afectan a la
misma.
Los suelos naturales estudiados se caracterizan por presentar una débil agregación
con valores muy bajos de DMPs siendo en este caso las condiciones texturales de los
suelos el factor clave en su agregación ya que como puede verse en la figura 32 al
aumentar el contenido en arcilla aumenta correlativamente el DMPs. También ejerce un
papel importante la presencia de cationes básicos favoreciéndose la agregación en los
suelos que presentan mayores contenidos en Ca+2, Mg+2 y K+.
124
Resultados y discusión: Efectos a corto plazo de los incendios
Tabla 20. Correlaciones significativas entre la agregación y las propiedades del suelo no
quemados. (*= p<0.05; **= p<0.01).
Agregación Humectación Desagregación Humectación Media 3 Impacto
en seco rápida mecánica lenta tratam. gotas
pH H2O 0.40*
pH KCl 0.36*
Ca 0.41* 0.36*
K 0.52** 0.44* 0.43* 0.37*
Mg 0.45* 0.44* 0.39* 0.36*
Na 0.39* 0.39*
Fed 0.38*
Alo -0.39*
Corg 0.38* 0.37*
Cbiomasa 0.41* 0.38* 0.39*
Arcilla 0.46* 0.48** 0.40* 0.37*
Repelencia 0.60** 0.39*
3
DMPs (mm)
1
r = 0.46, p<0.05
0
0 10 20 30
% Arcilla
125
Resultados y discusión: Efectos a corto plazo de los incendios
Se asume que la materia orgánica del suelo favorece la estabilidad de los agregados
por dos mecanismos. En primer lugar la materia orgánica incrementa la cohesión de los
agregados a través de la unión de las partículas minerales por polímeros orgánicos o a
través del ensamblaje físico de las partículas por raíces e hifas de hongos (Tisdall y
Oades, 1982, Chenu et al., 1994). En segundo lugar la materia orgánica puede modificar
las características de la humectación al aumentar la repelencia al agua de los agregados,
reduciendo el fenómeno del estallido (Chenu et al., 2000).
126
Resultados y discusión: Efectos a corto plazo de los incendios
presiones que provocan el estallido como para prevenir la ruptura por impacto de la gota
de agua.
127
Resultados y discusión: Efectos a corto plazo de los incendios
El fuego afecta a los agregados del suelo por medio de dos mecanismos en cierta
manera opuestos, y el uno predomina sobre el otro según la intensidad del incendio. El
primer mecanismo es la destrucción de la macroestructura del suelo, es decir, el proceso
de desagregación del suelo inducido por la combustión de la materia orgánica que une los
agregados (Soto et al., 1991). Esto ocurre en el rango de temperaturas en que se consume
la materia orgánica (250-450ºC, DeBano et al., 1979) y tiene como consecuencia la
disminución de la estabilidad estructural del suelo por disminución de la proporción de
macroagregados y aumento de la proporción de las fracciones de menor tamaño (García-
Corona et al., 2004). Paralelamente a este proceso, también puede ocurrir la reagregación
física de las arcillas por efecto del calor (Giovannini et al., 1988) y, en suelos calcáreos,
por precipitación de los carbonatos. Este proceso tiene lugar en ausencia de materia
orgánica (el fuego la ha consumido), altera la porosidad intraagregados y, como
consecuencia, el agua entra difícilmente en ellos produciendo, indirectamente, un
aumento de su estabilidad al agua en los test de estabilidad de agregados. Una vez se ha
consumido la materia orgánica, la separación de los agregados que forman la
128
Resultados y discusión: Efectos a corto plazo de los incendios
macroestructura del suelo cesa, pero la reagregación de arcillas continúa con la elevación
de temperaturas en el suelo, hasta que su estructura interna se destruye. Este proceso
ocurre entre 500 y 700ºC.
40
% variación DMPs a)
20
r = 0.54, p<0.01
0
-150 -100 -50 0 50 100 150
-20
-40
-1
% variación Corg (g kg )
400
b)
% variación agregados
200
r = 0.55, p<0.01
estables
0
-150 -100 -50 0 50 100 150
-200
-400
-1
% variación Corg (g kg )
Figura 33. Relación entre el % de variación del contenido en Corg y el % de variación del
DMPs (a) o el % de variación de agregados estables (b).
129
Resultados y discusión: Efectos a corto plazo de los incendios
130
Resultados y discusión: Efectos a corto plazo de los incendios
Tabla 21. Valores de densidad real (g cm-3), densidad aparente (g cm-3) y porosidad total
(%) de los suelos no quemados (NQ) y quemados (Q).
Densidad real Densidad aparente Porosidad total
nº suelo NQ Q NQ Q NQ Q
1 2.46 2.40 1.12 0.73 54.40 69.69
2 2.48 2.26 0.83 0.70 66.67 69.25
3 2.58 2.57 1.16 0.89 55.04 65.32
4 2.45 2.36 0.63 0.89 74.32 62.25
5 2.20 2.23 0.94 0.90 57.49 59.58
6 2.57 2.24 0.88 0.85 65.93 62.36
7 2.24 2.24 1.00 0.90 55.51 60.22
8 2.19 2.38 0.68 0.89 68.90 62.66
9 2.22 2.20 0.66 0.87 70.08 60.63
10 2.37 2.22 0.93 0.81 60.56 63.66
11 2.33 2.31 0.59 0.78 74.54 66.50
12 2.47 2.46 1.18 0.89 52.16 63.99
13 2.07 2.46 0.50 0.80 76.05 67.44
14 2.02 2.10 0.46 0.66 77.02 68.72
15 2.03 2.16 0.41 0.65 79.64 70.11
16 2.11 2.09 0.87 0.61 58.54 70.91
17 2.29 2.13 0.92 0.84 59.74 60.55
18 2.12 2.35 0.71 0.77 66.35 67.12
19 2.51 2.50 0.77 0.71 69.15 71.49
20 2.66 2.52 0.92 0.69 65.58 72.72
21 2.40 2.48 0.78 0.74 67.59 70.20
22 2.58 2.22 1.21 0.79 53.16 65.56
23 2.29 2.36 1.12 0.98 51.02 58.81
24 2.56 2.37 0.68 0.65 73.40 72.97
25 2.16 2.38 0.60 0.92 72.33 60.94
26 2.18 2.37 0.75 0.87 65.50 63.37
27 2.46 2.34 0.79 0.79 67.89 66.12
28 2.24 2.31 1.24 0.96 44.79 58.48
29 2.35 2.23 0.82 1.02 65.16 55.01
30 2.37 2.33 1.33 1.00 44.10 57.42
31 2.44 2.33 1.27 1.07 48.09 54.48
131
Resultados y discusión: Efectos a corto plazo de los incendios
La densidad real es una característica del suelo muy poco variable en los horizontes
minerales que además se mantiene constante a lo largo del tiempo al ser independiente de
la estructura del suelo. En los suelos no quemados los valores de densidad real varían
entre 2.0 y 2.7 g cm-3, lo que está dentro del orden de los valores citados para suelos
naturales en Galicia (Varela et al., 1993).
160
(a)
r = - 0.69, p<0.01
120
Corg (g kg-1)
80
40
0
1.8 2.0 2.2 2.4 2.6 2.8
-3
densidad real (g cm )
160 (b)
r = - 0.70, p<0.01
120
Corg (g kg-1)
80
40
0
0.2 0.4 0.6 0.8 1.0 1.2 1.4
-3
densidad aparente (g cm )
Figura 34. Relación entre el contenido en Corg y la densidad real (a) o la densidad
aparente (b) en los suelos no quemados.
132
Resultados y discusión: Efectos a corto plazo de los incendios
La densidad real de los suelos, a pesar de ser una propiedad muy constante,
presenta diferentes respuestas al paso del fuego. En la figura 35 se representa el
porcentaje de variación que sufre la densidad real de los suelos quemados con respecto a
los suelos no quemados un mes después de producirse los incendios, y se ve que
prácticamente la mitad de los suelos quemados mantiene invariable su densidad real, sin
embargo, el incendio provoca una reducción entre el 4 y el 14 % de la densidad real en un
35 % de los suelos. Existe un porcentaje de suelos quemados (23 %) que experimentan un
incremento en los valores de densidad real entre el 4 y el 19 % con respecto a los suelos
no quemados.
Los cambios en la densidad aparente producidos por efecto del fuego son también
muy variables y de mayor magnitud que los cambios en la densidad real (Figura 36). En
un 45 % de los suelos el fuego provoca una disminución de densidad aparente que puede
suponer hasta el 35 % del valor del suelo no quemado. En un 32 % de los suelos el efecto
que se observa es el contrario, con incrementos de la densidad aparente de hasta un 55 %
en alguno de los suelos. En el resto de los suelos (23 %) la densidad aparente no se altera
por efecto del calor.
133
Resultados y discusión: Efectos a corto plazo de los incendios
Densidad real
20
10
% variación
-10
-20
1 2 3 4 5 6 7 8 9 10 11 12 13 14 15 16 17 18 19 20 21 22 23 24 25 26 27 28 29 30 31
nº suelo
Figura 35. % de variación de la densidad real entre los suelos quemados y no quemados.
80 Densidad aparente
60
% variación
40
20
-20
-40
1 2 3 4 5 6 7 8 9 10 11 12 13 14 15 16 17 18 19 20 21 22 23 24 25 26 27 28 29 30 31
nº suelo
134
Resultados y discusión: Efectos a corto plazo de los incendios
El efecto que provoca el paso del fuego en la porosidad total de los suelos es, como
cabe esperar, muy variable. En un 35 % de los suelos no se producen cambios o, si se
producen, el porcentaje de variación es inferior al 6 %. El 35 % de los suelos quemados
incrementan su porosidad total entre 9-30 % con respecto a los suelos no quemados, y el
30 % restante sufre reducciones en su porosidad total entre 9-16 % (Figura 37).
40
Porosidad total
30
% variación
20
10
-10
-20
1 2 3 4 5 6 7 8 9 10 11 12 13 14 15 16 17 18 19 20 21 22 23 24 25 26 27 28 29 30 31
nº suelo
135
Resultados y discusión: Efectos a corto plazo de los incendios
60
% variación densidad aparente
a) r = - 0.56, p<0.01
40
20
0
-150 -100 -50 0 50 100 150
-20
-40
-60
-1
% variación Corg (g kg )
60
% variación densidad aparente
b) r = - 0.52, p<0.01
40
20
0
-40 -30 -20 -10 0 10 20 30 40
-20
-40
-60
% variación DMPs (mm)
136
Resultados y discusión: Efectos a corto plazo de los incendios
El contenido en agua útil de los suelos no quemados oscila entre 15-48 % (v/v), y
nuevamente aparecen relacionados los contenidos en agua útil con los contenidos de
arena (r = -0.43, p<0.05). La presencia de limo y de Corg están relacionados con un mayor
contenido en agua útil en los suelos (r = 0.43 y r = 0.41, p<0.05).
