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CAPÍTULO 7 Qué enseña realmente la Biblia?

VERDADERA ESPERANZA PARA LOS SERES QUERIDOS QUE HAN MUERTO


 ¿Por qué podemos estar seguros de que habrá una resurrección?
 ¿Cuánto interés tiene Jehová en resucitar a los muertos?
 ¿Quiénes resucitarán?

1-3. ¿Qué enemigo nos persigue a todos, y qué alivio sentimos al examinar lo que enseña la Biblia?

IMAGÍNESE que está huyendo de un feroz enemigo mucho más fuerte y veloz que usted. Sabe que, si lo atrapa, no le tendrá
compasión, pues ya lo ha visto matar a varios amigos suyos. Sin importar cuánto corra, se le acerca más y más. Parece que
no tiene escapatoria. Sin embargo, de repente acude alguien a rescatarlo. Es mucho más poderoso que su enemigo y le ofrece su
ayuda. ¡Qué alivio!

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En cierta forma, a usted ya lo está persiguiendo un enemigo como ese. De hecho, nos persigue a todos. Como aprendimos en el
capítulo anterior, la Biblia muestra que la muerte es un enemigo. Ninguno de nosotros puede escapar de ella ni vencerla, y casi
todos hemos visto cómo le ha quitado la vida a alguien que amamos. Pero Jehová es mucho más poderoso que la muerte. Él es
nuestro amoroso Rescatador. En efecto, ya ha demostrado que puede derrotarla, y además promete acabar con ella de una vez por
todas. La Biblia dice: “Como el último enemigo, la muerte ha de ser reducida a nada” (1 Corintios 15:26). ¡Qué buena noticia!
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Pensemos por un momento en el dolor que causan los golpes de este enemigo. Así comprenderemos algo que nos hará felices:
Jehová promete que quienes han muerto vivirán de nuevo (Isaías 26:19). Él hará que vuelvan a la vida; en eso consiste la
esperanza de la resurrección.

CUANDO MUERE UN SER QUERIDO

4. a) ¿Por qué razón podemos conocer los sentimientos de Jehová cuando examinamos lo que Jesús sintió al morir un amigo suyo?
b) ¿Con quiénes hizo Jesús una buena amistad?
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¿Se le ha muerto un familiar o un amigo muy querido? Parece imposible aguantar el dolor, la tristeza y la desesperación de
no poder hacer nada. Es entonces cuando más necesitamos el consuelo de la Palabra de Dios (2 Corintios 1:3, 4). La Biblia nos
permite conocer lo que sienten Jehová y Jesús con respecto a la muerte. Nos muestra el dolor que sintió Jesús al perder a un ser
querido, y sabemos que él reflejaba a la perfección la personalidad de su Padre (Juan 14:9). Cuando iba a Jerusalén, solía visitar a
Lázaro y sus hermanas, María y Marta, que vivían en la cercana ciudad de Betania. Los unía una amistad tan estrecha que la
Biblia dice que “Jesús amaba a Marta y a su hermana y a Lázaro” (Juan 11:5). Pero Lázaro murió, como vimos en el capítulo 6.

5, 6. a) ¿Cómo se sintió Jesús al ver a los parientes y las amistades que lloraban la muerte de Lázaro? b) ¿Por qué nos da ánimo el
que Jesús sintiera tanto dolor?
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¿Cómo se sintió Jesús al perder a su amigo? El relato muestra que fue a visitar a los parientes y amistades de Lázaro, quienes
lloraban su muerte. Al verlos, se sintió muy conmovido. “Gimió en el espíritu y se perturbó” y luego “cedió a las lágrimas” (Juan
11:33, 35). ¿Por qué se afligió tanto? ¿Acaso no tenía ninguna esperanza? Todo lo contrario. De hecho, Jesús sabía que algo
maravilloso estaba a punto de ocurrir (Juan 11:3, 4). Pero aun así, sintió el dolor y la pena que produce la muerte.
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En cierta forma, el que Jesús sintiera tanto dolor nos da ánimo. Nos enseña que tanto él como su Padre odian la muerte. Además,
Jehová tiene el poder necesario para combatir a este enemigo y derrotarlo. Veamos el milagro que hizo Jesús con el poder que
recibió de Dios.
“¡LÁZARO, SAL!”

7, 8. ¿Por qué es probable que muchos de los presentes pensaran que no había esperanza para Lázaro, y, sin embargo, qué
hizo Jesús?
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Lázaro estaba sepultado en una cueva, y Jesús pidió que quitaran la piedra que cerraba la entrada. Marta puso reparos y le dijo
que, como llevaba muerto cuatro días, ya estaría descomponiéndose (Juan 11:39). Desde un punto de vista puramente humano,
no había ninguna esperanza.

La resurrección de Lázaro fue motivo de gran alegría (Juan 11:38-44)


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Cuando hicieron rodar la piedra, Jesús clamó con voz fuerte: “¡Lázaro, sal!”. ¿Qué ocurrió entonces? “El hombre que había
estado muerto salió.” (Juan 11:43, 44.) ¿Se imagina lo contentos que se pusieron todos? Tanto sus hermanas como sus parientes,
amigos y vecinos sabían muy bien que Lázaro había fallecido; pero ahora volvían a tener a su lado a aquel hombre al que tanto
querían. Debió parecerles demasiado bueno para ser cierto. Sin duda, muchos lo abrazaron con gran alegría. ¡Qué victoria sobre la
muerte!

