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Una mirada a la

TRADICIÓN ORAL
DEL PACÍFICO

Una mirada a la tradición oral del Pacífico


Alfredo Vanín Romero
Vanín, Alfredo, 1950-
Una mirada a la tradición oral del Pacífico / Alfredo Vanín
Romero ; ilustración Ana Sofía Patiño Peláez. -- Bogotá : Banco
de la República, 2016.
24 páginas : fotografías, acuarelas ; cm.
Incluye bibliografía
1. Tradición oral - Pacífico (Región, Colombia) 2. Cultura popular
- Pacífico (Región, Colombia) 3. Memoria colectiva - Pacífico
(Región, Colombia) 4. Pacífico (Región, Colombia) - Historia -
Relatos personales I. Patiño Peláez, Ana Sofía, fotógrafo II. Tít.
A1548185
CEP-Banco de la República-Biblioteca Luis Ángel Arango

2 Una mirada a la tradición oral del Pacífico


CONTENIDO
Una mirada de aproximación actual 4
Evolución de la tradición oral: los héroes del pasado 5
La tradición oral hoy: los desplazamientos y los cambios 8
Situaciones nuevas, relatos nuevos 10
Diez relatos y sus nuevas maneras de contarlos 14
“Compadre rico, compadre pobre” 14
“Los cinco náufragos” 14
“La iniciación” 15
“Esta es mi historia” 15
“Historias del diablo” 16
“Oficios de la vida” 16
“Dos relatos” 16
“Historias de vida” 17
“Historias en violencia” 17
“La tierra era la más fértil” 17
Desarrollo de los talleres 19
Características de las zonas donde se dictaron los talleres 20
Jornadas de grabación 21
Perspectivas de análisis 22
Entrevistas a investigadores 22
Exploración bibliográfica 22

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Bibliografía 23
Alfredo Vanín Romero
Una mirada de
aproximación actual
Una mirada a la tradición oral del Pacífico
Evolución de la tradición oral: de relatos tradicionales o inventados, o mezcla de ambos,
los héroes del pasado al igual que de creación en versos (décimas o coplas) que
bien pueden llamarse poetas en todo sentido, salvo que
En la costa del Pacífico colombiano hay una gran sus poemas se amoldan a una estructura tradicional,
diversidad de leyendas, cuentos y mitos, comparables tanto en su métrica y estrófica como en su temática y su
con la gran diversidad natural y cultural de sus pueblos lenguaje. Sin embargo, han dejado obras de alta elabo-
negros, indígenas y mestizos. En estas narraciones con- ración en su género; algunas recogidas en textos, otras a
vergen elementos africanos, europeos e indígenas, los punto de perderse de la memoria.
tiempos míticos y los tiempos presentes, como un crisol
de los imaginarios reelaborados a partir de la Colonia y la Tal es el caso de decimeros recordados ya por muy
esclavización, que da como resultado un enorme corpus pocos, como José Anilo Sinisterra en Saija (Cauca) y
de tradición oral que sigue renovándose pero sobre todo Murillo en Tutunendo (Chocó), pero sí hay unos muy re-
adaptándose, en medio de las influencias modernizantes cordados por haber impreso algunas de sus obras, como
e incluso de la desterritorialización. Benildo Castillo, en Tumaco, y Pastor Castillo, en Guapi.
Los narradores han sido más numerosos, pero a las vez
Una de las prácticas que han hecho posible la per- más anónimos debido a que la narrativa no ha sido tan
vivencia de la tradición oral en el Pacífico como corpus excepcional como la composición de décimas, arte que
comunicativo, tanto de lo cotidiano como de lo sobre- requiere habilidades de composición con gran síntesis
natural y simbólico, es la capacidad de congregarse en y perfecta versificación, además de figuras literarias,
determinados lugares o en torno a ciertos acontecimien- mientras que al contador de cuentos se le ha exigido,
tos, festivos o de la vida diaria. A esto se unen la gran sobre todo, narrar los relatos conocidos con gran his-
tradición mítica y la capacidad muy extendida de contar trionismo, pero no necesariamente crear unos nuevos.
los hechos a viva voz, añadiendo elementos gestuales, Dada la característica oral de los géneros, todos deben
hipérboles y comparaciones fuera de lo común. Por otra poseer una gran memoria y una “profundación”1 para
parte, siempre han existido hombres y mujeres muy ce- sobresalir mediante su arte, que muchas veces produce
lebrados y admirados, dueños de una gran capacidad de
creación, de inventiva del lenguaje y de puesta en escena 1 Expresión del decimero tumaqueño Benildo Castillo (1993).

