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1-3. ¿Qué enemigo nos persigue a todos, y qué alivio sentimos al examinar lo que enseña la Biblia?
IMAGÍNESE que está huyendo de un feroz enemigo mucho más fuerte y veloz que usted. Sabe que, si lo atrapa, no le tendrá
compasión, pues ya lo ha visto matar a varios amigos suyos. Sin importar cuánto corra, se le acerca más y más. Parece que
no tiene escapatoria. Sin embargo, de repente acude alguien a rescatarlo. Es mucho más poderoso que su enemigo y le ofrece su
ayuda. ¡Qué alivio!
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En cierta forma, a usted ya lo está persiguiendo un enemigo como ese. De hecho, nos persigue a todos. Como aprendimos en el
capítulo anterior, la Biblia muestra que la muerte es un enemigo. Ninguno de nosotros puede escapar de ella ni vencerla, y casi
todos hemos visto cómo le ha quitado la vida a alguien que amamos. Pero Jehová es mucho más poderoso que la muerte. Él es
nuestro amoroso Rescatador. En efecto, ya ha demostrado que puede derrotarla, y además promete acabar con ella de una vez por
todas. La Biblia dice: “Como el último enemigo, la muerte ha de ser reducida a nada” (1 Corintios 15:26). ¡Qué buena noticia!
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Pensemos por un momento en el dolor que causan los golpes de este enemigo. Así comprenderemos algo que nos hará felices:
Jehová promete que quienes han muerto vivirán de nuevo (Isaías 26:19). Él hará que vuelvan a la vida; en eso consiste la
esperanza de la resurrección.
4. a) ¿Por qué razón podemos conocer los sentimientos de Jehová cuando examinamos lo que Jesús sintió al morir un amigo suyo?
b) ¿Con quiénes hizo Jesús una buena amistad?
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¿Se le ha muerto un familiar o un amigo muy querido? Parece imposible aguantar el dolor, la tristeza y la desesperación de
no poder hacer nada. Es entonces cuando más necesitamos el consuelo de la Palabra de Dios (2 Corintios 1:3, 4). La Biblia nos
permite conocer lo que sienten Jehová y Jesús con respecto a la muerte. Nos muestra el dolor que sintió Jesús al perder a un ser
querido, y sabemos que él reflejaba a la perfección la personalidad de su Padre (Juan 14:9). Cuando iba a Jerusalén, solía visitar a
Lázaro y sus hermanas, María y Marta, que vivían en la cercana ciudad de Betania. Los unía una amistad tan estrecha que la
Biblia dice que “Jesús amaba a Marta y a su hermana y a Lázaro” (Juan 11:5). Pero Lázaro murió, como vimos en el capítulo 6.
5, 6. a) ¿Cómo se sintió Jesús al ver a los parientes y las amistades que lloraban la muerte de Lázaro? b) ¿Por qué nos da ánimo el
que Jesús sintiera tanto dolor?
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¿Cómo se sintió Jesús al perder a su amigo? El relato muestra que fue a visitar a los parientes y amistades de Lázaro, quienes
lloraban su muerte. Al verlos, se sintió muy conmovido. “Gimió en el espíritu y se perturbó” y luego “cedió a las lágrimas” (Juan
11:33, 35). ¿Por qué se afligió tanto? ¿Acaso no tenía ninguna esperanza? Todo lo contrario. De hecho, Jesús sabía que algo
maravilloso estaba a punto de ocurrir (Juan 11:3, 4). Pero aun así, sintió el dolor y la pena que produce la muerte.
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En cierta forma, el que Jesús sintiera tanto dolor nos da ánimo. Nos enseña que tanto él como su Padre odian la muerte. Además,
Jehová tiene el poder necesario para combatir a este enemigo y derrotarlo. Veamos el milagro que hizo Jesús con el poder que
recibió de Dios.
“¡LÁZARO, SAL!”
7, 8. ¿Por qué es probable que muchos de los presentes pensaran que no había esperanza para Lázaro, y, sin embargo, qué
hizo Jesús?
