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Introducción:
El mundo sigue igual que hace 1.000 años, cada día observamos
continuamente como el ser humano ha variado poco su perspectiva en la
gravedad de las conductas de sus iguales y a quienes tienen en su
consideración de tal.
En pleno Siglo XXI, tal como afirmó Marcelino Camacho Abad en una ocasión,
podríamos afirmar que "Hay clases y la lucha de clases sigue vigente”.
Siendo todas las clases privilegiadas – dentro de cada contexto histórico – una
superior a la otra en tanto cuanto poseían más derechos, más y mejores
bienes, así como en muchos casos la comparecencia ante la ley no era ni de
cerca dada en isocefalia, al contrario, se daba el primus inter pares más
evidente que podamos imaginar.
La taxativa diferencia en cuanto a esa época pretérita y la actualidad es la
impunidad con la que se da esa diferenciación.
El como por un lado aquellos que tienen poder son más cautelosos en cuanto a
sus métodos, el ocultamiento de los hechos y adecuar sus delitos en torno a la
moneda o con un fuerte elemento monetario en todo caso.
Por otro lado tenemos un grupo – el de los desfavorecidos – quizás con una
conciencia colectiva menor que como afirmé en un principio “a variado poco su
perspectiva en la gravedad de las conductas de sus iguales y a quienes tienen
en su consideración de tal”; no obstante si bien antes se veía normal el abuso
del poderoso a día de hoy es más recriminable pero curiosamente aún no se ha
calado la peligrosidad total de las conductas delictivas de estos en un ámbito:
El socio-económico.
Como vemos, partimos de una realidad que la evolución más que cambiar,
meramente ha matizado.
Índice:
– Conclusiones finales.
Bibliografías:
Realmente esto que nos parece una tarea mecánica y sistemática no lo es,
entraña una verdadera ciencia teórica tras de sí. Esta ciencia – y procuraré ser
conciso – posee una serie de elementos que se deben resolver para efectuar
una definición valida en el ámbito de la ciencia y es la atribución que se le
otorga al concepto que puede ser formal, empírico, objetivo o empírico-objetivo
y una vez hecho esto establecer su lugar en el campo de la extensión-
intensión.
Seria delincuente menor aquella persona que cometió una falta que es al igual
que el delito un acto antijurídico de menor importancia que el Derecho o
sistema legal de un estado califica como tal y sanciona con una pena
evidentemente mínima. Como vemos hay una proliferación de extensión hacia
intensión en el concepto, matizando el concepto, así como a quien se aplica.
Entonces, basándonos en este precepto la primera persona en darnos una
definición aceptada mayoritariamente ha sido Edwin H.Sutherland.
La teoría elaborada por Sutherland tenía un fin evidente, es una teoría critica
hacia las teorías convencionales de la delincuencia, siendo en especial la
principal crítica hacia la teoría del etiquetamiento o Labelling approach.
Hasta la fecha las teorías pretéritas se habían dedicado a afirmar que las
clases marginales eran aquellas propensas a delinquir y Becker afirma que
ningún acto es desviante de por sí, sino que es desviante cuando hay reacción
negativa de la sociedad siendo en el acto estigmatizado el transgresor, así
añade la idea de que dicho etiquetamiento conlleva la creación de la
delincuencia acuñándose desde los seguidores de esta teoría la frase de “Las
cárceles son escuelas del crimen”.
Comprendamos además que en ese momento el criminal era aquel que era
condenado a prisión y eso no era típico en personas de alto poder monetario.
Es decir, un delincuente es una persona que etiquetamos como tal y a través
del proceso estigmatizador que supone la prisión. Sobre estos dos
presupuestos se mueve Sutherland cuando en la 34º conferencia presidencial
anual de la American Sociological Society en 1939 presenta su término bajo en
un trabajo denominado <>.
Por un lado destaca en Europa Durkheim que hace clara referencia a los
abusos de poder, él es el autor de la frase <
Por otro lado autores como Newman y Quinney niegan el tipi cismo de la
pertenencia a una alta esfera o clase privilegiada lo cual amplia en demasía el
termino siendo extensible a cualquier delito especial.
Siendo así aquel señor que expende gasolina y a su vez roba del depósito
seria un delincuente de cuello blanco. Incluso el cartero que roba para si las
muestras de perfume de la suscripción que una señora hace a una revista
mensual y así hasta llegar a límites demasiado absurdos con perdón de lo
descalificativo que pudiese sonar de cara al trabajo de estos señores.