Alfredo Vanín Romero


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creaciones efímeras en el sentido de que no están en Los relatos tenían el sabor de lo épico, con personajes
el papel y casi nunca se conservan; pero, por el contra- que emergían de un mundo colonial lleno de reyes y prín-
rio, en cada nuevo narrador, estos cuentos se vuelven cipes, muy común en la región campesina colombiana,
a crear con añadidos nuevos, con aportes diferentes, pero en cada lugar con sus condiciones y entonaciones
tanto que prácticamente se puede afirmar que en cada propias del relato. En ellos, los personajes humildes podían
nuevo cuento se narra otro relato. ascender, en tanto que los personajes sobrenaturales o
los animales colaboraban con los hombres para ensalzar
Los géneros más corrientes de la tradición oral del y enriquecer a los humildes y aplastar a los soberbios. Lo
Pacífico han sido siempre los siguientes: mítico se ha cruzado siempre con la realidad para explicar,
• Narrativos: cuento, mito, leyenda, cacho utilizando estructuras poéticas o narrativas, al igual que
lo hace la adivinanza para descubrir el mundo.
• Versificados: décima, copla, romance
Los héroes eran capaces de lograr que las fuerzas del
• De acertijo: adivinanza bien se aliaran con ellos, y así podían conseguir el amor, la
riqueza e incluso vencer a la muerte (Vanín, 1986). Nada
• Aleccionadores: dichos y refranes
extraño, si tenemos en cuenta la intrincada relación de
• Cantados: para los arrullos, jugas, chigualos, etc. los tres continentes en la configuración de mitos y perso-
najes que se entrelazaron.
Sin detenernos en cada uno de ellos 2, podemos afir-
mar que las funciones de cada género oscilan entre lo Por su parte, el tiempo y el espacio, como en todos los
lúdico, el aprendizaje de normas y relaciones sociales, relatos míticos, se han anulado, o al menos han existido
el amor y el desamor, el despertar de habilidades cog- con normas diferentes de las de la realidad (Vanín, 1986).
nitivas, el velorio de adultos o niños, la comprensión de Y en esa realidad existen la sublevación, la transgresión
la naturaleza y la vida en armonía con ella (Pedroza y y el anhelo de libertad, no contados de manera directa,
Vanín, 1991). sino diluidos en la memoria de las gestas cimarronas
que perviven con mayor fuerza en las zonas de los valles
2 Una catalogación completa puede encontrarse en Pedrosa y Vanín, La vertiente del Patía y del Cauca. Las transformaciones del mundo

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afropacífica de la tradición oral (1992).

Una mirada a la tradición oral del Pacífico


animal hacia lo humano, o de lo humano hacia el mundo árboles que adquieren propiedades casi humanas, encie-
animal, han estado a la orden del día. La comunicación rran verdades que el hombre debe descrubrir o delimitan
con los espíritus y el despertar de las potencias de la espacios encantados. África fue una cantera de relatos
naturaleza muestran el grado de elaboración simbólica de sabiduría encarnados en animales poderosos, sabios,
que ha creado la tradición oral del Pacífico, parejo con un valientes, o solamente arrogantes. Según Lirca Vallés
lenguaje ritual que alguna vez llegué a denominar como (1994), profesora cubana que recogió hermosos relatos
lo llamaban los aztecas: “La palabra florida” (Vanín, 1986). en Benín, “mirar a África desde África puede ser también
Acá, al igual que en todos los relatos antiguos, la palabra un camino para acercarnos a nuestra América”. La profe-
mueve proferida ha movido el mundo. sora alemana Bambula Díaz nos trajo un hermoso relato
de los orígenes de Tío Conejo, donde el personaje tuvo
La creación de héroes tiene que ver con todas las so- que enfrentar las pruebas impuestas por el rey Antílope,
ciedades en determinada fase de su historia. Se trata de la pero después de pasarlas todas el rey le negó la mano de
creación misma de los estados, de su orgullo e identidad,
su hija por considerar que con la inteligencia de Conejo
como en otro momento de la fundación de la conciencia y la de su hija, descendiente de dioses, los hijos de esa
de grupo étnico lo hicieron los mitos. “La palabra es la pareja podrían superar a las mismas divinidades.
que construye imperios”3 .

A su turno, los animales, como Tío Conejo, Tigre, León, Los sitios pueden ser encantados: poseen una magia
Zorra, la araña Anancio, y otros, han sido héroes en el que une o divide a los hombres, que los ensalza o los
sentido pleno: unos por astutos y capaces de vencer a rebaja, de acuerdo con la predisposición de los seres hu-
los fuertes y arrogantes, como lo ha sido el Tío Conejo, manos. Son espacios donde el mundo cambia su realidad
que nos llega del África Occidental, al igual que la araña más profunda: no hay límite entre el pasado y el futuro,
Anancio, un personaje de características no muy claras no se siente el sufrimiento, no se es ni cuerpo ni espíritu.
que a veces es héroe y otras villano. La flora es también Todo lo que allí existe afecta al mundo material de algún
objeto de relatos, con hierbas que esconden misterios, modo, pero sólo se advierte cuando se penetra en él.

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3 Baudilio Revelo, entrevista hecha en agosto de 2015.

