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Macroeconomía y objetivos económicos1

La macroeconomía se preocupa de explicar a gran escala lo que hacen los


agentes económicos, esto a diferencia de la microeconomía, que explica
a nivel de decisión individual el comportamiento de los agentes
económicos.

Son cuestiones macroeconómicas: ¿hay relación entre la inflación y el


desempleo?, ¿por qué el crecimiento económico en Chile ha sido más
lento en los últimos 10 años?, ¿debe el Banco Central fijar el precio del
dólar?, ¿es elevado el déficit fiscal?, ¿convienen los acuerdos
comerciales?, ¿cómo se puede hacer bajar la inflación del país?, ¿cómo
un país puede salir de la pobreza?, ¿cómo reducir el riesgo país?, ¿son
altos los impuestos que pagamos en Chile?

Evidentemente respuestas a estas y otras preguntas generan mucha


controversia, y aquí viene entonces otra distinción importante.

Las respuestas tienen una respuesta científica o positiva, que refieren los
hechos económicos, las cosas son o no son, por ejemplo: el desempleo
es 7% anual, el crecimiento es 3% anual, los impuestos a las personas
reducen su ingreso disponible, el alza del dólar es buena para las
exportaciones, pero incrementa la inflación, estamos en recesión, el
crecimiento potencial del PIB se ha deteriorado, el sueldo mínimo es bajo.
La respuesta a este tipo de preguntas puede pasar el test de ser
verdadera o falsa, y si hay discrepancia, hay que observar, ponerse de
acuerdo en la medición y contrastarla contra la realidad. La discusión
finalmente termina siendo técnica, aunque existe un espacio en que no
se llega a acuerdo por la forma en que se interpreta el problema. Lo

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Autor: Víctor Valenzuela Villagra, Doctor (c) en Economía y Administración de Empresas, Magister en
Comercio Exterior, Ingeniero Comercial, Contador Auditor

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fundamental aquí, es ser capaz de medir los resultados de la actividad
económica, pues en el terreno positivo de la ciencia, lo que no se mide no
existe. Estamos hablando de la economía científica.

Las respuestas también tienen una respuesta política o de criterio, este


es el terreno de lo que debe o debiera hacerse, por lo tanto ante una
diferencia de opinión, no podemos calificar la respuesta como verdadera
o falsa. Aquí las cosas debieran ser, por ejemplo: debiera hacerse una
reforma tributaria, debiera darse un impulso al crecimiento económico,
debiera aumentar el gasto fiscal, los ricos deben pagar más impuestos,
tenemos que nacionalizar el litio, debe restringirse la llegada de
inmigrantes, debe reducirse la deuda externa, debe existir educación
gratis para todos, se debe restringir la llegada de productos importados,
debe aumentarse el sueldo mínimo. Estamos hablando de la economía
política. Muchas de las respuestas que en un principio a través de la
historia aparecen como políticas, pasan al terreno de la ciencia
económica, gracias al avance de esta ciencia.

Las decisiones económicas son decisiones de política, lo prudente es que


estén fundamentadas en la ciencia económica y no en doctrinas o
ideologías, a pesar de que al ser políticas no son inmunes a ello, pero al
menos, el dominio de los argumentos necesita de los aspectos técnicos.

¿Por qué existe la macroeconomía?

La macroeconomía moderna parte con John Maynard Keynes, a propósito


de proponer una solución a la llamada Gran Crisis o Gran Depresión de
los años 30, es la peor crisis económica de la historia que llegó incluso a
generar grandes olas de inmigración a América y fue gravitante en la
ocurrencia de la Segunda Guerra Mundial. Hoy sabemos que esta crisis
tuvo tal magnitud por desconocimiento de la ciencia económica, y por

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tanto pudo ser evitable. El aporte principal de Keynes, es haber
desarrollado un método para solucionar la crisis, a pesar de que su
diagnóstico fue equivocado según demostró 40 años más tarde Milton
Friedman.

La macroeconomía es entonces, el estudio de los resultados de la


economía nacional y de las medidas de política económica, que toman los
gobiernos.

¿Cuáles son los problemas y objetivos macroeconómicos?

