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~
PARTE MORAL I
DEL I

EVANJELIO
ESPLlCADO POR LOS ESP[RITUS PERFECTOS.

Precedidn de un \'ocalmJario cspiritn 1 d.e una comunic:lcion


del cSJlÍIilu del señor M",iucl J"s(, Mo.quer", aJ'ZQbi.po
que rué <1e BQgotá. i "'guIJa de ,-"ri"" coruunicacionc
i uu hecho hi,lórico ,,,'piril:!.

P("DUCAOO~ Dl:llIC.!JJA .lo LOS COLOl!1lI.L'IOS

Pur la. Sociedad Espiritllita americlWa - Seccion Dogola.

B O G o T.\.
Ull'RE.·U DE G.l.lTA.:·.-lBGS.

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EL ESPIRITISMOPERFECTO,
COMPARADO CONEL ESPIRITISMOIMPERFECTO.


Sabido es en espiritismo que el mundo espiritual
está poblado por espíritus pe/tectos, que razonan
bien i de acuerdo con el axioma Dios es perfecto,
i con el principio moral de justicia i de caridad,
redactado así: haz a otro lo que quieras que
hagan contigo, i no hagas a otro lo que no quisie-
ras que hicieran contigo.
1 que ese mundo espiritual tiene tambien en su
seno, espíritus imperfectos, que enseñan cosas COD-
trarias a la pe/tercian divina, i a la lei de justicia
i de caridad.
Con tal motivo advertimos aquí al público, que
quiera ocupar e de evocaciones precaviéndose del
espiriti mo iinperfecto, inmoral e irracional, qu-e
tenga como e pÍl'itus imperfectos, aquellos que
enseñen algo contra la pC1teccion de .Dios, atri-
buyéndole inj usticia, venganza o cOfl'uptibilidad
en algo. 1 que no tenga por perfectos o santo", sino
a los e pÍrilus que en toda su enseñanza, no ense-
ñen sino doctrinas cODcordantes todas con la. per-
feccion absoluta ele Dios.
De e ta manera llegaremo algun dia a la tilll
deseada unidad de creencia", partiendo el > un 010
axioma: .Dios es perfecto, i de una . ola moral:
haz a otro lo que r¡uisic/'((s quc Mciel'an contigo i
no hagas a otro lo que no fJ.1deras quc te ha-
gan a tí.
Pero como algunos eSl)~l'itlls impc!.t:ec~os han
querido hacer creer que ellos son los ameos que

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tienen po,iblo comun'c cion oon lo /¡(ymltre.
ln(lI08, "h Q l'r ci ó <IU .1 'n\ostr ·Tno~. qu en el
e o po i.\)\o 11 '1.\\U lv:o<> hOUl.l)r !'<o lualoa U .!Ug::\ll co-
municadou cou los c'"'piritu" impcrfccto ,la pucl1cn
tener tambien i con mayor razon con los espíritus
óuuws i con Jos ].Je,fectos.
En efecto: Dios perfecto, quiere el progreso hácia
el bien, del hombre malo, pueslo qne Jo cri6 para
que gozara del bien eterno; luego le debe facilitar
lo m~dios consecuenciales con ese fin. Ahora bien:
si Dios no le facilitara a Jos hombre malos comu-
nicaciones con los espíritus buenos, careceria de
caridad, es decir que dejaria de ser perfecto; pero
como Dio no puede dejar de ser perfecto, no ca-
rece de caridau; luego si el hombre se puede
comunicar con los espíritus majos, con mayor razon
se puede comunicar con 10 bueno .
Re uelta así esa cue lion pa emos a tralar otra
para cortar los mal entendidos, provenientes de la
ai¡tbigüedad en el ignificac10 ele la palabra, defi-
niendo el sentido que el espiritismo perfecto les
da siempre a las que emplea.
,e

A.bsurdo-Todo lo que em"ueh'e conlradiccion con-


igo mi mo.
Abuso-Toda pdctica pOI" medio de la cual se in-
frinja la lei moral de justicia i de caridad.
Albedrío (libre)-Facullad de infrinjil' o no infrinjir
la moral, o ea la lei de ju ticia i de cal'idad.
A.lma- in6nimo de espíritu: el' intelijente capaz de
di. tinguir el bien moral del mal moral. El
e:-píl'itu exi,te encarnado en el hombre, o
sin cuetpo carnal en la vida de ultra-tumba.
Barbarie-::iin6nimo de libertincrje.
Bien-E" Dio perfecto i lo que procede de Dio •.
Toao bien "iene de Dio .

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-3.-
Caridad~Amar a Dios perfecto, i al pr6jimo por
Dio ...
Castigo-Escuela de dolor en que Dios pone al
hombro o a su alma, par:!. que aprenda a
enmendarse, i a aproximarse a Dios.
Civilizaoion-La prúclÍca de la moral, por medio
dE' la cual va ascendiendo el hombre a Dios.
Conciencia-Conocimiento del bien i del mal moral.
Cuerpo-Todo lo que manifiesta su presencia por
medio de una i?1pre ion cualquiera.
Culpa- inónimo de pecado, delito i crimen: in-
fraccion n la lei moral de justicia i de
caridad.
Demenoia-DepresioD de la intelijencia.
Esperanza perfeota-Nace de la fé perfecta o creen-
cia en Dios perfecto.
Esp1ritu-Sin6nimo de ánima o alma.
Equidad- inónimo de justicia: haz a otro lo que
en igual caso, quisieras que se hiciese
contigo.
Error-Todo lo que se aparta de la verdad, i la
verdad eS Dios perfecto.
Expiar-Pagar i aprender con dolor.
Expiacion-.Accion de e>"1>iar.
Fatalidad-Acontecimiento inevitable; no es ine-
vitable, sino lo ordenado por Dios, porque
Dios es infalible.
Fé-Creer que Dios no puede ser perfecto e imper-
. fecto a la vez, sino solamente que es infi-
nitamente pe~fecto en todos sus atributos.
Fluido-Todo lo que corre o puede hacer correr
por sí mi mo.
Ignaldad- inónimo de equidad i de justicia: ~az
a otro lo que quisieras que se ktCuJra
contigo. .
TInstracion-Adquisicion de datos Clentlficos para
llegar a poseor la verdnu. --·~.I-

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Incrunprensible no absurdo-Lo que sin encerrar
contradiccion en sí rnlsmo, ofrece dificul-
tades para esplicarlo ~ompletamente. El
incomprensible que no envuelve contradic-
cíon, es admisible en lo racioDal.
Intelijencia.-Facultad de distinguir el bien del
mal, o la verdad del error.
Instinto-Intelijencia en embrion.
Ira-Exaltacion del ánimo con pérdida de la razono
lnsticia-8in6nimo de equidad: haz a otro lo que en
igual caso, fjldsieras que se hiciese contigo.
Libertad-Uso de nuestras facultades arreglado a
la lei de ju ticia i de caridad. ~
Liberal-El hombre que usa de sus facultadcs arre-
ghlndose a la lei de justicia i de caridad.
Libertinaje-Abuso o mal u o de nuestras faculta-
des, infl'injiendo en la pníctica la lei de
jnsticia í de caridad.
Libertino-El hombre que usa de sus facultades
infrinjiendo la lei de justicia i de caridad.
Loclll'a-E travÍo de la intelijencia hasta perder el
libre albedrío.
Lójica de Dios-El carnlno mas corto para ir de una
verdud a otra.
Lójica de los hombres-El camino mas torcido para
buscar la verdad.
Mal-Todo lo que se aparta de Dios perfecto, por-
que todo e o hace snfdr.
Materia. imponderable-Fluido in,j ibIe que cansa
moyimiento en la materia pesada.
Materia ponderable-Todo lo que tiene pe'o.
Matrimonio-La uníon moral, intelectual i perma-
nente de un hombre i una mujer, con el
objeto de contribuir al progre o moral e
intelectual del universo por medio de la
educacion moral e intelectual de los hijos
que Dios les dé.

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Moral-El conjunto de obligaciones que impone la
lei de justicia i de caridad.
Ofensa-Todo lo que produce o puede producir
alteracion o pasibilidad en el ofendido.
Pecado-Infraccion a la lei de justicia i de caridad.
Pena-Véase castigo.
Perfecto-Lo que es completo i armonioso en su
conjunto.
Permiso de Dios-Consentimiento del Sér Supremo.
Dios no consiente sino lo que está de acuer-
do con el 6rden universal; i muchos ds-
sórdenes parciales en tiempo i en lugar,
no son sino puntos de árden en el árdeo
universal, en tiempo i en el conjunto de
los mundos vi ibIes e invisibles.
Progreso-Aproximacion contíuua a la verdad.
Prueba (la)-En que Dios pone al hombre, no
debe llamarse prneba, porque Dios no ns-
ce ita de prueba ; debe, pues, llamarse
ejercicio en que Dios pone al hombre.
Razon-Facultad interectual, por medio de la qne el
hombra se precu,'e del error pensando o
di cUlTiendo en que Dios es perfecto.
Racional-Lo que está de acuerdo con la perioo-
cion de Dios.
Uso-Toda práctica de acuerdo con la perfeccion
de Dios, i con la lei moral de justicia i de
caridad.
Venganza-Apetíto desordenado de vol,er mal
por mal.
Aunque estas palabras en otras ciencills que en
el e'piriti~mo, tengan accpcione mas o m~n08
diferente, de la que aquí le damos, DO e:s menos
cierto, que el e píriti mo no la emplea Slll~ en el
sentido aquí e pre ado, i as( evita ~a "conjusW'n ck
las ideas proveniente de la amlufluedad de ___ _
tí:rminos.

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COMUNICACION
DE UN ESPÍRITU QUE SE FIlm6 MANUEL JOSÉ :ll:OSQUERA,
ARZOBISPO DE BOGOTÁ.

l.