Alfredo Vanín Romero


Los descendientes de africanos habían perdido a sus la décima glosada –la más complicada–, que se aposentó
dioses y a sus héroes en América. Desterrados de sus en diversos lugares de América, pero sobre todo en el Pa-
comunidades, debieron reconstruir una conciencia de cífico colombiano; en la mayoría de los casos, la décima
grupo a partir de los vestigios de la memoria y los nuevos suelta apareció en el punto cubano, en la piquería del
elementos brindados en su cautiverio y en su libertad. Caribe colombiano y en el canto llanero.
En sus países de origen, como Benín, Dahomey y Mali,
Pero la tradición oral, como corpus comunicativo,
tuvieron verdaderos héroes, hasta caballeros andantes
no se limitaba solamente a la ficción. Estaba en la vida
(Frobenius, 2012). Al perderlos en este lado del mundo
cotidiana, en la manera en que se aleccionaba a los hijos
debieron reconstruirlos en circunstancias nuevas, pero
y nietos, en la forma como se contaban los hechos verda-
que les recordaran sus orígenes y la promesa de ser
deros, acompañados de dichos o refranes sobre la vida y
libres, como en la saga de Changó, el gran putas (Zapata
el comportamiento de los seres humanos, sin que faltara
Olivella, 2010).
en ellos la presencia de lo divino y lo humano.
El lenguaje perviviente sigue siendo ese arcaico
español de transición que tanto fascinó a Germán de
Granda y que se prolonga en la admiración de Medardo La tradición oral hoy:
Arias (2013) por el lenguaje del relato “El príncipe tulicio”, los desplazamientos y los cambios
recogido y publicado en el libro homónimo (1986). El lin-
güista español, que nos visitó en los años setenta, quedó Muchos de los elementos del pasado se conservan, o al
asombrado por la vitalidad de la décima y los temas me- menos son reconocibles en el habla cotidiana y simbólica
dievales, como las batallas de Carlomagno que encontró de los pueblos afropacíficos. Lo que se diluye cada vez
en décimas por los ríos, y por la manera fidedigna como se más es el ritual de los relatos y versificaciones. Los sitios
conservaban algunos romances, entre ellos el del conde de congregación nocturna no son ya los solares donde
Arnaldos. A su turno, estos romances se perpetuaron en los narradores hacían de las suyas y entretenían durante
ritmos mexicanos como el corrido, y las coplas viajaron varias noches a un público que se dejaba seducir con
por América hasta adaptarse en territorios negros, como el encantamiento de la palabra y el histrionismo de los

8 Una mirada a la tradición oral del Pacífico


juglares. Hoy, esos espacios están destinados a un público de Tradición Oral, establecido en 1987 por la Asociación
cada vez más cautivado por los medios tecnológicos, por Manglar, retomado años después por Comfamar y orga-
el encanto de los televisores –ya no del radio–, que puede nizado en la actualidad por la Agencia Cultural del Banco
incluso comunicarse desde cualquier vereda mediante un de la República (que apoyó y ayudó a crear los primeros
teléfono móvil, con el que la gente despliega a la vez su eventos), pero ya de manera local, sin congregar como
gran capacidad oral. De un modo u otro, la tecnología de la antes a pueblos del sur del Pacífico e incluso del extranjero.
comunicación y del transporte motorizado ha hecho cam-
biar las nociones de tiempo y espacio, así como la forma de El ejercicio que ha hecho Carlos Rodríguez, “El Diablo”,
acceder a la realidad, a la noticia, a lo que ocurre en el otro en Tumaco es admirable; él utiliza los medios masivos ra-
lado del mundo y en el propio sitio. diales para difundir la décima e incluso creó una escuela
Igualmente, la globalización, los cambios en los modos de la que están saliendo nuevos cultivadores, quienes han
productivos, la urbanización, la relación con el dinero, la modernizado la décima, la cual, sin perder su estructura
abolición del trueque, el despojo de las tierras y la pérdida glosada, ahora tiene elementos del hip hop y del lenguaje
de importancia de consejos comunitarios y cabildos, o la urbano. Esto representa las inevitables evoluciones cul-
migración en términos generales, han hecho desaparecer turales de una manifestación que se niega a morir porque,
esos momentos de jolgorio en que un narrador o decime- pese a no congregar diariamente a la gente, despierta en
ro se tomaba la palabra. ella una manera de sentir el mundo que viene de muy le-
jos, de la palabra de antiguos griots de África Occidental,
Son muy pocos los eventos del Pacífico en los que la
palabra tiene un espacio propio. La música y el canto son de juglares hispánicos, de chamanes indígenas.
los reyes de la escena. Por ejemplo, en el Festival de Músi- El ritual se hace ahora presente en un encuentro
cas del Pacífico Petronio Álvarez no se tiene en cuenta la adaptado para ello, más que en la penumbra de las casas.
palabra, que es de donde brotan la música y el relato. Y la
Estas viviendas transformaron los espacios, se llenaron
palabra es memoria.
de aparatos y de estorbos sonoros o visuales, perdieron el
En Tumaco se creó el Festival de Tradición Oral Benildo uso antiguo abierto a las calles y a los patios, para ence-
Castillo. En Buenaventura se celebra todavía el Encuentro rrar a sus habitantes.

