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FEMINISTA
Aportes para la construcción del
movimiento feminista en Chile, 2018
AUTONOMÍA
FEMINISTA
Aportes para la construcción del
movimiento feminista en Chile, 2018
AUTONOMÍA
FEMINISTA
Aportes para la construcción del
movimiento feminista en Chile, 2018
7
EDITORIAL
I. Feminismo socialista
No hay nada revolucionario en “lo natural” ni en lo arcaico 13
Qué feminismo para la emancipación: breves lecturas del Chile actual para
el avance de la huelga feminista 17
Feminismo y revolución 57
III. Aborto
La demanda del aborto desde el feminismo socialista 79
V. Violencia
Madres negligentes o víctimas del patriarcado: Uno más de los problemas
éticos del Sename 113
FEMINISMO
SOCIALISTA
13
Introducción
Este 8 de marzo fue clara muestra de que el feminismo
como herramienta de lucha volvió a las discusiones de
la izquierda para desordenar e interrogar las premisas
históricas sobre las cuales se articulaban nuestras organi-
zaciones sociales y políticas. La constante interpelación al
feminismo como un foco de fracturas de la clase trabaja-
dora se subvierte por la posibilidad de articulación de las
diversas expresiones de esta misma. Una concatenación
de sus agobios, opresiones y, por sobre todo, sus resis-
tencias, sin la suplantación que invoca la jerarquización
de identidades. El re-pensarnos como izquierda es vital,
entendiendo el clivaje que entregan los feminismos para
comprender la totalidad de un sistema de explotación,
dominación y alienación, ante el cual, sin reconocer las
dimensiones de la interpelación de género que le subya-
cen, permaneceríamos miopes.
Es en esta línea, que se hace necesario dialogar respecto
a cómo histórica y actualmente se han desarrollado los
procesos de acumulación originaria y acumulación por
desposesión de los cuerpos feminizados en el desenvol-
vimiento del capital. Este texto expresa algunas breves
lecturas en la línea de aportar a dicha tarea, y desde ahí
proyectar nuestro quehacer político para pensar por
qué, cómo y desde dónde perspectivar la necesidad del
avance hacia una huelga general de mujeres.
Si a esto le sumamos que la recaudación Habría que añadir a todo este diagnósti-
de los ingresos del Estado se efectúa en co, que la acumulación por desposesión
gran medida a través del IVA, es decir, por se manifiesta de forma diferenciada en
un impuesto universal al consumo que no función del binarismo de género: son los
diferencia la riqueza de quien consume, se cuerpos feminizados los que sustentan
evidencia cómo una parte considerable las labores más precarizadas, reciben las
del salario de la clase trabajadora va, vía pensiones más bajas6, tienen que soste-
impuestos y traspaso de recursos públi- ner el trabajo reproductivo de manera
cos a empresas privadas, a engrosar la gratuita y en ello, los cuidados no solo
acumulación de capital. Así las cosas, el cotidianamente sino también cuando el
gasto estatal no significa una mejora en Estado no se hace cargo, dada la falta de
las condiciones materiales de la vida de la garantía de los derechos sociales7. Es en
población, sino que al contrario, sostiene este sentido, tal como sostiene Alejandra
y preserva un marco institucional apro- Castillo8, el cuerpo del capital descansa
piado, como señala David Harvey, para el en la explotación del cuerpo de las muje-
desarrollo de la propiedad privada, para res. El extractivismo, en esa línea, opera
la ganancia empresarial y para la acumu- considerándonos recursos naturales a ser
lación del capital: “tiene que garantizar la gestionados, controlados, y en medida que
integridad del dinero. Igualmente, debe no se amolde a sus exigencias, aniquilado,
disponer las funciones y estructuras mili- tal como fue el caso de nuestras compa-
tares, defensivas, policiales y legales que ñeras Macarena Valdés9 y Marielle Franco
son necesarias para asegurar los dere- en Brasil10.
chos de propiedad privada y garantizar, Es en este escenario, donde son en gran
en caso necesario mediante el uso de la medida las mujeres quienes debemos
fuerza, el correcto funcionamiento de los responder ante dichas carencias que deja
mercados” 5. el Estado, lo que permite el funcionamien-
Es precisamente en este contexto, de to y despliegue de los mecanismos de
extrema mercantilización de todas las explotación al menor costo posible: si la
dimensiones de la vida, que las luchas por plata no alcanza para comprar la salud, las
la recuperación de los derechos sociales mujeres debemos cuidar de las personas
adquieren un indesmentible contenido 6 Andrea Sato, <http://www.fundacionsol.cl/2017/10/equidad-gen-
anticapitalista, en tanto permiten abrir un ero-violencia-institucional-reforma-las-afp/
enfrentamiento directo contra la acumula- 7 Andrea Sato, http://www.fundacionsol.cl/wp-content/
uploads/2018/03/Acumulaci%C3%B3n-originaria-Proyeccion-Mar18.
