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INTRODUCCION

Las enfermedades no transmisibles (ENT) representan uno de los mayores desafíos


del siglo XXI para la salud y el desarrollo, tanto por el sufrimiento humano que
provocan como por los perjuicios que ocasionan en el entramado socioeconómico
de los países, sobre todo de los de ingresos bajos y medianos. Ningún gobierno
puede permitirse pasar por alto el aumento de la carga de las ENT. Si no se adoptan
medidas basadas en datos probatorios, el costo humano, social y económico de las
ENT no cesará de crecer y superará la capacidad de los países para afrontarlo.
Las ENT, también conocidas como enfermedades crónicas, tienden a ser de larga
duración y resultan de la combinación de factores genéticos, fisiológicos,
ambientales y conductuales.
Los principales tipos de ENT son las enfermedades cardiovasculares (como los
ataques cardiacos y los accidentes cerebrovasculares), el cáncer, las enfermedades
respiratorias crónicas (como la enfermedad pulmonar obstructiva crónica y el asma)
y la diabetes.
Las ENT afectan desproporcionadamente a los países de ingresos bajos y medios,
donde se registran más del 75% (32 millones) de las muertes por ENT.
MARCO TEORICO
Las ENT afectan a todos los grupos de edad y a todas las regiones y países. Estas
enfermedades se suelen asociar a los grupos de edad más avanzada, pero los datos
muestran que 15 millones de todas las muertes atribuidas a las ENT se producen
entre los 30 y los 69 años de edad. Más del 85% de estas muertes “prematuras”
ocurren en países de ingresos bajos y medianos. Niños, adultos y ancianos son
todos ellos vulnerables a los factores de riesgo que favorecen las ENT, como las
dietas malsanas, la inactividad física, la exposición al humo del tabaco o el uso
nocivo del alcohol.
Estas enfermedades se ven favorecidas por factores tales como la urbanización
rápida y no planificada, la mundialización de modos de vida poco saludables o el
envejecimiento de la población. Las dietas malsanas y la inactividad física pueden
manifestarse en forma de tensión arterial elevada, aumento de la glucosa y los
lípidos en la sangre, y obesidad. Son los llamados "factores de riesgo metabólicos”,
que pueden dar lugar a enfermedades cardiovasculares, la principal ENT por lo que
respecta a las muertes prematuras.
Factores de riesgo
Los comportamientos modificables como el consumo de tabaco, la inactividad física,
las dietas malsanas y el uso nocivo del alcohol aumentan el riesgo de ENT.
El tabaco se cobra más de 7,2 millones de vidas al año (si se incluyen los efectos
de la exposición al humo ajeno), y se prevé que esa cifra aumente
considerablemente en los próximos años.
Unos 4,1 millones de muertes anuales se atribuyen a una ingesta excesiva de
sal/sodio.
Más de la mitad de los 3,3 millones de muertes anuales atribuibles al consumo de
alcohol se deben a ENT, entre ellas el cáncer.
Unos 1,6 millones de muertes anuales pueden atribuirse a una actividad física
insuficiente.
Factores de riesgo metabólicos
Los factores de riesgo metabólicos contribuyen a cuatro cambios metabólicos
fundamentales que aumentan el riesgo de ENT:
 el aumento de la tensión arterial;
 el sobrepeso y la obesidad;
 la hiperglucemia (concentraciones elevadas de glucosa en la sangre); y
 la hiperlipidemia (concentraciones elevadas de grasas en la sangre).
En términos de muertes atribuibles, el principal factor de riesgo metabólico es el
aumento de la presión arterial (al que se atribuyen el 19% de las muertes a nivel
mundial),1 seguido por el sobrepeso y la obesidad y el aumento de la glucosa
sanguínea.
Impacto socioeconómico
Las ENT ponen en peligro el avance hacia la consecución de los Objetivos de
Desarrollo Sostenible (ODS), entre los que se encuentra la reducción de las muertes
