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PRINCIPIOS
PROTECTORIOS.
veintidos días del mes de abril del año dos mil quince, reunidas en Acuerdo las señoras
Justicia, IRIDE ISABEL MARÍA GRILLO y MARÍA LUISA LUCAS, asistidas por el
fs. 309 y vta., corriéndose el respectivo traslado, fue contestado por la contraria a fs.
313/315 vta. y luego se lo concedió a fs. 316 y vta. Elevadas las actuaciones, se
radicaron ante esta Sala Primera a fs. 318 y se llamó autos, haciéndose saber a fs. 319 la
extremos que hacen a la viabilidad formal del remedio en trato, constatamos que se
tendiente a rectificar y dejar sin efecto los consumos plasmados en los resúmenes de
crédito adicional Visa Classic Nº 4934 otorgada a favor de su ex-esposa Sra. Silvia
Karina Gauna, alegando que dichos gastos fueron posteriores a la baja que se produjo en
septiembre de 2008 con la entrega de las nuevas tarjetas Visa Gold, ya que conforme la
aquéllas. Agregó que también son ulteriores a la solicitud de baja de dicha Visa Gold
que por nota se produjo el 07/01/2009 y que por lo tanto existió un obrar negligente por
respectivos plásticos, lo que permitió a la Sra. Silva Karina Gauna continuar generando
gastos. Remarcó que el otorgamiento de otra tarjeta de crédito no implica sin más que la
minucioso de ambas causas, resolvió rechazar la demanda incoada, por considerar que:
sostenerse que las nuevas tarjetas Visa Gold tuvieron por objeto cancelar la operatividad
de las anteriores.
de inconstitucionalidad.
contrato debe ceder frente a los principios protectorios que rigen la relación de
consumo; c) no existe prueba que corrobore que se retiraron ni que se recibieron nuevos
cargas probatorias dinámicas, toda vez que el banco estando en mejores condiciones de
probar no lo hizo, manteniendo una actitud pasiva; e) no se aplicaron las disposiciones
traída a conocimiento de esta Sala, cabe precisar que el examen del presente remedio
permite visualizar “ab initio” que concurre el supuesto de excepción a la regla general,
que autoriza la apertura de la instancia extraordinaria, toda vez que lo decidido por el
Tribunal de segunda instancia luce arbitrario por no ser derivación razonada del
Ello así, por cuanto la Cámara luego de resaltar las garantías clásicas y
celebrado entre las partes, por haberse reconocido la firma inserta y por lo tanto, su
contenido.
entidad con 30 días de anticipación a que se opere dicha renovación y de ese modo
Visa Gold quedaba sin vigencia la Visa Classic, a tenor de lo expuesto por la
que demanda también una solución propia o particular, condicionado por notas de
hecho específicas que obstan a la concreción de una línea de principios con validez
amplia.
de hecho, prueba y derecho común, materia ajena -en principio- a esta instancia
extraordinaria (Adla, 1852-1880, 364), tal extremo no constituye óbice decisivo para
que la Ley de Defensa del Consumidor (ley Nº 24.440 y su modificatoria ley Nº 26.361)
adecuación a los valores esenciales del ordenamiento jurídico, mediante standards como
la socialidad del contrato, buena fe, etc. Se trata pues de establecer un mínimo
Administrativa).
conglobada con las normas generales y especiales de que se trate; vale decir en el caso
mentada ley que “…si bien no está dirigida a tutelar exclusivamente a los consumidores
y usuarios, contiene en su normativa una serie de disposiciones en tal sentido, por lo que
se amplía de este modo el plexo normativo que integra el llamado derecho del
consumidor y usuario. Al respecto debemos tener en cuenta que según el art. 57º sus
disposiciones son de orden público. El art. 3º de la ley 25.065 dispone que las relaciones
entre el emisor de la tarjeta, por una parte, y entre el titular de la tarjeta y usuario por la
otra, se aplican por la misma ley, y supletoriamente por los códigos Civiles y de
consumo encuadrable en el art. 1º de la ley 24.240, se debe aplicar esta ley en primer
También ilustra el maestro Luis Moisset de Espanés que “Sin duda que el
favor debitoris debe ser tenido en cuenta por los jueces como principio orientador, al
interpretar la ley, pero adviértase que el fundamento de esta regla es siempre una
porque presume que el deudor suele ser, en la mayoría de los casos, la parte más débil
respecta al contrato; pero ese mismo contrato debe ser interpretado y ponderado
bajo los fines proteccionistas garantizados por la Ley de Defensa del Consumidor,
cuyos principios encuentran respaldo constitucional (art. 42º C.N. y art 47º C.P.).
supletoria de la Ley de Defensa del Consumidor, queda claro que la disposición del art.
