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ENSAYO

CORRUPCIÓN, LAVADO DE DINERO Y EL ARBITRAJE INTERNACIONAL.

El articulo elaborado por el señor Luis Alberto Gonzales García, nos evidencia 2
situaciones que son comunes en la vida de una sociedad, independientemente de las
condiciones sociales, económicas, y políticas; ya que es de nuestro conocimiento que tanto
los países más desarrollados por mencionar algunos de ellos Estados Unidos de América,
Brasil, Argentina, México y países miembros de la Unión Europea, como también aquellos
que países tercermundistas, tal es el caso de Honduras, han sufrido las consecuencias de
hechos tipificados como delito tanto en el ámbito internacional como en su legislación
interna, como es la corrupción y el lavado de activos.

Es así, que en este artículo se nos ofrece una perspectiva de estos 2 fenómenos que se
vienen observando de manera frecuente, especialmente en Latinoamérica, y no solo en los
ámbitos que normalmente se observan los mismos, como ser la corrupción entre
funcionarios del sector público y particulares, o la corrupción que se palpa a diario en los
órganos operadores de justicia del país, sino en las implicaciones que tiene cuando en un
proceso arbitral se observan tales fenómenos de corrupción entre empresas mercantiles que
han logrado agenciarse de negocios, ofreciendo sobornos, consistente en dinero, bienes u
otro tipo de prebendas a funcionarios del sector publico encargados de autorizar, grandes
proyectos en materia de infraestructura por mencionar alguno de ellos , en lo cual una vez
observado tal situación contraria a la ley, acuden a la institución jurídica del Arbitraje, bien
sea nacional o internacional para resolver los conflictos derivados de tales actos.

Pero para poder ahondar en el presente tema, el autor de este articulo a tratado de
conceptualizar los fenómenos de la corrupción y el lavado de activos, observando diversas
dificultades para unificar estos términos, ya que si bien es cierto son de una utilización
frecuente tanto por estudiosos del derecho como para la población en general, ni la
legislación interna, ni los esfuerzos realizados en las diferentes organizaciones regionales y
universales han logrado definir de manera clara cada uno de ellos, pero todos coinciden en
que son prácticas completamente contrarias a la ley y a la moral, es por ello que es
importante destacar algunas conceptualizaciones que se observan en el presente artículo.

La corrupción es considerada por las Naciones Unidas como “una plaga insidiosa” una
definición un tanto subjetiva pero que a su vez tiene mucha razón , ya que como una plaga
la corrupción ha venido desarrollándose desde la antigüedad, pero que en las últimas
décadas ha quedado evidenciada especialmente en países de Latinoamérica con gobiernos
que sobrepasan sus facultades de las cuales la ley el enviste, realizando actos al margen de
la ley para recibir beneficios personales, ya sean para ellos como para los suyos.

La comunidad internacional utiliza el término corrupción como una referencia abreviada


para designar a una serie de actividades ilegales. En ciertas jurisdicciones cada actividad
ilegal ligada a la corrupción cuenta con un término legal. Así por ejemplo, el nepotismo,
fraude, extorsión, colusión y soborno son formas de corrupción.

Como se mencionó anteriormente muchos han sido los esfuerzos para erradicar los actos de
corrupción; entre estos esfuerzos tenemos:

1. La Convención Interamericana de la Organización de Estados Americanos (OEA)


contra la Corrupción adoptada el 26 de marzo de 1996,
2. La Convención de las Naciones Unidas contra la Corrupción adoptado el 31 de
octubre de 2003
3. El Pacto Global es una iniciativa dirigida a las empresas a fin de coadyuvar en la
implementación de los diez principios de la Convención de las Naciones Unidas
contra la Corrupción. Entre los principios más destacados es el principio número 10
el cual establece: “las empresas deberán actuar en contra de la corrupción en todas
sus formas, incluyendo la extorsión y el soborno”. Especialmente este pacto obliga a
todas las empresas a evitar realizar prácticas contrarias a la ley con el objeto de
obtener determinados negocios, realizando ofrecimientos en dinero, bienes y otro
tipo de prebendas con la intención de recibir beneficios, que sin ello no fueren aptos
para hacerse acreedores de los mismos.

