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ACIDOS CARBOXILICOS

PROPIEDADES FÍSICAS

Los ácidos carboxílicos son moléculas con geometría trigonal plana. Presentan hidrógeno ácido
en el grupo hidroxilo y se comportan como bases sobre el oxígeno carbonílico.
Los ácidos de masa molar baja (hasta diez átomos de carbono) son líquidos incoloros, de olor
muy desagradable. El olor del vinagre se debe al ácido acético; el de la mantequilla rancia al
ácido butírico. El ácido caproico se encuentra en el pelo y secreciones del ganado caprino. Los
ácidos C5 a C10 poseen olores a ―cabra‖. El resto sólidos cerosos e inodoros a temperatura
ambiente. Sus puntos de fusión y ebullición crecen al aumentar la masa molar.

Los ácidos carboxílicos hierven a temperaturas muy superiores que los alcoholes, cetonas o
aldehídos de pesos moleculares semejantes. Los puntos de ebullición de los ácidos carboxílicos
son el resultado de la formación de un dímero estable con puentes de hidrógeno.

Los ácidos carboxílicos, especialmente los de peso molecular relativamente bajo y por tanto
volátiles presentan olores fuertes. Por ejemplo, el olor característico de muchos quesos es debido
a la presencia del ácido butanoico, el ácido E-3 -metil-2-hexenoico se identificó en 1991 como el
principal responsable del olor del sudor humano

TOXICIDAD ACIDOS MONOCARBOXÍLICOS

Los ácidos monocarboxílicos de bajo peso molecular son irritantes primarios y producen graves
lesiones en los tejidos. Las salpicaduras en la piel y los ojos deben lavarse con agua abundante.
Los ácidos más importantes de este grupo son el ácido acético y el ácido fórmico.

Los ácidos monocarboxílicos saturados de cadena larga (ácidos grasos) no son irritantes y
exhiben una toxicidad muy baja. Su uso industrial plantea pocos problemas.

Los ácidos monocarboxílicos insaturados son sustancias muy reactivas y están reconocidos como
irritantes graves de la piel, los ojos y el tracto respiratorio en solución concentrada. Las
exposiciones agudas parecen entrañar más riesgos que las exposiciones crónicas.

La mayoría de estos ácidos presentan un riesgo mínimo cuando la exposición es crónica y a bajas
concentraciones y muchos están presentes en los procesos normales del metabolismo humano.
No obstante, algunos de estos ácidos tienen importantes efectos irritantes, particularmente cuando
se encuentran en soluciones concentradas o en forma de polvo. La sensibilización es poco
frecuente. Puesto que estos productos son sólidos a temperatura ambiente, el contacto se
produce normalmente con polvo o cristales.

Ácido fórmico
Inhalación: Irritación de la nariz, ojos, garganta, tos, flujo nasal, lagrimeo y dificultad respiratoria.
La exposición prolongada puede causar edema pulmonar, shock y muerte por fallo respiratorio.
Los síntomas pueden ser retardos Ingestión: Salivación, vómitos, dolor abdominal, quemaduras y
ardor intenso en la boca, labios y esófago, vómito con sangre, diarrea y posiblemente la muerte
Piel: Dolor, enrojecimiento y quemaduras. La solución concentrada causa irritación y ampollas. Se
absorbe rápidamente produciendo efectos tóxicos serios. Ojos: Irritación. Causa daño a los
tejidos. En forma de rocío puede producir corrosión de los tejidos y daño permanente de la córnea.
El principal riesgo de esta sustancia reside en su capacidad de producir graves lesiones en la piel,
los ojos y las mucosas. Los casos de sensibilización son raros, pero pueden darse en personas
previamente sensibilizadas al formaldehído. Las lesiones accidentales son las mismas que las
producidas por otros ácidos relativamente fuertes. No se han observado efectos crónicos o
retardados. El ácido fórmico es un líquido inflamable y sus vapores forman mezclas inflamables y
explosivas con el aire.
Ácido acético
El ácido acético concentrado es corrosivo y puede causar quemaduras en la piel, daño
permanente en los ojos, e irritación a las membranas mucosas. Estas quemaduras pueden no
aparecer hasta horas después de la exposición. Los guantes de látex no ofrecen protección, así
que debe usarse guantes especialmente resistentes, como los hechos de goma de nitrilo, cuando
se maneja este compuesto. El ácido acético concentrado se enciende con dificultad en el
laboratorio. Hay riesgo de flamabilidad si la temperatura ambiente excede los 39 °C (102 °F), y
puede formar mezclas explosivas con el aire sobre esta temperatura (límite de explosividad:
5,4%–16%).
Los vapores de ácido acético pueden formar mezclas explosivas con el aire, constituyendo un
riesgo de incendio, bien directamente o por liberación de hidrógeno. El ácido acético glacial y el
ácido acético concentrado son muy irritantes para la piel y producen eritema (enrojecimiento),
quemaduras químicas y ampollas. En casos de ingestión accidental, se han observado lesiones
ulcero necróticas graves del tracto digestivo superior, con vómitos sanguinolentos, diarrea, shock y
hemoglobinuria seguida de anuria y uremia. Los vapores de ácido acético tienen una acción
irritante en las mucosas, sobre todo en la conjuntiva, la rinofaringe y el tracto respiratorio superior.
En una mujer que había inhalado vapores de ácido acético, produciéndole desvanecimiento, se
desarrolló una bronconeumonía aguda.
Trabajadores expuestos durante varios años a concentraciones de ácido acético superiores a 200
ppm (partes por millón) han llegado a sufrir edema palpebral, con hipertrofia de los ganglios
linfáticos, hiperemia conjuntival, faringitis crónica, bronquitis catarral crónica y, en algunos casos,
bronquitis asmática y signos de erosión en la superficie vestibular de los dientes (incisivos y
caninos).
La aclimatación puede ser considerable, pero eso no significa que desaparezcan los efectos
tóxicos. Por ejemplo, las exposiciones reiteradas pueden causar trastornos digestivos, con pirosis
y estreñimiento. La piel de la palma de las manos es la que sufre una mayor exposición, llegando
a secarse y agrietarse y tornándose hiperqueratótica, por lo que las pequeñas erosiones y cortes
cicatrizan lentamente.

