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Alves, Pedro y García, Francisco (coords.) (2017) Oficios del Cine. Manual
práctico de cinematografía. Madrid: Editorial Icono 14.
1. Introducción
1
Schlesinger o Jerzy Skolimowski, entre otros, con la intención de despejar
dudas sobre el impacto de un director sobre su propia obra.
2
(The Cocktail Analysis, 2006)
2. La realidad cinematográfica
3
pagaban a los guionistas en concepto de opciones y nuevas versiones de
películas que nunca se harían”.
Los creadores audiovisuales siempre han permanecido ávidos de
realidad en busca de historias que pudieran conmover al público. Aunque una
cosa es la realidad y otra bien distinta la realidad cinematográfica. Como
asegura el profesor Francisco García (2014: 24), “el cine de ficción es, sobre
todo, una narración que, no determinando lo real, lo hace con materiales de la
realidad”, y por extensión, prosigue, “el narrador es un demiurgo, creador de
mundos, inventor de existencias y de estados de vida”. Por tanto, podría
entenderse ese concepto de narrador como creador audiovisual ya sea desde
la dirección o desde el guión. Originariamente, el cine transitó por una primera
etapa en la cual tan solo pretendía retratar la realidad, documentarla tal cual,
véase el ejemplo de los hermanos Lumiere. Sin embargo, no se tardó en hallar
nuevos horizontes creativos, “el cine realmente debía aprender a contar
historias empleando para ello los recursos de un arte vecino, el teatro, y quien
lo logró fue George Méliès, considerado como el creador del espectáculo
cinematográfico” (Pérez, 2001: 27).
Precisamente esta diferenciación entre la realidad y la realidad
cinematográfica, heredera del teatro y la literatura, exige unos códigos que no
se tienen en cuenta en la realidad de la vida cotidiana, algo que un director
audiovisual debe tener muy presente. Por ello, a la hora de encontrar una
historia susceptible de ser contada a un público masivo conviene tener en
cuenta algunos elementos. El primero de ellos ser capaz de distinguir la historia
de la Historia, o dicho de otro modo, diferenciar la historia de la narración.
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que, mezclados con maestría, revelan significados y significantes nuevos,
atraen, atrapan y conmueven el interés del espectador, y consiguen elevar a la
categoría de historia universal un mero relato. Para ello, se exige conocer los
códigos del medio y aprehender de los vastos universos de la realidad teatral,
la literaria o la cotidiana; hechos o ideas que de repente inspiran una realidad
cinematográfica. Esa destreza en la identificación de “historias” debe ser parte
del sello de un director audiovisual, también el de un guionista, pero
corresponde al director el encaje de aquella historia con el resto de piezas y
estructuras cinematográficas.
El descubrimiento, o quizá haya que denominarlo redescubrimiento, de
una historia cinematográfica, es difícil de diseccionar habida cuenta de que se
trata de un proceso con un inicio confuso, si no indeterminado. Nada llega
como una visión genial, todo tiene un antecedente real o no, propio o ajeno, en
el género o formato que sea.
No hay big bang en la nebulosa creativa de los autores: no hay un tiempo cero
que marque de forma rotunda el desarrollo de una historia. Hasta el guionista más
imaginativo sabe que la inspiración es un mito tan popular como falso. Desde las
musas de Mneme, Melete y Aoide abandonaron el Monte Parnaso, hace muchos
años, los relatos nacen tras un parto doloroso y accidentado.
(Sánchez-Escalonilla, 2006: 29)
5
Inmaculada Gordillo (2009), transmite mediante una serie de códigos de puesta
en escena, sonoro-visuales, ideológicos y culturales que permiten que el
espectador reciba el mensaje. Estos códigos, además, conectan entre ellos
bajo relaciones de complementariedad, redundancia, independencia o
incongruencia.