137
Resultados y discusión: Efectos a corto plazo de los incendios
Tabla 22. Contenidos en humedad a pF 2, a pF 4.2 y agua útil de los suelos no quemados
(NQ) y quemados (Q) expresados en % (v/v).
pF 2 pF 4.2 Agua útil
nº suelo NQ Q NQ Q NQ Q
1 41.75 31.84 11.64 8.47 30.11 23.37
2 45.04 48.39 15.60 16.04 29.43 32.35
3 50.86 40.92 13.08 9.79 37.78 31.13
4 38.07 39.44 12.60 14.71 25.47 24.72
5 50.27 50.77 15.32 17.05 34.94 33.72
6 42.16 47.51 10.01 11.89 32.15 35.63
7 32.87 29.55 18.14 9.08 14.72 20.46
8 41.75 49.71 12.15 7.80 29.60 41.91
9 34.93 49.28 11.46 13.45 23.47 35.83
10 57.62 47.94 14.09 12.75 43.53 35.19
11 32.60 42.98 7.55 8.91 25.05 34.07
12 51.88 31.44 11.62 9.12 40.26 22.32
13 24.64 30.66 9.61 7.38 15.03 23.29
14 25.51 34.36 10.32 10.00 15.19 24.36
15 31.98 30.67 16.43 8.58 15.56 22.09
16 30.77 23.04 12.90 10.79 17.86 12.25
17 44.84 33.52 11.68 10.75 33.16 22.77
18 39.62 43.13 13.75 9.20 25.86 33.92
19 50.00 51.73 18.43 13.95 31.57 37.78
20 51.20 47.22 12.00 12.78 39.20 34.43
21 60.68 50.87 12.50 9.12 48.18 41.75
22 44.49 50.70 11.33 12.21 33.16 38.48
23 65.32 57.46 18.81 13.18 46.52 44.27
24 35.32 43.94 8.31 13.21 27.01 30.73
25 44.60 61.66 17.76 19.93 26.85 41.73
26 66.35 49.21 31.15 15.25 35.19 33.96
27 38.77 39.47 19.87 14.90 18.89 24.57
28 48.47 38.58 16.43 10.49 32.04 28.10
29 31.54 51.65 12.61 16.36 18.93 35.29
30 58.23 47.07 26.76 16.36 31.47 30.71
31 42.10 40.61 12.16 13.16 29.95 27.44
138
Resultados y discusión: Efectos a corto plazo de los incendios
Humedad a pF 2
100
80
60
% variación
40
20
0
-20
-40
-60
1 2 3 4 5 6 7 8 9 10 11 12 13 14 15 16 17 18 19 20 21 22 23 24 25 26 27 28 29 30 31
nº suelo
Figura 39. % de variación del contenido en humedad a pF 2 entre los suelos quemados y
no quemados.
El contenido en agua útil después del paso del fuego experimenta un incremento
entre el 10-86 % en la mitad de los suelos (Figura 41). En el resto de los suelos los
contenidos de agua útil se mantienen o disminuyen ligeramente con respecto a los suelos
control.
139
Resultados y discusión: Efectos a corto plazo de los incendios
40
20
0
-20
-40
-60
1 2 3 4 5 6 7 8 9 10 11 12 13 14 15 16 17 18 19 20 21 22 23 24 25 26 27 28 29 30 31
nº suelo
Figura 40. % de variación del contenido en humedad a pF 4.2 entre los suelos quemados
y no quemados.
40
20
0
-20
-40
-60
1 2 3 4 5 6 7 8 9 10 11 12 13 14 15 16 17 18 19 20 21 22 23 24 25 26 27 28 29 30 31
nº suelo
Figura 41. % de variación del contenido de agua útil entre los suelos quemados y no
quemados.
140
Resultados y discusión: Efectos a corto plazo de los incendios
El aumento del contenido en agua útil en los suelos quemados podría explicarse
por las alteraciones en las proporciones de macro y microporos producidas por la
incorporación de cenizas y la fragmentación de los macroagregados en microagregados
(Mallik et al., 1984). Teniendo en cuenta que la materia orgánica es un elemento
fundamental en la retención de agua por el suelo, el aumento de Corg que se produce tras
incendios de baja o moderada intensidad podría ser otra causa del incremento del
contenido en agua útil en los suelos quemados.
Los porcentajes de variación del contenido en agua útil entre los suelos no
quemados y quemados no han mostrado relación con las variaciones en el contenido en
Corg. Sin embargo, si se ha obtenido una correlación significativa con el porcentaje de
variación del DMPs tal como se refleja en la figura 42, por lo que la fragmentación de los
macroagregados en microagregados debería ser la principal causa del incremento en agua
útil observado en la mitad de los suelos estudiados.
60
% variación agua útil (v/v)
40
r = - 0.38, p<0.05
20
0
-40 -30 -20 -10 0 10 20 30 40
-20
-40
-60
% variación DMPs (mm)
141
Resultados y discusión: Efectos a corto plazo de los incendios
142
Resultados y discusión: Evolución temporal
Los suelos afectados por fuego quedan más expuestos a las fluctuaciones
climáticas por la desaparición de la vegetación y, en consecuencia, los regimenes hídrico
y térmico del suelo se alteran. Por lo tanto, es de esperar también que las variaciones
temporales de las propiedades del suelo incendiado difieran de las del suelo no
incendiado, así como también son de esperar ciertas diferencias en función de la
intensidad del fuego.
Por todo esto, además de estudiar los efectos a corto plazo de los incendios
forestales sobre las propiedades de los suelos también es importante conocer como se
comportan a medio plazo. Hasta la fecha, los estudios realizados sobre la evolución
posterior al fuego de las propiedades del suelo son escasos, sobre todos aquellos
relacionados con las propiedades físicas del suelo.
Así, una vez analizados de forma extensiva los efectos que ocasionan los incendios
sobre las propiedades del suelo a corto plazo, se seleccionaron 9 de los suelos antes
estudiados para hacer un seguimiento de su evolución en los dos años posteriores al
incendio. En la tabla 23 se indican las características de las zonas seleccionadas.
143
Resultados y discusión: Evolución temporal
en el apartado 3.2 de material (ver tabla 3). Las modificaciones provocadas por los
incendios forestales en el suelo se han determinado tomando como niveles de referencia
los valores de los suelos no quemados.
Nuestra atención se centra en el pH, Corg y Cbiomasa, textura, densidad del suelo y
porosidad total, agua útil, repelencia al agua, distribución de los agregados en seco y
estabilidad de los agregados al agua.
5.2.1. pH
144
Resultados y discusión: Evolución temporal
A partir del primer mes, los suelos quemados responden de dos formas diferentes a
la alteración causada por el fuego. En la mayoría de los suelos (nº 7, 10, 11, 18, 21 y 23),
después del aumento inicial del pH en agua, éste disminuye paulatinamente durante el
año siguiente al incendio, manteniéndose, sin embargo, con valores de pH por encima de
los que presenta el suelo no quemado. Los suelos nº 24 y 25 experimentan, igualmente,
un aumento de pH un mes después de producirse los incendios que se mantiene elevado
durante los dos años de estudio presentando una variabilidad muy similar a la de los
suelos no quemados pero siempre con valores más altos (Figura 44).
Existen diversos estudios sobre el tiempo que tarda el pH del suelo en alcanzar los
niveles previos al fuego que encontraron resultados muy diversos. En algunos de ellos el
tiempo transcurrido es muy corto, así, por ejemplo Mataix-Solera (1999) obtiene, en un
período de 4 meses, valores de pH similares a los que presentan los suelos no quemados
debido a la erosión eólica que se produjo durante los primeros meses tras el incendio que
favoreció la eliminación de las cenizas del suelo.
145
146
suelo nº 3 suelo nº 7 suelo nº 10
5,4 5,4 5,4
pH H2O
pH H2O
pH H2O
4,2 4,2 4,2
3,8 3,8 3,8
0 5 10 15 20 25 0 5 10 15 20 25 0 5 10 15 20 25
Tiempo trancurrido tras el incendio (meses) Tiempo trancurrido tras el incendio (meses) Tiempo trancurrido tras el incendio (meses)
suelo nº 11 suelo nº 18 suelo nº 21
5,4 5,4 5,4
4,6 4,6
Resultados y discusión: Evolución temporal
4,6
pH H2O
pH H2O
pH H2O
4,2 4,2 4,2
Tiempo trancurrido tras el incendio (meses) Tiempo trancurrido tras el incendio (meses) Tiempo trancurrido tras el incendio (meses)
suelo nº 23 suelo nº 24 suelo nº 25
5,4 5,4 5,4
pH H2O
pH H2O
pH H2O
Tiempo trancurrido tras el incendio (meses) Tiempo trancurrido tras el incendio (meses) Tiempo trancurrido tras el incendio (meses)
Figura 43. Evolución del pH en agua de los suelos no quemados y quemados a lo largo de los dos años posteriores al incendio. (—NQ —Q)
suelo nº 3 suelo nº 7 suelo nº 10
1.0 1.0 1.0
pH H2O
pH H2O
0.0 0.0 0.0
pH H2O (Q-NQ)
-0.5 -0.5 -0.5
0 5 10 15 20 25 0 5 10 15 20 25 0 5 10 15 20 25
Tiempo trancurrido tras el incendio (meses) Tiempo trancurrido tras el incendio (meses) Tiempo trancurrido tras el incendio (meses)
suelo nº 11 suelo nº 18 suelo nº 21
1.0 1.0 1.0
pH H2O
pH H2O
pH H2O (Q-NQ)
-0.5 -0.5 -0.5
0 5 10 15 20 25 0 5 10 15 20 25 0 5 10 15 20 25
Tiempo trancurrido tras el incendio (meses) Tiempo trancurrido tras el incendio (meses) Tiempo trancurrido tras el incendio (meses)
suelo nº 23 suelo nº 24 suelo nº 25
1.0 1.0 1.0
pH H2O
0.0 0.0 0.0
pH H2O (Q-NQ)
-0.5 -0.5 -0.5
0 5 10 15 20 25 0 5 10 15 20 25 0 5 10 15 20 25
Tiempo trancurrido tras el incendio (meses) Tiempo trancurrido tras el incendio (meses) Tiempo trancurrido tras el incendio (meses)
Figura 44. Diferencias entre el pH en agua de los suelos quemados y los correspondientes suelos no quemados a lo largo de los dos años de
estudio.
147
Resultados y discusión: Evolución temporal
Resultados y discusión: Evolución temporal
148
suelo nº 3 suelo nº 7 suelo nº 10
160 160 160
80 80 80
Corg (g kg-1)
Corg (g kg-1)
40 40
Corg (g kg-1)
40
0 0 0
0 5 10 15 20 25 0 5 10 15 20 25 0 5 10 15 20 25
Meses tras el incendio (meses) Meses tras el incendio (meses) Meses tras el incendio (meses)
suelo nº 11 suelo nº 18 suelo nº 21
160 160 160
80 80 80
Corg (g kg-1)
40
Corg (g kg-1)
40
Corg (g kg-1)
40
0 0 0
0 5 10 15 20 25 0 5 10 15 20 25 0 5 10 15 20 25
Meses tras el incendio (meses) Meses tras el incendio (meses) Meses tras el incendio (meses)
suelo nº 23 suelo nº 24 suelo nº 25
160 160 160
80 80 80
Corg (g kg-1)
Corg (g kg-1)
40
Corg (g kg-1)
40 40
0 0 0
0 5 10 15 20 25 0 5 10 15 20 25 0 5 10 15 20 25
Tiempo transcurrido tras el incendio (meses) Tiempo transcurrido tras el incendio (meses) Tiempo transcurrido tras el incendio (meses)
Figura 45. Evolución del Corg de los suelos no quemados y quemados a lo largo de los dos años posteriores al incendio. (—NQ —Q)
149
Resultados y discusión: Evolución temporal
150
suelo nº 3 suelo nº 7 suelo nº 10
60 60 60
20 20 20
Corg (Q-NQ)
Corg (Q-NQ)
Corg (Q-NQ)
-60 -60 -60
20 20 20
Corg (Q-NQ)
Corg (Q-NQ)
Corg (Q-NQ)
-60 -60 -60
20 20 20
Corg (Q-NQ)
Corg (Q-NQ)
Corg (Q-NQ)
Figura 46. Diferencias entre el Corg (g kg-1) de los suelos quemados y los correspondientes suelos no quemados a lo largo de los dos años
de estudio.