prematuras por ENT en un 33% para 2030.
La pobreza está estrechamente relacionada con las ENT. Se prevé que el rápido
aumento de estas enfermedades sea un obstáculo a las iniciativas de reducción de
la pobreza en los países de ingresos bajos, en particular porque dispararán los
gastos familiares por atención sanitaria. Las personas vulnerables y socialmente
desfavorecidas enferman más y mueren antes que de mayor posición social, sobre
todo porque corren un mayor riesgo de exposición a productos nocivos, como el
tabaco, o a prácticas alimentarias malsanas, y tienen un acceso limitado a los
servicios de salud.
En los entornos con pocos recursos, los costos de la atención sanitaria para las ENT
pueden agotar rápidamente los recursos de las familias. Los costos desorbitados de
las ENT, en particular el a menudo prolongado y oneroso tratamiento y la
desaparición del sostén de familia, están empujando cada año a millones de
personas a la pobreza y sofocando el desarrollo.
Prevención y control
Para controlar las ENT es importante centrarse en la reducción de los factores de
riesgo asociados a ellas. Los gobiernos y otras partes interesadas tienen a su
disposición soluciones de bajo costo para reducir los factores de riesgo modificables
comunes. Para orientar las políticas y las prioridades es importante seguir los
progresos realizados y la evolución de las ENT y sus factores de riesgo.
A fin de reducir el impacto de las ENT en los individuos y la sociedad, hay que aplicar
un enfoque integral que haga que todos los sectores, incluidos entre otros los de la
salud, las finanzas, el transporte, la educación, la agricultura y la planificación,
colaboren para reducir los riesgos asociados a las ENT y promover las
intervenciones que permitan prevenirlas y controlarlas.
Es fundamental invertir en una mejor gestión de las ENT, que incluye su detección,
cribado y tratamiento, así como el acceso a los cuidados paliativos. Las
intervenciones esenciales de gran impacto contra las ENT pueden llevarse a cabo
en la atención primaria para reforzar su detección temprana y el tratamiento a
tiempo. Los datos demuestran que esas intervenciones son una excelente inversión
económica porque, si los pacientes las reciben tempranamente, pueden reducir la
necesidad de tratamientos más caros.
Los países de ingresos bajos suelen tener una baja capacidad de prevención y
control de las enfermedades no transmisibles.
Es poco probable que los países con cobertura insuficiente del seguro de
enfermedad puedan proporcionar un acceso universal a las intervenciones
esenciales contra las ENT. Las intervenciones de gestión de las ENT son esenciales
para alcanzar la meta mundial consistente en lograr una reducción relativa del riesgo
de mortalidad prematura por ENT del 25% para 2025, y la meta de los ODS
consistente en reducir las muertes prematuras por ENT en un 33% para 2030.
1.4 SALUD OCULAR
La salud ocular consiste en la ausencia de enfermedades en el sentido de la vista y
estructura de los ojos, así como
buena agudeza visual2.
La Organización Mundial de la Salud (OMS), estima que el número de personas con
impedimento visual debido a
enfermedades oculares y errores refractivos no corregidos es de 314 millones.
Asimismo, estima que de dicho total de
personas con impedimento visual, 45 millones de personas son ciegas y de estas
últimas, el 18% se debe a errores
refractivos no corregidos3.
En el Perú los problemas visuales constituyen la segunda causa de discapacidad a
nivel nacional, involucrando a cerca
de 300 000 personas con discapacidad visual severa, en adición a 160 000 ciegos por
diversas causas; de los cuales,
solo un tercio cuenta con algún tipo de seguro y el resto tiene problemas de
accesibilidad a los servicios de salud,
agravados por su situación de pobreza4

