cargado de sentido de la tradición hindú. Es el -> sonido primordial inaudible, el sonido creador a partir del cual se desarrolla la manifestación y por tanto la imagen del Verbo. Es lo imperecedero, lo inagotable (akshara); es la propia esencia de los Veda y por endede la ciencia tradicional. Es el símbolo de Ganesha y corresponde a la -> svástica, em~ blema del desarrollo cíclico de la manifestación, a partir del centro primordial inmutable. El sonido Om se descompone en tres elementos: A, U, M (-> Aum) que gobiernan una inagotable lista de repartos ternarios: tres Vedas (Rig. Yajur. Sama); tres estados del ser (vela,fogaristasthana, que corresponde a Vaish-vanara; sueño, svapna-sthana, que corresponde a Taijasa; sueño profundo, sllshupta-sthana, que corresponde a Prajna); tres períodos (mañana, mediodía, tarde); tres mundos (Bhü, tierra; Svar, cielo; Bhuvas, atmósfera), y por tanto tres estados de la manifestación (burdo, informal, sutil); tres elementos (fuego, Agni; sol, Aditya; viento, Váyu); tres tendencias, o guna (rajas, expansiva; saliva, cohesiva o ascendente; tamas, desintegradora o descendente); tres dioses (Brahma, Vishnú, Shiva); tres poderes (acción, conocimiento, voluntad) ... Existe además un cuarto aspecto del monosHabo: es su conjunto indeterminado, considerado independientemente de los tres elementos constitutivos. Corresponde a la unidad indiferenciada, y por tanto a la realización de la identidad suprema. Pues Om es un soporte de realización espiritual de la más alta importancia, el mantra entre los mantra; es, dicen los Upanishad, el arco, siendo yo la flecha y Brahma el blanco. Guénon ha señalado además la correspondencia del monosílabo con los tres elementos de la -> caracola de Vishnú que contienen el germen del desarrollo del ciclo futuro. Es importante advertir la existencia de un equivalente cristiano muy usado en la edad media como símbolo del Verbo: se trata de la sigla 1'>«\ que se ha acabado por referir erróneamente a las conocidas palabras «A ve María». De hecho, esta sigla, cuya pronunciación latina puede identificarse a la de Aum sánscrito, significa el -> alfa y el omega, el comienzo y el fin (Ap 21,6), o sea, el desarrollo cíclico y la reabsorción de la manifestación. Este símbolo es tanto más significativo cuanto que se asocia a veces a la svástica en la iconografia de esta época (BHAB, COOH.