Resultados y discusión: Evolución temporal
El segundo grupo está formado por los suelos nº 10, 21, 23 y 25 que se caracterizan
por presentar una reducción en el contenido en Corg un mes después del incendio, estas
disminuciones varían entre el 9 y el 31 % con respecto al suelo no quemado. En los
siguientes muestreos el contenido en Corg de estos suelos es en todos los casos inferior a
los de los suelos no quemados, y al cabo de los dos años todavía no se observa una
aproximación a los valores de los suelos no alterados. El suelo nº 24 presenta un
comportamiento diferente a los anteriores, con un fuerte incremento en el contenido en
Corg (aproximadamente un 50 %) un mes después de producirse el incendio, sin embargo,
a partir de los 3 meses del paso del fuego los valores pasan a ser inferiores a los del suelo
control.
Como acabamos de ver el efecto del fuego sobre el contenido en Corg del suelo es
muy variable y depende de varios factores que incluyen el tipo de fuego (fuego de copas,
superficial o subterráneo), la intensidad e incluso la pendiente de la zona. Estos efectos
pueden variar desde la casi total destrucción de la materia orgánica en incendios de alta
intensidad a un fuerte incremento en la capa superficial como consecuencia de aportes
externos, principalmente de hojas secas y restos de plantas parcialmente quemadas
(Chandler et al., 1983).
151
Resultados y discusión: Evolución temporal
Dado que los valores de Cbiomasa sufren variaciones a lo largo del año, para poder
ver el comportamiento del suelo quemado con respecto al suelo no quemado se
representan las diferencias de Cbiomasa entre ambos (Figura 48). Se observa que los suelos
estudiados responden de formas distintas al paso del fuego. Por un lado están los suelos nº
3 y 11 que muestran una rápida recuperación de los niveles de Cbiomasa, de modo que a los
3 meses de haberse producido los incendios ya presentan valores similares a los de los
suelos no quemados. Al final del seguimiento, a los 25 meses del incendio, los valores
continúan siendo similares entre el suelo quemado y el no quemado.
152
suelo nº 3 suelo nº 7 suelo nº 10
2100 2100 2100
1800 1800 1800
1500 1500 1500
1200 1200 1200
900 900 900
600 600 600
0 0 0
0 5 10 15 20 25 0 5 10 15 20 25 0 5 10 15 20 25
Meses tras el incendio (meses) Meses tras el incendio (meses) Meses tras el incendio (meses)
suelo nº 23 suelo nº 24 suelo nº 25
2100 2100 2100
1800 1800 1800
1500 1500 1500
1200 1200 1200
900 900 900
600 600 600
0 0 0 *
0 5 10 15 20 25 0 5 10 15 20 25 0 5 10 15 20 25
Tiempo transcurrido tras el incendio (meses) Tiempo transcurrido tras el incendio (meses) Tiempo transcurrido tras el incendio (meses)
Figura 47. Evolución del Cbiomasa de los suelos no quemados y quemados a lo largo de los dos años posteriores al incendio. *: no detectable.
(—NQ —Q)
153
Resultados y discusión: Evolución temporal
154
suelo nº 3 suelo nº 7 suelo nº 10
200 200 200
0
* 0 0
-200 -200 -200
-400 -400 -400
-600 -600 -600
-800 -800 -800
-1000 -1000 -1000
Cbiomasa (Q-NQ)
Cbiomasa (Q-NQ)
Cbiomasa (Q-NQ)
-1200 -1200 -1200
-1400 -1400 -1400
0 5 10 15 20 25 0 5 10 15 20 25 0 5 10 15 20 25
Meses tras el incendio (meses) Meses tras el incendio (meses) Meses tras el incendio (meses)
suelo nº 11 suelo nº 18 suelo nº 21
200 200 200
0 0 0
-200 -200 -200
-400 -400 -400
Resultados y discusión: Evolución temporal
Cbiomasa (Q-NQ)
Cbiomasa (Q-NQ)
-1200
-1200 -1200
-1400
-1400 -1400
0 5 10 15 20 25
0 5 10 15 20 25 0 5 10 15 20 25
Meses tras el incendio (meses)
Meses tras el incendio (meses) Meses tras el incendio (meses)
suelo nº 23 suelo nº 24 suelo nº 25
200 200 200
0 0 0
-200 -200 -200
*
-400 -400 -400
-600 -600 -600
-800 -800 -800
-1000
Cbiomasa (Q-NQ)
-1000 -1000
Cbiomasa (Q-NQ)
Cbiomasa (Q-NQ)
-1200
-1200 -1200
-1400
-1400 -1400
0 5 10 15 20 25
0 5 10 15 20 25 0 5 10 15 20 25
Tiempo transcurrido tras el incendio (meses) Tiempo transcurrido tras el incendio (meses)
Tiempo transcurrido tras el incendio (meses)
Figura 48. Diferencias entre el Cbiomasa (μg g-1) de los suelos quemados y los correspondientes suelos no quemados a lo largo de los dos años
de estudio. *: no determinado.
Resultados y discusión: Evolución temporal
Como acabamos de ver el fuego provoca una reducción del contenido de Cbiomasa en
los suelos debido principalmente al impacto directo del calor. Sin embargo, los
microorganismos que se encuentran en el agua, en el aire o en el suelo no quemado
pueden recolonizar los suelos quemados en muy poco tiempo después de los incendios,
no obstante, la recuperación de la microbiota y de su actividad depende no solo de la
propia población microbiana sino también del sustrato y, por consiguiente, de las
modificaciones provocadas por el fuego sobre el mismo.
En un pinar escocés, Fritze et al. (1994) encontraron que dos años después de la
exposición al fuego, los valores de Cbiomasa eran la mitad de los valores del suelo no
quemado. Por otro lado, Pietikäinen y Fritze (1993) señalaron que el Cbiomasa no alcanza
los valores del suelo control en los tres años siguientes a un fuego prescrito en un bosque
de coníferas. Dumontet et al. (1996) estudiando un pinar de un ambiente dunar
encontraron que la biomasa microbiana once años después del fuego era todavía inferior
en la zona afectada por el fuego, aunque señalaban un incremento en la biomasa
microbiana un año después del fuego, probablemente de naturaleza efímera.
155
Resultados y discusión: Evolución temporal
los que la actividad microbiana está a menudo limitada por la escasa disponibilidad de C
y N permitiendo un “turnover” muy lento de nutrientes (Prieto-Fernández, et al., 1998).
Los estudios realizados en Galicia sobre los efectos del fuego en la actividad
biológica del suelo han sido recopilados por Carballas (2003) y muestran que con el
tiempo, la población microbiana tiende a alcanzar sus niveles normales, pero la velocidad
de recuperación no es igual para todos los microorganismos. Un año después del incendio
no se observa el efecto del quemado sobre las bacterias aerobias y aumentan
significativamente los microorganismos fotoautotróficos (cianobacterias y algas),
mientras que la recuperación de los hongos es muy lenta. Además, los microorganismos
mineralizadores de las sustancias nitrogenadas resultan más favorecidos por el incendio
que los mineralizadores de los compuestos de carbono. En contraste con la rápida
recuperación de la población microbiana, la biomasa microbiana, que se reduce
fuertemente después del incendio, no se recobra incluso dos años después, lo que sin duda
se debe a la lentitud con la que se recuperan los hongos, cuya contribución a la biomasa
es mayor que la de las bacterias. La velocidad de recuperación de la microbiota y de su
biomasa no solo depende de la humedad, sino que es inversamente proporcional a la
temperatura de calentamiento del suelo dependiendo, por tanto, de la intensidad del
quemado.
156
suelo nº 3 suelo nº 7 suelo nº 10
3.5 3.5 3.5
3.0 3.0 3.0
2.5 2.5 2.5
2.0 2.0 2.0
100
100
1.5 1.5 1.5
1.0 1.0 1.0
0.5 0.5 0.5
(Cbiomasa / Corg) x
(Cbiomasa / Corg) x
Figura 49. Evolución de la relación Cbiomasa/Corg de los suelos no quemados y quemados a lo largo de los dos años posteriores al incendio.
157
Resultados y discusión: Evolución temporal
5.2.3. Textura
En la mayoría de los suelos (nº 3, 7, 10, 11 y 21) el paso del fuego no ha alterado
de forma importante su composición granulométrica, manteniéndose valores muy
similares de arena, limo y arcilla entre los suelos quemados y no quemados a lo largo de
todo el período de estudio, lo cual indicaría de acuerdo con la bibliografía (Oswald et al.,
1999) que estos suelos han sufrido incendios de baja intensidad.
158
suelo nº 3 suelo nº 7 suelo nº 10
80 80 80
60 60 60
40 40 40
% arena
% arena
% arena
20 20 20
0 0 0
0 5 10 15 20 25 0 5 10 15 20 25 0 5 10 15 20 25
Meses tras
suelo incendio
el nº 3 (meses) Meses tras
suelo incendio
el nº 7 (meses) Meses suelo incendio
tras elnº 10 (meses)
80 80 80
60 60 60
40 40 40
% limo
% limo
% limo
20 20 20
0 0 0
0 5 10 15 20 25 0 5 10 15 20 25 0 5 10 15 20 25
Meses tras el incendio (meses) Meses tras incendio (meses) incendio (meses)
suelo nº 3 suelo
el nº 7 Meses suelo
tras elnº 10
80 80 80
60 60 60
40 40 40
% arcilla
% arcilla
% arcilla
20 20 20
0 0 0
0 5 10 15 20 25 0 5 10 15 20 25 0 5 10 15 20 25
Tiempo transcurrido tras el incendio (meses) Tiempo transcurrido tras el incendio (meses) Tiempo transcurrido tras el incendio (meses)
Figura 50. Evolución de la arena, limo y arcilla de los suelos no quemados y quemados a lo largo de los dos años posteriores al incendio.
(—NQ —Q)
159
Resultados y discusión: Evolución temporal
160
suelo nº 11 suelo nº 18 suelo nº 21
80 80 80
60 60 60
40 40 40
% arena
% arena
% arena
20 20
*
20
0 0 0
0 5 10 15 20 25 0 5 10 15 20 25 0 5 10 15 20 25
Meses tras el incendio (meses) Meses tras el incendio (meses) Meses tras el incendio (meses)
suelo nº 11 suelo nº 18 suelo nº 21
80 80 80
60 60 60
Resultados y discusión: Evolución temporal
40 40 40
*
% limo
% arena
% arena
20 20 20
0 0 0
0 5 10 15 20 25 0 5 10 15 20 25 0 5 10 15 20 25
Meses tras el incendio (meses) Meses tras el incendio (meses) Meses tras el incendio (meses)
suelo nº 11 suelo nº 18 suelo nº 21
80 80 80
60 60 60
40 40 40
% arena
% arena
% arcilla
20 20 20 *
0 0 0
0 5 10 15 20 25 0 5 10 15 20 25 0 5 10 15 20 25
Tiempo transcurrido tras el incendio (meses) Tiempo transcurrido tras el incendio (meses) Tiempo transcurrido tras el incendio (meses)
60 60 60
40 40 40
% arena
% arena
% arena
20 20 20
0 0 0
0 5 10 15 20 25 0 5 10 15 20 25 0 5 10 15 20 25
Meses tras el incendio (meses) Meses tras el incendio (meses) Meses tras el incendio (meses)
suelo nº 23 suelo nº 24 suelo nº 25
80 80 80
60 60 60
40 40 40
% limo
% arena
% arena
20 20 20
0 0 0
0 5 10 15 20 25 0 5 10 15 20 25 0 5 10 15 20 25
Meses tras el incendio (meses) Meses tras el incendio (meses) Meses tras el incendio (meses)
suelo nº 23 suelo nº 24 suelo nº 25
80 80 80
60 60 60
40 40 40
% arena
% arena
% arcilla
20 20 20
0 0 0
0 5 10 15 20 25 0 5 10 15 20 25 0 5 10 15 20 25
Tiempo transcurrido tras el incendio (meses) Tiempo transcurrido tras el incendio (meses) Tiempo transcurrido tras el incendio (meses)
161
Resultados y discusión: Evolución temporal
Resultados y discusión: Evolución temporal
162
Resultados y discusión: Evolución temporal
Tabla 24. Grado (% etanol) y clase de repelencia al agua según la clasificación de Doerr
et al. (1998) de los suelos no quemados (NQ) y quemados (Q) en los dos años de estudio.
