El estado de turbulencia resulta de una serie de acontecimientos transformadores, en

ocasiones impredecibles que pueden ser debido a factores demográficos, tecnológicos,

económicos, de globalización, etc.

Debido a estos cambios inesperados el entorno se vuelve inestable y cada vez hay más
incertidumbre dentro de las empresas ya que pierden capacidad de previsión

Esta situación afecta el normal desempeño de los sectores ya que surgen cambios constates
en preferencias, promociones, precios, cambios en los competidores, saturación del mercado
y surgimiento de sustitutos

La turbulencia pone a prueba la capacidad de la alta dirección de poder enfrentar estos

cambios en el entorno que ponen en riesgo la vida y el quehacer diario de su compañía, su
capacidad en la toma de decisiones y su poder de realizar ajustes que les permitan como
mínimo no ver disminuidos sus ingresos.

Para ello deberán tener un comportamiento guiado hacia la flexibilización estratégica,

relacionados con la creatividad e innovación, con nuevas inversiones o toma de decisiones
para poder enfrentar estas dificultades de la manera más viable posible

Este fenómeno de turbulencia por lo general proviene debido a modificaciones,

perturbaciones o crisis del contexto de la organización, las cuales denominaremos amenazas
para nuestra empresa, las cuales atentan o pueden atentar contra su normal funcionamiento
y permanencia.

Es importante poder detectar y reconocer la misma mediante un análisis previo y constante

para poder no prevenir ya que el hecho de planificar en si no quiere decir que la crisis no
pueda salvar a la empresa de su extinción pero si de disminuir sus perdidas ya que mediante
la misma se obtiene un mayor control no solo de los recursos sino de los movimientos
macroeconómicos

En ocasiones, estos cambios producidos, amenazas o etapas de turbulencia pueden traer

consigo una serio de oportunidades absolutas y relativas que, si el empresario o bien la
organización en su conjunto sabe previsualizar y anticipar o bien pueden ser de
aprovechamiento a la hora de establecer estrategias de defensa como de evolución de la
organización.

Existen empresas que a pesar de enfrentar la turbulencia han mejorado su desempeño

debido a la implementación de planes estratégicos, hay que como bien dijimos monitorear el
entorno; diseñar escenarios futuros a modo preventivo, y seleccionar e implementar un
nuevo modelo de negocios.

Con el monitoreo, la empresa cuenta con un sistema de alerta temprana, que además de
identificar las señales más evidentes del entorno logra valorar cómo y cuánto ha cambiado el
contexto en el que la organización está inmersa, y responder las siguientes preguntas: ¿Qué
modelos de negocios se están desarrollando o pueden surgir?, ¿Quién los genera?. El sistema
debe permitir identificar modificaciones de tipo demográfico, regulatorio y tecnológico, que
permiten a la empresa evaluar la magnitud del efecto de la turbulencia, así como el impacto
de las dimensiones de dinamismo, incertidumbre y complejidad en el sector.

La segunda fase consiste en hacer una elaboración de escenarios que permitan responder a
la turbulencia, buscando soluciones para hacer frente a las discontinuidades. No basta con
diseñar los escenarios, es necesario construir las estrategias para cada uno de ellos, y los
indicadores de seguimiento.

Finalmente, la empresa debe seleccionar e implementar el nuevo modelo de negocios, lo que

llevaría a que se realicen ajustes en sistemas de producto, mercados, estructura organizativa,
recursos humanos, activos, procesos. En esta etapa es necesario que exista una disposición a
realizar los cambios estratégicos necesarios que han sido percibidos, ya que no todas las
organizaciones son igualmente capaces de cambiar.

Para que estas modificaciones en el contenido de la estrategia den sus resultados; las
empresas deben desarrollar capacidades dinámicas que les permitan no sólo enfrentar la
turbulencia cuando ya está presente, sino superar nuevas turbulencias en el futuro,.