a) Agudeza visual
La agudeza visual es la capacidad para discriminar claramente los detalles finos en
objetos que están situados
a una distancia determinada5. Esta capacidad oscila entre la visión completa y la
falta de visión. Así, para una
distancia constante al objeto, si el paciente ve nítidamente una letra pequeña,
tiene más agudeza visual que otro
que no la ve.
La valoración de la agudeza visual se realiza a través de un examen que consiste en
distinguir letras en una
cartilla, gráfica o tabla de Snellen. Para personas que no saben leer se usa otra
prueba denominada Test de Lea,
en la cual los símbolos a identificar son cuatro figuras (casa, manzana, círculo y
cuadrado).

b) Errores refractivos
Los errores refractivos o errores de refracción son trastornos oculares muy comunes,
en los que el ojo no puede
enfocar claramente las imágenes. El resultado es la visión borrosa, que a veces
resulta tan grave que causa
discapacidad visual6.
Los tres errores de refracción más comunes son la miopía (dificultad para ver
claramente los objetos distantes);
la hipermetropía (dificultad para ver claramente los objetos cercanos); y el
astigmatismo (visión distorsionada
debido a la curvatura anormal de la córnea, que es la superficie transparente que
cubre el globo ocular). Un
cuarto trastorno es la presbicia, que tiene como consecuencia la dificultad para
leer o enfocar bien a un brazo de
distancia. Se distingue de los otros trastornos en que se asocia al envejecimiento y
afecta a todas las personas
con edad avanzada.
Los errores de refracción no pueden prevenirse, pero pueden diagnosticarse en un
examen oftalmológico y tratarse
con anteojos correctores, lentes de contacto o cirugía refractiva.
La OMS calcula que en el mundo hay 153 millones de personas con discapacidad visual
debido a errores de
refracción no corregidos. Esta cifra no incluye a las personas con presbicia no
corregida, que según indican
algunas pruebas preliminares representan probablemente una proporción muy
significativa.

1.5 SALUD BUCAL


La salud bucal puede definirse como la ausencia de dolor orofacial (perteneciente a
la boca y a la cara) crónico,
cáncer de boca o garganta, llagas bucales, defectos congénitos como labio leporino o
paladar hendido, enfermedades
periodontales (de las encías), caries dental y pérdida de dientes, y otras
enfermedades y trastornos que afectan a la
boca y la cavidad bucal8.
Las enfermedades bucodentales comparten factores de riesgo con las enfermedades
crónicas más comunes como las
enfermedades cardiovasculares, cáncer, enfermedades respiratorias crónicas y
diabetes. Siendo el factor de riesgo más
importante una higiene bucodental deficiente9.
En el Perú, la alta prevalencia de enfermedades de la cavidad bucal constituye uno
de los 12 principales problemas
sanitarios del país.
Según el Estudio Epidemiológico realizado a nivel nacional los años 2001-2002, la
prevalencia de caries dental es de
90,4%; además en lo que se refiere a caries dental el índice de dientes cariados,
perdidos y obturados (CPOD), a los
12 años de edad es de aproximadamente seis. El Perú es un país en estado de
emergencia, según la Organización
Panamericana de la Salud.

1.6 SALUD MENTAL


En el contexto de la implementación del Programa Presupuestal de Enfermedades No
Transmisibles, se incorporó en la
Encuesta Demográfica y de Salud Familiar 2016, el Módulo de Salud Mental,
focalizando su atención en dos problemas
fundamentales: la violencia física de pareja y el consumo de bebidas alcohólicas.
La salud mental se define como un estado de bienestar en el cual el individuo conoce
sus capacidades, afronta las
tensiones normales de la vida, trabaja en forma productiva y contribuye a su
comunidad10.
1.6.1 Violencia física de pareja
La violencia física de pareja genera consecuencias inmediatas y agudas así como de
larga duración y crónicas.
Entre las consecuencias más comunes de la violencia física en agravio de las mujeres
se encuentran la depresión,
tendencia a intentos de suicidio, trastornos de estrés postraumático, trastornos de
ansiedad, trastornos de sueño,
trastornos alimentarios y trastornos psicosomáticos11. La violencia de pareja tiene
un importante impacto en la
mortalidad. Se estima que del total de homicidios ocurridos en Lima entre 2000-2008,
el 12,0% fue resultado de
violencia de pareja. Del total de mujeres fallecidas por homicidios en ese periodo,
40,0% fueron asesinadas por
su pareja12.
En el 2016, el 5,1% de las personas encuestadas de 15 años y más de edad reportaron
haber sufrido violencia
física por parte de su pareja en los últimos 12 meses, esta situación muestra una
tendencia decreciente en 0,6
puntos porcentuales respecto al 2015. Siendo mayor el porcentaje en las mujeres
(6,2%) que en los hombres
(4,0%). Con relación al grupo de edad, esta experiencia se reportó con mayor
frecuencia entre las personas de 20
a 29 años de edad (9,0%) y con menor frecuencia en los grupos de mayor edad (de 40 a
49 años fue de 4,5%) .

Buenas tardes, les escribe le director de

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