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Antología

I ENCUENTRO IBEROAMERICANO
DE POESÍA EN GUAYAQUIL
2010
DESEMBARCO EN EL PAÍS SALVAJE
2010

COEDITORES:
ATARRAYA CARTONERA (Puerto Rico)
HASTA LA VISTA BABY CARTONERO (Chile)
SANTA MUERTE CARTONERA (México)

Esta obra está protegida bajo una licencia Attribution-


NonCommercial-NoDerivs 3.0 Unported de Creative Commons.

Los autores de los textos reunidos en esta antología conservan los


derechos de cada composición individual.

EDICIÓN, SELECCIÓN Y CORRECCIÓN:


Ernesto Carrión, Héctor Hernández Montecinos,
Nicole Cecilia Delgado, Yaxkin Melchy

DISEÑO:
Nicole Cecilia Delgado
CONTENIDO
Andrés Villalba Becdach, 4
Ángel Emilio Hidalgo, 10
Antonio Correa, 13
Carlos Eduardo Jaramillo, 19
César Eduardo Carrión, 23
Cristian Avecillas, 28
Cristóbal Zapata, 31
Eduardo Espina, 34
Ernesto Carrión, 41
Héctor Hernández Montecinos, 47
Juan José Rodríguez, 51
Leopoldo María Panero, 54
Luis Carlos Mussó, 60
María De Los Ángeles Martínez, 63
Nicole Cecilia Delgado, 67
Paúl Puma, 72
Rocío Soria R., 76
Roy Sigûenza, 80
Sara Vanégas Coveña, 82
Soledad Fariña Vicuña, 85
Víctor Vimos Vimos, 88
Vladimir Herrera, 92
Wladimir Zambrano, 97
Yaxkin Melchy, 103
ANDRÉS VILLALBA BECDACH
(Quito, Ecuador)

Estudió Comunicación Social en Quito y periodismo en Los Ángeles.


Vivió en Roma donde estudió Literatura Hispanoamericana en “Univesitá
La Sapienza”. Ha practicado los más variados oficios: desde custode y
curador de obras de arte de artistas latinoamericanos en el IILA (Instituto
Italo Latinoamericano) en Roma, administrador de un hostal, vendedor
de pantalones, cuadros, sombreros de paja, corredor de bolsa, valet
parking, pizzero, mozo, ayudante de cocina, hasta inspector de materiales
peligrosos de carga para aviones militares en el aeropuerto de la FAE en
Quito.
Es grafitero, ejercicio que practica con regularidad.
Ha traducido poemas de Charles Bukowski, Dylan Thomas, Elizabeth
Bishop, Sylvia Plath, T.S. Eliot, W.H. Auden, y Anne Sexton al español. Y
de poetas hispanoamericanos al inglés.
Colabora en diversas revistas culturales, sobre todo con pequeños ensayos
en “El Búho”. Ha sido invitado a festivales de poesía y ferias del libro en
varias ciudades del país, y en México, Venezuela y Cuba.
Su libro de entrevistas Luigi Stornaiolo: el arte de la digresión (un
exhaustivo diálogo con el renombrado pintor quiteño) será publicado por
Gescultura –colección Camisa de fuerza- en el transcurso del 2010.

ALCOHOLEMIA RENOVABLE
(o la posibilidad luminosa de ser un animal)

…me digo que estar borracho es no estarlo


y es que no hay otra comunión
que el vaso de alcohol besándome los labios
que este vaso de alcohol que llevo en el
cerebro, en los pies, en la sangre…
Leopoldo María Panero

4
Llueve en la noche quiteña
la lluvia es otra celda
la lluvia es una expulsión
la lluvia no lava el sudor del pecado
la lluvia no es breve
la lluvia es aire al otro lado del cristal
la lluvia exhuma el cadáver de lo que fui
la lluvia es mi juventud perdida
la lluvia suena como cuando te vas
la lluvia carga una semilla de grillos
la lluvia da color de lágrimas a los nervios
la lluvia y su augurio de agujas en el cráneo
la lluvia y su ángel clínico
la lluvia despinta el maquillaje
de mi payaso triste en el espejo

la lluvia es una cosa que sin duda


sucede en el pasado decía un tal Jorge
pero quizá él no sintió este gemido virulento
en el pecho que palpita cuando
la lluvia es un aguardiente mágico
que baña de insomnio a la ciudad
y conviérteme en un toro con tetas
en una loca humedecida que chapotea
de tumbo en tumbo en la barahúnda

un relámpago duerme al fondo


del barril de whisky de mis huesos
mi almohada mi garganta y reloj

llueve en la pústula abierta de esta página

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el acorralamiento es mi resuello:
fotografías de un pasado dilapidado
y disoluto calcinadas
en otro vaso de alcohol:
el nido del vicio se inflama
con el viento de siete noches
corroídas que arden en la sien
zumban las espinas del recuerdo
esto también pasa:
el chuchaqui tiene doble vida
es una posibilidad
de quemar el bochorno de ayer
y volver a nacer con otra cara y otra piel

lo que sobra sobra


al mundo lo contemplo como
si estuviese apoyado
en la ventana de un tren:
el mundo se oxida en mi vaso de ron
y es una vorágine de imágenes
que se difuminan
está lejos
y una música marchita
lo taladra

soy como esas rieles oxidadas


donde el musgo florece
los parlantes están ebrios
y alucinados
yo no

otra inyección de alcoholemia


forja y funde mi ser

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hasta ajar mis dominios:
con toda la riqueza de la embriaguez
digo que dos botellas siempre
son menos que una

and I don't have a drinking problem


'cept when I can't get a drink
grazna Tom Waits

¿es plausible el destino


cuando las correas
de la angustia hacen palpitar
(órgano amado de corteza
virgen y renovable
que maniobra los sentimientos)
el hígado?

el fardo del destiempo


reverbera
la palabra golpea
cala hondo
en las grietas del pecho
en el aguijón sincopado
de los sesos
la palabra martillea furibunda
en la página
como una viscosidad
híbrida entre huevos
de pescado y semen
de gato

el silencio chirría su engranaje:


la estridencia subyuga

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y penetra agreste como la
droga y la diarrea
gorjea en mis costillas
el látigo de lo perdido:
tantos años de fingir
enfermedades hasta
redondearme con mi colección
de pajazos secos

me desintegro en la alfombra
de otros y rebuzno cuando soy tu asno
rompiendo a dentelladas
las puertas de la crepitación interna:
las polillas se quedan
pendejas
en mis huesos
es tarde
estiro el pellejo y vomito
mi ser irresuelto
toda la noche vomito los fetos de mis ratas
y juro que hoy
descuartizaré tu silencio
del miedo
hasta ser uno de los insectos
que lamen tus huellas

pero estampo mi rostro


en un paredón de humo
y desnudo frente a tu espejo
agonizo y suplico nunca enterrar
las promesas como costras que
dejan los dardos narcóticos:

8
con las saetas del alba
dibujo mi ceño fruncido
la curda réproba no es suficiente
la destrucción me sosiega
exudo los calambres del alpiste
sangro y de la llaga se despliegan gacelas
que siguen bebiendo néctar
de estrellas momificadas
beben hasta el hartazgo
y engullen las raíces y cortinas
del universo
beben hasta encontrar
alcohol grado 40
dentro de las piedras

mi copa siempre está rota de tanto


balbuceo

¿mañana ya nunca más la carie tóxica?


asfalto
asfalto
y mucho más asfalto
algún día el alcohol
perforará toda creencia
y será un blanco ataúd alado
en donde me arrastre y estampe
cabecee relinche y comamierda
hasta sometido
liberarme
como otra golondrina pajerita en la bruma.

9
ÁNGEL EMILIO HIDALGO
(Guayaquil, 1973)

Poeta, historiador y catedrático universitario. Trabaja en proyectos


relacionados con la investigación histórica y el patrimonio cultural. Autor
del libro Guayaquil. Los Diez-Los Veinte (Quito, 2009), sobre cuatro
fotógrafos de Guayaquil de inicios del siglo XX. Coautor de algunos libros
de ensayo histórico, entre los que mencionamos: Guayaquil al vaivén de la
ría (Quito, 2003), Los años viejos (Quito, 2007) y El tiempo de Alfaro
(Quito, 2009). Obtuvo el Premio Nacional de Poesía Ismael Pérez
Pazmiño, en 1996 y Mención de Honor en el Concurso Nacional de
Poesía M. I. Municipalidad de Guayaquil, en 2002. Autor de los libros de
poesía: Beberás de estas aguas (Guayaquil, 1997); El trazado del tiempo
(Quito, 2003) y la muestra colectiva Porque nuestro es el exilio (Quito,
Eskeletra, 2006).

Hasta aquí llegan las ciudades


el olor y el tedio de los caminantes.

Hasta aquí los límites del viento


la opacidad secreta de las formas.

Esperaba volver
recorrer los mantos grises de la noche
esa estera de prisiones nómadas
que son los puentes del suburbio.

Pero la soledad perenne


en todo gesto inacabado se acentúa.

Demasiado largo el camino hacia la noche.

10
Vivo de la noche enarbolando sus ofrendas
vertiendo el agua hospitalaria de los cuencos
sobre las pieles húmedas
de edificios encendidos de pólvora y madeja.

La poesía es rumor brillante que viene del pasado


caracola que bruñe
el escarceo de la ola
pira que redime su natural presencia
eco y vorágine
que no apaga su luz
en los bordes infinitos del silencio.

Las paredes tienen muros


los muros, rostros que asesinan formas
las formas, escrituras de cemento
en el cemento yacen los poetas

Todo lo que ves se hace perenne


se nutre del silencio de los cuerpos.

Todo tiene su música escondida:


los sueños
remotos hilos que se unen sin tocarse.
El tránsito del polvo
que silencioso estalla
bajo la piel del día.

Me acerco a los objetos


y ellos ven los rostros que se cruzan:

11
el ángulo y el punto
buscando el vacío más cercano.

A Óscar Castro, hermano


Alguna vez anduve entre los soles
visité viejas moradas
territorios escogidos por la luz.

Reconocí en los brazos los amigos


el perfil de los fuegos encendidos
el destello del vino en la mañana.

Pero la vida te espera en otras calles:


el rumbo de tus pasos
ya no es el mismo que abrazaste
debajo de la lluvia.

Solo el tiempo nos hizo comprender


que nada vuelve a ser estanque de agua clara.

12
ANTONIO CORREA
(Colombia, 1950)

En 1989 publicó su poemario el Vuelo del cormorán, en la Colección de la


Sociedad de Escritores Ecuatorianos. En 1990, apareció su segundo libro
Húmedo umbral, en la Colección del Museo Rayo de Colombia, reeditado
en 1992 por Editorial Magisterio. Después de vivir cinco años en el
Amazonas, publicó en 1997 Desolación de la lluvia, en la Colección Piedra
de Sol de la Editorial Magisterio. En 1999, la Universidad Nacional de
Colombia, entregó en su Colección Viernes de Poesía, una selección de
sus poemas amazónicos. En 2004, publicó Secreta mudanza, en la Casa de
la Cultura Ecuatoriana “Benjamin Carrión”. En 2006, en edición limitada
el libro de artista, El linaje del agua, selección de poemas con grabados del
pintor Geracho Arias. En 2008 el libro de poemas Crónica de Magdalena
River, en Ediciones El Búho. En ensayo Crimen y castigo o la expiación que
no cesa, Editorial Panamericana, 2001. En 2002 un Camino abierto, libro
de crónicas sobre la curación y el chamanismo en las selvas del Amazonas.
En el 2003 se dio a conocer su libro de arte El corazón del pan, historia de
la levadura en Colombia (Levapan S.A.), con fotografías de Jorge Mario
Múnera. En 2008, el Gobierno del Ecuador le concedió la Ciudadanía
Honoraria por su trabajo cultural en el país. Actualmente se desempeña
como asesor y editor general de la Revista Imaginaria y de la Colección de
Literatura Cochasquí del Gobierno de Pichincha. Ha aparecido en varias
antologías de poesía y cuento. Poemas suyos han sido traducidos al
francés y al inglés.

EL HOMBRE DE SAN AGUSTÍN


Soy una máscara de rostro apacible

En el Amazonas consumí
las glándulas carótidas de un sapo

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He visto a Dios
al abrir las piernas de la mujer
que suelta
humedecida
el gemido de los estrangulados

Soy la boca que llama en el amanecer

Una estela agresiva


alucinante
cubre el corazón del Gran Río

Fuente de aguas vivas


produce esa llaga insaciable
y a nuestra medida

EL CANTO DEL GOLOSO


Voy por el río que arrastra
la monótona masa
de la selva

Y recuerdo la infancia

sus riberas

La cabeza mueve la lengua


que siente hojas de color esmeralda
soasadas por el humo

(Piel vegetal para guardar las carnes

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granos especies y huevos en rodajas)

Camaleones caminan
por mi boca

La carne del yacaré


devorada
como su rapidez

su giro inesperado

su feroz dentellada

la ansiedad
de los hombres que lo cazan
y el pavor de ser ellos
los que terminen en el vientre del río

Trozos de pirarucú
--el que duerme
en la profundidad del río--

sin un hilo de sangre

cocido en la leche
y el ají de la selva

Ah, la gamitana

el pez zanjado
como un cerdo

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repleto de mariscos

de la corriente
que se infiltra
en el mar dulce
más grande de la tierra

Ah, el mundo errante del goloso

Estrella dividida
entre lo frío y lo caliente

conozco su mano abierta


voluptuosa

¿No es la cocina
un ejercicio de piedad
al ser comidos por la vida?