El espírilu de Manuel José Mosquera está pre-


sente para en eñar lo que es el romanismo, el
cristianismo i el espiritismo de una manera que no
haya exajeracion en pro ni en contra de ninguna
doctrina, sino con toda imparcialidad.
El cristiani mo lo fundó J e ucri to en el año del
mundo de 5230 de la era vulgar latina. En ese tiem-
po el hombre estaba aún envuelto en los paliales de
la idolatría pagana. Vino J e ns i predic6 una moral
que, aunque estaba escrita ya en la conciencia hu-
mana, se habia olvidado por motivo de la pasiones
que cegaban al hombre, hasta el punto en que se
apart6 mas o ménos de la lei natural, que es la
misma lei de Dios.
J esuCl'i to recibió de Dios la elevada IDÍsion de
sacudir la humanidad en su intelijencia i en su
corazon, enseñándole los deberes que ya no exis-
tian, porque ya lo habia oh'idado; i e a humanidad
no lo comprendió i ménos lo supo apreciar. Pasaron
3lgunos iglos sin que los hombres rucie en caso de
lo enseñado por J e UB j pero, en fin, lleO'ó el tiempo
en que el jérmen .que dej6 en el cora~n humano,
empez6 a produclr algo del fruto grandio o que el
evanjelio encierra, aunque en palabras empleadas en
entido figurado, el cual tomado a la letra, desfiguró
el sentido parab6liéo del mi IDO evanjelio, e traYÍúu-
dolo de su camino progre ivo Mcia el cultivo nece-
sario de la razon, única irraJiacion de la luz eterna
de Dios en el espírilu del hombre .
. _.. ~ "J .. ~

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Desviado así por el hombre el evanjelio de su
primitiva significacion, muerto así el espíritu de la
verdad que contiene, ya 110 civilizó, ya no ilustr6,
ya no ~i.rvi6 sino de obstáculo, en lugar de servi!
de ausIlro al adelanto de la hum:midad, en la adqm.
sicion de la verdad moral i de la perfeccion posible
para la hnmanitlad,
Pero, ¿ quién fué la causn de esa muerte del
jérmen que Dios habia sembrnt10 en el evanjelio
por medio de J e us? ¿ Quién?
Pesoso es confe arlo: los mismos que ee atribu·
yeron la mi ion de dirijir la conciencia de la huma·
nidad. Ellos i no otros la e traviaron i la estr3vian
todavía del sendero trazado por J esns.
La mayor parte de los papas, de los obispos, de
los clérigos i de los concilios romanos, i Wiego¡;¡,
pospu ieron el bien de la humanidad, a una jeri.
gonza que llamaron cie?,cias sagradas; i ahoga~'on
la humanidad en el plClagO de las forma, pISO·
teando con descaro el fondo relijioso i moral c1el
cristianismo,
Sí; los a cetismo romano i griego, enterraron el
fondo de la moral cri tiana eu un piélago de el'roree,
de donde solo el e piritismo puede sacarlo, por
medio de la mision que los espíritus hemos recibido
de Dios de manifestarno de diferentes maneras a
los hombres, sobre todo con demostraciones al
alcance de su razon, i en un todo conformes con
esa razono
El romanismo cometió la torpeza de prohibirle
al hombre el razonar, pues la razon hum.~)]~ ha
estado siempre en pugua contra lo, dogmas IOIute·
lijiblc. de la igle in. romani la, porque una de las
a piracione ju ta i r:lcionale' del hombre, e la de
comprender el porqué i el para qué de lo ,que le
couyicne; i en e a a~piracion obeJcce a una 1m lJUI.
ion que Dios le ha dado, para que se cnmpla a,J

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la lei del progreso humano, lei infalible, porqu& es
parte de la lei de Dios.
Toda secta, toda relijion, toda doctrula social,
moral o científica, que le exija al hombre que no
haga uso diario i continuo de su razon, es atea, i el
ateiSIDo, lo mi mo que el materiali mo, destrnye en
el hombre que lo profesa, u elemento mor:1l, único
que puede hacerle andar infaliblemente por el ca-
mino de su gravitacion natural Mcia Dios.
Es ateo, es ateísmo todo aquello que exija con-
trlldiccion en Dios; porque admitir que Dios se
arrepiente, se contradice o se cambia, es lo mismo
que creer que se equiyoc6, que es absurdo, o que
no es eterno pue to que se cambia.
Pues bien: Dios cri6 la razon humana para que el
hombre hicie e u o de ella, no para qne la guardara
sin uso, como fücultad inútil o perjudicial;
Luego si conforme :1l romani mo la cli6 i la pro-
hibió, Dios se contradijo, i clecir que Dios se
contraclice e el' aleo, porque e renegar de la
perfeccion divina, siu la cual Dios es impo ible.
No hai medio entre admitir a Dios absolutamente
perfecto o no admitirlo, pue admitirlo imperfecto,
e admitirlo para no respetarlo, pura no obedecerlo,
para burlal'"e de Él, i eso mismo hace el mate-
rialismo.
Por consi~nienle: el romani mo cuando enseña
que Dio dio i prohibió la misma facultad, es ateo
i por lo mismo inadmisible.
N o así el cristihlJismo cuando se dirije al C0ra-
zon i ordena: que 08 ameis l08 tinOS a lOi:! ot/'OSj
porque este pr~c~J~to no lo contradice la razono Ni
t..'1.IllpOCO el e.l)ll"lU~IllO cuando os enseña, que en
vuestras comunicacione , e.tai obligados a usar
de la razon, para di cernir bien la verdad del error,
pues Dio no quiere que 'enís máquinas sin actua-
lidad razonaule, para que no o dejcis embancar

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con errores morales ni científicos, por mecio de los
espíritus imperfectos, que os pueden indueir a
error. Este mundo espírita que habito, tiene entre
sus habitantes espíritus como yo, mas o ménos
buenos moralmente, mas o méno sabios científica-
mente; pues otro el'1'OI' enseñado per el romanismo,
es el ele creer que el alma al separarse de su cuer-
po, entra ipsofacto en posesion de la verdad eter-
na, feliz para las unas almas, desgraciada para
las otras,
Sepan que no es así; que las almas en estado
espírita, son tan imperfectas i tan ignorantes, como
lo eran en el instante de salir de sus cuerpos, en
el momento de la muerte.
Sepan qne lo primero que aprenden acá, es a
despreocuparoc ele los errores ele la l'elijion roma-
nista n otra a que hayan pertenecido; para eutrar
apreueliem10 aquí, la única I'elij~o,n, cierta, ante Dios,
la moral enseñada por el esplrltl~mo, 1 aprobada
por la razon humana; pues el espiritismo enseña.,
que lo inacional, es decir, lo ab urdo, no se admi-
ta por el hombre,
TI.
Sin embargo, el hombre no debe exajerar el do-
minio de la razon en materia ninguna, porque ~al­
dria de un laberinto por defecto, para entrar en otro
por exajel'3cion, i tanto uno como otro, son escO-
llos que la prudencia sabe evitar, cuidando de no
confundir lo irracional con 10 incomprensible.,
,~Jla co a es irracional i por con igl1iente mad-
Illi lble cuando para darle a~jento en el r::mgo,dc
la verdade" sea preciso admitir en eJ1:1, el ser 1 el
no ser a la Yez; pero entónce la r:tZOll humana
tiena pleno derecho de rebu~ar1e un pue. to en la
categ-ol'Ía tle las verdada , ~I[ls nO e deb,e con-
fnndir e..:to con lo il1compren ible, pues lo lDcom-

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prensible puede ser verdadero, pero en el único
caso en qne no encierre nada que sea contradic·
torio, porque 10 que se contradice se niega a sí
mismo.
Sentados estos principios, podemos ventilar muo
chas cuestiones relijiosas con la luz de la l'azon,
guia mui segura cuando no se aparta de esas re-
glas infalibles de buen criterio.
El mundo filosófico dice, i dice mui bien: que
D ios no puede dar una facultad i al mi mo tiempo
prohibir su uso; mas debian agregar que el uso no
lo prohibe, pero el abuso sí; i en eso es que consis·
te la posible pel'feccion humana, pues el dia en que
la hnm~J.Didad use de todos los dones de Dios sin
abusar de nada, ese día habrá llegado a la perfec-
cion moral, única posible en la tierra.
Este principio jeneral, es la antorcha luminosa
que debe guiar al hombre en la tierra; con él bien
manejado i bien aplicado, puede na\-egar con pero
feccion, en el mar tempestuoso de la vida. Pero
¡ cuán difícil es al hombre, no est1'3limitarse en na·
da! i por esto es que le son precisas muchas espe.
riencias para llegar un dia, a mantenerse en el equi.
librio que lo constituye en el ~lS0 sin pa~ ar al abuso.
En este sentido todo le e permitido al hombre,
pero tnmbien toda estralimitnciou le es prohibida;
los hombres discuten mncho sobre permisiou i
prohibicion, porque han carecido de una regla de
criterio de fiícil aplicacion en todos los casos prác-
ticos de la vida.
Pues bien; esa regla ya la teneis: 11sar de todo
i no abusar de Jl(ula. Aplicadla con mesma i ten·
dreis la perfeccion del yo, de e e yo tan difícil de
manejar bien, porque Sil tendencia contínua es a la
traslimitacion de él, traslimltacion que constituye el
egoismo, egoismo que viene a ser la raíz de todos
los vicios.

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-11-

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vienen de Dios, siendo la una la de usar de las fa-


cultades que Dios nos dió, i siondo la otra la de no
abusnr de ninguna de ellas en el entido que dimos
a esta palabra.
N o abllseis, no abuseis i sereis felices; pero
ngregad: A~LAD A. VUE:;TROS rRÓJUlOS CO}lO A YO-
SOTROS ID '}lOS, i sereia perfectos,
Os hnbinis figurado que mi tratado sobre reJijion
iba a el' mui largo, porque estabai. acostumbrado
al estudio de sus formas que complican inútilmente
esa cueslion. Pues bien; ya yeis que ha. sido corto,
i que me puedo despedir de YO satí fecho con
haberos aclarado que no haí mas verdadera relíjion
que la del espiritismo, enseñada por los Espíritus
perfecto , A Dios,

Bogotá, 2 de julio de 1 66:


lU..\Xi:EL JosÉ 1IoSQuERá., arzobispo de Bogotá,

....

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EL EfANJELIO ESPLIttDO
POR LOS ESPIRITUS PERFECTOS .
.....
PA.RTE MORAL.

INTRODUCCION.