Alfredo Vanín Romero


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Situaciones nuevas, relatos nuevos Paralelamente, la globalización del mercado –que
comprende la globalización cultural– hace lo suyo. Para
sobrevivir, los antiguos ritmos –llamados folclóricos–
Luego de ser un lugar remoto y tranquilo de Colombia, deben incrustarse en el mercado mundial de la música, a
el Pacífico se convirtió en un espacio en disputa, espe- donde van a dar con el nombre suavizado de étnicos, pero,
cialmente a partir de los años noventa. Si bien ya existían eso sí, adoptando elementos, fusionándose para poder
hace mucho tiempo grupos armados, fue en esa época ser parte del mercado internacional, o al menos nacional.
cuando irrumpieron otros actores y la confrontación
comenzó a dejar miles de muertos y desplazados. El El puente que ahora se tiende entre el mundo rural,
territorio se convirtió en una especie de paraíso para la convertido en un gran monocultivo de la coca o la palma
siembra de la coca, para el embarque de cocaína hacia africana, dominado por los grupos armados, y el mundo
Centroamérica y la disputa por el control del negocio urbano, lleno de corrupción política y de insularidad, no
causó incontables muertos. El Pacífico es ahora una tierra da espacio para que rituales como los de la tradición oral
sitiada. El desplazamiento lo ha afectado como a ningún sean los protagonistas.
otro territorio, sobre todo en sus dos puertos.
Sin embargo, en medio de la etnización de las mani-
La situación del Pacífico en casi todas sus zonas festaciones culturales, surgen otros espacios. El mundo
rurales y en sus principales núcleos urbanos, particu- urbano de afuera se abre de manera mucho más plena,
larmente Buenaventura, Quibdó, Tumaco y Guapi, se pese a las dificultades de la pobreza, la adaptación y
volvió insostenible. En Buenaventura, según las investi- la discriminación racial. La danza y la música nacidas
gaciones del Centro Nacional de Memoria Histórica, hay en las entrañas ribereñas se toman la ciudad, e incluso
más de 153.000 desplazados internos, el mayor número algunas festividades remontan cordilleras; se empie-
en Colombia (CNMH, 2015). Esta situación altera de zan a celebrar balsadas de santos en pleno río Cauca,
manera escandalosa los hábitos de vida, los afectos, la como es el caso de Playa Renaciente, en Cali, donde
solidaridad, el sentido de habitar el territorio; cambia la hace poco se constituyó un consejo de comunidades
relación con el pariente y vecino, y hace que se pierda el negras, en el que se unieron hombres y mujeres del
sentido de pertenencia. Pacífico a las comunidades de nortecaucanos, y allí

10 Una mirada a la tradición oral del Pacífico


hicieron prosperar ritmos y formas de adoración de de la vida. El relato de los medios apura y seduce más que
santos al darles nuevas palpitaciones. la palabra ritualizada. Lo que ocurre en la calle urbana
es ahora más rápido, parece borrarse de inmediato. Un
Esta expansión, o diáspora Interna –como la podría- suceso en un monte o en una orilla se sigue narrando por
mos denominar también–, modificó la visión de uno y décadas. Y cuando perdura, el relato tiene que incorporar
otro lado. El puente entre lo pacífico y lo andino, que clichés nuevos, giros dialectales en consonancia con lo
antes fue más espontáneo, ahora quedó mediado por moderno. Ya no se habla de la ciudad del rey, sino de un
los vaivenes mortales del conflicto. Desde el maremoto lugar preciso y contemporáneo: Tumaco, por ejemplo, en
de 1976, la migración del Pacífico a Cali se hizo más no- el relato que hace Octavio Zúñiga a partir del viejo cuento
toria, pero se disparó con el reciente conflicto armado del Diablo que se quiere llevar el alma de un hombre que
y el narcotráfico, de modo que en un momento dado busca riquezas.
el crecimiento de algunas poblaciones rurales se volvió
negativo. Varias comunidades perdieron el derecho a A partir de mediados del siglo pasado, Buenaventura
la fiesta, al igual que el derecho a veloriar a los santos se convierte en el principal puerto del Pacífico y varias
y a los muertos, por expresa prohibición de los actores décadas después, en el principal puerto de Colombia. Su
armados, e incluso por las congregaciones evangélicas población empieza a crecer de manera exponencial con
que prohíben lo que sea mundano. el auge portuario. La gente llega de todos los puntos del
Pacífico en busca de oportunidades laborales a destajo,
La modernización es otro aspecto clave para conside- como era denominada antiguamente la contratación en
rar los cambios en los rituales cotidianos. El tiempo se hace el muelle. Esta migración pronto desborda la capacidad
diferente, el acoso productivo reemplaza al antiguo ocio de planificación de la ciudad. El arquitecto e historiador de
del descanso después de la pesca y la rocería. A su vez, origen francés Jacques Aprile-Gniset (2002) calculaba que
lo oral pierde terreno. Los relatos y versos tradicionales el sector de la isla estaba apto para 10.000 personas, y en la
quedan como muestra de un pasado rural, pese al auge actualidad viven en ella aproximadamente 100.000. En el
que toma todo lo étnico, visto desde la neocolonialidad. continente, sobre zonas onduladas, la ciudad ha crecido a
El mundo circula más de prisa y no hay tiempo para for- golpe de invasiones, con deficiencia de servicios públicos,
matos arcaicos que no compaginan con el aceleramiento pese a todos los planes de desarrollo que se han realizado.

