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Romero (1975: 64 y ss) explica que las comunidades se organizan en base a la información que
el grupo posee, por ello desde la antigüedad los dirigentes se han ocupado de centralizar y
controlar la información, lo que les confiere poder sobre el resto de la comunidad. En las
sociedades primitivas la información era un bien reservado a unos pocos. Ya sea que versara
sobre cuestiones económicas, religiosas o políticas. La escritura era un saber restringido, que
sólo poseían aquellos funcionarios y religiosos encargados de resguardar la información. La
información escrita, ya sea en papiros, tablillas o la tecnología de cada época, era celosamente
guardada por aquellos que ya tenían conciencia de la importancia de la información.
Los estados necesitarán de canales de información para comunicarse con los gobernados.
Estos canales se han multiplicado con el tiempo, al multiplicarse a su vez las relaciones de
convivencia, crecer la población y aumentar la actividad asociada de la sociedad en que se
desarrolla. El progreso de la técnica y de la educación a su vez aumenta la capacidad de los
individuos y sectores sociales para actuar como receptores idóneos de información.
Acceso a la información
Con el transcurso del tiempo, el derecho a la libertad de expresión fue evolucionando, y fue a
su vez tomando cada vez más un carácter preponderante en su consideración en las
sociedades modernas. A su vez, por estos motivos, fue tornándose cada vez más complejo y
de su tronco fueron desprendiéndose otros derechos relacionados como el derecho de acceso
a la información, y más específicamente, el derecho de acceso a la información pública.
A los fines de definir correctamente este derecho debe distinguirse la información en general
de la información pública. La información en un sentido amplio abarca los procedimientos –
acopiar, almacenar, tratar, difundir, recibir-; así como los tipos –hechos, noticias, datos,
opiniones, ideas-; y sus diversas funciones (Villanueva, 2003: XVII). El derecho de acceso a la
información es aquel que toda persona tiene de investigar, difundir y recibir informaciones.
Esta garantía surge de la Declaración Americana de los Derechos y Deberes del Hombre en su
artículo 4 donde expresa que toda persona tiene derecho a la libertad de investigación, de
opinión y de expresión y de difusión del pensamiento por cualquier medio. En la Carta
Democrática Interamericana, su artículo 4 dice: “Son componentes fundamentales del ejercicio
de la democracia la transparencia de las actividades gubernamentales, la probidad, la
responsabilidad de los gobiernos en la gestión pública, el respeto por los derechos sociales y la
libertad de expresión y de prensa.”
Asimismo, es importante porque permite participar en los asuntos políticos y monitorear las
acciones del Estado transparentando la gestión pública. Es decir que tiene también una
función de prevención, control y de rendición de cuentas sobre los funcionarios públicos del
estado y el correcto empleo de la “cosa pública”.
El art. 43 de la CN habla del conocimiento de datos referidos a uno mismo en archivos públicos
o privados destinados a dar informes: la acción de habeas data es para datos personales, no
información pública. La Ley 25.326 de Protección de Datos Personales tiene por objeto la
protección integral de los datos personales asentados en archivos, registros, bancos de datos,
u otros medios técnicos de tratamiento de datos, sean éstos públicos, o privados destinados a
dar informes, para garantizar el derecho al honor y a la intimidad de las personas, así como
también el acceso a la información que sobre las mismas se registre, de conformidad a lo
establecido en el artículo 43, párrafo tercero de la Constitución Nacional.
A su vez, la garantía del secreto de la fuente de información periodística está consagrada por el
artículo 43 de la Constitución Nacional, los tratados internacionales y la jurisprudencia. El
agregado final que contiene el art. 43, párrafo 3º, de la Constitución Nacional, incorporado con
la reforma de 1994, reconoce el secreto periodístico, y como consecuencia del banco de datos
periodísticos. También está expuesto en las constituciones de varias provincias incluyendo a
Córdoba.
A nivel nacional no existía una ley de acceso a la información pública hasta que en septiembre
de 2016 se promulgó la Ley 27.275 de Acceso a la Información Pública. Algunos aspectos
importantes de esta ley:
Con respecto a la prensa y periodistas que integren medios de información públicos el secreto
profesional se respeta como herramienta que hace al periodismo y no se le puede exigir ni
obligar a la difusión de esos datos.