Nada es mas útil ni necesario al hombre, qne el


conocer el camino que Dios le ba marcado para
llegar a él, porque aunque los materialistas niegan
que el hombre tiene una alma inmortal, no por eso
es ménos cierto que la tiene; i que esa alma debe
gozar o stú'rir en su inmortalidad, como consecuen-
cia justa de su manera de vivir con sus semejantes.
~ o nos detendremos a demostrar e te principio,
porque nosotros no escribimos para los que niegan
su alma i la ju licia de Dios.
Para ellos es preci o aguardar su desengaño,
hasta despues de la muerte de sus cuerpos; porque
hasta ent6nces no senío testigos de los hechos que
los de engañarán muí a su pesar.
. Entramo, p~~~, en materia con los espiritua~stas
1 con los e.pll'lUstas, que casi son de la mIsma
escuela, cuando ámbos son oe buena fe, i de buena
16jica.
El evanjelio que enseñó J esus contiene todas las
verdades morales que le son' indispensables al
hombre saber para andar, si quiere, por el camino

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-H- .
de la justicia í de la caridad; i si las naciones que
!e llaman cristianas lo hubieran observado, no se
habrian ocupado de consumar tantas i tantas injns-
ticias, como se reji tran en sus respectivas historias.
El no haberlo ob,;ervado, ni esas naciones, ni SUB
directores espirituales, demuestra muí evidente-
mente que, ni ellas, ni ellos, le han dado ascenso
como divinas, a las doctrinas en él contenidas;
pero sí les ha servido de pretesto para esplotar i
perseguir a los hombres que se sometían a la es-
plotacion, o que enseñaban ql1e no se sometieran
a tan vil tráfico, como es aquel ql1e se hace en nom-
bre de Dios.
Empero, la humanidad fuera del cristianismo,
ha tenido, tiene i tendrá, la misma lei moral que
dentro del cristianismo; porque e ta lei moral, es
lei moral natural, i por cOllsiguiente es divina i
universal, sin cuyos requisitos ¿ en dónde estaria la
justicia de Dios?
Si Dios hubiera revelado su leí moral a unas
naciones sí, i a otras DO; en unas épocas sí, i en
otJ:as no; habría delinquido a la justicia distribu-
tiva) protejiendo a los unos con privilejio de
los otros.
Ahora bien.
Dios no ha podido delinquir contra la justicia,
porque así dejaría de ser perfecto.
Luego; el cristianismo como lei moral, es decir,
como lei moral natural, ha sido i es conocido de to-
dos los humanos qne pueblan i han poblado el uni-
verso; pue~ aunque el nombre del Cri to, no haya
sido cODoCldo de todos los hombre , el nombre
de Ori to no e la lei moral del cri tianismo, ni el
títUlo de cristianismo es e encial para que la lei mo-
ral sea conocida en el mundo.
En efecto.
Para Dios las cuestiones doctrinales no son fala-

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-15 -
cias de palabras, como para ciertos hombres; por-
que Dios ve con el mayor desprecia, esas cuestiones
de forma que no han servido a los hombres de mala
fe, sino de escalera para hollar el fondo de las
cosas en el piélago de las falacias. l por eso, dese-
chan toda discusion l6jica sobre las ideas, para
lanzarse en el camino ilójieo, irracional de la disputa,
aprovechándose para ello, de la ambigüedad de los
términos, para aterrar a los unos, i esplotar en
mal sentido el sentimentalismo de los otros.
Podnamos agregar volúmenes enteros a lo dicho,
en demostracion histórica de lo aquí sentado j pero
preferimos guardar silencio Bobre eso, hasta mejor
ocasiono
Basta de preámbulos.

CA.PíTULO l .
.TESUS DIJO: "YO NO HE VE.N"IDO A DESTRUIR LA LE1
SUiO A CUMPLIRLA."

Esto dijo J esus, i si hubiera dicho que venia a


establecer una lei moral nueva, o diferente de la
hasta ent611ces conocida en la tierra, tendria hoí
la sana lójica contra él i contra su doctrina.
Porque la lei moral, ha debido ser conocida por
el hombre, desde que Dios bizo al hombre; porque
de lo contrario, ignorando el hombre la lei moral,
¿ por medio de cuál lei le exijia Dios la responsa-
bilidad moral de sus acto ?
El ab urdo aquí, es demasiado claro, puesto qt:e
pono a Dios en contradiccion con Dios, en materla
de justicia.
Perdonemos, pues, a esos autores q~e le han
atribuido a Dios, la I1cepcion de personas 1 ae nacio-

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- 16 -
nes discerniendo a las unas justicia, i a las otras
injusticia, puesto que a las unas les promulgaba'
su lei para, cuando la. infrinjiel'au, saucionar la
ÍDfraccion con la pena; miéntras que segun esos
autores, Dios no promulg6 su lei.moral a otras na-
ciones, i así quedaban libres de tal lei, i de su san-
cion penal ..
J esus no dijo, pues, nada ilójico ni estraordinario,
cuando dijo que: no habia venido a abroyar la leí
sino a cumplirla.

CAPíTULO n.
lESUS DIJO: "MI REINO NO ES DE ESTE :lllJXDO."

El reino de la justicia i de la verdad, no es de un


mundo tan imperfecto como el que habita en la
tierra; pues la imperfeccion, miéntras dure su
tiránico imperio en la tierra, tirunizará a la verdad
i a la justicia, como el pueblo hebreo, tiranizó a
Jesus, colgáudolo de una cruz, porque le en euaba
las leye de la justicia i de la caridad, i le afeaba
los de~afueros que cometian sus sacerdotes, en
nombre de Dios.
La justicia i la caridad nunca han imperado en
la tierra; i e o se demue tra hLt6ricamenle. ¿ Hubo
caridad i justicia en los papas i concilios, que no
impusieron censura a los que se hacian dueños de
hombres, dándoles a esto hombres el título de
esclavo?
Un papa decretó que no debia haber esclavo,
porque el hombre no habia nacido e clavo; pero
como dejó su decreto in u respectin. sancion
penal para quien lo infrinjíera, resultó nulo su
aecreto; porque es nula toda leí, que no lleve al
fin·la sancíoD penal, para el que DO la obserrc.

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-17 -
Los reyes i emperadores, que prohibieron fa
espresion libre del pensamiento humano; ¿ no es
verdad que oprimieron a la verdad , porque le te-
nian miedo a la verdad?
Sí.
Luego no querian, ni qmsieron que imperara
con ellos i por medio de ellos la verdad.
Ahora bien: los gobiernos que quieren Ignorar
la verdad, rechazan así, la buena administracion del
Estado; i por lo mismo la justicia queda hollada,
por carencia de medios apropósito para administrar
la verdad. .
¿ Qué fué la inquisicion, sino una depresion tirá-
nica contra la verdad i la justicia?
¿ Qué han sido las leyes re trictivas de la libertad
de imprenta, de la libertad de enseñanza, i de la
libertad del u o de los libros, sino actos tiránicos
contra la verdad i In ju licia?
Por eso habló Je us la verdad cuando dijo: mi
reino no es ele este mundo, porque en J esus estaba
encarnacla la verdad i la justicia, i por consiguiente
la doctrina que él venia a recordar, era la de la
verdad i de la justicia.

CAPÍTULO rIl.
JESUS DIJO QlJE: " HABIA VARIAS ML"<SIO).>!:S .E..'\ L .\
CASA DE su PADRE."

Si todos los bombres fueran igualmente malos,


o igualmente buenos, en ju licia no debia baber
mas que uoa sola mansion preparada por Dios, pa-
ra recibirlos a todo .
Pero, como los que bayan llegado a la perfeccion
de criaturas, merecen una mansíon aparte de los
2.

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- 18-

que no han llegado a esé grado de perfeccion, es


evidentemente lójico, que esa mansion existe aparte
de las otras; i que habrá tántas mansiones allá,
cuantas categorías de imperfecciones presente la
especie humana, a la hora de la muerte; sin lo
cual, ¿ en dónde estaría la sabiduría i la justicia de
Dios?
¿ N o es cierto que en las naciones ilustradas, ya
no se ponen a todos los delincnente , de diferentes
delitos, en una misma mansion, SIDO que hai sec-
ciones para los diferentes delitos?
1 ¿ quién ser:i mas sabio i mas justo, entre Dios
i una nacion ilustrada?
La.respuesta no puede ser dudosa: Dios es mas
sabio i mas justo que las naciones mas ¡lustradas.
Luego Dio tieue varia man ione , para los va-
rios grados de imperfeccione~, que presenten los
hombres, cuyas alma se le vayan pre entando.

CAP:í'r1;LO IV.
JESUS ANUXCIÓ QUE: ":NADIE PUEDE VER EL REINO
DE DIOS, ~ I :NO :NACE DE :NUEVO."

I habló la verdad en e to ; i si DO preguntádselo


a la buena 16jica.
El hombre te~restre cuando muere, aun no ha
llegado a la completa perfeccion de criatura.
Ahora bien.
La criatura no puede entrar al estado de mere-
cer el cielo, ~i no ha llegado a e a perfecciono
Luego: ninguna criatura humana terre Ire, pue-
de ver el reino de Dios, i no nace de nuevo, para
por medio de una nueva vida, que empieza en e e
nuevo nacimiento, progresar Mcia la completa l)er-
feccioo.

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-19-
1 como ni una, ni dos, ni tres, ni cuatro &,& &,&
vidas, ~lcanzan para llegar a esa perfeccion, le es
necesano n~cer de nuevo, tantas veces, cuantas
le sean preCl as para Ilegal' a ella.
Queda así demostrado, que J esus habl6 16jica-
mente cuaudo dijo: que nadie puede ver el reino
de lJios, si no naoe de nuevo.

CAPíTULO V.
JESUS DIJO: "BIEYA VIDITURADOS LOS QUE LLORAl'
SUS PECADOS, PORQUE DE ELLOS ES EL REINO DE
LOS CIELOS."

1 dijo bien; porque para que el hombre llore


sinceramente sus infracciones a la lei de justicia i
de caridad, es preci o que e té ya muí adelantado
en el sentido moral i aun en el sentido intelectual,
para que sienta bien i comprenda mejor, cuanlo es-
tas infracciones, le ban alejado de aquello a que
naturalmente ha aspirado siempre, sin haberlo lo-
grado nunca; por no haber seguido el camino
recto, quc conduce a la felicidad inmortal, cual es
el de 103 actos repelidos i continuos de justicia i de
caridad.
Miénlras el hombre se encuentre ensimismado
fuera de la ju ticia i de la caridad, en vano hace
mil cálculos para ser feliz, para sentirse feliz, pues
no estará 8.'ltifecho miéntras no sea justo en la
prúctica, i bené\'olo, induljente i tolerante para
con sus emejante..
Por con iguiente, J e us dijo mui bien, cuando
anunci6 a la naciolle que: son bienaventurados
o felices aquellos que lloran sus pecados oon sin-
cericlacl, pue lo que ese llanto, los pone precisa-

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- 20 -
mente, en el camino de la enmienda verdadera i
práctica; i así, toman el camino de la justicia, único
camino que hai para llegar al cielo.

CAPíTULO VI.
JESUS DIJO: "EL YUGO DE DIOS ES SUA.VE 1 su
CARGA. LIJERA. ."