Los problemas propios de la macroeconomía son el crecimiento


económico, el nivel de vida de la población, la productividad, la inflación,
el desempleo, la recesión económica, la apertura del comercio y el
movimiento de capitales.

Los objetivos macroeconómicos por lo tanto, son los objetivos del sistema
económico y son comunes a toda nación, independiente de su
organización política o si se trata de economías centralmente planificadas,
libre mercado o mixtas. El primer problema es medir los resultados
macroeconómicos, y luego tomar decisiones de política económica para
hacer mejor las cosas. No hay un objetivo más importante que otro,
porque en cada nación o momento las prioridades cambian, el decidir qué
objetivos atacar prioritariamente, es decisión de política económica. Lo
importante es que estos son todos los objetivos y que además a veces,
tienden a ser antagónicos unos con otros, pues por ejemplo tratando de
resolver un problema de desempleo, hacemos crecer la inflación.

Los cinco objetivos, sobre los cuales veremos luego cómo se miden, son:

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Estabilidad del nivel de precios
Alto nivel de empleo
Eficiencia económica
Distribución de los ingresos
Crecimiento económico

La estabilidad en el nivel de precios, significa hacerse cargo de que tanto


la inflación como la deflación son fenómenos indeseados. Los precios son
señales para que los agentes económicos tomen decisiones, por lo tanto,
también es un problema que los precios tengan grandes fluctuaciones.

El nivel de empleo es también una preocupación central en la conducción


económica, pues la falta de oportunidades de trabajo, impide a las
personas salir de la pobreza y trae costos sociales asociados que pueden
perdurar por largo plazo, por ejemplo las altas cifras de desempleo que
tuvo Chile a contar de la crisis de 1982-83, tuvieron el efecto de aumentar
el comercio informal y esas personas se quedaron por varios años en eso,
no avanzando en hábitos laborales formales, capacitación ni experiencia,
por tanto les resultó muy difícil volver a un trabajo formal y muchos se
quedaron definitivamente en la informalidad.

La eficiencia económica o productividad, es un ingrediente central para


aprovechar los recursos humanos y de capital que dispone una nación. La
productividad del trabajo está asociada a las remuneraciones recibidas,
trabajos de baja productividad llevan al extremo de tener que fijar un
sueldo mínimo, que a su vez es bastante bajo si se piensa en una canasta
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básica de consumo, pero que si es demasiado elevado se constituye en
una barrera para la contratación de personas con baja productividad.
Adicionalmente la discusión del sueldo mínimo, se convierte en un tema
de política contingente y de opiniones religiosas, que trae costos para el
gobierno de turno. Cuando queda muy desalineado hacia arriba, se
convierte en incentivo para mecanizar estos trabajos, o derivarlos a
países con menor nivel de salarios. La productividad, está asociada con la
capacidad de crecimiento de la economía en el largo plazo.

La distribución de los ingresos, no es lo mismo que distribución de la


riqueza. Los ingresos son una variable de flujo, pero la riqueza es una
variable de stock. La riqueza corresponde a lo que las personas ya poseen,
por tanto hacer distribución de ella, significa expropiar a unos para dar a
otros, y ello no necesariamente lleva a buenos resultados, más allá de
topar con la legalidad de medidas de ese tipo, un ejemplo real resultó ser
la Reforma Agraria, impulsada en sus comienzos para Latinoamérica por
el gobierno de EE.UU. desde la administración de J. F. Kennedy, por un
par de razones. Primero, que se hiciera un mejor uso de la tierra, teniendo
en cuenta que muchos latifundistas tenían terrenos sin hacer explotación
de ellos. Por otra, la razón política de hacer propietarios a campesinos y
con ello acercarlos a una economía de mercado, evitando con ello su
acercamiento a las ideas del marxismo de que el Estado se apropiara de
los medios de producción, en sintonía con el modelo de la ex URSS y en
el marco de la Guerra Fría.

Una mala distribución de los ingresos, trae consigo problemas sociales y


la pérdida de legitimidad del mercado para asignar los recursos y por
tanto, deslegitima el rol de la empresa privada. El desafío es repartir
equitativamente el ingreso que genera la economía.