Alfredo Vanín Romero


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Buenaventura es la puerta del Pacífico, se ha dicho. la comparación con otros sucesos lejanos o cercanos,
“Puerto y puerta del orbe”, escribiría en el himno de Bue- e incluso ficticios. De allí surgía un nuevo relato que se
naventura el poeta guapireño Helcías Martán Góngora. iba propagando y cambiando de forma a medida que
Pero luego se convirtió en la puerta del infierno, dirían los serpenteaba por la carretera y los barrios lacustres ahora
nativos, en medio del sitio militar al que fue sometida. El peleados por las comunidades y llamados con el nombre
puerto de los grandes cuentos y las chácharas esquineras apropiado: tierras ganadas al mar.
pareció desaparecer. La empresa portuaria se privatizó
y empezó a crecer sin respiro. Fue necesario hacer otro La ciudad creció deforme. Fue famosa por los bares de
puerto aledaño, más portales para contenedores, mayo- hace siglos, los barrios de casas de citas a donde venían
res espacios para la expansión de los muelles. Con ello, a distraerse los marinos de todos los lugares del mundo.
la ciudad se hizo más mezquina, menos acogedora para Las mujeres interioranas, especialmente del Eje Cafetero,
el que llegaba; al contrario de lo que ocurría antes, que eran las dueñas de la escena. Las negras no tenían allí
la ciudad le abría a la gente espacio de una forma u otra. espacio, por entonces. El mundo era rico en pachangas
y fiestas, pero la brutalidad estaba en su apogeo. La
Los intentos por desalojar a la gente de la marea violencia policial contra rateros, la violencia de género y
muestran ahora las intenciones: la expansión del puerto. la iniciación sexual predominaban en las conversaciones
Capitales de Colombia y de diversos lugares del mundo, callejeras, como lo cuenta una de las narradoras de los
incluidos de los Emiratos Árabes, tienen intereses en este diez relatos que acompañan este texto.
juego. Mientras tanto el narcotráfico se ha adueñado de
la ciudad y la corrupción política campea. Nacen las lla- En medio de este desasosiego, seguían llegando indi-
madas casas de pique, mundialmente famosas, e incluso viduos de todos los puntos del Pacífico norte y sur. Bue-
con exportación de modelo a otras ciudades colombianas. naventura fue siempre el punto que concentraba todo
el litoral. Del río Naya, de Guapi, de Quibdó, de Tumaco,
En otro tiempo, las noticias que circulaban por de Timbiquí, de Iscuandé, de El Charco, de Istmina, de
todos los barrios eran fieles a la tradición: se daba la Pizarro, cada cual traía una puntada de palabra, modos
noticia pero había que ajustarla al canon oral y enton- de hacer y de decir diferentes, pero todos convergían en
ces se acrecentaba lo sucedido mediante la hipérbole, esa amalgama de ciudad concentrada y a la vez dispersa.

12 Una mirada a la tradición oral del Pacífico


En el encuentro de pueblos hermanos, las burlas explotación y la discriminación en su propio territorio. Las
eran frecuentes por las poses y modos de pisar la tierra nuevas generaciones lo olvidaron, dice una narradora, y
de cada uno. Los pescadores y cortadores de madera se recuerda con especial cariño al parlamentario Patricio
quedaron en la marea, en sus casas palafíticas, como los Olave, gracias al cual el aguardiente casero no siguió
de Paloseco, Muro Yusty y Puente de los Nayeros. Otros siendo contrabando, según sus palabras, porque la
pegaron para las invasiones del continente, sobre esa destilación del aguardiente sufrió duras persecuciones
delgada línea que parece una espina de pescado, separa- en un tiempo en los ríos, y en ese entonces –como hoy–
da por el puente de El Piñal. Muchos de ellos eran exper- representaba un ingreso económico importante para
tos navegantes, y por eso debían tener cerca el océano; muchas familias de Curay (Tumaco), el Micay, el Saija y el
de allí relatos de náufragos como el de Hilario Reina un Bajo San Juan, por mencionar algunos.
hombre que llega a Buenaventura desde Santa Bárbara
de Iscuandé, pero no abandona su vida de mar. Al otro lado de la cordillera está Cali, otro punto
de llegada masiva de hombres y mujeres del Pacífico,
Los múltiples oficios del rebusque con los que la gente particularmente al distrito de Aguablanca donde hubo
de Buenaventura ha enfrentado la vida están presentes una gran afluencia de gente del litoral a partir del mare-
en estos relatos, algunos de cruda realidad, así no tengan moto de 1972, cuando se registró un movimiento telúrico
el brillo retórico de otros. El desalojo y la guerra que se va en la zona sur, invadida luego por las aguas en El Charco,
presintiendo en los relatos, a modo de crescendo, estallan San Juan, Tumaco y pueblos aledaños.
de pronto en la historia de una mujer de barrio que tiene
todas las noticias y la vida de los demás en un puño. En Aguablanca el encuentro con otros pueblos fue
más intenso pese a que se iban concentrando y agru-
La memoria de algunos relatos remite a perso- pando por procedencias, de manera marcada. Con el
najes inolvidables para los porteños mayores de 50 años; desplazamiento forzoso, el distrito de Aguablanca siguió
entre ellos está monseñor Valencia Cano, muy querido creciendo y acogiendo a expulsados del Pacífico, cuya
en los pueblos del Pacífico, transmisor de una ideolo- única posibilidad de refugio son las casas de parientes y
gía de empoderamiento del nativo solidario contra la amigos, mientras logran hacerse con un rancho.

Alfredo Vanín Romero


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En este panorama se transforman las herencias cultu- genio a la vez. Es una historia que todo hombre o mujer
rales, se moldean otra vez y producen nuevas maneras de de más de 50 años debió haber escuchado en algún río
vivir, narrar, a partir de las raíces del Pacífico. del Pacífico, definida por la magia de los lugares y de
ciertos personajes. El relato se basa en la circularidad
de las situaciones, como es común en la mayoría de los
Diez relatos y sus nuevas maneras de contarlos cuentos tradicionales.