J esus consuela así a los hombres de buena fe, por-


que nunca les habló, sino dándoles fundadas espe-
ranzas de llegar a la felicidad inmortal, i por eso
les decia que: el yugo de .Dios es suave i su carga
liviana; porque el yugo de Dios se limita a exijir-
nos en lo moral, la pnlctica de la justicia i de la
caridad.
¿ Qué ménos podia Dios exijir de los hombres
para acordades el acompañamiento de la sociedad
pelfecta del cielo?
Que responda la sana 16jica i ella os dirá, que
no podía erijir ménos, sin que hubiese que de qui-
ciar esa e celenle sociedad de Dios i.de espiritus
jnslos i caritativos cuyo conjunto forma e e estado
cele le.
Luego J esus, al resumir toda la lei en el amor
moral i ju lo de Dios i del prójimo, con 016 a todos
los humano que lo comprendieron, porque los
apartó de e as idea de un Dio cruel i vengativo,
de que e t¡Í,n llenas toda las leyendas ascéticas,
escrita bajo la influencia del erro¡' mas craso, que
una imajinacion estraviada pueda ~nventar.

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- 21 -
CAPíTULO VII.
JESUS DIJO: "BIENA. VENTURADOS LOS POBRES D:&
EspíRITU."

Pero, examinemos qué quiso decir aquí.


Aquellos hombres que piensan que, en sus pocas
luces, hai suficientes datos para juzgar con ellas
16jica!lleqte aDios, i que se creen ricos de espíritu,
están muí léjos de conocer su indijencia intelectual,
i esos son los vanos, orgullosos i soberbios.
Sucede al reves con aquellos otros que, cono-
ciendo su indijencia intelectual, e ab tienen siem-
pre de pronunciar fhllos con sus poca luces. Estos
son los humildes, i estos cometen ménos errores i
ménos injusticias, que los orgullosos i soberbios.
Es, pues, en este sentido i no en otro, que J esus
tu,o razon cuando dijo: bienaventurados los que
conocen que son pobres de espíritu j porque ellos
evitará/~ los erl'ores de la vanidad i del orgullo.
En e ta vez, como en otras muchas, los evanje-
listas suprimiendo o intercalando palabras, hicieron
confusa la idea e presada por J esus.

CAPíTULO vrn.
-
JESUS HABL6 DIClE..'\DO: "BIESAV~"TURADOS A.QUE-
LLOS QUE TLE~RN PURO EL CORAZON."

La pureza en las acciones, es el único modo que


tenemo de proceder para no tener nunca motivos
de alTepentimiento moral; i por consiguiente, de
allí se deriva nuestra verdadera felicidad. Esto no
necesita de mas comentarios.

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- 22-

Luego J esus habló 16jioamente cuando dijo, que


son bienaventurados o felices aquellos que proceden.
sin malicia.

CAPÍlTULO L\: .
.TESUS ASEGUR6 : QUE so~ "BlE~AVE~URADOS LOS
QUE SOy M.A.:8SOS 1 PACÍFICOS."

1 nosotros lo aceptamos así como cierto para la


vida inmortal, porque la mansedumbre i pa ividad
moral, en el sentido de equidad, no ptrede t;ler sino
aprobada por Dios.
Luego J e us tuvo raZOll al prometer bienaven-
turanza inmortal, a los metnsos i pacíficos.

CAPíTULO x.
.rn~U PROMETIÓ: QUE ERÁY" BI.EX AVEXTURADOS
LOS MISERICORDIOSOS."

Es claro que J esus tu,o razon al prometer esto;


porque para ser pedecto el hombre, debe imitar en
lo posible. las perfecciones ele Dios.
Ahora bien.
Dios es mi ericordioso.
Luego el hombre que quiera vivir un día con
Dios debe practicar la misericoruia con su seme·
jante , i la mi ericordia es la caridad basada en la
justicia: querer para ellJr6jimo lo que se quiere
para 81.

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- 23-
CAPíTULO XI.
JESUS ORDEN6 IMPERATIVAMENTE CUANDO DIJO:
"AMAD Á VUESTROS PR6JIMOS eOlIO A VOSOTROS
mSMos."

Sabed mortales que de nada os vale ningun culto,


ni las variadas ceremonias que celebrais en vuestros
templos i si úntes que eso, no arrancais de vuestros
corazones e e fuego de odio que os consume unos
a otros.
IIaceis ilusoria i nula la santa relijiou que os re-
cordó el Cristo, no solo en sus discursos morales,
sino tambien con la santidad de sus ejemplos, en
las di,er as tribulaciones, molestias i calumnias
con que lo persiguie.·on los sacerdotes, el gobierno
i el pueblo de J erusalen.
Acordaos que él no enseñaba sino la sana moral
que vosotros ven erais, i que sinembargo, lo persi-
guieron como al mas grande corruptor de las
costumbres.
No olvideis ese ejemplo que os dej6 J esus sellado
con su sangre, dejándose sacrificar en una cruz por
los sacerdotes que abusaron así de la credulidad
pública, diciendo que Jesus no hacia otra cosa que
atacar la relijion de :JIoises; cuando él mismo
les declaró, como consta por medio de los evan-
jelistas, que ' no vino a abrogar esa lel sino a
cumplirla. "
Roí el Espiritismo viene anunciando lo mismo
qn~ J esu 1 lo mismo que Moi e i i declara con .el
Cnsto, que no viene a de lrnida lei moral del crlS-
tiani n;<?,.i ,"osotro estais espuestos a cometer con
el Espmll roo el mismo de afuero, que los hebreos
i sus sacerUotel\. cometieron con J esus.
r vosotros sereis mfnos disculpables que aque-

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- 24-
Hos; ,porque teneis en vuestras creencias el hecho
hist6rlCO de J esus, i sino os aprovechais de él para
ser mas cautos en vuestros juicios i en vuestros
actos con los espiritistas, tendl'eis mas responsa-
bilidad anLe Dios, que los hebreos i sus sacerdotes;
porque sabeis mas que ellos, i l:iinembal'go, pl'oce-
deis lo mismo que ellos,
i Alto, humanidad, sino quereis ('ontinllar en el
llanto i en el cI'ujir de dientes en el valle de higri-
mas que habitais! ! !
Porque si vnestras plegarias a Dios, van diriji.
das con oLlio i venganza, como las de los hebreos,
permanecereis iempre en el dolor i en la pena,
pidiendo cielo, pero sin poder entrar al cielo; pues
a esa ilichosa mansion, no entra, no ha entrado, ni
entrará, sino amor moral, beneyolencia, misericol'-
iiia, amistad, perdún al pr6jimo.
Sí; J esus dijo muchas i repetidas veces, que el
que no ame a su prójimos, sin distincion ninguna,
no es digno de Dios.
Pue biE'n: ya que el cristianismo ha divinizado
a J esns; ¿ por qué no lo imitan los que se titulan
cristianos?
Desgraciados, pues, de los cristianos, que no sean
mansos, pacíficos i tolerantes, como lo fué J esus ;
porque Je us tambien dijo, que a quien Dios da
mas tambien le exije mas.
,La sana 16jica i la sana moral, acordes cntre sí,
están de acuerdo con Jesus, para asegurar que el
que no ame a sus pr6jimos, aunque esos prójimos
sean sus enemigos; elie tal no entra al cielo llliún-
tras no cambie su odio en amor,
1 contra una lei de Dios, nadiu ¡meJe nada; pues
Dios no está obligado a infrinjir sus leyes, para
agradar al que con sus hechos malos prote ta con-
tra la sabiduría i justicia de las leyes divinas.

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- 25, -
C.APíTULO XII.
JESUS )[A~DÓ: QUE" AMElS A VUESTROS ENEMIGOS."

1 no se limit6 a dar esta 6rden de palabra; puesto


que él, que tuvo tantos i tan encarnizados enemigos,
los amó a todos de todo coraZOll, como queda his-
tóricamente demostrado, que nunca manifestó odio
contra ellos i que siempre le pidió a su Eterno
Padre el peruon para su' enem.igos.
¡ Oh cristianos! ¿ por qué teniendo la gran an-
torcha encendida, en la historia del Cristo; la qne-
reis poner uebajo del celemin, para que no alumbre
al mundo, como dc.:ia el lI1í~mo Cri to?
¿ Por qué a cada paso de intolerancia que dais
imitais en eso a los japoneses, que siempre que h~
ido llli 'joued cristianas allí, a euscIlarles la leí mo-
ral cristiana, matan a lo:> mioioneros católicos,
diciendo que estos misioneros van a corromperles
/mB doctriuas i costumures?
N o hagais como ellos, sino mas bien examinad
cuidadOoamente si la doctrina que se os viene a
enseñar hoi, es o 110, el dc. arrollo moral de la mis-
ma que os en"eñan los libros que se atribuyen a
)Ioises i a J esus; tanto mas cuanto que los hebreos,
c1,lanuo mataron al Cristo, en lugar de matar el
cri tianismo, le dieron mas motivo de desarrollo
en el mundo.

CAPíTULO xm.
JESUS ACON EJ6: QUE "TU li.\SO IZQt::IERD.\ so SEP~
LO Qt::E DA TU lI.1~O DERECHA."

Como es ma bien un vicio que una yirtud, la os-


tentaciou dt'l bien que e practica, púrq~e así no
se tiene coufianza i fe en que para .DIOS
no ~~
nada oculto, J esus hizo lójic:lmeutc bien en eXlJll"

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- 26-

que la buena obra, en su calidad de tal, no olvide


que el único verdadero apreciador de ella es Dios,
i que por consiguiente dirijirsela a los hombres, es
renuncial' al buen criterio en el asunto,
Con efecto; ¿ qué han hecho hasta ahora los
hombres respecto a la verdadera yi¡,tud?
La han hollado, la han pisoteado, cuaudo la han
tenido en su presencia; i no le ha quedado otra
recompensa que el te timonio interno de la con-
ciencia moral de la persona que la practica, pues
los hombl'es tene tres en SE calidad de malos,
siempre echan a mala parte la interpretacion in-
tencional dc las buenas acciones, De manera que
a esa interpretacion intencional no le queda en
buen sentido, en enlido de rectitud, ino Dios i
una pequeiHima minoría de la ociedad humana,
Por cim"iglliente, el hombre que se propon~a ha-
cer el bien eperando la aprobarían de la oCICdad
humana, dejaria de hacer el bien cuando el tiempo
le de engaña~c de que e yana e imposible la re-
compen a que se habia imajiuado,
Por e ta l'aZon e que Dios quiso i quiere darle
un estímulo con. tante a la yirtud prometiéndole
recompen, 3, fuera de la falacias con qne los hom-
bres la de5preci3n; i dentro de un e~ tímulo de
con tanci3, no aguardando su bienandanza, sino
del único ~ér abio i con -tante que es Dio"
Luego J esus tuvo razon cuando dijo: que" tu
mano izquierda ignore lo que da tu mano derecha,"

CAPÍTLLO An:--,
JE ÚS ORDESÓ Así: "IIO),""R.\' A TU P..l.DRE 1 Á Tt'
)[,iDRE,"

·i el hOlll bre uo e 'tuvie-e obligado por Jei mo-


ral natural, a honrar a sus padre'; e decir, a obe-

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- 27-
decerlos i a respetarlos; tendría la sociedad huma-
na que lanzarse en una anarquía, que sumeljiria al
hombre en un des6rden sin límites,
Ahora bien.
Dios para evitar el des6rden social, orden6 por
medio de J esns, i de la lei natural, que los hijos, por
gratitnd i por utilidad, estu \'Íesen sometidos ra-
cionalmente a los que les han dado el cuerJlo fí ico
i la cducacion moral e intelectual.
1 ¿ cómo podrían los padres i los maestros ad-
ministrarles e a educacion, si los bijos i educandos
no les debíe en una obediencia racional?
Luego J e us obró lújicamente cuando dijo: IzOIl-
ra a tu padre i el tu madre.