57º cierra el circuito protectivo declarando sus normas de orden público, a fin de
evitar que las partes contratantes puedan eludir ese orden con estipulaciones contrarias o
bien sustituirlas o interpretarlas de otra manera. Refiere en este sentido Carlos Gilberto
Villegas que “Es lo que pasa con las normas de la Ley de Defensa del Consumidor
24.240 (art. 65) y ahora con las disposiciones de la Ley 25.065 de Tarjetas de Crédito
(art. 57), donde en protección del contratante débil y a fin de evitar o mitigar abusos, el
interpretación de los contratos (art. 37º), pues ambos coordinan hacia un mismo
objetivo.
segundo grado a fs. 272 vta. basándose en el contrato agregado al sobre de prueba
documental Nº 21833 (más allá de indagar hasta qué punto puede decirse que quien
entra en relación con una empresa y se adhiere a las condiciones prefijadas ha tenido
celebrando una genuino contrato), pero lo cierto es que estamos frente a una
Cámara.
lo cual nos está indicando que ello constituye un deber impuesto al juez, e incluso aún
cuando el consumidor no lo plantee, por cuanto guarda estrecha relación con el carácter
de orden público que dispone la Ley de Defensa del Consumidor. Sin embargo, esta
justipreció la letra textual del contrato celebrado entre las partes (v. fs. 273).
pactada como cláusula y los requisitos previstos para la renuncia del plástico, no
obstante lo cual se desentendió de los extremos que propuso a debate el accionante. Esto
es, que a raíz de la invocación de un llamado telefónico por el que se le adjudicara una
nueva tarjeta (Visa Gold) con mayor capacidad de crédito, se le informó que operaba la
baja de la anterior (Visa Classic), limitándose las sentenciantes en señalar que del juego
armónico del contrato suscripto y la Ley de Tarjeta de Crédito para obtener el efecto
conclusivo debió el actor comunicar por medio fehaciente su voluntad de rescindir (v.
actor referidas: a) por un lado, que las cláusulas del contrato de tarjeta de crédito no son
negociables por el usuario, que se adhiere por simple firma del formulario, circunstancia
que tiene relación con la garantía del consentimiento pleno sobre el cual cumple su
función el orden público; b) por otra parte, que tanto la ley Nº 25.065 como la ley Nº
cuestionamiento, debe estarse al sentido más favorable para el consumidor, pauta que
está impuesta como deber para los jueces a los fines de evaluar la situación planteada,
privilegio de su parte (CNCom., Sala D, “in re”, “Banco Liniers S.A. c/ Chirom, Julio”,
del 19/10/87; ídem esta Sala, mi voto, “in re”, “American Express Argentina S.A. c/
Nac. Com., Sala B, 25/10/2006, “American Express Argentina S.A. c. Chueke, Alberto
R.”).
13º) Bajo ese mismo prisma del favor debitoris, también se repara que el
partir del cual el Sr. Darío Alberto Ponce basa su postura defensiva, en el sentido de que
la tarjeta adicional Visa Classic había perdido vigencia frente al nuevo paquete
postura que asuma-, dadas las especiales características que presenta el tema relativo a
los derechos del consumidor, debió dar tratamiento al respecto, en correlato al derecho
Nacional, toda vez que el banco emisor de una tarjeta de crédito debe suministrar
desperfecto (ya sea robo, hurto, pérdida o como en el caso, la baja de la extensión)
Dice con razón Ricardo Luis Lorenzetti que: “La información es el tema,
el gran asunto de los tiempos modernos que el Derecho recoge y regula” (confr.
“Defensa del Consumidor, Ley 24.240”, Rubinzal-Culzoni, Santa Fe, 1994, pág. 78).
Imperativo sobre el cual las magistradas de segundo grado debieron indagar y analizar
las probanzas incorporadas en la causa, y en su caso, valorarlas conforme el principio
protectorio, en tanto ello constituyó el núcleo alrededor del cual articuló su defensa el
recurrente de marras.
que tiene la suficiente importancia como para merecer la atención del Derecho y dentro
sino destacar la importancia que tiene tratar este punto bajo los paradigmas
26.361 (que sustituyó el art. 4 de la ley Nº 24.240). La reforma introducida por dicha ley
tan importante para el consumidor como las características esenciales de esos bienes y
servicios.
puede indicarse que, siendo el contrato un acto jurídico, debe ser voluntario. Para que
un desnivel informativo afecta a los tres elementos. De tal modo, debe darse la
(Ricardo Luis Lorenzetti “Consumidores”, Rubinzal - Culzoni, Santa Fe, 2003, pág.