La única utopía
una mujer que sale
y entra

Movimiento secreto de las cosas

En el horizonte
seres de pie
angustiados
con la mano en visera
sueltan un alambre de púas
para encerrarse en su dominio incierto

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Ciudades
tasajeadas por la velocidad
y su medida

A una mujer le sirven


un bogavante hirviente
en fósforos de espárrago

La taberna

Sólo pido entrar antes


de atravesar el desierto donde se enmudece

El eco de los bebedores


con el arsenal de cordeles
que brotan de sus bocas

Hirientes cabezas de pescado


envueltas en saliva

Hablan
se abrazan
intimidan

En la fiesta ululante
letra a letra tejo
la máscara que se ciñe a mi rostro

Y soy reconocido
en el vientre quieto de los días

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LOS LÍMITES DEL MUNDO
II

Mis abuelos se alimentaron de cortezas y pastos

Soy un hombre que come todo lo que se oxida


mientras la abuela oriental
de pié ante el muro de la tarde repite
la mayor parte de mi vida he padecido hambre

Y sus palabras
piedras revueltas con lentejas
caen a mis manos
y los ojos
se hunden en un lago de azogue

donde pasan los días como nubes henchidas

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CARLOS EDUARDO JARAMILLO
(Loja, Ecuador, 1932)

Doctor en Derecho y catedrático universitario, ejerció la magistratura por


largos años. El año 2007 el gobierno nacional le otorgó el Premio Eugenio
Espejo por su obra poética. Obras princiales: “La Trampa” (1964),
“Maneras de vivir y de morir” (1965), “El hombre que quemó sus brújulas”
(1966), “La Noche y Los Vencidos” (1967), “Las desvelaciones de Jacob”
(1970), “Una vez la felicidad” (1972), “Crónica de la casa, los árboles y el
río/ Viaje al Planeta Eurídice” (1973), “Perseo ante el espejo” (1974), “La
Edad del Fuego” (1977), “Tralfamadore” (1977), “Blues de la calle Loja”
(1991), Canciones levemente sadomasoquistas” (2000), y una antología
general de su obra “Poesía Junta: Carlos Eduardo Jaramillo” (2006).

LA BALLESTA
El tiempo mata la belleza del ayer
delante de mis ojos
el tiempo tira de la ballesta
que remata
a la belleza herida
pero la mira está en mis ojos
y en mi corazón el dolor
La poderosa espalda del cazador
recoge la ballesta
sin mirar a la víctima
y sigue su espantosa cacería
los animales jóvenes
lo regresan a ver indiferentes
no le temen
lejos aún la hora en que su paso

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se doblegue o se quiebre.
El tiempo sádico se oculta en mi mirada
de animal viejo
guardián aún de la belleza muerta.

NEW YORK, LA BELLA DAMA


Belle de jour
belle de noire
Nueva York
siempre serás la Hermosa Dama
caminando desnuda
bajo la luz de las constelaciones
en un bosque de altísimos espejos
ceñida
por una secreta túnica de blues
tenuemente perfumada
de la cabeza a los pies

/Ah cópula de amor interminable/

No debería nadie
morir ni envejecer
en una ciudad tan hermosa.

NY, Mayo 11, 95

20
DESPEDIDA DE NUEVA YORK
No regresaré a mirar atrás
cuando me vaya
bella isla de Manhhatan
para que no me alcance la maldición del amor colérico
que pende sobre las ciudades verdaderamente hermosas
para que el corazón no se me convierta
en estatua de sal.

JAULA DEL MAL ENCANTAMIENTO


En la jaula de hierro del antiguo mercado
La gran pajarera mágica
Donde incluido el presente todo da en el olvido
Las mujeres pájaros de hermosas piernas
Que entran allí desplegando sus alas
No volverán a cruzar ante mis ojos
Proscrito el don de la repetición
Que las emparentaba
Con la obsesión o el sueño
Lo que sirve al crepúsculo no conjura el hechizo
De no mirar una vez más
La bella faz de helena
O a eurídice perdida en el infierno
Ni siquiera el poder de circe
Su cambiante
Inexhausta hermosura
Pudo emular
La eternidad del rostro en la penumbra
De penélope la bienamada.

21
Jaula de cristal y hierro / caverna mágica
Donde los sueños se extravían /
Sólo la cabeza de dios tiene la llave
De todos los laberintos todas las soledades.

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CÉSAR EDUARDO CARRIÓN
(Quito, Ecuador, 1976)

Es poeta, ensayista y docente universitario. Estudió Comunicación y


Literatura en Quito y Filología Hispánica en Madrid. Ha publicado:
Poemas en una Jaula de Faraday (Primer lugar del Premio Provincia de
Pichincha de Poesía 2010), Limalla babélica, 2009 (Mención de Honor
del VI Concurso Nacional de Poesía César Dávila Andrade, 2008),
Pirografías, 2008 (Finalista del III Premio Internacional de Poesía Joven
“La Garúa” de 2007, y seleccionado por el Comité de lectura del II
Certamen de Poesía Hispanoamericana Festival de la Lira de Cuenca-
Ecuador de 2009), Revés de luz, 2006 (Mención de honor en el concurso
Jorge Carrera Andrade del Municipio del Distrito Metropolitano de Quito
en 2007).

PRIMERA PSICOFONÍA:
A la calavera de Yorick
2

Recuerdo que alguna vez, borracho, vomitaste en las faldas del Rey,
nuestro padre,
como un demonio que paría por la boca a los ángeles exterminadores
del Apocalipsis.
Recuerdo que aquella vez fue la única que el Rey, nuestro puto padre,
no te perdonó
por haber nacido necio, por haber nacido tonto, por haber nacido
mucho más hermoso que él.
Aquella noche de juerga intensa, amado Yorick, fue tu última función
en la corte danesa.
Al día siguiente tu cuerpo pendía hinchado y sin vida de una almena de
la Torre del Desahucio.

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“¿Sabes cuántas veces aparece la palabra Amén en la Biblia del Rey
Jorge?
¿Sabes cuántas de sus setecientas ochenta y tres mil ciento treinta y
siete palabras
hablan de la muerte y cuántas de ellas nos consuelan con la
resurrección?”:
Estas letanías, bufón de la infancia fugaz, no son mías, recuerda que tú
las pronunciabas
como un trabalenguas infinito que nos ponía a todos a dudar de tu
aspecto de duende idiota.
“Los enanos tenemos la verga más grande que el dueño del circo”,
decías al vernos así,
boquiabiertos, babeando, pensando en esa cifra imposible de la Biblia
del inglés enemigo.
A pesar de tu estatura, siempre fuiste, tú, el gran Yorick, el payaso, el
que amó a su verdugo,
como un perro de caza que aprendió a dormir en la cama de su amo y
atrofió el olfato.
¿Será que así mismo son los poetas de todos los reinos perdidos, de
todos los mares lejanos,
menudos pervertidos que enseñan a las vírgenes de las asambleas a
reírse de sí mismas
y a encontrar entre sus piernas o sus senos la condición degradante de
heredar la muerte
a quienes más se llega a amar, a quienes más se aparta de dolencias, a
los hijos?
Porque los hermanos diminutos de los parlamentarios, los poetas, los
ilustres inicuos,
como tú, como yo, mi difunto mellizo, somos cebo de políticos que
dicen que debemos
ordenar este mundo y lustrarlo con palabras que discutan de justicia
social y morales

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intachables, que se puedan vender en las calles, como anuncios de
humana integridad:
“Compre cerveza nacional, apoye a la patria; consuma cigarrillo local,
respire nación;
lea versos y novelas que reintegren al sirviente y al esclavo a los
Estados de confort;
oiga, poeta; oiga, pintor, óigame, señor artista de nuestro ilustre país,
se lo advierto:
Si no talla el rostro del poder o la miseria que produce no le erigiré
ningún monumento”.
-
Sigamos riendo, lúdico animal de pene enorme, de risa estentórea y
temeraria,
que nos condenen los que escriben para el vulgo, para el analfabeta que
nunca lo leerá;
que nos repudien también quienes escriben para el burgués, a quien la
poesía le apesta.
Sigamos escribiendo, Calavera, para los demás esqueletos de este bello
cementerio.
¿Sabes cuántas veces aparece la palabra Amén en la Biblia del Rey
Jorge?
¿Sabes cuántas de sus setecientas ochenta y tres mil ciento treinta y
siete palabras
hablan de la muerte y cuántas de ellas nos consuelan con la
resurrección?
A mí, ya no me importa cuántas veces gimió el evangelista o fornicaron
los predicadores.
Mucho menos me importará, de aquí en adelante, cuántos alguaciles
de la verdadera,
de la absoluta necesidad, me increparán por evadir con mis palabras
sus preguntas.
Gracias, cuerpo ausente, huesos pelados, carne reseca, postreros
nutrientes del gusano,

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por la libertad de no tener esperanza y por ello no deber al misterio el
sentido de mi vida.
Sigue así, tan muerto como ahora, hermano Yorick. Mañana vendrán
otros príncipes locos
a vengar la memoria de su padre infame, liquidado por la Matria puta,
por la Ley del Hombre.

TERCERA:
Sutras de la rosa marchita

Séptimo
Sobre muros de patrias gloriosas, cabalgamos maderas troyanas y
dejamos que se pudran en la playa nuestros hroes difuntos.
Su hediondez nos regala visiones al modo del viejo escribano de
Patmos.
Entonces soñamos que somos los hombres arcaicos, ami, maître Marx,
cuyas formas de comercio no se pueden reducir a las vendimias,
las bodegas y el consumo. Esta palabra primitiva de intercambio entre
los hombres y mujeres no es el trueque, sino el don y el sacrificio y la
renuncia de poder. Por eso dioses abundantes eternizan nuestras
deudas, mon ami, mon aimé professeur. Y podría decir estas cosas
soñaba en un trance inducido y perfecto a las puertas ciclópeas de
antiguas ciudades: Bagdad, Babilonia… Diré que arrojamos las teas
prendidas en las grutas donde el guano nunca ardió su pestilencia.
Alimentamos con cenizas los desiertos, con las sábanas calientes del
espanto. ¡Mon ami, mon aimé précepteur, la moneda del hombre
tieneorigen sagrado!

Noveno
Este sonido tantas veces invocado, la tormenta. En el oído
hiperestésico de los poetas que casi siempre no tienen nada que decir,
salvo la lluvia. Centellean las palabras de la infamia, de la inercia, gota

26
a gota. Es un esmero secuencial, un algebraico patrón, que es
imposible pronunciar sin enredarse con la lengua balbuciente de la
infancia. Gota a gota se disuelve la memoria, entre las suaves
superficies de la stoffa. Como láminas de oro en el crisol de los joyeros,
se desploman nuestras horas: Somos cerdos de la piara en extinción, de
la animalia voluptuosa que celebra:

27
CRISTIAN AVECILLAS
(Quito, Ecuador, 1977)

Ha publicado: Todos los cadáveres soy yo, (Mención de Honor en el


Premio Casa de las Américas, 2008),La Identidad femenina, (Mención
Particular Premio Nósside, 2009) yEcce Homo II (Premio Nacional de
Poesía César Dávila Andrade, 2008).

HOMO POETICUS
A estribor de tus manos queda el mundo
Félix Pita Rodríguez, Carta marina

HOMO NOVUS

I
Poeta,
Amo y sucesor de lo imprevisto:
Tu valor será perderte en el dolor y en el poema,
Dejarás el cuerpo atrás para escribir,
Dejarás tu fauna atrás para escribir.

II
Escribir en el regazo de las aves
El camino hacia las leyes de la hierba.

III
Y escuchar en el misterio de un mordisco
El estómago gozoso de las musas.

28
IV
Y emplazar el horizonte sobre un cóccix
Donde el mar se perfecciona con la mar.

V
Y encontrar a la mujer bajo el silencio
Donde nunca se enmudecen las canciones.

VI
Y llevar a la mujer al fin del hombre,
A la ráfaga del cuerpo musical.

VII
Poeta,
Adversario de la luz y de las sombras,
Criarás en el lenguaje tu retrato Cuando ya no tengas ojos.

HOMO CONCORS

I
Tal es tu poesía:
Enfrentarte a las ideas como si fuesen seres vivos.

II
Tal es tu poesía:
Padre, el evo;
Madre, la fugacidad.
Enfrentarte a cada verso como haciendo un epitafio.

III
Copia de la hembra,
Tal es tu poesía:

29
El asombro al detrimento de la boca
Y la boca al detrimento del asombro.

IV
Y en el foro de la muerte,
Tu poesía es el verdugo cuyo tajo versifica.

V
Y en el foro de los hombres,
Tu poesía es Hombre.
HOMO RIDENS

Y te dices:
Que el poema encienda lo que ayer la llama
Para que arda una mujer en el verano.

30
CRISTÓBAL ZAPATA
(Cuenca, Ecuador, 1968)

Ha publicado: Corona de cuerpos (1992), Te perderá la carne (1999), Baja


noche (2000), No hay naves para Lesbos (2004), Jardín de arena (2009) y
el “cuarteto narrativo” El pan y la carne (2007), Premio Nacional de
Cuento “Joaquín Gallegos Lara” de ese año. Ha editado la antología de
relatos de HuiloRualesHualca, Historias de la ciudad prohibida (1997), y
la poesía reunida de Roy Sigüenza, Abrazadero y otros lugares (2006),
ediciones precedidas de exhaustivos estudios introductorios. Es además
autor de numerosos ensayos sobre arte y literatura, y curador de
importantes exhibiciones dedicadas a artistas ecuatorianos. Entre otras
selecciones su poesía consta en la Antología de poesía ecuatoriana (2009),
publicada por Alfaguara en España.

NOCHE DE BRUSELAS
Cuando han levantado la manta
asaltados por la misma duda
se han quedado de pie
frente a frente, derrotados
a uno y otro lado de la cama:
El Perseguidor, demonio flamante y feroz
El Perseguido, ángel devastado.
¿Cómo tu cuerpo y el mío
asediados
cruzarán esta ardua e interminable estepa?

31
ESCRITO SOBRE UN CUERPO
The blood flood is the flood of love
Sylvia Plath

Las estrías que la gravidez dibujó,


la incisión que trazó tu parto:
inscripciones cuneiformes
que mi boca borra y traduce de tu vientre
al idioma de nuestro amor.
Tus muñecas cosidas:
ajorcas de sangre y carne
que mi locura grabó en tu piel
como un perverso orfebre o tatuador.

Como un lienzo de Tapiés


o las Sagradas Escrituras,
tal la página concebida
con mayor intimidad y dolor,
cada noche releo tu cuerpo
para expurgar los rastros de la desdicha,
como las olas limpian las huellas
que sobre la playa deja
la agonía de los animales marinos.

32
ARTE RUPESTRE
Para Isabel Dávalos

En la oscuridad primordial
un hombre y una mujer
chocan y raspan
como dos piedras ásperas
sus cuerpos.
Iluminados por el deseo
hacen la luz, la claridad.

Así, en la penumbra del mundo


un hombre y una mujer
reinventan el fuego,
y sus cuerpos encienden
como luces de Bengala
la noche.