Los diez relatos recogidos en el ejercicio de este tra-


bajo, unidos a las investigaciones de los entrevistados y a Los cinco náufragos
la bibliografía revisada, permiten tener una mirada de la
evolución de los géneros de la oralidad, considerando eso El narrador es Hilario Reina, pescador procedente de
lo limitado de la muestra y los sitios en los que se trabajó, Santa Bárbara de Iscuandé, costa de Nariño, en 1965. En
si bien Buenaventura es un centro urbano poblado por su relato habla de un episodio de su vida como navegante
todo el Pacífico, donde se muestran sus retenciones y sus de embarcaciones menores, en el que naufraga con cuatro
evoluciones. Estos son: personas más a bordo de una lancha, entre ellas el dueño
de la embarcación, pero gracias a una gran casualidad
todos se salvan después de estar cinco días a la deriva.
Compadre rico, compadre pobre La odisea concluye el 14 de julio de 2010, en plena fiesta
patronal de Buenaventura. Este relato mereció la atención
Narrado por Teresa Angulo, nacida en el año 1943, del conocido cronista Pirry, quien a partir de esta historia
a orillas del río Naya (jurisdicción de Buenaventura). realizó uno de sus famosos programas para la televisión.
Es un clásico de la tradición oral del Pacífico, en el que Hilario es un buen narrador, sabe dar poco a poco los pun-
la humildad vence al final a la soberbia del rico, y se tos claves del relato, en el que van apareciendo algunos
descubren las falsas alianzas gracias a la intervención anticipos de lo que será la violencia en Buenaventura en
del personaje femenino, que tiene algo de humano y de medio del final feliz de este naufragio.

14 Una mirada a la tradición oral del Pacífico


La iniciación pleitos, putas, maricones y marineros de todo el mundo.
También están allí las carencias en medio del despilfarro
Gloria Bravo, “la Chola”, es una despabilada mujer de y los sueños no realizados.
65 años nacida en Buenaventura, habitante del barrio
Lleras, ubicado por los lados de La Guarapera. En este
relato, Gloria narra algunos episodios precisos de su vida Esta es mi historia
con golpes de lenguaje muy gráfico, “cuando todavía no
sabía lo que era hombre”. De manera rápida, como en un
tiovivo, desfilan por su boca los momentos de su incursión Cruz María Rodríguez Cuero, cortador de madera y
temprana en el mundo, los primeros tragos, la iniciación pescador, procedente del río Naya, al sur de Buenaven-
sexual siempre a punto de convertirse en tragedia, las tura, nos narra uno de los relatos más extraños de esta
fiestas y los amores en medio del ambiente de prostitu- muestra, lleno de ambigüedades, en el que se cuentan
ción que había en la Buenaventura de los años sesenta, escenas de la vida del protagonista de manera cortada, a
recordada por los bares famosos de la Pilota, en Caney veces inconclusas. Por ejemplo, no se sabe en qué termina
y otros. “La Chola” parece adaptarse de manera valiente el episodio de la infidelidad de la mujer o si es una escena
a ese mundo, pero siempre está al borde del precipicio. inventada; en otro episodio, parece hacerse alusión a
Además de los bares, desfilan en el relato los barrios Lle- esto, pero no queda claro. Tiene algo de magia en esa pe-
ras y Cinco Bocas, personajes como Olegario “el Marica” y numbra que crea al superponer los fragmentos de su vida
las matronas del Eje Cafetero. Es una narración sin tapu- andariega. Al final, la ficción se mezcla con la realidad,
jos, en la que la crudeza de las situaciones parece no dar como si una de ellas fuera solo una sombra. Una visión4
tregua. Buenaventura queda retratada en sus trasfondos, que atrapa a los hombres crédulos y callejeros se convierte
en esos años que narró Óscar Collazos desde el fondo de en realidad y él tiene que alejarse de esa sombra; como si
una ciudad creciente y su danza de dólares, borracheras, el final precipitado se tocara con el oscuro comienzo.

4 Visión se le llama en el Pacífico a una aparición, un ser desconocido que se aparece de

15
repente y desde luego crea pánico.

Alfredo Vanín Romero


Historias del diablo vida, mediante los oficios que va haciendo en su camino.
La destilación del viche, o aguardiente casero, en su río
natal; la venta de pescado con su madre, que casi muere
Narraciones de Octavio Zúñiga, agricultor, poeta, pe- atropellada por el tren que en esa época llegaba con
riodista de radio y promotor cultural. Este exfuncionario mayor frecuencia a Buenaventura; el oficio del corte de
de 64 años, oriundo de Guapi, nos trae dos relatos clásicos madera, que sus hermanos vendían por metro… Recuerda
del diablo, ese personaje infaltable en los relatos campe- el desalojo de su familia del barrio Mayolo, uno de los
sinos y ribereños de Colombia. El narrador, flotando entre primeros que ocurrieron en una Buenaventura creciente.
la tradición oral y la escrita, cambia algunas situaciones, Vuelve atrás para hablar del tío que iba de visita y, como
adaptándolas a oídos más urbanos. El primero, “Pedro era tan querido ellas hacían fogatas cerca del río para que
Animala”, es protagonizado por un personaje de la tra- éste creciera y el tío no se fuera de la casa. Rememora
dición oral de Latinoamérica –llamado, según la región, también su corta permanencia en Cali como empleada
Pedro Rimales, Pedro Urdemales o Pedro Urdimala–, un del servicio, el accidente, la cocina, la agricultura y, por
pícaro que va por el mundo viviendo de los ingenuos a último, su llegada a Buenaventura. Además, nos regala
punta de engaños. El segundo relato nos muestra que no adivinanzas y versos.
siempre el diablo sale airoso en sus tratos con los seres
humanos, que lo buscan para llenarse de riqueza y en el
lance puede quedar desplumado.
Dos relatos