(Clase 2: hidrofílico; Clase 3: ligeramente hidrofóbico; Clase 4: moderadamente
hidrofóbico; Clase 5: fuertemente hidrofóbico; Clase 6: muy fuertemente hidrofóbico).
nº Meses NQ Q (0-2.5 cm) Q (2.5-5 cm)
suelo tras el incendio % etanol clase % etanol clase % etanol clase
1 1.75 2 15.75 6 11.67 5
3 1.75 2 9.92 5 5.83 4
3 6 1.75 2 5.25 4 1.75 2
13 16.34 6 13.42 6 17.50 6
25 5.25 4 11.67 5 11.67 5
1 19.25 6 19.25 6 18.67 6
3 15.17 6 18.09 6 17.50 6
7 6 10.50 5 16.92 6 16.92 6
13 19.84 6 21.00 6 22.76 6
25 17.50 6 17.50 6 10.50 5
1 14.00 6 12.25 5 11.67 5
3 15.17 6 12.25 5 10.50 5
10 6 10.50 5 9.92 5 9.92 5
13 18.67 6 8.17 4 7.00 4
25 16.34 6 18.09 6 12.84 5
1 16.34 6 15.75 6 17.50 6
3 9.34 5 16.92 6 18.09 6
11 6 9.92 5 14.00 6 9.34 5
13 13.42 6 20.42 6 20.42 6
25 12.84 5 16.34 6 15.17 6
1 9.92 5 9.92 5 16.34 6
3 7.00 4 16.34 6 16.92 6
18 6 5.83 4 8.17 4 12.25 5
13 19.84 6 15.17 6 18.67 6
25 12.84 5 16.34 6 19.84 6
1 15.75 6 12.25 5 13.42 6
3 11.67 5 14.00 6 14.00 6
21 6 4.67 3 12.25 5 2.33 2
13 12.84 5 16.34 6 14.59 6
25 18.67 6 18.09 6 15.17 6
1 21.59 6 5.25 4 11.67 5
3 15.17 6 11.67 5 9.34 5
23 6 5.83 4 9.92 5 9.92 5
13 22.17 6 9.34 5 13.42 6
25 24.51 6 11.67 5 10.50 5
1 8.17 4 17.50 6 15.75 6
3 12.84 5 14.00 6 14.00 6
24 6 10.50 5 7.00 4 5.83 4
13 16.34 6 15.17 6 16.34 6
25 19.84 6 19.84 6 18.67 6
1 22.17 6 22.76 6 16.92 6
3 14.00 6 10.50 5 16.92 6
25 6 12.25 5 11.67 5 19.25 6
13 18.67 6 11.67 5 12.84 5
25 19.84 6 12.84 5 14.00 6
163
Resultados y discusión: Evolución temporal
las precipitaciones o durante largos períodos húmedos (Dryness, 1976; Crockford et al.,
1991; Ritsema y Dekker, 1994).
Por otro lado, los suelos que antes del incendio poseían un grado de repelencia al
agua fuerte o muy fuertemente hidrofóbico (nº 7, 10, 11, 18, 21 y 25) al cabo de un mes
de producirse el incendio prácticamente no presentan modificaciones debidas al incendio.
Únicamente el suelo nº 23 presenta una reducción en el grado de repelencia al agua tras el
paso del fuego, de modo que en la capa más superficial del suelo el grado de repelencia al
agua pasa a ser moderadamente hidrofóbico y en la capa subsuperficial fuertemente
hidrofóbico.
164
Resultados y discusión: Evolución temporal
suelo no quemado en la misma fecha, de modo que el suelo quemado presenta un grado
de repelencia fuerte y el suelo no quemado es muy fuertemente hidrofóbico. En cambio,
el suelo nº 10 al cabo de dos años presenta valores similares a los del suelo no quemado.
Coincide con que son suelos en los que el contenido en Corg tras el incendio se mantiene
muy por debajo de los valores del suelo no quemado lo que refleja un mayor impacto del
fuego. Además, la recuperación más lenta de la vegetación supondría un menor aporte de
sustancias orgánicas hidrofóbicas.
Los efectos a largo plazo de los incendios sobre la repelencia al agua han recibido
poca atención hasta la fecha, no obstante hay varios estudios sobre el tema en los que se
indican períodos de recuperació diferentes. Dyrness (1976) en un trabajo en suelos de
Oregón señala que la repelencia al agua inducida por el fuego permanece durante 6 años
en suelos afectados por incendios severos y entre 3 y 4 años si los incendios son menos
severos. Reeder y Jurgensen (1979) encontraron que el 65 % de los suelos de un bosque
de Michigan que se volvían repelentes tras el paso del fuego dejaban de serlo un año
después. Giovannini et al. (1987) realizó un estudio en el que observó que los niveles de
repelencia superficial se reducían tras una quema experimental y gradualmente se
recuperaban los niveles previos al fuego en 3 años. Huffmann et al. (2001) señalan un
incremento de la repelencia al agua en un pinar de Colorado después de un incendio, sin
embargo 3 meses después del fuego la repelencia disminuyó ligeramente aunque ésta se
mantuvo durante al menos 22 meses. Más recientemente Cerdà y Doerr (2005)
examinaron los efectos de un fuego severo durante un período de 11 años en el Este de
España y vieron que la repelencia al agua que había sido destruida durante el incendio se
restablecía en 3 años.
Sin embargo, al comparar los datos de diferentes estudios hay que tener precaución
debido a las diferencias en la metodología y a la variabilidad espacial y temporal que
presenta la repelencia al agua.
165
Resultados y discusión: Evolución temporal
5.2.5. Agregación
Los suelos que inicialmente sufren una disminución del DMPs tras el incendio, en
los meses siguientes muestran dos tendencias, por un lado están los suelos que en un
período relativamente corto de tiempo (entre 6 o 13 meses después de producirse el
incendio) alcanzan valores próximos a los del suelo no quemado (suelos nº 3, 10 y 18), y
por otro lado los suelos que a los 13 y 25 meses después del incendio todavía mantienen
valores inferiores a los que presenta el suelo no alterado (suelos nº 7, 11 y 25).
Los suelos en los que se incrementa o no varía el DMPs tras el paso del fuego
mantienen durante todo el estudio valores muy próximos a los del suelo no quemado, o
incluso superiores como es el caso del suelo nº 21 en el que, durante los muestreos
llevados a cabo a los 13 y a los 25 meses desde el incendio, se obtienen valores de DMPs
que prácticamente duplican a los del suelo no quemado.
166
suelo nº 3 suelo nº 7 suelo nº 10
3 3 3
2 2 2
1 1 1
DMPs (mm)
DMPs (mm)
DMPs (mm)
0 0 0
0 5 10 15 20 25 0 5 10 15 20 25 0 5 10 15 20 25
Meses tras el incendio (meses) Meses tras el incendio (meses) Meses tras el incendio (meses)
2 2 2
1 1 1
DMPs (mm)
DMPs (mm)
DMPs (mm)
0 0 0
0 5 10 15 20 25 0 5 10 15 20 25 0 5 10 15 20 25
Meses tras el incendio (meses) Meses tras el incendio (meses) Meses tras el incendio (meses)
2 2 2
1 1 1
DMPs (mm)
DMPs (mm)
DMPs (mm)
0 0 0
0 5 10 15 20 25 0 5 10 15 20 25 0 5 10 15 20 25
Tiempo transcurrido tras el incendio (meses) Tiempo transcurrido tras el incendio (meses) Tiempo transcurrido tras el incendio (meses)
Figura 51. Evolución del DMPs de los suelos no quemados y quemados a lo largo de los dos años posteriores al incendio. (—NQ —Q)
167
Resultados y discusión: Evolución temporal
168
suelo nº 3 suelo nº 7 suelo nº 10
1 1 1
0 0 0
-1 -1 -1
DMPs (Q-NQ)
DMPs (Q-NQ)
DMPs (Q-NQ)
-2 -2 -2
0 5 10 15 20 25 0 5 10 15 20 25 0 5 10 15 20 25
Meses tras el incendio (meses) Meses tras el incendio (meses) Meses tras el incendio (meses)
suelo nº 11 suelo nº 18 suelo nº 21
1 1 1
0 0 0
Resultados y discusión: Evolución temporal
-1 -1 -1
DMPs (Q-NQ)
DMPs (Q-NQ)
DMPs (Q-NQ)
-2 -2 -2
0 5 10 15 20 25 0 5 10 15 20 25 0 5 10 15 20 25
Meses tras el incendio (meses) Meses tras el incendio (meses) Meses tras el incendio (meses)
suelo nº 23 suelo nº 24 suelo nº 25
1 1 1
0 0 0
-1 -1 -1
DMPs (Q-NQ)
DMPs (Q-NQ)
DMPs (Q-NQ)
-2 -2 -2
0 5 10 15 20 25 0 5 10 15 20 25 0 5 10 15 20 25
Tiempo transcurrido tras el incendio (meses) Tiempo transcurrido tras el incendio (meses) Tiempo transcurrido tras el incendio (meses)
Figura 52. Diferencias entre el DMPs (mm) de los suelos quemados y los correspondientes suelos no quemados a lo largo de los dos años
de estudio.
Resultados y discusión: Evolución temporal
A pesar de la débil agregación en seco que, como acabamos de ver, poseen los
suelos estudiados, la estabilidad de los agregados al agua de los suelos no quemados
obtenida por el test de Le Bissonnais es elevada, con un DMPh entre 2.72 y 3.40 mm. En
la figura 53 se muestra la evolución del DMPh medio de los tres tratamientos
(humectación rápida, desagregación mecánica y humectación lenta) de los suelos no
quemados y quemados. En la figura 54 se representa la diferencia de DMPh entre los
suelos quemados y no quemados durante el período de estudio.