Así, es lógico asumir que el medio condiciona el mensaje, en primer
lugar por la exigencia que este impone sobre la audiencia. Por ejemplo, el
consumo de televisión se produce normalmente con unas exigencias de interés
y atención menores al cine. Los entornos cambian, no es comparable una sala
de exhibición oscura y en silencio que el salón de una casa con continuas
distracciones. Es por ello, que la estructura de las escaletas televisivas,
herederas en muchos géneros de la radio, incluyan recordatorios casi
permanentes para que un espectador rezagado o distraído pueda incorporarse
en cualquier punto del desarrollo del discurso audiovisual. Por tanto, un
director, a la hora de acometer una labor previa de aproximación a una historia
audiovisual debe acotar bien la estructura teniendo en cuenta su canal, su
medio e incluso su posible futura distribución.
Son muchas las diferencias entre grabar para televisión o rodar para cine; por
ejemplo, el tipo de planos que funcionan bien en televisión son fundamentalmente
los primeros planos y los planos medios, porque cualquier plano más lejano pierde
fuerza y definición. Por ello se privilegian los planos en los que aparecen dos o
tres actores, y se evitan los grupos amplios a no ser que la situación lo exija.
(Tubau, 2007: 40)
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El proceso creativo que experimenta un creador audiovisual cuando
asume la dirección de una película se expande al sentido amplio de la
creación, solo acotada por los propios códigos fílmicos. No obstante, tal y como
afirma el investigador Pedro Alves, en una película el director y, por extensión
el resto de sus autores, transmiten algún tipo de experiencia en los márgenes
de unos parámetros narrativos y unos códigos para la interpretación de cada
receptor.
3. El proceso fílmico
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ayuda al lector. Para ello se incluirán ejemplos prácticos experimentados por el
propio autor que, desde luego, carecen de más valor que el propio y particular
de quien escribe.
3.1 La idea
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• Expository mode. Tiende de transmitir los hechos con intención
objetiva, de un modo tradicional en la exposición de las ideas y
habitualmente con voz en off.
• Observational mode. Proviene del movimiento documentalista
norteamericano de finales de los años cincuenta, que adoptaba
un rol de observador, de recolector de datos, propiciando la no
implicación en la historia.
• Participatory mode. Aporta la visión subjetiva de un
documentalista que se ha mezclado con los protagonistas de la
historia para vivirla desde dentro.
• Reflexive mode. Cuenta con la visión del cineasta como parte de
la realidad que se desea documentar.
• Poetic mode. Suele primar el modo en que se cuenta la historia
sobre la historia en sí. El montaje se constituye como parte de la
propia historia y no como herramienta al servicio de esta.
• Performative mode. Se aleja de fórmulas convencionales de
conocimiento y exposición para centrarse en visiones particulares,
a menudo no representativas, para la construcción de una
subjetividad.
9
documental sobre las consecuencias personales de la Guerra Civil española”,
exige saber qué se va a contar y cómo, con qué personajes, con qué relación
entre ellos y con qué estructura argumental. Una idea se acerca más, por
ejemplo, a: “hagamos un documental sobre las vidas paralelas de José
Sánchez y Ramón Sánchez, hermanos combatientes en la Guerra Civil, cada
uno en un bando. Tuvieron vidas muy distintas, experiencias muy diferentes,
uno en España, el otro en el exilio, uno bajo el reconocimiento público, el otro
desde el olvido. Se buscaron mutuamente. Fueron enemigos pero nunca
perdieron el deseo de reencontrarse y abrazarse”.
Es necesario conocer un mapa de tramas que permita presuponer que la
historia mantendrá el ritmo necesario para que mantenga el interés del
espectador. Esta es una tarea que, de no ir desarrollada en la idea original,
debe llevarla a acabo el director de la obra.
3.2 La preproducción
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Ávila, 2016). En él se puede apreciar la trama#1, compuesta por la relación
entre los personajes principales, su vinculación con la historia y su estructura
de interconexiones con otras tramas y subtramas.
Guillermo Vargas Dardo F. Molina Manuel Reyes Gloria Figueroa Enrique Sánchez Hernán González
Aignasse
QUIÉN/CÓMO ERA QUIÉN/CÓMO ERA QUIÉN/CÓMO ERA QUIÉN/CÓMO ERA QUIÉN/CÓMO ERA QUIÉN/CÓMO ERA
DESAPAR./BÚSQ. DESAPAR./BÚSQ. DESAPAR./BÚSQ. DESAPAR./BÚSQ. DESAPAR./BÚSQ. DESAPAR./BÚSQ.
