Académique Documents
Professionnel Documents
Culture Documents
Clase 1
Introducción
Lugar de preponderancia de la ciencia en la sociedad actual tecnológica. Actúa como la
“vedette” de la sociedad. Aparece como el fin de toda disputa, una especie de reinado
conceptual: “está comprobado científicamente”, una y otra vez nos recuerdan las
publicidades de las más variadas esferas de la vida cotidiana. Actúa como el eje de la
cultura y determina el perfil de los países y sus jerarquías. O sea, es importante desde
el marco político global y a la actividad más ordinaria como el comunicarse por medio
de un “smart phone” o mirar nuestro programa favorito en un “smart tv”.
Concepto de Epistemología
Para muchos autores europeos este término designa la llamada “teoría del
conocimiento” o “gnoseología”. Este es un sector de la filosofía que examina el
problema del conocimiento en general: el ordinario, el científico o el filosófico.
El epistemólogo hace la pregunta crucial: por qué debemos creer en aquello que
afirman los científicos. Importante función del espíritu crítico que se aplica a todos
los campos de la ciencia. Frente a cualquier teoría y con independencia de la tradición
o la novedad, se preguntará por su aparición como fenómeno histórico, social o
psicológico, por qué hay que considerarla buena o mala, mejor o peor que otra.
1
Nivel Metacientífico. Ejemplos: entrenador de deporte – deportista. Crítico de arte –
artista. Hablar – conocer las reglas gramaticales.
La investigación metacientífica tiene por objeto determinar ciertos hechos o
propiedades de la investigación científica. Así cada uno de los aspectos de la actividad
científica abre una dimensión desde la que se puede estudiar dicha actividad, da lugar a
un saber de segundo orden específico. Llamaremos estudios metacientíficos, o estudios
sobre la ciencia, a las diversas teorizaciones de segundo nivel sobre las teorizaciones
de primer nivel. (Moulines:17)
Teoría – Teorización
Teorizar genera un saber explícito. No consiste simplemente en explicitar normas ni
registrar hechos: consiste en “conceptualizar” o “reconstruir”, es decir, interpretar el
material de estudio dentro de un marco conceptual, previamente dado que llamamos
TEORIA. Toda teoría es interpretación.
Conocimiento científico
Es el resultado de determinada práctica o actividad específica que podemos denominar,
en sentido amplio, teorización, y la filosofía de la ciencia consiste en un determinado
tipo de saber relativo a dicha práctica. (Moulines:15)
Para que haya conocimiento científico se deben satisfacer ciertas condiciones que todo
conocimiento requiere. Es conocimiento proposicional “un saber que…”, intenta
describir y explicar los hechos que ocurren en el mundo real. Por lo tanto debe ser:
creencia, verdad y prueba.
Relación con el conocimiento vulgar: la ciencia pese a nacer de él, no puede ser
reducida a él. Este saber empieza en el lugar mismo en que la experiencia y el
conocimiento común dejan de resolver problema o hasta de plantearlos. (Bunge) Es un
conocimiento de naturaleza especial: se dedica a hechos inobservables e
insospechables (duplicación de cromosomas); inventa y arriesga conjeturas y somete
sus supuestos a contrastación con la experiencia.
La ciencia es sólo una parte de la “literatura” humana que tiene objetivos específicos
pero que también tiene límites muy precisos, más allá de los cuales se encuentran los
otros modos de acceder a la realidad, tales como el arte, las letras, la filosofía, las
técnicas, que son tan valiosos e importantes como la ciencia misma.
2
1. Carácter metódico: la ciencia cuenta con un método para justificar la verdad
de los resultados que alcanza; éste es de características diferentes, pero donde
no hay método no se puede hablar de ciencia reconociendo que el mismo no es
infalible ni autosuficiente. Técnicas y métodos están fundados en teorías
científicas, esta los justifica. Esta es una gran diferencia con la creencia
injustificada: no hay teoría científica que fundamente el método de adivinar o
pronosticar el futuro mediante naipes cartas mientras que sí las hay detrás de
las técnicas e instrumentos que usan los meteorólogos para pronosticar los
fenómenos atmosféricos.
2. Carácter sistemático: los resultados de la ciencia se presenta bajo la forma de
teorías científicas. Ella está compuesta así de proposiciones de diverso grado de
generalidad y que guardan entre ellas determinadas relaciones lógicas,
formando de esta manera un complejo sistema cuyos elementos son las
proposiciones. A su vez permite detectar las posibles contradicciones y su
eliminación, permitiendo por lo tanto lograr coherencia a las teorías científicas.
Coherencia, simplicidad y generalidad son los frutos del carácter sistemático de
la ciencia.
3. Carácter explicativo: Cuanto más general es una teoría más hechos explica, lo
cual es el objetivo más importante de estas ciencias. Estas explicaciones del
mundo real están fundadas en teorías científicas que han sido corroboradas por
la experiencia. Debe haber conexión con la experiencia, están a prueba.
Ciencia
Se entiende aquí como conocimiento de hechos. (Klimosvky:25) Los hechos se
entienden como la manera en que las cosas o entidades se configuran en la realidad, en
instantes y lugares determinados.