El cuentero Luis Alfonso Angulo, nacido en 1945,


Oficios de la vida nos ofrece dos relatos de la tradición oral. El primero es
el clásico relato de la visión o espanto que se apodera
Asención Angulo Angulo, de la vereda Sagrada Fami- de una persona o de una familia y se come todo lo que
lia, a orillas del río Naya, comienza sus palabras con una encuentra a su paso. En el segundo, se habla de las
invocación para que le vaya bien en su relato. Luego, a artimañas de un animal sometido, al que el Guatín le
pequeños saltos, nos va entregando episodios de su hace una jugada macabra por culpa de la tiranía de la

16 Una mirada a la tradición oral del Pacífico


poderosa Tía Tigra. En otros relatos, es el Tío Conejo el Historias en violencia
protagonista de esta hazaña.
Sandra Idalit Angulo nació en Buenaventura en 1975.
Esta vendedora de rifas, la más joven de la presente anto-
Historias de vida logía, quedó huérfana de padre muy temprano, con cinco
hermanos y una madre que luchó a brazo partido para
María Raquel Riascos, nacida el 2 de diciembre de 1952 levantarlos. En su relato, altamente realista, aparecen
en López de Micay (Cauca), nos introduce en su relato de la violencia callejera y de género, el maltrato infantil, las
vida con el canto “A la mina”. Su familia cultivaba caña, drogas, el chisme callejero y el desplazamiento forzado;
que luego se molía para hacer guarapo y aguardiente su relato es como un cinematógrafo por el que desfilan
casero (viche). Ella recuerda el trajín de la vida ribereña historias propias y ajenas, como un río por el que pasan
y las historias que le contaban de niña, entre estas incontables sucesos. La agresividad de la vida, del entorno
la del Maravelí, un barco de demonios; y habla de las forjado en la violencia, deja un amargo sabor, y permite
tecnologías nativas, como el embil, hecho de brea, para entender la degradación a la que han sido sometidas la
alumbrar la casa. Quiso estudiar, contra la voluntad inicial ciudad y su gente, a causa de la explotación y la exclusión.
de la madre, y fue buena estudiante. Rememora el duro
trabajo de la mina, el cual la marcó; de allí el canto inicial.
La comida era abundante, recuerda. A los ocho años La tierra era la más fértil
llegó a Buenaventura, a trabajar muy duro en una casa
de familia, de donde la despidieron por cometer un error Lucas Prado Ortiz, de 67 años, nació en el pueblo de
en la cocina. Después vendría un episodio difícil: su hijo, Chimbuza, perteneciente al municipio de Magüí Payán
que había emigrado a Estados Unidos, se encontraba en (Nariño). Con voz pausada y gran sabiduría narra despa-
problemas. El gobierno de ese país le pidió expresamente cio su vida, su entorno, rico en todo lo natural. Recuerda
que fuera a declarar en el caso de su hijo, una situación en como si fuera hoy el día en que conoció a su esposa, con
la que ella nunca creyó que se vería envuelta. la que tuvo 16 hijos. Es un creyente de la biodiversidad,
de esa riqueza natural del Pacífico basada en una cadena

Alfredo Vanín Romero


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ecológica abundante pero frágil. Ha sido un luchador
integral por el territorio de comunidades negras, desde
la promulgación de la Ley 70; fue en esa época en la que
llegaron las retroexcavadoras al río Telembí, amparadas
por grupos armados. Nos narra con sabiduría su forma-
ción, el aprendizaje de boca de los mayores, el arte de
curar con plantas, la belleza de los grandes cuerpos de
agua de la vertiente del Patía. Había forma de vivir sin
sobresaltos, trabajando duro. Había abundancia de todo,
“era un paraíso” porque esas lagunas proveían lo nece-
sario y más. La violencia comenzó y, con ella, el desalojo,
el desplazamiento del que él mismo fue víctima. Por eso
está ahora en Cali, con su mujer y una hija, viviendo en el
distrito de Aguablanca.

18 Una mirada a la tradición oral del Pacífico


Desarrollo
de los talleres
Alfredo Vanín Romero
Los talleres se desarrollaron los días 12 y 13 de
septiembre en el barrio Paloseco, en Puente de los Na-
yeros y en la iglesia evangélica Mita en Aarón, ubicada
en el barrio El Triunfo; con una asistencia promedio de
quince personas por taller, convocadas con el apoyo
de la Gerencia Cultural del Banco de la República en
Buenaventura. Las zonas se definieron por su ubicación
y las posibilidades locativas: dos en zona de bajamar, con
un centro cultural, y la tercera, en el continente, con un
templo evangélico.

En estos talleres se desarrollaron


varios puntos temáticos:

• Actividades de integración

• Actividades lúdicas

• Narración de relatos a manera de motivación

• Elección de voluntarios para las grabaciones

Las sesiones de grabación se hicieron fuera de los


talleres, en los mismos centros culturales o en la casa de
los narradores.

