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SÍNTESIS DEL SATSANG 06.04.

2013

Testigo

*Utilizando la mente, discernimos y concluimos que no soy el cuerpo, la mente, el


intelecto.

*Uno puede establecerse en el estado de testigo por el mero hecho de hablar de él.

*Solamente después de leer escrituras y comprendiéndolas uno entra gratuitamente a


este nivel.

*Primero hay que tener el conocimiento teórico y luego practicarlo.

*Después de estudiar las escrituras tenemos que practicar lo que aprendemos.

*Cuando alguien se enoja con nosotros tendríamos que pensar antes de reaccionar.
¿Cuál es la situación de la persona? Tal vez está mal. Hay que entender su situación
completamente.

*Tenemos que saber que si yo reacciono, lo voy a hacer desde mi identificación con el
cuerpo, pero estoy tratando de ir más allá de esta identificación con el cuerpo y la
mente, entonces esta puede ser una buena oportunidad para practicarlo.

*Si disciernes así, puedes evitar reaccionar ante la situación.

*Utilizando el conocimiento correctamente, comprendiendo en cualquier situación y


trascendiendo nuestras limitaciones es como llegamos a la actitud de testigo.

*Ser testigo es la capacidad de superar cualquier situación dada.

*Esto es posible utilizando la mente, negando que no soy ni esto, ni lo otro, no soy el
cuerpo, no soy la mente, no soy el intelecto y convencernos que somos el Ser Supremo.

*Tal como la muñeca de sal se funde en el océano, gradualmente la individualidad falsa


en nosotros se desvanece.

*Para tener la actitud de testigo debemos ser como la mantequilla flotando en el agua.
Totalmente desapegados.

*El mundo cambia, no es permanente. El cuerpo cambia, las células cambian en cada
momento. El cuerpo desaparece un día. Nada es permanente.

*Quien ahora puede ser la reina de belleza y adorada por todos, mañana puede
encontrarse con un accidente y perderlo todo.

*Cuando alguien nos ama, no es por nosotros.

*Tenemos que desapegarnos de todo lo del mundo.


*Tenemos que pensar siempre, en que podemos hacer por los demás.

*Los que sólo quieren recibir son mendigos.

*Los que dan y dan, son reyes.

*Debemos tener una actitud mental buena, positiva y servir al mundo.

*Las nociones de “yo” y “mío” son la causa de nuestras miserias.


*Supongamos que una mujer lee en un periódico sobre un accidente aéreo. Si ella sabe
que su hijo viajaba en el avión se vuelve loca, pero si sabe que su hijo no viajaba en el
avión lee la noticia sin ninguna reacción.

*De la misma manera un cirujano se desespera si tiene a su propio hijo o esposa en la


mesa de operaciones.

*El sentido de “mió” disipa toda la fuerza y el coraje del individuo.

*Si el hijo de nuestro amigo muere, le damos una lectura sobre las enseñanzas de Sri
Krishna: que no somos el cuerpo, ni la mente, que la vida es eterna, etc., tenemos una
actitud de distancia por eso podemos dar consejos, no estamos involucrados en la
situación. Por esto podemos discernir bien.

*Pero si la misma cosa nos ocurre a nosotros, alguien querido muere, perdemos este
discernimiento, fuerza y coraje.

*Cuando recitas el mantra tienes la oportunidad de ver tu negatividad; negatividad que


antes de recitar el mantra no podías ver.

*Si haces el camino de noche no vas a poder ver el polvo, sólo se puede ver en la luz.

*En la oscuridad sólo puedes ver lo más gordo, pero la suciedad más fina necesita
detectarse en la luz y disponer de un trapo húmedo para recogerla.

*Las vasanas están siempre presentes. Relájate y recita el mantra. Te harás más
consciente.
RESUMEN

Ser testigo. ¿Qué es ser testigo?

Yo lo vi, fui testigo de este hecho; vemos lo que ocurre en una situación determinada y
podemos explicar todos los detalles de lo que hemos presenciado.

Para llegar a la conclusión de lo que ocurrió realmente el juez busca y llama a los
testigos presenciales del caso que esté instruyendo el juez.

El testigo puede explicar desde el desapego lo que vio, lo que presenció, pues él no es
el implicado.

Lo ha visto como una película y explica la película tal cual la presenció.

Ya estamos situados, esto es ser testigo, esto es ser testigo cuando nos desenvolvemos
en nuestra cotidianedad diaria.

Pero, ¿qué le preguntan a Amma?

A Amma le preguntan como estar, como conseguir el estado de testigo de manera


permanente.

Ser testigos de nuestra vida.

Lo que significa observar nuestra vida como si fuera otro el protagonista.

Y aquí si que estamos implicados, somos el director, el actor y el espectador de la


película, la película de nuestra propia vida.

Y todo esto hacerlo al unísono, hacerlo a la vez: dirigir, actuar y observar, día a día,
minuto a minuto.

¿Cómo podemos hacer esta labor?, no es posible, esto es imposible.

Pues no, no es imposible.

¿Cómo podemos hacerlo?

Cediendo, ceder la dirección de la película de nuestra vida a Dios, al Gurú, al Maestro,


a Amma.

Entonces, ya no tenemos la dirección, ya no tenemos que ocuparnos de dirigir nuestra


vida.

Si hay alguien que dirige nuestra vida, pues ya actuamos de acuerdo a lo que nos
indica el director, la directora.
Entonces si ya no estamos pendientes de la dirección y en consecuencia la acción
aparece por sí sola, nos encontramos en disposición de observar, de ser testigo de
nuestra vida.

Lo más importante como vemos es ceder la dirección de nuestra vida a Dios.