Concretamente, en el arbitraje se han presentado casos que han venido a sentar precedentes
al tratar este tema de la corrupción, como ser específicamente cuando se han adjudicado
grandes contratos a empresas que no han seguido los procedimientos adecuados para
obtenerlos, realizando sobornos a funcionarios del Estado, que posteriormente cuando se
logra evidenciar tal situación el Estado procede a cancelar los respectivos contratos, y es así
como las empresas se prestan a demandar al Estado a través del procedimiento arbitral, por
una supuesta violación al contrato pretendiendo legalizar los actos de corrupción
anteriormente realizados.

Por último, en el artículo elaborado por el señor González, trata sobre el segundo de los
fenómenos que pueden ser objeto directa o indirectamente de un proceso arbitral como es el
lavado de activos. Al igual que la corrupción es un concepto que no ha sido unificado en el
ámbito internacional, existiendo diferentes definiciones de la misma pero que entre las
definiciones más aceptas esta la siguiente: es el acto mediante el cual una persona
transfiere, utiliza o posee bienes a sabiendas de que tales bienes proceden de un delito con
objeto de ocultar o encubrir el origen ilícito del mismo a fin de eludir la investigación
penal, condena y confiscación de tales bienes.

En el ámbito internacional el delito de lavado de activos ha sido desarrollado en diferentes


convenciones o tratados al respecto como ser:

1. La Convención de las Naciones Unidas Contra el Trafico Ilícito de Estupefacientes


y sustancias Psicotrópicas.
2. Convención de las naciones Unidas contra la delincuencia trasnacional.

Pero la importancia de este artículo, es observar las implicaciones que tiene este delito al
ser ventilado en un proceso arbitral ya sea mediante un acto simulado, o con la acusación
de una de las partes a la otra.

A continuación se mencionaran dos de los casos más interesantes que se destacan el


documento objeto de este ensayo:
En primer lugar, cuando es de conocimiento de ambas partes que han firmado un contrato
que tienen activos obtenidos de manera ilícita, y cuya intención es legalizar de alguna
medida tales activos, mediante la obtención de un laudo arbitral en el cual se condene a una
de las partes al pago de una cantidad de dinero generalmente por concepto de daños y
perjuicios, de esta manera se estaría justificando el titulo bajo el cual se tiene tal cantidad
de dinero realizándolo de manera dolosa, teniendo conocimiento de las implicaciones que
esto conlleva.
En segundo lugar, con iguales resultados, se puede presentar que ambas partes lleguen a un
acuerdo con respecto a la indemnización y solicitar que dicho acuerdo adquiera la figura de
laudo arbitral, perfeccionando asa el lavado de activos.

La dificultad en estos casos radica en probar que existe una actividad ilícita, esto se vuelve
muy complicado ya que las organizaciones criminales han desarrollado mecanismos tan
sofisticados que dejan el mínimo rastro sobre la comisión del delito.

Ante todo ello se puede realizar la siguiente pregunta: ¿la comisión de un delito de lavado
de activo acarrea la nulidad de un contrato y por lo tanto puede ser objeto de un proceso
arbitral?
Para responder a esta pregunta es necesario aclarar que el tribunal arbitral puede decir de
varias formas, una de ellas es emitiendo un laudo, a favor de una de las partes y otra seria
abstenerse de conocer el asunto por considerar que el mismo es de orden publico con el
objeto de no ser participe en la posible comisión de un hecho delictivo, pero para tratar tal
situación debe tenerse claro cuál es el hecho ilícito y la objeto de litigio, ya que si el hecho
ilícito guarda relación con el objeto del litigio bien puede ser objeto de proceso arbitral y en
consecuencia la subsecuente anulación de un contrato que ha sido obtenido mediando un
acto de corrupción, pero por ejemplo, a contrario sensu, cuando el hecho ilícito no guarda
relación con el objeto del litigio, como ser el caso de una evasión de impuestos mediante
un soborno realizado a un funcionario público, cuando el objeto de litigio es un
incumplimiento de alguna de las clausulas establecidas en el contrato relacionado a los
servicios que han determinado prestarse entre ambas partes, igualmente puede conocerse el
asunto pero no es vinculante la comisión del hecho delictivo con el objeto del litigo por lo
tanto la decisión puede ser independiente de las consecuencias que conlleve la comisión del
delito.

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