20 Una mirada a la tradición oral del Pacífico


Características de las zonas donde se dictaron los talleres

Tanto Los Nayeros como Paloseco son sectores de la también para la presencia de grupos evangélicos que
zona llamada de bajamar, localizados en la zona insular cautivan con su promesa de cambio de vida y des-
de Buenaventura. Poseen una marcada migración del prendimiento si se sigue fielmente la doctrina de las
río Naya, al sur de Buenaventura. Sus habitantes han congregaciones.
sido, por tradición, pescadores y cortadores de madera,
y la mayoría de la población –tanto hombres como mu- Estos sectores de Buenaventura han sufrido mucho
jeres– ha vivido fundamentalmente de los oficios varios. más el conflicto debido a su ubicación cercana a los
esteros, que facilita la movilización de drogas y armas
El barrio El Triunfo pertenece a la zona continental, y la posibilidad de camuflar los cuarteles en estas zonas
formado –como casi todos los barrios continentales de marginales y muy vulnerables.
la ciudad– mediante invasiones, al principio carentes de
servicios públicos y sin mayor planificación urbana, con La procedencia rural de los fundadores de estos
construcciones irregulares, barrios que poco a poco se barrios los convierte en una cantera para los relatos
fueron consolidando gracias al entusiasmo y la solidari- tradicionales, que muy poco afloran en la zona de mayor
dad de sus pobladores. desarrollo urbano, teniendo en cuenta desde luego que
incluso las zonas más periféricas han sufridos notables
Tanto en los primeros como en los segundos han influencias de la modernización que han opacado las
predominado los lazos de parentesco, lo que ha hecho expresiones ancestrales.
posible el intercambio de servicios y el apoyo mutuo.
En Cali no se dictaron talleres sino que se hicieron
Se trata de sectores con déficit de condiciones de entrevistas a personas desplazadas de la zona rural
vida, bajos niveles de escolaridad y grandes necesida- del río Patía medio, al sur de Tumaco. Estas muestras
des insatisfechas. Esto ha servido de caldo de cultivo se recogieron para ampliar un poco más el espectro de
para la delincuencia y, últimamente, para los grupos la tradición oral del Pacífico en la situación actual del
armados que se han establecido en la zona, como conflicto y el consiguiente desplazamiento.

Alfredo Vanín Romero


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Jornadas de
grabación
Una mirada a la tradición oral del Pacífico
Se hicieron en total 22 jornadas de grabación: 20 en firmaron un documento, suministrado por el Banco de la
Buenaventura y 2 en Cali. Finalmente se seleccionaron 10 República, en el cual cedían los derechos para la publica-
entrevistas, entre las más significativas, que luego sufrie- ción de los audios en caso de ser seleccionados.
ron un proceso de mejoramiento sonoro (eliminación de
Además de los diez relatos en audio, se hicieron dos
algunos ruidos). Algunas se desecharon por ser de muy
recuperaciones de textos en Buenaventura a manera de
corta duración, otras, por tener demasiado ruido y otras
ensayo: una en el barrio San Luis, con una poeta nativa, y
más, por no ser tan significativas.
otra en el Muelle Turístico; por su importancia, y al no poder
Uno de los problemas más serios del proceso de ser mejoradas en el audio, se transcribieron.
grabación fue la imposibilidad de evitar sonidos exter-
La característica general de los narradores selecciona-
nos y voces en la entrevista debido a factores como los dos es que no se trata de gente que ha tenido como oficio
ruidos ambientales de Buenaventura, las rutinas de las la narración de relatos ante un público frecuente o espo-
casas con familias numerosas, la circulación de vecinos rádico, y menos la composición de décimas; sin embargo,
curiosos, la costumbre de hablar alto y, finalmente, la algunos sobresalen por su capacidad narrativa.
gestualidad natural de la población, algo inevitable, que
impulsa a celebrar alguna palabra y a chocar las palmas En cuanto a las historias, la mayoría provienen de sus
como expresión de alegría. propias experiencias; algunos recordaron relatos tradicio-
nales orales y sólo una de las narradoras mostró versos,
Se pidió a todos los entrevistados que dijeran su nom- que infortunadamente no se pudieron seleccionar debido
bre, su procedencia y su edad antes de comenzar el relato, a problemas en su ejecución. En una de las narraciones
algo que no siempre se cumplió. Todos los entrevistados escogidas se incluyen brevemente unas adivinanzas.

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Perspectivas
de análisis
Una mirada a la tradición oral del Pacífico
Entrevistas a investigadores Exploración bibliográfica

Se entrevistó a dos investigadores y escritores del Pa- No son frecuentes las publicaciones sobre tradición oral
cífico: Medardo Arias Satizábal y Baudilio Revelo Hurtado, del Pacífico. Algunos estudiantes universitarios trabajan
nacidos en Buenaventura y Guapi, respectivamente, am- aspectos de la literatura oral para tesis de grado, pero solo
bos residentes en Cali. Las entrevistas giraron en torno a toman aspectos parciales de ella. La bibliografía existente
su percepción de la tradición oral del Pacífico en términos no es muy abundante, pero sí puede dar una guía sobre la
artísticos, sociales e históricos, y ayudaron a generar pers- situación de la manifestación cultural del Pacífico.
pectivas de análisis y comprensión de la situación actual
Para este trabajo se hicieron exploraciones en textos
de la región y sus manifestaciones culturales.
antiguos y nuevos, especialmente desde los escritos de
Bernardo Merizalde, quien realizó una primera compila-
ción de tradición oral en los años cuarenta; luego siguieron
las compilaciones de Alfredo Vanín, de Sergio Mosquera en
Quibdó, y de Baudilio Revelo y Medardo Arias en Cali, este
último uniendo expresiones literarias influenciadas por la
tradición oral. La bibliografía se cita al final.

Alfredo Vanín Romero


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Bibliografía
Una mirada a la tradición oral del Pacífico
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Colombia. Bogotá: Instituto Caro y Cuervo.
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Alfredo Vanín Romero


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