Elías resucitó al hijo de una viuda (1 Reyes 17:17-24)

9, 10. a) ¿Cómo identificó Jesús a Aquel que le dio el poder para resucitar a Lázaro? b) ¿Cuáles son algunos beneficios de leer los
relatos bíblicos de resurrecciones?
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Jesús no dijo que él hubiera realizado este milagro por sí solo. Justo antes de llamar a Lázaro, hizo una oración en la que
identificó a Jehová como Aquel que hace posible la resurrección (Juan 11:41, 42). De hecho, esa no fue la única vez que Jehová
empleó su poder de esta manera. La resurrección de Lázaro es tan solo una de las nueve que se relatan en la Palabra de Dios. * Es
todo un placer leer y estudiar estos pasajes. Nos enseñan que Dios no muestra favoritismo, pues devolvió la vida a jóvenes y
ancianos, hombres y mujeres, israelitas y extranjeros por igual. ¡Y qué alegría tan grande observamos en estos relatos! Por
ejemplo, cuando Jesús hizo que una niña volviera a vivir, sus padres se quedaron “fuera de sí con gran éxtasis” (Marcos 5:42).
Desde luego, Jehová les había dado un motivo de alegría que nunca olvidarían.
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El apóstol Pedro resucitó a una cristiana llamada Dorcas (Hechos 9:36-42)


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Claro, las personas a las que Jesús resucitó volvieron a morir con el tiempo. ¿Significa eso que no sirvió de nada el que las
hubiera resucitado? Todo lo contrario. Estos relatos bíblicos confirman importantes verdades y nos dan esperanza.

¿QUÉ NOS ENSEÑAN LOS RELATOS DE RESURRECCIONES?


11. ¿Cómo confirma el relato de la resurrección de Lázaro lo que dice Eclesiastés 9:5?
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La Biblia enseña que los muertos “no tienen conciencia de nada en absoluto”, es decir, ni están vivos en algún lugar ni se dan
cuenta de nada. El relato sobre Lázaro lo confirma. Cuando él volvió a la vida, ¿emocionó a la gente contándole cómo era el
cielo? ¿La asustó con horribles historias sobre un infierno ardiente? No. La Biblia no dice nada de eso. En los cuatro días que
estuvo muerto, Lázaro no había tenido “conciencia de nada en absoluto” (Eclesiastés 9:5). Sencillamente, había estado durmiendo
en la muerte (Juan 11:11).

12. ¿Por qué podemos estar seguros de que la resurrección de Lázaro realmente ocurrió?
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Lo que sucedió con Lázaro también nos enseña que la resurrección no es ninguna leyenda, sino una realidad. Jesús levantó a
Lázaro ante los ojos de toda una multitud. Ni siquiera los líderes religiosos se atrevieron a negar el milagro, y eso que odiaban a
Jesús. Más bien, dijeron: “¿Qué hemos de hacer, porque este hombre ejecuta muchas señales?” (Juan 11:47). Muchas personas
fueron a ver al resucitado y terminaron creyendo en Jesús. Vieron que Lázaro era una prueba viva de que Jesús era el enviado de
Dios. Tan clara era esa demostración que algunos de los insensibles líderes religiosos judíos se pusieron a buscar la forma de
matar a Jesús y a Lázaro (Juan 11:53; 12:9-11).

13. ¿Por qué estamos seguros de que Jehová puede resucitar a los muertos?
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¿Es ingenuo creer en la resurrección? No, pues Jesús prometió que llegará el día en que “todos los que están en las tumbas
conmemorativas” resucitarán (Juan 5:28). Puesto que Jehová es el Creador de la vida en todas sus formas, ¿es tan difícil pensar
que pueda volver a crearla? Por supuesto, mucho depende de la memoria que tenga Jehová. ¿Puede él recordar a nuestros seres
queridos? Piense en esto: ¡Dios pone nombre a cada una de los incontables billones de estrellas que hay en el universo! (Isaías
40:26.) De modo que Jehová es capaz de recordar todos los detalles de nuestros seres amados que han fallecido, y además está
dispuesto a devolverles la vida.

14, 15. De acuerdo con lo que dijo Job, ¿cuánto interés tiene Jehová en resucitar a los muertos?
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Ahora bien, ¿cuánto interés tiene Jehová en resucitar a los muertos? La Biblia enseña que está deseando hacerlo. Un fiel siervo
de Dios llamado Job preguntó: “Si un hombre [...] muere, ¿puede volver a vivir?”. Job hablaba de que esperaría en la tumba hasta
que llegara el momento en que Dios se acordara de él. Por eso le dijo a Jehová: “Tú llamarás, y yo mismo te responderé. Por la
obra de tus manos sentirás anhelo” (Job 14:13-15).
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Piense en ello: Jehová anhela devolver la vida a los muertos. ¿Verdad que nos anima saber que Jehová tiene un deseo tan intenso
de hacerlo? Pero ¿cómo será esta resurrección futura? ¿Quiénes resucitarán, y dónde?
“TODOS LOS QUE ESTÁN EN LAS TUMBAS CONMEMORATIVAS”

16. ¿De qué clase de vida disfrutarán los resucitados?


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Cuando leemos en la Biblia los relatos sobre las resurrecciones del pasado, aprendemos mucho sobre la que ocurrirá en el futuro.
Las personas que volvieron a vivir aquí en la Tierra se reunieron con sus seres queridos. Pues bien, la resurrección futura será
parecida, pero mucho mejor. Como vimos en el capítulo 3, Dios tiene el propósito de convertir toda la Tierra en un paraíso. Por lo
tanto, los muertos no volverán a la vida en un mundo lleno de guerras, delitos y enfermedades. Más bien, tendrán la oportunidad
de ser felices y vivir en paz en la Tierra por toda la eternidad.

