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Voces: CONTRATO DE TRABAJO ~ COOPERATIVA ~ COOPERATIVA DE TRABAJO ~ EMPLEADOR

~ FRAUDE A LA LEY LABORAL ~ INTERPOSICION Y MEDIACION ~ RESPONSABILIDAD DEL


EMPLEADOR ~ RESPONSABILIDAD SOLIDARIA
Tribunal: Cámara Nacional de Apelaciones del Trabajo, sala I(CNTrab)(SalaI)
Fecha: 27/05/2014
Partes: Alberico, Marcelo Alejandro c. Empresa Distribuidora Sur S.A. y otro s/ despido
Publicado en: La Ley Online;
Cita Online: AR/JUR/36182/2014
Hechos:
El Juez “a quo” hizo lugar a la demanda dirigida al cobro de diversos créditos de naturaleza salarial e
indemnizatoria al entender que el trabajador era dependiente de la empresa distribuidora de energía eléctrica a
través de la interposición fraudulenta de la cooperativa codemandada. La Cámara confirmo la sentencia apelada.
Sumarios:
1. Dado que el servicio de transporte que brindaba el actor era indispensable para el personal dependiente de la
empresa distribuidora de energía que verificaba el estado de los medidores y realizaba inspecciones, y toda vez
que prestó servicios para dicha empresa por intermedio de la cooperativa codemandada, corresponde concluir
que existió una interposición fraudulenta y condenar a las codemandada en los términos del art. 29 de la LCT.
Texto Completo:
2ª Instancia.- Buenos Aires, mayo 27 de 2014.
La doctora Vázquez dijo:
I. La sentencia de fs. 298/305 ha sido recurrida por la parte actora a fs. 232/236 y por la demandada Edesur
S.A. a fs. 309/321.
II. El Juez a quo hizo lugar, en lo sustancial, a la demanda dirigida al cobro de diversos créditos de
naturaleza salarial e indemnizatoria. Concluyó que el actor era dependiente de Edesur S.A. a través de la
interposición fraudulenta de la Cooperativa codemandada. La apelante resalta que el actor era socio de la
cooperativa, -institución constituida en legal forma- con la cual había contratado la provisión de vehículos de
transporte “sin importar el personal que lo conduzca” (ver memorial a fs. 310-I). Alberico se desempeñaba
como chofer de vehículos destinados al transporte de personas y de materiales pertenecientes a la apelante, en
virtud del “contrato de alquiler de transportes” celebrado entre EDESUR S.A. y la cooperativa codemandada.
Según los términos del contrato referido obrante en copia a fs. 36 y sgtes., la cooperativa, además de los
vehículos, provee la mano de obra, ya en la cláusula primera se establece que el transporte en alquiler
“...comprende la conducción, el mantenimiento y la provisión de combustible...”, es decir, contempla la
provisión de personal para conducir los automotores. Entre dicho personal se encuentra el actor, quien se
desempeñaba así en calidad de chofer.
El Juez a quo fundó sus conclusiones, entre otros elementos, en los testimonios de Kokogian (fs. 311/313),
Venezia (fs. 314), Carminia (fs. 322/323), Barreyra (fs. 258-I), Martínez (fs. 260-I/261-I) y Paulosky (fs. 263-I).
La recurrente se queja de la valoración de las declaraciones de Kokogian, Martínez y Venezia, y sostiene que
manifestaron que el actor participaba como socio de la cooperativa. Kokogian expresó que hacía las mismas
tareas de transporte de personas y de herramientas para Edesur, que les pagaba Edesur depositando un cheque
en la cuenta de la cooperativa y de allí cobraban bajo la misma modalidad, que el cheque lo firmaba el
presidente de la cooperativa, que se realiza una asamblea anual a las que el testigo concurre, que el actor
participó en algunas, que los días y horarios de trabajo los fija Edesur a través de las órdenes que imparten sus
supervisores, que la cooperativa no tiene personal bajo relación de dependencia, que el actor no realizaba
ninguna tarea para la cooperativa. Venezia conoce al actor de Edesur porque hacía tareas de chofer pero en otro
sector, relató que las camionetas que utilizaban eran de los choferes, que les pagaban por intermedio de
Edesur, que ésta le pagaba a la Cooperativa y ésta les pagaba a ellos. Carminia hacía proyectos de redes para
Edesur y conoce al actor porque lo transportaba al lugar donde debieran realizar el trabajo, que si un día el actor
no concurría debía dar parte al jefe de la oficina de proyectos para reorganizar la salida de los proyectistas.
Barreyra trabaja para Edesur y conoce al demandante como chofer interno de la cooperativa, que prestaba
servicios como tal en el transporte de personas, documentación y útiles de Edesur, controlaba el trabajo del
actor por lo que reconoció los partes diarios de chofer que se presentaron a ese fin (reconocimiento), que eran
para justificar el trabajo diario y las horas trabajadas. En el mismo sentido declaró Martínez, dependiente de
Edesur a quien el actor trasladaba para realizar controles de medidores.
Estos testigos, valorados conforme al criterio de la sana crítica conforme lo dispone el art. 386 Cód. Proc.
Civ. y Com. de la Nación y 155 L.O., revelan que a pesar de que Alberico, formalmente figuraba como asociado
a la Cooperativa y -eventualmente- participaba de asambleas anuales (participación referida por el testigo
Kokogian pero no respaldada documentalmente), prestaba servicios de chofer en forma exclusiva para

