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ÍNDICE
Pg.
- Introducción…………………………………………………………………………………. 3
- El Papel De La Anestesiología.…………………………….………….…………………. 4
- Resumen ……………………………………………………………………………………. 15
- Conclusión …………………………………………………………………………………... 16
- Bibliografía …………………………………………………………………………………... 17
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Medicación Pre/Peri Operatoria
Interacciones Medicamentosas
Clínica de Anestesiología
INTRODUCCIÓN
La medicación Pre y Peri Operatoria es el conjunto de drogas administradas al paciente
con anticipación a la y durante la anestesia y cuya finalidad es modificar en forma
saludable el curso de la misma.
Muchas de las sustancias que se utilizan para inducir la anestesia y como coadyuvantes
tienen un efecto potente sobre los sistemas cardiovascular y respiratorio del paciente.
Esto implica la necesidad de que el anestesiólogo y la enfermera en quirófano vigilen al
paciente de manera estrecha con diversos equipos de monitoreo hemodinámico
invasivo y no invasivo, así como mediante la observación.
En los inicios de la anestesiología moderna los médicos que administraban los
anestésicos comprendieron la necesidad de emplear uno o más medicamentos que
suprimieran o calmaran los estados de ansiedad o angustia en la fase preoperatoria y
que de alguna manera también neutralizaran los efectos indeseables causados por
tales fármacos.
Se plantearon desde sus inicios diversos objetivos como son, la sedación y reducción de
la ansiedad, facilitar por depresión del snc, la inducción de la anestesia, antagonizar
algunos efectos no deseados de la anestesia general (hipersecreción bronquial y salival,
arritmias cardíacas, náuseas y vómitos), por depresión central, permitir el empleo de
anestésicos débiles (N2O) para producir anestesia conveniente y conseguir efectos post
anestésicos útiles como sueño y analgesia.
Las drogas empleadas para la pre medicación se administran la noche anterior y el día
de la cirugía. En general las drogas se darán minutos antes de la inducción anestésica.
Al seleccionar el tipo de droga a utilizar, deben tenerse en cuenta algunos factores
como por ejemplo: el estado físico, el estado de ánimo del paciente, la edad, el peso,
la talla, el tipo de cirugía y su duración, y las experiencias propias del paciente en
similares circunstancias.
Con todo lo mencionado podemos profundizar aún más en la importancia de la
anestesia y el proceso adecuado para llevar un mayor beneficio al paciente.
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EL PAPEL DE LA ANESTESIOLOGÍA
La práctica de la Anestesia clínica, hoy en día, implica proteger al paciente de la
agresión que supone el acto anestésico quirúrgico. Esta protección se consigue
mediante la administración de fármacos anestésicos, y se conoce como “estado
anestésico”.
El “estado anestésico” ha sido definido como una combinación de efectos
farmacológicos que se obtienen tras la activación de diversos sistemas de receptores
en el organismo. Los efectos farmacológicos componentes de este estado son: hipnosis,
analgesia, inmovilidad, bloqueo neurovegetativo y amnesia.
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(balanceada). Actualmente se realiza combinación de varias técnicas, en lo que se
llama anestesia multimodal.
Durante la anestesia general debe garantizarse la analgesia o abolición del dolor, para
lo cual se emplean los fármacos analgésicos; la protección del organismo a reacciones
adversas causadas por el dolor, como la reacción vagal; para ello, se emplean
fármacos anticolinérgicos como la atropina y otros; la pérdida de conciencia mediante
fármacos hipnóticos o inductores del sueño, que duermen al paciente, evitan la
angustia y suelen producir cierto grado de amnesia y la relajación muscular mediante
fármacos relajantes musculares, derivados del curare para producir la inmovilidad del
paciente, reducir la resistencia de las cavidades abiertas por la cirugía y permitir la
ventilación mecánica artificial mediante aparatos respiradores que aseguran la
oxigenación y la administración de anestésicos volátiles en la mezcla gaseosa respirada.
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combinación de fármacos para mejorar la eficacia de la técnica o del tratamiento,
disminuir los efectos secundarios de fármacos aislados o revertir sus efectos.