DUELO/AUSENCIA DUELO/AUSENCIA DUELO/AUSENCIA DUELO/AUSENCIA DUELO/AUSENCIA DUELO/AUSENCIA
APARICIÓN APARICIÓN APARICIÓN APARICIÓN APARICIÓN APARICIÓN
JUSTICIA JUSTICIA JUSTICIA JUSTICIA JUSTICIA JUSTICIA
DICT. MILITAR DICT. MILITAR DICT. MILITAR DICT. MILITAR DICT. MILITAR DICT. MILITAR
OTROS OTROS OTROS OTROS OTROS OTROS
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también resulta muy recomendable que esté el guionista. Este es un proceso
en el cual el director, junto al resto del equipo, debe inferir elementos
identificativos de la obra audiovisual, aspectos que serán de gran ayuda para el
desarrollo del guión. Así, una vez generado el guión o, en caso documental, el
preguión o mapa de tramas, el director deberá abordar y reflexionar sobre
cuestiones técnicas como: con qué equipo y con qué tecnología se desea
contar para el rodaje. En este punto, la visión de la producción ejecutiva es
fundamental, no solo por criterios económicos sino porque este tipo de
decisiones conllevan un impacto directo en la factura estética de la película.
Determinado el equipo técnico, y con la ayuda del guión definitivo,
preguión o mapa de tramas, es importante generar un guión técnico7, que suele
ser responsabilidad del director y el guionista con el visado del director de
fotografía.
Paralelamente, el productor debe ir abordando cuestiones
presupuestarias y contractuales para que el equipo técnico y humano esté en
disposición de cumplir con sus responsabilidades en los plazos establecidos en
otro documento importante: el plan de rodaje.
3.3 La entrevista
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junto al resto de elementos audiovisuales en el guión definitivo. En este punto
de la producción el director ya debe tener una idea nítida de lo que pretende
obtener de los protagonistas de la película. La realización de las entrevistas
suele formar parte del proceso de preproducción pero, por su relevancia, se ha
convenido que conforme un epígrafe independiente.
El director de cine suizo, aunque de origen alemán, Erwin Leiser se
refirió en alguna ocasión a que la no ficción era como lanzarse siempre a un
viaje hacia lo desconocido, a lo incierto. La cita adquiere un mayor tino por su
vinculación con la entrevista. Al tratarse de un género informativo -y por tanto,
eminentemente periodístico- sostiene antecedentes remotos, primero en la
prensa escrita, luego en la radio y más tarde en la televisión, aunque ha sido
en esta última donde la entrevista se ha desarrollado con mayor plenitud ya
que “incluye mecanismos paralingüísticos como la entonación, la intensidad,
los titubeos o los matices de voz, […] todos los elementos de proxémica y
quinésica” (Gordillo, 2009: 141).
En la entrevista, especialmente en un rodaje documental, entran en
juego algunos elementos claves, como son: las preguntas, el modo de
redactarlas y realizarlas, la empatía del entrevistador, el orden de las
preguntas, el tipo de tecnología utilizado en la grabación y su proximidad física
al entrevistado, la iluminación del set, el número de personas presentes
durante la grabación en el set de la entrevista y, sobre todo, la técnica y
destreza del entrevistador para controlar el pulso de la entrevista. De ahí la
recomendación de que sean realizadas por el propio director de la película, ya
que no es extraño que solo él tenga una idea completamente definida de lo que
quiere contar.
Son numerosas y diversas las tipologías de entrevistas que pueden
hallarse entre los vastos estudios sobre comunicación social, en lo que se
refiere a la entrevista en un contexto cinematográfico documental pueden
agruparse en las siguientes:
• La convencional: Se trata de una entrevista para extraer
información sobre un hecho específico. Se suelen realizar a “un
experto porque fue testigo de un suceso, etc. Las preguntas están
claras y esperamos que las respuestas también lo sean” (Gómez,
2008: 125). Este tipo de entrevistas no suelen presentar
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especiales dificultades, sin embargo dotan a la historia de altas
dosis de credibilidad.
