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DIVIDENDOS

El dividendo es la parte del beneficio que se reparte entre los accionistas de


una compañía. Constituye la remuneración que recibe el accionista por ser
propietario de la sociedad. La cantidad es variable según los resultados
anuales que la empresa ha obtenido; lo propone el consejo de administración
para su aprobación en junta general; y puede ser de muchos tipos (bruto, neto, a
cuenta, extraordinario, complementario, etc.).

Por su parte, la rentabilidad por dividendo es uno de los ratios que utilizan
los analistas para valorar las acciones de una empresa. Al adquirir un título
bursátil, no sólo hay que tener en cuenta cuál puede ser la revalorización de ese
activo. El reparto de dividendos también forma parte de la rentabilidad que va a
recibir un inversor.

Rentabilidad y «pay-out»

Uno de los ratios que utilizan los inversores para analizar la política retributiva de
una cotizada es la rentabilidad por dividendo. Por ejemplo, si una empresa repartió
en 2012 dos dividendos (uno de cuatro céntimos y otro de dos céntimos), y el
precio de esa acción es de 1,20 euros, la rentabilidad por dividendo será del cinco
por ciento.

A la hora de analizar la rentabilidad por dividendo de una empresa, hay que tener
en cuenta que algunos analistas toman como referencia los dividendos repartidos
en el ejercicio anterior, mientras que otros expertos utilizan el dividendo esperado
para los próximos 12 meses, por lo que el resultado final puede variar.

Otro de los datos que más valoran los inversores es el «pay-out». Es decir, se
trata del ratio que muestra el porcentaje de los beneficios que una empresa dedica
al pago de dividendos.

Cuanto más alto es el «pay-out» de una compañía, más favorable será la


política de distribución de beneficios entre sus accionistas.

En ocasiones, el dato expresado por el ratio del «pay-out» puede ser incluso
mayor del 100 por cien. Esto se debe a algún ingreso extraordinario que haya
podido recibir la empresa.

En la Ley de Sociedades Anónimas se hace mención al derecho del accionista a


participar en el reparto de las ganancias sociales y en el patrimonio resultante de
la liquidación. Al mismo tiempo, en el artículo 215 de la citada ley que hace
mención a la distribución de beneficios establece que la distribución de dividendos
a los accionistas ordinarios se realizará en proporción al capital que hayan
desembolsado; y que en el acuerdo de distribución de dividendos se determinará
en la junta general el momento y la forma del pago.

Reparto en efectivo

Habitualmente, los dividendos adoptan dos formas: en efectivo o a través de la


emisión de valores. En el caso del cobro en efectivo, se trata de una remuneración
que el accionista recibirá en su cuenta el día que la junta haya fijado ese cobro.

Este tipo de dividendos se suele expresar con una cantidad en «bruto», esto es, el
importe aprobado por la junta de accionistas, en la que no se ha descontado la
cuantía de la retención a cuenta del Impuesto sobre la Renta de las Personas
Físicas a realizar por las compañías. Si se ha descontado este gravamen, la cifra
se expresa en «neto».

Por su parte, el dividendo a cuenta es aquel que se entrega a los accionistas,


como anticipo de los resultados finales esperados por una empresa (cuando no
hay dividendo a cuenta, se paga un dividendo único). Y también se encuentra el
dividendo complementario, que es el que se añade al entregado a cuenta, una vez
comprobada la cantidad definitiva a repartir en concepto de dividendo por la junta
de accionistas.

El "Script Dividend"

Además, en los últimos años, muchas compañías han optado por realizar el
reparto del dividendo a través del dividendo flexible («script dividend», en inglés).
Es una fórmula de remuneración a los accionistas, que se caracteriza porque se
les ofrece la posibilidad de cobrar el reparto de beneficios aprobado por la junta de
accionistas mediante dinero en efectivo, o a través de acciones.

En el caso de optar por el dividendo flexible, las empresas sustituyen la entrega de


la habitual cantidad en efectivo por una entrega de acciones de la propia
compañía.

Dependiendo del origen de las acciones que se entregan como dividendo pueden
darse dos situaciones: que esas acciones sean procedente de la autocartera de la
empresa; o que procedan de una ampliación de capital realizada expresamente
para esta operación. En este caso, los
accionistas suelen recibir un número determinado de títulos adicionales de forma
gratuita, o bien pueden vender su derecho de asignación, en el mercado o a la
propia compañía por un precio fijo en efectivo.

El número de derechos que corresponde a cada accionista para recibir una acción
nueva gratis se calcula con una fórmula que aprueba cada una de las juntas de
accionistas.

Si el inversor opta por la vía de cobrar el efectivo, puede vender en el mercado


todos o parte de los derechos que reciba de forma gratuita por ser accionista. En
cada caso el número es diferente y se fija antes de que se descuente de la acción
y empiecen a cotizar los derechos en el mercado.

La fiscalidad de los dividendos

La Ley del Impuesto de la Renta determina que forman parte de los rendimientos
de capital mobiliario los obtenidos por la participación de un contribuyente en los
fondos propios de cualquier tipo de entidad. Entre ellos, se encuentran los
dividendos, las primas de asistencia a juntas de accionistas y otras participaciones
en los beneficios de una empresa.

La tributación por estos conceptos se encuentra, en el régimen general, en el 21


por ciento, para rendimientos de hasta 6.000 euros; del 25 por ciento, para la
diferencia que supere esos 6.000 euros; y del 27 por ciento, a partir de 24.000.

Exenciones

Hay que tener en cuenta que los dividendos y participaciones en beneficios gozan
de una exención tributaria para los primeros 1.500 euros anuales que se obtengan
a través de estos conceptos.

En el caso de que una empresa ofrezca a sus accionistas el «script dividend» y el


socio opte por la entrega de acciones, en vez de un pago en efectivo, ese
contribuyente aplazará la tributación de esa operación hasta el momento en el que
venda los títulos recibidos a través de ese «script dividend», momento en el cual
tributaría como una ganancia o pérdida patrimonial.

Términos útiles

- Ampliación de capital. Operación por la que se aumenta el capital de una


sociedad. Se puede hacer emitiendo nuevas acciones, o por elevación del valor
nominal de las acciones ya existentes. En ambos casos, la contrapartida de la
ampliación puede materializarse mediante aportaciones (dinerarias o no
dinerarias), o por transformación de reservas o beneficios que ya formaban parte
de su patrimonio.
- Dividendo a cuenta. Aquel que se entrega a los accionistas, como anticipo de
los resultados finales esperados. Cuando no hay dividendo a cuenta, se paga un
dividendo único.

- Dividendo complementario. El que se añade al entregado a cuenta, una vez


aprobada la cantidad definitiva a repartir en concepto de dividendo por la junta
general de accionistas.

- Reservas. Beneficios obtenidos por la empresa y que no han sido distribuidos


entre sus propietarios. Se diferencian tres grandes bloques de reservas: las
reservas procedentes de beneficios no repartidos, reservas provenientes de la
actualización de balances y reservas derivadas de aportaciones de los socios.

- Retención a cuenta. Las retenciones son las cantidades que se detraen al


contribuyente por el pagador de determinadas rentas, por estar así establecido en
la ley, para ingresarlas en la Administración tributaria como «anticipo» de la cuota
del Impuesto que el contribuyente ha de pagar. Las retenciones a cuenta son las
cantidades que se ingresan en la Administración tributaria por el pagador de
determinadas rentas, por estar así establecido en la ley, como anticipo de la cuota
del Impuesto que ha de pagar el perceptor de las mismas.

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