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La ley que gobernaba el sacerdocio levita


(humano/mortal/finito), con sus especificaciones sobre
la obligatoriedad de pagar el diezmo para su sustento
físico y material, ha quedado anulada por ser inútil e
ineficaz, ya que no logró perfeccionar/justificar al ser
humano, como sí lo logra el nuevo tipo de sacerdocio
melquisediano, fruto de un "pacto superior", uno que
no obliga a pagar nada a nadie.

1: El diezmo (D) sí es un concepto y un mandato bíblico


(Deuteronomio 14:22).

2: Pero no todo concepto, práctica o mandato bíblico es o debe ser


necesariamente una práctica o concepto cristiano (Romanos 2:14;
6:14).

3: El D es una práctica y mandato dado a los judíos (Malaquías 3:6,9).

4: El D era obligatorio solo para los judíos étnicos (Malaquías 3:8).

5: El D era el pago en especie del 10% de lo que rindiera lo producido


por los cultivos y los ganados de todas las otras tribus de Israel, por los
servicios religiosos de intermediación sacerdotal que realizaba la tribu
levita en favor del resto de la nación judía (Números 18:21).

6: Entre los judíos antiguos no había sólo un sacerdote, sino toda una
clase sacerdotal dirigida por un sumo sacerdote, elegido entre los
hombres mortales para representar al pueblo judío ante Dios y ofrecer
dones y sacrificios por los pecados de su pueblo (Hebreos 5:1).

7: En el caso de los levitas, los diezmos los recibían hombres mortales


y “débiles” (Hebreos 7:8, 28).
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8: El nuevo pacto en Cristo ya no necesita del ejercicio sacerdotal de
hombres mortales, pues ahora Jesús se ha convertido en sumo
sacerdote de su iglesia (Hebreos 3:1; 4:14, 15), y por ser inmortal
pertenece a una orden sacerdotal del tipo al que pertenece Melquisedec
(Hebreos 7), es decir sacerdotes que aún hoy 'viven y permanecen
sacerdotes para siempre' (v. 3, 8). Estos sacerdotes no pertenecen a la
orden de sacerdotes mortales de Aarón (Hebreos 7:11), que sí tenía el
privilegio y la necesidad de cobrar los diezmos del pueblo judío.

9: Al cambiar la naturaleza del sacerdocio, cambia también la ley que


rige el nuevo tipo de sacerdocio (Hebreos 7:12).

10: A semejanza de Melquisedec, ha surgido otro “nuevo” tipo de


sacerdocio que ha llegado a serlo, no conforme a un requisito legal
respecto a linaje humano, sino conforme a la naturaleza y poder de una
vida que no puede ser destruida (Hebreos 7:15-17), y que, por lo
mismo, no necesita cobrar para sobrevivir.

11: Al llamar “nuevo” a este tipo de sacerdocio, Dios declaró obsoleto


e inútil al anterior sacerdocio levita de la orden de Aarón; y lo que se
vuelve obsoleto y envejece, con el tiempo debe desparecer (Hebreos
8:13).

12: La ley que gobernaba al anterior tipo de sacerdocio


humano/mortal/finito, con sus especificaciones sobre la obligatoriedad
de pagar el diezmo en especie para su sustento físico y material, ha
quedado anulada por ser inútil e ineficaz, ya que no logró
perfeccionar/justificar al ser humano, como sí lo logra el nuevo tipo de
sacerdocio fruto de un “pacto superior” (Hebreos 7:18-22).

13: Los sacerdotes levitas del orden de Aarón eran mortales, y la


muerte les impedía seguir ejerciendo sus funciones; por eso hubo
muchas generaciones de ellos (Hebreos 7:23). Jesús, sin embargo,
permanece para siempre por ser ahora inmortal, y su sacerdocio,
imperecedero (v. 24).
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14: Al hacerse cristiano, el nuevo creyente (judío o gentil) acepta un
tipo de sacerdocio no humano, con un único sumo sacerdote y sin una
clase sacerdotal de oficio. Por lo tanto, no solo no hay obligación de
pagar el diezmo, sino que ni siquiera hay a quién pagárselo.

15: Los sacerdotes católicos y los nuevos sacerdotes evangélicos


(eufemísticamente llamados “pastores”), al actuar como sacerdotes
intermediarios entre la Humanidad y la Divinidad y exigir al
parroquiano desinformado e ingenuo el pago del diezmo por los
oficios que ejerce en su favor, niegan la naturaleza del nuevo pacto y
del nuevo sacerdocio, y anulan su eficacia.

16: Los líderes religiosos que exigen el diezmo judío a título de


ministros “cristianos” por concepto del pago por sus servicios
religiosos/ministeriales, son vividores que “siguen los corrompidos
deseos de la naturaleza humana y desprecian la autoridad del Señor”
(2ª Pedro 2:10), que no reconocen que “hay un solo mediador entre
Dios y los hombres, Jesucristo” (1ª Timoteo 2:5), y que a diferencia de
los verdaderos ministros cristianos, éstos “son de los que trafican con
la palabra de Dios [...] pues no han renunciado a todo lo vergonzoso
que hacen a escondidas; además de que actúan con engaño torciendo la
palabra de Dios” (2ª Corintios 2:17).

17: Este tipo de falsos ministros son “reconocidos como dirigentes,


pero en realidad son falsos hermanos infiltrados entre los verdaderos
creyentes con el propósito e intención de coartar la libertad que los
nacidos de nuevo tienen en Cristo Jesús, a fin de esclavizarlos otra vez
a los viejos rudimentos. Son reconocidos como personas importantes,
aunque realmente no interesa lo que sean, pues Dios no juzga por las
apariencias” (Gálatas 2:2-6).

18: Estos ministros perversos y oportunistas que se adjudican el título


de “siervos” (como si sólo una parte de los discípulos hubieran sido
llamados a ser siervos de Cristo) que merecen administrar los

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“diezmos” de la iglesia, “son de los que piensan que la religión es una
forma legítima de ganarse la vida” (1ª Timoteo 6:5-6).

19. Los padres de familia irresponsables y religiosos, pero poco


espirituales, que no quieren hacerse cargo del desarrollo espiritual de
sus propias familias como pastores que son de sus propios ágapes,
prefieren pagar la cuota religiosa del diezmo judío para que algún
profesional a sueldo de la religión “pastoree” a los suyos a cambio de
una remuneración como especialistas en teología y cuestiones de fe.

20. El diezmo es una de las muchas maneras en que la religión


cristiana establecida proporciona al creyente promedio (consumidor de
servicios religiosos baratos) la falsa sensación de (1) ser parte de una
comunidad cristiana cooperativa, (2) de estar sin deudas y en paz con
Dios al darle “el 10% que Él exige porque le pertenece”, (3) de estar
renunciando a la naturaleza materialista del mundo actual, y (4) de
estar participando de un proceso de salvación de la gente mediante el
crecimiento económico e infraestructural de su congregación religiosa.

“Por una fe inteligente…”

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