• La política: Debe su nombre a las casi siempre espinosas
entrevistas a políticos que, como asegura el documentalista
Manuel Gómez Segarra en Quiero hacer un documental (2008:
125) “no suelen responder a lo que les preguntas sino a lo que les
gustaría que les hubieses preguntado”. Este tipo deben ser
preparadas con especial minuciosidad, previendo todas las
posibles respuestas y sus correspondientes repreguntas.
• La de trozos de vida: Este es, posiblemente, el tipo de entrevista
más complicado y, a la vez, el más valioso para un documental.
Es la entrevista que arroja veracidad a la historia, la que propicia
mayor empatía entre espectador y entrevistado, por tanto la más
delicada y la que requiere más oficio para realizarlas con éxito.
Las preguntas de una entrevista de trozo de vida habitualmente
solo pueden realizarse eficazmente una vez, requiere la mayor
compenetración posible entre entrevistado y entrevistador aunque
no se recomienda que exista una estrecha relación personal entre
ambos porque condicionaría el resultado. Esta modalidad exige
también el máximo entendimiento entre el operador de cámara y
el entrevistador, por lo que se recomienda que haya sido
preparada con anterioridad para convenir el tipo y tamaño de los
planos según el carácter de las preguntas.
El cineasta chileno, Patricio Guzmán, especialmente conocido por sus
películas documentales, destaca la relevancia de las entrevistas como medio
para dimensionar a los personajes.
Una entrevista deja de ser convencional cuando desde ella empieza a surgir un
personaje auténtico, de carne y hueso, que nos conmueve y nos lleva hacia otra
dimensión de la comunicación, una dimensión más honda. Deja de ser
convencional cuando se alternan los escenarios donde aparece; cuando la
iluminación y los movimientos de cámara se ponen a su servicio; cuando el
lenguaje cinematográfico supera al busto parlante; cuando se ejercita una puesta
en escena.
(Guzmán, 1998)
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Aunque es difícil establecer unos mandamientos para la operatividad y
eficacia de las entrevistas, pues cada entrevistador cuenta con los suyos
propios, sí es posible consensuar algunas recomendaciones a tener en cuenta:
• Contacto previo con el entrevistado. Resulta muy útil mantener un
contacto previo con el protagonista, aunque no se trata de
ensayar la entrevista, más al contrario, el objetivo es adquirir la
cercanía justa que permita relajar la situación y facilitar
comodidad para responder a las preguntas.
• No se recomienda facilitar las preguntas al entrevistado antes de
realizar la entrevista. Normalmente un entrevistado es incapaz de
reproducir la misma respuesta dos veces seguidas. Los
entrevistadores suelen convenir que la primera de ellas suele ser
la válida, por tanto es mejor que el entrevistado no conozca el
contenido de las preguntas aunque, lógicamente, sepa la materia
o experiencia que se quiere testimoniar. En muy raras
excepciones resulta conveniente trasmitir las preguntas con
anterioridad, en cualquier caso nunca en la modalidad trozos de
vida. Solo en casos de entrevistas a expertos, quizá de carácter
científico, jurídico o legal, o de cualquier otro conocimiento
específico, puede recomendarse para que el entrevistado pueda
garantizar disponer de los datos necesarios.
• El tono del entrevistador condicionará el tono del entrevistado. Es
muy recurrente que el entrevistado tienda a imitar el tono que el
entrevistador utiliza en sus preguntas, por tanto, es un elemento a
tener en cuenta y que debe estar perfectamente definido por el
director.
• El contacto visual. Un entrevistador no debe perder nunca el
contacto visual del entrevistado, de lo contrario este, al perder a
su referente visual, podría desviar la mirada a cualquier otro lugar
produciendo una sensación de inseguridad en el momento de la
declaración.