Porque no es la Tierra
lo que el deseo alumbra
sino la bóveda del Cielo.

33
EDUARDO ESPINA
(Montevideo, Uruguay)

Es autor de una docena de libros de poesía y ensayo, siendo los más


recientes Historia Universal del Uruguay (2008), Julio Herrera y Reissig.
Prohibida la entrada a los uruguayos (2010), ambos publicados en
Editorial Planeta, y El cutis patrio (Mansalva, Buenos Aires, 2009). En
2011 será publicado su nuevo libro de poemas, Mañana la mente puede.
En Uruguay ganó dos veces el Premio Nacional de Ensayo por los libros
Las ruinas de lo imaginario, (1996) y Un plan de indicios (2000), de
próxima aparición. En 1998 obtuvo el Premio Municipal de Poesía por el
libro aún inédito Deslenguaje. Está incluido en más de 30 antologías de
poesía hispanoamericana y sobre su obra se han escrito tesis doctorales,
libros de críticas y largos ensayos académicos. En 1980 fue el primer
escritor uruguayo invitado al prestigioso International Writing Program
de la Universidad de Iowa. Desde entonces radica en Estados Unidos.
Este año obtuvo la beca Guggenheim.

LEDA NADA EN EL LAGO DE LOS CINES (*)


(Un cisne en la pantalla decisiva)

Con Leda en la edad no hay nadie que pueda.


Pone un huevo menor, viene hasta estar atrás
del valiente desove para que ninguna lo haga
igual: ¿igual a qué, al eco que no escarmienta
cuya mente debería haber pensado el sentido?
Dale Leda ideas al aire enarenado para que te
pillen con zancadillas mientras la lluvia llama.
Allá te hallarás rascando caída el célibe botón
y a lo lejos donde ya estás toda y toses ante el
desmayado cáñamo tu lengua se arrepiente de

34
pensar si lo has hecho bien echada en tu leche,
rascas botón y pubertad sin fingir un consuelo
de vulva para que la nieve no vuelva, para que
la voz moribunda abunde donde la vida olvida,
moribunda y beata, pues nunca te das por oída.
Años y lunas se unen en las palabras cruzadas
haciendo las paces para que nada más ceda en
el pasado donde la felicidad pasa tan despacio.
Oh Leda dada a dar la enhorabuena, avísale al
viento viniendo del Nordeste, detén esa dicha
asidua antes de que sea ¡que tarde!, no sé para
ser qué, pues la densidad del hado va delante.
A Leda lo mismo le da no cumplir la misión,
convertida por un abismo en el dios del cual
escapará para morir parada entre escaparates.
¡Escríbete tú!, ¡interprétate tú!, le dice a Zeus
escribiendo su nombre con S, pues ni eso ahí
huido a la semejanza de las almas alcanzará a
cansarse de la inmortalidad dada al deseo por
quienes preguntan: “¿hasta cuándo?”, aunque
cuándo pueda ser cuando menos lo esperaban.
Cásate con Buda, convídalo a las babas de los
demás en más de un sentido, ¿o es que esperas
que el brillo de tu anillo se arrepienta adaptado
a los mecanismos del mínimo ánimo invisible?
Leda, después de haber probado el alma, valga
la redundancia, prueba bulímica los embutidos.
Morir a las puertas de un salame no está en sus
planes, tampoco relamerlo por tan poco dinero.
Vete Zeus, que por ella la mirada vino a nacer
cerca de esas cosas hace mucho desconocidas.
Sea todo por ahora, pero siempre puede ser ya.
Ocurre un pensamiento al no poder impedirlo,

35
y si es este, en un rato será todo cuanto ocurra.
Mundo, dato del orden, día, pero antes mirada.
Denle ojos, o denle otro donde poner la visión.
Con Leda no hay quien pueda, y hasta podría
decirse, que ni siquiera la voluntad ha podido.

de Mañana la mente puede (inédito)

UN POEMA QUE ME GUSTA


(Los demás también)

En fin, la escena que se representaba


en el matadero era para vista, no para escrita.
Esteban Echeverría
La vaca en coma vale lo que no cabalga.
¿Una milla, un metro atrincherado en la
dicha cuyo enchastre bailara chachachá?
Corrió el riesgo de la inocencia, saboreó
ubres, albóndigas endilgadas al gaznapo,
molleja enardecida por las chalas y todo
por dar leches: cuánta blanca alcurnia en
cuyo seso sosiega el talento de tal mente,
cuánta taba carneada para las parrilladas.
Desconfía entre trifulcas del flan nupcial
y del montón de tomos en el sentimiento
de madrastra astral ante un trébol en vilo.
Es vaca y en eso lo ha sido: pace aseada,
sólida como quien pide que la deslechen.
De infanta buen ternera para el bife feliz,
carecía de virgo gordo por la entrepierna
debido al desvío que obvio la abotonaba,
ah la muy regia con higienes de religión.

36
Al verse reverdecida por su vestigio dijo
en lengua grossa como cada cual calcula
el eco quieto de los toros recién casados,
espera que en marzo nazca así la mirada.
Porque teme a la intemperie, se esconde
en la helada lumbre del primer pirú que
encuentra, disfruta su aftosa en privado.
Ni el sabor hablando en voz baja la hará
volver al alba donde vive con su familia,
la pesca del desayuno en los gramillares
la hallará callada, como si recién hubiera
llegado del silencio para estar más cerca
de la baqueana abriéndose la cremallera.
Pecan los pájaros, el tabú acostumbrado,
la fronda hermafrodita de la cual vienen
los años fríos, peca la oca para ser capaz
de escapar del pez espada, ¿y el hada de
la pradera cuya edad ha hado que hablar?
No peca la vaca, no le quita al eco nada,
no por mucho gritar vería su voz menos
como aquellos aullidos de Alfonsinas en
un mar de espuma muriendo escondidas.
Burdas, ebúrneas, ¡cobardes!, a bordo de
las larvas al verlas al alba bajar al tambo
tambaleándose con abolengo tarambana.
El chasquido en la cueca, la labia bestial
del chirle, carne igual a ella de noche en
casa sacudiendo la garcha del boy scout.
Con tal rulo rural más no fuera al ulular,
ella a su buey de buenos novilleos (retó
al toro por no encontrar un tordo cerca),
ella por su lágrima a la pagoda original,
longitud de la juventud cuando la vio y

37
en el humo de un mundo, ninguno más.
Pezuñas y talón al lado de la lombriz al
conseguir se juntan lejos de la tangente
del genial pernil por una de las reserías,
y por la otra dándole sangre sin ganado.
La vaca en la zanja joven huele a tasajo.
Pasea su nata, un peso neto de métodos.
Nato. Nada mejor para el jagüel jugoso
debajo del ojo que por querencia es así.
Va la res a resucitar la música hermosa,
el mundo cuyo mu muere mucho mejor.
Entre las rachas del choripán ha de huir
al quedar desenredada con cada ángulo
de lóbrega desabrigando a las brigadas.
A fin de cuentas, jaló paja el areópago
por atraer lograda la gravedad al pago.
Qué habría sido de las ubres, del árbol
ordeñado cuya duración ¡daba órdenes!
Con la chiripa podría haber venido una
idea a separar las taperas del buen butiá.
Nada queda sino chingolo para la culpa,
¿y hoy mientras traen los charques, qué?
Queda el cuervo sin perderse la ocasión.
Los nombres, puestos a ver en el viento
entienden desde cuándo todo es tiempo.
Es habla para no seguir sola, es silencio,
obra, briznas de curtiembres o mas bien
ha de ser la visibilidad que habrá salido,
el gavilán aéreo cuando vencedor debió
ver a la vida vestida de vaca y al ombú
contento ante el entrevero abroquelado.
Ha de ser por si alguien lo supiera decir,
una cola para sentir la estatura colmada;

38
en medio, la mirada del aire decide huir.
Un paisaje de ojos entre trémulos rabos
donde tu voz abandona al bosque vacío.
Y además digo por si alguien le interesa.
El olvido tendrá idioma para decir, solo
el agua abrirá la boca en caso contrario:
¿sabrá la palabra dónde dejar de pensar?

MÍNIMO DE NOMBRES POSIBLES


(Un comienzo es siempre otro)

de manera que aquellas cosas que no se pueden decir,


es menester decir siquiera que no se pueden decir.
Sor Juana
No se veía nada, mejor dicho no se veía nada.
Tiene razón Sor Juana en lo que haya callado
y aquello al pie de un epónimo, y a propósito,
¿cuándo verá el oso a su femenino en la miel?
¿Lo verá en el árbol mientras otros entren a él?
Verá el agua en la lluvia una bondad de nubes,
una bandada de búhos huidos de donde vienen.
Su condición escapa al plan de un ave invernal
y qué más para ver sino la quemadura del aura.
Desde este Luxor a solas, roca, peñascos, mar
a morir menos que ánima venida de muy lejos
pero no tanto como estuario anterior al tiempo,
tiempo de muy pocos ecos y de Río como mar
o marzo haciéndose el muerto en torno a todo.
Mar de todas las mareas al remar a su manera
a ras de la corriente donde dirá a los días todo.
Dirá al dinero oral de los demás por las dudas
y al Sur salpica, rasca el quid con las quimeras

39
haría hace un buen rato por ser tan de repente
ni tan buen ciego para la Sor, también Él azor.
Mira cuánto ímpetu ha perdido, o mira cuánto
de todo esto dejaríase mirar en hora, ahora ya.
No se veía nada pero ahora se ve menos, años
de no verse, de bañarse en guarismos a ciegas.
Entonces igual a ella será la mirada en aras de
tal lectura cuando la voz alivia y ve la primera
palabra: eso es ver, esto es el sentido siguiente.
Frases, refranes y no dejes el alma para mañana
añadida a los días del diablo hablándole al alba.
¡Juana anda dando al destino un ánade desnudo!
Para otra será su aire, para el lar la edad debida.
¿Cuál de entre todas las que tienen aun tiempo?
¿Edad de las que mueren mal al menor intento?
Allí va, viendo al viento tocar a la bestia estival
tan bien enviada por quienes aman las imágenes
pero temen al semen, al menor momento posible.
Siempre ha sido lo mismo, pero ahora lo es más.
Anda el mundo para que le den alguna respuesta,
anda en dato de adorno, dadas las circunstancias.
Caza la cima, si tanto le daba la luz como llegar,
porque ha llegado: comienza con apariencia, en
la misma persona la sorpresa cambia de hábitos.
Mínimo de nombre visible, el que Berkeley vio
y no este de ahora que a nada al nacer pertenece,
mundo para inclinar a la chancleta la bataclana.
Está frío, en la ingle clama por algo menos ahí.
Mundo, o da lo mismo pues en inglés es world.
Cuando empiece a ser menos, alguien lo sabrá.

40
ERNESTO CARRIÓN
(Guayaquil, Ecuador, 1977)

Es autor del libro La muerte de Caín, cuarteto formado por los poemarios:
El Libro de la Desobediencia, Carni vale, Labor del Extraviado y La Bestia
Vencida (CCE, 2007), que es, a su vez, el primer volumen de una trilogía
única titulada: Ø. Del quinteto Los duelos de una cabeza sin
mundo,volumen siguiente,han aparecido hasta el momento: Fundación de
la niebla (Cascahuesos editores, Arequipa, 2010) y Demonia Factory
(Zignos, Lima, 2007/ Eskeletra, Quito, 2008/ Limón Partido, México
D.F., 2009). Además ha publicado: Toma esta cabeza mestiza por donde
rodará un dios judío (Santa Muerte cartonera, México D.F., 2008), Bóveda
66. Friso para arruinar la historia (Matapalo cartonera, Riobamba, 2010)
y Ghetto Americano (Catafixia editores, Guatemala, 2010). Preparó
también el libro Identidades a Plazo [Recopilación de textos de pacientes del
Hospital Psiquiátrico Lorenzo Ponce] (CCE, 2008). En colaboración con
el poeta peruano Maurizio Medo ha trabajado los libros: Contramano y
Álbum de arena (Consulado del Perú en Guayaquil, 2008). Ha sido
Premio Nacional de Poesía César Dávila Andrade (2002), Premio
Latinoamericano de Poesía Ciudad de Medellín (2007), Premio Nacional
de Poesía Jorge Carrera Andrade (2008), Finalista del II Certamen
Hispanoamericano de Poesía Festival de la Lira (2009) y Becario del
Fonca y la Agencia Española de Cooperación Internacional para el
Desarrollo (2009).

SUS CABEZAS YACEN VENDADAS SOBRE ESTAS PLAYAS


1.
te he llamado tantas veces –cabeza- trepando por los ríos para saber de
mí. Cabeza doblada como un plano detrás de las palabras. Respirando
sin voz. Logrando un golpe. Cabeza temblando sobre valles y entre
ramas ocultas de alhelíes. Rodando hacia la niebla en cripta. Bolsa de

41
boxeo. Cabeza detrás de mi mirada como una cabra. Huyendo para
saber de ti. Durmiendo para saber de ti. Buscando sobre las estrellas tu
mano flotando como un caucho de pronto enrojecido. El caucho que
nos vuelve óxido e invernadero. En fin: cabeza que no duerme en su
cabeza para sentirse viva.

2.
tantas veces -cabeza- te encontré buscando en las estrellas tus
dominios. En los cajones de arena. En las semanas que se estrechan
sobre los caballos. Pero aún tú y yo no conocemos nada de este
mundo: esa pata vegetal que desespera en ríos más largos que nuestro
cuerpo. Ni nosotros nos conocemos. Compañeros de túnel. No hemos
oído el propio llanto, visto el propio llanto, o llorado como los
mastodontes que vuelven sobre otras tierras y tocan con sus hocicos
los marfiles muertos. Debajo de mi edad, sólo hay metal en llamas
desplomando una selva virgen. Encima, por supuesto, un cielo
cromado donde te arrojo –cabeza- para saber de mí. Para encontrarme
un nombre.

3.
¿es un cabello un río? ¿un río es un rasgo interminable como un
hombre? ¿un hombre es acaso este aire que se agita levemente en tu
hueco como en una quena?

¿somos un hombre -cabeza?

¿qué es un hombre?

4.
ya no recuerdo el día en que empezamos a volvernos este pellejo. Lo
que quiere decir un jardín. Lo que quiere decir desmesura, echándose
a dormir, desconsoladamente. Una estación, dos estaciones, tres
estaciones, cuatro estaciones te he apretado –cabeza- para saber de mí.