ción del capital que se genera, precisamen- pdf
te, a partir de áreas indispensables para la
8 Alejandra Castillo <https://www.elciudadano.cl/politica/
reproducción vital. De allí su centralidad alejandra-castillo-el-cuerpo-del-capital-descansa-en-la-explota-
cion-del-cuerpo-de-las-mujeres/10/16/
4 Véase de Carlos Ruiz, De nuevo la sociedad, Santiago, LOM, 9 Véase: El feminicidio de la activista Macarena Valdés Muñoz
2015; y de Carlos Ruiz y Giorgio Boccardo, Los chilenos bajo el en Liquiñe <http://www.eldesconcierto.cl/2016/10/20/el-feminici-
Neoliberalismo. Clases y conflicto social, Santiago, Fundación Nodo dio-empresarial-de-la-activista-macarena-valdes-munoz-en-liquine/
XXI y Ediciones El Desconcierto, 2014.
10 Véase: Conmoción en Brasil por el asesinato de Marielle
5 David Harvey, Breve historia del neoliberalismo, Madrid, Akal, Franco, concejal y activista de Río <https://elpais.com/
2007, p. 6-7. internacional/2018/03/15/actualidad/1521080376_531337.html
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cuestión de interés -ya no social- sino de ral para que alcancen a toda la sociedad,
una agenda sectorial de interés particular y no les llegue de chorreo a quienes se
para las mujeres. encuentren más cerca de los intereses
Es por eso que me parece que lo que el capitalistas haciéndonos creer que podría
feminismo debe impulsar hoy es la inser- alcanzar para tod-s.
ción de nuestra voz, nuestra propuesta
Antes que crear una bancada feminista en
política para la sociedad que queremos
nombre de Julieta Kirkwood, recuperemos
construir, en todas las comisiones del
las banderas históricas del feminismo, arti-
congreso y asegurarnos por ejemplo, que
culemos espacios y seamos compañeras
en la discusión sobre la ley de pesca haya
de lucha, pero que esto sea en un marco
lugar para la posición de los sindicatos de
de alianza de un feminismo socialista y que
mujeres pescadoras artesanales (que las
nuestras acciones estén orientadas a minar
hay y bastantes), y escuchar las demandas
las bases que sostienen el sistema capi-
de las pobladoras en la discusión sobre
talista y patriarcal. Para que esto ocurra
vivienda social, no la demanda de abrir
debemos estar dispuestas a abrir un nuevo
una comisión de equidad de género para
ciclo de política feminista, a reconocer que
discutir nuestra demanda histórica de
la Concertación con todos sus nombres
emancipación como si fuese una agenda
tiene que acabarse para ponerle fin al
particular.
pacto transicional y la política binominal,
Avancemos en una política de lucha para abriendo un nuevo ciclo para la izquierda
que el feminismo deje de ser el lugar de en chile, dejemos de perseguir espacios y
la excepción y especialidad y sea una agendas de género e impulsemos cambios
demanda de transformación social. Esto y transformaciones sociales que nos permi-
no significa olvidar la importancia de arti- tan recuperar nuestra bandera de libertad
cular espacios de mujeres que persigan la y justicia social.
incidencia y la defensa de intereses, pero
es urgente relevar que una gran mayoría
de mujeres enfrenta hoy niveles de preca-
rización en todas las dimensiones de sus
vidas que exigen que el interés que repre-
sentemos desde el feminismo no sea solo
un interés de género sino también de clase,
de raza, que incluya la experiencia de las
mujeres trans, migrantes, indígenas, con
discapacidad, de la diversidad sexual y de
la pobreza criminalizada. Porque las razo-
nes que fundamentan la opresión que hoy
día enfrentamos no se explican sólo desde
el patriarcado en su dimensión cultural sino
que se fundan también sobre la base de
un sistema heteronormado, capitalista y
extractivista, de explotación desenfrenada
de recursos y de nuestras propias vidas,
donde la fantasía de la libertad ha nublado
la mirada de esa agenda mujerista que no
logra articular demandas radicales que
requieren de una transformación estructu-
25
Lucha feminista:
aportes desde la izquierda militante.
De la consistencia feminista
La liberación de las mujeres y la reivindicación de sus
derechos son las luchas fundantes del feminismo. La
heterogeneidad propia del movimiento feminista y los
Tomado de Cuadernos de Coyuntura, N°17, Fundación Nodo XXI; obtenido desde:
http://www.nodoxxi.cl/wp-content/uploads/CC17_Sociedad.pdf
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solo han desorientado nuestra lucha, sino conservador a uno de signo progresista.
que derechamente nos han expropiado ¿Podemos llamar a esto feminismo?”
banderas, como la libertad y la democracia
En nuestro país, el progresismo neoliberal
(Ruiz, 2017). Ello no ha sido indiferente a
de la Concertación, ha reciclado las deman-
la lucha feminista, que con dificultad huye
das por igualdad para ser resignificadas
de losl modelos de producción y repro-
como políticas de “equidad” y “oportuni-
ducción, siendo expropiada de sus bande-
dades”, construyendo el imaginario de que
ras, cuya respuesta dominante nos invita
igualdad es lo mismo que meritocracia y
precisamente a ver avances de igualdad
que emancipación es el ascenso de una
institucionales en términos neoliberales sin
pequeña elite de mujeres, propio de una
alterar las dominaciones que nos cruzan.
democracia elitista.