La interacción que existe entre hipnóticos inhalatorios e intravenosos y opiáceos es uno
de los ejemplos más claros de sinergia. La administración conjunta de fármacos de
ambas familias favorece que se alcance los objetivos de hipnosis (sedación,
inconsciencia) con mayor rapidez y menores concentraciones de cada uno de los
fármacos. También es posible emplear menores concentraciones de ambos fármacos
para conseguir bloquear la respuesta a los estímulos agresivos que necesariamente se
deben aplicar al paciente. Otras sinergias se han comprobado entre benzodiacepinas
y otros hipnóticos, entre benzodiacepinas, propofol y alfentanilo (interacción triple).
Pero en otros casos son peligrosas, pueden afectar a la seguridad del paciente y deben
ser previstas. Esta anticipación no siempre es posible por la gran cantidad de factores
implicados en el proceso anestésico, las características de los medicamentos, su tiempo
de exposición, estado clínico del paciente, edad, situación hemodinámica, nivel de
inducción enzimática y otros.
Por otra parte cada vez es más frecuente que los pacientes sometidos a intervenciones
quirúrgicas se hallen en tratamiento crónico con uno o varios medicamentos que no
tienen relación con la patología que ocasiona la cirugía. En un estudio reciente se
estima en un 50% la proporción de pacientes quirúrgicos que se hallan en esta situación.
Los factores determinantes de la misma son los avances en los procedimientos
quirúrgicos y anestésicos, que los hacen disponibles a pacientes con patologías cada
vez más complejas y el envejecimiento de la población que favorecen la existencia de
pacientes poli medicados crónicos.
A todo ello hay que unir la necesidad de administrar entre seis y diez fármacos diferentes
para conseguir los efectos deseados desde el punto de vista anestésico, que provocan
modificaciones importantes en las funciones cardiovascular, respiratoria y
neuromuscular.
A pesar de los avances, las complicaciones en el período peri operatorio son frecuentes,
especialmente las cardiovasculares. En este ámbito, los fármacos no relacionados con
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la cirugía se consideran un factor de riesgo. El único estudio que cuantifica este aspecto
es el realizado por Kennedy y col que apunta que dicha medicación incrementa en un
2.7% el riesgo relativo de desarrollar complicaciones y que la retirada brusca de algunos
fármacos puede incrementar la tasa de complicaciones de forma proporcional al
tiempo sin tomar medicación.
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aspiración se produzca (por ejemplo, en el embarazo, obesidad, diabetes, hernia
de hiato, reflujo gastroesofágico, obstrucción intestinal, situaciones de
emergencia, alimentación por sonda enteral), y retomando su administración
durante la recuperación de la cirugía. No obstante, existen situaciones en las que
es necesario ajustar la dosis en función de la vida media del medicamento,
suspender el tratamiento, sustituirlo por otra alternativa o administrarlo por otra
vía. Un programa adecuado de equivalentes terapéuticos permitirá sustituir
algunos fármacos crónicos por otros igual de eficaces y seguros, pero incluidos
en la guía fármaco terapéutica concreta del hospital.
Los mecanismos por los que se producen las interacciones pueden ser de diversos tipos:
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Por incompatibilidad fisicoquímica o farmacéutica:
- Absorción:
- Metabolismo: son las más importantes ya que todos los fármacos sufren
biotransformación. La mayoría están mediadas por el citocromo P450 y pueden
ser de inducción o inhibición enzimática.
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anestésicos generales, sedantes, analgésicos potentes, agentes
anticolinérgicos y antidepresivos.
- Eliminación:
Antihipertensivos
Muchas sustancias utilizadas durante la anestesia pueden producir hipotensión arterial
por diversos mecanismos, por lo que la interacción con agentes antihipertensivos es
frecuente.
No existe ninguna prueba que permita verificar preoperatoriamente si el paciente con
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tratamiento hipotensor puede enfrentarse sin riesgo al acto anestésico, lo más útil es
conocer el tratamiento y realizar una exploración clínica completa para preveer
posibles interacciones medicamentosas.