173).
Sala B, 28/12/2001, “Multidiseño S.A. y otro v. BBV Banco Francés S.A.”, entre otros).
derecho del consumidor a obtener una información veraz, detallada, eficaz y suficiente
relación.
En un notorio trabajo dirigido por Aída Kemelmajer de Carlucci y
Alberto Bueres, se señala que “La esencia del deber de información es proporcionar al
consumidor 'la verdad' sobre los aspectos de la contratación que son determinantes de su
transmitido. Así, la información necesita que haya una correlación entre los hechos
información que le permita saber, con mayor precisión posible, cuáles son sus derechos
y obligaciones (C.Civ. y Com., Rosario Sala II, 04/11/97, “Diners Club Argentina
Rosario Sala III, 28/2/97, “Moriconi, Marcelo y otra c/ Banco Argencoop Ltdo.”, La
Ley, tomo 1999-B, pág. 273, con nota de J.J. Casiello). Agregándose que “La
consumidores (CNFed. Cont. Adm. Sala II, 25/11/99, “Lacroze Propiedades S.R.L. c/
tutela del consentimiento. Es que, la razón de ser de la norma del art. 42º de la
conocimientos de los que carece, a fin de permitirle elegir, en forma racional y fundada,
el servicio o bien que pretende contratar, y así disminuir la desigualdad que
adquiere.
telefónicamente por la persona que le ofreció una nueva tarjeta de crédito con mayores
posibilidades crediticias (Visa Gold), frente a las desavenencias maritales ocurridas a fin
del año 2008, concurrió a la sucursal del Banco de Galacia y Buenos Aires S.A., a
solicitaría la baja de ambas tarjetas “Visa Classic” y “Visa Gold”, porque de una u otra
ocurrió.
de lo que aconsejan las reglas de la sana crítica, pues un sentido común, basado en la
de las cosas del mundo, permiten arribar a un juicio de razonable certeza acerca de lo
ocurrido.
Por otro lado, no está demás apuntar que la solicitud de baja (v.
documental aportada por el actor en sobre Nº 21774) admitida por el banco, resulta ser
o motivos que justificaban el pedido, extremo respecto del cual también se verifica un
límite a la autonomía de la voluntad y que debe ser ponderado en función del derecho
27, págs. 101 a 130, citado en fallo de la C. Civ. y Com. Mar del Plata, 18/4/95, “Banco
que, en su caso, estaba vigente la otra tarjeta o la forma en que operaría la baja,
retaceando datos al respecto, sin brindarle adecuada noticia sobre la situación particular,
constitucional (art. 42º C.N. y art. 47º C.N.), toda vez que es el orden público el que se
impone, tanto para proteger al sujeto más débil y vulnerable, como para ordenar la
28/04/98, “Finvercon S.A. c/ Pierro, Claudia A.”, La Ley 1998-C-624, D.J. 1998-2-
403).
conocimiento del actor todas las características del servicio de la “Visa Gold” y su
relación con las otras categorías de “Visa” que ya poseía. Vale decir, aclararle o
mercantiles.
Gold” automáticamente la otra tarjeta “Visa Classic” quedaría extinguida, sin perjuicio
de los gastos ya efectuados con anterioridad, incluso que no debía realizar ningún tipo
suficiente -artículos 4º y 19º, ley 24.240-, atento a la falta de aviso a los clientes sobre
sometido a estudio, la norma del art. 3º de la Ley de Defensa del Consumidor despeja
el panorama, al expresar que siempre debe estarse por la solución más favorable al
hecho de protección.
a otro en la relación jurídica, tal como acontece en la especie, pues el Sr. Ponce se
legal.
contexto de los principios protectorios del consumidor sobre los cuales se proyecta la
especie.
la interpretación del texto del contrato -tal como se explicó en los considerandos
pasando por alto la vulnerabilidad del sujeto más débil en la relación jurídica y
desechando por completo la consideración de la carga que pesaba sobre el banco al estar
concreto de autos, que frente a los reclamos y la postura sustentada por el Sr. Ponce, el
demandado negó los hechos, sosteniendo la validez de lo consignado en el contrato
celebrado entre las partes, el que adjuntó a la causa. Sin embargo, la Cámara no
encuadró la cuestión dentro de dicha moderna teoría, sino en base a los principios
fallo en crisis.