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Lázaro estaba sepultado en una cueva, y Jesús pidió que quitaran la piedra que cerraba la entrada. Marta puso reparos y le dijo
que, como llevaba muerto cuatro días, ya estaría descomponiéndose (Juan 11:39). Desde un punto de vista puramente humano,
no había ninguna esperanza.
9, 10. a) ¿Cómo identificó Jesús a Aquel que le dio el poder para resucitar a Lázaro? b) ¿Cuáles son algunos beneficios de leer los
relatos bíblicos de resurrecciones?
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Jesús no dijo que él hubiera realizado este milagro por sí solo. Justo antes de llamar a Lázaro, hizo una oración en la que
identificó a Jehová como Aquel que hace posible la resurrección (Juan 11:41, 42). De hecho, esa no fue la única vez que Jehová
empleó su poder de esta manera. La resurrección de Lázaro es tan solo una de las nueve que se relatan en la Palabra de Dios. * Es
todo un placer leer y estudiar estos pasajes. Nos enseñan que Dios no muestra favoritismo, pues devolvió la vida a jóvenes y
ancianos, hombres y mujeres, israelitas y extranjeros por igual. ¡Y qué alegría tan grande observamos en estos relatos! Por
ejemplo, cuando Jesús hizo que una niña volviera a vivir, sus padres se quedaron “fuera de sí con gran éxtasis” (Marcos 5:42).
Desde luego, Jehová les había dado un motivo de alegría que nunca olvidarían.
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12. ¿Por qué podemos estar seguros de que la resurrección de Lázaro realmente ocurrió?
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Lo que sucedió con Lázaro también nos enseña que la resurrección no es ninguna leyenda, sino una realidad. Jesús levantó a
Lázaro ante los ojos de toda una multitud. Ni siquiera los líderes religiosos se atrevieron a negar el milagro, y eso que odiaban a
Jesús. Más bien, dijeron: “¿Qué hemos de hacer, porque este hombre ejecuta muchas señales?” (Juan 11:47). Muchas personas
fueron a ver al resucitado y terminaron creyendo en Jesús. Vieron que Lázaro era una prueba viva de que Jesús era el enviado de
Dios. Tan clara era esa demostración que algunos de los insensibles líderes religiosos judíos se pusieron a buscar la forma de
matar a Jesús y a Lázaro (Juan 11:53; 12:9-11).
13. ¿Por qué estamos seguros de que Jehová puede resucitar a los muertos?
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¿Es ingenuo creer en la resurrección? No, pues Jesús prometió que llegará el día en que “todos los que están en las tumbas
conmemorativas” resucitarán (Juan 5:28). Puesto que Jehová es el Creador de la vida en todas sus formas, ¿es tan difícil pensar
que pueda volver a crearla? Por supuesto, mucho depende de la memoria que tenga Jehová. ¿Puede él recordar a nuestros seres
queridos? Piense en esto: ¡Dios pone nombre a cada una de los incontables billones de estrellas que hay en el universo! (Isaías
40:26.) De modo que Jehová es capaz de recordar todos los detalles de nuestros seres amados que han fallecido, y además está
dispuesto a devolverles la vida.
14, 15. De acuerdo con lo que dijo Job, ¿cuánto interés tiene Jehová en resucitar a los muertos?
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Ahora bien, ¿cuánto interés tiene Jehová en resucitar a los muertos? La Biblia enseña que está deseando hacerlo. Un fiel siervo
de Dios llamado Job preguntó: “Si un hombre [...] muere, ¿puede volver a vivir?”. Job hablaba de que esperaría en la tumba hasta
que llegara el momento en que Dios se acordara de él. Por eso le dijo a Jehová: “Tú llamarás, y yo mismo te responderé. Por la
obra de tus manos sentirás anhelo” (Job 14:13-15).
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Piense en ello: Jehová anhela devolver la vida a los muertos. ¿Verdad que nos anima saber que Jehová tiene un deseo tan intenso
de hacerlo? Pero ¿cómo será esta resurrección futura? ¿Quiénes resucitarán, y dónde?