El delito de cuello blanco propio seria aquel delito que se lleva a cabo desde la
facilidad de su cargo, empleando el fraude y con un fin evidentemente
económico o político.
Por otro lado el delito de cuello blanco impropio seria aquel efectuado por un
delincuente que habitualmente lleve a cabo delitos de cuello blanco impropio.
La diferencia esencial radica en el sujeto en sí que lo realiza debido a que con
su dinero e influencia podría conseguir cosas que opta por conseguir
delinquiendo, es decir, encontramos una contradicción entre posibilidad y
motivación.
Tomando de base las teorías delictivas anteriores, renegando por ello que las
minorías sean las únicas en realizar ciertos delitos fundándolo en la inclusión
de lo que he denominado delito de cuello blanco impropio, así como optando
por la definición de Sutherland hemos configurado la descripción tanto de delito
de cuello blanco y el delincuente de cuello blanco respondiendo a las
cuestiones de concepto, definición y extensión/intensión.
Ello no quiere decir que haya por mi parte un rechazo en su totalidad, pues
estimo que ciertas composiciones biológicas permiten a un sujeto delinquir pero
no lo condicionan a ello. Un ejemplo claro seria en el caso de los delitos
violentos, el sujeto que segrega más adrenalina de la que es considerada en
cánones normales, conllevando que su actuar se acrecenté en las situaciones
que más adrenalina provoca en él.
Sin embargo en contraposición a estas teorías, estimo que las teorías psico-
sociales si condicionan al sujeto, pues la conexión entre delito y moral que es
casuística favorecen a que sea más probable que un sujeto que ha adquirido
valores sociales contrarios a los que la sociedad requiere para su
funcionamiento sea inducido desde la misma sociedad a delinquir debido a que
al tener valores bien distintos puede ponderar si los suyos deben primar sobre
los del elenco social inhibiéndose o no de delinquir según el resultado de esta
ponderación.
Lo más común es que los valores dados desde la familia, choquen con los del
entorno o este sólo los refuerce y matemáticamente se da lo mismo con
aquellos valores obtenidos del circulo amical o de las ideas subculturales
obtenidas, no es lo mismo los valores que interiorice un sujeto nacido en un
ámbito rural, con padres conservadores, amigos honestos y una desadhesión a
la identificación con alguna subcultura que los valores interiorizados por un
chico de una gran urbe, con padres despreocupados por su conducta, amigos
oportunistas y una identificación para con el nacional-socialismo.
Evidentemente el primero podría incurrir ocasionalmente por motivos
económicos en pequeños hurtos de escaso daño y este último probablemente
podría llegar a realizar delitos violentos.
Este fenómeno se debe a que los delitos de cuello blanco propio tienen un
menor impacto social aparente en la sociedad que los impropios. Un ejemplo
claro seria por ejemplo el archiconocido estos días Rodríguez Menendez, un
sujeto cuya sociabilización es evidentemente fallida y ha tenido infinitas
posibilidades de delinquir cayendo en delitos de cuello blanco tanto propios
como impropios siendo para la opinión pública lo más flagrante la paliza que
supuestamente mandó dar a su hijo y la pareja de este en aquel momento.
Esta idea de la resta de factores evidentemente no es mía, tan sólo he acudido
a sintetizar las teorias ofrecidas por Delmas-marty el cual nos indica que “los
factores psicológicos que están en la base de la personalidad de los <<
delincuentes de negocios >>, y que pueden simplificarse diciendo que consitste
en la perversión de cietos trazos de carácter que llevan a aquellos a ir más allá
y traspasar, así, fronteras de la legalidad. La meta del hombre de negocios no
es la meta del hombre legalista. Persigue el máximo beneficio económico”.
Esto es una serie de factores internos que como ya decía se le añaden los
factores externos que Delmas-marty divide en dos grupos de agentes que se
resumen en por un lado la incitación al fraude que se recibe del sistema
económico social y por otro las desviaciones que busca el propio delincuente
económico potenciadas a su vez por la debilidad de la llamada disuasión social.
Delmas-marty sigue la concepción del “White Collar” de Sutherland, siendo por
ende sus teorias aceptables en la línea de trabajo que se ofrece en este texto.
