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Atkinson & Hilgard's INTRODUCCION A LA Y SICOLOGI Decimocuarta edici6n Edward E. Smith Susan Nolen-Hoeksema Barbara L. Fredrickson University of Michigan Geoffrey R. Loftus University of Washington Con la colaboracién de: Daryl J. Bem Comell University Stephen Maren University of Michigan Traduccion: Daniela Morand Maresca Revision técnica: Carlos Fernandez Frias Universidad Complutense de Madrid Con Ia colaboracién de: Benjamin Ballesteros Barrado Andrés Martin Sierra José Luis Pino Patén Manuela Vega Rivero Universidad Complutense de Madrid THOMSON —— ~Austiaia - Coneda + Méico + Shgopur- Espaia - ReinoUndo ~ €stodos Unidos Es la noche de los padres a comienzos del curso escolar en el Lincoln Elementary School. La Sra. Vobland, profesora del jardin de infancia, les ha hecho una breve presentacién de las actividades que sus hijos desarrolarn durante el curso. Los padres se pasean Por la sala, mirando los dibujos de los nifios y conociéndose unos a otros. ‘Algunos padres se acercan a la profesora para presentarse agradecerle la reunién, Un hombre de ‘mirada intensa llamado Philip comienza ‘a hacerle una serie de puntillosas preguntas acerca de los objetivos planteados para los nos. ¢Cuéndo ‘aprenderén a leer? gDominarén la surma y la rest a finales de afio? ¢Seré ‘apaz su hijo de redactar parrafos cortos a finales del primer curso? La Sra. Vohland intenta explicarle que el jardin de infancia esté destinado a que los nifios desarrollen las bases de la lectura, la aritmética y a escritura. Algunos nifios estarén muy adelantados al finalizar el curso y otros no, porque ‘ada uno se desarrollaa un ritmo Alistinto, Philip no queda satisfecho con la respuesta y explica que su hijo ha sido catalogado como «brillante» en tas pruebas y que, por lo tanto, espera que haya alcanzado todos esos objetivos para final de curso. DESARROLLO PSICOLOGICO Cuando por fin Philip se marcha, la Sra. Vohland respira profundamente y comienza a ordenar su mesa de trabajo. Otro padre, Sam, se acerca, ‘También él la mira intensamente y la profesora se prepara para otra réfaga de preguntas. Sam empieza explicando que esté preocupado por Su hijo, quien aparentemente también ‘obtuvo la calificacion de «brilante> en un test de inteligencia, La preocupacién de Sam, sin embargo, es distinta de la de Philip. «Uinicamente deseo que tenga una infancia normal Tiene sélo 5 afiosy ya trabajaré duro ‘cuando sea mayor. Quiero que se divierta y disfrute del colegio. Temo ue lo presione demasiado, ya que supuestamente es muy listo». Obviamente, los padres pueden tener distintas expectativas para sus hijos, sobre todo con el primero. Estas ‘expectativas suelen basarse en su propia experiencia infantil, en lo que han leido en la prensa o en lo que les han dicho sus amigos. Por si fuera 'P0c0; ls nos varian mucho en su ritmo de desarrollo. En este capitulo Tos centraremos en el progreso «normaly de un nifio, pero en ningtin ‘caso debernos olvidar que éste varfa segGin el nifio, la familia y la cultura De todos los mamiferos, los hhumanos son los que requieren un periodo de maduracin y aprendizaje més largo antes de poder valerse por sf mismos. En general, cuanto més complejo es el sistema nervioso de un ‘organism, més tiempo tarda en aleanzar la madurez. Un Kémur (un primate primitivo) puede andar solo al poco tiempo después de nacer y pronto es capaz de valerse por si ‘mismo. Una crfa de mono depende de su madre durante varios meses, un chimpancé durante varios aios. Pero incluso el chimpancé —uno de ‘nuestros parientes mas cercanos— funcionaré como un miembro adulto de su especie mucho antes que un humano de la misma edad. Los psicdtogos del desarrollo tentan explicar cémo y por qué se desarrolian y van cambiando los distintos aspectos del funcionamiento humano con el transcurso del tiempo. Asi, se centran en el desarrollo fisico (variaciones de peso y altura, y adquisici6n de capacidades motoras), en el desarrollo cognitivo (cambios en los procesos mentales, la memoria y las capacidades linguisticas), en la personalidad y en el desarrollo social (las modificaciones de uno mismo y de las relaciones interpersonales). E! desarrollo de capacidades y funciones Psicolégicas especifcas se trataré con ‘més detalle en posteriores capitulos. En éste, daremos una visi6n general del desarrollo psicolégico a lo largo de la Vida y consideraremos dos ‘cuestiones fundamentales: (1) ,Cémo interactian los factores biol6gicos con elentomo del niio para determinar el curso del desarrollo (cuestién ésta ‘conocida a menudo como el debate ‘naturaleza-ambiente)? y (2) 2Es el desarrollo un proceso continuo de cambio 0 una serie de etapas cualitativamente distintas? © ITES-Paraninfo 64 CAPITULO. 