¿Pero qué ocurre?

Pues que estamos muertos de miedo.

Conduzco yo, no puedo ceder el volante a nadie, pues me voy a estrellar.

Y cuando por fin cedemos el volante de nuestra vida al Maestro, a Amma, no te


estrellas nunca.

Aunque en esta cesión parezca que te lanzas al vacío, siempre hay la red salvadora
antes de que te estrelles contra el suelo, el Maestro la pone.

Pero el ego que es de donde procede el miedo nos quiere hacer creer lo contrario.

Los miedos que el ego provoca son el gran obstáculo que nos impide depositar la
confianza en el Maestro para que dirija nuestra vida.

¿Cuál es la solución?

Apostar por la valentía; el miedo para ser combatido necesita valentía.

¿Habéis probado alguna vez de mirar al miedo de frente?

No hay nadie, no hay nada que sea más miedoso que el miedo. Le miras de frente y le
preguntas:

¿Qué haces aquí?

¿Para qué estás aquí?

¿Qué quieres de mí?

Y mantienes firmemente tu mirada en él, el miedo se desvanece, el miedo se va.

Sin miedo es mucho más fácil confiar en el Maestro, en Amma, es mucho más fácil
entregarle las riendas de nuestra vida.

Entregarle las riendas de nuestra vida mientras cumplimos con las responsabilidades
que nos van siendo asignadas.

Si podemos combatir el miedo, estamos más cercanos a actuar correctamente y este es


el indicativo de que nuestra vida la dirige el Maestro.

El Maestro siempre nos dirigirá hacia lo que más nos conviene.


Y en este caso va perdiendo fuerza el sentido de “mi”, de “mío” y así es como somos
capaces de vernos a nosotros mismos, empezamos a ser testigos de nuestra propia vida.

El swami Purnamritananda cuenta una de sus experiencias estando de discípulo de


Amma.

Este swami es un estudioso del sánscrito, y de les escrituras védicas, y muy al inicio de
encontrarse con Amma sintió en su interior que todo era Dios, no había miedo de nada,
y que si todo era Dios quería unirse a Él pero le sobraba el cuerpo, por lo que decidió
deshacerse de él.

Estaba en lo alto de una montaña se puso al borde del precipicio y se echó al abismo,
pero el cuerpo no cedió a la fuerza de la gravedad, en lugar de caer en el vacío una
fuerza lo tiró hacia atrás, hacia tierra firme y quedó sentado a unos metros del borde
del abismo.

Es una de las miles de muestras que Amma nos da de que podemos confiar en Ella.

Para convertirnos en testigos, perdiendo la noción del “yo” de lo “mío” una de las
recomendaciones de Amma es servir a los demás.

Servir al Gurú, servir al Maestro, es servir a los demás, porque sirves a su Obra
Humanitaria, independientemente de donde estés o el seva (voluntariado) que hagas.
Esta es una de las maneras más eficaces de ir deshaciéndonos del “yo” de lo “mío”.

Y en este tema de servir a los demás, Amma nos pide mucho para nuestro bien, bueno a
cada cual de una manera determinada.

Hay personas muy cercanas a Amma, que pasan mucho tiempo a su lado, que hacen
mucho seva y en algunos momentos les apetece descansar.

A una de estas personas le apetecía descansar, y en una salida de Amma se quedó en


Amritapuri a descansar, y aquella noche se echó pronto a la cama.

No hacía mucho tiempo que estaba acostada cuando cayó un libro de la estantería, el
ruido la despertó de inmediato, pero luego cayeron dos libros más, y luego el lapicero,
y luego más cosas, por lo que no pudo conciliar el sueño en toda la noche.

¿Cuando Amma regresó, qué creéis que le preguntó? Os acordáis que la semana
pasada hablábamos de ratas divinas, pues eso fue lo que le preguntó: Hija, ¿hubo
muchas ratas en tu cuarto anoche?

Amma dirige el Universo.

Confía en Dios, confía en el Maestro, desde esta confianza podrá dirigir tu vida.

A veces tenemos miedo de no resistir, si no descansamos.

A veces tenemos miedo de no digerir situaciones que la vida nos propone vivir, en
relación a otras personas, a la salud, a nuestra ocupación laboral,...
¿Para qué me sirve esto?

¿Y esto porqué?

¿Qué he hecho yo?

¿Porque me ha de ocurrir esto a mí?

Y le damos vueltas y más vueltas a la mente, no dejamos espacio.

Amma nos está pidiendo: déjame dirigir hijo. Déjame dirigir hija.

Esta es la solución para convertirnos en testigo, testigo de nuestra vida.

Y no hay que ocultar que para que esto ocurra, para dejarnos dirigir necesitamos de un
grado muy alto de renuncia, de entrega total al Maestro.

Pero no nos ha de parecer inalcanzable, no es necesario conseguirlo pasado mañana.

-Practiquemos el ejercicio del miedo.

-Practiquemos tanto como podamos el servicio a los demás.

-Practiquemos el mantra intensamente.

Estas prácticas nos harán más y más conscientes del objetivo de la vida.

-Teniendo presente el objetivo de la vida, hay más disposición de entrega.

-A más capacidad de entrega más paz.

-A más paz, más capacidad de reflexión.

-A más capacidad de reflexión, más Luz. Más facilidad de encontrar soluciones a


nuestros conflictos internos.

Nos estamos acercando en muchos momentos a ciertos grados de ecuanimidad. Nos


podemos ir viendo realmente a nosotros mismos, a ser testigos de nuestra vida.

Muchas gracias.

OM NAMAH SHIVAYA

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