17. ¿Cuántas personas resucitarán?


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¿Quiénes resucitarán? Jesús dijo que “todos los que están en las tumbas conmemorativas oirán su voz y saldrán” (Juan
5:28, 29). De igual modo, Revelación (o Apocalipsis) 20:13 dice: “El mar entregó los muertos que había en él, y la muerte y el
Hades entregaron los muertos que había en ellos”. “El Hades” es la sepultura a la que va toda la humanidad. (Consulte el apéndice
“¿Qué son el Seol y el Hades?”.) Esta tumba colectiva quedará vacía cuando vuelvan a vivir los miles de millones de personas que
descansan en ella. El apóstol Pablo dijo: “Va a haber resurrección así de justos como de injustos” (Hechos 24:15). ¿Qué significan
estas palabras?

En el Paraíso, las personas que han muerto volverán a la vida y se reunirán con sus seres queridos

18. ¿Quiénes están entre los “justos” que resucitarán, y cómo le beneficia a usted esta esperanza?
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En el grupo de los “justos” se encuentran muchos personajes bíblicos que vivieron antes de que Jesús viniera a la Tierra, como
Noé, Abrahán, Sara, Moisés, Rut, Ester y muchos otros. En el capítulo 11 de Hebreos se habla de algunos de estos hombres y
mujeres de fe. Pero entre los “justos” también están los siervos de Jehová que mueren en nuestros días. La esperanza de la
resurrección puede librarnos de un temor muy común: el miedo a morir (Hebreos 2:15).

19. ¿Quiénes son los “injustos”, y qué amorosa oportunidad les dará Jehová?
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Miles de millones de personas ni siquiera tuvieron la oportunidad de conocer a Jehová, de modo que no le sirvieron ni hicieron
su voluntad. ¿Qué sucederá con ellas? Estos “injustos” no quedarán en el olvido. El Dios verdadero también los resucitará y les
dará tiempo para que lo conozcan y le sirvan. En el transcurso de mil años, los muertos volverán a la vida y tendrán la oportunidad
de unirse a los seres humanos fieles que sirvan a Jehová en la Tierra. Será un período maravilloso, al que la Biblia llama el Día del
Juicio. *

20. ¿Qué es el Gehena, y quiénes van allí?


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¿Quiere decir esto que resucitarán todos los seres humanos que han vivido? No. La Biblia dice que algunos están en “el
Gehena” (Lucas 12:5). El Gehena debe su nombre a un vertedero que había fuera de la antigua ciudad de Jerusalén, en el que se
quemaban cadáveres y basura. ¿Qué muertos arrojaban allí los judíos? Solo aquellos a los que consideraban indignos de ser
enterrados y resucitados. Por tanto, el Gehena es un símbolo de destrucción eterna. Jesús tomará parte en juzgar a los muertos,
pero el Juez Supremo es Jehová (Hechos 10:42). Y Dios no resucitará nunca a las personas que sabe que son malvadas y
no quieren cambiar.

LA RESURRECCIÓN CELESTIAL

21, 22. a) ¿Qué otra clase de resurrección hay? b) ¿Quién fue el primero en resucitar como ser espiritual?
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La Biblia también enseña que hay otro tipo de resurrección. Se trata de la resurrección como ser espiritual para vivir en el cielo.
La Palabra de Dios solo relata un ejemplo de alguien que tuvo esa clase de resurrección: Jesucristo.
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Jesús fue ejecutado siendo un ser humano; sin embargo, Jehová no dejó a su fiel Hijo en la tumba (Salmo 16:10; Hechos
13:34, 35). Lo resucitó, pero no como hombre. El apóstol Pedro explica que Cristo fue “muerto en la carne, pero hecho vivo en el
espíritu” (1 Pedro 3:18). ¡Qué gran milagro! Jesús vivía otra vez como poderoso ser espiritual (1 Corintios 15:3-6). Había sido el
primero en recibir esta gloriosa resurrección (Juan 3:13). Pero no sería el último.

23, 24. ¿Quiénes forman el “rebaño pequeño” de Jesús, y cuántos serán?


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Sabiendo que pronto regresaría al cielo, Jesús dijo a sus discípulos fieles que iba allí a “preparar un lugar” para ellos ( Juan
14:2). A los que irían al cielo los llamó “rebaño pequeño” (Lucas 12:32). ¿Cuántos componen este grupo relativamente pequeño
de cristianos fieles? En Revelación 14:1 leemos estas palabras del apóstol Juan: “Vi, y, ¡miren!, el Cordero [Jesucristo] de pie
sobre el monte Sión, y con él ciento cuarenta y cuatro mil que tienen escritos en sus frentes el nombre de él y el nombre de su
Padre”.
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A estos 144.000 cristianos —entre quienes están los apóstoles fieles de Jesús—, Dios los resucita para que vivan en el cielo.
¿Cuándo ocurre esta resurrección? El apóstol Pablo escribió que sería durante un período de tiempo conocido como la presencia
de Cristo (1 Corintios 15:23). Ahora estamos viviendo en ese período, como veremos en el capítulo 9. En nuestros días quedan ya
pocos de los 144.000. Cuando mueran, resucitarán al instante para vivir en el cielo (1 Corintios 15:51-55). Sin embargo, la
esperanza para la inmensa mayoría de la humanidad es resucitar en el futuro en una Tierra convertida en un paraíso.

