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Jorge Isaacs
(Cali, 1837 - Ibagué, 1895) Escritor colombiano que debe su fama a la novela
sentimental María (1867), uno de los títulos más representativos de Romanticismo
hispanoamericano. Jorge Isaacs realizó sus estudios de primaria en la escuela de Cali
y en Popayán y los continuó en la capital de la República entre 1848 y 1852. Regresó
a Cali sin terminar el bachillerato debido a la difícil situación económica de su familia,
lo que le hizo olvidar su sueño de ir a estudiar medicina a Inglaterra.

Jorge Isaacs

En 1854 participó en las campañas del Cauca contra la dictadura del general José
María Melo. Dos años después contrajo matrimonio con Felisa González Umaña. En
1860 volvió a tomar las armas en defensa del gobierno conservador de Mariano
Ospina Rodríguez, contra el que se había sublevado el general Tomás Cipriano de
Mosquera.
Un año después fue nombrado subinspector de los trabajos que se realizaban en la
construcción del camino de Cali a Buenaventura. Durante este año de labores en el
campamento de La Víbora, en el clima adverso de las malsanas selvas del Dagua,
Jorge Isaacs inició la redacción de su novela María, aprovechando los tiempos de
descanso y las horas nocturnas. Allí contrajo el paludismo, enfermedad que lo llevaría
a una muerte prematura; renunció al empleo y regresó a Cali a terminar la redacción
de la obra.
Su obra literaria
En mayo de 1867 apareció en Bogotá su obra cumbre, María, novela que alcanzó un
éxito inmediato, hasta el punto de reeditarse en más de veinte ocasiones a lo largo del
siglo XIX. Reconocida por la crítica literaria como la mejor novela romántica de la
América Latina, María ha proporcionado a su autor el lugar que en la historia literaria
corresponde a los clásicos universales.
La anécdota de la obra, narrada en primera persona por el protagonista, es mínima.
Efraín, terminados sus estudios, regresa a la hacienda paterna, en el valle del Cauca;
allí encuentra de nuevo a su prima María, joven de quince años, adoptada por la
familia. El amor, primero levemente insinuado, se convierte después en una pasión
avasalladora, mientras sombríos presentimientos (la enfermedad de María, la
misteriosa ave) anuncian el triste final. El padre de Efraín decide enviar al muchacho
a Inglaterra para que curse estudios de medicina; al año una carta le anuncia la grave
enfermedad de María. Efraín regresa a su casa, pero ya es tarde: los últimos
momentos vividos por la amada los conocerá a través de la narración de su hermana
Emma.
Casi la totalidad de la obra relata la estancia de Efraín en la hacienda, desde su vuelta
del colegio de Bogotá hasta su marcha a Inglaterra. En un admirable "tempo lento", el
autor nos presenta en esta parte central el mundo idílico de las relaciones entre los
dos enamorados, hecho de silencios, equívocos, medias voces, secretos, palabras no
pronunciadas, adivinaciones, juegos de manos, miradas... Y, a su alrededor, el
escenario real de la tierra del Cauca.
Motivan este doble aspecto, de idilio y realidad, las dos corrientes literarias que
confluyen en la novela: la romántica y la realista. La primera proviene del pasado; es
la corriente de la novela sentimental, que en la obra tiene su muestra más importante
en el exotismo del cuento de esclavos de Nay y Sinar, desarrollado en un marco
africano. La segunda, cara al futuro, anuncia algunas características de parte de la
novela hispanoamericana, y dentro de ella tiene lugar el máximo acierto de Jorge
Isaacs: el descubrimiento del paisaje americano. Problema muy discutido por la crítica
ha sido el del valor autobiográfico de la narración: en algunos momentos es indudable
que Isaacs refleja su experiencia directa y familiar.
Benito Pérez Galdós
(Las Palmas de Gran Canaria, 1843 - Madrid, 1920) Novelista, dramaturgo y articulista
español, máximo representante (junto con Leopoldo Alas «Clarín») de las corrientes
realista y naturalista en la narrativa española. Benito Pérez Galdós nació en el seno
de una familia de la clase media de Las Palmas, hijo de un militar. Recibió una
educación rígida y religiosa, que no le impidió entrar en contacto, ya desde muy joven,
con el liberalismo, doctrina que guió los primeros pasos de su carrera política.
Cursó el bachillerato en su tierra natal, y en 1867 se trasladó a Madrid para estudiar
derecho, carrera que abandonó para dedicarse a la labor literaria. En 1870 apareció
su primera novela, La sombra, de factura romántica, a la que siguió ese mismo año La
fontana de oro, que parece preludiar los Episodios Nacionales.
Dos años más tarde, poco después de la muerte de su padre y mientras trabajaba
como articulista para La Nación, Benito Pérez Galdós emprendió la redacción de los
Episodios Nacionales, probablemente inspirado en los relatos de guerra de su
progenitor, que había participado en la guerra contra Napoleón. El éxito inmediato de
la primera serie, que se inicia con la batalla de Trafalgar, lo empujó a continuar con la
segunda, que acabó en 1879 con Un faccioso más y algunos frailes menos. En total,
veinte novelas enlazadas por las aventuras folletinescas de su protagonista.
Obras
Durante este período también escribió novelas como Doña Perfecta (1876) o La familia
de León Roch (1878), obra que cierra una etapa literaria señalada por el mismo autor,
quien dividió su obra novelada entre «Novelas del primer período» y «Novelas
contemporáneas». Este segundo grupo se inicia en 1881, con la publicación de La
desheredada. Según confesión del propio escritor, con la lectura de La taberna, de
Zola, descubrió el naturalismo, lo cual cambió la manière de sus novelas, que
incorporarán a partir de entonces métodos propios del naturalismo, como es la
observación científica de la realidad a través, sobre todo, del análisis psicológico,
aunque matizado siempre por el sentido del humor.
Bajo esta nueva manière escribió alguna de sus obras más importantes, como
Fortunata y Jacinta (1886-1887), Miau (1888) y Tristana (1892). Todas ellas forman
un conjunto homogéneo en cuanto a identidad de personajes y recreación de un
determinado ambiente: el Madrid de Isabel II y la Restauración, en el que Galdós era
una personalidad importante, respetada tanto literaria como políticamente.

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