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Facultad de Humanidades
AÑO 2017
LA ESTRUCTURA DEL SISTEMA SOLAR
RESEÑA HISTORICA
Algunas de las más antiguas civilizaciones concibieron al universo desde una
perspectiva geocéntrica, como en Babilonia en donde su visión del mundo estuvo representada
de esta forma. En Occidente, el griego presocrático Anaximandro declaró a la Tierra como
centro del universo, imaginó a esta como un
pilar en forma de tambor equilibrado en sus
cuatro puntos más distantes lo que, en su
opinión, le permitió tener estabilidad.
Pitágoras y sus seguidores hablaron por
primera vez del planeta como una esfera,
basándose en la observación de los eclipses; y
en el siglo IV a. C. Platón junto a su
estudiante Aristóteles escribieron textos del
modelo geocéntrico de Anaximandro,
fusionándolo con el esférico pitagórico. Pero
fue el trabajo del astrónomo heleno Claudio
Ptolomeo, especialmente su publicación
llamada Almagesto expuesta en el siglo II de
nuestra era, el cual sirvió durante un período
de casi 1300 años como la norma en la cual se
basaron tanto astrónomos europeos como
islámicos.
Si bien el griego Aristarco presentó en
el siglo siglo III a. C. a la teoría heliocéntrica y más adelante el matemático hindú Aryabhata hizo
lo mismo, ningún astrónomo desafió realmente el modelo geocéntrico hasta la llegada del
polaco Nicolás Copérnico el cual causó una verdadera revolución en esta rama a nivel mundial,
por lo cual es considerado el padre de la astronomía moderna. Esto debido a que, a diferencia
de sus antecesores, su obra consiguió una amplia difusión pese a que fue concebida para
circular en privado; el papa Clemente VII pidió información de este texto en 1533 y Lutero en el
año 1539 lo calificó de "astrólogo advenedizo que pretende probar que la Tierra es la que gira".
La obra de Copérnico otorga dos movimientos a la tierra, uno de rotación en su propio eje cada
24 horas y uno de traslación alrededor del Sol cada año, con la particularidad de que este era
circular y no elíptico como lo describimos hoy.
En el siglo XVII el trabajo de Copérnico fue impulsado por científicos como Galileo
Galilei, quien ayudado con un nuevo invento, el telescopio, descubre que alrededor de Júpiter
rotan satélites naturales que afectaron en gran forma la concepción de la teoría geocéntrica ya
que estos cuerpos celestes no orbitaban a la Tierra; lo que ocasionó un gran conflicto entre la
iglesia y los científicos que impulsaban esta teoría, el cual culminó con el apresamiento y
sentencia del tribunal de la inquisición a Galileo por herejía al estar su idea contrapuesta con el
modelo clásico religioso. Su contemporáneo Johannes Kepler, a partir del estudio de la órbita
circular intentó explicar la traslación planetaria sin conseguir ningún resultado, por lo que
reformuló sus teorías y publicó, en el año 1609, las hoy conocidas Leyes de Kepler en su obra
Astronomía Nova, en la que establece una órbita elíptica la cual se confirmó cuando predijo
satisfactoriamente el tránsito de Venus del año 1631. Junto a ellos el científico británico Isaac
Newton formuló y dio una explicación al movimiento planetario mediante sus leyes y el
desarrollo del concepto de la gravedad.
En el año 1704 se acuñó el término sistema solar. El científico británico Edmund
Halley dedicó sus estudios principalmente al análisis de las órbitas de los cometas. El
mejoramiento del telescopio durante este tiempo permitió a los científicos de todo el mundo
descubrir nuevas características de los cuerpos celestes que existen. A mediados del siglo XX,
el 12 de abril de 1961, el cosmonauta Yuri Gagarin se convirtió en el primer hombre en el
espacio; la misión estadounidense Apolo 11 al mando de Neil Armstrong llega a la Luna. En la
actualidad, el sistema solar se estudia con ayuda de telescopios terrestres, observatorios
espaciales y misiones espaciales.
FORMACIÓN Y EVOLUCIÓN
El sistema solar se formó hace 4568 millones de años por el colapso gravitatorio de una
parte de una nube molecular gigante. Esta nube primigenia tenía varios años luz de diámetro y
probablemente dio a luz a varias estrellas. Como es normal en las nubes moleculares, consistía
principalmente de hidrógeno, algo de helio y pequeñas cantidades de elementos pesados
surgidos de previas generaciones estelares. A medida que la región —conocida como nebulosa
protosolar—se convertía en el sistema solar, colapsaba y la conservación del momento angular
hizo que rotase más deprisa. El centro, donde se acumuló la mayor parte de la masa, se volvió
cada vez más caliente que el disco circundante. A medida que la nebulosa en contracción rotaba
más deprisa, comenzó a aplanarse en un disco protoplanetario con un diámetro de alrededor de
200 UA y una densa y caliente protoestrella en el centro. Los planetas se formaron por acreción
a partir de este disco en el que el gas y el polvo atraídos gravitatoriamente entre sí se unen para
formar cuerpos cada vez más grandes. En este escenario, cientos de protoplanetas podrían
haber surgido en el temprano sistema solar que acabaron fusionándose o fueron destruidos
dejando los planetas, los planetas enanos y el resto de cuerpos menores.
Gracias a sus puntos de ebullición más altos, solo los metales y silicatos podían existir en
forma sólida cerca del Sol, en el cálido sistema solar interior; estos fueron finalmente los
componentes de Mercurio, Venus, la Tierra y Marte: los planetas rocosos. Debido a que los
metales solo eran una pequeña parte de la nebulosa solar, los planetas terrestres no se podían
hacer muy grandes. Los planetas gigantes (Júpiter, Saturno, Urano y Neptuno) se formaron más
lejos, más allá de la línea de congelación: el límite entre las órbitas de Marte y Júpiter donde las
temperaturas son lo suficientemente bajas como para que los compuestos volátiles
permanezcan sólidos. Los hielos que forman estos planetas eran más abundantes que los
metales y silicatos que formaron los planetas terrestres interiores, por lo que los permitió crecer
hasta ser lo suficientemente masivos como para capturar grandes atmósferas de hidrógeno y
helio: los elementos más ligeros y abundantes. Los residuos restantes que no llegaron a
convertirse en planetas se agruparon en regiones como el cinturón de asteroides, el cinturón de
Kuiper y la nube de Oort. El modelo de Niza explica la aparición de estas regiones y propone que
los planetas exteriores se podrían haber formado en sitios diferentes de los actuales a los que
habrían llegado tras múltiples interacciones gravitatorias.
Tras cincuenta millones de años, la densidad del hidrógeno y la presión en el centro de
la protoestrella se hicieron tan grandes que comenzó la fusión termonuclear. La temperatura, la
velocidad de reacción, la presión y la densidad aumentaron hasta alcanzar el equilibrio
hidrostático: la presión térmica igualó a la fuerza de la gravedad. En ese momento, el Sol entró
en la secuencia principal. El tiempo que estará en la secuencia principal será de unos diez mil
millones de años; en comparación, todas las fases previas al encendido termonuclear duraron
unos dos mil millones de años. El viento solar formó la heliosfera que barrió los restos de gas y
polvo del disco protoplanetario (y los expulsó al espacio interestelar), con lo que terminó el
proceso de formación planetaria. Desde entonces, el Sol se ha ido haciendo cada vez más
brillante; en la actualidad es un 70% más brillante que a su entrada en la secuencia principal.
El sistema solar continuará más o menos como lo conocemos hasta que todo el
hidrógeno del núcleo del Sol se haya convertido en helio, situación que tendrá lugar dentro de
cinco mil millones de años. Esto marcará el final de la estancia del Sol en la secuencia principal.
En ese momento el núcleo colapsará y la producción de energía será mucho mayor que en el
presente. Las capas exteriores se expandirán unas doscientas sesenta veces su diámetro actual,
por lo que se convertirá en una gigante roja. El gran aumento de su superficie hará que esté
muchísimo más frío (del orden de 2600 K). Se espera que el Sol en expansión vaporice Mercurio
y Venus y vuelva la Tierra inhabitable al mover la zona de habitabilidad más allá de la órbita de
Marte. Por último, el núcleo estará lo bastante caliente para fusionar el helio; el Sol quemará
helio durante una fracción del tiempo que estuvo quemando hidrógeno. El Sol no tiene la
suficiente masa para comenzar la fusión de elementos pesados, por lo que las reacciones
nucleares en el núcleo disminuirán. Las capas exteriores se perderán en el espacio en forma de
nebulosa planetaria, devolviendo parte del material con el que se formó el Sol —enriquecido
con elementos pesados como el carbono— al medio interestelar y dejando atrás una enana
blanca con la mitad de la masa original del Sol y el tamaño de la Tierra (un objeto
extraordinariamente denso).
El Sol es el único cuerpo celeste del sistema solar que emite luz propia, debido a
la fusión termonuclear del hidrógeno y su
transformación en helio en su núcleo. El
sistema solar se formó hace unos 4600
millones de años a partir del colapso de
una nube molecular. El material residual
originó un disco circunestelar
protoplanetario en el que ocurrieron los
procesos físicos que llevaron a la
formación de los planetas. El sistema solar
se ubica en la actualidad en la nube
Interestelar Local que se halla en la Burbuja Local del brazo de Orión, de la galaxia espiral Vía
Láctea, a unos 28 000 años luz del centro de esta.
El sistema solar es también el hogar de varias regiones compuestas por objetos
pequeños. El cinturón de asteroides, ubicado entre Marte y Júpiter, es similar a los planetas
terrestres ya que está constituido principalmente por roca y metal. En este cinturón se
encuentra el planeta enano Ceres. Más allá de la órbita de Neptuno están el cinturón de Kuiper,
el disco disperso y la nube de Oort, que incluyen objetos transneptunianos formados por agua,
amoníaco y metano principalmente. En este lugar existen cuatro planetas
enanos Haumea, Makemake, Eris y Plutón, el cual fue considerado el noveno planeta del sistema
solar hasta 2006. Este tipo de cuerpos celestes ubicados más allá de la órbita de Neptuno son
también llamados plutoides, los cuales junto a Ceres, poseen el suficiente tamaño para que se
hayan redondeado por efectos de su gravedad, pero que se diferencian principalmente de los
planetas porque no han vaciado su órbita de cuerpos vecinos.
Adicionalmente a los miles de objetos pequeños de estas dos zonas, algunas docenas de
los cuales son candidatos a planetas enanos, existen otros grupos
como cometas, centauros y polvo cósmico que viajan libremente entre regiones. Seis planetas y
tres planetas enanos poseen satélites naturales. El viento solar, un flujo de plasma del Sol, crea
una burbuja de viento estelar en el medio interestelar conocido como heliosfera, la que se
extiende hasta el borde del disco disperso. La nube de Oort, la cual se cree que es la fuente de
los cometas de período largo, es el límite del sistema solar y su borde está ubicado a un año luz
desde el Sol.
A principios del año 2016 se publicó un estudio según el cual puede existir un noveno
planeta en el sistema Solar, al que dieron el nombre provisional de Phattie.
Los planetas y los asteroides orbitan alrededor del Sol, aproximadamente en un mismo
plano y siguiendo órbitas elípticas (en sentido antihorario, si se observasen desde el Polo Norte
del Sol); aunque hay excepciones, como el cometa Halley, que gira en sentido horario. El plano
en el que gira la Tierra alrededor del Sol se denomina plano de la eclíptica, y los demás planetas
orbitan aproximadamente en el mismo plano. Aunque algunos objetos orbitan con un gran
grado de inclinación respecto de este, como Plutón que posee una inclinación con respecto al
eje de la eclíptica de 17º, así como una parte importante de los objetos del cinturón de Kuiper.
Según sus características, los cuerpos que forman parte del sistema solar se clasifican
como sigue:
El Sol, una estrella de tipo espectral G2 que contiene más del 99,85 % de la masa del
sistema. Con un diámetro de 1 400 000 km, se compone de un 75 % de hidrógeno, un
20 % de helio y 5 % de oxígeno, carbono, hierro y otros elementos.
Los planetas, divididos en planetas interiores (también llamados terrestres o telúricos)
y planetas exteriores o gigantes. Entre estos últimos Júpiter y Saturno se
denominan gigantes gaseosos, mientras que Urano y Neptuno suelen
nombrarse gigantes helados. Todos los planetas gigantes tienen a su alrededor anillos.
Los planetas enanos son cuerpos cuya masa les permite tener forma esférica, pero no
es la suficiente como para haber atraído o expulsado a todos los cuerpos a su alrededor.
Son: Plutón (hasta 2006 era considerado el noveno planeta del sistema solar
Ceres, Makemake, Eris y Haumea.
Los satélites son cuerpos mayores que orbitan los planetas; algunos son de gran
tamaño, como la Luna, en la Tierra; Ganímedes, en Júpiter, o Titán, en Saturno.
Los cuerpos menores:
Los asteroides son cuerpos menores concentrados mayoritariamente en el cinturón de
asteroides entre las órbitas de Marte y Júpiter, y otra más allá de Neptuno. Su escasa
masa no les permite tener forma regular.
