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Vanden Berghe Kristine. Hacia una cartografia del Boom. Una polémica en Zona Franca (ag.-dic.1972). In: América : Cahiers
du CRICCAL, n°15-16, 1996. Le discours culturel dans les revues latino-américaines, 1970-1990. pp. 21-30;
doi : https://doi.org/10.3406/ameri.1996.1171
https://www.persee.fr/doc/ameri_0982-9237_1996_num_15_1_1171
ciôn del n° 14, Liscano empezô con lo positivo para luego realzar lo
negativo, en el segundo numéro invierte el orden para terminar con una
nota positiva.
Si bien Liscano edulcora su crftica a Rama, el orden de disposi-
ciôn de los articulos no déjà de jugar a favor de Rodriguez Monegal. En
el n° 14, los fragmentos de Rama preceden lôgicamente a los otros y a
que las reacciones de Vargas Llosa y de Rodriguez Monegal se inspiran
en ellos. Al contrario, en el numéro siguiente, no se impone ninguna
cronologïa. El hecho de que Zona Franca dé la ultima palabra a
Rodriguez Monegal podrfa ser un signo de que siga favoreciendo a este
ultimo.
TEXTO
1. Ver Pierre Bourdieu, «Le marché des biens symboliques», en Année sociologique,
22, Paris, 1971.
HACIA UNA CARTOGRAFf A DEL BOOM 27
El terrorismo de boom
SlNTESIS
Entre las entregas del primero y del segundo premio Rômulo Gal-
legos parecen medir mâs de cinco anos. En su discurso La literatura es
fuego de 1967, Vargas Llosa dijo y a que «Lentamente se insinua en
nuestros pafses un clima mâs hospitalario para la literatura»1. La
evolution ulterior no ha sido lenta en absoluta : cinco anos después, el debate
en Zona Franca muestra un cambio impresionante en el nivel del
discurso critico : la alta frecuencia del término boom senala el creciente acer-
camiento del libro latinoamericano a la lôgica mercantil.
Ya que los très polemistas temen la influencia de los valores
econômicos en el campo literario, tratan al boom como una palabra non
grata. De cierta manera, la resistencia contra los intereses del boom de
la «nueva novela» se parece a aquella contra la llamada «vieja novela»,
nombre con el cual Vargas Llosa se refiere a la literatura dependiente de
normas socio-polfticas. Si bien los campos de batalla son otros, la
apuesta sigue siendo la autonomfa del campo literario frente a valores
extra-literarios.
Queda la pregunta quiénes son los responsables de esta nueva su-
jeciôn de la literatura. Las respuestas indican esencialmente a los agen-
tes e instrumentos de la funciôn metaliteraria. El papel desempefiado por
los crfticos y las revistas, sus inclinaciones hacia un mayor sensaciona-
lismo, se ponen en tela de juicio. Por suerte, esta actitud critica no ha
paralizado totalmente al campo metaliterario. Al contrario, en cierta
medida ha estimulado investigaciones mâs sistemâticas, lo cual solo
puede ser benéfico para y la literatura.
1. Mario Vargas Llosa, «La literatura es fuego» en Giacoman, Helmy F., Homenaje a
Mario Vargas Llosa, Las Americas, Nueva York, 1971, pâg. 19.