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NO CONFORMIDAD: Es un
incumplimiento de los requisitos, es decir, algo que no se ha hecho según lo
previsto o que ha tenido un resultado inadecuado. Esta no conformidad puede
haberse generado internamente en la organización (No Conformidad Interna) o
externamente por un proveedor o subcontratista (No Conformidad de Proveedor).
En ocasiones la no conformidad la origina el cliente (por ejemplo por definirnos
mal los requisitos de un producto, etc). Estas últimas no suelen registrarse (por
eso de que el cliente siempre tiene la razón), aunque siempre he pensado que es
mejor documentarlas para por lo menos saber cuánto ocurren y por lo menos
poder argumentarlas en posibles negociaciones, …
RECLAMACIÓN DE CLIENTE: Las reclamaciones de los clientes son no
conformidades (ya sean internas o de proveedor) que se han saltado todos
nuestros controles y han sido detectadas por el cliente, lo cual es el peor
escenario posible ya que su solución implicará mayor coste (por ejemplo por retirar
y reponer producto) y además ocasionarán el enfado e incluso la posible pérdida
del cliente.
ACCIÓN CORRECTIVA: Es la acción tomada para eliminar las causas que
originan las no conformidades.
Desde mi punto de vista, la gestión de las no conformidades es uno de los
pilares básicos de un Sistema de Gestión. Nos ayudan a detectar dónde
fallamos y por tanto suponen una oportunidad para mejorar. Cuando le explicas
esto a la gente parece que lo entienden, pero entonces ¿por qué nos cuesta tanto
registrar una no conformidad?. La verdad es que no lo sé, supongo que será por el
rechazo que produce reconocer nuestros fallos o por eso de qué pensarán los
demás, pero lo que nunca pensamos es que el fallo acabará apareciendo y cuanto
más tiempo pase probablemente será más grave y suponga un mayor coste su
solución.
De una forma muy resumida, cuando se detecta una no conformidad (ya sea
interna, externa o reclamación del cliente) lo primero que se debería hacer
es documentarla y en caso de tratarse de un producto que todavía esté en
nuestras instalaciones identificarlo adecuadamente como no conforme
y segregarlo, no vaya a ser que acabemos de liarla mandándoselo a un cliente. El
registro de la no conformidad debe ser lo más completo posible y teniendo en
cuanta que en ocasiones tendrá que estudiarlo otra/s persona/s (ej. Un comité de
calidad, ingeniería, …), con lo que se debe detallar lo mejor posible para que esa
otra persona tenga toda la información necesaria (ej. Identificar producto o servicio
afectado, lote, persona que origina el problema, persona que lo detecta, fecha, si
es necesario alguna fotografía, …). Una vez hecho esto debemos proceder
a investigar el problema estudiando la causa que lo origina. Esto es fundamental,
porque si no sabemos la causa del problema no podemos evitar que se vuelva a
repetir. Posteriormente se plantea la solución (ya sea, como comentaremos más
adelante una “solución inmediata” o una acción correctiva), se definen los
responsables de implantarla, plazos para su implantación, seguimiento a realizar,
… Esta planificación es fundamental, como ocurre en la mayoría de los requisitos
de un Sistema de Gestión y como ya vimos en el post sobre los objetivos, ya que
si no, nos arriesgamos a que las soluciones se demoren, no se pongan en
marcha, etc.
En las empresas es habitual encontrarse un formato para registrar las no
conformidades, otro aparte para las reclamaciones y otro para las acciones
correctivas. Yo particularmente prefiero que se integren ya que la acción correctiva
es una consecuencia de la no conformidad (aunque por separado es también
perfectamente válido) y las Reclamaciones no son más que no conformidades. Es
cierto que durante años ha habido auditores que “obligaban” a las empresas a
separar los formatos de No Conformidad y Reclamación, cosa que nunca he
entendido ya que los auditores no deberían obligar a las empresas a diseñar el
sistema a su gusto, sino simplemente evaluar si el sistema cumple o no con los
requisitos de la norma, aunque este tema no es el objeto de este post.
También es muy común que se defina que cuando el problema es muy grave o
repetitivo se tomarán acciones correctivas y en caso contrario simplemente se
ponen en marcha “acciones o soluciones inmediatas”, es decir acciones que
atacan a los síntomas, no a la causa del problema.
El planteamiento a priori puede ser correcto, ya que eliminar las causas de un
problema (acción correctiva) es un trabajo que a veces no es fácil y requiere unos
recursos en cuanto a tiempo del personal, cambios en procesos, etc. que a veces
no se justifican por un pequeño problema que se soluciona fácilmente y es raro
que se produzca otra vez. Si por ejemplo se me funde un fusible en el coche lo
normal es que lo cambie (acción inmediata) y no le dé más importancia, pero si se
funde muy a menudo tendré que llevarlo a un taller para que averigüen por qué se
funde (la causa del problema) y lo solucionen (acción correctiva que elimina la
causa del problema).
En el siguiente post indico algunos de los fallos que suelo encontrarme en la
gestión de No Conformidades, Reclamaciones y Acciones Correctivas.
Encaje del Ciclo PDCA en el anexo SL