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Aprobación Presidencial[editar]
Por otro lado, el restablecimiento de la democracia fue bienvenida con los brazos abiertos con
el 82.20 % de participación ciudadana, número alto debido a que ocurrió algo particular en
estas elecciones: se permitió el voto universal, el cual significó la finalización y celebración de
distintos años de lucha por los derechos políticos y sociales.
Sin embargo, los resultados luego de las elecciones contradijeron lo dicho en el párrafo
anterior. Como dice Cotler, estas elecciones, como la mayoría, fueron muy poco democráticas
a pesar de la imposición del sistema. Lo que sucedió fue que partidos de izquierda que no
tenían oportunidades de ganar trasladaron su voto a Belaunde Terry (Acción Popular) quien
ganó debido a que era visto como “el mal menor” en comparación con otras agrupaciones
políticas, como el APRA, partido que tenía casi asegurado el triunfo.8
En ese sentido, se predecía que el respaldo y la popularidad de cualquier presidente electo no
iban a ser altos, en cualquiera de los casos. Pero, contra todo pronóstico, el apoyo
presidencial fue plural y amplio al principio. No obstante, a lo largo de su mandato se fue
reduciendo debido a las medidas que el gobierno tomó respecto a los graves problemas que
surgieron, como el terrorismo, la crisis económica y los desastres que dejó el Fenómeno El
Niño, el cual fue uno de los más fuertes que el Perú haya sufrido.9
En específico, la encuestadora Pulso Perú muestra que casi a finales del primer año de su
gobierno (abril de 1981), Belaunde tuvo el 48 % de aprobación, mientras que su
desaprobación fue de 35 %. Tuvo un pequeño tropiezo en su popularidad, la cual, octubre del
mismo año, bajó a 47 %. Por otro lado la desaprobación también bajó 4 puntos porcentuales,
pero la razón de esto fue que el número de personas encuestadas no sabían que responder
aumentó.
Para inicios de 1982, la caída de la popularidad de Belaunde bajó drásticamente hasta 30 %.
Análogamente, su impopularidad subió en gran medida: 45 %, como si los resultados se
hubieran invertido respecto al año anterior. Sin embargo, en octubre del mismo año, la
aprobación se recuperó y subió hasta los 33 %, pero la desaprobación no sufrió ningún
cambio.
En 1983, la reputación del presidente se vio afectada negativamente otra vez, y de manera
significativa. Para el mes de junio, único mes del año en el que se realizó la encuesta, la
desaprobación se incrementó hasta el 62 % y la aprobación decreció hasta 22 %, dejando
mucho que desear del presidente y su reacción frente a los graves problemas que aparecían.
Por otro lado, las encuestadoras DATUM e IPSOS también recopilaron datos que confirman
esta decaída importante de la popularidad presidencial de Belaunde, específicamente, a causa
de El Niño. Según estas, desde julio de 1982 hasta julio de 1983, la aprobación bajó de 31 %
hasta 21 %; el margen de diferencia de la data que brindan DATUM, IPSOS y Pulso Perú es
mínimo, por lo que es posible decir que coinciden con la caída, y consecuentemente, se afirma
como una de las causas principales tal fenómeno ambiental. A este último problema se le
suman los otros dos ya mencionado, la guerra interna que se estaba expandiendo por toda la
sierra sur hasta tal momento, y la crisis económica, causante del imparable descontento de la
gente.
Siguiendo con los datos de Pulso Perú, para finales de 1984, la popularidad del presidente
mostró cierta mejoría, bajando su desaprobación hasta 54 % y subiendo la conformidad de la
gente con él hasta 25 %. Sin embargo, la tendencia de recuperación no duró mucho ya que
iniciando su último año de mandato, la impopularidad ascendió estrepitosamente a 70 %
mientras que su apoyo cayó hasta 18 %, teniendo un pequeño remonte a finales del año,
llegando a 23 % y la reprobación a 63 %.
Cabe resaltar un factor importante por el cual la popularidad presidencial de Fernando
Belaunde no bajó mucho más de lo esperado, pese a las dificultades que tuvo que afrontar.
Este factor fue la prensa y su influencia en la gente. De acuerdo a Henry Pease, había un
vasto número de diarios que apoyaban al segundo gobierno belaundista, entre ellos
estaban El Comercio, La Prensa, Expreso y Correo, mientras que los otros eran periódicos
menos influyentes; de hecho, las opiniones de los diarios eran tan parciales hacia el gobierno,
que los mismos grupos derechistas tenían que leer a El Diario, de la extrema izquierda, para
que al menos estuvieran al tanto de alguna oposición.10El artículo de Ricardo Blume en El
Comercio publicado en abril de 1985 es un claro ejemplo del apoyo de este diario hacia el
régimen. En tal texto Blume expresa con palabras eufóricas su experiencia de votar por
Belaunde y su apoyo al gobierno en las etapas más duras por las que pasó. En una parte de
la pieza dice lo siguiente:
Creo que tenemos a un presidente de lujo. Un presidente que ya quisieran muchos países civilizados.
Un hombre positivo y honesto, dedicado por entero al país, sin una sola frivolidad, sin que se le conozca
una sola falta. (Y estoy hablando de un país sumido en la inmoralidad).