CAPÍTL"LO XV.
FC'ERA DE LA PlucrrcA DE LA Jl7 TIGrA. 1 DE L.\
CARIDAD SO IIAI SALVAtIOY,

J esos no emple6 e tas mi mas palabras, para


espresar e ta mi. roa sentencia.
Pero la. e. pl'e 6 en estas otras: toda la leí, i los
profetas, está. encerrada en (U,W¡' a Dios sobre
todas las cosas i a tu pr6jimo como a tí. mismo.
Ahora bien: ¿ qué cosa es amar a Dios? Es
amar sus atributos que sou su cualidades, pues de
otta manera: ¿ cómo fijari::uuos en él nuestro amor?
En efecto: ¿ acaso se puede amar a un Dío~
inju lo?
No.
Luego amUl' a Dio. e amar su iu, ticia, i no ama-
mos su ju ticia cuando no pracúcamos la ju ticia.
~or otr~ parte, ¿ no e, tá demo tra?o que U?3
?cledad sm bene\'olepcia, in toler:lD~la, es .decIr,
SID amor moral e impa ¡bIe en la tICrra 1 en el
cielo?

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- 28-

Luego, sin ese amor moral que se llama aquí


caridad, no hai felicidad posible, ni en el cielo ni
en la tierra.
Por consiguiente J esus tuvo razou cuando espre-
56, que amar a Dios sobre todas Zas cosas, i al
pr6jimo como a sí mismo, en eñaba toda la per-
feccion moral, nece aria para eutrar al cielo; j que
fuera de e a perfeccion, no hai salvacion, es decir,
no hai cielo.

CAPÍTULO XVI.
JE~U DIJO: QUE" EL HOMBRE XO PUEDE SERVIR A
DO,; SE_-'ORES, PORQUE _\"í DEPRECIA AL UNO o
AL OTRO."

J esus habló aquí de los dos _eñores que se yie-


nen di"putando la po esion Jel mundo moral e in-
telectual.
Esto dos ~eñores 00 la yenlau i el error con la
mentira, o en otros terminos, el amor i el interes
pecuniario.
Quien pretenda senir a la yez :1 la yerdad i al
error, a la .erJrld i la mentil-a, al alUor lUoraL i al
intere.:; peeuniario, no ilTe con O"u"lo,ino :ll error,
a la mentira, al dinero o a lo que lo repre::,ente.
En efecto: la \""erdau no reina en el mundo te-
lTe"tre, i por eo Ji jo J e 'l1S COIl mucha ruzon, que
Slt reino no es de este mllndo.
No rein:lOJo la yerda,l, no hai duda que su con-
trario el error, la m<!utira, el interc' material, do-
mina lo corazone de la mayoría Je lo' hUIlJano, ;
i por e la razon, de 'graciaJo humanamente del
hombre que q niera en~eii:ll-Ia yerdau porque e te
no sení. oiJo i ~ínle i er,í acu"aJo ('omo corruptor
ante el tribllUal del error, de la mentira, del inte-

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- 29-
res terrestre, formado por un jurado compuesto de
la gl'an mayoría de In. humanidad.
1 esto queda demostrado hist6ricamente con la
biografía de todos los hombres que, como S6crates,
J csus, Colom b i otros, han querido el bien de la
humanidad. Todos ellos han tenido que pa ar por
el crisol de la calumnia i de las penas mas amargas,
ántes de entregar su alma al Creador. 1 estos que
han querido el bien de los humanos i que han sido
por ello castigados por los hombres, son los que
han llegado mas pronto al eno de Dio.
Iiéntras que aquello qne han hecho mas males
que bienes, han sido durante su vida teITe tre mui
bien aceptados por los hombres; pcro mal recihidos
por Dios.
Por consiguiente, queda hist6ricamente demos-
trado, que J esus dijo la "erdad cuando anunci6 :
que ninguno puede a la vez servir a dos sefí.01·cs,
al mundo i a Dios, a Dios i a las riquezas; por-
que esos señore on incompatibles, como lo son el
elTor i la verdad, la maldad i la virtud.

CAPTÍULO xvn.
JESUS DIJO: "SED PERFECTOS COMO LO ES liI PADRE."

N otad bien que J esus no dijo: sed dioses como


lo es mi padre, sino sed lJel'fectos como lo es mi
padre.
1 dijo 16jicamente bien, porque el bot,llbre n<?
conoce ni comprende a Dios. 1 no. conocIendo Dl
comprendiendo a Dios, no puede DJ debe ponerse
a imitar lo que no conoce ni comprende; porque
no se puede imitar lo que se ignora, lo que no se
ha visto) ni conocido.

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- 30-
Por eso J esus dijo: sed perfectos como lo es mi
padrej e~ decir: imitad en lo que os sea dable, la
perfeccion de Dios. .
Ahora bien: Dio es perfecto, en su justicia, en
su caridad, en n tolerancia, en u benevolencia.
Luego J e us nos impnso muí bien la obligacion
de ser perfectos en jnsticia, en caridad,. en toleran-
cia, en benevolencia para con Ilue tros prójimos.

CAPíTCLO xvrn.
JE 1:" DIJO:" TODOS SOX LLA:llÁDOS A GOZAR DE
DIOS, PERO POCO VAN !R.'mO E ' COJIDOS." Muchos
son los llamados i pocos los escojidos.

Los e,anjelistas dijeron muchos, i nosotros sabe-


mos que J e' us dijo: todos son llamadosj porque si
Dios no nos llamara a todos, sino olamente a mUr
chos, cometeria la injusticia de no ¡lamarlos a todos.
Ahora bien Dios e infinitamente justo. Luego
no llama a todos. .
in embargo, como no todos e presentan a Dios
en el grado de pureza i pecl'eccion indispensables
para acordarles el mismo estado o man ion, son
poco los e'cojido cada yez para las mansiones
cele"tiale. ; porque poco on los que en la tierra
trabajan por merecer el entrar a otra mejor.
Por con. iguiente J e~ u tUlO razoo cuando dijo:
lodos son llallludos, pero pocos son lo escojidos.
Pero lo. hombre pueden hacer cambiar lo tér-
minos de e ta sentencia, trabaj:mdo todos en el
progre o moral o intelectual, para a í llegar a "el'
escojitlo todos, todos.

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- 31-
CAPíTULO XIX.
JESUS DIJO: QUE "LA ];'E TRASPORTA LAS MONTAÑAS."

Si los hombres conocieran bien los atributos de


Dios i los creyeran como verdades infalibles, ten-
drian siempre en ellos un infalible motivo de con-
fianza en Dios en todas sus tribulaciones terrestres;
porque no olvidándose de que Dios es justo, no lo
apellidarian injn to, ni a causa de las' mayores des-
gracias; sabiendo que es infaliblemente caritativo
i benholo, verian como ·u n acto de cari(bd, i de
benevolencia esas pri,'aciones i esos dolores en que
nos sumerje para nuestro bien.
1 e las son la montañas metaf6ricas de que nos
habla J esus. í; las montaiias de nuestras dolen-
cias de nuestro sinsabores; las sabríamos i las po-
dridmos llevar con resignacion i humildad, si tu-
,iéramos ulla ilimitada fe en la justicia i en la mi-
sericordia di ,'¡nas.
Así, i solamente a!\í, es como el hombre puede
sacar buen pro,eho del mal, i así cs como traspor-
ta flícilmente la montaiia del mal, para colocar en
u lugar la montaiia del bien.
En este cntido J e u tuvo razon, cuando dijo,
que la f e trasporta las montaíias.

CAPíTULO XX.
LOS ODRERO A LA UTDL\ llORA.

Aquí queremos recorJarle a todos los ho~ bres,


que calculan mui mal i engaí'ío amente! querJe~do
ganar el cielo no trabajando para ello, SIDO a últIma
hora, es decir, en la vejez, o 10 que e peor, a la ho-
ra uprema de In. rrmerte; porqllc, pasar todo el
tiempC? útil para trabajar en lo que &l hombre h~ in-

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- 32-
teresa para su vida inmortal; en no hacer oada pre-
paratorio para eso, es lo mismo que pretender con-
cluir una casa, sin haberla empezado en tiempo
oportuno; es querer el fin de una obra larga, sin
darse la pena de empezar esa obra, con la anticipa-
cion necesaria, a fin de concluirla en el tiempo que
se tenga prefijado para hacerla.
Por consiguiente, las personas que no empleen
toda su vida en mejorarse moral e intelectualmen-
te, no piensen que el tiempo perdido se recupera a
la hora de la muerte.

CAPÍTULO XXI.
JESl; LO DIJO: "IIABRA FALSOS PROFETAS" QUE
COXDUZCAN A LO S nOMBRE " POR EL CA:llINO DEL
ERROR.