25. ¿Qué aprenderemos en el próximo capítulo?


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Usted puede estar totalmente seguro de que Jehová derrotará a la muerte, nuestra enemiga, y acabará con ella para siempre
(Isaías 25:8). Pero quizá se pregunte: “¿Qué harán en el cielo quienes resuciten allí?”. Pues bien, formarán parte de un
maravilloso Reino celestial. En el próximo capítulo aprenderemos más detalles sobre ese gobierno.
LO QUE LA BIBLIA ENSEÑA
 Los relatos bíblicos de resurrecciones nos dan una esperanza segura (Juan 11:39-44).
 Jehová tiene el intenso deseo de resucitar a los muertos (Job 14:13-15).
 Dios resucitará a todos los que están en la sepultura colectiva de toda la humanidad (Juan 5:28, 29).
10 RAZONES DE POR QUÉ LA RESURRECCIÓN DE CRISTO ES IMPORTANTE

La Pascua es un día festivo de los cristianos que celebra la muerte y resurrección de Jesucristo. Así como el Viernes Santo
recuerda la crucifixión y muerte de Nuestro Señor, el Domingo de Pascua celebra su resurrección. ¿Por qué los cristianos han
celebrado la resurrección de Cristo a través de la historia? ¿Qué importancia tiene su resurrección en la vida cristiana? Aquí
ofrezco 10 razones.

1. La resurrección de Cristo Jesús significa que somos justificados ante Dios. ”...que cual fue entregado por
nuestras transgresiones, y resucitado para nuestra justificación”, Romanos 4:25. Por causa de nuestros pecados, la humanidad
está separada de Dios y es incapaz de tener una relación con Él (Ro. 6:28; Is. 59:2). Las Escrituras dicen que “éramos por
naturaleza hijos de ira” (Ef. 2:3), porque hemos quebrantado la ley de Dios. Y por causa de su justicia, Dios tiene que derramar su
ira a los que quebrantan su ley.

Si no tuviéramos un salvador que nos rescatara de esta situación, no pudiéramos alcanzar la oportunidad de tener una relación con
Dios como Él quiere. Justificación significa “prueba de la justicia de alguien”. Cuando Jesús murió en la cruz, Él tomó nuestro
castigo para que pudiéramos ser justificados delante del Padre. La resurrección confirma que Dios aceptó el sacrificio de Cristo
por nuestros pecados y nos da acceso a una relación con Él.

2. La resurrección de Cristo Jesús demuestra que Él venció la muerte. La muerte es el enemigo de la humanidad y el
castigo justo por los pecados de cada uno de nosotros (Ro. 6:23). El índice de mortalidad siempre será 100%. Ningún monto de
esfuerzo, poder, o riquezas podrá ayudarnos a escapar del alcance de la muerte. Ahora, Cristo resucitó porque la muerte no podía
retenerlo. No tenemos que temer al castigo que viene después de la muerte: ”’¿Donde esta, oh muerte, tu victoria? ¿Donde, oh
sepulcro, tu aguijon?’ El aguijón de la muerte es el pecado, y el poder del pecado es la ley; pero a Dios gracias, que nos da la
victoria por medio de nuestro Señor Jesucristo”, 1 Corintios 15:55-57.
3. La resurrección de Cristo Jesús significa que los creyentes están unidos con Cristo (2 Co. 4:14). Cuando
creemos en Cristo, somos unidos con Él por la fe. La unión con Cristo significa que cuando Dios nos mira, Él no ve nuestra
pecaminosidad, sino la justicia de Cristo. Significa que hemos muerto con Él y vivimos con Él ( Ro. 6:8). Esta unión solo es
posible a través de la resurrección de Cristo. Es semejante a cuando una pareja se ha unido en matrimonio, que las cosas de un
esposo pertenecen a su esposa. Los cristianos reciben la justicia de Cristo por medio de su unión con Él (1 Co. 1:30).
4. La resurrección de Cristo Jesús confirma la verdad de las Escrituras. Isaías 53 y el Salmo 16 son algunos de las
profecías del Antiguo Testamento cuyo cumplimiento testifica de la vida resucitada de Cristo:
“Pero quiso el Señor quebrantarlo, sometiéndolo a padecimiento. Cuando Él se entregue a sí mismo como ofrenda de
expiación, verá a Su descendencia, prolongará Sus días, y la voluntad del Señor en Su mano prosperará. Debido a la angustia
de Su alma, Él lo verá y quedará satisfecho. Por Su conocimiento, el Justo, Mi Siervo, justificará a muchos, y cargará las
iniquidades de ellos. Por tanto, Yo Le daré parte con los grandes y con los fuertes repartirá despojos, porque derramó Su alma
hasta la muerte y con los transgresores fue contado; llevó el pecado de muchos, e intercedió por los transgresores”, Isaías
53:10-12.

“Porque Tú no abandonarás mi alma en el Seol, Ni permitirás que tu santo sufra corrupción. Me darás a conocer la senda de
la vida; En Tu presencia hay plenitud de gozo; En Tu diestra hay deleites para siempre”, Salmos 16:10-11.

5. La resurrección de Cristo Jesús prueba que el evangelio es verdadero (1 Co. 15:1-4). El hecho que Jesús vive
hoy significa que Él es poderoso para salvar hoy. Este fue el argumento de Pablo en 1 Corintios 15, donde él defiende la verdad de
la resurrección dando una explicación que el evangelio cristiano depende en ella: ”...y si Cristo no ha resucitado, vana es
entonces nuestra predicación, y vana también la fe de ustedes… y si Cristo no ha resucitado, la fe de ustedes es falsa; todavía
están en sus pecados. Entonces también los que han dormido (han muerto) en Cristo están perdidos. Si hemos esperado en Cristo
para esta vida solamente, somos, de todos los hombres, los más dignos de lástima”, 1 Corintios 15:14, 17-19.