Los objetos del cinturón de Kuiper son objetos helados exteriores en órbitas estables,
los mayores de los cuales son Sednay Quaoar.
Los cometas son objetos helados pequeños provenientes de la nube de Oort.
Los meteoroides son objetos menores de 50 m de diámetro, pero mayores que las
partículas de polvo cósmico.
Las órbitas de los planetas mayores se encuentran ordenadas a distancias del Sol
crecientes, de modo que la distancia de cada planeta es aproximadamente el doble que la del
planeta inmediatamente anterior, aunque esto no se ajusta a todos los planetas. Esta relación se
expresa mediante la ley de Titius-Bode, una fórmula matemática aproximada que indica la
distancia de un planeta al Sol, en Unidades Astronómicas (UA):
Donde la órbita de Mercurio se encuentra en k = 0 y semieje mayor 0,4 UA, la
órbita de Marte es k = 4 a 1,6 UA, y Ceres (el mayor asteroide) es k = 8. En realidad las
órbitas de Mercurio y Marte se encuentran en 0,38 y 1,52 UA. Esta ley no se ajusta a
todos los planetas, por ejemplo Neptuno está mucho más cerca de lo que predice esta
ley. No hay ninguna explicación de la ley de Titius-Bode y muchos científicos consideran
que se trata tan solo de una coincidencia.
El Sol (del latín sol, solis, a su vez de la raíz protoindoeuropea sauel- brillar) es
una estrella de tipo G de la secuencia principal y clase de luminosidad V que se
encuentra en el centro del sistema solar y constituye la mayor fuente de radiación
electromagnética de este sistema planetario. Es una bola esférica casi perfecta
de plasma, con un movimiento convectivo interno que genera un campo magnético a
través de un proceso de dinamo. Cerca de tres cuartas partes de la masa del Sol constan
de hidrógeno; el resto es principalmente helio, con cantidades mucho más pequeño de
elementos, incluyendo el oxígeno, carbono, neón y hierro.
Se formó hace aproximadamente 4600 millones de años a partir del colapso
gravitacional de la materia dentro de una región de una gran nube molecular. La mayor
parte de esta materia se acumuló en el centro, mientras que el resto se aplanó en un
disco en órbita que se convirtió en el sistema solar. La masa central se volvió cada vez
más densa y caliente, dando lugar con el tiempo al inicio de la fusión nuclear en
su núcleo. Se cree que casi todas las estrellas se forman por este proceso. El Sol es más o
menos de edad intermedia y no ha cambiado drásticamente desde hace más de cuatro
mil millones de años, y seguirá siendo bastante estable durante otros cinco mil millones
de años más. Sin embargo, después de que la fusión del hidrógeno en su núcleo se haya
detenido, el Sol sufrirá cambios severos y se convertirá en una gigante roja. Se estima
que el Sol se volverá lo suficientemente grande como para engullir las órbitas actuales
de Mercurio, Venus y posiblemente la Tierra.
La Tierra y otros cuerpos (incluidos
otros planetas, asteroides, meteoroides, cometas y polvo) orbitan alrededor del Sol. Por
sí solo, representa alrededor del 99,86 % de la masa del sistema solar. La distancia
media del Sol a la Tierra fue definida exactamente por la Unión Astronómica
Internacional en 149 597 870 700 metros (aproximadamente 150 millones de
kilómetros). Su luz recorre esta distancia en 8 minutos y 19 segundos.
La energía del Sol, en forma de luz solar, sustenta a casi todas las formas de vida
en la Tierra a través de la fotosíntesis, y determina el clima de la Tierra y
la meteorología.
Es la estrella del sistema planetario en el que se encuentra la Tierra; por lo tanto,
es el astro con mayor brillo aparente. Su visibilidad en el cielo local determina,
respectivamente, el día y la noche en diferentes regiones de diferentes planetas. En la
Tierra, la energía radiada por el Sol es aprovechada por los seres fotosintéticos que
constituyen la base de la cadena trófica, siendo así la principal fuente de energía de
la vida. También aporta la energía que mantiene en funcionamiento los procesos
climáticos.
El Sol es una estrella que se encuentra en la fase denominada secuencia
principal, con un tipo espectral G2 y clase de luminosidad V, por tanto, también es
denominada como enana amarilla, se formó entre 4567,9 y 4570,1 millones de años y
permanecerá en la secuencia principal aproximadamente 5000 millones de años más. El
Sol, junto con todos los cuerpos celestes que orbitan a su alrededor, incluida la Tierra,
forman el sistema solar.
A pesar de ser una estrella mediana, es la única cuya forma se puede apreciar a
simple vista, con un diámetro angular de 32 a 35 de arco en el perihelio y 31 en el afelio,
lo que da un diámetro medio de 32 a 03. La combinación de tamaños y distancias del Sol
y la Luna son tales que se ven, aproximadamente, con el mismo tamaño aparente en el
cielo. Esto permite una amplia gama de eclipses solares distintos (totales, anulares o
parciales).
El vasto efecto del Sol sobre la Tierra ha sido reconocido desde tiempos
prehistóricos y ha sido considerado por algunas culturas como una deidad. El
movimiento de la Tierra alrededor del Sol es la base del calendario solar, el cual es el
calendario predominante en uso hoy en día.
La disciplina científica que se encarga del estudio del Sol en su totalidad es
la física solar.
CARACTERÍSTICAS
El Sol es una estrella de tipo-G de la secuencia principal que abarca
aproximadamente el 99,86 % de la masa del sistema solar. El Sol tiene una magnitud
absoluta de +4.83, estimada como la más brillante de las 85 % de estrellas de la Vía
Láctea, la mayoría de las cuales son enanas rojas. El Sol pertenece a la Población I, o a
las estrellas ricas en elementos pesados. La formación del Sol pudo haber sido
provocado por ondas de choque de una o más supernovas próximas. Esto fue planteado
debido a la gran abundancia de elementos pesados en el sistema solar, como el oro y
el uranio, en relación con las abundancias de estos elementos en la llamada Población II
de estrellas, siendo éstas pobres en elementos pesados. Estos elementos podrían
haberse producido por reacciones nucleares endotérmicas durante una supernova, o
por transmutación a través de la absorción neutrónica dentro de una estrella masiva de
segunda generación.
El Sol es, con diferencia, el objeto más brillante en el cielo, con magnitud
aparente de -26,74. Es unos 13 000 millones de veces más brillante que la segunda
estrella más brillante, Sirio, que tiene una magnitud aparente de -1.46. La distancia
media del centro del Sol al centro de la Tierra es de aproximadamente 1 unidad
astronómica (alrededor de 150 millones de kilómetros), aunque la distancia varía a
medida que la Tierra se mueve desde el perihelio en enero hasta el afelio en julio. En
esta distancia media, la luz viaja desde el horizonte del Sol hasta el horizonte de la Tierra
en unos 8 minutos y 19 segundos, mientras que la luz desde los puntos más cercanos del
Sol y de la Tierra tarda aproximadamente dos segundos menos.
El Sol no tiene un límite definido, y en sus partes externas su densidad disminuye
exponencialmente al aumentar la distancia desde su centro. No obstante, a efectos de
medición, se considera el radio solar como la distancia que engloba desde su centro
hasta el borde de la fotosfera, la superficie visible aparente del Sol. Con base en esta
medida, el Sol es una esfera casi perfecta con un achatamiento estimado de 9
millonésimas, lo que significa que su diámetro polar difiere de su diámetro ecuatorial
por tan solo 10 kilómetros. El efecto mareal de los planetas es débil y no afecta
significativamente a la forma del Sol. El Sol rota más deprisa por su ecuador que por
sus polos. Esta rotación diferencial es causada por el movimiento de convección debido
al transporte de calor y al efecto coriolis producido por la rotación del Sol. En un marco
de referencia definido por las estrellas, el periodo de rotación es de aproximadamente
25,6 días en el ecuador y de 33,5 días en los polos. Visto desde la Tierra en su órbita
alrededor del Sol, el período de rotación aparente del Sol en su ecuador es de unos 28
días.
En el siguiente cuadro se van a sintetizar las principales características del
astro rey el Sol:
SOL
Datos derivados de la observación terrestre
Distancia media desde la Tierra 149 597 870 700 m(~ 1,5 × 1011 m)
Características físicas
Periodo de rotación
Características orbitales
~2.5×1017 km
Distancia máxima al centro de la Galaxia
~26000 años luz
Periodo orbital alrededor del
2,25 - 2,50 × 108 años[2]
centro galáctico
Hidrógeno 73,46 %
Helio 24,85 %
Oxígeno 0,77 %
Carbono 0,29 %
Hierro 0,16 %
Neón 0,12 %
Nitrógeno 0,09 %
Silicio 0,07 %
Magnesio 0,05 %
Azufre 0,04 %
LUZ SOLAR
La constante solar es la cantidad de energía que el Sol deposita por unidad de
superficie y que es directamente expuesta como luz solar. La constante solar es igual a
aproximadamente 1368 W/m² (vatios por metro cuadrado) a una distancia de
una unidad astronómica (UA) del Sol (es decir, en o cerca de la Tierra). La luz del Sol en
la superficie de la Tierra es atenuada por la atmósfera terrestre, de modo que, llega
menos energía a la superficie (cerca de 1000 W/m²) en condiciones claras cuando el Sol
está cerca del cenit. La luz del Sol en la parte superior de la atmósfera terrestre está
compuesta (por energía total) de aproximadamente un 50 % de luz infrarroja, un 40 %
por luz visible y un 10 % de luz ultravioleta. La atmósfera terrestre filtra más del 70 % de
la radiación ultravioleta solar, especialmente en las longitudes de onda más cortas. La
radiación ultravioleta solar ioniza la parte superior de la atmósfera del lado diurno de la
Tierra, haciendo a la ionósfera conductora de electricidad.
El color del Sol es blanco con un índice de color-espacio (CIE) cercano al (0.3, 0.3)
cuando se ve desde el espacio o desde lo alto en el cielo; en cambio, cuando se está
desde una zona baja del cielo la dispersión atmosférica del Sol tiene un color amarillo,
rojo, naranja y magenta. A pesar de su blancura típica, la mayoría de la gente se imagina
mentalmente el Sol como amarillo; las razones de ello son objetos de debate. El Sol es
una estrella G2V, con G2 indica que su temperatura superficial es de aproximadamente
5778 K (5505 °C, 9941 °F), y V que, como la mayoría de las estrellas, es una estrella
enana de la secuencia principal. La luminancia media del Sol es de aproximadamente
1,88 giga candelas por metro cuadrado, pero como se ve a través de la atmósfera de la
Tierra, esto se reduce a aproximadamente 1,44 Gcd/m². Sin embargo, la luminancia no
es constante a través del disco del Sol (oscurecimiento del limbo).
COMPOSICIÓN
El Sol está compuesto principalmente por los elementos
químicos hidrógeno y helio; que representan el 74,9 % y el 23,8 % de la masa del Sol en
la fotosfera, respectivamente. Todos los elementos más pesados, llamados metales en
astronomía, representan menos del 2% de la masa, con el oxígeno (más o menos el 1 %
de la masa del Sol), carbono (0,3 %), neón (0,2 %), y el hierro (0,2 %) siendo el más
abundante.
El Sol heredó su composición química del medio interestelar a través del cual se
formó. El hidrógeno y el helio en el Sol fueron producidos por núcleo síntesis del Big
Bang, y los elementos más pesados se crearon por núcleo síntesis estelar en
generaciones de estrellas que completaron su evolución estelar y devolvieron su
material al medio interestelar antes de la formación del Sol. La composición química de
la fotosfera se considera normalmente como representativa de la composición del
sistema solar primordial. Sin embargo, desde que se formó el Sol, parte del helio y de
elementos pesados se han asentado gravitacionalmente desde la fotosfera. Por lo tanto,
en la fotosfera de hoy en día, la fracción de helio es reducida, y la metalicidad es solo el
84 % de lo que era en la fase protoestelar (antes de que la fusión nuclear comenzara en
el núcleo). Se cree que la composición protoestelar del Sol ha sido de un 71,1 % de
hidrógeno, 27,4 % de helio, y de un 1,5 % de elementos más pesados.
Hoy en día, la fusión nuclear en el núcleo del Sol ha modificado la composición
mediante la conversión del hidrógeno en helio, por lo que ahora la parte más interna del
Sol es más o menos un 60 % de helio, junto con la abundancia de elementos más
pesados sin ser alterados. Debido a que el calor se transfiere desde el centro del Sol
por radiación en vez de por convección, ninguno de los productos de fusión del núcleo
han llegado a la fotosfera.
La zona reactiva del núcleo de "combustión del hidrógeno", donde el hidrógeno
se convierte en helio, está empezando a ser circundado por un núcleo interno de
"cenizas de helio". Este desarrollo continuará y posteriormente tendrá lugar la salida del
Sol de la secuencia principal para llegar a convertirse así en una gigante roja.
La abundancia de elementos pesados solares descritos anteriormente son
medidos usando tanto espectroscopia de la fotosfera del Sol como midiendo las
abundancias en los meteoritos que nunca han sido calentados a temperaturas de fusión.
