‘Amanece.énun
ospto Luciana esté
‘encoma,zélmotiva?
Una descampensacién
bide al consumo de
‘una pasta de tas,
lodroga de dsefoque
std de moda. Sus
‘amigos, sunovo, sus
ates, pole yun
eriodstaintentardin
encontrara quien le
vendi6 a sustonci,
‘mientras as médicos
trotan de savor suid,
JORDI SIERRA FABRA
(Barcelona, 1947} 05
lune delos autores
espafioles més eidos,
\ypremiados dela
actualidad En Gran
Angular ha publicado
{ijoven Lennon, La
memoria eles sere
erdidos y Robo, entre
‘muchas otras novelas,
intact
1 (Blancas: e4)
Abrid los ojos cuando el primer zumbido del teléfone
atin no habia muerto y lo primero que encontré fueron fos
digitos verdes de su radio-reloj en la oscuridad de la noche.
or ello supo que Ia llamada no podia ser buena,
Ninguna llamada telefénica lo es en la madrugada.
Alargé el brazo en el preciso momento en. que sobreve
nia el silencio entre el primer y el segundo zumbido, y tro-
pezé cam el vaso de agua depositado en la mesita de noche.
Lo derribé. A su lado, su mujer también se agis por el bras
co despertar. Fue ella quien eneendié la lux de su mesilla.
La mano del hombre se aferré al auricular del telefono,
Lo descolg mientras se incorporaba tun poeo para hablar,
y se lo lew al oido. Su pregunta fue ripida, alarmada
asi?
Escuché una vor neutra, opaca. Una voz desconocida.
EL sefor Salas?
—Soy yo.
Veri, sefior —la voz, de mujer, se tomé una especie
dle respira. O mas bien fue como si se dispusiera a tomar
carrerilla—. Le llamo desde el Clinica. Me temo que ha su
cedido algo delicado y necesitamos.285 mi hija? —pregunté autométicamente ¢1,
Sintié cémo su mujer se aferraba a su bravo.
sefior Salas —continué la vor, abierta y directa:
mente—. La han traido en bastante mal estado y.. bueno,
atin es pronto para decir nada, sentiende? Seria necesario
que viniese cuanto antes.
—Pero.. gesté bien? —Ia tension le hizo atropellarse, la
presién de la mano de su esposa le hizo dato, su cabeza
centr en una espiral de miedas y angustias—. Quiero d
—Su hija ha tomado algiin tipo de sustancia peligrosa,
sefir Salas. La han traido sus amigos y estamos haciendo
‘odo lo posible por ella. Es cuanto puedo decile, Confio en,
que cuando leguen aqui tengamos mejores noticias que
darte.
—Vamos inmediatamente.
Hospital Cinieo. Entren por urgencias,
—Gracias. si, claro, gracias.
Se quedé con el teléfono en la mano, sin darse cuenta de
‘que su mujer ya estaba en pie. Después la mix6.
—2Un accidente de coche? —ella apenas si consiguié
articular palabra.
—No, dicen que se ha... tomado algo —exhalé él
La confusion se empezaba a reflejar en sus rostros,
—1Qué? —fue lo tinico que logté decir su exposa entre
Jas brumas de su nueva realidad
2 (Negras: 06)
Cinta, Santi y Maximo no se movian desde hacia ya
lunos minutos. Era como si no se atrevieran, Solo de ver
‘en cuando, los ojos de alguno de ellos se dirigian hacia la
8
Pero fue Maximo el que resumié la sitwacién eon un
rotundo y expresivo:
~Joder!
3 (Blancas: d4)
Lo desperté el timbre del teléfono y, al levantar la cabe
2a dela mesa el cvello le envi una purteada de dolor al ce
‘ebro. La brusquedad del despertar fue paralela a ese dolor.
—iAy, ay! —se quejé, tratando de flexionar el cucllo
para liberarse del anquilosamiento,
Peto no lo logr; asi que se levanté y fue hacia el tele
fono moviéndose como tn mueeo articulada que inicia
se su andadura. No solo era el euell, por haberse quedado
dormido sobre la mesa, sino los misculos, agarrotados, y
4a vensacién de mareo producto del sabito despertar, uni
do ata larga noche de estudio a base de cafés y colas.
En quienes primero pe
¥ Maximo.
Sus padres no podian ser. Nunea llamaban, y mucho
‘menos a una hora como aquella. :Para qué? Ast que solo
podian ser ellos. Los muy.
Levanté el auricular, pero antes de poder decir nada es-
‘euché el zumbido de la linea al cortarse.
Eneima
Volvi6 a dejar el teléfono sobre la mesa y bufé Mend
de cansancio, Esperé un par de segundos, luego se des
perezé,
‘Tenia la boca pastosa, los ojos espesos y Ia lengua p=
gad al paladar, Debla de haberse quedado dormido apro-
6 fue en Luc
Cinta, Santi
10
puerta, por la que habia desaparecido el iltimo de los mé-
iieos, 0 buseaban el apoyo de los demas, apoyo que eta
huurtado al instante, como si por alguna extraitarazén no
Wate uta tw eb pos
Habia formulado la pregunta media docena de veces
¥-como las anteriores, Cinta no tuvo respuesta.
Yo también estay bien —dijo Maximo,
—Dejadlo, vale? —pid Sant
—2Qué vamos a?
La pregunta de Cinta murié antes de formularla, Desde
«que habia empezado todo, los nervios se mantentan a flo
de piel, pero ain adormecidos, 0 mejor dicho atontados,
1 causa del estallido de la situacién. Ahora empezaban a
slorar plenamente
ue Sant el primero en reaccionar, y lo hizo para sen
tatse al lado de ella. La odes con un brazo y la atrajo sua
vemente hacia si, Después la bes6 en la frente. Cinta se
dejo acrastrat y apoy la cabeza en él Luego cer ls aos.
Comena a Morar suavemente
=Hia sido un accidente —suspiré Santi con un hilo
de vox
Maximo hundié su cabeza entre sus manos.
Cinta se desahogs solo unos segundos. Acabs moedin
dose el labio inferioe. Sin desprenderse del ampara protee
tor de Santi, pronuneié el nombre que todos tenian en
4¢ mismo instante en la mente
Deberlamos lamar a Eloy.
Se prodyjo un si
Nadie se mow
4 Loceto —termind diciendo Cinta
‘imaudlamente hacia tres horas, Las primeras Iuces del ama
rnecer azomaban ya al otto lado de la ventana.
Mid los libros
El estudiando y los demas de mareha. Genial
Claro que a Maximo le importaban un pito los est
dio, y Santi ya habia dejado de dare al ello, Paro en. carn
bio, Luciana y Cinta.
Elteléfono no volvia« sonar, asi que se apart de él y
fue al euarto de bat para lavarse la cara, Todavia tenia to-
do el sibado y todo ef domingo por delante antes del di
choso examen del lunes. Sus padres habian hecho bien
yénddose de fin de semana. Y él habia hecho bien negén
dose a escuchar los cantos de sirenas de los otros para que
salierael Viernes por la noche.
‘A pesar de lo mucho que deseaba estar con Luciana
La llamada se repité cuando se echaba agua a la cara
por segunda vez. Por qué sus padres no compraban un
‘maldito inalémbrico? Cogié la toala y se secé mientras
se dirigia hacia el teléfono, En esta ocasién se dejé caer
enum butaca antes de levantar el auriculas. i, wenfan que
serellos, .Quién si na?
—Seccién de Yoluntarios Estudiosos. y Futuros
Empresarias —anuncié—. ;Qué clase de zingano y pard
sito noctusno osa?
Nadie le 6 la broma al oto lado,
loy —escuché la vor de Méximo,
Una vor nada alegre.
2Qué pasa? —fruncié el cefo instintivamente
—Oye, antes de que esto pueda eortarse de mievo.
Bstamos en...bueno...Bs que
Diselo! —escuché claramente la voz de Cinta por el
hilo elefnieo—Méximo, squé ha ocurrido? —grté alarmado Eloy.
—Luci se tomé una pastillay le ha sentado mal
—1Una,..? —se despejé de golpe—. (Mierdal Qué cl
se de pastilla?
1a paisa fue may breve.
—Enxtasis
Fue un mazazo. Una eonmocién.