42
He tratado de exprimir toda esa suma de luz: imágenes y ruidos que
logran empujarse hasta mis pesadillas. Más tú no quieres que te hable.
¿Qué es lo que te detiene? ¿Lo que me deja aquí esperando con tu
rostro sumergido en mis propias manos? ¿Aprendes acaso a leer
nuestros errores? ¿A leer a los muertos? ¿Aprendes acaso algo? ¿Qué
aprendes? Y si es así ¿por qué no lo compartes -cabeza-?

yo aún no soy nadie detrás de cada flota de preguntas por las que viajo
al vacío.

un río oscuro que va dejando un sopor de aves quemadas bajo sus


moliendas.

5.
y tú no quieres oírme y yo no quiero escucharte respirando. Pero esta
es nuestra tierra: Calandria en coma. Avanzamos a tientas sin
comprender lo que hacemos. Arden nuestros pasos. Caen nuestros
ojos como cometas deshilachadas entre caña brillante. Dame un
poema negro. Nadie nos toma la mano. Los perros se retratan por sus
orificios geométricos. Se forjan en la gula. Mira cómo se dirigen hacia
la corriente. Nosotros no. Nadie toma esta mano. Dame un poema
negro. No quiero levantarme, día tras día, pensando por nosotros.
Dame un poema negro. He visto sobre una pantalla una mujer de
cabellos tostados como pelaje de zorro. Ella ha de ser mi amor. Quien
detenga algún día está forma de buscarme en ti. De hablarnos tanto.
Decoloración de la piedra. Ella vive en un tiempo distinto: laguna
donde la perdiz cruje despacio. Calandria en coma. Dame un poema
negro. Dame un poema negro y no midas el paso.

6.
odio despertar junto a ti y odio tus sueños –cabeza-.
soy solo feliz cuando has bebido tanto y tanto que no recuerdas mi
nombre: un ataúd, que cargas en silencio, lleno de fantasmas.

43
7.
¿quién velará por nosotros cabeza empujada al mar para sentirse
pedazo de este universo? ¿Quién dirá qué no fuimos, o lo que fuiste tú
y jamás comprendí? Esqueletos de pequeños peces liman nuestras uñas
sobre la arena entera. Aquí no habrá silencio (al menos entre nosotros
nunca). Tamiz natal. No quieres soltar este excesivo equipaje de
culpas que soy yo. Cuando la luz levanta sus redes con las manos del
viento; y el pescador no existe, pero seguimos. Como tu bufido que se
borra cuando lo pienso. Como mi voz que se borra cuando tú bufas.
Dialecto marsupial. Te acuesto sobre la arena -cabeza mojada en
aceites erizados-. Te aplasto sobre la arena sin saber qué soy.

8.
la nube que pasa debe ser una enfermedad porque dura una mañana
completa. Me abrazo a mí mismo por largas horas. En las axilas hay un
espacio para morir. En mi pecho no habita ningún mono, ningún
alacrán. En mi pecho: un pilo de hojas secas, un hambre, un callejón
chueco-oscuro, una floresta de mármol de una pecerita abandonada.
Llegamos al día -cabeza que simulas tu entusiasmo- en que los insectos
luminosos se tornan nuestros mejores letreros. Disfrútalo. Tu bufido
debe durar toda una vida. Nuestro talento ha sido soltar la orina sobre
cualquier cordillera. Cruzar los dedos. Yo me quiero largar. Yo no
comprendo nada de lo que dices, de lo que haces. Mas no me asegura
tu muerte mi piel sellada. Yo me quiero largar. Dejar de correr un día
contra mí mismo.

9.
tengo miedo en las noches, en las mañanas y me aferro al poema. Pero
el poema no existe -como yo-. Pienso entonces en el rostro, confitado
de cadáver, de la mujer que miré sobre una pantalla. Ella se desnuda y
desaparece, provechosamente. Nuestra armonía reposa en la distancia
que acumulemos como retratos. Torno a mi cabeza. A su crimen
futuro encerrado en las fórmulas del piano. Un árbol busca otro árbol y

44
corren a incrustarse, por última vez, en mis palmas abiertas. Ya nada
brota de ellas o casi nada. Un espejismo sonámbulo: el poema. Un
arañazo en la piedra. Otra muerte incompleta: el poema. Se abre la
posibilidad de cerrar mis palmas. Ya no pregunto nada. Ya no me
interesa -cabeza- me cuentes a dónde vamos, ni por qué estamos aquí,
ni lo que haremos con esta boca llena de grillos. Te sigo. Acepto el
deterioro. Permito entonces tu entrada en esta escena:

10.
(voy a trazar un círculo sobre mi cuerpo para encontrar mi cuerpo
Voy a trazar un círculo sobre mi cuerpo para ubicar el territorio desde
el que escribo (a medias) Voy a trazar un círculo sobre mi cuerpo para
saber a dónde dirigirme Voy a trazar un círculo sobre mi cuerpo para
acordarme de todo lo que una vez amé Voy a trazar un círculo sobre mi
cuerpo para alumbrar mi nombre Voy a trazar un círculo sobre mi
cuerpo para palpar las montañas donde olvidé a mis dioses Voy a trazar
un círculo sobre mi cuerpo para escarbar el sitio donde elevé mi casa
Voy a trazar un círculo sobre mi cuerpo para saber de qué color es la
tristeza) [1]

11.
en los nidos flota el crimen completo. Hago sombra ahora donde me
da la gana. Juego con este peso de la muerte, si es que existe. Maciza
soledad la de entregar unas palabras lisiadas para el placer de otros. Ya
no enmaraña esta cabeza; la dejo más bien correr hacia una edad
diferente donde, paraje tras paraje, su destino sea el repaso verdadero.
Soplo sobre mis manos. Trepo una cuesta que brilla. Todo lo que
parece reflejo creemos nuestro. ¿Es esta la vanidad o es esta la única
forma de sentirnos vivos? Avanzo. Muevo el triángulo del talón. Agito
la tela del cielo. Las flores parecen llamas que hunden sus narices
contra los tallos. En sus raíces también anida el crimen completo. Lo sé
muy bien. Pero no me detiene nada. Mi cabeza está en su puesto

45
haciendo sombra. Girando suavemente como en una estaca. Llego
hasta un arroyo a mirarme por primera vez:

12.
soy lo que queda escrito sobre papel mojado no des la vuelta

___________________________________________________
[1] bajo los jeroglíficos que pinta un indio sobre los cuerpos vuelve la jungla:
nadie soy yo/ nadie soy yo/ Nadie/

(esta escritura deforme no puede ser el mundo)

46
HÉCTOR HERNÁNDEZ
MONTECINOS
(Santiago, Chile, 1979)

Su última obra publicada es su trilogía Debajo de la Lengua (Cuarto


Propio, 2009). Su trabajo poético lo ha llevado por casi toda
Latinoamérica, donde se han publicado varios libros suyos, además del
Latinale 2007: Festival Itinerante de Poesía Latinoamericana en
Alemania. A los 29 años recibió el Premio Pablo Neruda que le otorga la
Fundación homónima por su destacada trayectoria tanto en Chile como
en el extranjero.Este año fue seleccionado en Cuerpo plural. Antología de
la poesía hispanoamericana reciente (Valencia: Pre-Textos) yBombardeo de
poemas sobre Varsovia (Varsovia: Wydawca).También en el Programa de
Residencias Artísticas para Creadores de Iberoamérica y de Haití en
Méxicode FONCA y AECID. Es el compilador de 4M3R1C4: Novísima
poesía latinoamericana (Ventana Abierta, 2010).

LA PRIMERA NOCHE
Cuando lees este poema
eres parte de él,
es cierto.

En este momento que escribo


te estoy observando,
veo como tus ojos recorren estas palabras
y como tu lengua articula sus sonidos
sin que los labios se abran.

Sonríes y no me crees
de que estás aquí

47
en este papel en blanco,
en esta fotografía en movimiento
e invertida.

Observa tu mano izquierda


atentamente,
como si no tuvieras otras once
ponla frente a tus ojos,
cúbrelos,
ya no hay poema y sólo noche
esta misma noche que me observa
desde esta terraza.

Ahora haz presión con tus dedos


muévelos, frótalos,
comenzarás a ver manchas, luces, figuras
blancas, grises, rojas:
es el Universo.

No abras los ojos aún


sigue el camino de esos cuerpos celestes
míralos bien
porque no volverán jamás, nunca más,
siente cariño por ellos
pues ellos lo sienten por ti.

Cuando tu mano izquierda esté cansada


y te duelan los párpados
ábrelos lentamente
como si estuvieses naciendo.

Ha comenzado un nuevo día en este poema


y tú amaneciste allí.

48
ZIBAR
Dos chicos se abrazan
y tienen ganas de caerse
uno dentro del otro;
ninguno quiere llegar a casa
porque ellos mismos son su casa.

Hablan del mundo y sonríen


pues el mundo es este bar
y por eso la muerte no existe,
o dicho de otra manera,
la muerte empieza
a las tres de la mañana.

UN CONSEJO AMIGO
Yo también me miré en esos espejismos
la juventud era tersa, suave
como la piel cálida de la noche
pero se acabó en un par de horas
y la belleza era el océano que atrae
a los cuerpos hermosos
que una vez muertos devolvió con indiferencia.

Me dejé tentar para olvidarme de mí


tal como hiciste tú;
era más fácil mirar el reloj
que seguir al sol en su agonía
o ver los mapas de la tierra
y no las nubes que son los mapas del cielo.

49
El mundo está vacío
como el infierno y el cielo,
no busques más allá.

Anoche soñé que estabas muerto


y dormías dentro de un ataúd chiquito.

Buscar el placer
no es lo mismo que huir del dolor.

Despierta, despierta en ti
sigue las nubes negras
no sólo las blancas y radiantes
y sentirás la lluvia en tu rostro
te hará feliz
porque serán todas tus lágrimas
de tu vida
en un charco
que mañana en la mañana
ya no existirá.

50
JUAN JOSÉ RODRÍGUEZ
Nació en Ambato, Ecuador, en 1979. Estudió Literatura y Periodismo en
Quito, e hizo cursos de traducción en Madrid. Ha publicado Los rastros
(2006) y Viaje a la mansedumbre (2009), Barrido de campo (2010).
También ha sido incluido en antologías como Poesía de Ecuador (Madrid,
2009), Antología Ecuador-Perú (Lima, 2009), Álbum de arena (Guayaquil,
2008), El Vértigo de los aires. Poesía latinoamericana 1974-1985 (México,
2007). Sus poemas constan en revistas virtuales e impresas como Viento
en vela de México, Sol negro de Perú, País secreto de Ecuador y Bigsur de
Argentina. También ha publicado varios ensayos sobre poesía ecuatoriana
e hispanoamericana; y como traductor el libro Una cosa natural. 29 poetas
norteamericanos (Quito, 2009). Actualmente forma parte del comité
editorial de la revista de poesía Ruido Blanco, y en 2007 obtuvo el III
Premio Internacional de poesía joven La Garúa.

EGON SCHIELE
Mujer sentada con la pierna izquierda levantada, 1910.

De pronto, contén a la muchacha en su vestido verde. Un color leído


en el agua de un mar pajizo en lo nunca extinguible. Contén la rodilla
contra la cabeza: piélago del aire. Me mira. “Pigmentaste”, digo
“manchaste” las piernas. El temblor del dibujo: vacilante línea de la
tierra. Creo en el rasgo, en la torsión que muestra el filo del hueso, la
fístula de la noche encarnada en el tendón del hombro fugitivo. Torsión
que tiembla incluso en claridad de aurora. Exhíbeme el cabello
incendiado, gimiente. Temo al mundo, el mundo: esa carta navegada
de la muerte. Firma: autorretrato del pintor oscuro. La inyección de la
aurora arraigando hacia dentro del cuadro, estarciendo el sol. Desde la
vulva entrevista y las bragas cubiertas, transparentes: el altar del
inocente. Manos conteniendo el material del cuerpo, evitando la

51
fractura de la nave del cuerpo, hasta los pies disueltos en el tan vacío
pajizo de la tierra.

CANCIÓN DE AUTOR
En la Iglesia Evangélica de la Eternidad, 2008

I
En el viento de los eucaliptos, el agonizante no morirá lejos de mis ojos
sin mirada. Extintos. La calle de los largos delirios me conduce a la
iglesia de la tierra sin mundo. Allí el pastor bendice sillas de comedor,
perdices pardas (las negras son diabólicas). Pongo –para él- un
desierto. Un desierto en forma de mirada: polvo y rostro de niños
perdidos bajo las máquinas de coser. Agónicas. Agónicas.

II
Observo que el pastor nunca tocó este encefalograma con la esquina de
la estrella capturada por los pilotos jubilados. Tampoco el alma subió a
las máquinas de coser sin despreciar mi risa. Esconderse en el armario
donde el señor no pudo encontrarte. Te doblaste. Con mis dedos,
huraña soldadesca, impedí su entrada a un cielo de tres paredes y
esquina lateral de sombra y otra esquina y otra y otra. Mi cuerpo fue la
desnudez repantigada, impasible.

III
Antes que nada, mi cuerpo es un cajón de nervios, un sistema nervioso
de cajones. El pastor coloca su pastilla bajo mi lengua (Zoloft, Neuril,
Lyrica): el reino de los cielos está cerca en mí. No quiero morir, pero
quiero. La muchacha con ojos de ciervo pule los huesos de mis
vértebras. Me arrodillo junto a su zapato y anudo sus cordones. El
rostro de María Magdalena tintinea en su zapato reluciente.

52
IV
Mantel vacío son las estrellas domésticas sobre la mesa del bar donde
mi rostro es cada peleador lampiño que me cuenta su error sin
esquinas. Mi nombre escrito con todas los límites, con cada error
fundido en acero. Afuera, un hombre cuelga sus pancartas de la Biblia:
No entres a esta cabeza perdonada de sus pecados. Sólo estos huesos
tienen una extraña solidez para el llanto.

V
En su iglesia vestida con cielos de polietileno, el pastor sueña perros:
animales que sufran en los ángulos. El agonizante canta lejos del
mundo, llorando en un muro de agua. Sueña fuelles y autómatas: las
máquinas aman mejor que la luz, diría. El cromosoma del dolor no
tiene origen, pero no creas que el cielo es sólo deformidad oscura. Las
aves serán profecía de otra cosa. Una vez más. Otra cosa. Siempre.