– Antagonsitas del Calcio: Aumentan los efectos depresores de los anestésicos y los
betabloqueantes, aunque por sus efectos pudiera esperarse la aparición de
complicaciones en la anestesia, no se han encontrado evidencias, asi que se
recomienda continuar con los antagonistas del calcio en pacientes con función
cardiaca normal, mientras que se debe tener precaución en pacientes con fracción
de eyección ventricular izquierda <40%.
– IECA y ARA II: Han demostrado intensificar los efectos hipotensores de la anestesia,
los estudios que hay al respecto son dispares en cuanto a suspenderlos o no antes
de la cirugía. Algunos autores argumentan que la hipotensión estaría relacionada
con una depleción de los fluidos y el sodio y la solución sería corregir el volumen
intravascular y no suspender los fármacos antes de la cirugía. Otros concluyen que
lo mejor es suspenderlos el día de antes. Una postura prudente sería suspenderlos al
menos un intervalo posológico antes de la intervención, es decir, si se administran
cada 8 h, suspenderlo al menos 8 h antes y si se administra cada 24 horas,
suspenderlo al menos 24 h antes.
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interaccionan con los agentes anestésicos, produciéndose hipovolemia e
hipokalemia, además, supone un riesgo de hipotensión y taquicardia.
Antiarrítmicos
– La amiodarona junto con la anestesia puede tener efectos inotrópicos negativos,
vasodilatación periférica y efectos crono trópicos negativos relacionados con la
dosis. Sin embargo, estudios recientes sugieren que la amiodarona es segura
durante intervenciones quirúrgicas.
– La quinidina aumenta el bloqueo de los relajantes neuromusculares no
despolarizantes y de la succinilcolina. Está indicada la supresión 48h antes de la
cirugía y si no es posible, ajustar la dosis de relajantes.
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endógena de catecolaminas, por administración exogéna de las mismas o por
administración exógena de drogas simpaticomiméticas. Prácticamente todos los
anestésicos afectan al sistema simpático.
– Las fenotiazinas aumentan la intensidad de la analgesia de los mórficos asi como sus
efectos depresores respiratorios.
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– Broncodilatadores: Hay que tener en cuenta que el suspender la terapia inhalada
con broncodilatadores supone un riesgo de broncoespasmo, además, los
corticoides a altas dosis tienen la posibilidad de producir supresión adrenal parcial.
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RESUMEN
El estudio pre anestésico tiene por objeto el conocimiento del paciente, su patología y
tratamiento previo, la evaluación del riesgo anestésico y la elección de la medicación
más adecuada. El llevar a cabo una buena anamnesis nos permite analizar la situación,
conociendo los mecanismos de las interacciones farmacológicas de los medicamentos
utilizados en la anestesia y como afectara a nuestro paciente, evaluar la importancia
de las interacciones relacionada con los fármacos utilizados en la anestesia, describir y
anticipar las interacciones más significativas y posteriormente dar orientaciones que
ayuden a tomar una actitud terapéutica segura y eficaz.
El correcto manejo de la medicación crónica no relacionada con la cirugía adquiere
un papel relevante, por lo que es fundamental poder anticiparse a las consecuencias
de no suprimir determinados fármacos. Sin embargo es un aspecto complejo y poco
estudiado lo cual dificulta la toma de decisiones. Para algunos fármacos existen
recomendaciones mientras que para otros la bibliografía ofrece información limitada o
controvertida.
La continuidad y manejo adecuado del tratamiento farmacológico crónico es una
responsabilidad que debe ser compartida por todo el equipo multidisciplinar
responsable del paciente: cirujano, anestesistas, enfermeros y farmacéuticos.
El anestesiólogo puede contribuir a garantizar la continuidad del tratamiento
farmacológico, previniendo posibles complicaciones, evitando interrupciones
innecesarias del tratamiento y facilitando información.
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CONCLUSIÓN
Durante el periodo peri operatorio, el paciente requiere atención integral, no sólo en
relación a su proceso quirúrgico, sino en otros aspectos de su salud, ya que muchos de
ellos presentan otras patologías, además de la meramente quirúrgica, para la que están
en tratamiento con fármacos.
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