169
170
suelo nº 3 suelo nº 7 suelo nº 10
4 4 4
3 3 3
2 2 2
1 1 1
DMPh (mm)
DMPh (mm)
DMPh (mm)
0 0 0
0 5 10 15 20 25 0 5 10 15 20 25 0 5 10 15 20 25
Meses tras el incendio (meses) Meses tras el incendio (meses) Meses tras el incendio (meses)
suelo nº 11 suelo nº 18 suelo nº 21
4 4 4
3 3 3
2 2 2
Resultados y discusión: Evolución temporal
1 1 1
DMPh (mm)
DMPh (mm)
DMPh (mm)
0 0 0
0 5 10 15 20 25 0 5 10 15 20 25 0 5 10 15 20 25
Meses tras el incendio (meses) Meses tras el incendio (meses) Meses tras el incendio (meses)
suelo nº 23 suelo nº 24 suelo nº 25
4 4 4
3 3 3
2 2 2
1 1 1
DMPh (mm)
DMPh (mm)
DMPh (mm)
0 0 0
0 5 10 15 20 25 0 5 10 15 20 25 0 5 10 15 20 25
Tiempo transcurrido tras el incendio (meses) Tiempo transcurrido tras el incendio (meses) Tiempo transcurrido tras el incendio (meses)
Figura 53. Evolución del DMPh medio de los tres tratamientos (humectación rápida, desagregación mecánica y humectación lenta) de los suelos
no quemados y quemados a lo largo de los dos años posteriores al incendio (—NQ —Q).
suelo nº 3 suelo nº 7 suelo nº 10
1.0 1.0 1.0
0.5 0.5 0.5
0.0 0.0 0.0
-0.5 -0.5 -0.5
DMPh (Q-NQ)
DMPh (Q-NQ)
DMPh (Q-NQ)
-1.0
-1.0 -1.0
0 5 10 15 20 25
0 5 10 15 20 25 0 5 10 15 20 25
Meses tras el incendio (meses)
Meses tras el incendio (meses) Meses tras el incendio (meses)
suelo nº 11 suelo nº 18 suelo nº 21
1.0 1.0 1.0
DMPh (Q-NQ)
DMPh (Q-NQ)
DMPh (Q-NQ)
DMPh (Q-NQ)
DMPh (Q-NQ)
DMPh (Q-NQ)
Tiempo transcurrido tras el incendio (meses) Tiempo transcurrido tras el incendio (meses) Tiempo transcurrido tras el incendio (meses)
Figura 54. Diferencias entre el DMPh medio de los suelos quemados y los correspondientes suelos no quemados a lo largo de los dos años
de estudio.
171
Resultados y discusión: Evolución temporal
Resultados y discusión: Evolución temporal
Tras el paso del fuego, se observa en algunos suelos (nº 10, 11 y 18) un incremento
de la estabilidad de los agregados al agua (Figuras 55 y 56). Este incremento resulta muy
efímero y al tercer mes después del incendio estos suelos quemados presentan valores
similares a los del suelo no quemado o incluso inferiores como ocurre en el suelo nº 11.
El suelo nº 24 aumenta, igualmente, el porcentaje de agregados estables un mes después
del incendio, sin embargo se mantiene con valores superiores a los del suelo no quemado
durante los 6 primeros meses y finalmente (a los 25 meses) los valores del suelo
quemados y no quemado se igualan.
En los suelos nº 7, 21, 23 y 25 el paso del fuego provoca una disminución inicial
del porcentaje de agregados estables al impacto de las gotas de agua. Los suelos nº 21 y
23 a los tres meses después del incendio presentan una estabilidad de los agregados
similar o superior a las de los suelos no quemados, pero únicamente en el suelo nº 21 se
mantiene esta tendencia hasta el final del estudio, ya que el suelo nº 23 en los muestreos
realizados a los 13 y 25 meses presenta un contenido inferior de agregados estables con
respecto al suelo no quemado. Los suelos nº 7 y 25 presentan durante todo el período de
estudio valores inferiores a los de los suelos quemados.
172
suelo nº 3 suelo nº 7 suelo nº 10
100 100 100
80 80 80
60 60 60
40 40 40
20 20 20
0 0 0
% agregados estables
% agregados estables
% agregados estables
0 5 10 15 20 25 0 5 10 15 20 25 0 5 10 15 20 25
Meses tras el incendio (meses) Meses tras el incendio (meses) Meses tras el incendio (meses)
% agregados estables
% agregados estables
% agregados estables
0 5 10 15 20 25 0 5 10 15 20 25 0 5 10 15 20 25
Meses tras el incendio (meses) Meses tras el incendio (meses) Meses tras el incendio (meses)
% agregados estables
% agregados estables
% agregados estables
0 5 10 15 20 25 0 5 10 15 20 25 0 5 10 15 20 25
Tiempo transcurrido tras el incendio (meses) Tiempo transcurrido tras el incendio (meses) Tiempo transcurrido tras el incendio (meses)
Figura 55. Evolución del % de agregados estables al impacto de las gotas de agua de los suelos no quemados y quemados a lo largo de los
dos años posteriores al incendio. (—NQ —Q)
173
Resultados y discusión: Evolución temporal
174
suelo nº 3 suelo nº 7 suelo nº 10
60 60 60
40 40 40
20 20 20
0 0 0
(Q-NQ)
(Q-NQ)
(Q-NQ)
-20 -20 -20
-40 -40 -40
-60 -60 -60
% agregados estables
% agregados estables
% agregados estables
0 5 10 15 20 25 0 5 10 15 20 25 0 5 10 15 20 25
Meses tras el incendio (meses) Meses tras el incendio (meses) Meses tras el incendio (meses)
suelo nº 11 suelo nº 18 suelo nº 21
60 60 60
40 40 40
20 20 20
0 0 0
(Q-NQ)
(Q-NQ)
(Q-NQ)
Resultados y discusión: Evolución temporal
% agregados estables
% agregados estables
0 5 10 15 20 25 0 5 10 15 20 25 % agregados estables 0 5 10 15 20 25
Meses tras el incendio (meses) Meses tras el incendio (meses) Meses tras el incendio (meses)
(Q-NQ)
(Q-NQ)
(Q-NQ)
% agregados estables
% agregados estables
% agregados estables
0 5 10 15 20 25 0 5 10 15 20 25 0 5 10 15 20 25
Tiempo transcurrido tras el incendio (meses) Tiempo transcurrido tras el incendio (meses) Tiempo transcurrido tras el incendio (meses)
Figura 56. Diferencias entre el % de agregados estables de los suelos quemados y los correspondientes suelos no quemados a lo largo de los
dos años de estudio.
Resultados y discusión: Evolución temporal
175
176
suelo nº 3 suelo nº 7 suelo nº 10
1.6 1.6 1.6
1.2 1.2 1.2
0.8 0.8 0.8 *
0.4
0.4 0.4
0.0
D. aparente (g cm-3)
D. aparente (g cm-3)
D. aparente (g cm-3)
0.0 0.0
0 5 10 15 20 25
0 5 10 15 20 25 0 5 10 15 20 25
Meses tras el incendio (meses)
Meses tras el incendio (meses) Meses tras el incendio (meses)
D. aparente (g cm-3)
0.0
D. aparente (g cm-3)
D. aparente (g cm-3)
0.0 0.0
0 5 10 15 20 25 0 5 10 15 20 25 0 5 10 15 20 25
Meses tras el incendio (meses) Meses tras el incendio (meses) Meses tras el incendio (meses)
D. aparente (g cm-3)
D. aparente (g cm-3)
0.0 0.0 0.0
0 5 10 15 20 25 0 5 10 15 20 25 0 5 10 15 20 25
Tiempo transcurrido tras el incendio (meses) Tiempo transcurrido tras el incendio (meses) Tiempo transcurrido tras el incendio (meses)
Figura 57. Evolución de la densidad aparente de los suelos no quemados y quemados a lo largo de los dos años posteriores al incendio.
*: no determinado. (—NQ —Q).
suelo nº 3 suelo nº 7 suelo nº 10
D. aparente (Q-NQ)
D. aparente (Q-NQ)
D. aparente (Q-NQ)
0 5 10 15 20 25 0 5 10 15 20 25 0 5 10 15 20 25
Meses tras el incendio (meses) Meses tras el incendio (meses) Meses tras el incendio (meses)
D. aparente (Q-NQ)
D. aparente (Q-NQ)
D. aparente (Q-NQ)
0 5 10 15 20 25 0 5 10 15 20 25 0 5 10 15 20 25
Meses tras el incendio (meses) Meses tras el incendio (meses) Meses tras el incendio (meses)
suelo nº 23 suelo nº 24 suelo nº 25
D. aparente (Q-NQ)
D. aparente (Q-NQ)
D. aparente (Q-NQ)
0 5 10 15 20 25 0 5 10 15 20 25 0 5 10 15 20 25
Tiempo transcurrido tras el incendio (meses) Tiempo transcurrido tras el incendio (meses) Tiempo transcurrido tras el incendio (meses)
Figura 58. Diferencias entre la densidad aparente (g cm-3) de los suelos quemados y los correspondientes suelos no quemados a lo largo de los
dos años de estudio. *: no determinado.
177
Resultados y discusión: Evolución temporal
178
suelo nº 3 suelo nº 7 suelo nº 10
100 100 100
80 80 80
60
*
60 60
80 80 80
Resultados y discusión: Evolución temporal
60 60 60
80 80 80
60 60 60
40 40 40
0 5 10 15 20 25 0 5 10 15 20 25 0 5 10 15 20 25
Tiempo transcurrido tras el incendio (meses) Tiempo transcurrido tras el incendio (meses) Tiempo transcurrido tras el incendio (meses)
Figura 59. Evolución de la porosidad total de los suelos no quemados y quemados a lo largo de los dos años posteriores al incendio.
*: no determinado. (—NQ —Q).
Resultados y discusión: Evolución temporal
figura 58, durante el primer año de seguimiento presentan una densidad aparente inferior
a la de los suelos no afectados por el fuego. Sin embargo, pasado el primer año estos
suelos tienden a recuperar los valores de los suelos no quemados. En estos tres suelos
quemados existe una buena correspondencia entre la evolución del Corg y la densidad
aparente, de forma que la menor densidad aparente observada en estos suelos con
respecto a los no quemados podrían deberse al aumento en el contenido de Corg que
experimentan estos suelos en los meses posteriores al incendio.
Por otro lado, los suelos restantes (nº 3, 10, 21, 23, 24 y 25) seis meses después del
incendio muestran valores de densidad aparente similares a los del suelo control, y se
mantienen, por lo general, hasta el final del estudio. Únicamente el suelo nº 23 presenta al
cabo de uno y dos años de producirse el incendio valores de densidad aparente superiores
a los del suelo no quemado.
179
180
suelo nº 3 suelo nº 7 suelo nº 10
60 60 60
40 40 40
20 20 20 *
20 20 20
0 0 0
0 5 10 15 20 25 0 5 10 15 20 25 0 5 10 15 20 25
Meses tras el incendio (meses) Meses tras el incendio (meses) Meses tras el incendio (meses)
suelo nº 23 suelo nº 24 suelo nº 25
60 60 60
40 40 40
20 20 20
0 0 0
0 5 10 15 20 25 0 5 10 15 20 25 0 5 10 15 20 25
Tiempo transcurrido tras el incendio (meses) Tiempo transcurrido tras el incendio (meses) Tiempo transcurrido tras el incendio (meses)
Figura 60. Evolución del contenido en agua útil de los suelos no quemados y quemados a lo largo de los dos años posteriores al incendio.
*: no determinado. (—NQ —Q)
suelo nº 3 suelo nº 7 suelo nº 10
30 30 30
20 20 20
10 10 10
*
0 0 0
-10 -10 -10
-20 -20 -20
Tiempo transcurrido tras el incendio (meses) Tiempo transcurrido tras el incendio (meses) Tiempo transcurrido tras el incendio (meses)
Figura 61. Diferencias entre el contenido en agua útil (% v/v) de los suelos quemados y los correspondientes suelos no quemados a lo largo
de los dos años de estudio. *: no determinado.