IMAGEN DE LAS ESFERAS VIRTUALES


I
El ojo es transparente.
El ojo es versión del ver.
El ojo es diversión del ver.

II
Bam. El ojo ve muertos. No ve la muerte: procesos industriales, tejidos
metabólicos del silencio. Bam. La muerte es una pulserita folklórica.
Bam. El arco de estrellas, el carcaj de un día desesperado, de un grito
abolido en la pared (noir) de la noche (noir) o la velocidad (noir) de
los mundos golpeados, de las muchedumbres en la puerta donde un
niño no sabe a dónde ir, donde no sabe.

53
LEOPOLDO MARÍA PANERO
(España, 1948)

Poeta, narrador y ensayista. Hijo del poeta Leopoldo Panero y hermano


de Juan Luis Panero, también poeta, mostró desde muy pequeño su
interés por la poesía. A los dieciseis años, fascinado por la izquierda
radical, ingresó al entonces prohibido Partido Comunista, cuya militancia
le valió su primera estancia en prisión. Inició su carrera como poeta de la
mano del maestro Pere Gimferrer, sin embargo, su vida fue trastornada
por el alcoholismo, la depresión y dos intentos de suicidio antes de
cumplir los ventiún años. La esquizofrenia lo mantiene internado por
voluntad propia en un pabellón psiquiátrico, donde mantiene vivo su
interés por la literatura. Autor de una importante obra, está considerado
como uno de los poetas más importantes de España. Su primer libro «Por
el camino de Swan» en 1968, fue el inicio de una cadena de publicaciones
entre las que vale la pena destacar, «Así se fundó Carnaby Street» 1970,
«En Teoría» 1973, «Narciso en el acorde último de las flautas» 1979,
«Dioscuros» 1982, «Poemas del manicomio de Mondragón» 1987 y
«Heroína y otros poemas» 1992.

EL NOI DEL SUCRE


Tengo un idiota dentro de mí, que llora,
que llora y que no sabe, y mira
sólo la luz, la luz que no sabe.
Tengo al niño, al niño bobo, como parado
en Dios, en un dios que no sabe
sino amar y llorar, llorar por las noches
por los niños, por los niños de falo
dulce, y suave de tocar, como la noche.
Tengo a un idiota de pie sobre una plaza
mirando y dejándose mirar, dejándose

54
violar por el alud de las miradas de otros, y
llorando, llorando frágilmente por la luz.
Tengo a un niño solo entre muchos, as
a beaten dog beneath the hail, bajo la lluvia, bajo
el terror de la lluvia que llora, y llora,
hoy por todos, mientras
el sol se oculta para dejar matar, y viene
a la noche de todos el niño asesino
a llorar de no se sabe por qué, de no saber hacerlo
de no saber sino tan sólo ahora
por qué y cómo matar, bajo la lluvia entera,
con el rostro perdido y el cabello demente
hambrientos, llenos de sed, de ganas
de aire, de soplar globos como antes era, fue
la vida un día antes
de que allí en la alcoba de
los padres perdiéramos la luz.
de Last night together, 1980

GLOSA A UN EPITAFIO
(carta al padre)
And fish to catch regeneration
Samuel Butler, Pescador de muertos

Solos tú y yo, e irremediablemente


unidos por la muerte: torturados aún por
fantasmas que dejamos con torpeza
arañarnos el cuerpo y luchar por los despojos
del sudario, pero ambos muertos, y seguros
de nuestra muerte; dejando al espectro proseguir en vano
con el turbio negocio de los datos: mudo,
el cuerpo, ese impostor en el retrato, y los dos siguiendo
ese otro juego del alma que ya a nada responde,

55
que lucha con su sombra en el espejo-solos,
caídos frente a él y viendo
detrás del cristal la vida como lluvia, tras del cristal
asombrados
por los demás, por aquellos-Vous etes combien? que nos
sobreviven
y dicen conocernos, y nos llaman
por nuestro nombre grotesco, ¡ah el sórdido, el
viscoso templo de lo humano!
Y sin embargo
solos los dos, y unidos por el frío
que apenas roza brillante envoltura
solos los dos en esta pausa
eterna del tiempo que nada sabe ni quiere, pero dura
como la piedra, solos los dos, y amándonos
sobre el lecho de la pausa, como se aman
los muertos
«amó», dijiste, autorizado por la muerte
porque sabías de ti como de una tercera persona
bebió dijiste, porque Dios estaba (Pound dixit)
en tu vaso de whiski
amo bebió, dijiste, pero ahora espera
¿espera? y en efecto la resurrección
desde un cristal inválido te avisa
que con armas nuestra muerte florece
para ti que sólo
sabías de la muerte. Aquí
¿debajo o por encima?
de esta piedra
tú que doraste la sobrenatural dureza y el
dolor sobrenatural de los edificios desnudos
¿en qué perspectiva
-dime- acoger la muerte?

56
en la mesa de disección
tú que danzaste
enloquecido en la plaza desierta
tropezando
hiriéndote las manos en el trapecio del silencio
en pie contra las hojas muertas que
se adherían a tu cuerpo, y contra la hiedra que tapaba
obsesivamente tu boca hinchada de borracho,
danzas, danzaste
sin espacio, caído, pero
no quiero errar en la mitología
de ese nombre del padre que a todos nos falta,
porque somos tan sólo hermanos de una invasión de lo imposible
y tus pasos repiten el eco de los míos en un largo
corredor donde
retrocedo infatigable, sin
jamás moverme
¡ah los hermanos, los hermanos invisibles
que florecen,
en el Terror! ¡Ah los hermanos, los hermanos que se defienden
inútilmente de la luz del mundo con las manos,
que se guardan del mundo por el Miedo, y cultivan en la
sombra
de su huerto nefasto la amenaza de lo eterno, en
el ruin mundo de los vivos! ¡Ah los hermanos,
Y el ave,
el ave que vuela sobre el mundo en llamas, diciendo sólo
a los mortales que se agitan debajo, diciendo
sólo: ABISMO, ABISMO!
Abismo, sí, tibia guarida
de nuestro amor de hermanos, padre.
¡Pero tan solos!
¡Tan solos! Fantasmas que hace visible la hiedra

57
-como hiedramerlín como niñadecabezacortada como
mujermurciélago la niña que ya es árbol-
crecen hojas
en la foto, y un florecer te arranca
de los labios caníbales de nuestra madre Muerte, madre
de nuestro rezo
florecen los muertos florecen
unidos acaso por el sudor helado
muerto de muchas cabezas hambrientas de los vivos
te esperamos ave, ave nacida
de la cabeza que explotó al crepúsculo
ave dibujada en la piedra y llena
de lo posible de la dulzura, de su sabor
ajeno que es más que la vida, de su crueldad
que es más que la vida
¡ira
de la piedra, ira que a la realidad insulta,
que apalea
a la cabaña torpe de la mentira con verbos
que no son, resplandecen, ira
suprema de lo mudo!
(te esperamos
en la delgada orilla de lo que cae, en el prado
nocturno que atraviesan lentos
los elefantes
percibís el frío
la
conspiración de las algas,
gelatina, escamas, mano
que sobresale de la tumba
manos que surgen de la tierra como tallos
surcos arados por la muerte,
cabezas de ahorcados que echan flor:

58
decapitados que dialogan
a la luz decreciente de las velas,
¡oh quién nos traerá la rima
la música, el sonido que rompa la campana
de la asfixia, y el cristal borroso
de lo posible, la música del beso!
De ese beso, final, padre, en
que
desaparezcan
de un soplo nuestras sombras, para
asidos de ese metro imposible y feroz, quedarnos
a salvo de los hombres para siempre,
solos yo y tú mi amada
de Teoría, 1973

LA POESÍA DESTRUYE AL HOMBRE...


La poesía destruye al hombre
mientras los monos saltan de rama en rama
buscándose en vano a sí mismos
en el sacrílego bosque de la vida
las palabras destruyen al hombre
¡y las mujeres devoran cráneos con tanta hambre
de vida!
Sólo es hermoso el pájaro cuando muere
destruido por la poesía.

"El último hombre" 1984

59
LUIS CARLOS MUSSÓ
(Guayaquil, Ecuador, 1970)

Ha publicado los poemarios El libro del sosiego (1997), Y el sol no es


nombrado (2000), Propagación de la noche (2000), Tiniebla de esplendor
(2006), Minimal histeria (2008), Evohé (2008) y Geometría moral
(Arequipa, 2010). La Casa de la Cultura Ecuatoriana editó su antología
personal, Las formas del círculo (2007). Autor, con el poeta peruano Luis
Fernando Chueca, de Esquirla doble (2008), y responsable, con Juan José
Rodríguez, de Tempestad secreta, muestra de poesía ecuatoriana
contemporánea (2010).
Premio Nacional de Poesía Bienal de Cuenca (1999), Premio Nacional de
Poesía César Dávila Andrade (2000), Premio Nacional de Poesía Jorge
Carrera Andrade (2006), Premio Nacional de Literatura M. I.
Municipalidad de Guayaquil (2008), Premio Nacional de Literatura Ángel
F. Rojas (novela, 2010). Finalista en el Premio Adonáis (Madrid, 2000).
Obtuvo una beca de creación de Fundación Valparaíso (Almería, España).
Escribe crónicas y crítica de libros para la prensa. Se dedica a la cátedra
universitaria.

AJEDREZ
64 escaques, un tablero. Tú de ébano ciego, yo de hueso-color. Te
mueves en todas direcciones, pero tu abalorio recibe mi agujazo de
hormigas. Los cuadros han medido tu silencio con un toque de
incienso entre tus rodillas; y el peón adivina su salto diminuto sobre el
tablero (PxT). Tus torres se desladrillan en la diagonal de su cruz
cuando entro en tu mezquita de rodillas (PxA): aves de plumaje sin
colores vuelan sobre el alfil mientras el caballo en celo revienta su
casco de marfil en el coito de las laderas en ele, en forma de ele (PxC).
Poco falta para el sangrado del cielo aunque lucho y venzo en el
enroque (0-0-0). Son míos el susurro de los espacios, ese jardín

60
incauto, el surco obediente de la espalda. El empeine de tu pie, a solo
un casillero de mi lengua ofidia (PxP4R). Culpas a la almohada de tus
dolores –te ensañas con ella a mordiscos y lametones-. Pero no has
caído en cuenta: somos ya un monstruo de doble espalda con fuegos
de sal en el núcleo (P5D+).
Cojea nuestro aliento en este juego de reyes. Mi ariete embiste/
barrena las carnes/ incursiona en la memoria/ se duele en ti/ nos
inunda pues tu saliva lo festeja y lo corona –peón por reina-. El surco
está abierto para las tablas: nadie sabe de quién es la victoria (PxR++).
Nadie sabe de quién, el jaque mate.

CEREMONIAS DE AMOR Y MUERTE


Alfa
Soy lo que sucede entre tus piernas. No son los héroes quienes
incendian las ciudades que acudirán al azar y se repartirán el botín que
reserva la suerte a los que vencen. El que escribe la hazaña/ el que
añade tinieblas a la imagen posible del canto gozará de tu cuerpo sobre
esta sepultura. Y al escribir la gesta, resuenan las trompetas y llueven
polvos amarillos. Nuestros miembros adquieren los colores del miedo.

Gamma
En mi sexo, un cernícalo herido que en medio de su vuelo deja escapar
un llanto descarado para la fácil nostalgia. En mi cielo, un pantano de
aguas temerosas y entre sus ondas, siete astros que aligeran la maleza.
Veo siete veces el cadáver de la bestia aun cuando sostengo en mi
mano tu quijada. Siete desfiladeros testigos de la mutilación del
nombre. Y en mi cráneo, una fiesta de insectos. La crepitación de los
lugares donde se alojan tus íconos. Y tus imágenes. Y tu voz.

61
Omega

Veo un gamo a través de mis persianas. Un gamo que retoza entre tus
brazos y que me hace estar seguro de que lloverá antes de Hoy. Y una
diminuta muerte, con su canto biselado, levanta vueltas. Acecha con
una reyerta diseminada.
En los arenales de la memoria, el gamo desea la frescura del helecho.
Su marcha sepia desciende como cadena de negruras. Y el follaje es
escaso. Y baja es la Edad del Germen Verde que brota de la tierra.
Lejano el propósito de la pastura. Y en el sueño, se ha investido una
asamblea de cigarras. Parece que solo se ha aplazado el instante para
hundir el rostro en el Placer. Pero el mundo danza. Y hay un gamo que
está lejos de él.

POÉTICA CON CAJAS CHINAS


(Teoría del Monstruo-poema)

Creó Mary Shelley con palabras a un científico –un monstruo– que a


su vez creó por galvanización a otro monstruo con órganos de varios
cadáveres, que desapareció en el hielo tras intentar destruir a su
creador por negarle compañía: Recogeré todo cuanto pueda arder para
construir una pira en la que pueda consumirse mi cuerpo. O a lo mejor
tú, hipócrita lector, y monstruo también, ya sepas esto y Mary Shelley
sea engendro tuyo que desea destruirte y desaparecer en el frío de tu
pecho. O quizá yo –el más inicuo de los monstruos– te haya inventado,
LECTOR DE CABRIOLAS EN LA MIRADA, para curar mi vanidad
herida de poeta / para procurarme compañía / para morir con la idea
de que no he muerto. Y que el libertinaje en tu cabello sea como el del
papel donde fuiste escrito, y que en este instante se arruga por el fuego.

62
MARÍA DE LOS ÁNGELES
MARTÍNEZ
(Cuenca, Ecuador, 1980)

Cuatro libros en solitario: Un lapso de Impiedad; Neos; Subcielo; Trozos de


Vidrio (entre Cuenca y Quito). Su voz postfeminismo, humor negro,
filos, risas, seda y pólvora. Antologías destacadas: Poesía Erótica de
Mujeres de Sheila Bravo, Antología del Encuentro Internacional Poesía
Paralelo Cero 2010 de El Ángel Editor y 13 Poetas Ecuatorianos, Revista
Punto de Partida de la UNAM, México 2010. Co-fundadora de “Salud a la
Esponja”, grupo y revista atemporal, con el cual además ha publicado los
libros colectivos: Nadie nos quita lo bailado y Aunque bailemos con la más
fea. Investigación: Bohemia y Vanguardia en Cuenca de los Años Veinte.
(estudio sobre el modernismo por publicar).