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• Preguntas simples propician respuestas contundentes. Si la
pregunta es compleja, larga o confusa la respuesta tenderá a
divagar o, al menos, a extenderse en exceso innecesariamente,
sin embargo una pregunta concreta tiene mayor probabilidad de
obtener una respuesta más ajustada a lo que se plantea.
• Respetar los silencios. En muchas ocasiones las declaraciones
más impactantes -e importantes- vienen después de un silencio.
Por tanto, se recomienda dejar respirar la entrevista después de
cada respuesta, manteniendo en todo momento el contacto
visual.
• Solicitar previamente que el entrevistado responda siempre
haciendo referencia a la pregunta. No reparar en este detalle
suele ser un error habitual en entrevistadores inexpertos. Salvo
que la pregunta del entrevistador vaya a aparecer en la película,
es muy importante que el entrevistado no responda sin hacer
referencia. Es más fácil entenderlo con un ejemplo:
PREGUNTA: ¿Cuándo dejó de temer un golpe de estado?
RESPUESTA:
Opción 1: “En 1985, cuando se concluyó la
transformación y la democratización de las fuerzas
armadas”.
Opción 2: “En el Gobierno, dejamos de temer la
posibilidad de una intervención militar cuando se concluyó
la transformación y la democratización de las fuerzas
armadas”.
Sin duda, la opción 2 será de mucho más útil cuando se elabore
el guión.
• Evitar las preguntas cerradas. Estas solo conducen a respuestas
que sin el contexto necesario no serán útiles para el guión.
• Permitir al entrevistado, si lo desea, añadir algo más. Es frecuente
que el entrevistado tenga una visión de la importancia de los
hechos diferente a la del entrevistador. No se trata aquí de revisar
cuál es la correcta, probablemente se trate de visiones
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necesariamente diferentes aunque compatibles, pero sí darle la
oportunidad de aportar algo sobre lo que no se le haya
preguntado.
• Procurar no detener la grabación de la entrevista en ningún
momento, incluso cuando esta haya concluido. Es muy frecuente,
sobre todo en entrevistados no familiarizados con el medio
audiovisual, que se sientan algo tensos. A veces cuando se le
comunica que la entrevista ha finalizado consiguen relajarse tanto
que, de repente, expresan con absoluta naturalidad una
declaración que, de haberse grabado, sería de gran utilidad. Por
tanto se recomienda mantener la grabación un par de minutos
más tras su finalización.
La elección del entrevistador debe ser una decisión del director de la
película, consensuada con el productor ejecutivo. Se recomienda que las
realice alguien con dilatada experiencia, de cómo se lleven a cabo dependerá
la calidad de las declaraciones. Es muy habitual que las realice el propio
director o, en segunda instancia, el guionista.
En este punto, tal y como se ha indicado anteriormente, con el guión
definitivo si es ficción o con un preguión o mapa de tramas y las entrevistas
preparadas si se trata de un documental abierto, puede programarse el inicio
del rodaje.
3.4 El rodaje
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producción de una obra audiovisual el director adquiere una relevancia
incuestionable, de él dependen no solo la amortización del tiempo de rodaje y
la correcta preparación del equipo, sino también la necesaria cohesión de todo
el staff para aprovechar positivamente las inercias motivacionales y
profesionales.
El rodaje de una secuencia es el resultado de la elección, por parte del
director, de una frente a cientos de formas posibles de abordarla.
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plano medio (PM) es adecuado para “presentar al entrevistado”, también para
preguntas menos intensas o de contexto; sin embargo el primer plano (PP) y el
primerísimo primer plano (PPP) “transmiten mayor sensación de intimidad y
suelen reservarse para unos pocos momentos que realmente la requieren”.
En el rodaje de una película documental, especialmente en
documentales abiertos, o “documentales vivos” como acuña el realizador
Gómez Segarra (2008: 64), suele resultar más dificultoso para el director contar
con un plan de rodaje tan detallado por secuencias. El carácter abierto de un
documental acaba por limitar la información espacial, escénica y testimonial de
la historia, por tanto no resulta fácil prever todo lo necesario para la perfecta
compresión de la historia y, en consecuencia, exige al director una mayor
agilidad en sus reacciones y decisiones. Aun así, solo con un plan de rodaje lo
más cerrado posible y un trabajo de desarrollo escénico previo podrán crearse
las acciones –algunas necesarias y otras alternativas- que darán sentido a la
historia. De hecho, esa anticipación permite generar elementos creativos que
podrían convertirse en leitmotiv de la historia. Sirva como ejemplo un recurso
estético generado durante el rodaje y posteriormente en el montaje de la
película La Noche del Mundo (Sacaluga y Ávila, 2016). En fase de
preproducción se planteó que, ya que la película abordaba la aparición de los
restos óseos de desaparecidos durante la última dictadura militar argentina, en
las entrevistas a sus familiares se utilizaría un recurso estético por el cual
fueran apareciendo progresivamente en el plano diferentes elementos de este,
hasta, como último elemento, la aparición del propio entrevistado. Este recurso
requiere planificación previa para su perfecto funcionamiento y homogenización
en la obra audiovisual. En la siguiente imagen puede comprobarse la sucesión
de elementos hasta la composición del plano final.
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Fig. 2. Aparición de elementos en el plano. Fuente: La Noche del Mundo (Sacaluga y Ávila,
2016).
3.5 El guión
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El guión de una obra audiovisual parte de una idea original entendida
como “un conjunto de características formales y técnicas” (León, 2009: 85).
Como se indicó anteriormente, la idea original no debe concebirse como la
mera elección de una temática o hecho. Comparato (1999: 24) se refiere a la
idea original como fase inicial en la creación del guión, y la asume articulada de
forma sencilla y concreta, que permitirá posteriormente la selección y diseño de
los personajes, el contexto de la acción, y el tiempo.
Para Daniel Tubau, la labor de un guionista con la escritura puede
disociarse del trabajo de un novelista o un poeta.
Un guión es un libro de instrucciones que sirve para construir otra cosa: una
película, un programa de televisión, una animación multimedia. Por ello, el
guionista debe tener un conocimiento básico no solo de todo aquello que le
ayudará desde el punto de vista narrativo, sino también de la técnica
cinematográfica, de la mudanza del cine como medio.
(Tubau, 2006: 43)
21
transiciones y otras acotaciones para el montaje. La columna de la derecha la
ocupa el sonido o diálogos. A continuación se ejemplifica este tipo de guión:
Fig. 3. Ejemplo de guión a dos columnas correspondiente a La Noche del Mundo. Fuente:
Ignacio Sacaluga.
22
Fig. 4. Ejemplo de guión literario correspondiente a La Noche del Mundo. Fuente: Ignacio
Sacaluga
23
Como parte del proceso de guión, resulta práctico y funcional la
transcripción literal y minutada de todas las entrevistas. Si se realiza con
pulcritud el ahorro de tiempo es más que considerable pues casi puede
realizarse el guión sin consultar el material audiovisual grabado
correspondiente a las entrevistas.9
Aunque conviene no perder nunca de vista la historia en su totalidad,
dividirla en partes otorgará operatividad al proceso de trabajo y le facilitará al
director futuros cambios en las diferentes versiones del guión antes de llegar al
montaje.
24
Fig. 5. Ejemplo de timeline correspondiente al montaje de La Noche del Mundo. Fuente:
Fernando Ávila.
25
• El montaje ideológico o de ideas. Este procura transmitir ideas y
emociones, en ocasiones desde el desconcierto.
• El montaje de estilo “cine directo”, que se apoya en el uso de planos
secuencia con la intención de representar más fielmente la realidad.
• El montaje contemporáneo. Persigue, según el autor, transmitir una
experiencia creativa apoyada en el ritmo y la belleza estética.
León atiende también a otra tipología de montaje según los planos
utilizados. Distingue un montaje analítico, cuando “utiliza planos cortos,
encuadres cerrados y generalmente de corta duración”, de un montaje
sintético, cuando “utiliza encuadres abiertos, generalmente con gran
profundidad de campo” (León, 2009: 209).