181
Resultados y discusión: Evolución temporal
Resultados y discusión: Evolución temporal
valores similares a los del suelo no quemado, sin embargo al cabo de dos años tienen un
30 y un 52 % menos de agua útil que los suelos no quemados. En el suelo nº 24 el
contenido de agua útil prácticamente no se ve afectado por el paso del fuego.
182
Resultados y discusión: Calentamiento controlado
Cada incendio en particular está afectado por multitud de factores como duración,
temperatura alcanzada, tipo, densidad de la cubierta vegetal, cantidad de cenizas
aportadas al suelo, etc., ello provoca que los resultados obtenidos presenten una cierta
dispersión y en ocasiones sean contradictorios con respecto a los efectos derivados de la
acción del fuego sobre las propiedades del suelo, particularmente sobre las propiedades
físicas.
183
Resultados y discusión: Calentamiento controlado
El suelo nº 24 se asienta sobre una zona de metamorfismo regional que actuó con
intensidad variable. Las series paleozoicas muestran un metamorfismo regional de bajo
grado que corresponderían a las facies de esquistos verdes de Eskola constituidos por
moscovita, sericita y cuarzo.
184
Resultados y discusión: Calentamiento controlado
de Pontevedra, y la vegetación arbórea de la zona está constituida por pinos. El suelo está
desarrollado sobre un material granítico (granito de dos micas) cuya mineralogía
fundamental consta de cuarzo, plagioclasa, feldespato potásico, moscovita y biotita.
En cada una de las zonas se recogieron muestras de suelo sin quemar del horizonte
superficial (0-5 cm) para realizar el calentamiento controlado en el laboratorio,
muestreando tres subzonas de cada uno de los suelos y analizando cada subzona por
separado. Las experiencias de calentamiento se realizaron sobre la fracción menor de 10
mm.
185
Resultados y discusión: Calentamiento controlado
Tabla 26. Características generales de los horizontes superficiales de los suelos control.
Suelo nº 7 Suelo nº 8 Suelo nº 24
pH agua 4.42±0.18 4.33±0.24 4.07±0.03
pH KCl 3.51±0.21 3.66±0.31 3.21±0.10
-1
Corg (g kg ) 53.06±6.64 101.91±3.15 87.69±17.51
% Arena (2-0.05 mm) 74.09±2.50 59.70±0.95 37.80±3.36
% Limo (0.05- 0.002 mm) 15.87±1.41 21.04±1.38 50.98±2.63
% Arcilla (<0.002 mm) 10.04±1.20 19.26±2.03 11.22±0.74
-3
Densidad real (g cm ) 2.48±0.07 2.33±0.12 2.42±0.04
Densidad aparente (g cm-3) 0.99±0.21 0.77±0.16 0.71±0.14
Porosidad total (%) 60.04±3.82 66.81±5.31 70.62±3.07
Agua útil (% v/v) 14.05±4.93 33.61±5.52 19.45±6.55
DMPs (mm) 1.34±0.15 1.12±0.09 1.11±0.39
DMPh medio 3 tratm. (mm) 3.20±0.08 3.08±0.10 3.12±0.12
% Agregados estables 52±14 69±13 31±12
Repelencia al agua (% etanol) 19.1±2.3 21.8±1.5 10.9±2.0
-1
Conductividad hidráulica (cm h ) 15.23±7.82 19.69±20.99 7.60±5.08
El suelo nº 8 es el que presenta un contenido en agua útil más elevado (34 %),
coincidiendo con un mayor contenido en Corg y en arcilla. El suelo nº 7, con un 14 % de
contenido en agua útil es el que presenta el valor más bajo, siendo este suelo el más
arenoso y el de menor contenido en Corg.
Estos suelos presentan una débil agregación puesto que en ningún caso se supera el
valor de DMPs de 1.34 mm. A pesar de esto, la estabilidad de los agregados al agua,
determinada por el test de Le Bissonnais, es muy alta en todos los suelos con valores
entre 3.08 y 3.30 mm, lo que coincide con lo afirmado por otros autores para la mayor
parte de los suelos naturales en Galicia debido principalmente al elevado contenido en
materia orgánica que constituye el principal agente cementante en estos suelos (Benito y
Díaz-Fierros, 1989).
186
Resultados y discusión: Calentamiento controlado
Los suelos nº 7 y 8 presentan una elevada repelencia, siendo ambos suelos muy
fuertemente hidrofóbicos. El suelo nº 24 posee un menor grado de repelencia que los dos
suelos anteriores y es moderadamente hidrofóbico a 25ºC. Esta diferencia en el grado de
repelencia puede deberse a la textura de este suelo que es menos arenosa que la de los nº
7 y 8. Numerosos autores han asociado la repelencia al agua con suelos de texturas
arenosas; esto se explica por la menor superficie específica que presentan los suelos con
tamaño de grano mayor que provoca que la tensión superficial del líquido sea mayor y
que sea más difícil que penetre la gota de agua en el suelo (Roberts y Carbon, 1971;
McGuie y Posner, 1980; DeBano, 1991).
187
Resultados y discusión: Calentamiento controlado
5.3.1 pH
Otros autores han señalado resultados similares. El calentamiento del suelo, según
Giovannini et al. (1990), tiene un efecto variable sobre el pH. A la temperatura de 220ºC
desciende el pH, mientras que a 460ºC hay un incremento con respecto al nivel inicial.
Este fenómeno ha sido puesto de manifiesto también por otros autores, que encontraron
los valores más bajos de pH a temperaturas entre 200 y 220ºC (Nishita y Haug, 1972;
Giovannini y Lucchesi, 1997), con un fuerte aumento del mismo a partir de estos valores.
Esto mismo fue hallado también por Díaz-Raviña et al. (1992) y Fernández I. (1997) en
suelos de Galicia con características similares a los de aquí estudiados.
188
Resultados y discusión: Calentamiento controlado
Las causas del descenso a 200-220ºC no están todavía claras aunque Sertsu y
Sanchez (1978) señalan que está probablemente relacionado, en suelos ácidos, con la
liberación de Al cambiable. Giovannini et al. (1990) y Soto et al. (1991) estudiando las
reacciones térmicas del suelo detectadas mediante ATD, observan que la deshidratación
de las formas coloidales se produce entre 170 y 220ºC. Esta deshidratación de los
coloides y la consiguiente reducción de la capacidad tampón del suelo podría ser la causa
del descenso del pH del suelo cuando se calienta (Giovannini et al., 1990).
189
Resultados y discusión: Calentamiento controlado
Suelo nº 7
7 c
6 abd
b
bd
ad
5 a
pH agua
4
3
2
1
0
25 170 220 380 460 Q
Temperatura (ºC)
Suelo nº 8
7 b
6 b b
5
pH agua
a a a
4
3
2
1
0
25 170 220 380 460 Q
Temperatura (ºC)
Suelo nº 24
7
c
6 bc
ab
5
pH agua
a a a
4
3
2
1
0
25 170 220 380 460 Q
Temperatura (ºC)
Figura 62. Valores medios del pH en agua de los suelos calentados a distintas
temperaturas y del suelo incendiado (Q). Los valores para un mismo suelo son
significativamente diferentes (p<0.05) si las letras son diferentes.
190
Resultados y discusión: Calentamiento controlado
Tabla 28. Contenido en Corg (g kg-1) de los suelos calentados a distintas temperaturas
(media+desviación estándar). Los valores dentro de una misma columna son
significativamente diferentes (p<0.05) si las letras son diferentes.
Tª Suelo nº 7 Suelo nº 8 Suelo nº 24
25ºC 53.06±6.64a 101.91±3.15a 87.69±17.51a
170ºC 48.31±10.39a 103.08±15.58a 86.45±18.79a
220ºC 52.30±9.78a 104.50±11.14a 72.61±9.22a
380ºC 23.80±1.91b 25.47±4.98b 32.25±2.47b
460ºC 4.53±3.16c 5.94±1.12c 15.03±5.82b
Estos resultados coinciden con los procesos térmicos observados mediante análisis
térmico diferencial por Giovannini et al. (1988) y Soto et al. (1991) que muestran dos
picos exotérmicos bien definidos entre 220 y 460ºC que se deben a la combustión de la
materia orgánica.
191
Resultados y discusión: Calentamiento controlado
Suelo nº 7
120
Corg (g kg-1) 100
80
a
60 a a a
40 b
20 c
0
25 170 220 380 460 Q
Temperatura (ºC)
Suelo nº 8
120 a a
a
100
Corg (g kg-1)
80
d
60
40 b
20 c
0
25 170 220 380 460 Q
Temperatura (ºC)
Suelo nº 24
120
c
100 a a
a
Corg (g kg-1)
80
60
b
40
b
20
0
25 170 220 380 460 Q
Temperatura (ºC)
Figura 63. Valores medios de Corg de los suelos calentados a distintas temperaturas y del
suelo incendiado (Q). Los valores para un mismo suelo son significativamente diferentes
(p<0.05) si las letras son diferentes.
192
Resultados y discusión: Calentamiento controlado
5.3.3 Textura
193
Resultados y discusión: Calentamiento controlado
194
Resultados y discusión: Calentamiento controlado
195
Resultados y discusión: Calentamiento controlado
60
%
40
20 a a a a a a
a a a a a a
0
25 170 220 380 460 Q
Temperatura (ºC)
100 Suelo nº 8
80
a a a a a a
60
%
40
ab b
a a a ab ab ab ab
20 bc c c
0
25 170 220 380 460 Q
Temperatura (ºC)
Suelo nº 24
100
80
60 a a a
a a
a
%
a a a a a a
40
20 ab ab d
a
b c
0
25 170 220 380 460 Q
Temperatura (ºC)
196
Resultados y discusión: Calentamiento controlado
Tabla 30. Grado de repelencia al agua expresado en % de etanol de los suelos calentados
a distintas temperaturas (media±desviación estándar). Los valores dentro de una misma
columna son significativamente diferentes (p<0.05) si las letras son diferentes.
Tª Suelo nº 7 Suelo nº 8 Suelo nº 24
25ºC 19.05±2.28a 21.78±1.54a 10.89±2.04a
170ºC 20.81±1.62a 21.00±1.34a 21.39±0.77b
220ºC 23.53±0.77b 22.95±3.09a 22.17±0.88b
380ºC 0.00±0.00c 0.00±0.00b 0.00±0.00c
460ºC 0.00±0.00c 0.00±0.00b 0.00±0.00c
Con el fin de estudiar con más detalle la evolución de la repelencia al agua hasta
que desaparece, se calentaron los tres suelos a cuatro temperaturas intermedias: 105, 240,
260 y 280ºC y los resultados se muestran en la figura 65.
Se observa que los mayores niveles de repelencia se producen entre los 220 y los
240ºC con valores entorno al 24 % de etanol. Por encima de 260ºC la repelencia al agua
se desaparece en los tres suelos. Esto coincide con los resultados obtenidos por Savage
(1974) y DeBano et al. (1976) y también ha sido señalado en un estudio previo sobre el
efecto del calentamiento en las propiedades físicas de estos mismos suelos pero utilizando
el test del tiempo de penetración de la gota de agua (García-Corona et al., 2004).
197
Resultados y discusión: Calentamiento controlado
25
20
% Etanol
15
10
0
0 100 200 300 400 500
Tª (ºC)
Figura 65. Efecto del calentamiento en la repelencia al agua en los suelos estudiados.