TRECE
(de Subcielo)

Trapulsé tus vertientes de sombra,


entonces llegó el asco,
las arcadas de te amos;
ese mar de vómito indecible,
que nos tragamos tantas veces.
No voy a sonreírte
porque tengas cáncer
a los testículos, o al alma.

Estoy lejos…
tan lejos
que a veces no me alcanzo.

63
¿Qué esperabas oír de mí?

Sostén ahora mi frente y


muérete en tu cumpleaños.

LAMENTABLE X
(de Trozos de Vidrio)

No sabes irte de una vez,


dejas la puerta abierta,
asomas tus narices
y husmeas…
Un hogar que ya no es tu hogar,
en las ruinas que dejaste
todo.
Con frases moralizantes,
¡tú el más inmoral de todos!,
quisiste domesticarla…
¡tan tonto!
Ella te quedó grande,
ni parado sobre la cama,
vociferando tu hombría.
¡Mucho ángel para vos!
Mala imitación de camionero borracho,
de mendigo con incontinencia y sarna,
estúpido reencarnado en estúpido.
La careta ya no te calza más;
la piel de tu alma,
si podemos llamar alma
a ese trapeador,
de camal,
muestra su descomposición,

64
no aguanta más la farsa.

“Por Dios una neurona”


pide, “sólo una”,
yo me uno a sus rezos
reconstructivos y milagrosos;
para que no vuelvas,
cínico sin clase,
a pedir que bese
tu boca cariada de mentiras
insultos y comida para cerdos.

DíA D M.
(Inédito de Juntahemisferios)

Algo pasó con el mundo,


Ay, la soledad,
hay gatitos degollados
en las casas de los niños.
Ay, un ruido de dientes, aterrador,
hay el color gris más gris
que jamás haya escuchado.
Contactos
desconectados
vacío.

Los besos deben sentirse


a obligación esta noche,
que no tiene la gracia
de las fiesta;
que es una noche sobria,
que olvidó
hasta el día de la semana que era.

65
Ni los perros parecen vivos.
El murmullo de un llanto
sube a mi ventana de quinto piso,
el llanto tiene miedo de ser oído.
Sólo tú debes estar
a salvo,
en un calor glam
con tu alegría febril,
junto a la muñeca
desinflable de tu novia;
cómodo en un bar
que nadie más conoce.

66
NICOLE CECILIA DELGADO
(San Juan, Puerto Rico, 1980)

Poeta, traductora, guionista, diseñadora y organizadora cultural. Estudió


Literatura Comparada en la Universidad de Puerto Rico y completó una
maestría en Estudios de América Latina y el Caribe en la Universidad del
Estado de Nueva York (SUNY Albany). Ha trabajado como facilitadora
de talleres de creación literaria, poesía, periodismo, encuadernación y
libro objeto en Puerto Rico, Nueva York y México. Es una de las
fundadoras del colectivo internacional de escritoras Las Poetas del
Megáfono. Actualmente desarrolla junto a Xavier Valcárcel el proyecto
editorial Atarraya Cartonera de Puerto Rico. Reside en México desde el
2007. Ha publicado los siguientes poemarios: inventario secreto de recetas
para enrolar las greñas con cilindros de colores (Palabra Viva: Medellín,
2004), secretos familiares (Mixta: Nueva York, 2006), intemperie (México,
2007), nueve sueños (México, 2008), violencias cotidianas (Literal:
México, 2009), desierta (Casamanita Cartoneira: México, 2010), añosluz
(Vueltegato: Guatemala, 2010) y el cristal con que se mira ((H)onda
Nómada Ediciones: México, 2010). Ha sido parcialmente traducida al
inglés, catalán, gallego y portugués.

HILOS
ellos se recuestan de las paredes de los cuartos
a resolver el mundo
con un vaso en la mano y en la otra
el gesto definitivo y tajante que resume
la totalidad de la Historia (que conocen)
y de pronto
se descubren en la boca un zigurat
hay tierra ancestral en la suciedad del cuello

67
en los días más urbanos
hablan
su blabhblah cita nombres que demuestran
que han pasado muchas horas leyendo los periódicos
y pocas ensartando hilos

AÑOSLUZ
(fragmentos)

viajo bajo tierra


el futuro se nos va de la boca
ha cambiado tanto mi escritura desde que te conocí
ahora tengo
interlocutor
tantos tú
demasiados tú antes de ti
pero tú eres tanto
que prefiero verte poco y beberte a cuentagotas
saliva venenosa y visionaria
el diálogo atraviesa todo lo que sé
cruel pedirle al mundo
el peso de alguien como tú bajo mi cuerpo
otra vez tú mismo arrancándome besos
yo también soy hombre
desde la biología ondulante de mi cuerpo
la escritura de mi vientre no se parece a nada
en ciudad de guatemala creí saber quién era
justo antes de ti
fue la poesía
y un polvorín de libro viejo ensuciándome las manos
gerencia científica del trabajo
materialismo histórico

68
formalismo ruso
negritud dadá
tráfico oral de historias
encrucijada voraz tensando los extremos

intento el vacío de la antigüedad asiática


pero estoy colmada
de hombres de ideas de fechas de expectativas
crecen los lugares elegidos
llena de aire la boca
densidad climática
respiro los horarios
antes
antes fue ciudad de guatemala
y un viaje trunco hasta las minas de cobre
cerca del río bravo
animal peligroso en cautiverio
escribo
este poema inevitable y carnívoro
el medio camino al que nadie ha puesto nombre
la distancia entre los puntos cardinales y la aduana
eso que se escinde en las clasificaciones
tránsito
velocidad
el metro del df abrirá una nueva ruta
los números se vuelven importantes:
cero a la derecha
cero a la derecha
cero a la derecha
invoco a los dioses de moda del milenio
ahora decir milenio es hábito
hoy

69
me importa la cuenta de los días
el futuro empieza a vislumbrarse
cerca
tan cerca
nos besamos
tiembla
la lengua del futuro
híbrida y veloz

cada vez hay menos tiempo


cuestiono la vigencia de todas las verdades
acaso
el conocimiento también
caduca
expira
acaso
no hay derecho a volver a equivocarse
en nombre de la ciencia
en nombre de la libertad
en nombre de la literatura
acaso este poema
es mortal también como tu sangre
acaso la escritura vendrá disfrazada de insania
a veces todavía conmueve esa palabra
que carcome o exalta la belleza de los amigos
de noche
la velocidad es compulsiva
se come las uñas
dilata la apertura de los hombres en la calle
las luces parpadean
la ciudad
desconecta las constelaciones

70
ciudad tiniebla
ciudad penumbra
de noche todas las ciudades se parecen
ciudad de guatemala enrosca los silencios
se incendia de colores vertebrados
la historia universal
tiene los bolsillos rotos
fechas en fuga
tachoneando la comisura de todos los abusos

PEREZAS
para Hugo

al verano le queda un día más, estoy segura


vamos a buscar perezas a los parques

(las perezas vienen redondas, de todos los colores


y crecen en los árboles:

son la fruta de esta temporada)

VIOLENCIAS COTIDIANAS
anoche tuve ganas de matar a todo el mundo
hoy tengo ganas de matar sólo a unos pocos

a veces se es violento sin querer


a veces querer es la violencia

71
PAÚL PUMA
(Quito, Ecuador, 1975)

Poeta, periodista, dramaturgo, guionista, y editor literario. Su obra de


teatro El Pato Donald tiene Sida o cómo elegir los instrumentos de la
desesperación (1996) fue representada en Italia e insertada en el Fondo La
Loggia de Montefiridolfi, Florencia, 1995. En teatro, le siguen en 2001
Mickey Mouse a gogo (Antología USA) y en 2005 la obra infantil El
Príncipe Infeliz. Ha publicado los libros de poesía La Teoría del Absurdo
(1994, Editorial Universitaria), Los Versos Animales (CCE, 1996), Eloy
Alfaro Híper Star (CCE, 2001) y Felipe Guamán Poma de Ayala (Editorial
Planeta, 2002), que ganó el Premio Nacional "Aurelio Espinosa Pólit”, el
más prestigioso del Ecuador. Sus textos han sido publicados en diversas
antologías y traducidos a diversos idiomas.

Ayer
me estaba acordando
de que ya no me acuerdo
dónde diablos acordamos la huida
y el agravio.

Quizás el tiempo
no se acordó de nosotros.

Claudicamos
en tratados de rosas
donde nada era cuerdo.

Ayer me estaba acordando


de ese retazo tan a marzo
que ya no pudimos concluir

72
por tu deceso metafórico
mi amor.

A todos los seres que me son,


la herida nos partió el abril con la noticia,
el desencuentro
de todos quienes te adoramos a sus debido tiempo
nos sitió al final
contra mi piel.

Yo te lo digo, Rimbaud,
con el que soy, en la mano,
¡odiamos tu partida!

Engendro.

Espera.

¿Es tu aparatosa caída esta nostalgia con que mancho la pared?

Y.

Sin más pedazo me despido


de todos quines fuimos
mi amor…

No dejes de llamarme
en los desvelos de la noche,
perro viejo,
tu palabra
alguna vez
tendrá mi voz…

73
Y ahora ámame mujer,
que esta molécula y su incólume esperanza
no gima,
que no llore de mi Arthur,
que no ansíe de mi Arthur,
la vida.

Verlaine

Ojalá que las horas


nos dejen
enfermeros de la luna,
erraj de escarcha,
grietas,
eq de erebos,
Prurito de niñas esparcidas.

(+)

Entre ángeles,
Hálitos de sangre,
Toneladas de sudor.

Que mis estrofas agrias,


ebrias,
no hallen más
que tu palabra
entre la lluvia.

(-)

Que aquel efebo

74
nos escriba
entre el sonido del deseo
y el destrozo.

Que me odies brutalmente


y que estampillas del silencio
nos impidan la muerte.

Ojalá que la nación de mi Es


no tenga más
que tus hexámetros
de llanto.

Que el destino de mis manos…,


tu susurro,
entre la sombra,
tus labios.

Rimbaud

de Los versos animales (Del amor y la trágica separación entre Arthur


Rimbaud y Paul Verlaine) , Casa de la Cultura Ecuatoriana, 1996.

75
ROCÍO SORIA R.
(Quito, Ecuador, 1979)

Publicó Huella Conceptual, con el que obtuvo el II Premio en el Concurso


de Poesía, Universidad Central del Ecuador, 2003; e Isadora, 2010. Ha
recibido varios premios por su trabajo poético y narrativo. Parte de su
poesía ha sido recogida en antologías nacionales e internacionales, ha sido
traducida al inglés e invitada a encuentros dentro y fuera del país.

1
Isadorabellamorte,
hay un dejo de angustia en las partidas,
como un ojo de agua en mi boca por donde se vierten los adioses,
ojo de miedo atávico, abierto en la cara como un bostezo.
miedo connatural,
parco,
mimetizado.

Tango bohemio de arrabal.

Isadorabellamorte,
las frutas bajo la tierra enmudecen,
sus hilos,
sus decúbitos,
sus úlceras,
sus azucenas,
sus trances casuales,
sus gestos al filo del ángelus.

Isadorabellamorte,

76
tu vientre templo sepulcro de los dioses.

Isadorabellamorte,
el recuerdo es el vicio de los solos,
la hora suprema del estertor no es suficiente
también están los recuerdos
sus magras presencias sobre los objetos,
sus músicas revoloteando en los cajones.
polvillo impalpable,
mano inasible,

aguja errante en el quicio del cuerpo.

2
Finge un descuido para que la cuchilla siga hasta el final
-no es cualquier argucia esta-.

Es el final y el inicio.

El gato duerme en el terco umbral de las estrellas


como una nueva fatalidad
o
como una providencia.

La alfombra está llena de agujas,


océano lejano de alegrías,
secuelas de una larga enfermedad mental,
convulsiones violentas en los brazos.

Finge un descuido para que la cuchilla siga hasta el final


-no es cualquier argucia esta-

77
Es el final y el inicio

hay una cierta costumbre en el fondo de todo esto


debe tratarse de lo irrevocable de los objetos muertos.

3
Coloca una servilleta en el cuello del enfermo,
le acerca el hielo,
deja que algunas gotas rueden al fondo de su crujido con la torpeza de
las cosas insubstanciales,
con la astucia de quien sobrevive pero para hacerlo ha requerido
tropezarse
con sus propias sombras
o atorarse con su propia saliva.

La cara del hombre amado


quema como si aún estuviera dentro de sí

y pudiera despertar menos inflado


y empezar a bailar con la propia orquesta de su queja.

Llama a su madre,

el hombre llama a su madre


aunque el llamado sea un imperceptible brinco en el
interior de sus párpados.

Coloca una servilleta en el cuello del enfermo,


le acerca el hielo,
deja resbalar algunas gotas al interior,

78
busca la oreja del enfermo para susurrarle algo
pero lo ha olvidado en el preciso instante
con la torpeza de las cosas insubstanciales

-es tan humana que se da asco y escupe-.

Vuelve a acercar sus labios,


arranca el lóbulo del enfermo con los dientes,
pues no atina palabra,

-la palabra siempre le fue una pieza faltante,


una parálisis entre los dedos de la mano-

Gime
como si no fuera suficiente con la orquesta de quejas del enfermo,
como si no fuera suficiente con el silencio invertebrado del enfermo.

¿Servirá para el caso el llanto


o solo será una estrategia de supervivencia,
o una forma indolora de avergonzarse?

79
ROY SIGÛENZA
(Portovelo, El Oro, Ecuador)

Ha publicado (Poesía) Cabeza quemada, Ocúpate de la noche, Tabla de


mareas, La hierba del cielo, Cuatrocientos cuerpos, Abrazadero y otros
lugares (Antología). Está incluido en varias antologías textuales y virtuales
de poesía ecuatoriana y latinoamericana.

ELOGIO DEL AMANTE


Tu cuerpo son los restos de otro cuerpo incendiado.

lleva otro nombre, otra estela en los hombros.

es de antiguo el sonido de sus pasos, la rosa de su boca.

la palabra nada que navega en su mente o esa constelación


/de polvo en el cuenco de sus manos

Podría ser aquel brote de luz que se derrama


/en el sigilo de las noches;
pero no es tu cuerpo:

es la transparencia que provocaron otras manos,

el leve respirar de alguien al que amaste o te amó

lo que lo nombra.