1 la hi toria lo demne tra que lo ha habido. 1 si


no: ¿ qué son e_a multitud de bonzo_ i sacerdote
de la mayor parte de las reliji.one3, ~ino falsos pro-
fetas?
En efecto: ¿ cómo di tinguirémos los falsos de
los verc1adero~ profeta ?
J esw ya re pondió a esta pregnnta cuando dijo:
por los frutos los conocereis.
Ahora bien: ¿ qué buenos frntos están dando
muchísimos de los que se titulan ministros del Al-
ti imo ?
Que re ponda la historia de lo mini tros que en
nombre de Dios ~au per egnic10 a lo bombres,
ora con 13 calumma, ora con la <1ifamacióu, ora con
la escitacion al pueblo ignorante, a que consume
ase inatos i pueblada, en nombre de J esos, de J e-
811S manso, tolerante i benevolente, ha ta con l:\
mujer adúltera a quien lo hombre querían ape-
drear, i a quien Jesns despidió diciéndola, que

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- 33-

quien no hubiese pecado le tirase la primera pie-


dra. 1 con esto contuvo a los acusadores, pues
ninguno de ellos se hallaba puro i sin mancha,
para tirar la primera piedra.
Los falsos profetas en materias relijiosas, iam-
bien se reconocen en que una parte i casi el todo
de lo que enseuan contradice, mas o roímos, alguno
de los atributos de Dios.
Por ejemplo: Dios es justo, pero ellos enseñan
que es vengativo, i que Dios vengativo, prohibe
la Yenganza.
Dios es misericordioso, pero el falso profeta le
atribuye actos (Je cl'uelL1ad, i que ha exijido de lo
hombres que sean crueles con sus semejantes.
Dios es tolerante puesto que a to(Jo 110S tolera,
pero el falso profeta predica la intolerancia i aun el
esterminio de los que no le están sometidos.
A í, pues, como Dios es perfecto en to(Jos ~ns
atributos es falso el profeta que en su doctrrna
enseñe aigo q 1le contradiga, en lo mínimo, la per-
feccion de Dios .
La histol'ia demuestra que ha habido multitud
de hombres que han enseñado doctrinas atribuyén-
dole a Dios muchas imperfecciones humanas.
Luego J esus fné bnen profeta de lo futuro, puesto
que muche' e han ocupado en adultcrar su ense-
ñanza, prostituyéndola, i atribuyéndole impetfec-
ciones a Dios, de que Dios no es susceptible sin
dejar de ser Dios.

áPíTULO XXII.
n:,-;C'S DIJO: "QUE EL IIO:llllRE so SEP.\.RE á LOS
Q'C'E DIOS JI.\. O~DO.'
Pero preguntémonos primero: ¿a quiénes ha
unido Dios? Dios no ha UlÚUO a lo' qne 'e aborre-
cen, porqne eso e'hín separado' ue corazoD, i a lo
que están separados de COl'azon, Dios no lo ha
3

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unido; pues si Dios los hubiera unido no estarian
separados, porque Dios es infalible en sus actos i
si resultase separado lo que Dios habia unido, que-
rria decir que Dios se habia equivocado, i suponer
que se equivoca es infrinjir el axioma que dice:
Dios es perfecto.
Luego Dios no ha unido ni une a los que no se
aman de todo corazon.
Por con igniente: ¿ a quiénes ha unido Dios?
A los que se aman bien espiritual i moralmente.
Pues a esos tales, no hai poder humano que los
separe de su amor, porque las leyes de Dios son
infhlibles i las leyes humanas son impotentes para
contrariar la leyes aivina .
Luego J esus <lijo mui bien cuando ordenó: que
el hombi"e no separe a los que Dios ha unido.
r allí queda subentendido, que el hombre no una
a los que Dios no ha unido, es decir, a los que no
se aman.

CAPíTULO xxm.
JE'US DIJO: "PEDID I SE os DARÁ."
Pedid i se os dará, pero no todo lo que pidais,
porque el hombre es como el niño que se equi,"oca
frecuentemente en la e timacion de lo que le con-
,-iene para su felicil1ad inmortal.
1 como en la mente del hombre atra ado la feli-
cidad terre tre e d. las mas veces en oposicion con
la felicidad inmortal, pide i pide mal, porqne pide
riqueza, alud corporal, amenidade para lo: en-
tido", ignorando que esa riqueza, e 'a . alud cor-
poral: c"a - amcnillade" lo engolfan en su emuota-
miento moral que le hace de~llUidar el tmbajo del
progre 'o moral e in electnal, indispen~a ble para
lleg, r al cielo.
1 ID tarde en el t~l'mino de la vÍt1:J. corporal, el
t1c cog:üio "ione n ihurarlo i le hace compreuder

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- 35-
que todo e o que él llamaba felicidad, no fué sino
un verdadero impedimento a la vcrdadera felicidad,
a la feliciuad inmortal.
Por e ta razon es que Dios no le acuerda al hom-
bre lo que le pide en el 6rden de comodidades
terre,' tres.
Pero sí le concede iempre e infaliblemente,
todo aquello que le pida i que le sea nece,'ario en
el órden del progreso moral e intelectual.
En e le sentido J e us tuvo razon cuando dijo:
pedid i se os dar(Í, lo que o convenga moral e
intelectualmente.

CAPÍTULO XXIV.
~ cúMO DEBE ORaR EL IlOill3RE QUE QUIERE
ORaR BIE...~?
La oracion es una peticion que el alma le hace
a Dios.
Para que la oracion llegue a Dios, es nece ario
que el alma pida mentalmente a Dio, aquello que
Dio" juzgue con,eniente conceuerle a e a alma,
para que consiga u progre .. o moral e intelectual;
de mauera que si Dios cree couycniente, para que
ea alma logre e e progre 'o, que el cuerpo en que
e tá enc.'ll'llaua ufra, i a í ufra el alma tambien,
no hai duda que Dios no le concederá ,ino ese
sufrimiento, e e dolor que nece~ita el alma para
de eu!!;:ÜJ.arla de u;¡ errore~ ten'e tre i Je pren-
derla de lo que impida u encarril:1miento por el
camino <1el pro .... re o moral e i!Jt lectual.
Lo mi mo, i el alma e puede perjudic:lr moral-
mente con el 11'0 i po e ion de 1. riqueza torre -
treo Dio 110, e la Calle era. o (; la qnitar:i .i n í
le e cOllycnielltc al bien de dla.
Lo camino e Dio on freeu 11 cm nte inver-
, o ,dclmo lo el" cnten 1 r 1 humano, a í como
lo camino del bu n 1 adre de fl mili on frecu 11-

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- 36-
temente inversos de los exijidos por los niños pe- .
queños.
El niño no sabe pedir, i por eso el padre no le
concede todo lo que el niño le pide. El padro tie-
ne mas esperíeucia que el niilo; i por e. o el padre
tiene que pasar por el dolor de no ser tan condes-
• cendiente, a fin de que el niilo no venga a ser vÍcti-
ma de u propia inesperiencia, i de la irracional
comlesceJ:dencia del padre.
Así Dios no puede, sin carecer de mi ericordia,
concederle a l:l criatura todo cuanto a esta se le
antoje pedir.
Dios no le concede infaliblemente a la criatura,
sino los medio. que le sean útile a la criatura de
buena voltmtaJ, para su progreso moral e inte-
lectual.
Por consiguiente, a Dios no sc le elebe pedir na-
da determinado, sino todo indeterminado, porque
solamente Él sabe determinar con buen criterio
lo que a cada criatura le es conveniente para su
aJvacion.

CAPíTULO XXV.
EL CIELO 1 EL I~"F1ERXO.

El cielo es una roan ion in mezcla de pena inte-


lectual ni moral. Como allí no hai nada fü;ico, no
bai tampoco placeres ni peMs fí icas.
A. esa man ion,. no pu~de entrar nada imperfecto,
ni en lo mora~ ro en lo mtelectual ; porque la mas
lijera msonanc13, en lo uno o en lo otro, introduci-
ria el ue-úruen enmedio del órden, i allí empezaria
In pena, i pena e incompatible con cielo.
Los humano terrestres carecen de 10 necesario
para comprender a Dios, i por consiguiente, no pue-
den tampoco comprender en quó con iste la feliol-
dad que se disfruta acompañando a Dios.

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- 3'7 -
Por esto es que no podemos pintarles esa felici-
dad; pero sí tienen bastante discernimiento para
imajinarse con la mente un estado de plena felici-
dad, sin mezcla de ningun dolor ni pena presente
ni futura, i ese estado es el cielo.
En el cielo no hai odio, sino amor moral, amor
perfecto, amor de Dios correspondido plenamente
por Dios.
Si compren deis el amor moral perfecto, tonclreis
una idea bien aproximada de lo que es el cielo;
si no lo compl'endeis, estais mni lejos de merecer
que os amen i por consiguiente de SC1' felices.
EL I:¡"""FIER~O,

El infierno es una mansion donde reina la imper-


feccion física, si hablamos del mundo corporal; i
donde reina el error, la mentira, el odio, si habla-
mos J.el mundo moral e intelectual.
Ahora bien.
Como la leí del progreso es leí dí~a i como
toda lei divina es infalible, el infierno durará tanto
cuanto dure en retardo la imperfeccion de las almas,
para salir de e"a impel'feccion en que las retiene el
error i el odio, para llegar a la perfeccion, es decir,
a la pose, ion de la verdml i del aIDor moral.
El infierno C' pues infaliblemente temporal, pues-
to qlle todas las criatura de Dios deben in-
faliblemente progresa¡', i no pueden pro~re al'
sino saliendo ue los errore::; ¡adquiriendo ,-erda·
des, de "prendiénllo "e J.el odio i lIe"aut!o al amor
perfecto. .'"
Si. el infierno fnera eterno para algnnrls criaturas,
la lel del pl'ogre 'o no ~eria infalible, puesto que
para las almas que se hubieran qnechdo eterna-
mente entref;ada al Ill1ll i a In. pella; no habl'ia
habillo progreso.
Pero como Dio:, nos ha re\-elado que nadie esw

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- 88-

esceptuado de la benéfica accion de la lei del pro-


greso, nadie se queda sin progresar. .
Luego nadie se queda en ese estado de imper-
feccion que llaman infierno.
Hemos concluido esta obrita para que se publi-
que por la imprenta, cuando se presente la ocasion
oportuna.
Así lo quiere Dios i así lo exijimos nosotros los
espíritus que acompañamos al Altí imo.
FL.'l DEL EVAXJELIO ESPLICADO POR LOS EspiRITUS.

LUGAR DE PENA ETERNA,


NO ES IGUAL A ETERNIDAD DE PENA.

COMU~lCACIO:N SOJffiE ESTE Pu:'\TO.