Se cree que estos meteoritos retienen la composición del Sol protoestelar y, por lo
tanto, no se ve afectado por la sedimentación de elementos pesados. Por lo general los
dos métodos concuerdan bien.
NACIMIENTO Y MUERTE DEL SOL
El Sol se formó hace 4650 millones de años y
tiene combustible para 7500 millones de años más.
Después, comenzará a hacerse más y más grande,
hasta convertirse en una gigante roja. Finalmente, se
hundirá por su propio peso y se convertirá en
una enana blanca, que puede tardar unos mil millones
de años en enfriarse. El Sol rodeado por un arcoíris
Se formó a partir de nubes de gas y polvo que contenían residuos de generaciones
anteriores de estrellas. Gracias a la metalicidad de dicho gas, de su disco
circunestelar surgieron, más tarde, los planetas, asteroides y cometas del sistema solar.
En el interior del Sol se producen reacciones de fusión en las que los átomos
de hidrógeno se transforman en helio, produciéndose la energía que irradia.
Actualmente, el Sol se encuentra en plena secuencia principal, fase en la que seguirá
unos 5000 millones de años más fusionando hidrógeno de manera estable.
Cada segundo se transforman 700 millones de toneladas de hidrógeno en cenizas
de helio, este proceso transforma cinco millones de toneladas de materia en energía, lo
que da como resultado que el Sol cada vez se vuelve más liviano. Llegará un día en que
el Sol agote todo el hidrógeno en la región central al haberlo transformado en helio.
La presión será incapaz de sostener las capas superiores y la región central
tenderá a contraerse gravitacionalmente, calentando progresivamente las capas
adyacentes.
El exceso de energía producida hará que las capas exteriores del Sol tiendan a
expandirse y enfriarse y el Sol se convertirá en una estrella gigante roja. El diámetro
puede llegar a alcanzar y sobrepasar al de la órbita de la Tierra, con lo cual, cualquier
forma de vida se habrá extinguido. Cuando la temperatura de la región central alcance
aproximadamente 100 millones de kelvin, comenzará a producirse la fusión del helio en
carbono mientras alrededor del núcleo se sigue fusionando hidrógeno en helio. Ello
producirá que la estrella se contraiga y disminuya su brillo a la vez que aumenta su
temperatura, convirtiéndose el Sol en una estrella de la rama horizontal. Al agotarse el
helio del núcleo, se iniciará una nueva expansión del Sol y el helio empezará también a
fusionarse en una nueva capa alrededor del núcleo inerte -compuesto de carbono y
oxígeno y que por no tener masa suficiente el Sol no alcanzará las presiones y
temperaturas suficientes para fusionar dichos elementos en elementos más pesados-
que lo convertirá de nuevo en una gigante roja, pero esta vez de la rama asintótica
gigante y provocará que el astro expulse gran parte de su masa en la forma de
una nebulosa planetaria, quedando únicamente el núcleo solar que se transformará en
una enana blanca y, mucho más tarde, al enfriarse totalmente, en una enana negra.
El Sol no llegará a estallar como una supernova al no tener la masa suficiente
para ello.
NÚCLEO
Ocupa unos 139 𝑥 103 𝑘𝑚 del radio solar, 1/5 del
mismo, y es en esta zona donde se verifican las reacciones
termonucleares que proporcionan toda la energía que el Sol
produce. Esta energía generada en el núcleo del Sol tarda un
millón de años para alcanzar la superficie solar. En su centro
se calcula que existe un 49 por ciento de hidrógeno, 49 por
ciento de helio y un 2 por ciento que se distribuye en otros
elementos que sirven como catalizadores en las reacciones
termonucleares. A comienzos de la década de los años 30 del
siglo XX, el físico austriaco Fritz Houtermans (1903-1966) y el
astrónomo inglés Robert d'Escourt Atkinson (1898-1982)
unieron sus esfuerzos para averiguar si la producción de
energía en el interior del Sol y en las estrellas se podía
explicar por las transformaciones nucleares. En 1938 Hans Albrecht Bethe(1906-2005),
en los Estados Unidos, y Carl Friedrich von Weizsäcker (1912-2007), en Alemania,
simultánea e independientemente, encontraron el hecho notable de que un grupo de
reacciones en las que intervienen el carbono y el nitrógeno como catalizadores
constituyen un ciclo, que se repite una y otra vez, mientras dura el hidrógeno. A este
grupo de reacciones se les conoce como ciclo de Bethe o del carbono, y es equivalente a
la fusión de cuatro protones en un núcleo de helio. En estas reacciones de fusión hay
una pérdida de masa, esto es, el hidrógeno consumido pesa más que el helio producido.
Esa diferencia de masa se transforma en energía, según la ecuación de Einstein (E =
mc²), donde E es la energía, m la masa y c la velocidad de la luz. Estas reacciones
nucleares transforman el 0,7 por ciento de la masa afectada en fotones, con una
longitud de onda cortísima y, por lo tanto, muy energéticos y penetrantes. La energía
producida mantiene el equilibrio térmico del núcleo solar a temperaturas
aproximadamente de 15 millones de kelvin.
ZONA RADIANTE
ZONA CONVECTIVA
Esta región se extiende por encima de la zona radiante, y en ella los gases solares
dejan de estar ionizados y los fotones son absorbidos con facilidad y se convierten en un
material opaco al transporte de radiación. Por lo tanto, el transporte de energía se
realiza por convección, de modo que el calor se transporta de manera no homogénea
y turbulenta por el propio fluido. Los fluidos se dilatan al ser calentados y disminuyen
su densidad. Por lo tanto, se forman corrientes ascendentes de material desde la zona
caliente hasta la zona superior, y simultáneamente se producen movimientos
descendentes de material desde las zonas exteriores menos calientes. Así, a unos 200
000 km bajo la fotosfera del Sol, el gas se vuelve opaco por efecto de la disminución de
la temperatura; en consecuencia, absorbe los fotones procedentes de las zonas
inferiores y se calienta a expensas de su energía. Se forman así secciones convectivas
turbulentas, en las que las parcelas de gas caliente y ligero suben hasta la fotosfera,
donde nuevamente la atmósfera solar se vuelve transparente a la radiación y el gas
caliente cede su energía en forma de luz visible, y se enfría antes de volver a descender
a las profundidades. El análisis de las oscilaciones solares ha permitido establecer que
esta zona se extiende hasta estratos de gas situados a la profundidad indicada
anteriormente. La observación y el estudio de estas oscilaciones solares constituyen el
campo de trabajo de la heliosismología.
FOTÓSFERA
La fotosfera es la zona visible donde se emite luz
visible del Sol. La fotosfera se considera como la
«superficie» solar y, vista a través de un telescopio, se
presenta formada por gránulos brillantes que se proyectan
sobre un fondo más oscuro. A causa de la agitación de
nuestra atmósfera, estos gránulos parecen estar siempre
en agitación. Puesto que el Sol es gaseoso, su fotosfera es
algo transparente: puede ser observada hasta una
profundidad de unos cientos de kilómetros antes de Esquema de la estructura de anillo
volverse completamente opaca. Normalmente se de una llamarada solar y su origen
considera que la fotosfera solar tiene unos 100 o 200 km causado por la deformación de las
de profundidad. líneas del campo electromagnético.
Aunque el borde o limbo del Sol aparece bastante nítido en una fotografía o en la
imagen solar proyectada con un telescopio, se aprecia fácilmente que el brillo del disco
solar disminuye hacia el borde. Este fenómeno de oscurecimiento del centro al limbo es
consecuencia de que el Sol es un cuerpo gaseoso con una temperatura que disminuye
con la distancia al centro. La luz que se ve en el centro procede en la mayor parte de las
capas inferiores de la fotosfera, más caliente
y por tanto más luminosa. Al mirar hacia el
limbo, la dirección visual del observador es
casi tangente al borde del disco solar por lo
que llega radiación procedente sobre todo
de las capas superiores de la fotosfera,
menos caliente y emitiendo con menor
intensidad que las capas profundas en la
base de la fotosfera.
Un fotón tarda un promedio de 10
días desde que surge de la fusión de dos
átomos de hidrógeno, en atravesar la zona
radiante y un mes en recorrer los
200 000 km de la zona convectiva, empleando tan solo unos 8 minutos y medio en
cruzar la distancia que separa la Tierra del Sol. No se trata de que los fotones viajen más
rápidamente ahora, sino que en el exterior del Sol el camino de los fotones no se ve
obstaculizado por los continuos cambios, choques, quiebros y turbulencias que
experimentaban en el interior del Sol.
Los gránulos brillantes de la fotosfera tienen muchas veces forma hexagonal y
están separados por finas líneas oscuras. Los gránulos son la evidencia del movimiento
convectivo y burbujeante de los gases calientes en la parte exterior del Sol. En efecto, la
fotosfera es una masa en continua ebullición en el que las células convectivas se
aprecian como gránulos en movimiento cuya vida media es tan solo de unos nueve
minutos. El diámetro medio de los gránulos individuales es
de unos 700 a 1000 km y resultan particularmente
notorios en los períodos de mínima actividad solar. Hay
también movimientos turbulentos a una escala mayor, la
llamada "súpergranulación", con diámetros típicos de
unos 35 000 km. Cada súpergranulación contiene cientos
de gránulos individuales y sobrevive entre 12 a 20 horas.
Fue Richard Christopher Carrington (1826-1875),
cervecero y astrónomo aficionado, el primero en observar la granulación fotosférica en
el siglo XIX. En 1896 el francés Pierre Jules César Janssen (1824-1907) consiguió
fotografiar por primera vez la granulación fotosférica.
El signo más evidente de actividad en la fotosfera son las manchas solares. En los
tiempos antiguos se consideraba al Sol como un fuego divino y, por consiguiente,
perfecto e infalible. Del mismo modo se sabía que la brillante cara del Sol estaba a veces
nublada con unas manchas oscuras, pero se imaginaba que era debido a objetos que
pasaban en el espacio entre el Sol y la Tierra. Cuando Galileo (1564-1642) construyó el
primer telescopio astronómico, dando origen a una nueva etapa en el estudio
del Universo, hizo la siguiente afirmación "Repetidas observaciones me han convencido,
de que estas manchas son sustancias en la superficie del Sol, en la que se producen
continuamente y en la que también se disuelven, unas más pronto y otras más tarde".
Una mancha solar típica consiste en una región central oscura, llamada "umbra",
rodeada por una "penumbra" más clara. Una sola mancha puede llegar a medir hasta 12
000 km (casi tan grande como el diámetro de la Tierra), pero un grupo de manchas
puede alcanzar 120 000 km de extensión e incluso algunas veces más. La penumbra está
constituida por una estructura de filamentos claros y oscuros que se extienden más o
menos radialmente desde la umbra.
Ambas (umbra y penumbra) parecen oscuras por contraste con la fotosfera,
simplemente porque están menos calientes que la temperatura media de la fotosfera.
Así, la umbra tiene una temperatura de 4000 K, mientras que la penumbra alcanza los
5600 K, inferiores en ambos casos a los 6000 K que tienen los gránulos de la fotosfera.
Por la ley de Stefan-Boltzmann, en que la energía total radiada por un cuerpo negro
(como una estrella) es proporcional a la cuarta potencia de su temperatura efectiva (E =
σT4, donde σ = 5,67051·10−8 W/m²·K4), la umbra emite aproximadamente un 32 % de la
luz emitida por un área igual de la fotosfera y análogamente la penumbra tiene un brillo
de un 71 % de la fotosfera. La oscuridad de una mancha solar está causada únicamente
por un efecto de contraste; si pudiéramos ver a una mancha tipo, con una umbra del
tamaño de la Tierra, aislada y a la misma distancia que el Sol, brillaría unas 50 veces más
que la Luna llena. Las manchas están relativamente inmóviles con respecto a la
fotosfera y participan de la rotación solar. El área de la superficie solar cubierta por
las manchas se mide en términos de millonésima del disco visible.
CROMOSFERA
La cromosfera es una capa exterior a la fotosfera visualmente mucho más
transparente. Su tamaño es de aproximadamente 10 000 km, y es imposible
observarla sin filtros especiales, pues es eclipsada por el mayor brillo de la fotosfera.
La cromosfera puede observarse durante un eclipse solar en un tono rojizo
característico y en longitudes de onda específicas, notablemente en Hα, una longitud
de onda característica de la emisión por hidrógeno a muy alta temperatura.
Las prominencias solares ascienden ocasionalmente desde la fotosfera,
alcanzan alturas de hasta 150 000 km y producen erupciones solares
espectaculares.
CORONA SOLAR
La corona solar está formada por las
capas más tenues de la atmósfera superior
solar. Su temperatura alcanza los millones de
kelvin, una cifra muy superior a la de la capa
que le sigue, la fotósfera, siendo esta inversión
térmica uno de los principales enigmas de la
ciencia solar reciente. Estas elevadísimas
temperaturas son un dato engañoso y consecuencia de la alta velocidad de las pocas
partículas que componen la atmósfera solar. Sus grandes velocidades son debidas a la
baja densidad del material coronal, a los intensos campos magnéticos emitidos por el
Sol y a las ondas de choque que rompen en la superficie solar estimuladas por las células
convectivas. Como resultado de su elevada temperatura, desde la corona se emite gran
cantidad de energía en rayos X. En realidad, estas temperaturas no son más que un
indicador de las altas velocidades que alcanza el material coronal que se acelera en
las líneas de campo magnético y en dramáticas eyecciones de material coronal (EMCs).
Lo cierto es que esa capa es demasiado poco densa como para poder hablar de
temperatura en el sentido usual de agitación térmica.
Todos estos fenómenos combinados ocasionan extrañas rayas en el espectro
luminoso que hicieron pensar en la existencia de un elemento desconocido en la tierra
al que incluso denominaron coronium hasta que investigaciones posteriores en 1942
concluyeron que se trataban de radiaciones producidas por átomos neutros de oxígeno
de la parte externa de la misma corona, así como de hierro, níquel, calcio y argón
altamente ionizados (fenómenos imposibles de obtener en laboratorios).
La corona solar solamente es observable desde el espacio con instrumentos
adecuados que anteponen un disco opaco para eclipsar artificialmente al Sol o durante
un eclipse solar natural desde la Tierra. El material tenue de la corona es continuamente
expulsado por la fuerte radiación solar dando lugar a un viento solar. Así pues, se cree
que las estructuras observadas en la corona están modeladas en gran medida por el
campo magnético solar y las células de transporte convectivo.
En 1970 el físico sueco Hannes Alfvén obtuvo el premio Nobel. Él estimó que
había ondas que transportaban energía por líneas del campo magnético que recorre
el plasma de la corona solar. Pero hasta hoy no se había podido detectar la cantidad de
ondas que eran necesarias para producir dicha energía.
Pero imágenes de alta definición ultravioleta, tomadas cada ocho segundos por
el satélite de la NASA Solar Dymanics Observatory (SDO), han permitido a científicos
como Scott McIntosh y a sus colegas del Centro Nacional Estadounidense de
Investigación Atmosférica, detectar gran cantidad de estas ondas. Las mismas se
propagan a gran velocidad (entre 200 y 250 kilómetros por segundo) en el plasma en
movimiento. Ondas cuyo flujo energético se sitúa entre 100 y 200 vatios por kilómetro
cuadrado "son capaces de proveer la energía necesaria para propulsar a los rápidos
vientos solares y así compensar las pérdidas de calor de las regiones menos agitadas de
la corona solar", estiman los investigadores.
Sin embargo, para McIntosh esto no es suficiente para generar los 2000 vatios
por metro cuadrado que se necesitan para abastecer a las zonas activas de la corona. Es
por esto que se requiere de instrumentos con mayor capacidad temporal y espacial para
estudiar todo el espectro de energía irradiada en las regiones activas de nuestra estrella.
El 13 de marzo de 1989, la
ciudad de Quebec, en Canadá, fue
azotada por una fuerte tormenta
solar. Como resultado de ello, seis
millones de personas se vieron
afectadas por un gran apagón que
duró 90 segundos. La red eléctrica
de Montreal estuvo paralizada
durante más de nueve horas. Los
daños que provocó el apagón,
junto con las pérdidas originadas por la falta de energía, alcanzaron los cientos de
millones de dólares.
Entre los días 1 y 2 de septiembre de 1859, una intensa tormenta solar afectó a
la mayor parte del planeta. Las líneas telegráficas de los Estados Unidos y el norte
de Europa quedaron inutilizadas y se provocaron varios incendios. Además, una
impresionante aurora boreal, fenómeno que normalmente solo puede observarse desde
las regiones árticas, pudo verse en lugares tan alejados de los polos como el sur de
Europa, el Caribe, Hawái e incluso en Colombia, cerca del ecuador terrestre.
satélites. Al tener una órbita interior a la de la Tierra, pasa periódicamente por delante
del Sol, como también lo hace Venus, este fenómeno se denomina tránsito astronómico.
Poco se sabía sobre Mercurio debido a las dificultades de observación que tienen
los telescopios de la Tierra. En su máxima elongación está a solo 28° del Sol tal como se
puede ver desde la Tierra, debido a esto, solo puede ser observado durante el ocaso o
en horas diurnas, atravesando una masa considerable de la atmósfera terrestre.
Si nos situásemos sobre la superficie de Mercurio, el Sol nos parecería dos veces
y media más grande. El cielo, sin embargo, lo veríamos siempre negro, porque no tiene
atmósfera que pueda dispersar la luz. Cuando un lado está de cara al Sol, la superficie
llega a temperaturas superiores a los 425 º 𝐶, mientras que las zonas en sombra bajan
hasta los −170 º.
a los científicos por al menos seis décadas. Einstein llegó a sufrir taquicardia días
después de este hecho debido a la emoción que le provocó.
A mediados del siglo XX, Brans y Dicke, físicos de la Universidad de Princeton,
argumentaron que el corrimiento del perihelio de Mercurio podría tener una explicación
con la teoría de gravitación de Newton si se consideraba que el Sol no es totalmente
esférico. Sin embargo no se han encontrado variaciones significativas en la esfericidad
del Sol y la teoría general de la relatividad ha sido ya varias veces comprobada en otros
fenómenos como los lentes gravitacionales y la predicción de la existencia de los
agujeros negros.
CARACTERÍSTICA
UBICACIÓN
DIMENSIONES
DATOS ORBITALES
ATMÓSFERA
GEOLOGÍA
TRÁNSITOS
FASES
Desde la Tierra pueden observarse las fases de Venus, tal y como las de la
Luna. Galileo Galilei fue el primero en avistarlas en 1610, anotando los cambios en su
tamaño perceptible e interpretándolos correctamente como que el astro se hallaba más
lejos de nosotros.
Venus brilla más cuando el 25% de su superficie se encuentra iluminada por el
Sol, lo cual ocurre 37 días antes de su conjunción con la Tierra en el cielo vespertino y 37
días después de ella en el cielo matutino.
LUCES ASHEN
La Tierra es el tercer planeta del Sistema Solar en órbita alrededor del Sol entre
Venus y martes, eso es, a 149600000 kilómetros del Sol. Es el más grande y más denso
de los llamados Planetas Terrestres, y el quinto en tamaño de los ochos que existen. Es,
además, el único planeta hasta la fecha capaz de albergar vida orgánica tal y como la
conocemos.
Su nombre proviene de la antigua mitología romana: TERRA, encarnación de la
diosa primigenia a quien se le asociaba la femineidad, la fecundidad y el origen de la
mayoría de las cosas. Se le asocia con la maternidad de diversas culturas, como la
Pachamama de los Incas o la Madre Tierra Occidental.
ORIGEN Y FORMACIÓN
ATMÓSFERA
EL CAMPO MAGNÉTICO
Es el más grande de los planetas terrestres. Sus polos se identifican como los
polos geográficos, si bien se supone su origen en el movimiento del núcleo metálico del
planeta, que genera corrientes eléctricas.
Así se forma la magnetosfera, el campo magnético terrestre que, entre otras
cosas, desvían las partículas del viento solar. Se estima el momento magnético dipolar
del planeta en 7,91 x 10 15 T m3. Dicha fuerza magnética se debilita hacia el ecuador.
Repartidos a lo largo continentes, habitamos en el mundo unos 7 millones de
seres humanos y se espera que esta cifra alcance los 9.200 millones para el año 2050. El
continente mayor poblado es Asia, y las estadísticas mundial apuntan a un 40% de
población rural versus 60% de población urbana.
LA LUNA
CARACTERÍSTICAS FÍSICAS
La luna se encuentra a una distancia de 385.000 km de la Tierra. Esta es 4 veces
más pequeña que el tamaño de la Tierra y se compone de diferentes partes:
Corteza. En la superficie lunar se halla la corteza; allí es posible distinguir los cráteres
lunares. Aunque la luna no posee agua es posible distinguir en la corteza zonas
denominadas mares lunares, así como también zonas denominadas tierras lunares.
Manto. Luego de la corteza lunar se encuentra el manto.
Núcleo lunar. Más abajo se halla el núcleo que se puede dividir en dos partes: una
primera parte líquida y una parte central sólida.
La densidad de la Luna es solo del 60% la densidad de la Tierra. Esta es la razón para que
en la Luna todo pese menos que en la Tierra. Por último es importante decir que la Luna
no tiene atmósfera. Esto impide la respiración sin máscaras de oxígeno y trajes
especiales.
Teorías sobre su formación: Existen diversas teorías sobre la formación del origen de la
Luna aunque hasta este momento no se ha podido confirmar ninguna.
Teoría de la fisión. Esta teoría supone que la Tierra se encontraba girando tan
rápidamente que se dividió en dos, formando de este modo a la Luna.
Teoría de la captura. Esta teoría sostiene que por alguna razón la Luna perdió
energía y, al pasar cerca de la Tierra ésta quedó atrapada por la órbita de la Tierra.
Teoría de los planetas gemelos o de la creación. Esta teoría sostiene que la Luna y la
Tierra eran planetas gemelos en un origen.
La órbita de la Luna
Además podemos decir que la Luna se aleja alrededor de 4 cm por año respecto
de la Tierra y a su vez va frenando la rotación misma del planeta Tierra.
MOVIMIENTOS DE LA LUNA
La luna tarda 28 días en dar toda una vuelta a la Tierra. Dado el movimiento de rotación
y de traslación, la luna siempre muestra la misma cara de ésta a la Tierra. Por ende,
existe una parte que no se ha conocido hasta tanto se ha produjo el alunizaje.
Fase de la luna nueva. En esta fase, la Luna se encuentra pasando entre la Tierra
y el Sol. Como la cara opuesta a la Tierra se encuentra exactamente delante de la luz del
sol, es probable que la luna nueva casi sea imperceptible desde la Tierra.
Cuando la luna tiene la parte visible del lado izquierdo, se dice que ésta se
encuentra en cuarto creciente. El nombre de esta fase proviene cuando la cara de la
Luna visible comienza a menguar, es decir, comienza a parecer más pequeña o invisible
por el efecto de la luz del Sol.
ECLIPSES LUNARES
Eclipse solar. Se presenta cuando la Luna oculta al Sol. Esto solo sucede durante
la fase de luna nueva.
Eclipse lunar. Ocurre cuando la Tierra se interpone entre el Sol y la Luna. En este
caso los 3 cuerpos (Tierra, Sol y Luna) deben encontrarse alineados. Esto ocurre
en la fase de la luna llena.
MARTE: EL PLANETA ROJO
Marte es el cuarto planeta en orden de
distancia al Sol y el segundo más pequeño
del sistema solar, después de Mercurio. Recibió su
nombre en homenaje al dios de la guerra de la
mitología romana (Ares en la mitología griega), y es
también conocido como "el planeta rojo” debido a
la apariencia rojiza4 que le confiere el óxido de
hierro predominante en su superficie. Marte es
el planeta interior más alejado del Sol. Es
un planeta telúrico con una atmósfera delgada de
dióxido de carbono, y dos satélites pequeños y de
forma irregular, Fobos y Deimos (hijos del dios griego), que podrían ser asteroides
capturados similares al asteroide troyano (5261) Eureka. Sus características superficiales
recuerdan tanto a los cráteres de la Luna como a los valles, desiertos y casquetes
polares de la Tierra.
El periodo de rotación y los ciclos estacionales son similares a los de la Tierra, ya
que es la inclinación la que genera las estaciones. Marte alberga el Monte Olimpo, el
volcán más grande y la segunda montaña más alta conocida en el sistema solar, y
los Valles Marineris, uno de los mayores cañones del sistema solar. La llana cuenca
Boreal en el hemisferio norte cubre el 40% del planeta y puede ser característica de un
gigantesco impacto.78 Aunque en apariencia podría parecer un planeta muerto, no lo es.
Sus campos de dunas siguen siendo mecidos por el viento marciano, sus casquetes
polares cambian con las estaciones e incluso parece que hay algunos pequeños flujos
estacionales de agua.9
Investigaciones en curso evalúan su habitabilidad potencial en el pasado, así
como la posibilidad de existencia de vida. Se planean futuras investigaciones
astrobiológicas, entre ellas la Mars 2020 de la NASA y la ExoMars de la ESA El agua en
estado líquido no puede existir en la superficie de Marte debido a su baja presión
atmosférica, que es unas 100 veces inferior a la de la Tierra,14 excepto en las zonas
menos elevadas durante cortos periodos de tiempo.1516 Los dos casquetes polares
parecen estar formados en su mayor parte por agua.1718 El volumen de agua helada del
casquete polar sur, si se derritiera, sería suficiente como para cubrir la superficie
planetaria al completo con una profundidad de 11 metros (66 pies).19
Marte se puede observar fácilmente a simple vista desde la Tierra, así como su
coloración rojiza. Su magnitud aparente alcanza -2.9720, y es solo superada
por Júpiter, Venus, la Luna y el Sol. Los telescopios ópticos terrestres están
normalmente limitados a resoluciones de aproximadamente 300 km (190 millas) de
distancia, cuando la Tierra y Marte están más cercanos, debido a la atmósfera
terrestre.21
El astrónomo danés del siglo XVI Tycho Brahe midió con gran precisión el
movimiento de Marte en el cielo. Los datos sobre el movimiento retrógrado aparente
(los llamados "lazos") permitieron a Kepler hallar la naturaleza elíptica de su órbita y
determinar las leyes del movimiento planetario conocidas como leyes de Kepler.
Marte forma parte de los planetas superiores a la Tierra, ya que su órbita nunca
atraviesa la de la Tierra alrededor del Sol. Sus fases (porción iluminada vista desde la
Tierra) están poco marcadas, hecho que es fácil de demostrar geométricamente.
Considerando el triángulo Sol-Tierra-Marte, el ángulo de fase es el que forman el Sol y la
Tierra vistos desde Marte; este alcanza su valor máximo en las cuadraturas cuando el
triángulo STM es rectángulo en la Tierra. Para Marte, este ángulo de fase no es nunca
mayor de 42°, y su aspecto de disco giboso es análogo al que presenta la Luna 3,5 días
antes o después de la Luna llena. Esta fase, visible con un telescopio de aficionado, no
pudo ser vista por Galileo, quien solo supuso su existencia
CARACTERÍSTICAS FÍSICAS
Marte es ligeramente elipsoidal, con un diámetro ecuatorial de 6794,4 km y polar de
6752,4 km (aproximadamente la mitad que la Tierra), y una superficie total algo inferior a la de
las tierras emergidas de nuestro planeta. Medidas micrométricas muy precisas han mostrado un
achatamiento de 0,01 tres veces mayor que el de la Tierra. A causa de este achatamiento, el eje de
rotación está afectado por una lenta precesión debida a la atracción del Sol sobre el abultamiento
ecuatorial del planeta. La precesión lunar, que en la Tierra es dos veces mayor que la solar, no tiene
su equivalente en Marte.
Con este diámetro, su volumen es un 15% del terrestre y su masa aproximadamente un
11 %. En consecuencia, la densidad de Marte es menor a la de la Tierra y su gravedad un 38% inferior
a la gravedad terrestre. La apariencia rojo-anaranjada de su superficie se debe al óxido de hierro III o
herrumbre.24 Puede parecer color tofe, y también de otros colores como dorado, marrón, beige o
verdoso, dependiendo de los minerales presentes en su superficie.
ESTRUCTURA INTERNA
Al igual que la Tierra, Marte tiene diferenciados un denso núcleo metálico
recubierto por materiales menos densos. Los modelos actuales sugieren un núcleo con
un radio de aproximadamente 1,794 ± 65 kilómetros (1,115 ± 40 mi), consistente
principalmente en níquel y hierro con aproximadamente un 16-17 % de azufre. Se cree
que este núcleo de sulfuro de hierro (II) contiene el doble de elementos ligeros que el de
la Tierra. El núcleo está rodeado por un manto de silicato donde se formaron muchas de
las características tectónicas y volcánicas del planeta, ahora en estado latente. Junto con
el silicio y el oxígeno, los elementos más abundantes en la corteza de Marte son
hierro, magnesio, aluminio, calcio y potasio. El grosor medio de la corteza del planeta es
de unos 50 km (31 mi), con un grosor máximo de 125 km (78 mi). El grosor medio de la
corteza de la Tierra es 40 km (25 mi)
Marte es un planeta rocoso compuesto por
minerales que contienen silicio y oxígeno, metales, y
otros elementos que normalmente componen las rocas.
La superficie de Marte está compuesta principalmente
por basalto toleítico29 con un alto contenido en óxidos
de hierro que proporcionan el característico color rojo
de su superficie. Por su naturaleza se asemeja a
la limonita, óxido de hierro muy hidratado. Así como en
las cortezas de la Tierra y de la Luna predominan los
silicatos y los aluminatos, en el suelo de Marte son preponderantes los ferrosilicatos.
Sus tres constituyentes principales son, por orden de abundancia, el oxígeno, el silicio y
el hierro. Contiene: 20,8 % de sílice, 13,5 % de hierro, 5 % de aluminio, 3,8 % de calcio, y
también titanio y otros componentes menores. Algunas zonas son más ricas
en sílice que en basalto y pueden ser similares a las rocas andesitas de la Tierra o
al vidrio de sílice. En partes de las zonas montañosas del sur hay cantidades detectables
de piroxenos de alto contenido en calcio. Se han detectado también concentraciones
localizadas de hematitas y olivinos.30 La mayor parte de su superficie está
profundamente cubierta de polvo de grano fino de óxido de hierro (III).3132
Marte es un planeta notablemente más pequeño que la Tierra. Sus principales
características, en proporción con las del globo terrestre, son las siguientes: diámetro
53%, superficie 28%, masa 11%. Como los océanos cubren alrededor del 70% de la
superficie terrestre y Marte carece de ellos, ambos planetas poseen aproximadamente
la misma cantidad de superficie pisable.
Aunque en marte no hay evidencias de una estructura global de campo
magnético33, partes de la corteza planetaria muestran evidencias de haber estado
magnetizadas, lo que sugiere la alternancia de inversión de polaridad de su campo
dipolar en el pasado. Este paleomagnetismo de minerales susceptibles magnéticamente
es similar al de las franjas alternas halladas en los fondos oceánicos terrestres. Una
teoría, publicada en 1999 y revisada en octubre de 2005 (con ayuda de la Mars Global
Surveyor), es que estas franjas sugieren actividad de la tectónica de placas de Marte
hace 4000 millones de años, antes de que la dínamo planetaria dejara de funcionar y el
campo magnético del planeta se desvaneciese.34
Se cree que Marte se creó, durante la formación del sistema solar, como
resultado de un proceso estocástico de acumulación de material del disco
protoplanetario que orbitaba alrededor del Sol. Marte tiene muchas características
químicas peculiares debido a su posición en el sistema solar. Elementos con puntos de
ebullición relativamente bajos, como el cloro, el fósforo y el azufre, son mucho más
comunes en Marte que en la Tierra; estos elementos fueron probablemente expelidos
por el enérgico viento solar del joven Sol. 35
Tras la formación de los planetas, todos fueron sometidos al denominado
"bombardeo intenso tardío". Alrededor del 60% de la superficie de Marte muestra un
registro de impactos de esa época,3637 mientras que el resto de la superficie restante
está probablemente bajo inmensos cráteres de impacto producidos por esos
acontecimientos. Hay evidencia de una enorme cuenca de impacto en el hemisferio
norte de Marte que abarca entre 10 600 por 8500 km (6600 por 5300 mi), o
aproximadamente cuatro veces el tamaño de la cuenca Aitken en el polo sur de la Luna,
la mayor cuenca de impacto descubierta hasta el momento.78 Esta teoría sugiere que
Marte fue impactado por un cuerpo del tamaño de Plutón hace unos cuatro mil millones
de años. El suceso, que se cree que es la causa de la dicotomía hemisférica marciana,
creó la cuenca Borealis que cubre el 40% del planeta.
La sonda Phoenix proporcionó datos acerca de que el suelo marciano es
ligeramente alcalino y contiene elementos como magnesio, sodio, potasio y cloro. Estos
nutrientes se encuentran en los suelos terrestres, y son necesarios para el crecimiento
de las plantas.43 Los experimentos realizados por la sonda espacial mostraron que el
suelo marciano tiene un pH básico de 7,7 y contiene un 0,6% de sales de perclorato.
Las estrías son comunes a lo largo de Marte y con frecuencia aparecen nuevas
rayas en las pendientes escarpadas de los cráteres, en las depresiones y los valles. Estas
rayas son al principio oscuras y con el tiempo se van clareando. Pueden empezar en un
área minúscula y luego extenderse cientos de metros. Se ha observado que bordean los
peñascos y otros obstáculos a su paso. Las teorías comúnmente aceptadas sugieren que
se trata de capas oscuras del subsuelo puestas a descubierto tras avalanchas de nubes
de polvo o diablos de polvo.48 Se han propuesto algunas otras explicaciones, entre ellas
las concernientes al agua o incluso al desarrollo de organismos
La atmósfera de Marte es muy tenue, con una presión superficial de solo 7 a
9 hPa frente a los 1013 hPa de la atmósfera terrestre. Esto representa una centésima
parte de la terrestre. La presión atmosférica varía considerablemente con la altitud,
desde casi 9 hPa en las depresiones más profundas, hasta 1 hPa en la cima del Monte
Olimpo. Los recientes descubrimientos respecto a la exploración marciana permiten
concluir que los datos sobre la presión atmosférica deben ser revisados. Concretamente
porque con tales datos de presión atmosférica sería inviable el uso de grandes
paracaídas para el aterrizaje de los módulos enviados a Marte (ver Mars Science
Laboratory).
Sobre la base de datos observados fundamentalmente desde la órbita marciana
se ha deducido que la composición atmosférica del planeta es
fundamentalmente: dióxido de carbono en un 95,3 %, con un 2,7 % de nitrógeno, 1,6 %
de argón y trazas de oxígeno molecular (0,15 %), monóxido de carbono (0,07 %) y vapor
de agua (0,03 %). La proporción de otros elementos es ínfima y escapa su dosificación a
la sensibilidad de los instrumentos hasta ahora empleados. No obstante, debido a la
confirmación en 2015 de la presencia de agua estacional en la superficie marciana por la
NASA, los datos sobre la proporción de oxígeno y vapor de agua atmosféricos deben ser
revisados. Con criterio temporal también se ha supuesto que el contenido de ozono es
1000 veces menor que en la Tierra, por lo que esta capa, que se encuentra a 40 km de
altura, sería incapaz de bloquear la radiación ultravioleta.
La atmósfera es lo bastante densa como para albergar vientos muy fuertes y
grandes tormentas de polvo que, en ocasiones, pueden abarcar el planeta entero
durante meses. Este viento es el responsable de la existencia de dunas de arena en los
desiertos marcianos. Las nubes pueden presentarse en tres colores: blancas, amarillas y
azules. Las nubes blancas son de vapor de agua condensada o de dióxido de carbono en
latitudes polares. Las amarillas, de naturaleza pilosa, son el resultado de las tormentas
de polvo y están compuestas por partículas de tamaño en torno a 1 micra. La bóveda
celeste marciana es de un suave color rosa salmón debido a la dispersión de la luz por
los granos de polvo muy finos procedentes del suelo ferruginoso.
En invierno, en las latitudes medias, el vapor de agua se condensa en la
atmósfera y forma nubes ligeras de finísimos cristales de hielo. En las latitudes
extremas, la condensación del anhídrido carbónico forma otras nubes que constan de
cristales de nieve carbónica.
La débil atmósfera marciana produce un efecto invernadero que aumenta la
temperatura superficial unos 5 grados; mucho menos que lo observado en Venus y en la
Tierra.
La atmósfera marciana ha sufrido
un proceso de evolución considerable
por lo que es una atmósfera de segunda
generación. La atmósfera primigenia,
formada poco después que el planeta,
ha dado paso a otra, cuyos elementos
provienen de su actividad geológica. Así,
el vulcanismo vierte a la atmósfera
determinados gases, entre los cuales predominan el gas carbónico y el vapor de agua. El
primero queda en la atmósfera, en tanto que el segundo tiende a congelarse en el suelo
frío. El nitrógeno y el oxígeno no son producidos en Marte más que en ínfimas
proporciones. Por el contrario, el argón es relativamente abundante en la atmósfera
marciana. Esto no es de extrañar: los elementos ligeros de la atmósfera
(hidrógeno, helio, etc.) son los que más fácilmente se escapan en el espacio
interplanetario dado que sus átomos y moléculas alcanzan la velocidad de escape; los
gases más pesados acaban por combinarse con los elementos del suelo; el argón,
aunque ligero, es lo bastante pesado como para que su escape hidrodinámico hacia el
espacio interplanetario sea difícil y, por otra parte, al ser un gas neutro o inerte, no se
combina con los otros elementos por lo que va acumulándose con el tiempo.
En los inicios de su historia Marte pudo haber sido muy parecido a la Tierra. Al
igual que en nuestro planeta la mayor parte de su dióxido de carbono se utilizó para
formar carbonatos en las rocas. Pero al carecer de una tectónica de placas es incapaz de
reciclar hacia la atmósfera nada de este dióxido de carbono y así no puede mantener un
efecto invernadero significativo.
No existe cinturón de radiación, aunque sí una débil ionosfera que tiene su
máxima densidad electrónica a 130 km de altura.
La atmósfera de Marte escapa al espacio exterior lentamente, pero de forma
continuada, a lo largo del tiempo. La principal causa de este escape es el viento solar. Al
no existir un campo magnético significativo, las partículas cargadas eléctricamente del
viento solar penetran en la atmósfera. El magnetismo de estas partículas interactúa con
los iones de la atmósfera y les da suficiente aceleración como para que algunas logren
la velocidad de escape y abandonen el planeta. También golpean las partículas neutras,
dándoles también una aceleración semejante en algunos casos. En 2015 la sonda
espacial MAVEN midió la tasa de pérdida de la atmósfera, y el resultado fue que cada
segundo escapa al espacio exterior más de 100 gramos de la atmósfera de Marte,
siendo entre 10 y 20 veces superior la pérdida durante las erupciones solares.55
Aunque no hay evidencia de actividad volcánica actual, recientemente la nave
europea Mars Express y medidas terrestres obtenidas por el telescopio Keck desde la
Tierra han encontrado trazas de gas metano en una proporción de 10 partes por 1000
millones. Este gas solo puede tener un origen volcánico o biológico. El metano no puede
permanecer mucho tiempo en la atmósfera; se estima en 400 años el tiempo que tarda
en desaparecer de la atmósfera de Marte, lo que implica que hay una fuente activa que
lo produce. La pequeña proporción de metano detectada, muy poco por encima del
límite de sensibilidad instrumental, impide por el momento dar una explicación clara de
su origen, ya sea volcánico y/o biológico.54 La misión del aterrizador Mars Science
Laboratory (Curiosity) incluye equipo para comparar las proporciones de los isótopos C-
12, C-13 y C-14, presentes en dióxido de carbono y en metano, para así determinar el
origen de este último
METEORITOS DE MARTE
El meteorito ALH84001 fue encontrado en
la Antártida en diciembre de 1984 por un grupo de
investigadores del proyecto ANSMET y pesa 1,93 kg.
Algunos investigadores asumen que las formas
Imagen obtenida por un
regulares podrían ser microorganismos fosilizados,
microscopio electrónico
similares a los nanobios o nanobacterias. En él se ha de estructuras minerales
detectado contenido de una magnetita que en la en el interior del
meteorito ALH84001.
Tierra solamente se encuentra en relación con
ciertos microorganismos.
METEORITO NAKHLA
El meteorito Nakhla, proveniente de Marte, cayó en la Tierra en 28 de junio de
1911, aproximadamente a las 09:00 AM en la localidad de Nakhla, Alejandría, Egipto.
Un equipo de la NASA, de la división de
Johnson Space Center, obtuvo una pequeña
muestra de este meteorito en marzo de 1998, la
cual fue analizada por medio de microscopía
óptica y un microscopio electrónico y otras
técnicas para determinar su contenido; los
investigadores observaron partículas esféricas de
tamaño homogéneo. Asimismo, realizaron
análisis mediante cromatografía de
gases y espectrometría de masas, (GC-MS) para estudiar los hidrocarburos
aromáticos de alto peso molecular. Además, se identificaron en el interior "estructuras
celulares y secreciones exopolimericas". Los científicos de la NASA concluyeron que "al
menos un 75% del material orgánico no puede ser contaminación terrestre.”
Esto causó interés adicional por lo que en 2006, la NASA pidió una muestra más
grande del meteorito Nakhla al Museo de Historia Natural de Londres. En este segundo
espécimen, se observó un alto contenido de carbón en forma de ramificaciones. Al
publicarse las imágenes respectivas en 2006, se abrió un debate por parte de
investigadores independientes que consideran la posibilidad de que el carbón sea de
origen biológico. Sin embargo, otros investigadores han recalcado que el carbón es el
cuarto elemento más abundante del Universo, por lo que encontrarlo en curiosas
formas o patrones, no sugiere la posibilidad de origen biológico.
METEORITO SHERGOTTY
El meteorito Shergotty, de origen marciano y con masa de 4 kg, cayó en
Shergotty, India el 25 de agosto de 1865, donde testigos lo recuperaron
inmediatamente. Está compuesto de piroxeno y se calcula que fue formado en Marte
hace 165 millones de años, y fue expuesto y transformado por agua líquida durante
muchos años. Ciertas características de este meteorito sugieren la presencia de restos
de membranas o películas de posible origen biológico, pero la interpretación de sus
formas mineralizadas varía.
OBSERVACIÓN DE LOS SATÉLITES
Pero no fue hasta 1930 que se supo de qué está hecho Júpiter. El astrónomo Rupert
Wildt investigó el planeta y encontró que la atmósfera está básicamente compuesta de
hidrógeno y helio. A partir del año 1973, los Estados Unidos envió naves espaciales para que
observaran este masivo planeta.
Los planetas del Sistema Solar se dividen en dos grupos: el grupo terrestre
formado por Mercurio, Venus, la Tierra y Marte y el grupo de los planetas gigantes
formado por Júpiter, Saturno, Urano y Neptuno.
Júpiter es el quinto planeta del sistema solar. Forma parte de los denominados
planetas exteriores o gaseosos. Recibe su nombre del dios romano Júpiter (Zeus en la
mitología griega). Júpiter es un cuerpo masivo gaseoso, formado principalmente por
hidrógeno y helio, carente de una superficie interior definida.
SATÉLITES
Si bien algunos de los satélites de Júpiter por ser demasiado pequeño sigue
conservando su designación astronómica, he aquí los nombres de los que sí están
bautizados: Metis, Adrastea, Amaltea, Tebe, Ío, Europa, Ganímedes, Calisto,
Temisto, Leda, Himalia, Lisitea, Elara, Carpo, Euporia, Ortosia, Euante, Harpálice.
Masa 5,688·1026 kg
Volumen 8,27·1023 m³
Densidad 690 kg/m³
Área de superficie 4,38·1016 m²
Diámetro 120 536 km
Gravedad 10,44 m/s²
Velocidad de escape 35 490 m/s
Ecuatorial 10 h 13 m 59 s
Periodo de rotación
Interno 10 h 39 m 25 s
De los cinco planetas, Saturno es el de movimiento más lento, emplea unos treinta años
(29,457 años) en completar su órbita, casi el triple que Júpiter (11,862 años) y respecto a
Mercurio, Venus y Marte la diferencia es mucho mayor.
Fue Galileo Galilei, junto con su ayudante Alejandro Campelo en 1610. Años
después, Christian Huygens descubrió que tenía anillos. En 1859 James Clerck Maxwell
demostró matemáticamente que los anillos no eran un cuerpo sólido, sino estaban
formados por millones de partículas.
Saturno tiene más colores mudos que Júpiter, a pesar de tener una atmósfera
parecida. Su color natural es de un amarillo pálido, así que cualquier foto que veas con
tonos intensos se tratará de una que colorearon. Urano y Neptuno también se esconden
en una atmósfera inmensamente densa
Mientras que sólo tarda alrededor de 10 horas Júpiter rotar, tarda 11.9 años
terrestres en orbitar el Sol. Aunque esto parece mucho tiempo, en realidad es mucho
menos que algunos de los otros planetas. Año de Saturno es 29,7 años terrestres.
Nuestro planeta gira 30 veces en el tiempo que tarda Saturno en girar una vez.
Su teoría es que los anillos se formaron cuando una luna enorme del tamaño de
Titán (el satélite más grande de Saturno) se impactó contra el planeta en las primeras
etapas del Sistema Solar. Las fuerzas de marea desintegraron parte del manto helado
que cubría a la luna distribuyéndolo en lo que hoy son los anillos
SATÉLITES
En algunas, como Dione y Tetis, hay evidencia de actividad tectónica y sus
superficies se rompen y separan. Otras, como Jano y Epimeteo, parece que formaron
parte de satélites más grandes que se rompieron y separaron y ahora intercambian sus
órbitas periódicamente. Prometeo y Pandora interactúan con el material de los anillos,
pastoreando el anillo en su órbita. Algunos satélites más pequeños están atrapados en
la misma órbita, como Tetis y Dione. El estudio de estas lunas nos proporciona muchos
detalles sobre la historia del sistema de Saturno y del Sistema Solar en general.
URANO: PLANETA EN PIE
Características principales.
Urano es el séptimo planeta del sistema solar, el
la historia moderna.
Tiene un diámetro ecuatorial de 51.800 kilómetros y su distancia media al Sol es de 2.870 millones de kilómetros.
El día de Urano dura 17 horas y 14 minutos. El año de Urano (una vuelta completa al sol) tarda 84 años de La Tierra. Urano tiene 27
lunas. Las dos más grandes, Titania y Oberón, fueron descubiertas por William Herschel en 1787.
Posee la atmósfera planetaria más fría del sistema solar, con una temperatura mínima de -224 °C compuesta
fundamentalmente de hidrógeno y helio, con algo de metano y pequeñas cantidades de acetileno y otros hidrocarbonos. El metano
situado en la parte alta de la atmósfera absorbe la luz roja, dando a Urano su color verde-azul. Sus vientos son prácticamente los
más fuertes del sistema solar, las velocidades del viento en Urano pueden llegar o incluso sobrepasar los 250 metros por segundo
(900 km/h).
La principal característica de Urano, es la inclinación de su eje de rotación, casi noventa grados con respecto a su órbita;
por lo tanto, sus polos norte y sur se encuentran en donde la mayoría de los otros planetas tienen el ecuador la inclinación no solo se
limita no sólo se limita al mismo planeta, sino también a sus anillos y satélites. Tiene un movimiento retrógrado (es decir, gira a
NOMENCLATURA
Urano es el único planeta cuyo nombre deriva tanto de un personaje de la mitología griega como de la mitología romana.
fue el astrónomo alemán Johann Elert Bode quien acuñó y optó por la versión latinizada del dios del cielo de la mitología griega
«Urano», padre de Crono (cuyo equivalente romano daba nombre a Saturno), aduciendo que ya que Saturno era el padre de Júpiter,
lo más lógico era que el nuevo planeta tomara nombre a su vez del padre de Saturno. El símbolo astronómico de Urano se
representa como . Es un híbrido entre los símbolos del planeta Marte y el Sol, puesto que Urano era dios y personificación
misma del cielo en la mitología griega, el cual creían dominado por los poderes combinados del Sol y de Marte.
ÓRBITA Y ROTACIÓN.
Urano gira alrededor del Sol una vez cada 84 años terrestres; tiene un movimiento de este a oeste (movimiento
retrógrado). Su distancia media al Sol es de unos 3.000 millones de kilómetros (aproximadamente 20 UA). (2870990000 km). La
intensidad de la luz del Sol a Urano es más o menos 1/400 que en la Tierra.
INCLINACIÓN DEL EJE.
El eje de rotación de Urano está de lado con respecto al plano del sistema solar, con una inclinación del eje de 97,77°.
Esto produce cambios en las estaciones de un modo completamente diferente al de los demás planetas mayores. Se puede visualizar
que Urano rota más bien como una pelota rodando inclinada. Cuando se acercan los solsticios de Urano, un polo mira
continuamente en dirección al Sol mientras que el otro está en el sentido contrario. Sólo una banda estrecha alrededor del ecuador
experimenta un ciclo rápido de día y noche, pero con el Sol muy bajo sobre el horizonte como en las regiones polares de la Tierra. Al
otro lado de la órbita de Urano, la orientación de los polos en dirección al Sol es inversa. Cada polo recibe alrededor de 42 años de
luz solar ininterrumpida, seguidos por 42 años de oscuridad. Cuando se acercan los equinoccios, el Sol se alinea con el ecuador de
Urano creando un período de ciclos día-noche parecidos a los que se observan en la mayoría de los otros planetas.
Una consecuencia de la orientación del eje es que las regiones polares reciben durante el transcurso del año más energía
solar que las regiones ecuatoriales, sin embargo, la temperatura de Urano es más elevada en su ecuador que en sus polos. El
mecanismo que causa esta circunstancia es aún desconocido. No se conocen los motivos por los que el eje del planeta está inclinado
en tan alto grado, aunque se especula que quizás durante su formación el planeta pudo haber colisionado con un gran protoplaneta
capaz de haber producido esta orientación anómala. Otra posibilidad es que las perturbaciones gravitatorias ejercidas por los otros
planetas gigantes del sistema solar lo hayan forzado a inclinarse de esta manera.
El calor interno de Urano parece ser más bajo que la de los otros
Urano es tan baja. La temperatura más baja registrada en la tropopausa de Urano es de −224 °C, haciendo de Urano el planeta más frío
Aunque no hay una superficie sólida bien definida en el interior de Urano, la parte más exterior de la envoltura gaseosa
La composición de la atmósfera de Urano es diferente que la de Urano entero, ya que consiste principalmente de
hidrógeno molecular y helio, con una pequeña cantidad de metano y trazas de agua y amoniaco
CLIMA.
En longitudes de ondas ultravioletas y visibles, la atmósfera de Urano es notablemente lisa comparada con los otros
gigantes gaseosos, incluso con Neptuno, con quien se parece bastante en otros aspectos. Cuando el Voyager 2 sobrevoló Urano en
1986, observó un total de diez formas de nubes en el planeta entero. Una explicación propuesta sobre por qué hay tan pocas es que
el calor interno de Urano es bastante bajo en comparación con la de los otros planetas gigantes. La temperatura más baja registrada
en la tropopausa de Urano es de -224ºC, haciendo de Urano el planeta más frío del sistema solar, incluso más frío que Neptuno.
FORMACIÓN
Muchos investigadores argumentan que las diferencias entre los gigantes gaseosos y los gigantes helados se extienden a
su formación. Se cree que el sistema solar se formó a partir de una bola de gas gigante que daba vueltas conocida como nebulosa
presolar. La mayor parte del gas, principalmente hidrógeno y helio, formó el Sol, mientras que las partículas de polvo se juntaron
para formar los primeros protoplanetas. A medida que los planetas crecían, algunos de ellos fueron capaces de agrupar suficiente
materia como para que su gravedad capturara los gases restantes de la nebulosa presolar. Cuanto más gas acumulaban, más
grandes se hacían; conforme su tamaño aumentaba, más gas podían acumular hasta que se llegaba a un punto crítico, y entonces su
tamaño comenzó a crecer exponencialmente. Los gigantes helados, con sólo unas pocas masas terrestres de gas nebular, nunca
lograron este punto crítico. Simulaciones recientes de migración planetaria sugieren que los dos gigantes helados se formaron más
cerca del Sol que sus posiciones actuales, y se movieron hacia el exterior después de su formación.
