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La rueda de la vida ‘samsara’ conectad al concepto de karma, no tiene principio ni fin, y por lo
tanto, después de la muerte hay otro nacimiento y una nueva vida. Esto es lo que llamamos
reencarnación.
La ley del karma dice que para cada acción, existe una consecuencia. Es la ley de la causa y
efecto.
Para lograr un buen karma es necesario vivir de acuerdo al dharma, actuando correctamente y
siguiendo las enseñanzas espirituales mas elevadas.
El dharma tiene el poder de balancear y borrar el mal karma acumulado, y en e sentido afecta
nuestro futuro inmediato, al igual que nuestras próximas vidas.
Hay diferentes maneras de acumular dharma y de aprender a minimizar el karma en nuestras vidas.
Si seguimos cometiendo los mismos errores, seguiremos manifestando los mismos retos en nuestra
vida. A medida que seguimos las enseñanzas espirituales, podemos aprender las lecciones y
balancear la rueda kármica.
No hay nada que nos condene más que vivir con los ojos cerrados.
Es necesario que entendamos que nuestra existencia tiene un propósito mayor y toda circunstancia,
positiva o negativa, tiene una función importante que cumplir. Esta consciencia nos da perspectiva
y nos ayuda a avanzar espiritualmente.
DEJAR LA CULPA
Cuando entendemos que todo es una lección y que la ley del karma nos hace cultivar lo que
hemos sembrado, la culpa ya no tiene espacio en nuestras vidas.
Es importante dejar de culpar a los demás por las cosas que nos suceden.
Esto sólo ayudará a nuestras relaciones sino que especialmente nos ayudará a asumir el control y
poder que realmente tenemos sobre nuestra vida.
ENTENDER EL SUFRIMIENTO
Algo extremadamente difícil pero útil es comprender que lo que hayamos sufrido en esta vida es
algo que hemos sembrado en el pasado y es solo una lección.
Cuando aprendamos la lección, levantaremos el karma asociado, y podremos sobrellevar y superar
esta situación.
Todos estamos en nuestro camino espiritual. Hemos errado, hemos aprendido y hemos fracasado
muchas veces.
Independientemente de cómo los demás se porten con nosotros, apreciemos el hecho de que ellos
son también nuestra oportunidad de redención.
Evitemos herir a otros con palabras y acciones. No hablar mal de nadie a sus espaldas, no mentir, no
traicionar.
Cada cosa que hacemos en este minuto tendrá una consecuencia tarde o temprano. Si optamos
por obrar de mala manera, el único que realmente pagara por ello será uno mismo.
PURIFICACIÓN
Vivir una vida pura. Elegir muy bien nuestras acciones, pensamientos y palabras. Ellos crean nuestra
realidad.
Cada vez que nos demos cuenta de que estamos cultivando negativamente, empecemos por
reflexionar porque sentimos la necesidad o impulso negativo. Agradezcamos a la consciencia que
nos hizo darnos cuenta a tiempo de dicha negatividad.
Enviemos energía de amor hacia uno mismo y a la otra persona o situación involucrada en la
negatividad, y empecemos un pensamiento o acción nueva que sea positiva y pura.
No hay nada que temer. Cada uno tiene el control sobre su vida. Ésta las que siguen. Asumamos el
control, decidamos aprender las lecciones y superarlas con consciencia y dharma.
HUMILDAD Y PERDON
Al analizar todo en perspectiva, y entender que todos somos parte de un todo, sabremos que
hemos pasado y pasaremos por las mismas etapas que los demás. No hay seres mejores que otros,
simplemente unos tienen mas experiencia que otros.
Aquellos que nos han herido están simplemente enfrentando sus propias lecciones.
Perdonemos y olvidemos. Liberemos de esa carga y dejemos que los demás aprendan sus lecciones
mientras nosotros aprendemos las nuestras.
SERVICIO
La generosidad, gratitud y bondad hacia los demás es esencial para nuestro avance espiritual.