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Erik Satie

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Erik Satie

Erik Satie

Nombre Alfred Eric Leslie Satie


Nacimiento 17 de mayo de 1866
Honfleur, Calvados, Fran
cia
Fallecimient 1 de julio de 1925, 59 años
o París, Francia
Nacionalidad francés
Ocupación Compositor, pianista
Erik Satie, cuyo nombre completo es Alfred Eric Leslie
Satie (Honfleur, 17 de mayo de 1866 - París, 1 de
julio de 1925), fue
un compositor y pianista francés.1 Precursor
del minimalismo, el serialismo y el impresionismo, es
considerado una de las figuras más influyentes en
la historia de la música.2
Además de precursor minimalista, serialista e
impresionista, es considerado precursor importante
del Teatro del absurdo y la Música repetitiva. Denostado
por la academia y admirado por otros compositores de su
época, de formación irregular, ingresó inesperadamente
en el conservatorio a los 40 años, para sorpresa de
quienes le conocían, tras haberse dedicado, entre otras
muchas cosas, a la música de cabaret.
Modificó su nombre como Erik Satie desde su primera
composición, en 1884. Aunque en su vida posterior se
enorgullecía de publicar su trabajo bajo su propio nombre,
parece que hubo un corto período al final de la década de
1880 en que publicó su trabajo con el seudónimo Virginie
Lebeau y François de Paule.[cita requerida]
Índice
[ocultar]
1 Vida y obra
o 1.1 Primeros años
o 1.2 Arcueil
o 1.3 Debussy y Satie
o 1.4 Composiciones de
cabaret
o 1.5 Schola Cantorum
o 1.6 Éxitos
o 1.7 Otras obras y
episodios
o 1.8 Epílogo
o 1.9 Obras inusuales de
Satie
2 Catálogo de obras
o 2.1 Obra completa
o 2.2 Partituras
3 Véase también
4 Bibliografía
5 Referencias
6 Enlaces externos

Vida y obra [editar]

Primeros años [editar]

Casa de Satie en Honfleur, Normandía.