La Agencia de Acceso a la Información Pública creada por la Ley 27275, es un ente autárquico y
descentralizado que debe encargarse que la dependencia pública cumpla con la difusión de la
información requerida en un plazo menor a 10 días. Pasados los 10 días el sujeto puede iniciar
una acción de amparo por mora. Ante una respuesta ambigua, parcial o inexacta, también se
considera que existe negativa a brindarla, en cuanto dispone el art. 1 establece que la
información debe ser “completa, veraz, adecuada y oportuna”.
En este marco las leyes provinciales de Córdoba 8835 y 8836, reconocen expresamente el
derecho a la información, ambas en su artículo 2 inciso e expresan que el Estado Provincial
garantizará “la información permanente a las personas sobre la gestión estatal y los gastos
públicos a través de un sistema informatizado amplio, preciso, transparente, actualizado y de
fácil acceso.”
Es por ello que además, la ley 8836 en el artículo 11 dispone los medios digitales (Boletín
Oficial Digital y página web oficial de la provincia) y un sistema telefónico que brinde
información al ciudadano. También el artículo 13 dice que el Estado asegurará el acceso a una
computadora, a quienes no posean infraestructura propia para poder consultar el sistema de
información y difusión establecido; garantizará asimismo, el acceso a una dirección de correo
electrónico gratuita a todo ciudadano que lo solicite con el fin de que se le informe de los actos
de gobierno y de estado. La reglamentación determinará la forma de acceder tanto a los datos
generales del sistema cuanto a la información sensible de cada uno de los ciudadanos,
debiendo disponer de sistemas de seguridad que impidan el acceso a información confidencial
y/o sensible por quienes carezcan de interés legítimo para ello.
Anexo: Publicidad Oficial
El Boletín Oficial, de igual manera que los diarios de publicaciones y anuncios legales del resto
del mundo, tiene por función esencial la publicidad de los actos del gobierno contenidos en él.
Como consecuencia, desde el punto de vista de la legislación de protección de datos
personales, el Boletín Oficial es una de las fuentes de acceso público irrestricto contempladas
por el artículo 5 de la Ley 25.326 de Protección de Datos Personales. Se encuentra
ampliamente reconocido asimismo que la información publicada en el Boletín Oficial no está
sujeta a derechos de autor o copyright. De hecho, gran parte de esta información es procesada
y reutilizada por distinto tipo de instituciones y empresas, como por ejemplo para la
elaboración de compilaciones de legislación, informes comerciales, directorios de licitaciones,
etcétera.
El 25 de agosto de 2016, emitió una resolución mediante la cual establece nuevos mecanismos
y criterios de asignación y fija algunas restricciones a la propia administración nacional para la
distribución de la publicidad oficial.
b) Empresas y Sociedades del Estado que abarca a las Empresas del Estado, las Sociedades del
Estado, las Sociedades Anónimas con Participación Estatal Mayoritaria, las Sociedades de
Economía Mixta y todas aquellas otras organizaciones empresariales donde el Estado nacional
tenga participación mayoritaria en el capital o en la formación de las decisiones societarias.
d) Fondos Fiduciarios integrados total o mayoritariamente con bienes y/o fondos del Estado
nacional.
Serán aplicables las normas de esta ley, en lo relativo a la rendición de cuentas de las
organizaciones privadas a las que se hayan acordado subsidios o aportes y a las instituciones o
fondos cuya administración, guarda o conservación está a cargo del Estado nacional a través
de sus Jurisdicciones o Entidades.
El derecho de acceso a la información pública es la facultad que tiene todo ciudadano, como
consecuencia del sistema republicano de gobierno, de acceder a todo tipo de informaciones en
poder tanto de entidades públicas como de personas privadas que ejerzan funciones públicas
o reciban fondos del estado, con la consecuente obligación estatal de instrumentar un sistema
administrativo que facilite a cualquiera la identificación y el acceso a la información solicitada.
Este derecho es una consecuencia del sistema republicano de gobierno, el que exige esto y
necesariamente que se haga publicidad de los actos de gobierno y de toda la actuación del
gobierno. Esto se debe a que el sistema republicano requiere que los ciudadanos estén
correctamente informados y la publicidad es una vía de control de los actos de gobierno, para
garantizar el correcto ejercicio de la función pública.
LEGITIMACIÓN EN LA JURISPRUDENCIA
Principios que debe contener una norma que regule el derecho de acceso a la información
pública para que permita su pleno ejercicio: