Vous êtes sur la page 1sur 4

UNIVERSIDAD METROPOLITANA DE PANAMÁ

CARRERA DE CRIMINALISTICA Y CIENCIAS FORENSE

ENSAYO

PRECURSORES DE LA ACCIDEONTOLOGÍA VIAL

ESTUDIANTE:

EVELIA SANJUR

4-742-1129

PROFESOR:

VICTOR RÍOS

AÑO 2019
PRECURSORES DE LA ACCIDEONTOLOGÍA

INTRODUCCIÓN
Todos sabemos que el siglo XX se ha convertido en el era de la Tecnología, el inicio de
una época que se ha destacado los logros de la ciencia permitiendo al hombre alcanzar
notables avances, dentro de los que se distingue el alcance de formas cada vez más
rápidas y confortables de desplazamiento, que permiten alcanzar grandes distancias en
tiempos cada vez más cortos.
Esto ha ocasionado que la industria automovilística desarrolle vehículos con mayor tec-
nología y cuya adaptación no siempre es la óptima a la infraestructura vial, a la legisla-
ción específica y puntualmente a la educación e idiosincrasia de los pueblos ocasionan-
do un índice cada vez mayor de siniestros viales, con las consecuencias ya conocidas:
muertes, lesiones, daños a la propiedad.
Esta estadística y la situación antes mencionada son solo el inicio de la complejidad
que presenta esta problemática que afecta a la sociedad a nivel mundial.

CONTENIDO
Se puede definir a la Accidentología como la ciencia de carácter multidisciplinaria que
tiene por objeto el estudio del siniestro de tránsito, y por finalidad la determinación de
las circunstancias, condiciones y resultados de dicho suceso, así como también elabo-
rar y coordinar programas de prevención y educación en base a problemáticas específi-
cas.
Un accidente de tránsito es, por definición, aquel suceso que ocurre en la vía pública o
privada donde interviene al menos un vehículo en movimiento y que produce daños en
las cosas y/o lesiones en las personas. Técnicamente, es una situación dinámica que
implica una serie de acontecimientos que culminan en el hecho. Cada una de ellas es y
debe ser estudiada por el Profesional en Ciencias Criminalísticas con la especialidad
en Accidentología Vial, por separado y luego en conjunto, no sólo para entender como
sucedió, sino también para prevenir futuros hechos.
El vocablo fue utilizado, ya en el año 1940 por la Cámara de Senadores de los Estados
Unidos y en 1947 en un seminario realizado en Holanda por médicos y juristas de dieci-
siete delegaciones europeas y americanas.

Años después, en 1976 se crea el Instituto de Ciencias Criminalísticas y Criminología


de la Universidad Nacional del Nordeste dando nacimiento a la carrera de Accidentólo-
go Público Nacional y en el año 1977 la Facultad de Derecho de la Universidad de Bue-
nos Aires incorpora la materia “Accidentología vial” a la carrera de Licenciatura en Cri-
minalística. Además en esa época, se encontraban en etapa de instrumentación las ca-
rreras de Perito en Accidentología vial en la Universidad Católica de Salta (sede Bue-
nos Aires) y en la Universidad de la Policía Federal Argentina, mientras que la Policía
de la Provincia de Buenos Aires dictaba los cursos correspondientes al título de Técni-
co Superior en Accidentología Vial. Más adelante la Agencia Nacional de Seguridad
Vial Ley 26.363 crea la Tecnicatura Superior en Seguridad Vial dictada en la Universi-
dad Tecnológica Nacional.
Aclarando conceptos:
¿Por qué los agentes preventores no hablamos de ‘accidentes‘? La inmensa mayoría
de las personas que se desempeñan como agentes de prevención vial y de tránsito en
la Argentina no usan la palabra ‘accidente‘.
Las divergencias que perciben para usar la palabra accidente se pueden resumir en
qué; hablar de accidente significa pararse fuera de esa influencia, nos aparta de ella y
nos concentra en atacar las consecuencias y no sus causas, impide analizar las accio-
nes o hábitos que conducen a la conducta del riesgo, diluye la toma de conciencia de
los factores determinantes del evento y dificulta la implementación de estrategias para
evitar su recurrencia. No es consecuencia de una cadena causal de eventos y circuns-
tancias en los que se puede intervenir para evitarlo o mitigar sus efectos.
Por orden de popularidad, son tres las que se utilizan habitualmente:
Incidente de tránsito o incidente vial: es una opción que comenzó a emplearse en estos
últimos años con orígenes en el área de la seguridad vial; ámbito que hace distingo
respecto de la palabra accidente.
Un incidente no siempre incluye un accidente. La diferencia más importante es que en
el accidente hay daños y en los incidentes puede no haberlos: pasar un semáforo en
rojo es un incidente de tránsito, que puede transformarse en accidente si se produce un
atropello o colisión, es decir, un daño. Desde luego son definiciones de ‘laboratorio‘. En
el campo real, para el común de la gente, estas diferencias no son notables; aunque en
general se asocia al incidente como algo menos importante que el accidente, en razón
de que a este último sí se lo advierte siempre como dañoso.
Hecho de tránsito o vial: esta terminología comenzó a ser usada por los Accidentólogo,
incluye todos los aspectos fácticos relevados en la escena del hecho, y utiliza como da-
tos de entrada poder justificar afirmaciones con bases físicas sobre la mecánica de
ocurrencia de un siniestro.

CONCLUSIÓN
El problema que presenta el “hecho de tránsito” como definición es que incluye el uni-
verso de todo lo que puede ocurrir en la circulación vial: hechos dañosos, infracciones
de tránsito sin consecuencias o circular por una calzada a velocidad precautoria de ma-
nera totalmente reglamentaria.
Siniestro vial: para muchos es la definición preferida, probablemente influenciados por
las aseguradoras que así denominan estos hechos dañosos. Pero claro está que nos
permite ser más vinculantes ante un auditorio al hablar de causales, consecuencias y
responsabilidades cuando decimos “siniestro”; simplemente porque la palabra tiene un
significado de catástrofe o al menos fácilmente asociable con circunstancias dolorosas,
como la pérdida de una vida. En su definición aparece una acepción interesante que
tiene que ver con que es ‘lo opuesto‘ a lo diestro y a esto último se lo vincula con lo de-
recho y bien hecho, incluso con la capacidad de hacer. Por ende, su opuesto puede
definirse como mal hecho y del que no tiene capacidad suficiente, permitiendo, por es-
to, ser debidamente juzgado por esa acción.

INFOGRAFÍA
http://diarioepoca.com/371426/la-accidentologia-vial-origen-y-desarrollo-en-la-
criminalistica/

Vous aimerez peut-être aussi