La juventud de Erik Satie transcurrió entre Honfleur, en la
baja Normandía, y París. Cuando tenía cuatro años, su
familia se mudó a París, donde a su padre Alfred se le
ofreció un trabajo de traductor. Tras la muerte de su
madre, Jane Leslie Anton, en 1872, fue enviado, junto con
su hermano menor Conrad, de regreso a Honfleur, para
vivir con sus abuelos paternos. Ahí recibió sus primeras
lecciones de música de un organista local. Cuando su
abuela murió en 1878, los dos hermanos se reunieron en
París con su padre.
En 1879, Satie entró al conservatorio de París,1 donde
pronto sus maestros le etiquetaron como falto de talento.
Tras ser enviado a su casa, dos años y medio más tarde
volvió a ser aceptado en el conservatorio, al final de 1885,
pero no logró causar mejor impresión a sus maestros, así
que finalmente resolvió partir al servicio militar un año
después. Esto no duró mucho; en unas pocas semanas
salió del ejército mediante un ardid.
En 1887, dejó su casa para alojarse en Montmartre. En ese
tiempo comenzó lo que sería una amistad de toda la vida
con el poeta romántico Patrice Contamine y a través de
su padre publicó sus primeras composiciones. Pronto se
integró con la clientela artística del café-cabaret Le Chat
Noir,1 y comenzó a publicar sus Gimnopedias. Siguieron
las Ogives, las Gnossiennes, etc. En el mismo período
conoció a Claude Debussy. En 1891 se convirtió en el
compositor oficial y maestro de capilla de la orden
rosacruzliderada por Joséphin Péladan, la Ordre de la
Rose-Croix Catholique, du Temple et du Graal. Compuso
para ella piezas de inspiración mística, como Salut
Drapeau!, Le Fils des étoiles, y Sonneries de la Rose
Croix.
Retrato de Erik Satie por Suzanne Valadon (1893).
Satie y Suzanne Valadon, pintora impresionista y madre
de Maurice Utrillo, comenzaron un idilio en 1893. Pronto
Valadon se mudó a una habitación cercana a la de Satie
en la Rue Cortot. Satie se obsesionó con ella, llamándola
«mi Biquí», y escribiendo notas apasionadas acerca de
«su ser completo, ojos encantadores, gentiles manos y
pequeños pies». Valadon pintó el retrato de Satie y se lo
dio, pero seis meses después ella se mudó. Durante su
relación Satie compuso sus Danses Gothiques, a modo de
oración para hacer regresar la paz a su mente.
Aparentemente, ésta fue la única relación con una mujer
que Satie tuvo en toda su vida.
El mismo año conoció al joven Maurice Ravel, en cuyas
primeras composiciones ejerció una notable influencia.
Una de las composiciones de Satie de ese período,
las Vexations, permaneció desconocida hasta su muerte.
Al fin del año fundó la «Eglise Métropolitaine d'Art de
Jésus Conducteur» (Iglesia Metropolitana de Arte de
Cristo el Guía),3 siendo él su único miembro, con el cargo
de «Parcier et Maître de Chapelle» comenzó la
composición de una Grande Messe, después conocida
como la Messe des Pauvres), y escribió un caudal de
cartas, artículos y panfletos mostrando su convicción en
temas religiosos y artísticos.
Arcueil [editar]
A mediados de 1897 había agotado todos sus recursos
financieros, y tuvo que buscarse un alojamiento más
barato, en una habitación no mucho más grande que un
armario, y dos años más tarde, después de componer las
dos primeras series de Pièces froids en 1897, en Arcueil,
en las afueras de París, cuyos diez kilómetros de
distancia hasta el centro de la ciudad solía recorrer a pie,
dada su aversión a los tranvías.
En esta época retomó el contacto con su hermano Conrad
(de manera muy parecida a como lo hizo Vincent van
Gogh con su hermano Theo) por numerosas razones, tanto
prácticas como económicas, revelando con ello sus
auténticos sentimientos. Por ejemplo, en las cartas que
dirige a su hermano se hace patente que había dejado de
lado sus sentimientos religiosos, que no retomaría hasta
los últimos meses de su vida.
Debussy y Satie [editar]
Las primeras obras de Erik Satie, en la década de 1890,
producto de sus contactos con el surrealismo lo llevaron
a crear una especie de medievalismo imaginario que
tendría influencia en las composiciones de Debussy.
Debussy y Satie eran contemporáneos pero la tremenda
revolución musical desarrollada por el genio de Debussy
no podría haber sido posible sin las obras de Satie. A su
vez, los hallazgos musicales de Debussy fueron
esenciales para la música de Satie.4
Tanto en Geneviève de Brabant como The Dreamy Fish se
han creído encontrar (por ejemplo por Ornella Volta)
elementos de rivalidad con Claude Debussy, de los cuales
probablemente el propio Debussy no era consciente
(puesto que Satie no publicó esta música). Mientras tanto,
Debussy obtenía uno de sus primeros grandes éxitos
conPelléas et Mélisande en 1902, que conduciría unos
años después al debate de quién precedió a quién entre
ambos compositores, en el que también se vio
envuelto Maurice Ravel.
Composiciones de cabaret [editar]
Desde 1899 en adelante se ganó la vida como pianista
de cabaret, adaptando más de un centenar de piezas
populares para piano (o piano y voz), añadiendo algunas
propias. Las más conocidas son Je te veux (con texto
de Henry Pacory), Tendrement (con texto de Vincent