80
CINERARIA
ábranme el corazón y recojan sus frutos los sedientos

la lluvia es para seres colonizados por el sueño:


denles de beber, líbrenlos de la infección del recuerdo.

es incómodo caminar, asir un fruto, besar una boca lejana


-esto explica el virus de la enfermedad del abandono-

el hato del tiempo en la cabellera de la piedra:


es habitual que el agua se lleve lo que calla

llanto

tan antiguo como los restos de civilizaciones herbívoras:


ese rastrojo de labios que murmuran ríos de ceniza

los huesos quemados de tu nombre.

81
SARA VANÉGAS COVEÑA
(Cuenca, Ecuador)

Embajadora Universal de la Paz. Filóloga. Profesora universitaria. Premio


Nacional de Poesía, 2000 y 2004. Premio Hoja de Encina, Madrid, 2001.
Mención Especial, Rosario, 2000. Directora de la Academia
Iberoamericana de Poesía, Cuenca, y de la revista internacional de
literatura y arte Francachela, en Ecuador. Representante ecuatoriana en
varias instituciones culturales internacionales. Presidió el Primer
Encuentro Internacional de Literatura Francachela, Cuenca 2007. Dirige
el taller literario de la Universidad del Azuay. - Su nombre consta en la
Enciclopedia Mundial ENCARTA. Varias publicaciones académicas y
literarias. En 2007, la Casa de la Cultura Ecuatoriana editó su obra en la
colección Poesía Junta, dedicada “a los autores vivos más destacados del
país”. Poemas traducidos a varios idiomas. Mantiene una columna literaria
en www.elmurocultural.com.

EXILIO
vienes del otro lado de las aguas tras
la huella pavorosa
de un adolescente muerto
para amar su ceniza
vienes, hermano mío, a refugiarte
en el antiguo misterio de la tarde
y el bosque en llamas te devuelve una vez
más su rota cabellera

82
POEMA 7
escupo tu nombre en el agua
mientras la noche lanza sus escorpiones sobre mi corazón
averiado y cobarde
la luna cada vez más alta
el aire en llamas
y el agua...
el agua que envenena mis labios

INÚTIL
inútil la espera y la esperanza
inútil la carcajada roja
de la tarde
demasiado tarde para recuperar el anillo
plateado de su risa
la gaviota sin cuerpo
que cruzó mi espalda a la mañana
y se perdió por siempre
en la arruga impiadosa de los días

POEMA
te hamacas a media tarde sobre mi mirada amante
me sonríes
y hay un río de miel entre tus labios ávidos
convoco las campanas los tréboles los mares

83
y voy hacia ti cantando
pero la tarde hace un paréntesis maldito
y me lanza de bruces a la realidad:
este solo poema

DESTINO
¿y si un día amanecieran las calles todas con candado?
¿y si los árboles no cesaran de crecer contra un cielo verde?

¿y si mi corazón se mudara al pecho de un canario?

TU VOZ
tu voz ya es una con las roncas voces del océano
lejos muy lejos lo que fue tu agonía y tu placer. te
vas. firme y voluptuosa y leve. ya otra. ya tú
misma. ya sólo deseo y agua.
divina sombra:
ya olvido

BAÑO
lentamente se desnuda

entra en las aguas


infames
se mece sobre las olas
y sus carnes brotan rosas oscuras
que contrastan con la palidez de la noche

84
SOLEDAD FARIÑA VICUÑA
(Antofagasta, Chile, 1943)

Ha publicado: El Primer Libro, Ed. Amaranto 1985; Albricia, Ediciones


Archivo, 1988; 2ª edición, Ediciones Cuneta, 2010; En Amarillo Oscuro,
Editorial Surada,1994; La Vocal de la Tierra, antología poética. Ed.
Cuarto Propio 1999; Otro Cuento de Pájaros, relatos, Ed. Las Dos Fridas,
1999; Narciso y los Arboles, Ed. Cuarto Propio, 2001; Donde comienza el
aire, Ed. Cuarto Propio, 2006. Se dicen Palabras al oído, Ed. Torremozas,
Madrid, 2007; Todo está vivo y es inmundo, poesía, Ediciones Cuadrado
de Tiza, 2010.
Ha sido parcialmente traducida al inglés, francés, italiano, catalán. Sus
poemas han sido incluidos en diversas antologías. Ha participado en
encuentros de poesía y recitales en la Universidad de Chile, Universidad
Católica, Universidad de Los Lagos, USACH, Univ. Diego Portales,
Universidad de Concepción; Universidad de Valdivia; Columbia
University; The Catholic University y George Town University en
Washington; Mount Hollyoke College, Smith College en Masachussetts;
The City University of New York; Universidad Río Piedras, Puerto Rico;
New York University (NYU); Casa del Poeta, Ciudad de México; Casa
de América, Madrid; Centro Cultural de España, Buenos Aires;
Universidad de Salamanca, Feria del Libro de Soria, Casa de América
Barcelona, Universidad Palma de Mallorca, entre otros.
En 2006 recibió la Beca otorgada por la Fundación John Simon
Guggenheim; En 2007 fue nominada a Premio Alatazor.
Ha dirigido talleres de literatura en la Universidad Diego Portales,
Universidad Mayor, Universidad del Desarrollo; Universidad FinisTerrae;
es profesora de Literatura en Universidad de Chile, Escuela de Educación
Inicial.

85
Quedó el aire de mi boca soplando
las cumbres azules de la tarde

(divaga solo sin saber dónde posarse


ni qué hacer con tanta levedad)

y yo aquí buscando el agua

con mi raíz de piedra Hundiendo


pensamientos violáceos en la profundidad
de esta roca

La luz oblicua me horada


azules y grises superpuestos me conforman

estoy plena de quietud Pero hablan


mis bordes en amarillos oscuro

86
tengo un pequeño caracol petrificado
en mi base

pero es mi luz la que habla

Entre junturas
me ha crecido la hierba

y estoy irregular

en mis pisadas

lilas y azules atraen

a los pájaros

el infinito es piedra también

de En amarillo oscuro (Ed. Surada, Santiago, 1994)

87
VÍCTOR VIMOS VIMOS
(Riobamba, Ecuador, 1985)

Es miembro fundador del Colectivo Artístico El Noctambulario;


Integrante del Comité Organizador del Encuentro Nacional de Poesía
Zarandearte (Riobamba, 2006, 2007); Integrante del Comité Editorial de
la revista PANORAMA (Riobamba 2006, 2007) Merecedor del Segundo
Premio Provincial de Poesía (Chimborazo, 2004); Primer lugar en el
Concurso Provincial de Cuento (Chimborazo, 2005). Premio Nacional de
Cuento “BIENAL JUEGOS FLORALES” (Ambato, 2007), Primer Lugar
en el VI Concurso de Cuento “DIA DEL LIBRO Y DE LA ROSA” (Quito,
2010). Sus textos han sido leídos en diversos encuentros nacionales como
el Encuentro Latinoamericano de Poesía Garganta Profunda (Quito,
2006); además constan en varias antologías y revistas nacionales así como
de México, Perú y Argentina. Su primera publicación se titula PERINOLA
(Noctambulario Ediciones, 2007), PROLONGACIONES (Casa de la
Cultura Ecuatoriana, 2010), DRAGÓN (Sarita Cartonera, Lima, 2010).
Actualmente cursa sus estudios en Antropología, colabora con la prensa
escrita y la docencia.

EL FIN
Valenka, hija de las mil leches, cabeza de serpiente enroscada en mis
arterias, donde andará ahora la lluvia de tus muslos que caía en mi
mano, la cálida sensación de abrigo que traían tus piernas, y esa
posibilidad misteriosa de rasgarte la espalda con mis dientes. Valenka,
burbuja de agua sucia, pedazo de marihuana humeando en mi boca,
lágrimas de mentol chino para disimular tu maldad. Olor de hoteles
traías en la espalda, pedazos de jabón barato colgaban de tu cuello
queriendo borrar la pestilencia de otras pieles que te ensuciaron la
sangre mi Valenka, muchachita de pétalos hirientes, perrita de callejón
refinado, me andabas tirando tus labios como astillas de huesos en las

88
encías, me dejabas el olor de tus entrañas debajo de las uñas, detrás de
las orejas y en las malditas palabras con las que trataba de romperte,
Valenka veneno podrido, no has parado de salpicarme tu moho en el
corazón y sin embargo por vos he puesto mis manos sobre una braza,
he olvidado mi nombre, y me he partido los puños contra todos los
muros de esta ciudad, contra todas las bocas de esta ciudad, contra
todos los rostros de esta mísera ciudad, Valenka, insecta homicida,
pedazo de lápiz para escribir el sol, caballa gris, porque no dejas de
morderme los sueños, de romperme el rostro en los espejos, detén tu
paso un momento en alguna esquina, quédate escuchando mi locura de
rata encerrada en tus zapatos, Valenka, pezones encendidos al galope
de mi lengua, las últimas palabras tuyas las guarde en el fondo de una
botella, siempre la ando llenando de alcohol para que no se pudran,
para que no se mueran, Valenka, rostro de ángel enfermo con las alas
quebradas para descender al infierno, a tu infierno que es una cama
gigante donde no caben los aullidos, una jaula en llamas para colgar
mis viseras, y las viseras de tantos otros que dejaron en tus hombros su
saliva, Valenka, te dibujo en el aire en medio de la noche, tu nariz de
terciopelo, la cascada de pirañas que nace en tu cuello, el dedal del
ombligo donde apagas los cigarros, Valenka, la sal de tu entrepierna,
tu entrepierna, lo que habita dentro de ella, ese desesperante latido de
túnel, ese pedazo de ventana por donde degollar la vida, y al darte la
vuelta el otro cielo ennegrecido, el pasillo oculto que es solo mío, mío,
mío, como la espuma que arrojo por la boca mientras te nombro,
Valenka, muñequita de navajas, enjambre de balas persiguiendo mi
cabeza…

EL ORIGEN
Imito a la ciudad en su inmundicia, en su ocaso, en su pobre suerte de
reptil desvalido, en la casualidad dolorosa de buscar un beso en medio
de la niebla, imito a la ciudad tragando las mismas píldoras con las que

89
trata de alejar el insomnio, manoteando con garras y dientes los postes
de alumbrado, recibiendo el día sobre las banquetas de los parques,
imito a la ciudad en el sonido melancólico de lluvia perforando los
techos, en el alcohol y en los espejismos con los que el alcohol me
perfora las retinas, imito a la ciudad en los fantasmas mutilados que
tropiezan con mi cuerpo, antes de verlo caer.

POSTAL DEL INFIERNO CON FONDO DE NOCHE FRÍA


así camino mi vida apegado a la muerte
mi esqueleto me sirve de bastón
Vicente Huidobro

La noche no puede ser costra, no puede ser caldero, no puede ser


aguijón plateado clavándome su veneno en los ojos, la noche no puede
ser…. es demasiado pronto para creerlo. En mis bolsillos vacíos hace
una noche de amargura, de pesar, de silencio mientras me hundo en el
corazón astillado de la urbe. Las últimas semanas son lo mismo; un
cambio de fechas en las que el sol no ha dejado de esconderse detrás
de las pestañas que recargan su lastre en mis párpados. Solo sombra, la
boca de la noche tragándose a los pájaros que trinan en los
campanarios, solo sombra. Hace días que mis dedos son una sola
mancha de tinta, de imprenta, de periódico amarillo. Hace días que
mis dedos se hunden en los bolsillos queriendo huir de la noche de
afuera, demasiado fría y solitaria. Desgajo mis pies sobre la alfombra
oxidada de las piedras, cuelgo los ojos en los faroles públicos buscando
tener un hilo de luz por donde descender a la cicatriz de mi nombre.
La noche no puede ser costra, por que hace agua por todos lados, agua
que se cuela por los huecos de los zapatos hasta lastimarme el alma con
su dulzura. La ciudad envejece en mi puño que la golpea para derivar
sus muros, queriendo que la noche deje de ser noche esta noche. El
amanecer es trueno reventando en mi cabeza.

90
POEMA
De una pedrada voy a romper los cristales del cielo, para que sobre tu
boca caiga un diluvio de ángeles heridos.

91
VLADIMIR HERRERA
(Lampa, Perú, 1950)

Publicó su primer poemario, "Mate de cedrón", en 1974. Ha vivido en


Lisboa, Roma, París y Barcelona. En esta última ciudad fundó la
editorial artesanal Auqui. Ha dirigido las revistas Trafalgar Square y
Celos. En 1980 fue becado por el Instituto Nacional de Bellas Artes de
México y durante un año trabajó en un taller de poesía con Tamara
Kamenszain y Alberto Blanco. Además del poemario mencionado, es
autor de los libros "Del verano inculto" (Valencia: 1980), "Pobre
poesía peruana" (Barcelona: 1989), "Almanaque" (Barcelona: 1990),
"Kiosko de Malaquita" (Barcelona: 1993) y "Poemas incorregibles"
una antología de su poesía, publicada en Barcelona por Tusquets
editores el año 2000. Actualmente vive en Cusco y recientemente, su
primer libro, ha sido re-editado por la editorial Cascahuesos Editores.

POEMA
“Cada uno cuide de su entierro que imposibles no hay”. Frase póstuma
que Quincas Berrido Dagua según Quietaría que estaba a su lado.
Jorge Amado

No partí
No hice la guerra
ni el amor,
Y mis ojos no fueron estos días
yemas adoloridas,
Ni siquiera la locura invadió mis sembríos,
Y no canté, ni escribí, ni leí.
Algún momento atiné a dormir sobre mí,
sobre mis tardes,

92
Algún momento moví la cola como perro
y fui feliz
riéndome
sin ocultarme.
Pero no subí a las tribunas, ni trabajé
ni mantuve a mi mujer, ni tuve unos hijos;
Sólo El Canto de la Fragua fue conmigo
el amor repleto de peces muertos;
y solamente yo permanecí desnudo ante la lluvia
que muere tras los espejos;
Y solamente yo
Ebrio
Sin haberme movido de esta tierra
con flores que viste o arruma el frío,
Y solamente yo.