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EDESUR, cumplía con el recorrido que le comunicaban los supervisores de EDESUR, completaba planillas que
contienen los datos del recorrido diario -y fueron reconocidas por estos testigos-, con base en las cuales, la
demandada realizaba las liquidaciones.
La demandada insiste en la realización de la pericia contable, declarada innecesaria en el auto de apertura a
prueba (fs. 172), apelado en los términos del art. 110 de la ley 18.345 a tenor de la presentación de fs. 199/200.
Sin embargo, la recurrente en momento alguno explica cuáles serían los extremos de los que se habría visto
privada de demostrar frente a la ausencia de la prueba contable, ya que la relación comercial entre la cooperativa
y la empresa surge del contrato de alquiler de transporte cuyo contenido analizara en párrafos anteriores, y lo
concreto es que el actor no era dependiente formal de EDESUR por lo cual la exhibición de sus libros laborales
no hubiera aportado datos sobre él.
Esta Sala se expidió en un caso de aristas semejantes al presente en autos “Malimowcka, Christian Mario c.
Empresa Distribuidora Sur S.A. y otro s/despido” (SD 89210 del 30/09/2013), en el sentido de que “...el
transporte brindado por el actor resultaba indispensable para que el personal dependiente de EDESUR, que
verificaba el estado de los medidores y realizaba inspecciones -como señalaron los testigos antes mencionados-,
pudiera desarrollas esas tareas, que requerían trasladarse a distintos lugares con las herramientas necesarias para
llevar a cabo las distintas funciones que inherentes al giro comercial de EDESUR. Lo expuesto revela que el
actor prestó servicios para EDESUR S.A. por intermedio de la Cooperativa codemandada, circunstancia que se
encuentra vedada por el art. 40 de la ley 25.877 que prohíbe expresamente a las cooperativas la colocación de
personal en terceras empresas....En definitiva, en el caso de autos, existió una interposición fraudulenta en una
clara violación a lo expresamente prohibido por dicha norma, situación que también encuadra en lo dispuesto
por el art. 29 primer párrafo LCT por lo que debe tenerse como empleador a la demandada EDESUR S.A. pues
era quien se beneficiaba con los servicios prestados por el actor, sin perjuicio de la responsabilidad que le cabe a
la Cooperativa”.
En el caso tampoco se arrimó ningún elemento dirigido a demostrar que la cooperativa funcionaba como tal,
más allá de su inscripción ante el INAES (ver informe de fs. 247).
III. Ha sido apelada la base de cálculo de los rubros que integran la liquidación, fijada por el a quo en la
suma de $4.100 conforme a las facultades del art. 56 de la Ley 20.744, pero el recurso en este aspecto se
encuentra desierto ya que la demandada se limita a señalar que los testigos habrían manifestado desconocer
cuánto cobraba el actor, pero soslaya que en el caso, la clandestinidad que revestía la relación contractual
conduce a que el salario se encuentre controvertido, y el admitido en origen guarda razonabilidad con las tareas
que cumpliera el dependiente y con la actividad para la cual fue contratado por la empresa. El art. 56 de la Ley
de Contrato de Trabajo faculta a los magistrados a fijar el importe del crédito de que se trata, por decisión
fundada, y siempre que su existencia esté legalmente comprobada, teniendo presente los salarios mínimos
vitales y las retribuciones habituales de la actividad (CSJN, in re Ortega Carlos c. Seven Up Concesiones
S.A.I.C., sent. del 10/07/1986, Fallos: 308:1078).
IV. Conforme a lo expuesto en el considerando II, es inoficioso el tratamiento de la queja referida a las
multas de la ley 24.013 (arts. 8 y 15) y art. 2° ley 25.323, la entrega de los certificados previstos en el art. 80 de
la LCT, vacaciones, salarios y aguinaldos reclamados, toda vez que la recurrente EDESUR S.A. funda sus
argumentos recursivos en que no fue empleadora del actor, lo que reitero ha sido descartado.
V. Plantea también EDESUR S.A. la existencia de un error en la cuantificación de la indemnización por
despido, sustentado en la antigüedad computable y le asiste razón, ya que el actor ingresó el 04/05/2003 y cesó
el 10/09/2010 por lo que la reparación asciende a $32.800 ($4.100 x 8 períodos). Esta cifra incide en las partidas
correspondientes a los arts. 2 de la ley 25.323 y 15 de la ley 24.013, las que entonces se rectifican y se fijan en
$22.345,50 y $44.691 respectivamente.
Comparto el criterio de “normalidad próxima” a los fines que plantea la recurrente, pero me remito a lo
resuelto acerca del nivel salarial del actor -en el considerando III- y el salario fijado es el que se considera
percibido a todos los efectos.
VI. La tasa de interés aplicada por el magistrado que me precede, que coincide con la fijada por esta Cámara
en el acuerdo celebrado el 07/05/2002 (Acta N° 2357), por lo que debe ser confirmada.
VII. El accionante se alza contra el pronunciamiento de grado que desestimó la sanción por falta de entrega
del certificado de trabajo, pero advierto que el recurso ha sido mal concedido.
En efecto, por expresa disposición del art. 106 de la ley 18.345 “serán inapelables las sentencias y
resoluciones cuando el valor que se intenta cuestionar en esta Alzada no exceda el equivalente a trescientas
veces el importe del derecho fijo previsto en el art. 51 de la ley 23.187. El cálculo se realizará al momento de
tener que resolver sobre la concesión del recurso”. Tal norma resulta aplicable al caso que nos ocupa, en donde
el monto cuestionado por la parte actora asciende a la suma de $12.300, por lo que resulta inferior al valor que
arroja la norma en cuestión ($13.500; conf. resolución del 12/07/2013, ver auto de fs. 326-I).