198
Resultados y discusión: Calentamiento controlado
Suelo nº 7
30
25
% Etanol 20
15
10
5
0
25 105 170 220 240 260 280 380 460 Q (0- Q
2.5 (2.5-
cm) 5 cm)
Temperatura (ºC)
Suelo nº 8
30
25
20
% Etanol
15
10
5
0
25 105 170 220 240 260 280 380 460 Q (0- Q
2.5 (2.5-
cm) 5 cm)
Temperatura (ºC)
Suelo nº 24
30
25
20
% Etanol
15
10
5
0
25 105 170 220 240 260 280 380 460 Q Q
sup. prof.
Temperatura (ºC)
Figura 66. Repelencia al agua (en % de etanol) de los suelos calentados a distintas
temperaturas y del suelo incendiado (Q sup.: 0-2.5 cm; Q prof.: 2.5-5 cm).
199
Resultados y discusión: Calentamiento controlado
incendio fuese menor. En este sentido Doerr et al (2004) han comprobado recientemente
que el umbral de temperatura para la destrucción de la repelencia decrece al aumentar el
tiempo de calentamiento, alcanzando valores de 300-350ºC para 5 minutos de
calentamiento y de 250-290ºC para 40 minutos de calentamiento. Así, ellos consideran
que no solamente es importante la máxima temperatura alcanzada en la superficie sino
también el tiempo en el que se mantiene el suelo a esa temperatura.
5.3.5 Agregación
200
Resultados y discusión: Calentamiento controlado
La distribución por tamaños de los agregados a 25ºC (Figuras 67, 68 y 69) muestra
que prácticamente no hay agregados mayores de 5 mm en ninguno de los tres suelos
estudiados. En los suelos de texturas franco-arenosas, suelos nº 7 y 8, la fracción más
frecuente es la comprendida entre 1 y 0.25 mm, mientras que en el suelo nº 24, de textura
más limosa, el tamaño de agregado más frecuente es entre 0.25 y 0.05 mm. En los tres
suelos la mayor parte de los agregados se distribuyen entre las fracciones de 5 a 0.05 mm,
pero es importante destacar que en el suelo nº 24 hay más de un 14 % de agregados de
menor tamaño (<0.05 mm).
60 25ºC 60 170ºC
50 50
% Agregados
% Agregados
40 40
30 30
20 20
10 10
0 0
0.25-
10-5
5-2
2-1
<0.05
1-0.25
0.05
0.25-
10-5
5-2
2-1
<0.05
1-0.25
0.05
60 60
220ºC
mm 380ºC
mm
50 50
% Agregados
% Agregados
40 40
30 30
20 20
10 10
0 0
0.25-
10-5
5-2
2-1
1-0.25
<0.05
10-5
5-2
2-1
1-0.25
<0.05
0.25-0.05
0.05
60
460ºC
mm
50 mm
% Agregados
40
30
20
10
0
10-5
5-2
2-1
<0.05
1-0.25
0.25-0.05
mm
Figura 67. Distribución por tamaños de los agregados del suelo nº 7 calentado a distintas
temperaturas.
201
Resultados y discusión: Calentamiento controlado
60 60
25ºC 170ºC
50 50
% Agregados
40 40
% Agregados
30 30
20 20
10 10
0 0
0.25-
<0.05
10-5
5-2
2-1
1-0.25
0.25-
10-5
5-2
2-1
<0.05
1-0.25
0.05
0.05
60 60
220ºC
mm 380ºC
mm
50 50
% Agregados
40 40
% Agregados
30 30
20 20
10 10
0 0
0.25-
<0.05
10-5
5-2
2-1
1-0.25
0.05
<0.05
10-5
5-2
2-1
1-0.25
0.25-0.05
60
460ºC
mm
50
mm
% Agregados
40
30
20
10
0
10-5
5-2
2-1
1-0.25
0.25-0.05
<0.05
mm
Figura 68. Distribución por tamaños de los agregados del suelo nº 8 calentado a distintas
temperaturas.
202
Resultados y discusión: Calentamiento controlado
60 60
25ºC 170ºC
50 50
% Agregados
40 40
% Agregados
30 30
20 20
10 10
0 0
0.25-
<0.05
10-5
5-2
2-1
1-0.25
0.25-
5-2
2-1
<0.05
10-5
1-0.25
0.05
0.05
60 60
220ºCmm 380ºCmm
50 50
% Agregados
40 40
% Agregados
30 30
20 20
10 10
0 0
0.25-
10-5
5-2
2-1
1-0.25
<0.05
1-0.25
<0.05
10-5
5-2
2-1
0.25-0.05
0.05
60
460ºCmm
50 mm
% Agregados
40
30
20
10
0
10-5
5-2
2-1
1-0.25
0.25-0.05
<0.05
mm
Figura 69. Distribución por tamaños de los agregados del suelo nº 24 calentado a
distintas temperaturas.
203
Resultados y discusión: Calentamiento controlado
Test de tamización
A pesar de que los tres suelos estudiados presentan una débil agregación en seco, la
estabilidad al agua determinada por tamización en húmedo a 25ºC es muy alta como se
observa en la tabla 32.
204
Resultados y discusión: Calentamiento controlado
Suelo nº 7
2,0 100
% Pérdidas de C org
80
1,5 a a
DMPs (mm)
a
a 60
1,0
40
0,5 b b
20
0,0 0
25 170 220 380 460 Q
Temperatura (ºC)
Suelo nº 8
2,0 100
% Pérdidas de C org
80
1,5
DMPs (mm)
a
60
c
1,0 bc
bc 40
b
b
0,5
20
0,0 0
25 170 220 380 460 Q
Temperatura (ºC)
Suelo nº 24
2,0 100
% Pérdidas de C org
c 80
1,5
DMPs (mm)
a a 60
a
1,0
40
0,5 b b 20
0,0 0
25 170 220 380 460 Q
Temperatura (ºC)
Figura 70. Valores medios de DMPs de los suelos calentados a distintas temperaturas y
del suelo incendiado (Q). Los valores para mismo suelo son significativamente diferentes
(p<0.05) si las letras son diferentes. La línea verde indica las pérdidas de Corg con
respecto a la temperatura de 25ºC.
205
Resultados y discusión: Calentamiento controlado
Tabla 32. Estabilidad de los agregados al agua expresada como DMPh (mm) determinada
mediante el test de Le Bissonnais de los suelos calentados a distintas temperaturas
(media±desviación estándar). Los valores dentro de una misma columna son
significativamente diferentes (p<0.05) si las letras son diferentes.
Tª Suelo nº 7 Suelo nº 8 Suelo nº 24
25ºC 3.20±0.08a 3.08±0.10a 3.12±0.12a
170ºC 3.16±0.06a 3.11±0.22a 3.10±0.15a
220ºC 3.20±0.06a 3.12±0.18a 3.12±0.08a
380ºC 1.95±0.05b 1.97±0.20b 1.93±0.00b
460ºC 1.02±0.00c ─ ─
206
Resultados y discusión: Calentamiento controlado
25ºC 170ºC
100 100
80 80
% Agregados
% Agregados
60 60
40 40
20 20
0 0
5-2
2-1
1-0.5
0.5-0.25
0.25-0.1
0.1-0.05
<0.05
5-2
2-1
1-0.5
0.5-0.25
0.25-0.1
0.1-0.05
<0.05
mm mm
220ºC 380ºC
100 60
80
% Agregados
% Agregados
40
60
40
20
20
0 0
5-2
2-1
1-0.5
0.5-0.25
0.25-0.1
0.1-0.05
<0.05
5-2
2-1
1-0.5
0.5-0.25
0.25-0.1
0.1-0.05
<0.05
mm mm
460ºC
100
80
% Agregados
60
40
20
0
5-2
2-1
1-0.5
0.5-0.25
0.25-0.1
0.1-0.05
<0.05
mm
Figura 71. Distribución de agregados estables después del test de Le Bissonnais (media
de los tres tratamientos) en el suelo nº 7 a distintas temperaturas de calentamiento.
207
Resultados y discusión: Calentamiento controlado
25ºC 170ºC
100 100
80 80
% Agregados
% Agregados
60 60
40 40
20 20
0 0
5-2
2-1
1-0.5
0.5-0.25
0.25-0.1
0.1-0.05
<0.05
5-2
2-1
1-0.5
0.5-0.25
0.25-0.1
0.1-0.05
<0.05
mm mm
220ºC 380ºC
100
60
80
% Agregados
% Agregados
60 40
40
20
20
0 0
5-2
2-1
1-0.5
0.25-0.1
0.5-0.25
0.1-0.05
<0.05
5-2
2-1
1-0.5
0.5-0.25
0.25-0.1
0.1-0.05
<0.05
mm mm
Figura 72. Distribución de agregados estables después del test de Le Bissonnais (media
de los tres tratamientos) en el suelo nº 8 a distintas temperaturas de calentamiento.
25ºC 170ºC
100 100
80 80
% Agregados
% Agregados
60 60
40 40
20 20
0 0
5-2
2-1
1-0.5
0.5-0.25
0.25-0.1
0.1-0.05
<0.05
5-2
2-1
1-0.5
0.5-0.25
0.25-0.1
0.1-0.05
<0.05
mm
220ºC 380ºC
mm
100 60
80
% Agregados
% Agregados
40
60
40
20
20
0 0
5-2
2-1
1-0.5
<0.05
0.5-0.25
0.25-0.1
0.1-0.05
5-2
2-1
1-0.5
0.5-0.25
0.25-0.1
0.1-0.05
<0.05
mm mm
Figura 73. Distribución de agregados estables después del test de Le Bissonnais (media
de los tres tratamientos) en el suelo nº 24 a distintas temperaturas de calentamiento.
208
Resultados y discusión: Calentamiento controlado
Los valores de DMPh (Figura 74) confirman los resultados obtenidos con la
distribución de agregados en seco, es decir, no existen prácticamente diferencias entre las
tres primeras temperaturas de calentamiento (25, 170 y 220ºC). A partir de los 220ºC se
observa una fuerte pérdida de estabilidad y las fracciones menores de 2 mm comienzan a
cobrar importancia, con porcentajes del orden del 10-15 % a 380ºC, pero la fracción de 5-
2 mm sigue siendo la más frecuente con un 45 % de agregados estables. A 460ºC la falta
de agregados impidió la realización del test en los suelos nº 8 y 24. En el suelo nº 7 se
produce una reducción de la estabilidad de los agregados al agua, que se traduce en un
incremento de la fracción 0.25-0.1 mm que pasa de tener un valor de 11.08 % a 380ºC a
30.84 % a 460ºC, mientras que las fracciones situadas entre 5-0.25 mm se mantienen
entre valores del 14 al 18 %.
En la tabla 33 aparecen los datos obtenidos a partir del test de impacto de la gota y
se observa que los suelos nº 7 y 24 experimentan un aumento significativo del porcentaje
de agregados estables con el incremento de la temperatura hasta llegar a los 220ºC,
pasando en el suelo nº 7 de un 52 % de agregados estables a 25ºC a un 89 % y un 84 % a
170 y 220ºC, respectivamente, y en el suelo nº 24 de un 31 % de agregados estables a
25ºC a un 47 % a 170ºC y a un 56 % a 220ºC. En el suelo nº 8, a diferencia de los dos
suelos anteriores, a 170ºC se produce una disminución del 25 % en el contenido de
agregados estables, aunque esta variación no resulta estadísticamente significativa.