Pablo explica que la resurrección no es solo una parte fundamental del evangelio, sino que es el pegamento que sostiene cada
parte del evangelio. Sin la resurrección, los cristianos creerían en vano y no tendrían esperanza. Pero Cristo ha resucitado y ahora
tenemos la esperanza del perdón de nuestros pecados, el derecho de estar bien delante de Dios, y la vida eterna por medio de
Cristo.

6. La resurrección de Cristo Jesús prueba que Él es el Hijo de Dios. ”[Jesucristo] fue declarado Hijo de Dios con un
acto de poder, conforme al Espíritu de santidad, por (como resultado de) la resurrección de entre los muertos…”, Romanos 1:4.
Si Jesús hubiera muerto y quedara muerto, Él habría sido como los millones que venían antes de Él, y como los millones que
vendrían después. Pero no sucedió así. Su resurrección prueba que Él es alguien único en la historia del mundo: el Hijo de Dios.
7. La resurrección de Cristo Jesús significa que Dios derramará el Espíritu Santo en los corazones de los que
creen. Después de la resurrección y ascensión de Cristo, Él mandó el prometido Espíritu Santo para continuar su trabajo en esta
tierra. El ministerio terrenal de Cristo continua hoy a través de su gente, en quienes mora el Espíritu Santo. Cristo ayudará a su
pueblo por el Espíritu, dándoles fuerzas, convicción y la guía para vivir una vida que agrada a Dios. “Así que, exaltado a la
diestra de Dios, y habiendo recibido del Padre la promesa del Espíritu Santo, ha derramado esto que ustedes ven y oyen”, Hechos
2:33.
8. La resurrección de Cristo Jesús nos da una esperanza viva. Los cristianos tenemos una esperanza tremenda porque
nuestros pecados han sido borrados y somos justificados delante de Dios. Hemos pasados de ser enemigos de Dios a hijos
perdonados por Dios con una herencia eterna que nadie puede quitar. ¡No hay una noticia mejor! “Bendito sea el Dios y Padre de
nuestro Señor Jesucristo, quien según Su gran misericordia, nos ha hecho nacer de nuevo a una esperanza viva, mediante la
resurrección de Jesucristo de entre los muertos, para obtener una herencia incorruptible, inmaculada, y que no se marchitará,
reservada en los cielos para ustedes…”, 1 Pedro 1:3-4.
9. La resurrección de Cristo Jesús significa que resucitaremos al igual que Él. Cristo es las primicias de la
resurrección de la muerte, y su resurrección es el precursor a la resurrección que todos los creyentes experimentarán (1 Co. 15:20).
Los cristianos disfrutarán la vida resucitada igual que Cristo, con cuerpos glorificados (1 Co. 15:42-44). En esta vida sufrimos
dolores y enfermedades, pero en la vida venidera no sufriremos, sino que disfrutaremos los cuerpos perfectos que ahora
anhelamos desesperadamente. Esta implicación de la resurrección se ata con la ultima:
10. La resurrección de Cristo Jesús significa que Él juzgará al mundo con justicia.

“Por tanto, habiendo pasado por alto los tiempos de ignorancia, Dios declara ahora a todos los hombres, en todas partes, que se
arrepientan. Porque Él ha establecido un día en el cual juzgará al mundo en justicia, por medio de un Hombre a quien Él ha
designado, habiendo presentado pruebas a todos los hombres cuando Lo resucitó de entre los muertos”, Hechos 17:30-31.

Un día, todas las personas del mundo serán juzgadas por las cosas que han hecho. Los que no creen serán responsables de su
desobediencia contra Dios, enfrentando la condenación de Dios y siendo enviados al infierno. Los creyentes serán responsables
delante de Dios por las cosas que han hecho y serán recompensados en los cielos según sus obras como creyentes.

La señal que Dios nos dio para confirmar su juicio fue la resurrección de Cristo Jesús de los muertos. Si usted no cree en el Señor
Jesucristo, este juicio debe de causarle un temor profundo. Usted se enfrentará a la ira de Dios y sufrirá una eternidad en el
infierno; recibiendo el castigo que merece por su pecados. Pero este juicio no tiene que ser algo temible.

Hay una manera de obtener el perdón y vida eterna en Cristo: crea en el Señor Jesucristo y arrepiéntase de su pecado. Cuando
creemos en Jesús, recibimos todos los beneficios de su resurrección. Nuestra fe en Cristo es lo que nos une a Cristo y nos ayuda
recibir el perdón de nuestros pecados. Una persona continuando en la incredulidad asegura la ira de Dios para sí.
No pierda el regalo increíble que Dios nos ofrece en Cristo: ¡crea en Jesús hoy! “Jesús le contestó: ‘Yo soy la resurrección y la
vida; el que cree en Mí, aunque muera, vivirá, y todo el que vive y cree en Mí, no morirá jamás. ¿Crees esto?’” , Juan 11:25-
26.