En 1977, mientras se observaba la ocultación de una estrella detrás del planeta, el astrónomo estadounidense James L. Elliot descubrió la
presencia de cinco anillos que rodeaban a Urano en el plano de su ecuador. Los llamó Alpha, Beta, Gamma, Delta y Épsilon (empezando por el anillo
más interno).
Forman un cinturón de 9.400 kilómetros de ancho, extendiéndose hasta una distancia de 51.300 kilómetros del centro del planeta. En
enero de 1986, durante el viaje exploratorio del Voyager 2 se descubrieron cuatro anillos más. Los anillos de Urano son clara mente diferentes de los de
Júpiter y Saturno. El más exterior de los anillos, Épsilon, está compuesto por rocas de hielo de varios metros de envergadura. También parece existir
Actualmente se conocen 13 anillos, de los cuales el más brillante es el anillo Épsilon ε. Todos los anillos (menos dos) son extremadamente
estrechos, teniendo algunos anillos tan sólo unos cuantos kilómetros de anchura. Principalmente está compuesto por cuerpos grandes, de 0,2–20 m de
diámetro. No obstante, algunos anillos son ópticamente delgados. Los anillos son probablemente bastante recientes, consideraciones dinámicas indican
que no se formaron junto con Urano. La materia de los anillos puede haber sido parte de un satélite (o satélites) que fue hecho añicos por impactos a
alta velocidad. De los numerosos trozos de escombros generados por estos impactos, sólo sobrevivieron algunas pocas partículas en un número
había confundido con una estrella. La observación más antigua de la que se tiene referencia data de 1690 cuando John Flamsteed
observó el planeta al menos seis veces, catalogándolo como «34 Tauri». El astrónomo francés Pierre Charles Le Monnier, observó a
Urano al menos en doce ocasiones entre 1750 y el 1769, e incluso en cuatro noches consecutivas. Para el año 1738 el astrónomo
inglés John Bevis dibujó al planeta Urano como tres estrellas en posiciones sucesivas, sin embargo Bevis no detectó los rasgos de
planeta. A raíz de las distintas observaciones hechas a estas fechas se les conoce en la Astronomía como la era de los pre -
descubrimientos.
Urano tiene 27 lunas naturales conocidos. Los nombres de estas lunas se llaman en honor de los personajes de las obras
de Shakespeare y Alexander Pope. Las cinco lunas principales son Miranda, Ariel, Umbriel, Titania y Oberón. El sistema de lunas de
Urano es el menos masivo entre los gigantes gaseosos, la masa combinada de las cinco lunas mayores es menos de la mitad de
Tritón. La luna más grande, Titania, tiene un radio de sólo 788,9 km, menos de la mitad que el de la Luna. Titania es el octavo satélite
más grande del sistema solar. Los satélites son conglomerados de roca helada, compuestos en un cincuenta por ciento por hielo y en
un cincuenta por ciento por roca (aproximadamente). El hielo podría tener dióxido de carbono y amoníaco.
Entre los satélites, Ariel parece que es el que tiene la superficie más joven, con menos cráteres de impacto, mientras que
la de Umbriel parece la más antigua. Miranda tiene cañones de falla de 20 kilómetros de profundidad, niveles en terraza, y una
variación caótica en las edades y características de la superficie. Se cree que la actividad geológica antigua de Miranda era provocada
por calentamiento gravitatorio en un momento en que su órbita era más excéntrica que la actual,
distancia corta, y no se prevé ninguna otra sonda. Lanzada en 1977, la Voyager 2 hizo su aproximación más cercana a Urano el 24 de
enero de 1986, a 81.500 kilómetros de las nubes más exteriores, antes de continuar su trayecto hacia Neptuno. Estudió la estructura
y la composición química de la atmósfera, descubrió 10 nuevos satélites y también estudió el clima único del planeta, provocado por
su inclinación del eje de 97.77°; e hizo la primera investigación detallada de sus cinco lunas más grandes, y estudió los nueve anillos
conocidos del sistema, descubriendo dos nuevos. Y en 2003-2005 se encontraron dos anillos más externos mediante fotografías del
Los vientos más fuertes de cualquier planeta del Sistema Solar son los de
Neptuno. Muchos de ellos soplan en sentido contrario al de rotación. Cerca de la Gran
Mancha Oscura se han medido vientos de 2.000 Km/h.
Tritón
Antes de la llegada de la sonda espacial Voyager 2 en 1989, sólo se conocían
estos dos satélites gracias a las observaciones desde la Tierra: Tritón y Nereida. La nave
Voyager II se acercó a Neptuno el año 1989 y lo fotografió. Descubrió seis de las ocho
lunas que tiene y confirmó la existencia de anillos.
Los tres anillos principales son el estrecho y más exterior anillo Adams, a
63 000 km del centro de Neptuno, el anillo Le Verrier, a 53 000 km, y el anillo Galle, el
más ancho de los tres, a 42 000 km. Además de estos definidos anillos existe una lámina
de material extremadamente tenue que se extiende desde el anillo Le Verrier hasta el
Galle y probablemente más al interior hacia Neptuno.
Características
Categoría Planeta
11,15 𝑚/𝑠²
Gravedad
1,14 𝑔
Numero de Satélites 14
NOMBRE
El nombre “Plutón” —del dios romano del inframundo— fue propuesto por
Venetia Burney (1918-2009), una estudiante de Oxford interesada en la mitología
clásica, durante una conversación con su abuelo Falconer Madan (1851-1935), miembro
de la Biblioteca Bodleiana. Este pasó el nombre al astrónomo Herbert Hall Turner (1861-
1930) quien, a su vez, envió un cable a sus colegas estadounidenses con la propuesta.
Para elegir el nombre definitivo del objeto, a cada miembro del observatorio
Lowell se le pidió que votara por una de tres propuestas: “Minerva”, “Cronos” y
“Plutón”. Este último recibió finalmente todos los votos. El nombre fue anunciado el 1
de mayo de 1930.
El nombre caló muy pronto en la cultura popular. En 1930, Walt Disney (1901-
1966) se inspiró al parecer en este nombre cuando presentó a Pluto —que lleva el
nombre en inglés de Plutón—, un compañero canino de Mickey Mouse.
NATURALEZA DE PLUTÓN
Primera imagen de Plutón, tomada en julio de 1994 por el Hubble, en la que se
aprecian detalles superficiales.
Una vez descubierto, el débil brillo de Plutón y la imposibilidad de resolver su
disco arrojaron dudas sobre la idea de que fuese el Planeta X de Lowell. Además, el valor
de la masa se revisó a la baja a lo largo del resto del siglo.
El descubrimiento en 1978 de Caronte, el primer satélite de Plutón, permitió
medir la masa de este directamente. Resultó ser aproximadamente un 0,2 % la masa de
la Tierra: demasiado pequeña para explicar las discrepancias de la órbita de Urano.
Posteriores búsquedas de una alternativa para el Planeta X fracasaron. En 1992, E.
Myles Standish usó datos del sobrevuelo de Neptuno de la Voyager 2, durante el cual se
revisó la estimación de la masa de Neptuno a la baja en un 0,5 %, equiparable a la masa
de Marte.
RECLASIFICACIÓN
PLANETA ENANO
Ell 24 de agosto de 2006 con una resolución de la UAI se establecía la definición
oficial de planeta. De acuerdo con ella, hay tres condiciones para que un objeto sea
considerado planeta:
1. El objeto debe estar en órbita alrededor del Sol.
2. El objeto debe ser lo bastante masivo como para que su gravedad lo haya
redondeado. Más concretamente, su propia gravedad debe llevarlo al equilibrio
hidrostático.
3. El objeto debe haber limpiado la vecindad de su órbita. Plutón no cumple la tercera
condición debido a que su masa es solo 0,07 veces la masa de los otros objetos de su
órbita —en comparación, la masa de la Tierra es 1,7 millones de veces la de su región
orbital, por lo que la UAI decidió además que los cuerpos que cumplen solo los dos
primeros criterios pasarían a denominarse “planetas enanos”. Así, el 13 de septiembre
de 2006 se clasificó a Ceres , Plutón y Éride en la nueva categoría.
ORIGEN
ÓRBITA
La órbita de Plutón es muy excéntrica y, durante 20 de los 248 años que tarda en
recorrerla, se encuentra más cerca del Sol que Neptuno.
Es también mucho más inclinada respecto al plano de la eclíptica que cualquiera
de la de los planetas del sistema solar, siendo su inclinación de 16º, por ello no hay
peligro alguno de una colisión con Neptuno. Cuando las órbitas se cruzan lo hacen cerca
de los extremos de manera que, en sentido perpendicular a la eclíptica, les separa una
enorme distancia.
Plutón llegó por última vez a su perihelio en septiembre de 1989 y continuó
desplazándose por el interior de la órbita de Neptuno hasta marzo de 1999.
Actualmente se aleja del Sol y no volverá a estar a menor distancia del Sol que Neptuno
hasta septiembre de 2226.
ROTACIÓN
El periodo de rotación de Plutón es igual a 6,39 días terrestres. Al igual que
Urano, Plutón gira acostado sobre un lado en su plano orbital, con una inclinación axial
de 120°. Por lo tanto, la variación estacional es extrema. Durante los solsticios
plutonianos, en una cuarta parte de la superficie es continuamente de día mientras que
en otra cuarta parte es noche continua.
Plutón recibe una cantidad de luz solar análoga a la que recibe la Tierra por las
tardes. La NASA tiene publicado un calculador del tiempo plutoniano que determina
cuando la luz en la Tierra es equivalente a la de Plutón en un día claro.
ATMÓSFERA DE PLUTÓN
SATÉLITES DE PLUTÓN
Al principio se consideró que Plutón no poseía satélites (caso similar a Mercurio y
Venus). En 1978 fue cuando se descubrió su primer satélite (Caronte), pasándose a ser
considerado el sistema Plutón-Caronte como un planeta doble, cuyo centro de masas se
encuentra en el exterior del disco de Plutón.
Hoy se sabe que, además de Caronte, existen otros cuatro satélites que orbitan
Plutón. El satélite más grande de Plutón es Caronte. Caronte, de todas las lunas del
sistema solar, es la más grande en comparación con su planeta anfitrión, es decir,
ninguna otra luna es de un tamaño tan próximo al del planeta que orbita. El tamaño tan
parecido que tienen Plutón y Caronte hace que aparezca el efecto planeta doble, esto
es, el centro de las órbitas en torno al que se mueven ambos cuerpos no está situado en
el interior de ninguno de ellos, en oposición al sistema "satélite-planeta" que es el caso
de la Tierra y la Luna, en el que el centro está situado a aproximadamente 1700
kilómetros bajo la superficie de la Tierra.
Hidra, Nix, Cerbero y Estigia son los otros cuatro satélites de Plutón, pero son
mucho más pequeños que Caronte. Sus nombres provisionales fueron S/2005 P 1,
S/2005 P 2, S/2011 P 1 y S/2012 P 1, respectivamente.
CARONTE Y PLUTÓN.
CERBERO Y ESTIGIA
Plutón y sus cinco satélites en reducido brillo.
El 20 de julio de 2011 se anunció, también por parte del Hubble el
descubrimiento del cuarto satélite de Plutón, P4 (S/2011 P 1), cuyo periodo orbital en
torno al planeta enano es de 31 días. Del 29 de junio al 9 de julio de 2012 fue detectado
en imágenes separadas el quinto satélite de Plutón, S/2012 (134340) 1, o P5. Se estima
que es de forma irregular, de entre 10 y 25 kilómetros de diámetro. Se encuentra en una
órbita circular de 95 000 kilómetros de diámetro alrededor de Plutón, posiblemente en
el mismo plano que otras lunas de Plutón conocidas.
El 2 de julio de 2013 estos satélites recibieron sendos nombres relacionados con
Hades y el Inframundo: Cerbero (perro de tres cabezas guardián del inframundo) y
Estigia (río que separa la tierra del inframundo), respectivamente.
EXPLORACIÓN
CARACTERÍSTICAS
Los asteroides son cuerpos
menores, rocosos y que
orbitan alrededor del Sol a
distancias inferiores a la de
Neptuno. La mayoría está
situada entre las órbitas de
Marte y Júpiter.
Los asteroides son objetos metálicos rocosos los cuales varían en tamaño desde
piedras a aproximadamente 600 millas (alrededor de 1,000 kilómetros) de diámetro. A
pesar de que giran en órbita alrededor del Sol, son muy pequeños para ser considerados
planetas.
Los asteroides más grandes tienen unos pocos cientos de kilómetros de tamaño,
y la mayoría de ellos se encuentra entre las órbitas de Marte y Júpiter, en un conjunto
que globalmente se conoce como Cinturón Principal de Asteroides (endonde se
encuentra situado el planeta enano Ceres).