Ácido propanoico
El principal peligro es la quemadura química que pueden producirse al contacto con el líquido
concentrado. En el cuerpo es rápidamente oxidado, metabolizado, y eliminado del cuerpo como
dióxido de carbono en el ciclo de Krebs, y por eso no es bioacumulable.
En estudios en animales de laboratorio, el único efecto de salud adverso asociado a la exposición
a largo plazo con cantidades pequeñas de este ácido ha sido ulceración del esófago y del
estómago por consumo. No se han observado efectos tóxicos, mutagénicos, carcinógenos o
reproductivos.
En el cuerpo es rápidamente oxidado, metabolizado, y eliminado del cuerpo como dióxido de
carbono También se lo emplea como producto químico intermedio. Puede ser usado para
modificar fibras sintéticas de celulosa.
También hay pesticidas y productos farmacéuticos que lo utilizan.
Los ésteres del ácido propílico se usan a veces como solventes o condimentos artificiales.
El ácido propiónico en solución posee propiedades corrosivas sobre algunos metales. Es un
irritante de los ojos, la piel y el sistema respiratorio. Se recomienda la adopción de las mismas
precauciones que para la exposición a ácido fórmico, aunque teniendo en cuenta el menor punto
de ignición del ácido propiónico.

Ácido benzoico
En personas sensibles se pueden producir reacciones alérgicas. En combinación con ácido
ascórbico (E300), se puede formar benceno, un hidrocarburo altamente cancerígeno. No se deben
dar alimentos con contenido en ácido benzoico a las mascotas. Ya en pequeñas dosis puede
resultar letal para los gatos.
TOXICIDAD DE ACIDOS DICARBOXILICOS
Ácido oxálico
Por su acción toxicológica, es objetada su utilización por algunos autores en la apicultura, si bien
la miel contiene de forma natural este ácido, por lo cual se considera el tratamiento con ácido
oxálico como orgánico. Hay mieles que naturalmente tienen alta concentración de ácido oxálico
como es el caso de la miel de almendro (Prunus dulcis), dependiendo la concentración del mismo
en miel de la flora nectífera que la abeja pecorea.
Ácido succínico
Puede causar irritación de los ojos, la piel y las vías respiratorias, por ingestión puede causar
malestar gastrointestinal, la inhalación de la sustancia puede causar irritación en las vías
respiratorias.
Ácido fumárico
En caso de inhalación tos dolor de garganta, enrojecimiento de piel dolor de ojos.
En caso de ingestión calambres abdominales, diarreas, nauseas.

El ácido maleico es un ácido fuerte que produce una marcada irritación de la piel y las
mucosas. A partir de concentraciones del 5 % puede producir algunos efectos graves,
particularmente en los ojos. No se han descrito efectos tóxicos acumulativos en el ser humano. El
principal riesgo en la industria es la irritación de las superficies expuestas que, en su caso, debe
prevenirse con el uso del equipo de protección personal adecuado generalmente consistente en
guantes o manoplas impermeables.
El ácido fumárico es un ácido relativamente débil y poco soluble en agua. Es un metabolito
normal y menos tóxico por vía oral que el ácido tartárico. Produce una leve irritación de la piel y
las mucosas y no se han descrito problemas relacionados con su manipulación industrial.
Combustible. En caso de incendio se desprenden humos (o gases) tóxicos e irritantes, su
ingestión provoca calambres abdominales, diarrea, náuseas.

El ácido adípico no es irritante y su toxicidad por ingestión es muy baja. La inhalación de la


concentraciones excesivas de polvo de este material causan irritación de las vías respiratorias,
incluyendo tos, estornudos y mucosa matizada con sangre, en contacto con ojos puede causar
dolor, rojez y lagrimeo.
INSTITUTO TECNOLÓGICO DE TOLUCA

INGENIERÍA QUÍMICA

SALUD Y SEGURIDAD EN EL TRABAJO

TOXICOLOGIA GRUPOS QUIMICOS ORGANICOS


(ACIDOS CARBOXILICOS)

ALUMNO:
HUGO NATHANIEL CASTILLO GONZÁLEZ

DOCENTE:
INGENIERO ALEJANDRO PLATA GAONA

SEMESTRE: AGOSTO- DICIEMBRE

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