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Ernesto Sabato también hace referencia en su libro a una sociedad que desprecia los valores y

materializa todo lo que este a su alcance. Pero afirma que no todo esta perdido, sino que en
aquellos lugares que no han sido invadidos por los medios, estos valores aún se mantienen.
Sabato afirma que el ser humano debe retomarlos, porque son fundamentales en la vida de las
personas, y porque de ellos depende el desarrollo de uno mismo. De hecho en algún
momento, buscaremos algo que llene ese vacío.

Sabato habla de que debemos reaprender cosas que ya tenemos olvidadas, o que
reemplazamos por otros. También escribe de una lucha interna, sobre el bien y el mal, sobre
esa mascara que tenemos, que no nos sirve cuando nos encontramos en soledad, en angustias,
cuando sentimos que ya nada nos observa. Sabato respeta y resalta que la victoria sobre el
mal, es el amor.

También sostiene que debemos concientizarnos en analizar que es lo que estaremos


engendrando, sin darnos cuenta del mal que causa. Deberemos generar un cambio que madure
a todos, más allá de las diferencias. También tenemos que tener en cuenta de que manera
estaremos usando la opinión pública.

Hay que replantearse la manera en la que vivimos, todo va tan acelerado como si también la
vida hiciera zapping.

Y como fundamental, resalta, que hay que resistir y que es una buena tarea que debemos
afrontar. Hoy el ser humano está ahogado por variadas cosas que no enfrenta, siendo víctima
de algo que ve, y que le influye. Debemos luchar y resistir ante esa sociedad que ya dejó de
lado la parte importante de la vida. Una sociedad que no sabe admirar lo pequeño e insólito,
“los valores son los que nos orientan y presidan de las grandes decisiones” (Pág. 137). Hay
que buscar el cambio y no conformarnos con una vida que no nos permite ver frutos, por que
ya perdió lo esencial.

La Resistencia, quiere que veamos como al involucrar de maneras totalitaria a los medios en
nuestras vidas, fuimos perdiéndole el sabor a aquellas cosas elementales. El mensaje que
Sabato transmite es claro: “Resistir para no contaminarse.

[…]

La globalización hizo que se creara una uniformidad que va dejando de lado la libertad y los
valores personales. Ya se van perdiendo aquellas cosas que nos identifican como pueblo.

Esta escasez de valores y conocimientos provocan vulnerabilidad, lo que se ve influido por


cosas que consumimos que ya perdieron esto, generando así, más de lo mismo. Los jóvenes
agotan los recuerdos en donde puedan ser parte de esta globalización que solo tiende a
destruir culturas, y buscar esto en cosas como religiones que ni conoce. La gente solo tiene
esperanzas en que si las cosas cambian, será cuando ocurra un milagro.

Hoy en día nuestra sociedad está tan contaminada que selecciona a los seres humanos, sin
importarles si producen, si no lo hacen, ya “no sirven”. Lo que nos deja ver a simple vista,
una vez más, la perdida de valores, como el respeto y la gratitud. Debemos reaprender, entre
tantas cosas, lo que es disfrutar un momento divertido, de gozo. Este sentimiento se encuentra
en las cosas pequeñas de la vida, en los momentos, que aunque sean breves, nos enriquecen en
todos los aspectos.
Entre tantas cosas, hacer surgir un nuevo pensamiento, de cómo poder respetar hasta la más
pequeña de las diferencias, sería lo correcto para empezar a revertir la situación, y para
entender un poco, es que debemos resistir.

Sabato sostiene que debemos tener cuidado sobre la manera, en la que utilizamos la opinión
pública. Porque hoy en día hay una sobrevaloración en los programas de entretenimientos. O
sea, lo que importa es el raiting, no el producto terminado, y eso genera que la calidad (existe
desde el punto enriquecedor) sea baja. A que se refiere Sabato con eso de que el ser humano
mantiene un ritmo de vida como si también hiciese zapping. Quiere decir que nuestra vida ya
está muy acelerada, tanto que estaremos dejando de lado hasta el diálogo con el prójimo. Esto
genera que el hombre al perder el diálogo con el prójimo, está perdiendo una libertad. Pero
perder esta libertad no le preocupa por que le teme, porque está acostumbrado a una
aceleración, con ritmo de vida que le permite hacer las cosas como si fueran mecánicas.

A esto quiere apuntar Sabato, a resistir, a negarse a perder valores, tiempos, a perder esa
libertad a la que no debemos temerle, porque de hecho, a veces ni la conocemos. Tenemos
que vencer eso, es nuestro deber, es la clave para resistir “...novedad al respecto de lo que
estamos viviendo y la creación solo surge en la libertad y esta estrechamente ligada al sentido
de la responsabilidad, es el poder que vence al miedo...”(Pág.128).

Es importante para Sabato tener en claro que cada minuto de la vida es irremplazable, y que
unirnos en mejorar el trato con los demás y en concretar el deseo de tener un mundo mas
humano, bastará para ver que nos depara este camino incierto que es la vida, pero debemos
resistir.

Dependemos de los valores, ellos son los que nos van a ayudar a concretar, a guiarnos en la
vida. Esto ya es para Sabato nuestra responsabilidad histórica, no podemos seguir viviendo
como si nada pasara, hay que cambiar el rumbo. Y la clave es resistir.

Comprometido con los derechos humanos y opositor de la dictadura militar que gobernó
Argentina entre 1976 y 1983, pese a que en los primeros meses del golpe participó en una
comida con el general Jorge Videla. Cambió de opinión al conocer los continuos asesinatos y
abusos contra los derechos humanos que protagonizaba la dictadura. Terminada la dictadura,
recibió el encargo del primer presidente democrático, el radical Raúl Alfonsín, de formar
parte de la recién creada Comisión Nacional sobre la Desaparición de Personas
(CONADEP). El equipo de investigación de la Comisión recogió el testimonio y documentó
8.960 desapariciones y la existencia de 340 centros de detención ilegal y tortura. El informe
titulado "Nunca Mas", pero conocido también sencillamente como Informe Sabato, fue
entregado a Alfonsín en un acto inolvidable para la inmensa mayoría de los argentinos, el 20
de septiembre de 1984, y dio origen al procesamiento y condena de los máximos responsables
de las juntas militares de la dictadura, que fueron enviados a la cárcel. Sabato se opuso
siempre a las leyes de Punto Final y a los posteriores indultos concedidos por el peronista
Carlos Menem.

Nombrado en 1979 Caballero de la Legión de Honor de Francia, y Premio Cervantes en


España en 1984.
Ernesto Sábato falleció el 30 de abril de 2011 a los 99 años en Santos Lugares, Argentina.
Estaba prácticamente ciego, lo que lo mantenía retirado en su residencia bonaerense. Debido a
su ceguera, el autor se había visto obligado en los últimos años a abandonar la lectura y la
escritura, y a llenar su tiempo con la pintura y otras aficiones que practicaba en su vivienda.

Crítico con el peronismo y la dictadura, para él era básica la defensa del hombre y la libertad,
advirtiendo que la ciencia y la técnica deben estar al servicio del hombre y no al contrario,
como él estimaba que ocurría en las sociedades tecnológicamente avanzadas.

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