3 DESARROLLO PSICOLOGICO NATURALEZA Y AMBIENTE Durante siglos se ha debatido sobre qué influye mas en el desarrollo humano, sila herencia («naturaleza») o el entorno («ambiente»). El filésofo britanico del si- glo xvi John Locke rechaz6 la idea, entonces impe- rante, de que los bebés eran adultos en miniatura que llegaban al mundo totalmente equipados con sus ca~ pacidades y conocimientos, y que sencillamente tenian que crecer para que estas caracteristicas aparecieran Por el contrario, Locke crefa que la mente de un recién nacido es una tabula rasa (término latino para «tabla en blanco»). Lo que queda escrito en la tabla es lo que cel bebé experimenta, es decir, lo que ve, oye, degusta, huele y siente. En opinién de Locke, todo el conoci- miento nos llega a través de los sentidos, procede en- teramente de la experiencia y, por lo tanto, no existe ‘un conocimiento intrfnseco. La teoria de la evolucién de Charles Darwin (1859), que hace hincapié en la base biol6gica del de- sarrollo humano, hizo que muchos teéricos resaltaran el aspecto hereditario. Con el auge del conductismo en el siglo xx, sin embargo, la postura ambientalista volvié a dominar el panorama. Los conductistas como John B. ‘Watson y B. F Skinner postalaban que la naturaleza hu- mana es completamente maleable: el entrenamiento temprano puede convertir al nifio en cualquier clase de adulto, independientemente de su herencia: Denme una docena de nifios sanos, bien formados y mi propio mundo para criarlos, y garantizo que tomando ‘2 uno al azar y entrenéndolo debidamente, puedo convertirlo en cualquier tipo de especialista: médico, abogado, artista, e incluso mendigo o ladrén, indepen- dientemente de sus talentos, aficiones, rendencias, habi- lidades, vocacién y la raza de sus antepasados. (1930, p. 104) Hoy en dia, la mayoria de los psicélogos coinci- den, por un lado, en que tanto la naturaleza como el ambiente juegan un papel importante, y, por otro, en que ambos factores interactéan continuamente para guiar el desarrollo. Bl recién nacido tiene alrededor de 100.000 millones de neuronas pero relativamente po- cas conexiones entre ellas. Las conexiones entre las neuronas se forman r4pidamente tras el nacimiento, y el cerebro del nifio triplica su peso en los 3 primeros afios de vida (DiPietro, 2001). El desarrollo cerebral esté muy influenciado por factores genéticos y por la estimulacién o la deprivaci6n que el nifio recibe del entorno en sus primeros afios. Tncluso algunas formas de desarrollo que parecen estar determinadas por calendarios biolégicos innatos pueden variar segtin los acontecimientos ambientales. En el momento de la concepcién, un sinntimero de ca- racteristicas personales ya estén determinadas pot la estructura genética del 6vulo fecundado. Los genes di- rigen a las células en crecimiento para desarrollar un © ITES-Paranin’o set humano, y no un pez 0 un chimpancé. Ademés, de- terminan el sexo, el color de la piel, de los ojos y del cabello, y el tamatio corporal, entre otras cosas. Estas caracteristicas genéticamente establecidas se expresan mediante el proceso de maduracién, una secuencia in- nata de crecimiento y de cambios relativamente inde- pendiente de los hechos externos. El fero humano se desarrolla siguiendo un patron fijo, y la condueta fe- tal, como el darse vuelta y las pataditas, también sigue un orden que depende del estadio de crecimiento. No obstante, si el entorno uterino es anormal, los proce- sos de maduracién pueden alterarse. Por ejemplo, sila madre contrae la rubéola durante el primer trimestre de gestacién (cuando los sistemas de los érganos basi- cos del feto estén evolucionando de acuerdo con el programa genético), el bebé puede nacer sordo, ciego © con lesiones cerebrales, dependiendo de qué sistema de drganos estuvieran en una etapa critica de desarro- lo en el momento de Ja infeccién. La malnutrici6n materna, fumar y el consumo de alcohol y de drogas son otros factores ambientales que pueden afectar la maduracién normal del feto. El desarrollo motor después del nacimiento tam- bién muestra la interacci6n entre la maduracién pro- gramada genéticamente y las influencias ambientales. Casi todos los nifios ejecutan la misma secuencia de conductas motoras en el mismo orden: darse la vuelta, sentarse sin apoyo, ponerse de pie sujetandose de los muebles, gatear y después andar (véase la Figura 3.1) No obstante, realizan cada etapa de la secuencia con diferentes ritmos, y los psicélogos del desarrollo se vienen preguntando desde hace tiempo si el aprendi- zaje y la experiencia son lo que marcan la diferencia. ‘Aunque los primeros estudios sugerfan que no (Dennis y Dennis, 1940; Gesell y Thompson, 1929; McGraw, 1935-1975), estudios posteriores indican que el ejer- cicio 0 una mayor estimulaci6n pueden acelerar hasta cierto punto la aparicién de conductas motoras. Por ejemplo, los recién nacidos tienen el reflejo de andar. Si se los sostiene en una postura erguida con los pies tocando una superficie sélida, comienzan a mover las piernas como si caminaran. En algunas culturas, como el pueblo Kipsigis de las éreas rurales de Kenia, los pa- dres ensefian activamente a sus hijos cémo sentarse, ponerse de pie y andar, y estos bebés alcanzan estos hi- tos del desarrollo entre 3 y 5 semanas antes que los bebés estadounidenses (Cole y Cole, 2001). En con- traste, entre los Ache, un pueblo némada del Este de Paraguay, los nifios tienen poca experiencia propia en la locomocién debido a la gran densidad del bosque cen_el que viven. Estos nifios comienzan a andar casi un aiio més tarde que los nifios en Estados Unidos (aun- gue los alcanzan, y probablemente los superen en ha- bilidades motoras en la segunda infancia). El desarrollo del habla proporciona otro ejemplo sobre la interacci6n entre las caracteristicas genética- mente determinadas y la experiencia. Normalmente, los bebés comienzan a aprender a hablar cuando han

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