Hyspa), Poudre d'or (un vals), La Diva de l'Empire (texto
de Dominique Bonnaud/Numa Blès), Le Picadilly (marcha,
también conocida como La Transatlantique), Légende
Californienne (texto perdido de Contamine de Latour, pero
la música reaparece en La Belle Excentrique), y muchas
más (y otras muchas que deben de haberse perdido). En
sus últimos años Satie rechazaría toda su música de
cabaret como perversa y contraria a su naturaleza,
aunque revivió parte de su tono jocoso en La Belle
Excentrique, de 1920. Pero en su momento le sirvió para
ganar dinero.
Sólo unas pocas composiciones de las que Satie se tomó
en serio durante este periodo sobreviven: Jack-in-the-box,
música para una pantomima de Jules Dépaquit,Geneviève
de Brabant, una breve ópera cómica sobre un tema serio,
con texto de Lord Cheminot, The Dreamy Fish, música
para acompañar un cuento perdido de Lord Cheminot, y
otras cuantas (la mayoría incompletas, casi ninguna
estrenada, y ninguna publicada en su época).
Schola Cantorum [editar]
En octubre de 1905, Satie se matriculó, en contra de la
opinión de Debussy, en la Schola Cantorum de Vincent
d'Indy para estudiar contrapunto clásico (mientras
continuaba con su trabajo en el cabaret).1 La mayoría de
sus amigos se quedaron tan perplejos como los
profesores de la Schola cuando se enteraron de su
intención de volver a las aulas (sobre todo porque D’Indy
era un fiel discípulo de Camille Saint-Saëns, no
especialmente apreciado por Satie). En cuanto a los
motivos que llevaron a Satie a dar este paso,
posiblemente había dos razones: primero, estaba cansado
de que le dijeran que la armonía de sus composiciones
era errática (crítica de la que no se podía defender muy
bien al no haber acabado sus estudios en
el conservatorio). En segundo lugar, estaba desarrollando
la idea de que una de las características de la música
francesa era la claridad (que se podría conseguir mejor
con un buen conocimiento de cómo se percibía la armonía
tradicional). Satie completó cinco años en la Schola,
como un buen alumno, y recibió un primer diploma (de
nivel intermedio) en 1908.
Algunos de sus ejercicios de contrapunto se publicaron
después de su muerte (por ejemplo Désespoir Agréable),
pero posiblemente consideraba su obra En Habit de
Chevalcomo la culminación de su paso por la Schola.
Otras piezas, del periodo anterior a la Schola, aparecieron
también en 1911: los Trois Morceaux en form de
poire (Tres fragmentos con forma de pera), aunque en
realidad se trata de siete piezas, que fue una especie de
resumen de lo mejor que había compuesto hasta 1903.
Algo que se pone de manifiesto en estas compilaciones
publicadas es que tal vez no rechazaba
el Romanticismo (y sus exponentes como Wagner) en su
conjunto (en cierto modo se había moderado), sino más
bien ciertas partes de él: musicalmente, lo que rechazó
de forma más intencionada fue, desde su primera hasta
su última composición, la idea de desarrollo, ciertamente
en el sentido más estricto del término: el entrelazado de
diversos temas en una sección de la forma sonata.
Naturalmente esto hace que sus obras contrapuntísticas,
y las otras también, sean muy breves. Por ejemplo, las
fugas «nuevas y modernas» no se extienden mucho más
allá de la exposición del tema. En general no creía que el
compositor debiera quitarle al público más tiempo del
estrictamente necesario, evitando el aburrimiento.
También el melodrama, en su sentido histórico de género
romántico, muy popular por entonces, de «texto hablado
con un fondo musical», es algo de lo que Satie parece
haber conseguido mantenerse alejado (aunque su Piège
de Méduse de 1913 puede verse como una muestra
absurda de ese género).
Entretanto, hubo también otros cambios: se afilió
al Partido Radical (socialista), confraternizó con la
comunidad de Arcueil (entre otras cosas, participó en los
trabajos del «Patronage Laïque» a favor de los niños), y
adoptó el aspecto de funcionario burgués, con su
sombrero de hongo y su paraguas. Asimismo, en vez de
meterse en alguna secta de tipo medieval, canalizó su
interés por esa época en una afición peculiar: en un
archivador guardaba una serie de dibujos de edificios
imaginarios (la mayoría descritos como hechos de metal)
que realizaba en tarjetas y trozos de papel. En ocasiones,
ampliando el juego, publicaba pequeños anuncios en
periódicos locales ofreciendo estos edificios (por ejemplo
un «castillo de plomo») en venta o alquiler.
Éxitos [editar]
Erik Satie: Autorretrato, 1913.
A partir de este momento, la vida de Satie se empezó a
acelerar. Para empezar, el año 1912 vio el éxito de sus
breves piezas humorísticas para piano; durante los años
siguientes escribiría y publicaría muchas de ellas (la
mayoría estrenadas por el pianista Ricardo Viñes):
 Véritables Préludes flasques (pour un
chien) (verdaderos preludios blandos (para un perro))
 Vieux sequins et vieilles cuirasses (oro viejo y viejas
corazas)
 Embryons desséchés (Embriones disecados)
 Descriptions Automatiques (descripciones
automáticas)
 Sonatine bureaucratique (Sonatina burocrática, una
sátira a Muzio Clementi)
Su costumbre de acompañar las partituras de sus
composiciones con comentarios de todo tipo queda ahora
bien establecida (hasta el punto de tener que insistir años
más tarde en que estos comentarios no hay que leerlos
durante la interpretación). En esta época deja de
usarlíneas divisorias para separar los compases.
En algunos aspectos estas obras recuerdan mucho a las
composiciones de los últimos años de Rossini, agrupadas
bajo el nombre dePéchés de Vieillesse (pecados de la
vejez). Rossini también escribió pequeñas piezas
humorísticas para piano, como Mon prélude hygiénique du
matin o Dried figs, y se las dedicaba a su perro el día de
su cumpleaños. Estas obras se habían interpretado en el
exclusivo salón de Rossini en París unas décadas antes.
Sin embargo, con toda probabilidad, Satie no llegó a ver o
escuchar estas piezas cuando componía sus propias
obras en las primeras décadas del siglo XX; estas obras
de Rossini no se habían publicado en aquella época. Se
dice que Diaghilev descubrió el manuscrito de estas
piezas de Rossini alrededor de 1918 en Nápoles, antes de
poner en escena La Boutique Fantasque,
aproximadamente en la misma época en que Satie dejó de
escribir comentarios humorísticos en sus partituras.
Pero la verdadera aceleración en la vida de Satie no vino
del éxito creciente de sus obras para piano; de hecho
fue Ravel quien, probablemente sin saberlo, activó lo que
habría de convertirse en una característica del Satie
posterior: ser parte de todos las corrientes vanguardistas
que se desarrollaron en París en los años siguientes.
Estas corrientes se sucedieron rápidamente unas a otras,
convirtiendo sin duda a París en la capital artística de la
época, cuando el comienzo del nuevo siglo pareció
entusiasmar a tantos.
En 1910, los «Jeunes Ravêlites», un grupo de jóvenes
músicos admiradores de Ravel, expresaron su preferencia
por la obra temprana de Satie (la anterior al periodo de la
Schola), reforzando la idea de que Satie había sido un
precursor de Debussy. Al principio Satie se sintió
halagado de que al menos algunas de sus obras
recibieran atención pública, pero cuando se dio cuenta de
que su trabajo más reciente estaba siendo minusvalorado
o despreciado, buscó otros jóvenes artistas que
comprendiesen mejor sus ideas actuales, con el fin de
encontrar un mayor apoyo mutuo en la actividad
creadora. Así, artistas como Roland Manuel, y más
tarde Georges Auric y Jean Cocteauempezaron a recibir
más atención por su parte que los «Jeunes».
Como resultado de este contacto con Roland Manuel,
comienza a publicar de nuevo sus escritos, mucho más
irónicos que los anteriores (entre otros Memorias de un
amnésico y Cuadernos de un mamífero).
Con Jean Cocteau, al que conoció en 1915, comenzó a
trabajar en la música incidental para una puesta en
escena de la obra de Shakespeare El sueño de una noche
de verano (que dio como resultado Cinq Grimaces).
Desde 1916 Satie y Cocteau trabajaron en el
ballet Parade, que estrenaron en 1917 los Ballets
Rusos de Sergei Diaghilev, con decorados y vestuarios
de Pablo Picasso y coreografía de Léonide Massine. A
través de Picasso, Satie conoció a otros cubistas,
como Georges Braque, con el que trabajó en otros
proyectos inacabados.
Con Georges Auric, Louis Durey, Arthur
Honegger y Germaine Tailleferre formó los «Nouveaux
Jeunes», poco después de componer Parade. Más tarde
se unieron al grupoFrancis Poulenc y Darius Milhaud. En
septiembre de 1918 Satie, sin mayores explicaciones,
abandonó el grupo. Jean Cocteau reunió a los seis
miembros restantes, formando el «Grupo de los Seis», al
que Satie se uniría más tarde para después volverse a
enemistar con ellos.
Desde 1919 estuvo en contacto con Tristan Tzara,
fundador del movimiento Dadá. Conoció a otros dadaistas,
como Francis Picabia (que más tarde se pasaría
alsurrealismo),5 André Derain, Marcel Duchamp, Man Ray,
etc. El día que conoció a éste último, crearon el
primer readymade de Man Ray: El Regalo (1921). Satie
participó en la publicación dadaísta 391. En los primeros
meses de 1922 se vio envuelto en la discusión entre Tzara
y André Breton sobre la verdadera naturaleza de la
vanguardia artística, resumida en el fracaso del Congreso
de París. Inicialmente Satie se alineó con Tzara, pero se
las arregló para mantener buenas relaciones con ambas
partes. Mientras tanto, alrededor de Satie se había
formado una Escuela de Arcueil, con músicos jóvenes
como Henri Sauguet, Maxime Jacob, Roger
Désormière y Henri Cliquet-Pleyel.6
Era profundamente antiwagneriano. Uso escalas
inusuales para la música occidental, lo que habilito que
posteriormente se pudieran hacer usos no tonales de la
tonalidad para escapar al desarrollo musical típicamente
wagneriana. A partir de Satie podemos decir que el eje se
movio de la acumulación de tensión armonica wagneriana
al timbre, al color o al ritmo.4
Compuso un ballet «instantaneísta» (Relâche) en
colaboración con Picabia, para los Ballets Suecos de Rolf
de Maré. Al mismo tiempo, Satie compuso la música de la
película dadaísta Entr'acte, de René Clair, que se utilizó
para un intermezzo de Relâche.
Otras obras y episodios [editar]

Desde 1911 mantuvo una buena amistad con Ígor
Stravinski, sobre el cual escribiría algún artículo más
tarde.

Le Piège de Méduse (1913) ocupa una posición única
en la obra de Satie, puesto que fue una obra para la
escena concebida y compuesta aparentemente sin la
colaboración de otros artistas.

Sports et divertissements fue una especie de
proyecto multimedia, en el que Satie puso música de
piano a los dibujos de Charles Martin, en 1914 (aunque
se publicó y estrenó a principios de la década de 1920).

Tuvo problemas por culpa de una carta insultante
que escribió a uno de sus críticos poco después del
estreno de Parade; fue condenado a una semana de
cárcel, pero al final fue puesto en libertad gracias a la
intervención (económica) de Winnaretta Singer,
Princesa Edmond de Polignac.6

Singer, que había aprendido griego clásico cuando ya
había pasado los cincuenta, había encargado una obra
sobre Sócrates en octubre de 1916; este encargo se
convertiría en la obra Socrate, que le presentaría a
principios de 1918.

Desde 1917 Satie escribió cinco piezas de "música
de mobiliario" ("musique d'ameublement") para
diferentes ocasiones.

Desde 1920 estuvo en contacto con el círculo
de Gertrude Stein, entre otros, finalizando con la
publicación de algunos artículos en Vanity
Fair (encargados por Sibyl Harris).
Algunos trabajos se originaron bajo el mecenazgo del
conde Etienne de Beaumont, a partir de 1922:
 La Statue retrouvée ( o Divertissement): otra
colaboración Satie-Cocteau-Picasso-Massine.
 Ludions: basado en la Rima Tonta de Léon-Paul
Fargue.
 Mercure: el subtítulo de esta obra (Poses
plastiques) sugiere que podría haberse concebido más
como imitación del género del tableau vivant que como
un verdadero ballet, al ser los tableaux cubistas, obra
de Picasso y Massine.
Tras haber convivido con las vanguardias de su época, su
obra resulta aún hoy tan extravagante como su vida. De
conductas transgresoras, de carácter insoportable e
intransigente, con ideas disparatadas y ocurrencias en
ocasiones irritantes e incluso paranoicas, se presentaba
a sí mismo como «gimnopedista» (antes incluso de
escribir su más famosa composición, las Gymnopédies) y
como «fonometrógrafo» (alguien que mide y escribe los
sonidos), prefiriendo definirse así que como «músico».
Llegó a aparecer en 1924 en una película de René
Clair llamada Entreacto.7
Titulaba sus obras de manera surrealista (Tres
fragmentos en forma de pera, Españaña, Vejaciones) y las
anotaciones de sus partituras resultaban en ocasiones
grotescas (en su Danse cuiraseé se puede leer: Paso
noble y militar. Se baila en dos filas. La primera no se
mueve. La segunda fila se queda quieta. Los bailarines
reciben un sablazo que les divide en dos la cabeza).
Inventó la música de mobiliario, aquella compuesta
específicamente para no ser escuchada, anticipando así
la música ambiental de los espacios públicos, y militó en
confesiones religiosas de las que era el único miembro.
Basó su obra en el humor y la ironía. Sólo a su muerte,
tras entrar en su apartamento, sus amigos se dieron
cuenta de la miseria en la que vivía, miseria a la que
describía como «la muchacha de grandes ojos verdes»
Durante sus últimos años Satie realizó algunos viajes; en
1924, por ejemplo, a Bélgica, invitado por Paul Collaer, y
a Montecarlo para el estreno de una obra en la que había
colaborado.
Epílogo [editar]
Hasta el año de su muerte en 1925, absolutamente nadie
excepto él entró a su habitación en Arcueil desde que se
mudara hacía veintisiete años. Lo que sus amigos
descubrieron ahí, después de su entierro en el cementerio
de Arcueil, tenía el encanto de la tumba de Tutankamon;
además del polvo y las telarañas (lo cual, entre otras
cosas, aclaró que Satie jamás compuso usando su piano),
descubrieron numerosos objetos:
 una colección de unos cien paraguas, algunos
aparentemente jamás usados;
 el retrato que le hizo su amiga Suzanne Valadon en
1893;
 cartas de amor y dibujos de la época de Valadon;
 otras cartas de todos los períodos de su vida;
 su colección de dibujos de
edificios medievales (desde entonces sus amigos
empezaron a ver la relación entre Satie y ciertos
anuncios de periódico anónimos acerca de «castillos
de plomo» y cosas parecidas);
 otros dibujos y textos de valor autobiográfico;
 otras cosas memorables de todos los periodos de su
vida, entre ellos siete trajes de terciopelo del periodo
del «caballero de terciopelo».
Pero lo más importante, había composiciones de las
cuales nadie había oído hablar (o que se creían perdidas)
por todos lados: atrás del piano, en las bolsas de los
trajes de terciopelo, etc. Estas incluían
las Vexations, Geneviève de Brabant, y otros no
publicados o no terminados, como el pez soñador, muchos
ejercicios de la Schola Cantorum, un conjunto no
conocido de las piezas «caninas», algunos otros trabajos
para piano, muchas veces sin título (las cuales fueron
publicadas como Nuevas Gnossiennes,Pièces
Froides, Enfantines, Música de amoblamiento, etc.).
De acuerdo a Milhaud, Satie «profetizó el mayor
movimiento en la música clásica que aparecerá en los
próximos cincuenta años dentro de su propia obra
musical».8
Obras inusuales de Satie [editar]
Compuso «Piezas en forma de pera» como reacción a las
criticas que recibio de la Academia de que sus obras
carecían de forma. Sin embargo, la relevancia de la
música de Satie radica justamente en eso que le
criticaban, los puntos formales con los que lo denigraban
y con los aspectos armónicos y melódicos de sus
composiciones.4
Aunque generalmente la música de Satie se compone de
piezas cortas, hay algunas excepciones:
 Vexations: Es una obra de 2 minutos de duración
para piano con la indicación de ser repetida el número
de veces justo para que el tema sea ejecutado 840
veces. La duración total, con las repeticiones, es de
aproximadamente 21 horas, convirtiendola esto en la
obra más larga jamás compuesta. No sobrevive
ninguna explicación de Satie para la excepcional
longitud de la pieza, aunque existe una serie de
estudios de John D. Kramer en los que se afirma que el
escucha de música es capaz de entrar en un estado
alternativo de percepción del sonido, después de
escuchar la repetición exhaustiva de un patrón
musical.
 Le Tango : Es una casi pegajosa melodía de Sports et
divertissements, Satie indica en la
partitura perpétuel (algo como perpetuum mobile, o
sea movimiento perpetuo). Hay poca evidencia de lo
que Satie entendía por «perpetuo». Cuando se toca
para una grabación hay raramente más de una
repetición de esta parte de la composición, haciéndola
uno de los tangos más breves jamás compuestos.
 Cinco piezas de «música de amueblamiento», que
estaban pensadas para servir de música de fondo con
un número no especificado de repeticiones.
 Su música para el film Entr’acte tiene diez zonas de
repetición para permitir la sincronización en el film de
veintinueve minutos.

Gnossiennes
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Las Gnossiennes es el nombre que recibe una obra para piano en seis partes, del compositor

francés Erik Satie.

La palabra "gnossienne" parece derivarse del término "gnosis". Erik Satie estuvo implicado en

sectas gnósticas durante el periodo en que se puso a componer las Gnosiennes.

Fueron compuestas por Satie en la década que siguió a la composición de las Tres Sarabandas

(1887) y las Gimnopedias (1888).Las tres composiciones suelen clasificarse como danzas.

Las Gnossiennes se encuentran como música temática en películas de cine y en

documentales relacionados con movimientos artísticos de fin de siglo XIX.

Las Gnossiennes tienen un carácter melancólico.


Erik Satie
(Honfleur, Francia, 1866-París, 1925) Compositor y pianista francés.
La excentricidad, la irreverencia y una actitud dadaísta son los
ingredientes que configuran la vida y la música de Satie. Huérfano
de madre, fue educado por su abuelo y un tío, que le transmitieron
su afición a dejarse llevar por todo tipo de fantasías e historias
fabulosas. Habiendo demostrado unas especiales aptitudes para la
música, en 1879 entró en el Conservatorio de París. Sin embargo,
poco dado al trabajo continuado, la disciplina y las reglas, hacia
1886 sustituyó las clases por los cabarets de Montmartre. Los
títulos de sus obras son suficientemente elocuentes sobre su
carácter estrafalario y socarrón: Trois gymnopédies (1888), Trois
gnossiennes (1890), Trois morceaux en forme de poire (1903),
Pièces froides (1907), En habit de cheval (1911). De factura simple,
todas estas composiciones, escritas para el piano, denotan un
lirismo sutil que ejerció una incontestable influencia sobre músicos
tan diferentes como Claude Debussy, Maurice Ravel y los
integrantes del Grupo de los Seis. A Satie se le deben también
ballets como Parade (1917) y Relâche (1924).

Satie, Erik (1866-1925).


Erik Satie.
Compositor francés nacido el 17 de mayo de 1866 en
Honfleur y fallecido el 1 de julio de 1925 en París.
Recibió las primeras lecciones musicales del organista
Vinot, y en 1879 ingresó en el Conservatorio de París,
donde fue discípulo de Decombes, Taudou y Mathias.
En 1886 conoció al poeta, nacido en Tarragona, J.P.
Contamine de Latour, al que le uniría una gran
amistad y a cuyos textos pondría música en diversas
ocasiones.
En 1887 comenzó a trabajar como pianista en
diversos cabarets de París, como Chat noir y L
´auberge du clou, lo que influyó posteriormente en su
lenguaje compositivo. Fue en L´auberge du
clou donde conoció a Claude Debussy, con quien
mantendría una gran amistad y una relación de
admiración mutua.
En 1889 entró en contacto con la música de países
extranjeros con motivo de la Exposición Universal que
se celebró en París. Fruto de esta experiencia fue su
obraGnossienes (1891), que posee bastante influencia
de la música rumana. Un año antes, en 1890, Satie
había conocido a Joséphin Péladan, un peculiar
escritor que a la vez era miembro destacado de la
orden de la Rosacruz. La obra literaria de Péladan
contribuyó a que Satie se acercara al misticismo
medieval, de ahí que en obras posteriores, como la
cantata Socrate (1918), Satie empleara elementos del
canto gregoriano.
Entre 1895 y 1905 vivió en Arcueil y compuso, sobre
todo, música para cabaret. Esos años su producción se
redujo a Trois Morceaux en forme de poire (1903),
que es una pequeña antología de la música de cabaret
en la que incluyó algunos fragmentos
de Gnossiennes y Pieces froides (1897).
En 1905, cuando ya casi contaba cuarenta años,
decidió volver a estudiar música, pero esta vez en la
Schola Cantorum con Vincent d'Indy y Albert Roussel.
Con ellos amplió sus conocimientos de contrapunto,
fuga y orquestación, y durante esos años su
producción fue escasa. En la década 1915-1925
conoció la popularidad y se convirtió en un símbolo de
la vanguardia y en el modelo artístico del "Grupo de
los Seis”. Este grupo, integrado por los músicos Darius
Milhaud, Louis Durey, Georges Auric, Arthur
Honegger, Francis Poulenc y G. Tailleferre, tuvo como
nexo de unión la admiración que sentían todos estos
jóvenes compositores por el ballet Parade(1917) de
Satie. El poeta Jean Cocteau expuso la estética del
grupo en su artículoLe coq et l´arlequin, y además
colaboró con el compositor francés en cinco piezas
escénicas. Junto a Milhaud, Satie creo el proyecto
“música de mobiliario”, que proponía una concepción
de la música más que como objeto artístico como
elemento decorativo similar a lo que hoy conocemos
como música de fondo. De esta época datan también
sus obras relacionadas con el dadaismo: sus
balletsRelâche y Mercure, escritos ambos en 1924 y
provocadores de grandes polémicas en el ambiente
artístico parisino.
Además, Satie fue mentor de la llamada "Escuela de
Arcueil”, constituida en 1923 y cuyos representantes
fueron Henri Sauguet, Maxime Jacob y Roger
Desormières.
Satie ha pasado a la historia de la música por su
estética inconformista y antiacademicista. Su
producción iconoclasta y su gran sentido del humor,
que logró reflejar en obras como Sports et
divertissements para piano (1914), hacen de él un
compositor realmente atípico.
http://www.mcnbiografias.com/app-bio/do/show?key=satie-erik

Erik Satie: el juego


brillante de lo efímero
 La editorial Turner publica un libro sobre la vida sobre el músico
francés
Álvaro Cortina | Madrid
Actualizado jueves 16/04/2009 23:28 horas
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"¿Por qué no usar los métodos de representación de Claude
Monet, de Cezanne, de Toulouse-Lautrec y demás? ¿Por qué no
hacer trasposiciones musicales de los mismos?", esto es lo que
Erik Satie le dijo a Claude Debussy. De esta analogía entre artes
surge elimpresionismo musical, el fugaz, el inasible destello de
color que tiembla y se esfuma, a la orilla escalonada de los
pianos.
Incluso dentro de la estela de los renovadores musicales de entre
el siglo XIX y el XX, Satie se hace inexplicable. Si hay músicos de
grandes catedrales, los hay también de miniaturas. Satie, como
Grieg, como Chopin, es de esta segunda tribu. No escribió óperas,
ni conciertos, ni sinfonías. Su mérito está en susbreves rarezas
de teclado, íntimas y mistéricas, como de fuente cantarina en un
patio insospechado. Su personalidad burlona y recóndita ofrecen
un buen retrato para Mary Davis en su biografía 'Erik Satie'.
Davis expone con buena prosa vida y biología del autor de la
'Gnosiennes'. Se salpica la narración, lineal (nacer, crecer, morir),
con numerosos comentarios (casi siempre humorísticos) del
propio Satie, un músico de periferia hasta ya una avanzada edad.
Nació en Normandía, en una familia de economía modesta e
historia trágica, y se formó en el conservatorio de París. Pero su
vida y su ínsula pianística se nutrieron fuera de la Academia.
Frecuentaba cabarets de Montmartre, se ganaba sus francos de
músico ambiental, entre el humo disoluto de la crápula.
Era el París que recibía el tren del cinematógrafo, París de
impresionistas, de modernistas barceloneses emigrados, de
sombras chinas y arengas rojas de Jaurès. Satie fue tejiendo en la
soledad de su alcoba una gloria discreta, al principio desconocida,
con nutrientes callejeros, de variedades y de ragtime
afroamericano. Satie fue bisagra entre Debussy y Ravel
(rupturistas frente a la tradición: Franck o Saint Säens) y los
vanguardistas del "Grupo de los 6".
Escritor de epigramas y dibujante, amante de la vagatela y del
juego, todo en él parece descreído. Padeció un sarcasmo
crónico. Nació y murió humorista. Después de que Debussy le
hubiera dicho que su arte adolecía de forma, éste le escribió
(dedicado) 'Tres piezas en forma de pera'. El pentagrama imitaba
la fruta. "Si tienen forma ya no son amorfas", explico desde la
ironía de sus gafas.
A lo largo de sus treinta años, mientras hacía de pianista para
cantantes de café-concierto, alumbró sus más delicadas y notorias
creaciones: sus 3 'Gymnopédies' y sus 6 'Gnosiennes'. A estos
títulos tan complicados de pronunciar se podría añadir el álbum
'Deportes y divertimentos', de 1912. A partir de aquí su nombre se
infla, que no su cartera.
Entre sus obras públicas (y controvertidas) se distinguen sus
ballets, estrenados con escenografías de Picasso y Picabiay
guión de Cocteau, y su drama sinfónico Sócrates. Auspiciado este
último por la mecenas Edmond de Polignac (que también
patrocinó a De Falla y a Stravinsky). Su nombre se contagió por
las conversaciones de salón y los críticos denostaron o alabaron
sus trabajos.
Murió en 1925, y cuando sus amigos entraron a su cuarto (donde
nadie había entrado antes) hallaron austeridad y garabatos,
dibujos y papelinas con textos dispersos y fantasiosos. Tenía 6
veces un traje de pana idéntico. Ese fue el coto de
sus creaciones periféricas, de su secreto.
Si Satie hubiese sido un hombre de grandes pretensiones y no un
descreído juguetón, se podría decir de él que fue un "artista total".
No quiso ser eso, le sonaría muy grandón el epíteto, se dedicó a
jugar, prefirió la intrascendencia.
Dibujos y letras y fábulas forman parte integrante de su obra
musical. Escribe Davis: "Se sirve del texto para reflejar su
compromiso con las tendencias de vanguardia en las artes
visuales y en la literatura, demostrando su continuo desafío a los
límites de la composición natural".
Soledad radical
'Erik Satie', de Mary Davis ofrece una imagen cabal de un hombre
que es más incógnita que hombre. Su pose parece insostenible
por su burla natural hacia todo, pero a la vez tiene algo de terrible.
Su soledad radical, su cuarto de muerto, ese taller de soltería y
vestuario de pana repetida, esas fabulaciones y distancias
abruman un poco.
Tanto juego, tanto enigma, tanto descreimiento parecen filtrarse
como un dictamen aciago por el libro. Como si detrás de los
acontecimientos puntuales, de los éxitos y del dato banal se
estuviera larvando un mensaje que farfulla sinsentido.
Satie juega a ser un poeta del absurdo mientras redefine la
música con parpadeos y reflejos y destellos de sus 'Gnosiennes'.
Escribió un libro con sus recuerdos, lo tituló 'Memorias de un
amnésico'. Su música, que late en trémolos, es como un brillante
manifiesto de lo efímero, de lo precario, y él mismo, pulcro poeta
de periferia, parece querer decir que la vida es un espejismo entre
dos fechas.
http://www.elmundo.es/elmundo/2009/04/16/cultura/1239916230.html