Es más, presupongo que mientras que Sutherland se dedica a ofrecer una
definición y examen del delito en si , Delmas-marty y otros autores se encargan
de dar una definición estandarizada del delincuente de los de delito de cuello
blanco propios. Entre estos autores está Mergen que nos indica los principales
fallos de sociabilización del sujeto creando un perfil estandarizado. El
delincuente de cuello blanco se caracteriza por: En primera instancia ser una
persona con un carácter materialista, es decir que durante su sociabilización ha
adquirido como valor esencial la supremacia monetaria y la necesidad extrema
para obtener más y más ganacias, llegando en algunos casos a sobrepasar sus
necesidades físicas para resarcir unas que entran más en las psicológicas. En
segunda instancia alude al carácter egócentrico y narcisista del sujeto,
entendiendose que se considera ajeno a valoraciones y que en caso de
demostrar cierto altruismo se debe a una pretensión de conseguir ensalzar su
figura. En tercer lugar alude a una inteligencia más pragmática que
expeculativa, así como una mayor audacia ello se resumen en la necesidad de
este sujeto de ponderar las circunstancias, siendo la racionalidad un elemento
muy marcado en su iter criminis. Son sujetos que poseen una capacidad de
adaptación social positiva, perfectamente podría tratarse incluso de psicopatas.
Los psicopatas poseen una capacidad social innata por norma general y la
efectividad de un delincuente de cuello blanco psicopatico para sociabilizar es
evidentemente mayor que la del delincuente de cuello blanco en si debido a la
inherencia que le produce cualquier sentimiento ajeno. Son Así mismo
personas que instrumentalizan a quien sea si es necesario. Ello enfocado a los
delitos prodría evocar que comunmente no realizasen delitos de cuello blanco
impropio por lo que se conoce como “por propia mano”. E incluso en ocasiones
hiciesen uso de instrumentos no dolosos para la perpetuación de un crimen de
cuello blanco propio como seria engañar al algunos accionistas a firmar unos
papeles entre los que figura la cesión de acciones hacia una persona ajena que
a su vez luego le ceda las acciones. Mergen denota además la capacidad de
estos sujetos para enfadarse y estresarse. Ello se debe a que poseen poca
vida interior – o eso dice el autor – y se exterioriza en función de sus
experiencias personales. En mi opinión esta caracteristica delincuencial podría
ser factor determinante en los delitos de cuello blanco impropios tales como el
sujeto que mata a otro que pretende dar el chivatazo sobre sus movimientos.
Perdería en casos extremos su mayor caracteristica delincuencial: Su
capacidad racional. Si en la composición del delincuente de cuello blanco eran
importantes las teorias de la sociabilización, más lo son por adhesión a su
cargo laboral – resquisito indispensable para delinquir – las llamadas teorias de
la oportunidad. A un nivel básico las teorias de la oportunidad nos indican que
el delincuente no se inhibe meramente por la prohibición taxativa de la norma,
lo que se conoce en Derecho Penal como prevención general, el hecho de que
este prohibida o no puede ser indiferente, siendo incluso más condicionante las
posibilidades de delinquir de forma efectiva. Así mismo una doble vertiente de
la cara de la oportunidad también no sólo indica cuales son las posibilidades
sino que además la probabilidad de establecer métodos o contar como ayuda.
A esto se le conoce como carrera criminal y acceso a oportunidades ilicitas. La
teoria de la oportunidad a nivel de carrera delictiva, en cuanto a los delitos de
cuello blanco poseen ambas modalidades. Posibilidades y oportunidades.
Siendo en estas ultimas destacables la posibilidad de incurrir en el caso de los
mentores y la teoria de los sistemas de oportunidades diferenciales.