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El crecimiento económico es un problema del muy largo plazo para la
economía, parece ser en el consenso de los economistas que es la llave
maestra para mejorar el bienestar de la población y reducir la pobreza.
Aunque el crecimiento no asegura aquello, por el problema de que la
distribución de los ingresos no necesariamente mejora con crecimiento,
al menos es la luz al final del túnel que hace que países como China, Corea
del Sur y Japón entre otros, sean una demostración contemporánea de
cómo se ha ido resolviendo la pobreza, al punto que Japón que era un
país subdesarrollado hace setenta años, hoy es un país desarrollado. El
crecimiento económico no es consecuencia únicamente de la dotación de
recursos naturales, y aquí nuevamente Japón es el mejor ejemplo,
conocida es su carencia total de recursos naturales, su único recurso ha
sido su población, que mediante mejoras en su productividad pudo lograr
ser desarrollado, a diferencia de algunos países latinoamericanos
poseedores de muchos recursos naturales y que aún siguen siendo
promesa de desarrollo.

Por último respecto a los objetivos macroeconómicos, cabe consignar que


no hay un objetivo más importante que otro, son todos igualmente
importantes, son los objetivos del sistema económico. La importancia de
algún objetivo para una nación en particular, estará dada por la coyuntura
que se vive, habrá momentos en que la prioridad es la inflación y otros
en que la prioridad sea el crecimiento económico, sin perjuicio de que
muchas veces estos objetivos pueden entrar en conflicto, como a veces
ocurre entre el crecimiento y las políticas de distribución del ingreso, o de
la inflación y el empleo.

Para tomar las decisiones respecto de estos objetivos, la política


económica puede echar mano a dos herramientas de política, la política
fiscal y la política monetaria. Ambas políticas disponen hoy de sólidos
fundamentos teóricos y resultados empíricos, pero su avance es

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permanente y parece que esto será eterno, como en toda ciencia y en
particular en una ciencia social como es la economía. Y hoy por hoy, son
de alta sofisticación técnica. Forman parte de la historia económica las
discusiones respecto a si la política fiscal o la monetaria es la más efectiva,
y se ha llegado a abanderizar a los grupos de economistas en
monetaristas o en keynesianos, estos últimos por la fuerza con que partió
la política fiscal siguiendo las ideas de Keynes, para salir de la Gran
Recesión. La discusión hoy ha perdido algo de fuerza, pues hay
concesiones desde ambos lados y el pragmatismo en busca de la eficiencia
de los resultados, hace que monetaristas parezcan keynesianos y
viceversa, como pudimos observar en las políticas aplicadas durante la
crisis sub prime.

¿En qué consiste la política Fiscal?

Consiste en el criterio aplicado, en las acciones desplegadas por quienes


administran el Estado (el Gobierno), respecto del Gasto Fiscal y la
Tributación. Por tanto distintos gobiernos aplicarán diferentes matices
al efectuar su política fiscal, se supone que los electores en una
democracia conocen los planes de gobierno propuestos, incluida la política
fiscal. En Chile es el ministro de Hacienda el responsable por la política
fiscal, en EE.UU se denomina secretario del Tesoro.

Cuando Hacienda aumenta el Gasto Fiscal, está aumentando la demanda


agregada, eventualmente induciendo un aumento en la producción (PIB)
y también presionando al alza los precios de la economía, incluida la tasa
de interés (precio del capital). Cuando aumenta los impuestos y no se
gastan, se hace disminuir el ingreso disponible que tienen los agentes
para hacer su gasto, por ende eventualmente, frenando consumo,
quitando presión a los precios y por último, frenando la producción.

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Con los aumentos de Gasto Fiscal, se hace aumentar la demanda
agregada de todos los actores de la economía, el Estado entonces
aumenta su injerencia en la demanda por dinero, pues necesita emitir
deuda para financiarse, haciendo que el dinero se haga más escaso y por
tanto suba la tasa de interés. Si la magnitud del efecto sobre las tasas es
poco relevante, la acción de política fiscal será exitosa, pero si por el
contrario es un efecto sobre la tasa de magnitud importante, tendremos
en el mediano plazo que comenzará a detenerse la inversión privada, pues
a mayor tasa de interés la inversión directa baja al resultar menos
rentable los proyectos, tanto por el costo de financiar como por el uso
alternativo del dinero como ahorro (inversión en instrumentos de renta
fija). El fenómeno de que por hacer mayor gasto fiscal se termina
reduciendo la inversión, se conoce como crowding-out o efecto
expulsión, por tanto hay que mirar las acciones de política fiscal con sus
efectos secundarios no deseados también. Surge aquí una polémica de
política económica, en términos de qué rol debe jugar el Estado y cuál
debe ser su dimensión.