“TODOS LOS QUE ESTÁN EN LAS TUMBAS CONMEMORATIVAS”
En el Paraíso, las personas que han muerto volverán a la vida y se reunirán con sus seres queridos
18. ¿Quiénes están entre los “justos” que resucitarán, y cómo le beneficia a usted esta esperanza?
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En el grupo de los “justos” se encuentran muchos personajes bíblicos que vivieron antes de que Jesús viniera a la Tierra, como
Noé, Abrahán, Sara, Moisés, Rut, Ester y muchos otros. En el capítulo 11 de Hebreos se habla de algunos de estos hombres y
mujeres de fe. Pero entre los “justos” también están los siervos de Jehová que mueren en nuestros días. La esperanza de la
resurrección puede librarnos de un temor muy común: el miedo a morir (Hebreos 2:15).
19. ¿Quiénes son los “injustos”, y qué amorosa oportunidad les dará Jehová?
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Miles de millones de personas ni siquiera tuvieron la oportunidad de conocer a Jehová, de modo que no le sirvieron ni hicieron
su voluntad. ¿Qué sucederá con ellas? Estos “injustos” no quedarán en el olvido. El Dios verdadero también los resucitará y les
dará tiempo para que lo conozcan y le sirvan. En el transcurso de mil años, los muertos volverán a la vida y tendrán la oportunidad
de unirse a los seres humanos fieles que sirvan a Jehová en la Tierra. Será un período maravilloso, al que la Biblia llama el Día del
Juicio. *
LA RESURRECCIÓN CELESTIAL
21, 22. a) ¿Qué otra clase de resurrección hay? b) ¿Quién fue el primero en resucitar como ser espiritual?
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La Biblia también enseña que hay otro tipo de resurrección. Se trata de la resurrección como ser espiritual para vivir en el cielo.
La Palabra de Dios solo relata un ejemplo de alguien que tuvo esa clase de resurrección: Jesucristo.
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Jesús fue ejecutado siendo un ser humano; sin embargo, Jehová no dejó a su fiel Hijo en la tumba (Salmo 16:10; Hechos
13:34, 35). Lo resucitó, pero no como hombre. El apóstol Pedro explica que Cristo fue “muerto en la carne, pero hecho vivo en el
espíritu” (1 Pedro 3:18). ¡Qué gran milagro! Jesús vivía otra vez como poderoso ser espiritual (1 Corintios 15:3-6). Había sido el
primero en recibir esta gloriosa resurrección (Juan 3:13). Pero no sería el último.
La Pascua es un día festivo de los cristianos que celebra la muerte y resurrección de Jesucristo. Así como el Viernes Santo
recuerda la crucifixión y muerte de Nuestro Señor, el Domingo de Pascua celebra su resurrección. ¿Por qué los cristianos han
celebrado la resurrección de Cristo a través de la historia? ¿Qué importancia tiene su resurrección en la vida cristiana? Aquí
ofrezco 10 razones.
1. La resurrección de Cristo Jesús significa que somos justificados ante Dios. ”...que cual fue entregado por
nuestras transgresiones, y resucitado para nuestra justificación”, Romanos 4:25. Por causa de nuestros pecados, la humanidad
está separada de Dios y es incapaz de tener una relación con Él (Ro. 6:28; Is. 59:2). Las Escrituras dicen que “éramos por
naturaleza hijos de ira” (Ef. 2:3), porque hemos quebrantado la ley de Dios. Y por causa de su justicia, Dios tiene que derramar su
ira a los que quebrantan su ley.
Si no tuviéramos un salvador que nos rescatara de esta situación, no pudiéramos alcanzar la oportunidad de tener una relación con
Dios como Él quiere. Justificación significa “prueba de la justicia de alguien”. Cuando Jesús murió en la cruz, Él tomó nuestro
castigo para que pudiéramos ser justificados delante del Padre. La resurrección confirma que Dios aceptó el sacrificio de Cristo
por nuestros pecados y nos da acceso a una relación con Él.