Posteriormente, a 220ºC, se observa un ligero incremento del porcentaje de agregados
estables pero sin alcanzar el porcentaje de agregados estables que presenta el suelo a
25ºC.
209
Resultados y discusión: Calentamiento controlado
Suelo nº 7
5 100
% Pérdida de C org
4 80
DMPh (mm)
a a a a
3 60
b
2 40
c
1 20
0 0
25 170 220 380 460 Q
Temperatura (ºC)
Suelo nº 8
5 100
% Pérdida de C org
4 80
DMPh (mm)
a a a
3 60
b
b
2 40
1 20
0 0
25 170 220 380 460 Q
Temperatura (ºC)
Suelo nº 24
5 100
% Pérdida de C org
4 80
a
DMPh (mm)
a a a
3 60
b
2 40
1 20
0 0
25 170 220 380 460 Q
Temperatura (ºC)
Figura 74. Valores medios de DMPh (media de los tres tratamientos) de los suelos
calentados a distintas temperaturas y del suelo incendiado (Q). Los valores para un
mismo suelo son significativamente diferentes (p<0.05) si las letras son diferentes. La
línea verde indica la pérdida de Corg.
210
Resultados y discusión: Calentamiento controlado
Tabla 33. % de agregados estables determinado mediante el test de la gota de agua de los
suelos calentados a distintas temperaturas (media±desviación estándar). Los valores
dentro de una misma columna son significativamente diferentes (p<0.05) si las letras son
diferentes.
Tª Suelo nº 7 Suelo nº 8 Suelo nº 24
25ºC 52 ±14a 69±13a 31±12a
170ºC 89±5b 52±7ab 47±19ab
220ºC 84±14b 64±24a 56±4b
380ºC 8±8c 28±11b 14±8c
460ºC 4±0c ─ 0±0c
211
Resultados y discusión: Calentamiento controlado
temperatura.
212
Resultados y discusión: Calentamiento controlado
Suelo nº 7
100 b 100
b
% Agregados estables
% Pérdidas de C org
80 80
60 a a 60
40 40
20 20
c c
0 0
25 170 220 380 460 Q
Temperatura (ºC)
Suelo nº 8
100 100
% Agregados estables
% Pérdidas de C org
80 80
a
a
60 ab 60
40 40
bc
20 c 20
0 0
25 170 220 380 460 Q
Temperatura (ºC)
Suelo nº 24
100 100
% Agregados estables
% Pérdidas de C org
80 80
60 b 60
ab ab
40 a 40
20 c 20
c
0 0
25 170 220 380 460 Q
Temperatura (ºC)
213
Resultados y discusión: Calentamiento controlado
Los datos de densidad real, densidad aparente y porosidad total de los tres suelos
calentados a distintas temperaturas y de los suelos quemados se presentan en la tabla 34.
214
Resultados y discusión: Calentamiento controlado
215
Resultados y discusión: Calentamiento controlado
El efecto del calentamiento sobre el contenido en agua útil varía según los suelos
tal como se observa en la tabla 35. En el suelo nº 7, el aumento de la temperatura provoca
un incremento significativo del contenido en agua útil del suelo, pasando de un 14.05 % a
25ºC a un 28.59 % a 170ºC. A 220ºC se produce un ligero descenso que no tiene
significación estadística.
Tabla 35. Contenido de agua útil de los suelos calentados a distintas temperaturas
expresados en % (v/v), (media±desviación estándar). Los valores dentro de una misma
columna son significativamente diferentes (p<0.05) si las letras son diferentes.
Tª Suelo nº 7 Suelo nº 8 Suelo nº 24
25ºC 14.05±4.93a 34.54±5.52a 19.45±6.55a
170ºC 28.59±5.10b 26.66±4.79b 18.63±5.61a
220ºC 25.76±5.46b 29.09±4.67ab 28.07±5.79a
380ºC ─ ─ 46.49±10.26b
460ºC ─ ─ ─
216
Resultados y discusión: Calentamiento controlado
agua útil se incrementa pero no de forma significativa. A partir de los 220ºC tanto en el
suelo nº 7 como en el nº 8 no se ha podido determinar el contenido en agua útil debido a
la desagregación producida por las altas temperaturas que impidió la obtención de
terrones para calcular la densidad aparente de los suelos.
Al comparar los contenidos en agua útil de los suelos incendiados con los
calentados en el laboratorio (Figura 76) se observa que los suelos incendiados poseen
contenidos superiores a los de los suelos control pero las diferencias solo son
significativas en el suelo nº 8. En los suelos quemados nº 7 y 24 el aumento en el
contenido en agua útil posiblemente está relacionado con el incremento de Corg que sufren
estos suelos después del fuego. En el suelo nº 8 el aumento de agua útil podría resultar
contradictorio porque tras el incendio sufre una importante disminución del contenido en
Corg, sin embargo, podría explicarse por la desagregación que presenta este suelo después
del incendio que favorece el incremento de los microagregados y, en consecuencia, de los
poros responsables de la retención de agua en el suelo.
El contenido en agua útil del suelo quemado nº 7 se diferencia del encontrado a las
temperaturas de 170 y 220ºC y se asemeja al del suelo no quemado. Por el contrario, el
contenido en agua útil del suelo nº 8 quemado es superior al de los suelos calentados
hasta 220ºC, lo que indica, posiblemente, que en este suelo se han alcanzado temperaturas
superiores a 220ºC. El contenido en agua útil del suelo quemado nº 24 posee un valor
muy similar al obtenido a 220ºC pero sólo se diferencia estadísticamente de la
temperatura de 380ºC.
217
Resultados y discusión: Calentamiento controlado
Suelo nº 7
50
30 b
b
a
20 a
10
0
25 170 220 380 460 Q
Temeperatura (ºC)
Suelo nº 8
50
c
Agua útil (% v/v)
40 a
ab
30 b
20
10
0
25 170 220 380 460 Q
Temeperatura (ºC)
Suelo nº 24
50 b
Agua útil (% v/v)
40
a
30 a
a a
20
10
0
25 170 220 380 460 Q
Temperatura (ºC)
Figura 76. Contenido en agua útil (en % v/v) de los suelos calentados a distintas
temperaturas y del suelo incendiado (Q). Los valores para un mismo suelo son
significativamente diferentes (p<0.05) si las letras son diferentes.
218
Resultados y discusión: Calentamiento controlado
Tabla 36. Valores de conductividad hidráulica (cm h-1) de los suelos calentados a
distintas temperaturas (media±desviación estándar). Los valores dentro de una misma
columna son significativamente diferentes (p<0.05) si las letras son diferentes.
Tª Suelo nº 7 Suelo nº 8 Suelo nº 24
25ºC 15.23±7.82a 19.69±20.99a 7.60±5.08a
170ºC 11.45±6.09a 14.42±14.04ab 3.30±2.89b
220ºC 0.44±1.06b 5.03±8.95b 0.00±0.00c
380ºC 1.66±0.56b 13.12±5.25ab 1.93±0.85bc
460ºC 1.41±0.20b 6.92±2.03ab 1.77±0.27bc
219
Resultados y discusión: Calentamiento controlado
220
Resultados y discusión: Calentamiento controlado
Suelo nº 7
Conductividad hidráulica
40
30
(cm h )
-1
20 a
ab
10 bd
cd cd
c
0
25 170 220 380 460 Q
Temeperatura (ºC)
Suelo nº 8
40
Conductividad hidráulica
30
(cm h )
-1
a
20
ab ab
10 ab
b
b
0
25 170 220 380 460 Q
Temeperatura (ºC)
Suelo nº 24
40
Conductividad hidráulica
30
(cm h )
-1
20
10 a
b ab
bc bc
c
0
25 170 220 380 460 Q
Temperatura (ºC)
221
6 SÍNTESIS Y CONCLUSIONES
Síntesis y conclusiones
Los suelos no quemados que se han seleccionado para este estudio pueden
considerarse representativos de la mayor parte de los suelos naturales de Galicia. Se
caracterizan por presentar una fuerte acidez, siendo el Al el catión que domina claramente
en el complejo de cambio. Presentan altos contenidos en Corg y una baja relación
Cbiomasa/Corg lo que indica una baja actividad de la microbiota del suelo. Aproximadamente
la mitad de los suelos están desarrollados sobre rocas graníticas y afines, con texturas
franco-arenosas, y el resto de los suelos, desarrollados sobre rocas metamórficas
(esquistos y pizarras), son de texturas francas o franco-limosas. Los altos contenidos en
Corg de estos suelos justifican sus bajos valores de densidad aparente y consecuentemente
la elevada porosidad que presentan.
225
Síntesis y conclusiones
Los resultados obtenidos al analizar los efectos a corto plazo de los incendios en las
propiedades del suelo permitieron obtener las siguientes conclusiones:
Por el contrario, el efecto del fuego en todas las propiedades físicas analizadas es
muy variable y se relaciona de forma clara con las variaciones obeservadas en el
contenido en Corg.
226
Síntesis y conclusiones
Por otra parte, el paso del fuego no afectó a la composición granulométrica de los
suelos, de hecho el 77 % de los suelos quemados no presenta diferencias en su
granulometría con respecto a los suelos no quemados.
227
Síntesis y conclusiones
La evolución del contenido en Corg de los suelos quemados en los dos años
posteriores al incendio parece condicionar la recuperación de la mayor parte de las
propiedades físicas del suelo. En general cuando los cambios son de poca magnitud la
recuperación de los valores se produce en los primeros meses despues del incendio
mientras que si los cambios producidos fueron importantes no se aprecia la recuperacion
al cabo de los dos años de estudio.
228
Síntesis y conclusiones
229
Síntesis y conclusiones
forma aproximada las temperaturas alcanzadas en los suelos durante los incendios y a
partir de las mismas los riesgos de degradación física de estos suelos en Galicia.
Los resultados obtenidos al analizar los efectos a corto plazo de los incendios en las
propiedades del suelo y su comparación con los obtenidos en el calentamiento controlado
en el laboratorio nos permiten concluir que los cambios que se producen en las
propiedades de los suelos quemados están directamente relacionados con la severidad de
los incendios.
230
Síntesis y conclusiones
reducción de la infiltración del agua en el suelo. La menor infiltración del agua, junto con
la reducción de la protección del suelo por la cubierta vegetal, constituyen el principal
impacto negativo de los incendios de baja a moderada intensidad en la degradación física
de los suelos gallegos ya que suponen unas condiciones más favorables para la formación
de flujos de escorrentía superficial y una aceleración de los procesos erosivos en las zonas
quemadas. Este efecto se ve favorecido por el acentuado relieve y por la elevada
erosividad de las lluvias en Galicia.
Por el contrario en la zona 8 las propiedades del suelo quemado se aproximan a los
valores obtenidos con las temperaturas de 380 y 460ºC lo que refleja una mayor severidad
del fuego en esta zona. Cuando los incendios son de mayor intensidad la degradación
física del suelo se manifiesta de manera más drástica, ya que la pérdida de la materia
orgánica, principal agente cementante de los suelos forestales gallegos, favorece una
fuerte desagregación del suelo y una menor estabilidad al agua de los agregados por lo
que aumenta de forma importante la erosionabilidad del suelo quemado. A esta pérdida
de estructura hay que añadir la formación de una capa repelente al agua no en la
superficie sino a unos cm de profundidad, proporcionando condiciones muy favorables
para el desarrollo de escorrentías y el arrastre de importantes cantidades de suelo con
consecuencias gravísimas en la sostenibilidad del ecosistema forestal.
231
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