En la cotidianidad se suele mencionar constantemente el término mujer, refiriéndose
específicamente al ser humano que asume o se desenvuelve bajo la identidad sexual femenina, considerando esta definición como una característica relacionada con el ámbito biológico. Sin embargo, el término antes mencionado, se ha catalogado por estar inmerso en muchas situaciones que a lo largo de la historia siempre se traducen en liberación - opresión de la población que relaciona, donde esta ha sido explotada y subyugada por el sistema patriarcal, según indican las luchadoras feministas. En tiempos pasados, no se tenía duda alguna sobre el papel principal que la mujer debía cumplir: en casa, dedicada a la crianza de sus hijos y a actividades netamente por decirlo así hogareñas, todo esto relacionado con el hecho de que se le consideraba como un ser sumiso, diligente, callado, obediente y sobre todo complaciente. Siguiendo todos estos preceptos, se fueron criando muchas mujeres que sólo tenían como finalidad conseguir un buen esposo y cumplir con el papel de madre. En contra del trato antes descrito, muchas se revelaron ante el sistema gobernado por los hombres, conllevando a ser marginadas de la sociedad además de ser juzgadas por prejuicios errados en todo el sentido de la palabra. No fue sino hasta la década de los setenta, a finales del siglo XX, que las luchas sociales tuvieron un fuerte auge, tomando fuerza el discurso feminista que llevaba décadas formándose en voces de mujeres como Simone de Beauvoir o Rosa de Luxemburgo. Desde entonces, las discusiones sobre cuál es el verdadero rol de la mujer comenzaron a darse cada vez más en voz alta. Actualmente , la Mujer ha logrado por decirlo así conquistar espacios que hasta hace poco eran impensables, como por ejemplo el de Presidenta, Directora de Instituciones del Estado, Policía, entre muchos otros oficios que en los últimos años han abierto sus puertas a la población femenina, cabe resaltar que muchos de estos beneficios, y otros son consecuencia de la segunda guerra mundial, donde no sólo los hombres se pronunciaron con respecto a su forma de vivir, las mujeres también tuvieron un papel de vital importancia, donde se le reconocieron muchos de sus derechos y se evidenció que muchas de las actividades que se catalogaban sólo para los hombres, también podían ser desarrolladas por las mujeres. Mientras avanzaba el siglo XX y consigo todos los procesos de modernización, la mujer ocupó, cada vez con mayor insistencia, nuevos espacios. Su presencia se hizo habitual en el teatro, las salas de cine, los salones de té y aun en los clubes sociales, en los cuales, a principios del siglo, sólo se permitía la presencia masculina. Durante los años 20, y como consecuencia del impacto de la primera Guerra Mundial en los roles femeninos, sectores de mujeres de la sociedad local que tenían oportunidad de viajar al exterior o de leer y estar en contacto con publicaciones europeas adoptaron actitudes y comportamientos que se distanciaban del ideal femenino convencional. Luego de la presencia de cada uno de los hechos antes mencionados, se abre paso a la posibilidad de decir y fijar que la mujer ha tenido múltiples cambios en la manera de por decirlo así llevar a cabo su vida social, muchos de los cambios fueron de vital relevancia, puesto que le permitieron alzar su voz en medio de una sociedad que día a día las oprimía en todos los sectores de la sociedad, sin embargo en la actualidad, se tiene el pensamiento de que estas sólo tendrían capacidad para realizar labores o actividades netamente hogareñas, esto debido a la diversidad de pensamiento que se tiene en una sociedad cambiante y dinámica en la que se habita.