Proposiciones:
El lenguaje se usa con propósitos variados: se lo usa para comunicar información, para
dar órdenes, para expresar sentimientos; de acuerdo con esto, se dice que el lenguaje
cumple una función informativa, una función directiva, una función expresiva. Cuando
se lo usa informativamente, el lenguaje expresa proposiciones, que son verdaderas o
falsas. Generalmente, son las oraciones que la gramática clasifica como declarativas
las que expresan proposiciones. (UBA:28)
Concepto de verdad
Una proposición es verdadera si describe un estado de cosas real; en caso contrario, es
decir, si describe un estado de cosas posible pero no real, es falsa. La proposición “Esta
mesa es marrón” es verdadera por describir algo real; “esta mesa es violeta” es falsa
por describir un estado de cosas posible pero no real.
Entonces, es verdadera si corresponde a un hecho y por esta razón se la conoce como
“la teoría de la verdad como correspondencia”, que se remonta a la época de la
filosofía griega.
Esta concepción ha sido criticada muy fuertemente. No siempre es posible conocer el
valor de verdad de una proposición “Hace diez millones de años llovió en el lugar en el
3
que ahora está Paraná”. Otra objeción refiere al futuro o sobre entidades que no
existen. Ejemplos: “Tú y yo nos veremos en la próxima Navidad en Buenos Aires” o
“Los fantasmas salen de noche a cazar perdices”. Se contesta que puede haber más de
dos valores de verdad, el caso del valor llamado “indeterminado”, no se corresponde
con ningún hecho.
No todos los filósofos estarían de acuerdo en usar esta palabra con ese sentido. En las
ciencias formales, como la matemática, hay otro sentido importante de “verdad”, es
decir, por ejemplo, que una proposición matemática es verdadera significa decir que es
deductible a partir de ciertos enunciados de partida, fijados arbitrariamente por
razones.
4
Del “aproximadamente” a la precisión
Alexandre Koyré
En principio el tiempo se nos ofrece como mensurable pero un manera muy imprecisa
o gruesa en extremo o bastante mal definida, de longitud desigual. Es decir, en la
Antigüedad, en un marco de la vida primitiva, de la vida nómada o incluso en la vida
agrícola, ¿qué importancia tenía tener precisión a la hora de medir el tiempo?
La vida se desarrollaba en torno a la “salida” y la “puesta” del sol con el mediodía
como punto divisorio. Media hora o cuarto de hora eran irrelevantes, no cambiaban
nada.
La vida cotidiana se mueve en el aproximadamente del tiempo vivido.
A lo largo de la Edad Media sucede algo similar. Las costumbre de una sociedad de
campesinos, que aceptan no saber jamás la hora exacta, si no es cuando suena la
campana y que para el resto se remiten a plantas, a las bestias, al vuelo de tal pájaro y
al canto de tal otro. “Hacia el amanecer” o “hacia el anochecer”.
La jornada se acompasa más que se mide por el repique de campanas que anuncia “las
horas” pero los servicios religiosos.
Los relojes nacen y propagan en los monasterios por las necesidades del culto y serían
los hábitos de la vida monástica, el hábito de ajustarse a la hora, los que difundiéndose
alrededor del recinto conventual, habrían impregnado y conformado la vida cotidiana
haciéndola pasar del plano del tiempo vivido al del tiempo medido.
En el siglo XV y XVI se avanza la hechura de los relojes. Son más precisos pero raros,
extremadamente difíciles de construir y muy caros. Sólo tenían relojes las ciudades
más importantes: Brujas, Estrasburgo o los emperadores y reyes de Inglaterra y
Francia. Siguen siendo objeto de lujos, aun los relojes de pared en las casas de la época
(relojes con pesas). Casi sin utilidad práctica, muy poco precisos. Pasan más tiempo en
el relojero que con sus dueños.
En la segunda mitad del siglo XVII todo cambia sustancialmente. Las causas
apuntan al crecimiento de las ciudades y sus riquezas frente al campo o vida rural. Ya
no son raros. El reloj evoluciona, mejora y se transforma. Cambios técnicos:
sustitución del foliot por la rueda reguladora, la invención del stack freed y del husillo
que igualan y uniforman la acción del resorte. Fin del reloj: utilidad práctica de indicar
las horas de una manera precisa.
5
cosa no está determinada por su utilización sino por su estructura. No es a los relojeros
sino a los científicos a quienes debemos los grandes inventos. Las realizaciones son de
los relojeros pero las ideas, las invenciones germinan más a menudo en el cerebro de
los hombres de ciencia.
Las causas de esto son sencillas: la medición exacta del tiempo es una necesidad
capital para la ciencia, para la astronomía y la física especialmente, mucho más que
para las necesidades diarias y las relaciones sociales.
Conclusión:
Galileo no descubrió el isocronismo del péndulo mirando balancearse la gran lámpara
de la catedral de Pisa, sino fue estudiando matemáticamente, a partir de las leyes del
movimiento acelerado que había establecido por una deducción racional. Entonces,
sólo después de la deducción teórica, pudo pensar en una verificación experimental.
La historia de la cronología nos ofrece un ejemplo impresionante: el nacimiento del
pensamiento tecnológico que penetra y transforma el pensamiento técnico mismo –y la
realidad– elevándolo a un nivel superior. Los relojeros del siglo XVII pudieron mejorar
y perfeccionar sus artefactos porque vivían en otro “clima” o “medio” técnico y
estaban infectados por el espíritu de la precisión.
6
7