Procurad, por todos los medios que estén a vues-


tro alcance, combatir la idea de ]30 eternidad del
castigo, pensamiento blasfematorio contra la jus-
ticia i la bondad de Dio~ , fucnte fecunda de incre-
dulidad i de matcf'ialismo, que ha invadido las
jentes desde que su intelijencia ha principiado a
desarrollarse; porque su razon l'echaza ese pensa-
miento, i manda al mismo o tracismo doctrinal, no
solamente a esa idea, sino tambien al Dios a quien
se la atribuyen.
De allí vienen los innumerables males morales,
que en materia de doctrina enferman el cuerpo
social.
Pero la mision que aquí os señalamos, es tanto
mas fácil, cuanto que J::¡s autoridades doctrinales
en las cuales se pretende apoyar la doctrina de la
eternidad de las p enas, han evitU(lo todas el pro-
nunciarse (1.firma~ivamente a e te re pecto, pues
ni los concilios Dl los antos Padres han resuelto
esta gr:n'e cue tion.
Si segun lo mismos eva11)elistas, tomando lite-
ralmente las palabras emblemáticas de J esu_, ame·

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..... 39 -
naz6 a los culpables con el fuego eterno, esto no
quiere decir que 108 condenaba a pe:rmanecer al[¡
eternamente. (Firmado.)-LAMENNAIs.

iQUE ES LA MUERTE'
COMUNICACION DE UN EspíRITU SOBRE ESTE P UNTO.
El prodijio de esa gran partida celeste que lla-
mais muerte, está en que los que se van no se alejan:
se hallan en el mundo de la claridad, pero asisten
como testigos en vuestro mundo de tinieblas
intelectuales.
EJxisten en el cielo i cerca de vosotros. Oh!
quienquiera que seais que bayais visto desvanecerse
en la tumba un sér qUQrido, no os creais aban-
donado por él; porque ese sér está siempre a
vuestro lado.
La belleza de la muerte está en la presencia del
espíritu, es decir, de la parte intelijente i noble del
hombre; presencia misteriosa de las almas aman-
tes i amadas, sonriendo a vuestros ojos inundados
en llanto.
El sér llorado ha dejado de ser visible a ,uestros
ojos, pero no ha partido. Y a no veis su ameno
rostro pero eslais junto a él, porque los muertos
son invisibles pero no están ausentes.
Haced ju ticia a la muerte. No seais injustos con
ella, creyéndola una completa destruccion, un mal,
porque es un error pensar que en la oscuridad de
la abierta fosa todo se acaba, todo se pierde. No
es así; porque allí no entra sino la envoltura
del alma.
La tumba es un lugar de restitucion, porque en
ella vuel ve a tomar el alma su habitacion del espar
cío infinito, i así recupera el pleno de su libertad,
i recobra nuevamen te la posesion de toda su mis-
teriosa naturaleza, deslizándose del cuerpo en

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- 40-
donde por necesidad estaba sujeta a la fatalidad
del peso que lo abruma.
La muerte es, pues, la mas grande de las liber-
tades, i es t.ambien el mayor ele los progresos;
porque ella es la ascension a grado superior de
todo lo que ha vivido encarnado. i Ascension ma-
ravillosa, sagrada! porque así todo se trasfigura
en luz i por la luz. Cada uno hace su adelanto:
quien ha ido bueno en la tierra, pa<:3 a ser santo;
quien era escelente, asciende a adillirabie; quien
fué admirable, se trasforma en sublime, i el subli-
me se convierte en ánjel ! !
(No bai firma.)

COMUNICACION
DICTADA POR CY ESPÍRITU QCE SE LLAMÓ ÉL :mS:110
CON" EL MUr RESPETABLE XOMBRE DE JESes.
P\.:ro ántes de ella debemos advertir aquí que el
ellor AlIan Kardec, ha publicado ya otra mui aná-
ZOfla, en su Livre des mediulíw, impre o en París,
pijA/3, númcro XII. cuya lectura recomenuamos
mucho al lector, lo mismo que la o!Jse¡-¡xLCion pues-
ta allí al pié en la que e hí dicho, que" e."a comuni·
,. cacion obtenida por uno de lo' l/ujore.3 mediums
l. de la sociedad esptl'ita de P:uis, está firmada con

l . un nombre que el respeto no no;; permito re pro-

"dncir, sino bajo mucha pr1Ulem:la) por el insigne


"favoi" de.SIl autenticidad. E te nombre eC' el de
"JesllS de ~Yazat'et/¡, pero nosotros no po(le,TWs
" dudar que pueda manifestarse," para d "bien de
la /nwlwLidad.
Por otm parte, un espiriti~t:'l colombi:mo ha he-
cho el siguiente raciocinio: "el C'píritu 'plC razona
" de acucrJo con la perfeccion de Dios i con la leí
"de justicia i de caridad, e perfecto. Ahora bien:
"el espíritu que e ha lla1iwtlo Je._'us. ha razo-
"nado a 'í en sus citadas comunicacíoue ; luego e.q

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- 41-
"pel'fecto, i por consiguiente no miente cuando ha
., dicbo : que es el mismo Je.~us Mjo de María."
L eeu pues su citada comnnieaeion en Oolombia,
i juzgad. Ella dice al:iÍ :
VEXGO, como en otro tiempo vine ante la nacion
hebrea u renovar mi enseITanza de eutónees, por-
que los hombres la ban e "traviaclo del sendero de
la nrdacl que yo le tl'~leé.
VE:'IGO, porque muchos enseñan en }/~i nombre,
que Dios es pe/fecto e il/lpei:fecto lt lct vez, discul-
pándoile con el uso del kllflllaje met(1fórico, que
los ha espnesto a sel' llwl entendidos, en los 19 si-
glos trascurridos despaes de mi c¡'uciji.ciotl, por
haber emprenuido yo el reino de la verdad en la
tieua,
VEXGOj a ol'llenarle al hombre, en nombre de mi
Pudre qne e~ Dio;!, que 110 u 'e \ll~'i en su enseñanza
mOl'al de ese longllaje lI1l'tafórico que, e ha prestado
al absw'do de atribuirle a Dio", perfeecion e imper-
¡eocion a la vez.
1 "EXGO tamhien a enseITarle al hombre que Dios
no quiere mas Jirofttas ni apústoles que mono-
poliz:l.U la en:leiianza; }lues mi etern.o P:1(ll'e ha
resuelto que mleerlos i t'iV08 se ayw7.ell recíp¡'oca-
mente en la enseüanza del camino progresivo htícia
Él. Los muertos segnn la carne, comunican a los
vivos cglln la cal'l,e, ciertas ~'eI'tZ/((lcs que de_pier-
tan en esos yi\'os la idea de la inllwrtalidad del
alma i a~í el' í destruido el mut-:-l'Ílilismo de la
mente hllm:llla.
P ero en eS:H <'olfull/ica 'iones de ultl'atUIltOa, Dios
permite la 11¿eze!a do la buena eOIl la mala doctrin3,
porque mi Padre 1m,;p .l'.\. TA:\T(¡ el libre alb..,dl'ío
de I()$ -;ércs c'piritn!11c' lIamatlos l1lmu$ o c"J.'~I'i(us
'como el uc lo' mi:mos ,él'e: el/l:ar!lados en lrl t.~­
pecie hwn'CJw, que no q lIiere di"lIIimúrles en nuda
el uso de e"e libre albcdr'o. Mas lo toca allwmld

®Biblioteca Nacional de Colombia


- 42 -
qne quiera ser ?'acional el bacer buen uso de su
líb¡'e albedrío, no aceptando como 'verdadera nin-
guna doctrina que aunque venga del mundo espi-
ritual, e té en desacuel'do en lo teolójico con la
perfeccion de D ios i en lo moral, con la leí divina
del haz con el t¡( lo que ... quieras para el yo, ino
hagas contm el tú lo que no quieras contra el yo.
VENGO tambien a declarm', en nombre de mi
eterno Padre, qne el espiritismo e cie/'to, porque
hoi es la voluntad de Dios, que sus apóstoles i
profetas no sean los que viven corporalmente en la
tierra, sino los eS}Jll'itus perfectos que rodean a
Dio~; porque un ciego que vive en la tierra, no
puede guia¡' a otro ciego, porque úmbos caerán en
el abismo.
Pero adnerto tumbieu, que entre e'3S almas
que se comunic:m hoí con lo. hombres bai muchas
cuya ~'m}Jerfeccion moral e intelectual es mui gran-
de i cnyas doctrinas son falsas.
:Ma ya be dicho que es falso todo lo que contra·
diga la perfeccion de Dios. i que es cierto todo lo
que concuerde con dicha perfecciono
El que quiera oir que oiga i el que quiera creer
que crea, pues para eso es el libre albedrí.o,
Abril, ~6 de 1 68.
JE "C"s, bijo de María en Betbleem.

COMUNICACION
DADA POR UN ESPÍRITU Q"C"E SE LL.urÓ Así lli~MO
MARÍA MADRE DE JESU •

VE.-GO a vindicar el espiriti. mo perfecto contra


su calumniadO/'es, que le han atribuido el ab urdo
de que ataca la pureza moral de la madre de J e ns.
- iugulla roa que yo ,abe que el espiriti roo
perfecto, no se ba permitido nunca la mas leve

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- 43-
enseñanza contra mí. Antes bien, me consta que
be sido defendida por él en las conferencias que
se han tenido sobre mi conaucta moral.
No es, pues, el espiritismo perfecto el que me ha
calumniado sino los traficantes con mis !av01'es,
que enseñan que no protejo sino a los que les como •
pran mi protoccion con dinero, pues me igualan
con las mujeres que han prostituido su amor.
1 si no veá e lo que han hecho con las advoca·
ciones de Chiql1inquil'á, la Peña i otras mui co-
nocidas.
Abril, 28 de 1868.
lliARÍA, madre de JESUS.

MEDIOS PARA ENMENDARSE EL PECADOR.