¿En qué consiste la política Monetaria?

Consiste en el criterio aplicado en las acciones desplegadas por quienes


administran el Estado (Gobierno), respecto de la cantidad de dinero. Esta
política está cargo del Banco Central y a pesar de que es parte del Estado,
goza de plena autonomía en algunos países como Chile, en EEUU este
organismo es la Reserva Federal (FED), por lo tanto si bien el Presidente
del Banco Central es parte de quienes gobiernan, no es subordinado del
gobierno de turno y su quehacer dice relación con las metas del Banco
Central, que en nuestro país es la preocupación por la inflación y para ello
puede afectar la cantidad de dinero de la economía (liquidez) a través de

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operaciones de mercado abierto, esto es sacar o meter más dinero (oferta
de dinero) en la economía vendiendo o comprando bonos.

Cuando restringe la cantidad de dinero (vende bonos), está frenando el


gasto que pueden hacer los agentes en la economía al haber menos
liquidez y con ello quitando presión sobre los precios, eventualmente
presiona a la tasa de interés a subir.

Cuando se aumenta la oferta monetaria, se presiona a que baje la tasa


de interés, por tanto a que aumente la demanda agregada y luego la
inversión.

Se puede concluir que los cambios en el sector monetario, tienen efectos


sobre el sector real y el efecto dependerá de cuán elásticas sean las
variables, por ejemplo, si la demanda agregada responde poco a la tasa
de interés, la política monetaria resulta poco efectiva. Esto ocurre cuando
por ejemplo, los agentes de la economía tienen temor o desconfianza con
lo que pueda ocurrir a futuro y sus expectativas son bajas, por tanto la
economía se encuentra recesiva, ante lo cual la autoridad monetaria
podría aumentar la oferta monetaria haciendo bajar los intereses, pero
los agentes no se animan a tomar ese dinero para hacer gasto, la
demanda agregada no se modifica y por tanto tampoco la producción.
Esto se conoce como la “trampa de la liquidez”, que hasta hace algunas
décadas se postulaba sólo como una posibilidad teórica, pero hay quienes
creen que hoy Japón se encuentra en dicha situación, sigue con una
economía recesiva más de una década, a pesar de que la tasa de interés
ha sido cero por ese período. Por el contrario, si los agentes económicos
no ven a la tasa de interés como relevante en las decisiones, por mucho
que el Banco Central restrinja la oferta monetaria, provocando alzas de
tasa, los agentes económicos siguen fuerte en el Consumo y la Inversión;
parte de esto ocurrió en Chile en la década de los 90 antes de la llamada

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Crisis Asiática, la demanda agregada venía creciendo a tasas de 14%
anual promedio, mientras que el PIB (la producción) lo hacía al 7%
promedio. En el intertanto, el Banco Central estaba en un proceso de
reducción de la liquidez (oferta monetaria) para frenar las presiones
inflacionarias.

Por último, la coordinación entre ambas políticas es fundamental, se


requiere sincronización de relojería, con la complicación de que el timing
en el que comienzan a mostrar sus resultados es variable, por ejemplo,
las acciones de política monetaria pueden materializarse entre 6 y 18
meses después. Hay una etapa inicial de diagnosticar, luego de
implementar y por último, de que los agentes económicos internalicen el
nuevo escenario. La política fiscal por su parte, lleva su propio ritmo. Lo
importante es que las señales y acciones de política económica, no
resulten contradictorias, para no anular sus efectos y terminar con
resultados indeseados.

Sitios sugeridos:

http://www.bancomundial.org/es/country/chile/overview

http://www.hacienda.cl/el-ministerio/areas-de-trabajo/politica-
economica.html

http://www.bcentral.cl/es/faces/home?_afrLoop=3068862481436&_afr
WindowMode=0&_afrWindowId=null#!%40%40%3F_afrWindowId%3Dn
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