UTOPÍA
(a la manera de enrique verástegui)

Utopía comienza cualquier martes


(ni te cases ni te embarques)
Con música & sangre densa
y es igual “Denkrichtung”
Una intención el pasado y el mar que se extiende más allá
cualquier martes,
Y Gustav Landauer contrasta;
“Utopía” reaccionaria Vs. “Utopía” revolucionaria.
El más joven tira setentaidós veces los dados
y dá con el premio
antes que el más viejo.
Retrayendo el pasado, no hay dramas,
se escribe

93
Un ave se posa sobre una rama, y la dobla, no la rompe.
No hay tragedias
Mis tardes son copias baratas de Vlaminck,
Y en general los días
el buen o mal humor de la vieja copia del cuadro
de Svanberg
en el corredor,
estos azules-oros incrustados en el cuello como besos
Tardes en que las hojas y los sueños hierven en el aire
Y la muerte en las fotografías
Y cualquier sueño soñado además de una intención figura lo
perdido.
Cualquier martes/ Cualquier intento/ Socialmente lo Utópico
se manifiesta como intencionalidad.
Y no hay verso
Sólo flores-sexos
Bouquets de Lumiere et de Crepuscule
tratando de poseer lo no mío
L’Utopie
Tetas de Europa-Cruda cal sobre los ojos-Cualquier martes.

RICHMOND 303
No
Fue
Por el asunto ese
De la cocaína
Sino
Puro
Miedo
De que fuera tan linda y pulida
y tan sola

94
Y vacía como una Lámpara de Kerosene
de 1930
Que tuve que abandonarla.
(o en honor a la verdad: dejarme abandonar)
Mi drama (mientras le metía la lengua)
Es haberle querido explicar
En qué consiste la revolución de estos países
O pretender
a costa del amor
a costa del mar asediado
Una conversación en el aire alborotado
evaporándonos,
Pretender soñar en una playa ciega con alguien
junto a la hija de un diplomático inglés,
Mirarme
en ojos que en última instancia fueron
mi propio vacío

de Mate de cedrón, Lima, 1974

TÚ MOVÍAS APENAS LAS CADERAS


Me doy el lujo de estas imágenes, el imponderable joven que grita a la
carga blandiendo sus poemas en una pieza vacía diga lo que quiera
Enrique Lhin

El beso sesgado azorado en la cámara de música,


diluido en la sombra hepática del floripondio
incorruptible en el suelo. Los besos como zafiros
tallados en el humo de los cellos, en la garganta,
y el barco niquelado del amor hacia cuya memoria
un hombre vestido de blanco alarga los brazos

95
por última vez en medio del vaho iluminado
y la velocidad: Imágenes rotas:

Los animales ciegos grabados en las paredes del solar


en un alto de la noche transversal todavía danzan
y se tocan la belleza herida crepitando
con ruido de metales adverso y colorido
dominando unicornios de cedro torpes como atriles
al pie de una colina de nardos
junto a la máquina de cantar repleta de arena
cubierta de una leve piel de hojas de muérdago
en la calma dulcemente aterrada de su ara.

96
WLADIMIR ZAMBRANO
(Guayaquil, Ecuador, 1984)

Poeta, artista visual y docente. Es licenciado en Comunicación Social y


escribe en la Revista Virtual Casa de las Iguanas. Ha participado en
recitales poéticos dentro y fuera del país. El mas reciente fue el III
Encuentro Latinoamericano de Poesía Actual Poquita Fe -Santiago de
Chile 2009(Consejo Nacional de las artes– Fundación Pablo Neruda).
Textos suyos aparecen en la Antología de poetas Jóvenes Hugo Mayo(
Casa de la cultura Ecuatoriana-2007) y en el Dossier de ultima Poesía
Latinoamericana, Punto de partida (UNAM - MEXICO DF 2009).
Miembro fundador de Puerto Guerrilla (Tácticas de intervención
literaria), colectivo que tiene como fin renovar el formato de las lecturas
poéticas, así como su inserción en la esfera urbana. Su primer trabajo
poético (Diario del crepúsculo) recibió el Premio Nacional de Poesía
David Ledesma Vásquez 2009( Proyecto Ecuador Literario- casa de la
cultura Ecuatoriana).

DEUS EX MACHINA
Primero

Tengo una rata que nada en el cerebro


que muerde y retuerza los cables
que unen la cara con los dientes

con el baile

de horas y venas de Dios en la angustia


dibujada por una pared que se deshace en palabras
que tiemblan y diluyen un día
y el laberinto es cada vez más pequeño

97
cubierto de maleza

y de todo lo que las personas llaman sombra


carbón espantajo
y mineral que es combustible,
pero me nombra.

ANCLAJE TEMPORAL
(Ingreso a la alquimia)

Transformo el humo de este barco en las palabras

y hago objetos de piedra


con las imágenes de una memoria heroica,
pero trivial.
Falseo un telégrafo de aire por los que se ganaron la casa,
por los que se quedaron a pie y se miraban en los barcos perderse.

Transformo el humo.
Lanzo todas las piedras al agua cuando me enfurezco
y la voz de la mujer que se mojaba con mis besos de aguacero sombrío
se escucha varias veces desde un lugar incierto, pero sagrado;

Paz
donde la tarde acaba con este vacío de letras,
este creerse superior cuando se sufre lo mismo.

Transformo el humo:

98
E
S
E
N
I
Ñ
O
D
E
L
G
A
D
O
C
O
M
O
F
A
N
T
A
S
M
A

DE SERPIENTE
y todas las palabras caen…

Pozos aparecen,

99
recrudece la sed, pero se avanza
hacia una tarde imposible donde se espera recuperar la pureza,
dormirse una noche
como todos los demás o la boca en la fisura donde se confía la simiente
de mi paz eterna.

Transformo el humo.
Preparo banquetes personales. Y alguna vez en este mismo sitio, sobre
árboles de mangle en mi noche de labios de sed petrificada
giré la esfera en el ruido
y busca a través de mí …
¡Busca!,
puñales en palabra de un cierto apego a la tierra para decirme un
nativo,
puñales en palabra
para no devorarme las piernas en el oficio de los ojos como llamas..

Transformo el humo.
Sueño las casas,
los árboles,
los días,
intento recomponer su memoria para tirar de sus cadenas.

Transformo el humo

(ese mundo del hambre que se sumerge ante el mundo del hambre)

Transformo el humo

Una isla aparece

100
DÍA V
(Lectura)

Los compañeros hablan de su teatro de corazones


y en cada uno de sus personajes encuentro los míos deformados.

Escenografías
que recorren los mismos recuerdos como si fueran mis manos
rojas-blanqui-negras en el vestido cortado
por las criollas tijeras del Mr. Hyde
final de la boca releyendo cerveza BRAHMA en la niebla de la boca,
ojos de perro azul sirviendo compañía
y tu boca
y tu boca
y tu boca al final de las habitaciones que pretendo incendiar.

Los compañeros hablan de su teatro de corazones


y en cada uno de sus personajes encuentro los míos mutilados;
regresando de una guerra
sin brazos sin piernas,
vivos en el abrazo de la imposibilidad de separarnos,
ideograma eterno en la sabana de los primeros días.
Relación simbiótica. Enferma
Rastreándote los pasos el tacto del motor en mi cabeza
volviéndose un cartógrafo de humedades futuras
paradas como un niño inquieto ante el amanecer de tus piernas,
paradas como payasos de luto y manos que tiemblan,
paradas como días y noches
donde no hay que vendarse los ojos,
paradas ante Madres postizas
hijas alumnas confundidas
mi tarde civilizatoria.

101
Los compañeros hablan de su teatro de corazones
y en la embriaguez se libera un compartimento de la noche.
Se cierra el continente de las pastillas de incertidumbre
tomadas a dosis diarias
en cartas
en emails
en comments
Fragmentos de espejo diluyendo la pantalla,
de ordenadores vibrando en el insomnio de los nombres,
en medio de una Noche interior donde un montón de escritos de amor
a veces tienen como objetivo destruir otro amor.
Acercarse. Cortarse.
(aprendiendo)

en la capacidad de resolver infinitos rostros sin que nadie lo sepa


como una treta como un juego
como un juramento que es válido
tan solo si se mueven las manos.

*******

¿A cuántas puedo escribir yo al mismo tiempo?


¿A cuántos puede escribir ella al mismo tiempo?

Es imposible determinar el resultado

102
YAXKIN MELCHY
(Ciudad de México, 1985)

Escribe continuamente un libro que se llama El Nuevo Mundo y que le


gustaría que algún día viajara en una nave espacial. Tiene el siguiente blog
diario y abecedario: http://destruccionmasiva.blogspot.com/

NARCO IRIS
ser extraterrrestre como un poema sin fondo
ser un poema sin fondo
como el pozo de la luna
ser irreconocible
pasar por menos
sobrepasar el miedo

reconocer
vibrarse
sintonizar el no mundo
foto montaje
ensamble de recuerdos
blablabla…

ser una flor desvestida


hundida en una bañera de aceite

amar
tan abanico
que se te caigan los ojos

mi padre comienza a

103
secarse
hasta volverse invisible

y los niños no saben lo que bailan


pero creen que juegan a los fantasmas
y aquello es importante
tanto como rayarse los ojos a los cincuenta años

cuando quiero llorar


entierro un tambor
en mi tumba futura
antes
sólo escuchaba truenos en mi cabeza
y antes yo era una oficina
y no sabía que el sol
despertaba antes que yo tomara la micro
ahora soy una carcajada

revuelvo
que no estuve aquí
con el milenarismo
revolver
que estaré mañana
sobre el sol arrojando piedras
revuelvo
que aún continúa la fiesta
hasta que florezca el cerro
revolver
que me estaré mojando
mientras las auroras se caen a mis dedos
revuelvo
que aun antes seguía en la fiesta
brincando y luego me golpeaba la cabeza

104
revolver
que quisiera estar allí ahora
en el columpio
revuelvo
deshacer
algún tiempo de mentiras
revolver
revuelvo
revuelvo
revuelvo
otra vez
alguien feliz es una carcajada
revolver
rollos de arcoiris
hasta dormir en el arcoiris

RÍOS ALTERNOS
éste es el último ensayo que se llevarán los ríos un círculo de luces
encierra mi corazón cada vez más pequeño Tamaño Imaginación o
planeta vuelo bailo paralelo a mi sombra
soy un convertible de mar
soy una cascada
sustancia de chiste y rencor
me he ido a esconder bajo una piedra
y escupo un chupacabras que escupe sangre
llego y me voy de mi casa mental
era de vegetación
patas y cascos de pegasos artificiales toco ángeles sueno las campanas
corro con delirios vueltos a la vida

105
una flor de lis es mi cuerpo en mi risa otros universos donde me llamo
relámpago y canto con violencia triste genital vaina de números
canto con tristeza o nubes
con cartas mojadas bolas de papel poesía salibosa copos de nieve
y tú sales a buscarme gritando que si no subo te vas a arrancar las uñas
y a pintar calaveras en las piedras
Imagínate todo esto como vuelto a recordar

no canto abro cabezas con dosis desorbitadas de heroísmo


lunas de hielo soles de uranio
construyo un planeta de basura
regalo ovnis a los niños que arrojan escupitajos y los escupitajos se
convierten en ángeles
con una espada de madera salto por los charcos literarios y los poemas
salpican y crecen como los gremlins y como los hongos
soy un ser vivo de los ecosistemas del aire con pequeños helicópteros
mis gestos son el vestíbulo de un paraíso negro en los ojos
por eso estoy oyendo literatura que me entra por un oído y me sale por
el otro
este ensayo de vida es más grande que ese edificio que rodean las
nubes con cascabeles de granizo
soy serpiente y miro a las muchachas del sol arrastrarse y corriendo
con un tambor amarillo lleno de orines
cambio de piel de lengua
hurto las estrellas y pruebo gelatinas de nebulosas compro una flor de
pétalos de cuarzo me aviento entre unas naves conducidas por suicidas
aficionados
mi nave está llamada vida de mente

tú quizá eres tan absurdo


pero comprendes este ensayo o libro momia al que le arrancas los
brazos y lo puedes plantar en el jardín de tu biblioteca

106
entonces yo me río por dos siglos y celebro mi venganza y tu
desvergüenza
la escritura es la cicatriz rasgando las membranas infinitas del sol
ríos alternos ahora siempre y siempre
balazos cicatrices de dedos bajando por un elevador
lo terrible del aburrimiento es que se convierta en bosque
caigan a torrentes imaginarios sobre vidas imaginarias caigan a
torrentes reales sobre vidas imaginarias caigan a torrentes imaginarios
sobre la percepción
existen mil planetas clon llamados Tierra separados por pocos años luz
de distancia
tormentas irreales azotan la realidad
se inunda la biblioteca y la literatura se pudre
mi casa es desconocida pero vivo entonces en el crecimiento
amigos rugen
amigos rugen
al sol del sol
al mar del mar
podemos colocar palabritas en los ríos hasta emborracharlos drogarlos
alterarlos
porque prontamente se acabará el río Amazonas
y anillos de agua son los pensamientos
mi sueño está intacto en su contaminación
mañana no estaré mejor sino estaré en un ovni tirando martillos
y no me harán desaparecer cabrones porque aún me maravillo con el
no hombre aún soy grúa de mí y me enseño a volverme un pozo
chorreante de petróleo que se come el océano
vampiros en la discoteca de fuego bailemos juntos
antes de que las estrellas sean también una fosa séptica
antes de que llenen el mar con tijeras y comiencen a cortar las olas y
empacarlas
antes de que nos convenzan
que se jodan

107
que se pudran1
que se jodan
que se pudran
que se jodan
que se pudran
que se jodan
que se pudran
que se jodan
que se pudran
que se jodan
que se pudran
que se jodan
que se pudran
que se jodan
que se pudran
que se jodan
que se pudran
que se jodan
que se pudran
que se jodan
que se pudran
la tarde puede dar alas a los muertos
que yo llamo los números mágicos de la vida

ninjas escondidos
abran rían y muerdan
la realidad es incómoda y necesita de los grandes dientes de la
imaginación
antes de que aniquilen nuestros sueños de ver platillos voladores
yo invoco a los platillos voladores y espero que a los muertos los
extraterrestres nos sepulten antes que los hombres

1
Raúl Zurita

108
percepción hermanos dientes locos de pirañas
sangrados añicos rotos y parabólicos

invoco a los intraterrestres a los extraterrestres a los ángeles del futuro


morder la realidad morderse

que se jodan
que se pudran…
que se jodan
que se pudran…

CAMBIO Y FUERA

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