El pecador que quiera enmendarse, debe ante
todo hacer un estudio prolijo de sí mi mo, i para
ello es precis? que pr~ct.ique lo que yo hacia en
los últimos dUlS de mi Vida mortal.
Al fin de cada dia interrogaba mi conciencia i
pasaba en re\i ta todo los actos de aquel dia,
preO'untándome si no había faltado a algnn deber,
si álguien tenia qneja ju tá contra mí, si pude ha-
cer algun bien i no lo hice, porque el hombre es
responsable no solo del mal que hace, sino tambien,
del bien que pudo hacer i no hizo.
Así fué como pude llegar a conocerme, i a ver
qué tenia que reformar en mí. Aquel que cada no-
che recuerde todos sus aclos del día, i se pregunte
lo que ha hecho en bien o en mal, o dejado de ba-
cer en. bien de u prójimo., pidiéndole a. ~i,os i a
su :ínJel de guarda que lo ilustren, adqtlll'lra una
gl'a~ fuerza para en.menelar e, para p~l'feccional'se
camll1ando progl'e.l\'amuute húcia DlOS; porque
así, Dio le ayudará, 110 lo dudei .
Haceo , pue>:, pregullta sobro lo que habeis he-
cho i sobre elji//. con que lo habeis hecho j si habei

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~ 44 -

practicado lo mismo que criticais al pr6jimo ; si


habeis cometido alguna accion no confesable ante
el público.
Pr~guntaos tambien eslo: si alwra fuera la vo-
luntad de Dios llwnal'tnc a la ,ida de ultratum-
b a, al entrar al mundo de los espíritu, donde Ilada
está escondido i donde no hai secreto posible,
ti' tendria yo algUil temo/' r
Examinac1lo que pol1eis haber hecho infrilljien-
do la lei de justicia, de amor i de caridad, inclu-
yendo en la justicia, el amor i la caridad, la obliga-
ciOD que el hombre tiene de iln lfarse i de ilustrar
a su inferiores en sus conocimiento, i i las res pues-
t..'1S obtenidas o: darún reposo a la conciencia, o su
ajitacion producida, os hará conocer un mal que
es preciso cOl'l'ejil'.
El conocimiento de ~í mismo, obliga al hombre
a ilu,t1':1rse, para conseguÍl' la doetrilla que le deba
ser ,ir de guia cierta, para minorar o disminuir el
número ue sus imperfbcciones.
En efecto: ¿ cúmo juzgar!'e bien e imparcial-
mente a í mismo?
Por medio de la leí Je jll'ticia, de amor i de ca-
ridad. .
Leed la ' definiciones de e. as palahras en el ,oca-
oul:1rio e.'píl'ita; aprended bien el sentido de ellas,
aconbos que quien pneae hacer el oién i uo lo ha-
C(', no cumple con la caridad, j que quien no cum-
ple con la earithl1, ese tal ha pecauo.
Cuanuo yacileis sobre el , alor moral de UílO de
>Lwstro ' actos, preguntao ' cómo lo califical'iai' si
huhiese illo hecLo por un PI'6jimo ; porque ~i en
otro lo criticni..;, el. acto e" mal . plle..; Dio~ no tíe-
ne doS! Illedilln' III <10' ju..;ticia" 1:h:,cau lambien
~3ber cúmo pieo!:>:lll oe YO~ vue tr05 enemigos /
porque freenentemente Dios lo ha Ime lO como
cmtline[a alerta , (pte O' !\ hiel' n vlle"ll'o~ ,1c::yío!'l.
Que aquel, pu ~', que tieue firme yoluutaJ de pro-

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- 45-

gresar M.cia Dios esplore su conciencIa 1 que la


ilustre, a nn de que conozca ctulles son las malas
yerbas, i las arranque de allí como arrancaría las
d c su jardin dcspues de que le fue e conocida sn
nocividad. Que haga la balanza de su diario mo-
ral, como el tr::incante hnce la de sus beneficios pe-
cuniarios; i si él puede decirse que u diario moral
es bueno, dormid tranq nilo i satisfecho, i aguar-
darlÍ sin temor el despertar en la otra vida.
Haceoi-1, pues, preguntas claras i precisas, i no te-
mais multiplicarlas; porque es bueno gastar todos
lOR días algunos minutos en conquista¡' infelicidad
eterna.
¿ No trabajais tallos los oías con el fin de juntar
capital para cl"eposo de vuestra ancianidad? 1 este
reposo, objeto de vuestros deseos, ¿ no os obliga.
a sufrir fatigas i privaciones? Pues bien: com-
parad este ropo o temporal, turbado por las enfer-
medades del cuerpo, con aqnel otro espiritual i
eterno que aguarda en ultratumba al espíritu del
hombre justo i caritativo.
Sé que los materialistas aseguran que lo presen-
te es lo positi-¿·o, i que lo futmo es dudoso . Ahora
bien: ved aquí que ese penl;lamiento, es el que es-
tarnos encargados de de'truir, haciendoos com-
pr ender ese futuro vuestro, de manera que no de-
je rastro de duda en vuestras almas. Hé aqui por
qué hemos I1:.unado primero vae tm atencion, por
medio de hechos espíritas que impresio,wn vues-
tros sentido8, p~ra daros tambiell instl'llccipnes
racionales, qne cada uno de vosotros tiene obli-
gacioll de tr~ 'mitir a su prójimos, i e con estejin
que hemos dlctado el libro de los espíritus.
(Firmado.)- S..L..... A.GUtilU.

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- 46 -

DIFERENCIA HISTOltICA ,
ENTRE LO QUE PIENSA UN OEl PO EN LA TrERRA 1
LO QUE ENSERA DESDE SU VIDA DE ULTRATUMBA.

En la Revista espírita de Pm'is, año 5,· número


8,° pájiua 231, leernos lo siguiente:
" N os ban escrito de España, que el obispo de
Barcelona, el mismo que hizo quemar 300 volú-
menes ele espiritismo, el 9 de octubre de 1861,
muri6 e19 de este mes (agosto de 18ü2.)
"De aquel auto defe a esta parte,. no ban tras-
curri9-0 sino diez meses, i ya ese auto ba produ-
cido sus '!'esultados l6jicos, presentidos por todos
los espiritistas, cual es la propagacion del e piri-
tismo en España,
" Con efecto: el ruido que hizo en España este
acto incalificable, en pleno siglo XIX, llW/tó la aten-
cion jeneral Mcia.l:r doctrina e:pil'itista, i la prensa
de todos los partidos habló, i nadie qued6 mudo
en la cue tion espiritismo,
" El aparato de plegado contra esta doctrina, en
las aludidas cirCltllstancias, picó la curiosidad, por
lo atractivo del fruto p¡'ohibido, i sobre todo, por
la importancia que se le dió; pues cada cual Be
dijo: que no se procedia tan se¡'iamente, contra una
jJuuilú1ad oí contra una ilusion o un ensueño,
"Todos pensaron en la historia de los siglos
pasado;:, en que no solo quemaban libros sino
personas,
"¿ Qué podrian, pues, contener esto lió¡'os, que
merecieron la solel/mídad de ser que/liados."
"Eto fué lo qll~ quisieron abcr lo:; españoles,
e 'to t'nú lo que 'upwrou, i e'to fué lo que CÚI.~'irtió
en E 'paila a roucha joute al fJspil'itis/llO.
"E 'te e' un hecho po ..iti.o: pOl'fIna siempre que
en nn lugar, el espiritismo Ita sido saludado con
un anrltema, allí hemó,; ,-isto mtllle/darse Ilues(¡'os
BU crtto,'ee,

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- 47-
" La España no podrá escaparse de esta leí, í
por lo mismo, los espiritistas nos heJlws regocijado
con los autos defe ele Barcelona i de Alicante, 1
todos los dias tenemos h prueba irrecusable de la
marcha lJro[Jresiva del espiritismo, en las clases
mas ilustradas de la nacion donde cuenta ya
celosos i fervientes part~'dal'ios,
"Uno de nuestros corresponsales de :España,
al anunciarnos la muerte del citado obispo, nos in-
vitó a evocarlo j i cuando estábamos disponién-
donos para ello, se pl'esentó espontáneamente,
respondiendo con anticipacion a todas nuestras
preguntas, ::íntes de que ellas fuesen pronunciadas
con la palabra. verbal o escrita,
"Esta comunicacion de un carácter inesperado,
contiene eutre otros el pasaje siguiente :
"Áusiliaclo pOi' vuestro presidente espiritual
(San Luis), he vellido a enseriaros con mi eje?llplo
i a cleci¡'os,' que no ?-echaceis ninguna de las ideas
anunciadas, porque un dia, un dia qUe durará i
pasará como un siglo, estas ideas amontonadas
gritarán como la voz del álljel,' Cain, ¿ qué has
hecho con tu he1"J1wno? El hombre que polunta-
riamente vive ciego i sordo de espírituzSfll'!..o otros
lo son ele cuerpo, sufrirá, expiw'á i ?'enacerá para
comenzar la labor intelectual que su pereza i S1¿
orgullo le ha?Jan hecho evitar j i esta terrible voz
me ha dicho: TÚ HAS Q,CE:llADO IDEAS 1 LAS lORAS
TE Q,UE:llA.R,L-,
1, Orad pOI' mí;, ol'ad, porque la oracion (;s
agradable a .Di08, 800re todo
LA QUE E"'; DITIIJ1DA
POR EL PERSEGUIDO EX x-A\-OR DEL PERSEGl7IDOR.

(Fil'lllado,)-EL QUE FUÉ OBISPO, I QUE tO ES


YA SINO UN PENITE:\TE.
;, E:'>te contra·le entre las palabras del obispo i
la" de su e'~Ji¿1'itu, no dehen sorpreuder; pUco to-
clos los diaoS yemos casos iguales,

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- 48 -
"En su "ida mortal, el obispo de Barcelona
veia el espiritismo al traves de un prisma parti-
cular que desnaturalizaba sus colores, porque no
lo conocía.
"Ahora él10 ve con la verdadera luz de ultra-
tumba, i le sondea sus profuntliuades; i como el
velo cayó de su vista, el espiritismo cesó para él
de existir como opínion, i pasó a ser un hecho; i
este hecho es la revelaríon ae una leí natural inc6g-
nita para muchos, leí irresi~tible como el poder de
la gravitaríon, lei que Jebe por la fuerza de las co-
sas, ser aceptada por todos, como todo lo que es
natural.
" He aquí lo que el espíritu del obispo compren-
de ahora, i lo que le ha hecho decir, C]ue las ideas
que él quiso quemar lo quemaNlll, o destruirán las
preocupaciones que se las habia hecho condenar.
"1:\ osotr06 no podemos, pues, aboNccc do, por el
triple moti,'o de que el espiritismo perfecto, orde-
na no aborrecer a nadie, no guardarle ¡·elocor a
nadie, i que tambien manda olL'idar las ofensas,
3 ejemplo del Cristo que perdonó a sus enemigos.
"Tampoco lo odiamos porque léjos de perju-
dícar al e:<piriti~IDo perfecto, lo sirvió; i porque
reclama lu. oracion del perseguido en favor de s-u
perseguido,·, como la mas agradable a Dios; pen-
samiento mui caritati,o, digno de la humildad cris-
tiana que re,elan estas últimas palabras: el qUt;
fué obispo, i que no es ya m·as que W~ penitente.
Bella im:íjen de la dignidades térrestres, dejadas
en el borde de la tumba, para pl'C8entarse a Dios
tal como tolO es, sin el aparato imponente de en-
gaño pa.r~ ~os hombres.
"Eslmlt1~tas, pcrdonémosle el mal que nos quiso
hacer, como deseamos ser perdonarlos, i oremos por
él en el aniversario, del auto de fe, 9 de octubre
de 1861, dia en que hizo quemar 300 volúmenes
de espiritismo."

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