¿ESTADO INTERMEDIO O RESURRECCIÓN EN LA HORA DE LA MUERTE? Un sondeo reciente, promovido


en Italia por 300 psicólogos, ha puesto de relieve un dato, por otra parte ya conocido: la inmensa mayoría de los
entrevistados (96%) tiene miedo de envejecer y de morir. La respuesta hubiera sido aproximadamente la misma en
cualquier país. ¿Cómo podemos vencer este temor, este recelo angustiante? ¿Existe una respuesta, segura y cierta, a
esta pregunta interpeladora sobre la vida y la muerte? Y si existe, ¿quién nos la puede dar? En la Biblia encontramos
esa respuesta, sin excepción posible. La respuesta es ésta: Jesús de Nazaret, crucificado, muerto y sepultado bajo el
poder de Poncio Pilato, resucitó, según las Escrituras, al «tercer día». De este modo, Jesús desvelaba el misterioso
destino del ser humano. Jesucristo resucitado: he ahí la respuesta, real y verdadera, al problema de la muerte y de la
inmortalidad. Pero queda una dificultad. «Los muertos permanecen en su tumba, los vivos siguen muriendo y la
resurrección prometida se aplaza indefinidamente» (P. Benoit). Entonces, ¿cómo y cuándo ocurre nuestra
resurrección? Esta pregunta, que inquietaba ya a las primeras comunidades cristianas, sigue en pie. También nosotros,
como el apóstol Pablo, «suspiramos abrumados, porque no querríamos desvestirnos, sino revestirnos, de modo que lo
mortal fuese absorbido por la vida» (2 Co 5, 4).
¿Resucitados o a la espera de la resurrección? Es evidente que si la resurrección de los muertos se desplaza hasta el
momento de la parusía, habrá que admitir un tiempo de espera, un estado intermedio en el que las almas,
necesariamente, tendrían que vivir sin el cuerpo. ¿Es posible que el alma pueda sobrevivir separada del cuerpo, sin
menoscabo de la integridad personal? ¿Cómo se explica que el alma, después de haber convivido con el cuerpo y
colaborado con él, tenga que sufrir un castigo o recibir un premio, por separado? Trataremos de responder a estas
cuestiones apelando, ante todo, a la autoridad de Santo Tomás. La primera verdad que se desprende de la doctrina del
Aquinate a este respecto es la de la integridad de la persona humana. Hablando de la existencia de Jesús durante los
tres días

*El Aguijon De Pablo *El Eden ¿Enigma o Mala Interpretacion?


