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RELACIONES HUMANAS
“una dimensión fundamental del hecho de ser un ser humano: Basada en el sexo,
incluye al género, las identidades de sexo y género, la orientación sexual, el
erotismo, la vinculación afectiva y el amor, y la reproducción. Se experimenta o se
expresa en forma de pensamientos, fantasías, deseos, creencias, actitudes,
valores, actividades, prácticas, roles y relaciones. La sexualidad es el resultado de
la interacción de factores biológicos, psicológicos, socioeconómicos, culturales,
éticos y religiosos o espirituales. Es un aspecto central del ser humano presente a
lo largo de su vida”.
Durante siglos se consideró que la sexualidad en los animales y en los humanos era
básicamente de tipo instintivo. En esta creencia se basaron las teorías para fijar las
formas no naturales de la sexualidad, entre las que se incluían todas aquellas prácticas
no dirigidas a la procreación.
Hoy, sin embargo, se sabe que también algunos mamíferos muy desarrollados como
los delfines, e incluso aves como los pingüinos, presentan un comportamiento sexual
diferenciado, que incluye además de formas de aparente homosexualidad, variantes de
la masturbación y de la violación. La psicología moderna deduce, por tanto, que la
sexualidad puede o debe ser aprendida.
Chimpancés bonobos Dentro de los estudios, estos monos se han visto teniendo
relaciones fuera del celo de las hembras. Se observa además, que tocan sus genitales
entre sí con frecuencia.
Monos carablanca Los primatólogos estadounidenses Amy Parish y Joseph Manson,
convivieron con esta especie para una investigación, en la cual descubrieron que
los machos tenían una búsqueda sexual incesante en las hembras, incluso
embarazadas o lactando
Macacos japoneses Monica Carosi y Alfonso Troisi son un par de investigadores
italianos, quienes vivieron 240 horas con estos animales. Allí, desde su experiencia,
notaron que entre parejas tuvieron 239 coitos, dentro de los cuales observaron en
la hembra expresiones orgásmicas. Los gemidos y sujetar con fuerza al macho,
indica que sienten placer.
Osos pardos Un estudio realizado en Croacia por la revista Zoo Biology, liderado por la
investigadora Agnieszka Sergiel, demostró que esta especie de oso practica el sexo
oral. Durante una observación de 120 horas, una pareja de osos pardos tuvo 28
actos de sexo oral mutuo.
Hienas Durante investigaciones hacia estos animales, han demostrado el gusto por sus
parejas, frotando sus cuerpos constantemente, además de lamer sus genitales y al
igual que los bonobos, tienen sexo de manera frecuente.
Ratones Jaak Panskepp y Jeffrey, estudiosos de la sicología, realizaron un experimento
en el año 2001, donde demostraron que los ratones sienten cosquillas y hasta
logran una risa que solo se puede escuchar con aparatos específicos en
laboratorio; tras esto, también lograron identificar que tienen sensaciones
placenteras al rozarse entre sí.
Por otro lado, tenemos las dimensiones psicológicas y sociales que cada persona
va perfilando a lo largo del tiempo y con ello se va generando una actitud hacia la
sexualidad que hará que una persona se muestre más abierta a descubrir, experimentar
o por el contrario que se inhiba y se sienta cohibida de vivir su sexualidad. Dependerá de
experiencias personales, de aquello que es referido o condicionado por otras personas
de su entorno, influye el ambiente sociocultural donde la persona está creciendo y
viviendo, así como de los valores, la información que recibe desde casa o las escuelas,
de las creencias religiosas, etc. Es importante señalar que además la sexualidad
comienza a manifestarse desde esta dimensión psicológica y social en conductas y
comportamientos que uno va adquiriendo e interiorizando desde la etapa infantil. Lo
primero que hemos ido aprendiendo de sexualidad fue en casa de lo captado o enseñado
por papá, mamá, otros familiares o cuidadores y posteriormente profesores.
Es por ello, que cuando un niño de 3 o 5 años que comienza a tocar su cuerpo de
manera autoexplorativa (coge sus manos, sus ojos, sus pies, su pene, etc.), la reacción
de algunos padres es de alarma y le pueden llegar a decir: “eso no se toca…” o “no te
toques que es cochino”. El niño podría comenzar a asociar que sus genitales son sucios,
son prohibidos, y si el tocarse le produjo una erección y por ende placer, pues que esa
sensación agradable es algo malo porque “papá o mamá lo dice”.
La forma cómo vamos interiorizando en nuestra mente estos mensajes que día a
día vemos u oímos influyen en nuestra personalidad, en nuestro actuar y son las
dimensiones de nuestra psicología. Todo aquello que nuestra sociedad “nos enseña”
sobre “el ser hombre” y “ser mujer” se llama relaciones de género. El problema es
cuando a un niño le obligan a que debe ser violento con las mujeres para demostrar su
hombría o cuando una niña crece creyendo que “es normal” que las mujeres sean “el
sexo débil” y tengan que ser sumisas a los hombres. A eso se llama “romper los
estereotipos de género tradicionales”. Ello se logra con educación.
Referencias consultadas: