Voces: REGISTRACIÓN DE LA RELACIÓN LABORAL - FALTA DE REGISTRACIÓN -

DESEMPLEADOS - EDUCACIÓN - MOBBING

Título: Violencia laboral y trabajo no registrado. Políticas públicas pendientes

Autor: Carriaga, Hugo R.

Fecha: 20-abr-2015

Cita: MJ-DOC-7164-AR | MJD7164

Producto: LJ

Por Hugo R. Carriaga (*)

En fecha 15 de octubre de 2014, se publicaron estadísticas sobre trabajo no registrado o informal o

irregular. Concretamente, se informó que la mitad de los trabajadores del país está en la informalidad.
El índice del 46,8 % en Argentina surge del total de ocupados, sean asalariados o independientes
(cuentapropistas). En los jóvenes, llega al 61,6 %, calculado por la OIT (informe de la Organización
Internacional del Trabajo) con datos del INDEC (Encuesta Permanente de Hogares/EPH).

La gravedad está precisamente en que los conceptos básicos de lo que se considera maltrato laboral o
violencia laboral, que consiste en someter a un trabajador a la informalidad.

La situación expone de este modo a la persona que no está registrada a sufrir un accidente laboral sin
cobertura de una aseguradora del riesgo del trabajo y a no poseer aportes previsionales. Esto último es
un derecho básico en todas las naciones civilizadas, ya que en la edad adulta se acrecientan las
posibilidades de carecer de la fuerza de trabajo y la presencia de enfermedades, como asimismo carece
el personal irregular de la obra social médica básica para atender sus necesidades de salud.

El informe de la OIT mencionado se tituló «Transición a la Formalidad en América Latina y el Caribe»

y mencionó a la Argentina dentro de los países con mayor informalidad en la región, en su segunda
jornada de la 18.a Reunión Regional Americana.

También se trató la situación de aquellos que están en situación de trabajo no registrado y la carencia
de estudios de la escuela primaria, o sea, se observa el enlace de la educación con la precariedad en el
trabajo:aquellos que menos educación poseen pasan a estar más expuestos a obtener un trabajo
precarizado y violento, formándose poco a poco el mayor círculo de la pobreza, tema este tratado desde
hace más de treinta años en los sectores académicos y sociológicos.

Por ello, resulta necesario plantear políticas públicas de largo plazo, o sea, de diez a veinte años, para
restablecer los niveles de educación con el fin de hacer desaparecer los amplios sectores de
vulnerabilidad. La carencia de trabajo no solo expone al jefe o a la jefa de familia, sino a sus hijos.
Dado que, en promedio, una familia tipo reúne a cuatro miembros, el porcentaje arriba mencionado
adquiere una relevancia en millones de personas afectadas.

El sistema precario de tomar trabajadores sin registrar impacta de igual modo en el sistema público de
salud nacional, provincial y municipal, como en el sistema de educación, puesto que la posibilidad de
adquirir conocimientos por parte de niños con falta de alimentos básicos resulta deficiente. En
Argentina se ha expuesto un camino, al aprobar la Ley de Promoción del Empleo Registrado, que
reduce las cargas sociales y tributarias para pequeños empleadores.Cabe destacar que el sistema del
monotributo ha permitido a independientes a realizar un pago mensual con aportes en obligaciones
fiscales, servicios de salud y aportes jubilatorios.

Como se sostiene en la obra «El mobbing desde la perspectiva social, penal y administrativa», el
término en inglés «mobbing» trata hoy situaciones que ya habían aparecido en la legislación de todos
los países en figuras que penaban las causales de indignidad y abuso en el ámbito laboral, ocurriendo
que una de las situaciones más antiguas es la precarización del trabajo.

O sea, nada nuevo aparece en la historia del concepto de violencia laboral, si consideramos que el
maltrato y el acoso «inmoral» en el trabajo comenzaron con el trato indigno de someter a un trabajador
a la falta de registración laboral.

Es unánime el concepto actual a nivel judicial y doctrinario de que la falta de registración del empleo es
una acto violatorio de la ley y merece la condena en sentencias ejemplificadoras, y en esto debemos
recordar el carácter «educativo» de los fallos jurisprudenciales.

Por ello, los ámbitos legales, sociológicos y de políticas públicas se entrelazan en sistemas de
resolución de futuros conflictos para evitar el desarrollo de focos de violencia, se produzcan o no en el
ámbito laboral.

Dicho ámbito laboral es uno de los sectores vulnerables de la sociedad, en que el incompleto estudio de
las distintas problemáticas sociales acarrea el empobrecimeinto de millones de personas. La fuerza
laboral es el motor social que permite a un Estado activar y propender hacia políticas y culturas que en
sí mismas evolucionan con objetivos de desplazamiento de sectores afectados a sectores en mejores
condiciones para lograr un desarrollo socioeconómico.

En una publicación del 13 de abril de 2014 se analizaba el rol de la frustración en la movilidad social
ascendente como uno de los elementos de la inevitable conflictividad social: «Las transformaciones que
desde fines del siglo XX se tradujeron en mayor informalidad económica afectaron los mecanismos
formales de mediación de conflictos. Lo que redunda en una mayor violencia» (1). Según las fuentes
actuales, existen siete millones de personas con trabajo precario, entre las que se incluye a los
cuentapropistas (EPH). A fines del año 2014 había cuatro millones de trabajos informales.

Es de esperar que tanto legisladores como jueces consideren la responsabilidad de crear condiciones
más óptimas que encaminen a soluciones de largo plazo.

«El optimismo es la fe que conduce al éxito. Nada puede hacerse sin esperanza y confianza» (Helen
Keller, 1880-1968, escritora y conferenciante estadounidense.

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(1) FERNÁNDEZ IRUSTA, Diana: "Violencia en el aire. El síntoma de la inclusión fallida", La

Nación, diario del 13/4/2014.
(*) Abogado. Egresado de la Facultad de Posgrado de la Universidad Dr. René Favaloro, Curso de
psiquiatría y psicología forense en el siglo XXI: Una orientación de la psiquiatría y psicología forense
con los aportes de las neurociencias.