* LA MUERTE Y EL ESTADO INTERMEDIO -______¿Por qué mueren los creyentes?
1. La muerte no es castigo para los creyentes.
Castigo es retribución merecida por el pecado cometido. El pecado trae culpa, pena o castigo eterno y consecuencias o
penas temporales. Cuando aceptamos a Cristo como nuestro salvador, nacemos de nuevo y no tenemos que pagar
ningún pecado pasado. Ya no tenemos la culpa por los pecados cometidos, también somos libertados de la pena eterna
o castigo de muerte eterna, pero todavía continua la pena temporal que arrastra nuestra naturaleza humana.
2. La muerte es el resultado de vivir en un mundo caído. Dios en su sabiduría ha escogido no quitar todo el mal del
mundo de inmediato, sino esperar hasta el juicio final y el establecimiento del reino en la nueva tierra. Todavía
vivimos en un mundo caído y nuestra experiencia de la salvación todavía es incompleta. El último aspecto del mundo
caído que será quitado será la muerte (1a Corintios 15,24-26. 54-55).
Aunque la muerte no nos viene como pena por nuestros pecados individuales puestos que estos han sido perdonados,
sí nos viene como resultado o consecuencia de la naturaleza de portamos, de vivir en un mundo caído, en donde los
efectos del pecado no han sido quitados. Relacionados con la experiencia de la muerte los creyentes tanto como los no
creyentes experimentamos el envejecimiento, enfermedades, lesiones y desastres naturales. Aunque Dios a menudo
responde a las oraciones para librar a los creyentes y no creyentes de algunos de estos efectos de la caída por un
tiempo, con todo, los creyentes a la larga experimentarán todas estas cosas en alguna medida, y, hasta que Cristo
vuelva todos envejeceremos y moriremos.
3. A veces el sufrimiento se debe a que Dios está disciplinándonos. Dios nos disciplina para nuestro bien, pero en
todo caso se nos asegura en Romanos 8,28 que Dios dispone todas las cosas para el bien de quienes lo aman, y los que
han sido llamados de acuerdo a su propósito (Hebreos 12, 6.10-11). Debemos tener pendiente que no toda disciplina
tiene el fin de corregirnos de pecados que hemos cometido; Dios también puede permitirla para fortalecemos a fin de
que podamos lograr una mayor capacidad para confiar en él, y resistir al pecado en la senda desafiante de la
obediencia (Hebreos 5,8; 2,10; Apocalipsis 2,10; Filipenses 3,10; 1,20).
4. Nuestra obediencia a Dios es más importante que preservar nuestras vidas. El objetivo del mundo de preservar
la propia vida física de uno a todo costo no es el objetivo más alto para el creyente: la obediencia a Dios y fidelidad a
él en toda circunstancia es mucho más importante (Hechos 21,3; 25,11; 20,24)
Cómo debemos ver nuestra muerte No debemos ver nuestra muerte con temor sino con gozo ante la perspectiva de
ir a estar con Cristo (1a Corintios 5,8; Filipenses 1,21-23; Apocalipsis 14,13)
Cómo ver la muerte de nuestros amigos y parientes creyentes En estos casos experimentamos genuina aflicción;
pero mezclada con gozo de que se han ido a estar con el Señor. No es malo expresar real aflicción por la pérdida de
comunión con seres queridos que han muerto, y tristeza también por el sufrimiento y adversidad que pueden haber
atravesado antes de la muerte (Hechos 8,2; Filipenses 2,27). Tampoco es malo enterrarlo con honores, arreglar su
tumba y visitarla como un recordatorio y señal de acercamiento.
Cómo ver la muerte de los no creyentes Sentimos una tristeza muy honda (Romanos 9,1-5) porque ha partido una
persona que ya no tendrá la oportunidad de acercarse a Dios. Cuando ha muerto un no creyente es errado darles a
otros, alguna indicación de que pensamos que la persona ha sido salvada. Esto simplemente sería dar información
errada y seguridad falsa, y restar la urgencia de la necesidad de que los que todavía viven confíen en Cristo.
¿Qué sucede cuando las personas mueren?
1. Los creyentes. La muerte es la separación del alma y el cuerpo. Una vez que el creyente ha muerto, aunque su
cuerpo físico queda en la tierra y es sepultado, en el momento de su muerte el alma va inmediatamente a la presencia
de Dios (2a Corintios 5,8; Filipenses 1,23; Hebreos 12,23). Cuando Cristo venga las almas de los creyentes serán
reunidas con sus cuerpos, sus cuerpos serán resucitados de los muertos y ellos vivirán en el paraíso con Cristo
eternamente. El paraíso era el lugar en la tierra donde Adán vivía antes del pecado. El paraíso estará en la nueva tierra.
2. Los no Creyentes Los no creyentes serán reservados para el juicio final. Hay quienes creen que los no creyentes
entrarán inmediatamente al castigo eterno. Pero la Biblia en enseña que entrarán al lago de fuego después del juicio
final. El problema es que se confunde infierno con el lugar de castigo final, pero son dos cosas o lugares distintos
porque la Biblia dice que el infierno mismo será lanzado al lago de fuego. De modo que el infierno es un lugar
temporal.
3. ¿Qué del purgatorio? Según la enseñanza católica romana el purgatorio es el lugar a donde van las almas de los
creyentes para ser purificadas más del pecado hasta que estén listas para ser admitidas en el cielo. Esta enseñanza tiene
su apoyo en el 2° Macabeos 12,42-45. Esto no está de acuerdo con la enseñanza bíblica de que el pecado es quitado
por la sangre de Jesucristo y el creyente ya no tiene que pagar por medio de ningún sacrificio. Pero la Escritura sí
indica un juicio por las obras del creyente después de su conversión y parece que este juicio ocurre al momento de la
muerte y antes del juicio final. Este juicio influye en el grado de beneficio o recompensa y puede estar acompañado de
ciertos sufrimientos (1a Corintios 3,15). Mateo 5,26 es visto por algunos como una parábola que enseña una condición
limitada de tiempo de castigo en el otro mundo.
4. La doctrina del sueño del alma. La doctrina del sueño del alma es incorrecta. Esta doctrina enseña que cuando
los creyentes mueren van a un estado de existencia inconsciente, y que lo próximo de lo que estarán conscientes será
cuando Cristo vuelva y los resucite a la vida eterna. Esta doctrina ha sido enseñada ocasionalmente por diferentes
individuos en la historia de la iglesia. El respaldo para esta doctrina del sueño del alma generalmente se lo ha hallado
en el hecho de que la Biblia varias veces habla del estado de la muerte como "sueño" o "dormir". Todavía más, ciertos
pasajes parecen enseñar que los muertos no tienen una existencia consciente. Pero cuando la Escrituras representan a
la muerte como un sueño simplemente es una expresión metafórica usada para indicar que la muerte es solo temporal
para los creyentes, tal como el sueño es temporal. Esto se ve claramente por ejemplo, cuando Jesús les dice a sus