Comencemos por las oportunidades – de momento – , precisamente porque
para los delitos de cuello blanco es muy importante esta faceta, de hecho, es
una gran condición que se de la oportunidad de entrar a ciertas esferas para
poder efectuar los delitos de cuello blanco propios. Como he comentado antes,
una de las dos variables es el llamado caso de los mentores que fue
desarollado por Sutherland en su investigación sobre el ladrón profesional. Una
posibilidad es la figura del asesorazgo/mentor, un tercero que da las
indicaciones al sujeto para delinquir, le enseña a timar, engañar, mentir y robar
sin tocar el dinero. Es el encargado de un proceso resociabilizador o
meramente de producción de un fallo sociabilizador en caso de que el mentor
fuese la persona a cargo del sujeto desde su infancia. Esta via es poco usual
quizás en los delitos de cuello blanco a primera vista, pero si analizamos las
redes de timo cobra su sentido en la medida que el experto trae consigo
personas a su cargo para que obren junto a él y para él, estas personas a su
vez son aprendices de delincuente que adquieren experiencia; ejemplo de ello
seria una empresa fraudulenta que no fuese descubierta y al morir el mentor
que seria el presidente de esta, sus aprendices se dispersasen empezando a
poner en practica lo aprendido para si, habiendose generado ya la oportunidad
de haber tomado parte en los circulos de este señor y habiendo así tejido los
suyos propios. Por otro lado la teoria de los sistemas de oportunidad diferencial
cuyos ponentes principales son Cloward y Ohlin. Estas teorias indican que no
es suficiente con la voluntad del sujeto que posee una conducta desviada para
que pueda delinquir, necesita además la posibilidad de obtener una
oportunidad real para hacerlo. Es por tanto que esta teoria se encarga de
establecer las motivaciones del crimen organizado dividido en tres subculturas:
La subcultura criminal dedicada al hurto, a la extorsión y otras formas ilegales
de obtener beneficios económicos; la subcultura del conflicto que gana estatus
por medios violentos y la subcultura del retraimiento que se centra en el
consumo de drogas. Así mismo incluyen la teoria de los medios, siendo en el
delito de cuello blanco necesitados varios medios a los cuales ya se dieron
alusición en la definición del propio delito. Como vemos no basta con pretender
robar dinero mediante timos, se requiere de la oportunidad de hacerlo, al
contrario que un delito violento o una agresión sexual que sólo requiere la
posibilidad. Pero para la consecución de un delito no basta con la mera
oportunidad generica, se debe dar además un enfoque de esta en algún ambito
mediante la posibilidad y la motivación. La motivación nos dice Sutherland y
posteriormentes Arkes, podríamos encontrarla en la teoria de la asociacion
diferencial. Es decir el delincuente de cuello blanco delinquiria en función de las
definiciones que permitirían su menoscabo subjetivo a la norma. Todo se
resume a un fallo de sociabilización y su consecutiva unión nexal a la teoría de
la oportunidad. En definitiva el delincuente de cuello blanco en su composición
delincuencial, seria un sujeto materialista, sociable, instrumentalista, de
mentalidad pragmatica , con oportunidades tales como su inclusión en altas
esferas, conocimientos técnicos de la económia y a veces del fraude en si.
Todo ello lo motivaria y habilitaria para llevar a cabo delitos de cuello blanco
propios. Pero esto seria insuficiente para explicar los delitos de cuello
impropios, que tal como ya auguraba poseen una dimensión compositiva
ligeramente superior a lo que serian llanamente los delitos comunes, y esta
dimensión seria aportada por las circunstancias personales del delincuente que
podría subsanar sus motivaciones mediante el empleo de dinero. Si bien la
explicación podríamos encontrarla en las teorias de la frustración como ya
apunte y en una superación del fallo sociabilizador sobre el autocontrol. La
teoría del autocontrol nos dice que delinquimos por un exceso del control, es
decir la pregunta no es porque delinquimos sino porque no lo hacemos y la
respuesta se encuentra conexionada a la inhibición propia de la socibialización.
Entonces cuando falla el autocontrol y la frustración como motivo delincuencial
impera, da igual que se pueda satisfacer la motivación mediante el uso de
dinero, el sujeto en cuestión realizará una ponderación que dará una resta
negativa que le inducirá a delinquir en ese delito vulgar que normalmente se
explica por falta de medios económicos y sociales. Incluso la posición
socioeconómica será una variable para la consignación de delitos que no son
de propia mano, tales como la venta de drogas, la prostitución forzada, las
palizas por encargo y un largo elenco que produce beneficios económicos al
sujeto pero que no son atribuibles propiamente al ejercicio de su oficio ni a su
posición social. Así mismo, los delitos que son de primera mano, como los
robos, violaciones y homicidios, no responden más que a las teorias de la
frustación y sólo en la medida que se dan pueden encontrar una explicación a
no encontrar límites en la capacidad de autosatisfacer sus necesidades por
parte del poder económico del propio sujeto. Entonces un delincuente de cuello
blanco poseería una doble composición, de un lado la composición
arqueotipica que es inherente a una figura y por otro una composición
puramente social y sensible que se recoge en las frustraciones propias que el
dinero no ha conseguido mitigar.
Conclusiones finales