¿Qué son los cometas y los asteroides?
Los cometas son los cuerpos celestes constituidos por hielo, polvo y rocas que
orbitan alrededor del sol siguiendo diferentes trayectorias elípticas, parabólicas o
hiperbólicas. Los cometas, junto con los asteroides, planetas y satélites, forman parte
del sistema solar.
El cinturón de
Kuiper (pronunciado /ˈkœypər/
) es un disco circunestelar que
orbita alrededor del Sol a una
distancia de entre 30 y 55 UA.
Recibe su nombre en honor
a Gerard Kuiper, quien predijo
su existencia en 1951, 41 años
antes de las primeras
observaciones de estos
cuerpos, en 1992.
Cuando el sistema solar se formó, las rocas y gases se juntaron para formar lo
que ahora conocemos como los planetas, pero el resto salió volando ya sea hacia el Sol
o fuera de él, pero los objetos lo suficientemente alejados evitaron la fuerza
gravitacional de los planetas, quedando en una órbita lejana alrededor del Sol.
El cinturón y la antes mencionada nube de Oort contienen todos estos objetos,
por lo que es importante estudiarlos, ya que proporcionan pistas para el entendimiento
de la formación del sistema solar.
Plutón fue el primer objeto del cinturón en verse, aunque primero fue
identificado como un planeta, lo cual cambió en 1992 cuando varios objetos se
descubrieron más allá de la órbita de Neptuno, las cuales eran rocas pequeñas y rocas
con hielo.
Sedna, un planeta enano, fue descubierto en 2004 en el cinturón de Kuiper, y es
tan lejano que le toma 10.500 años completar una órbita y tiene tres cuartos del
tamaño de Plutón.
En el 2005, se descubrió lo que se pensaba un planeta más grande que
Plutón, Eris (foto de abajo). Después se descubrió que en realidad era más pequeño,
pero se sabe que tarda 580 años en completar una órbita alrededor del sol.
Con este descubrimiento se reclasificó a los cuerpos que son más grandes para
ser considerados asteroides, pero muy chicos para ser planetas, con órbitas excéntricas
y que no limpian el espacio por el que pasan, como planetas enanos. Ceres, Makemake y
Haumea, objetos después descubiertos en el cinturón de Kuiper también
fueron clasificados como planetas enanos.
EXPLORACIÓN
ORIGEN
Los cometas provienen principalmente de dos lugares, la nube de Oort, situada
entre 50 000 y 100 000 UA del Sol, y el cinturón de Kuiper, localizado más allá de la
órbita de Neptuno.
Se cree que los cometas de largo periodo tienen su origen en la nube de Oort,
que lleva el nombre del astrónomo Jan Hendrik Oort. Esta nube consiste de restos de la
condensación de la nébula solar. Esto significa que muchos de los cometas que se
acercan al Sol siguen órbitas elípticas tan alargadas que solo regresan al cabo de miles
de años. Cuando alguna estrella pasa muy cerca del sistema solar, las órbitas de los
cometas de la nube de Oort se ven perturbadas: algunos salen despedidos fuera del
sistema solar, pero otros acortan sus órbitas. Para explicar el origen de los cometas de
corto periodo, como el Halley, Gerard Kuiper propuso la existencia de un cinturón de
cometas situados más allá de Neptuno, el cinturón de Kuiper.
Las órbitas de los cometas están cambiando constantemente: sus orígenes están
en el sistema solar exterior y tienen la propensión a ser altamente afectados (o
perturbados) por acercamientos relativos a los planetas mayores. Algunos son movidos
a órbitas muy cercanas al Sol y se destruyen cuando se aproximan, mientras que otros
son enviados fuera del sistema solar para siempre.
Si su órbita es elíptica y de período largo o muy largo, provienen de la hipotética
nube de Oort, pero si su órbita es de período corto o medio-corto, provienen del
cinturón de Edgeworth-Kuiper, a pesar de que hay excepciones como la del Halley, con
un período de 76 años (corto), que proviene de la nube de Oort.
Conforme los cometas van sublimando, acercándose al Sol y cumpliendo órbitas,
van sublimando su material, y perdiéndolo por consecuencia, disminuyendo de
magnitud. Tras un cierto número de órbitas, el cometa se habrá "apagado", y cuando se
acaben los últimos materiales volátiles, se convertirá en un asteroide normal y
corriente, ya que no podrá volver a recuperar masa. Ejemplos de cometas sin materiales
volátiles son: 7968-Elst-Pizarro y 3553-Don Quijote.
COMPOSICIÓN
Los cometas llegan a tener diámetros de
Núcleo del cometa 103P/Hartley con
algunas decenas de kilómetros y están compuestos chorros que fluyen hacia fuera.
de agua, hielo
seco, amoníaco, metano, hierro, magnesio, sodio y sili
catos. Debido a las bajas temperaturas de los lugares
donde se hallan, estas sustancias se encuentran
congeladas. Algunas investigaciones apuntan a que los materiales que componen los
cometas son materia orgánica y resultan determinantes para la vida, lo que daría lugar a
que en la temprana formación de los planetas impactaran contra la tierra y dieran
origen a los seres vivos.
Cuando se descubre un cometa se lo ve aparecer como un punto luminoso, con
un movimiento perceptible sobre el fondo de estrellas llamadas fijas. Lo primero que se
ve es el núcleo o coma; luego, cuando el astro se acerca más al Sol, comienza a
desarrollar lo que conocemos como la cola del cometa, que le confiere un aspecto
fantástico.
Al acercarse al Sol, el núcleo se calienta y el hielo sublima, pasando directamente
al estado gaseoso. Los gases del cometa se proyectan hacia atrás, lo que motiva la
formación de la cola apuntando en
dirección opuesta al Sol y
extendiéndose millones de kilómetros.
Los cometas presentan
diferentes tipos de colas. Las más
comunes son la de polvo y la de gas. La
Cola de gas (azul en el
cola de gas se dirige siempre en el
esquema) y cola de
sentido perfectamente contrario al de polvo (amarillo).
la luz del Sol, mientras que la cola de
polvo retiene parte de la inercia
orbital, alineándose entre la cola principal y la trayectoria del cometa. El choque de los
fotones que recibe el cometa como una lluvia, aparte de calor, aportan luz, que es
visible al ejercer el cometa de pantalla, reflejando así cada partícula de polvo la luz solar.
En el cometa Hale-Bopp se descubrió un tercer tipo de cola compuesta por iones de
sodio.
Las colas de los cometas llegan a extenderse de forma considerable, alcanzando
millones de kilómetros. En el caso del cometa 1P/Halley, en su aparición de 1910, la cola
llegó a medir cerca de 30 millones de kilómetros, un quinto de la distancia de la Tierra al
Sol. Cada vez que un cometa pasa cerca del Sol se desgasta, debido a que el material
que va perdiendo nunca es repuesto. Se espera que, en promedio, un cometa pase unas
dos mil veces cerca del Sol antes de sublimarse completamente. A lo largo de la
trayectoria de un cometa, este va dejando grandes cantidades de pequeños fragmentos
de material; cuando casi todo el hielo volátil ha sido expulsado y ya no le queda
suficiente para tener coma, se dice que es un cometa extinto.
Cuando la Tierra atraviesa la órbita de un cometa, estos fragmentos penetran en
la atmósfera en forma de estrellas fugaces o también llamadas lluvia de meteoros. En
mayo y octubre se pueden observar las lluvias de meteoros producidas por el material
del cometa Halley: las Eta Acuáridas y las Oriónidas.
Los astrónomos sugieren que los cometas retienen, en forma de hielo y polvo, la
composición de la nebulosa primitiva con que se formó el Sistema Solar y de la cual se
condensaron luego los planetas y sus lunas. Por esta razón el estudio de los cometas
puede dar indicios de las características de aquella nube primordial.
HISTORIA DEL ESTUDIO DE LOS COMETAS
ESTUDIO DE ÓRBITAS
Hasta el siglo XVI, periodo en que Tycho Brahe realizó estudios que revelaron
que los cometas debían provenir de fuera de la atmósfera terrestre, no se estableció
definidamente si eran fenómenos atmosféricos u objetos interplanetarios. Luego, en
el siglo XVII, Edmund Halley utilizó la teoría de la gravitación, desarrollada por Isaac
Newton, para intentar calcular el número de órbitas de los cometas, descubriendo que
uno de ellos volvía a las cercanías del Sol
cada 76 o 77 años aproximadamente. Este
cometa fue denominado cometa Halley y
de fuentes antiguas se sabe que ha sido
observado por humanos desde el
año 66 a. C.
El segundo cometa al que se le
descubrió una órbita periódica fue el
cometa Encke, en 1821. Como el cometa de
Halley, tuvo el nombre de su calculador, el
matemático y físico alemán Johann Encke,
que descubrió que era un cometa
periódico. El cometa de Encke tiene el más
corto periodo de un cometa, solamente 3,3 años, Movimiento de un cometatiene
y en consecuencia alrededor
el mayor
del Sol. (A) Sol, (B) Plutón, (C) Cometa.
número de apariciones registradas. Fue también el primer cometa cuya órbita era
influida por fuerzas que no eran del tipo gravitacional. Ahora es un cometa muy tenue
para ser observado a simple vista, aunque pudo haber sido un cometa brillante hace
algunos miles de años, antes que su superficie de hielo fuera evaporada. Sin embargo,
no se sabe si ha sido observado antes de 1786, pero análisis mejorados de su órbita
temprana sugieren que se corresponde con observaciones mencionadas en fuentes
antiguas.
EDAD COMETARIA
Recientemente, algunos investigadores astrónomos han realizado estudios
cometarios mediante curvas de luz en los que se le asignaba mediante ciertos datos
obtenidos una "edad cometaria" al cuerpo. La edad cometaria es el número de órbitas
que ha realizado el cometa alrededor del Sol, se suele expresar como CY (Cometary
Years), aparte, se pueden distinguir entre P-AGE y T-AGE. Unos ejemplos de edades
cometarias en P-AGE serían:
2/P Encke: 105 cy (Matusalén)
1/P Halley: 7 cy (Joven)
81/P Wild: 13 cy (Joven)
19/P Borrelly: 19 cy (Joven)
9/P Tempel-1: 21 cy (Joven)
1995/O1 -Hale Bopp- : 2,4 cy (Bebé)
Hyakutake: 18 cy (Joven)
28/P Neujmin: 100 cy (Viejo)
Podríamos clasificar a cometas como Hartley como enanos, a 17P Holmes como
mediano, a Hale-Bopp como gigante y a Encke como mediano.
DENOMINACIÓN
En las designaciones, el prefijo “P/” señala a los cometas periódicos y el “C/” o
“D/” a los no periódicos. Para la IAU, un cometa periódico es aquel que tiene un período
menor de 200 años. A partir de 1995, se adopta la estructura de la letra mayúscula para
identificar la quincena del año cuando se produce el descubrimiento, seguido de un
número, que identifica el orden de descubrimiento. Así, por ejemplo se tiene:
C/2001 Q4: El cuarto cometa descubierto en la quincena del 16 al 31 de agosto
de 2001.
C/2002 W17: el cometa número 17 descubierto la quincena del 16 al 30 de
noviembre de 2002.
COMETAS FAMOSOS
Cometa de César (44 a. C.): uno de los más brillantes de la antigüedad, visible a
pleno día.
Gran Cometa de 1577
Gran Cometa de 1744: Chéseaux y varios otros observadores reportaron un
fenómeno sumamente insólito 'un abanico' de seis colas separadas que sobrepasó
el horizonte.
Gran Cometa de 1811
Gran Cometa de 1843
Gran Cometa de 1882
Cometa 3D/Biela: a finales del siglo XIX se partió en dos, y más tarde en fragmentos
minúsculos, dando lugar a una lluvia de estrellas, con lo que desapareció para
siempre.
Cometa Borrelly
Cometa Coggia: obtuvo mucha fama debido a su extraordinaria belleza.
Cometa 67P/Churyumov-Gerasimenko. Destino de la sonda espacial
europea Rosetta.
Cometa 2P/Encke
Cometa Hale-Bopp
Cometa 1P/Halley: describe su órbita cada 76 años. En 1910 su aproximación a la
Tierra, conllevó que su cola rozara con las capas superiores de la atmósfera.
Cometa Humason
Cometa Hyakutake
Cometa Ikeya-Seki
Cometa Kohoutek
Cometa Luxell: al pasar cerca de Júpiter, perdió parte de su masa y padeció
perturbaciones importantes en su órbita.
Cometa Mrkos
Cometa Shoemaker-Levy 9: en 1993 se fragmentó debido al intenso campo gravitatorio
de Júpiter y acabó impactando contra él.
Cometa 9P/Tempel 1: la sonda espacial Deep Impact lanzó un proyectil sobre este
cometa para estudiar la composición de su núcleo.
Cometa 55P/Tempel-Tuttle: progenitor de la lluvia de meteoros de la Leónidas.
Cometa West
Cometa 109P/Swift-Tuttle el progenitor de la lluvia de meteoros de las Perseidas.
Cometa McNaught: visible a simple vista a pleno día.