Erik Satie: Gnossienne N° 1


Calle de Paris, día lluvioso. Gustave Caillebotte (1877)

La primera irreverencia con que Satie saludó a la academia


francesa fue catalogar como Opus 62 la primera obra que
compuso, cuando tenía 19 años. Hacía seis años había ingresado
al Conservatorio de París, destacando como excelente alumno en
teoría, armonía y piano; sin embargo abandonará la institución a
los 21, un poco fastidiado con las corrientes estéticas del
momento, ya fueran éstas académicas o vanguardistas.

Sus ocho años de estudios en el Conservatorio le proveyeron,


después de todo, una sólida base, especialmente como pianista.
Con este instrumento se ganará la vida, y para él compondrá la
mayor parte de su música. El mismo año de su abandono de la
academia, 1887, inició su trabajo como pianista en el cabaret
Chat Noir, pero al poco tiempo fue despedido, y de manera
violenta, Erik tenía un carácter difícil. Sin embargo, no tardó
mucho en encontrar trabajo como pianista en un establecimiento
similar. Esta vez fue el turno del cabaret L'auberge du clou, donde
permaneció varios años y donde tuvo la suerte de conocer
a Claude Debussy, con el que inicioó una amistad con altibajos.
Erik Satie (1866 ­ 1925)

Fue precisamente Debussy quien le reprochó en un par de


oportunidades que su música parecía a ratos descuidada en lo
concerniente a las formas musicales. En respuesta a este
reclamo, Satie replicó con la composición de una pequeña obra
que tituló Tres piezas en forma de pera, para piano a cuatro
manos, que no son ni tres ni tampoco, por supuesto, tienen forma
de pera.

La Exposición Universal de París, de 1899, abrió la oportunidad


para que muchos músicos entraran en contacto con otros
universos musicales, más exóticos. Ahí nació, por ejemplo, el
gusto de Debussy por la música javanesa. Satie no se quedó atrás
y se entusiasmó con la música rumana, huella que los estudiosos
juran observable en las enigmáticas Gnossienes, compuestas un
año más tarde. Son los años en que Satie demuestra tener una
especial predilección por el número tres. De ahí, las
tres Gnossiennes, con que culmina una etapa comenzada con las
tres Sarabandes(1887) y las tres Gymnopedies (1888).

Más allá de su compromiso con la producción de composiciones


divertidas, llenas de fantasía y humor, Satie continuó siempre
siendo un inconformista, un músico volcado a lo experimental. Así
fue como en 1920, en compañía de otros compositores, se abocó
a la producción de lo que ellos mismos llamaron "música de
mobiliario", una música que no es un objeto en sí mismo, sino una
especie de decoración musical, cuyo fin es meramente utilitario,
tal como ocurre con los muebles.
Aunque en principio la exótica Gnossienne N° 1 no pertenece a la
categoría recién descrita, es innegable que adquiere otro
significado, otra dimensión, "una belleza nueva" si ¡oh, sorpresa!
se escucha como música de fondo, ¿música ambiental? de este
sencillo video que recoge la rutina del autor en su viaje cotidiano
de la casa al trabajo.
Al piano, un francés, Jean-Yves Thibaudet.
http://labellezadeescuchar.blogspot.com/2012/06/erik-satie-gnosienne-n-
1.html

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