El Período Republicano, va a significar para Arequipa el surgir como centro hegemónico
del Sur, incrementando a sus funciones administrativas, políticas y comerciales, las del comercio lanero, la cual se va a ver fortalecida con la introducción del Ferrocarril (1871). Este importante acontecimiento se sumaría a otro: el gran terremoto de 1868; ambos factores tuvieron un gran impacto regional (permitió una mejor integración costa – sierra y la hegemonía de Arequipa en el Sur), en lo urbano (propició la expansión y densificación de la ciudad y modernizó sus servicios) y en lo arquitectónico (introdujo nuevos materiales de construcción). Tras el terremoto de 1868, la llegada del ferrocarril y la tragedia de la Guerra del Pacífico, Arequipa desarrolla un nuevo auge económico. Se introducen estilos europeos, ingleses y franceses de arquitectura y urbanismo, surgen nuevos elementos urbanos como el boulevard, la alameda y el malecón. La ciudad procede a los ensanches trazando avenidas como Siglo XX y Boulevard Parra, se formaron barrios arborizados como El Vallecito hacia el sur y se creció hacia Yanahuara con la construcción del Puente Grau. En el centro, la traza urbana se incrementa dando continuidad a la estructura anterior, densificándose el damero con la incorporación de segundos pisos, sin embargo, se mantiene la presencia de las torres y cúpulas de las iglesias. Para entonces, el centro había dejado de ser el núcleo compacto del período virreinal centralizado en el espacio de la Plaza de Armas, se expande e incorporan nuevas áreas dando lugar al desplazamiento de la población asentada a la periferia, provocando un cambio del uso residencial hacia nuevos usos como los comerciales, servicios y la gestión.
1. Cambio y continuidad en la independencia
2. Traza ,tejido y paisaje urbano 3. Terremoto de 1868 4. Una nueva ciudad 1868-1940 La reconstrucción 1868-1895 El ferrocarril Arequipa en la republica aristocrática 1895-1920 La renovación y expansión urbana 1920-1940
Arequipa Contemporánea
El Cuarto Centenario de la fundación española (1940) de la ciudad propició el inicio de
un gran programa, de dotación equipamiento urbano y expansión de la ciudad, generándose un anillo mayor de vivienda consolidando un patrón de crecimiento radial en cuanto a vías y concéntrico en cuanto a usos del suelo, habilitando los barrios de Cuarto Centenario y Selva Alegre. En el afán de modernizar la ciudad se cometieron algunos excesos que atentaron contra el patrimonio, tal como el ensanchamiento de calles que corren de este a oeste; paradójicamente, esta iniciativa en la continuidad de las calles permitió descubrir el monumento más importante con el que cuenta la ciudad: el Monasterio Santa Catalina. En los cincuenta, se inicia con mayor fuerza el desplazamiento de la población residente del damero hacia la periferia, quedando la casona solariega destinada a otros usos; sin embargo, las formas tradicionales de casa de vecindad se mantienen alrededor de algunos tambos tugurizados. En las décadas del sesenta y setenta, luego de los terremotos de 1958 y 1960 la Junta de Rehabilitación y Desarrollo de Arequipa propicia un mayor impulso al sector industrial con la creación de parques industriales y se mejora la articulación vial, lo que contribuye a consolidar el rol hegemónico que en la región tiene la ciudad. Estos cambios, cobran mayor intensidad en el área central donde el desarrollo de la actividad comercial y de servicios modifica las características horizontales de la ciudad. El proceso de tercerización del centro de la ciudad desplaza casi por completo a la vivienda y a otras instituciones como la Universidad, hacia la periferia. AREQUIPA METROPOLITANA 1970-1990
Actualidad
En la actualidad, se observa la hegemonía de actividades terciarias principalmente del sector
informal (el cual se inició en los cincuenta, período que coincide con el flujo migratorio proveniente de los pueblos del altiplano peruano). Esto ha generado una corriente de “modernidad” mal entendida e insertada, que paulatinamente ha ido sustituyendo las casonas de sillar, de patios y bóvedas por edificios de ladrillo y concreto, transformando los usos, en razón a su mayor rentabilidad. Por otra parte, el crecimiento radio céntrico de la metrópoli ha determinado que el sistema vial actual condicione el paso obligado por el centro en todos los desplazamientos de la población, lo cual trae mayor contaminación atmosférica por la gran presencia de unidades de transporte y taxis, los cuales prestan un servicio público deficiente.
Las condiciones de habitabilidad y de dotación de servicios básicos en el centro histórico han
decaído como resultado de la densificación de usos, la falta de inversión pública y el empobrecimiento de la población residente, lo cual forma parte del proceso de deterioro de la ciudad. Revertir esta tendencia, es el reto que enfrenta la Municipalidad Provincial de Arequipa y para ello el patrimonio constituye el principal recurso de desarrollo sostenible y mejora de las condiciones de vida de la población, por su potencial para generar actividades productivas. Como parte de este proceso, la declaratoria por UNESCO como Patrimonio Cultural de la Humanidad en diciembre de 2000, ha contribuido a consolidar estas actuaciones que vinculan el desarrollo de la ciudad con la cultura y el patrimonio.