asumida por las partes…” (Fallos: 311:73) y “que las reglas atinentes a la carga de la
sometido a decisión del órgano jurisdiccional…”, a los efectos de dar primacía -por
sobre la interpretación de las normas o las cláusulas que forman parte de un convenio,
se vea perturbado por un excesivo rigorismo formal, ni menos aún por el proceder
opuesto de una de las partes (CS, 2-4-98, “Rudaz Bissón, Juan C. c/ Editorial Chaco
SA”, L.L. 1998-E-243, E.D. 179-259; 6-2-2011, “Galli de Mazzucchi, Luisa c/ Correa
dinámicas “…se inclina por poner el peso de la prueba sobre la parte que está en
mejores condiciones de hacerlo, o posee a su alcance con mayor facilidad los medios
prueba a la otra parte, invocando criterios absolutos o rígidos (confr. autor citado
“Cargas Probatorias Dinámicas”, editorial Rubinzal – Culzoni, Santa Fe, 2004, pág.
116).
ajustada estrictamente a lo que demanda la carga que se le impone. Ello tiende a evitar
que una de las partes, relevada de probar un aspecto, no haga absolutamente nada,
impidiendo de hecho que la otra parte cumpla su cometido (confr. “Teoría General de
parte más débil probar este hecho, ya que era muy difícil o prácticamente imposible, la
los que por sus particularidades corresponde aplicarla para llegar a la verdad de los
hechos y así a un resultado justo, y esto se verá valorado por el juez conforme las reglas
de la sana crítica. Por lo tanto, se trata de formar una regla que sólo pueda aplicarse a
aquellos casos donde las reglas clásicas de distribución de la carga de la prueba operan
mal, y acarrean consecuencias disvaliosas, por haber sido previstas para los supuestos
comunes y corrientes, que no son los que se dan en determinados tipos de casos. Y es
precisamente en estos casos donde deben ser necesariamente aplicadas” (confr. Jorge W.
que opera con efectos expansivos y clarificadores, por lo que ningún litigante podrá
excusarse en su aplicación, tanto más cuando las particularidades que presenta el caso
así lo aconsejan.
Constitución Provincial).
En este sentido se ha dicho “Si bien, como regla general, las cuestiones
cabe apartarse de este principio cuando la sentencia efectúa una interpretación del
régimen legal aplicable que desvirtúa las normas en juego en el caso y omite la
valoración de constancias relevantes para la correcta solución del litigio, motivos que
Emilia I. s/ quiebra”, La Ley, 1999-D, 772 (41.719-S) – J.A. del 18/8/99, p. 36, en igual
sentido, C.S. 1998/11/12 “Ibarra, Aníbal”, La Ley 1999-B, 399, DJ, 1999-2-99).
C, año 2014 (acumulado por cuerda), toda vez que adolece del adecuado tratamiento de
los distintos temas propuestos a debate y crítica (daño moral, lucro cesante, daño
punitivo). Repárese lo acotado de su argumentación (v. fs. 276 y vta., punto 4.4.), pues
más allá de la postura que admitiera el Tribunal de Apelaciones, lo cierto es que el fallo
antijuridicidad en la conducta del accionado, condición sine qua non para el ejercicio de
adecuada la desestimación” (v. fs. 276 vta. 4to., apartado), circunstancia que pone de
implicancias de cada uno de los rubros reclamados y los motivos que justifiquen
inconstitucionalidad interpuesto a fs. 288/308, por la parte actora, y por ende, declarar la
sobre la procedencia sustancial de la parte recurrente, que deberá ser examinada con
amplia jurisdicción por los tribunales ordinarios a fin de dar acabada respuesta a todas
las cuestiones que interesan en la solución del presente conflicto, desde el miraje
proteccionista que con carácter de orden público establece la ley Nº 24.240 en el marco
esta ciudad, para que la Sala que corresponda dicte nuevo pronunciamiento (art. 29 de la
ley 6997).
Ello así, por cuanto el reenvío de las actuaciones resulta la solución más
sus derechos.
que exista base (arts. 5, 4º párrafo, ley Nº 2011, t.o. y modif. ley Nº 5532).
Sala 1ra. Civ., Com. y Lab. Sala 1ra. Civ., Com. y Lab.
Abogado - Secretario