En el proceso de montaje, cada acción u omisión en la creación de la
obra puede transformarla completamente. Cada elección de un plano, el uso de
una elipsis, de una transición, o de cualquier otro recurso visual, espacial o
temporal implica un coste de oportunidad en la narrativa final. El montaje
conduce y condiciona en gran medida la comprensión de la historia por parte
del espectador. El mero cambio de orden en unos pocos planos modifica en
esencia el mensaje que transmite la obra, de ahí la repercusión de esta fase
del proceso, por tanto, la implicación del director debe ser máxima.
Una vez montada la película y supervisada por el director y la
producción ejecutiva, el siguiente paso es su acondicionamiento estético y
gráfico, un proceso denominado postproducción y que alcanza las divisiones
sonoras y visuales de la obra. En esta fase, el etalonaje 11 deberá aportar
coherencia estética, cualquier elemento estético o gráfico deberá responder a
las exigencias narrativas concebidas por el director.
Paralelamente al proceso de postproducción visual, se lleva a cabo otro,
sonoro, con el fin de otorgar la misma homogeneidad a todos los elementos de
audio que integran la película. Aquí se encuadra también, la producción
musical, es decir, primero la composición de la banda sonora original, si la
hubiere, y posteriormente la selección de los diferentes cortes para su ajuste
preciso y meticuloso en la estructura de la historia. La banda sonora debe ser
el resultado de la fusión de las visiones de los músicos con la del director.
26
La música proporciona información sobre una época histórica, un país, un tipo
de acontecimiento, etc. De esta forma crea un ambiente en torno a esas
circunstancias, contextualizando la acción que se muestra. […] También
contribuye decisivamente a reforzar algunos momentos dramáticos o transmitir
estados de ánimo; […] Otra de las funciones de la música es crear un
determinado ritmo en una secuencia […] y dotarla de continuidad.
(León, 2009: 205)
4. Conclusiones
27
Será la fase de guión la que estructure y defina la continuidad narrativa
de la historia para, más tarde en el montaje, dimensionarse y materializarse
estéticamente. En ambos puntos del proceso, la supervisión de la dirección
audiovisual garantizará el cumplimiento del sentido de película ideado y
expuesto a la producción ejecutiva al inicio del desarrollo de la obra.
La dirección audiovisual, por tanto, asume la máxima responsabilidad en
la creación, desarrollo y supervisión de una película con independencia de su
género, formato, estructura, etc. Así, el director colabora en la construcción,
con clara vocación artística y autoral, de realidades paralelas que contribuyan
a generar pensamiento crítico y propuestas creativas de distinta índole.
1 Licencia del autor para expresar la manera de contar una historia audiovisual con los propios
códigos del canal y el género.
2 La expresión «transmedia» remite al experto en Comunicación Social, Henry Jenkins, y, entre
aún no han sido grabados, precisamente el uso de este tipo de guión responde a la
imposibilidad previa de escribirlo sin conocer exactamente lo que los protagonistas de la
historia van a contar. Si por el contrario, se trabajara con un material ya rodado, o se tratara de
un falso documental que relatará un hecho real a través de actores, en ese caso se podría
contar un guión cerrado, que se asemeja más a tipo de guión utilizado para ficción.
5 En este capítulo se ha considerado la modalidad de guión abierto (característico del género
documental) por lo que el epígrafe correspondiente al guión se ha incluido después del rodaje.
Conviene insistir en que cuando se trabaja con ficción el desarrollo del guión y su aprobación
definitiva es requerida antes de la fase de preproducción, producción y rodaje.
6 Se entiende por localizaciones la elección y reconocimiento de aquellos espacios abiertos o
el color y otros aspectos estéticos –actualmente incluso narrativos- para dotar a la obra
audiovisual del aspecto deseado, con mayor o menor independencia de las condiciones
lumínicas y colorimétricas originales.
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http://talleraudiovisual.pbworks.com/f/Técnicas+del+guión+para+cine+y+
televisión.pdf [Consultado: 21/03/16]
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