2. La resurrección de Cristo Jesús demuestra que Él venció la muerte. La muerte es el enemigo de la humanidad y el
castigo justo por los pecados de cada uno de nosotros (Ro. 6:23). El índice de mortalidad siempre será 100%. Ningún monto de
esfuerzo, poder, o riquezas podrá ayudarnos a escapar del alcance de la muerte. Ahora, Cristo resucitó porque la muerte no podía
retenerlo. No tenemos que temer al castigo que viene después de la muerte: ”’¿Donde esta, oh muerte, tu victoria? ¿Donde, oh
sepulcro, tu aguijon?’ El aguijón de la muerte es el pecado, y el poder del pecado es la ley; pero a Dios gracias, que nos da la
victoria por medio de nuestro Señor Jesucristo”, 1 Corintios 15:55-57.
3. La resurrección de Cristo Jesús significa que los creyentes están unidos con Cristo (2 Co. 4:14). Cuando
creemos en Cristo, somos unidos con Él por la fe. La unión con Cristo significa que cuando Dios nos mira, Él no ve nuestra
pecaminosidad, sino la justicia de Cristo. Significa que hemos muerto con Él y vivimos con Él ( Ro. 6:8). Esta unión solo es
posible a través de la resurrección de Cristo. Es semejante a cuando una pareja se ha unido en matrimonio, que las cosas de un
esposo pertenecen a su esposa. Los cristianos reciben la justicia de Cristo por medio de su unión con Él (1 Co. 1:30).
4. La resurrección de Cristo Jesús confirma la verdad de las Escrituras. Isaías 53 y el Salmo 16 son algunos de las
profecías del Antiguo Testamento cuyo cumplimiento testifica de la vida resucitada de Cristo:
“Pero quiso el Señor quebrantarlo, sometiéndolo a padecimiento. Cuando Él se entregue a sí mismo como ofrenda de
expiación, verá a Su descendencia, prolongará Sus días, y la voluntad del Señor en Su mano prosperará. Debido a la angustia
de Su alma, Él lo verá y quedará satisfecho. Por Su conocimiento, el Justo, Mi Siervo, justificará a muchos, y cargará las
iniquidades de ellos. Por tanto, Yo Le daré parte con los grandes y con los fuertes repartirá despojos, porque derramó Su alma
hasta la muerte y con los transgresores fue contado; llevó el pecado de muchos, e intercedió por los transgresores”, Isaías
53:10-12.
“Porque Tú no abandonarás mi alma en el Seol, Ni permitirás que tu santo sufra corrupción. Me darás a conocer la senda de
la vida; En Tu presencia hay plenitud de gozo; En Tu diestra hay deleites para siempre”, Salmos 16:10-11.
5. La resurrección de Cristo Jesús prueba que el evangelio es verdadero (1 Co. 15:1-4). El hecho que Jesús vive
hoy significa que Él es poderoso para salvar hoy. Este fue el argumento de Pablo en 1 Corintios 15, donde él defiende la verdad de
la resurrección dando una explicación que el evangelio cristiano depende en ella: ”...y si Cristo no ha resucitado, vana es
entonces nuestra predicación, y vana también la fe de ustedes… y si Cristo no ha resucitado, la fe de ustedes es falsa; todavía
están en sus pecados. Entonces también los que han dormido (han muerto) en Cristo están perdidos. Si hemos esperado en Cristo
para esta vida solamente, somos, de todos los hombres, los más dignos de lástima”, 1 Corintios 15:14, 17-19.
Pablo explica que la resurrección no es solo una parte fundamental del evangelio, sino que es el pegamento que sostiene cada
parte del evangelio. Sin la resurrección, los cristianos creerían en vano y no tendrían esperanza. Pero Cristo ha resucitado y ahora
tenemos la esperanza del perdón de nuestros pecados, el derecho de estar bien delante de Dios, y la vida eterna por medio de
Cristo.
6. La resurrección de Cristo Jesús prueba que Él es el Hijo de Dios. ”[Jesucristo] fue declarado Hijo de Dios con un
acto de poder, conforme al Espíritu de santidad, por (como resultado de) la resurrección de entre los muertos…”, Romanos 1:4.
Si Jesús hubiera muerto y quedara muerto, Él habría sido como los millones que venían antes de Él, y como los millones que
vendrían después. Pero no sucedió así. Su resurrección prueba que Él es alguien único en la historia del mundo: el Hijo de Dios.