discípulos en cuanto a la muerte de Lázaro "nuestro amigo Lázaro duerme, pero voy a despertarlo (Juan 11,11).
Luego Juan explica: "Jesús les hablaba de la muerte de Lázaro, pero sus discípulos pensaron que se refería al sueño
natural. Por eso les dijo claramente "Lázaro ha muerto" (Juan 11,12-13).
Cuando en la Escritura se dice que los muertos no alaban a Dios, o que cesan de toda actividad, se debe entender
desde la perspectiva de la vida en este mundo. Debajo del sol, como dice Salomón. En Hebreos 12,1 dice que estamos
rodeados de una multitud de grandes testigos, justo después de un capítulo entero dedicado a la consideración de la fe
de los santos del antiguo pueblo hebreo que habían muerto (Hebreos 11). Esto sugiere que los que han muerto y han
ido por delante tienen alguna consciencia de lo que está sucediendo en la tierra. La Biblia dice muy poco en cuanto a
esto, probablemente porque no quiere que hablemos de los que han muerto o que les oremos, o que hagamos contacto
con ellos de alguna manera. Sin embargo Hebreos 12,1-2 nos da un ligero indicio, probablemente como un estímulo
para que continuemos siendo fieles a Dios como lo fueron los que han muerto e ido al lugar de reposo antes que
nosotros. De modo similar, al fin de Hebreos 12 el autor nos dice que cuando adoramos entramos a la presencia de
Dios en el cielo, a la compañía de muchos millares de ángeles, a la congregación de los primogénitos que están
inscritos en los cielos, a Dios el juez de todos, a los espíritus de los justos hechos perfectos (Hebreos 12, 22-24).
Apocalipsis 6,9-11 y 7,9 también claramente muestran que las armas o espíritus de los que han muerto y han ido al
cielo están morando y alabando, porque claman en alta voz... Y se les pide... Estos pasajes niegan la doctrina del sueño
del alma, porque indican claramente que las almas de los creyentes experimentan comunión consciente con Dios en el
cielo de inmediato después de la muerte.
5. Los creyentes del antiguo Israel no entraron de inmediato al morir a la presencia de Dios.
Es una aseveración correctamente fundamentada pensar que antes de la resurrección de Cristo no hubo regeneración.
Los antiguos esperaban la promesa en Cristo, por lo que los creyentes del antiguo Israel no debieron entrar
inmediatamente al cielo (entiéndase al lugar de espera delante de la presencia del Señor) al momento de la muerte.
Glorificación. -La esperanza del cristiano es la gloria escatológica (Romanos 5,2). En este estado futuro tendrá un
cuerpo nuevo moldeado en conformidad con el cuerpo glorificado de Cristo (Filipenses 3,21, un instrumento superior
a aquel con que actualmente está dotado (1a Corintios 15,43). Glorificación significa la llegada a la meta en el
propósito eterno de Dios e involucra la consumación de la redención lograda y asegurada por la obra vicaria de Cristo.
La aplicación de la obra redentora de Cristo a nosotros no estará completa sino cuando nuestros cuerpos estén libres
por completo de los efectos del pecado y llevados a ese estado de perfección para el cual Dios los creó ( Romanos
8,17.
23-24. 30; 1a Corintios 15,54-55).
La glorificación es el paso final en la aplicación de la redención. Tendrá lugar cuando Cristo vuelva y resucite los
cuerpos de todos los creyentes de todos los tiempos, y los vuelva a unir con sus almas, y cambie los cuerpos de todos
los creyentes que estén vivos, dándoles a todos los creyentes al mismo tiempo cuerpos perfectos de resurrección como
el suyo propio (1a Corintios 15,51-52; 1a Tesalonicenses 4,4.16; Romanos 8,11; 2a Corintios 5,1-7).
La doctrina en el antiguo Israel Los creyentes del antiguo Israel no tuvieron tanto detalle en cuanto a la naturaleza
de la resurrección, con todo había ciertamente, una expectativa de un futuro día de resurrección corporal (Juan 11,23-
24; Hechos 24,15; Hebreos 11,9. 13-16; Job 19,25-26; Salmo 49,15; 73,24-25; Proverbios 23,13-14; Isaías 26,19;
Daniel 12,2; Ezequiel 37,1-14).
Nuestros cuerpos de resurrección ¿Seremos Espíritus? No se gastarán, ni envejecerán, ni estarán sujetos a ningún
tipo de enfermedad, pero tendrán todas las características de un ser humano. En estos cuerpos de resurrección
claramente veremos la humanidad como Dios propuso que fueran. Nuestros cuerpos también serán resucitado en
poder, les será dada plenitud de fuerza y poder; la fuerza que Dios quería que los seres humanos tuvieran en sus
cuerpos cuando los creó (1a Corintios 15,42-44.49). Pablo dice que el cuerpo será resucitado como "cuerpo
espiritual". En las epístolas paulinas la palabra espiritual más que no físico ser refiere a consistente con el carácter y
actividad del Espíritu Santo. Pablo dice "ustedes que son espirituales" en Calatas 6,1. (ver Romanos 1,11; 7,14; 1a
Corintios 2,13. 15; 3,1; 14,37; Efesios 5,19). Cuando en 1a Corintios 15,44 se dice que se siembra un cuerpo material
y resucita un cuerpo espiritual, lo que se da a entender es que se siembra un cuerpo natural sujeto a las características
y deseos de esta edad, y gobernado por su propia voluntad pecadora, pero es resucitado un cuerpo espiritual,
completamente sujeto a la voluntad del Espíritu Santo y que responda a la dirección del Espíritu Santo. Tal cuerpo es
un cuerpo físico resucitado al grado de perfección que originalmente Dios propuso.
Jesús demostró a los discípulos que él tenía un cuerpo físico que podía ser tocado, que tenía carne y huesos (Lucas
24,39), y que podía comer alimentos. El cuerpo de Jesús es nuestro modelo, era claramente un cuerpo físico que había
sido hecho perfecto.
Varios pasajes indican que habrá una continuidad entre nuestros cuerpos presentes terrenales y nuestros cuerpos
futuros de resurrección (Romanos 8,11; Filipenses 3,21; 1a Corintios 15,37-38. 42-44; 1a Corintios 15,51-53). El
propio cuerpo de Cristo fue similar los suficiente en su apariencia para que los discípulos supieran quien era más bien
rápidamente. Después de su resurrección, Jesús habría restaurado a la fuerza y juventud plena y perfecta en su
apariencia.
La creación será Renovada Romanos 8,19. 22-23 nos enseña que esta creación será renovada. No habrá más cardos
ni espinos, no más inundaciones ni sequias, no más desiertos o selvas inhabitables, no más terremotos o huracanes, no
más serpientes venenosas, ni avispas que piquen, ni hongos que maten. Será una tierra productiva, una tierra que
florecerá y producirá alimento abundante para nuestro disfrute.
Los no Creyentes también serán resucitados de los muertos para enfrentar el juicio final (Juan 5, 29; Hechos 24, 15;
Mateo 25, 31-46; Daniel 12,2).
Si este estudio le fue de bendición, comuníquese con nosotros en (contacto) y permítanos saberlo. Que Elohin derrame
conocimiento y unción sobre su vida.

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