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VIII. Las costas han sido distribuidas con criterio jurídico adecuado que atiende a la índole de las
pretensiones de las partes y los rubros que resultaron procedentes, por lo que propongo sean confirmadas.
Finalmente, teniendo en cuenta el mérito, calidad, eficacia y extensión de los trabajos cumplidos, el
resultado del pleito y lo normado por el art. 38 de la L.O. y disposiciones arancelarias de aplicación, los
honorarios regulados a la representación letrada de la parte actora y de la demandada son adecuados y deberán
ser mantenidos.
IX. Por todo lo expuesto, propicio modificar parcialmente la sentencia apelada, reduciendo la condena a la
suma de $235.941,50 con más los intereses fijados en origen, conforme a lo explicado en el considerando V, y
declarar mal concedido el recurso interpuesto por el actor, con costas de Alzada a la demandada vencida en lo
principal (art. 68 Cód. Proc. Civ. y Com. de la Nación), regulando los honorarios de los profesionales del actor
y de la demandada, respectivamente, en el 25% y 25% de los que les correspondan por su actuación en la
anterior etapa.
El doctor Vilela dijo:
Que por análogos fundamentos adhiere al voto que antecede.
A mérito de lo que resulta del precedente acuerdo, se resuelve: Modificar parcialmente la sentencia y reducir
la condena a la suma de $235.941,50 con más los intereses fijados en origen. Declarar mal concedido el recurso
interpuesto por el actor. Costas de Alzada a la demandada vencida en lo principal (art. 68 Cód. Proc. Civ. y
Com. de la Nación). Regular los honorarios de los profesionales del actor y de la demandada, respectivamente,
en el 25% y 25% de los que les correspondan por su actuación en la anterior etapa. — Gabriela A. Vázquez. —
Julio Vilela.

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