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Estimados hermanos capuchinos,

reciban un cordial saludo desde México en este día. Continuamos con las actividades de las sesiones virtuales
previas al seminario-taller del próximo mes de junio. Les envío la segunda lectura programada. Se trata
nuevamente de la obra de Alberto Teneti, en un capítulo especial para conocer en líneas generales cuál era el
ambiente político con el que se formaron los estados modernos y, particularmente, qué es lo que sucedió en
Italia desde finales del siglo XV, lo que nos conduce a ubicarnos ya en el contexto del nacimiento de la
reforma capuchina.

En este capítulo el autor confronta dos ideas sobre el ejercicio del poder político en la Europa
moderna: retrata la importancia del poder principesco desde el siglo XV, heredero de las forma de
organización feudal, frente al poder del monarca que derivará durante el siglo XVII y principalmente en el
XVIII en lo que conocemos como el absolutismo, con una fuerte preeminencia del Estado sobre los poderes
locales.

En la lectura anterior consideramos, a vuelo de pájaro, cuáles fueron los elementos que abrieron la
modernidad en Occidente: la crítica severa a la corrupción en la Iglesia de Roma, la importancia de los
medios de difusión (la imprenta y el manuscrito), la necesidad de crear una verdadera industria
armamentística, la importancia de la invasión europea en América para el desarrollo del mercantilismo (que
derivará en el capitalismo) y la impronta de los poderes locales (principalmente religiosos) en el sentimiento
de pertenencia a la Cristiandad, frente a un papado políticamente débil.

En esta lectura que propongo (y que, por lo demás, es ciertamente pesada y hay que advertirlo), el autor se
enfoca en los vericuetos políticos desde finales del siglo XV que permitieron el surgimiento de potencias
europeas perfiladas ya con un carácter estatal. Como verán, en el mapa general que presenta el autor, es
importante resaltar la importancia del surgimiento de los Parlamentos franceses e ingleses, la Generalitat
catalana, las Cortes castellanas y aragonesas, en la conciencia de la “razón de Estado”, para dar un
sentimiento de unidad a los diferentes reinos que se aglutinarán mediante la guerra o las alianzas
matrimoniales y religiosas, con el claro objetivo de otorgar la máxima supremacía al monarca, en detrimento
de los sujetos locales que ejercían el poder.

En este sentido, me interesa discutir con ustedes principalmente el caso de Italia. Como estado-nación, Italia
no puede ser referida sino hasta el siglo XIX. Es decir, que mientras en el siglo XVI los reinos franceses y
españoles deciden utilizar las instituciones parlamentarias como vía para la burocratización de las localidades
pero también como medio para realizar reformas fiscales que apoyen el sometimiento de los súbditos ya no a
los príncipes sino a los monarcas, la península itálica se encuentra totalmente fragmentada. Mientras los
venecianos se rigen por una república, en los Estados Pontificios (que carecen de una milicia propia,
condición fundamental para el surgimiento del Estado nacional) no parece haber una unidad social y tampoco
un apoyo directo al papa, y las regiones de Nápoles, Sicilia y Cerdeña, desde siglos atrás, prácticamente
funcionaban a partir de la figura de un virrey aragonés. En este sentido, me gustaría que reflexionaran sobre la
región de Las Marcas, ubicada en el corazón de estos conflictos, porque ahí donde comienza la historia de su
orden religiosa.

Así pues, las preguntas rectoras que propongo para esta lectura son las siguientes:

 ¿Cuáles serían las características particulares de la península itálica frente a la emergencia de dos
potencias mundiales (Francia y España) a finales del siglo XV y principios del siglo XVI?

 ¿Cómo impactó la burocratización y la entrada de los banqueros y burgueses en la confrontación


de los estados europeos emergentes?

 ¿Es posible referirnos a los Estados Pontificios como un centro político real durante el siglo
XVI? ¿Si? ¿No? ¿Por qué?
 ¿Cuál sería la trascendencia histórica del “saco de Roma” en la conformación de una cristiandad
propiamente española?

 ¿Cómo podemos entender la reivindicación que Mateo de Bascio hizo del primigenio hábito de
san Francisco en medio del clima de tensión y guerra que se vivía en la región de Las Marcas?

Espero que estas preguntas sirvan como nota introductoria a la lectura y que les alienten a enviarme sus
comentarios. Quiero asimismo pedir disculpas por la calidad de algunas páginas, no he podido "abrir" mi
libro más, sin temor a que se deshojara.

Un saludo fraterno.

Anel

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