7. La resurrección de Cristo Jesús significa que Dios derramará el Espíritu Santo en los corazones de los que
creen. Después de la resurrección y ascensión de Cristo, Él mandó el prometido Espíritu Santo para continuar su trabajo en esta
tierra. El ministerio terrenal de Cristo continua hoy a través de su gente, en quienes mora el Espíritu Santo. Cristo ayudará a su
pueblo por el Espíritu, dándoles fuerzas, convicción y la guía para vivir una vida que agrada a Dios. “Así que, exaltado a la
diestra de Dios, y habiendo recibido del Padre la promesa del Espíritu Santo, ha derramado esto que ustedes ven y oyen”, Hechos
2:33.
8. La resurrección de Cristo Jesús nos da una esperanza viva. Los cristianos tenemos una esperanza tremenda porque
nuestros pecados han sido borrados y somos justificados delante de Dios. Hemos pasados de ser enemigos de Dios a hijos
perdonados por Dios con una herencia eterna que nadie puede quitar. ¡No hay una noticia mejor! “Bendito sea el Dios y Padre de
nuestro Señor Jesucristo, quien según Su gran misericordia, nos ha hecho nacer de nuevo a una esperanza viva, mediante la
resurrección de Jesucristo de entre los muertos, para obtener una herencia incorruptible, inmaculada, y que no se marchitará,
reservada en los cielos para ustedes…”, 1 Pedro 1:3-4.
9. La resurrección de Cristo Jesús significa que resucitaremos al igual que Él. Cristo es las primicias de la
resurrección de la muerte, y su resurrección es el precursor a la resurrección que todos los creyentes experimentarán (1 Co. 15:20).
Los cristianos disfrutarán la vida resucitada igual que Cristo, con cuerpos glorificados (1 Co. 15:42-44). En esta vida sufrimos
dolores y enfermedades, pero en la vida venidera no sufriremos, sino que disfrutaremos los cuerpos perfectos que ahora
anhelamos desesperadamente. Esta implicación de la resurrección se ata con la ultima:
10. La resurrección de Cristo Jesús significa que Él juzgará al mundo con justicia.
“Por tanto, habiendo pasado por alto los tiempos de ignorancia, Dios declara ahora a todos los hombres, en todas partes, que se
arrepientan. Porque Él ha establecido un día en el cual juzgará al mundo en justicia, por medio de un Hombre a quien Él ha
designado, habiendo presentado pruebas a todos los hombres cuando Lo resucitó de entre los muertos”, Hechos 17:30-31.
Un día, todas las personas del mundo serán juzgadas por las cosas que han hecho. Los que no creen serán responsables de su
desobediencia contra Dios, enfrentando la condenación de Dios y siendo enviados al infierno. Los creyentes serán responsables
delante de Dios por las cosas que han hecho y serán recompensados en los cielos según sus obras como creyentes.
La señal que Dios nos dio para confirmar su juicio fue la resurrección de Cristo Jesús de los muertos. Si usted no cree en el Señor
Jesucristo, este juicio debe de causarle un temor profundo. Usted se enfrentará a la ira de Dios y sufrirá una eternidad en el
infierno; recibiendo el castigo que merece por su pecados. Pero este juicio no tiene que ser algo temible.
Hay una manera de obtener el perdón y vida eterna en Cristo: crea en el Señor Jesucristo y arrepiéntase de su pecado. Cuando
creemos en Jesús, recibimos todos los beneficios de su resurrección. Nuestra fe en Cristo es lo que nos une a Cristo y nos ayuda
recibir el perdón de nuestros pecados. Una persona continuando en la incredulidad asegura la ira de Dios para sí.
No pierda el regalo increíble que Dios nos ofrece en Cristo: ¡crea en Jesús hoy! “Jesús le contestó: ‘Yo soy la resurrección y la
vida; el que cree en Mí, aunque muera, vivirá, y todo el que vive y cree en Mí, no morirá jamás. ¿Crees esto?’” , Juan 11:25-
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