Con esa lógica, se niega la crítica radical a
las estructuras de dominación, y se olvida Alejandra Castillo, en esta línea, toma a
que no hay libertad sin igualdad. Por ello, Verónica Schild indicando “que será el
el feminismo que ha sido más interesante propio ideal de la “autonomía” demandado
es el radical, cuyo legado de lucha nos por los años setenta, el que será asumido
impone el deber de recuperar el feminismo por las agendas feministas de los gobier-
y radicarlizarlo conscientes del momento nos latinoamericanos durante los años
que atravesamos. noventa. Sin embargo, la autonomía será
resignificada, ahora en el contexto neoli-
Lamentablemente, a partir de los años beral, como “empoderamiento”. El caso
noventa las versiones dominantes del ejemplar, para esta autora, es Chile. Sería
feminismo han ido perdiendo la crítica en nuestro país donde se ha institucionali-
al orden establecido para centrarse en la zado un feminismo, que ha transformando
elaboración de políticas públicas que no el discurso emancipador en la simple admi-
alteran ese orden. En esa línea, autoras nistración de estadísticas para la inclusión
como Nancy Fraser (2015) han cuestio- social.” Es probable que la institución que
nado la problemática emergencia de un mejor refleje esto sea el SERNAM (SERNA-
feminismo neoliberal que olvida cualquier MEG en su versión renovada), incapaz
otra herencia. Esta coyuntura no es ajena siquiera de establecer discursivamente
a la postdictadura chilena, la cual ha ido un posicionamiento feminista en recien-
dando espacio a feminismos que parten tes coyunturas que han visibilizado en
asumiendo los limitados marcos de la tran- los medios de comunicación de masas,
sición. Fraser afirma que la teoría feminista de forma inédita en Chile, la violencia de
ha “perdido incluso, sus vínculos históricos género en algunas de sus versiones más
con el marxismo, y con la teoría social y la macabras. De este modo, la institucionali-
economía política más en general”. dad que supuestamente habría de defen-
der los derechos de las mujeres termina
En este punto es muy importante detener- siendo políticamente impotente a la hora
nos. Desde la vuelta de la democracia en de instalar algo más que políticas públicas
Chile, las demandas feministas, o cómo se y estadísticas neoliberales. Así la vida de
les ha denominado “la agenda de género”, la mayoría de las mujeres transita en esta-
han sido en gran medida incorporadas dios como: la sexualidad, maternidad, la
por los distintos gobiernos de la Concer- crianza, el trabajo doméstico, remunerado
tación. De tal modo, como señala Alejan- y precarizado, con una absoluta negación
dra Castillo, “las políticas de género se y mercantilización de derechos.
habrían convertido en las grandes aliadas
En este contexto histórico, nuestros cuer-
a la hora de demostrar el paso de un orden
pos no pueden seguir siendo instrumentos
31
otras movilizaciones sociales de los últimos postdictatorial, que además de excluir los
años, han permitido empezar a ver. intereses de las mayorías sociales en bene-
ficio de la acumulación capitalista excluye
Mirando este cuadro, resulta claro que, en
de la deliberación pública a los actores
las condiciones impuestas por el neolibe-
sociales organizados y es administrada por
ralismo, la política deje de tener sentido
una elite tecnocrática, impactó también al
para las mayorías sociales y que la demo-
feminismo chileno. Actor fundamental en
cracia aparezca enormemente restringida.
las luchas por la recuperación democrática,
Cuando los intereses de las clases subal-
el movimiento feminista -y en particu-
ternas son sistemáticamente postergados,
lar sus sectores más disruptivos- fueron
mientras que los grupos empresariales
dejados fuera de la política transicional,
imponen sus términos sin contrapeso, una
produciéndose una ruptura entre aquellas
democracia sustantiva, en que se pueda
figuras que pasaron a ocupar cargos en
deliberar racionalmente respecto a las
la administración del Estado y aquellas
dimensiones más relevantes de la vida
que permanecieron en el mundo social. El
social, se torna impracticable y ese es uno
dilema entre autonomía e institucionaliza-
de los elementos más contundentes que ha
ción del feminismo se resolvió por la vía
ido mostrando el ciclo de movilizaciones
de mutua exclusión, lo que derivó en que
antineoliberales que se han levantado en
primaran en las políticas de género de la
Chile y que impugnan la política de la tran-
transición enfoques liberales centrados en
sición. La demanda por la recuperación de
políticas de acción afirmativa5.
la educación pública, el movimiento contra
las Administradoras de Fondos de Pensio- Es por ello que se puede observar en el
nes y la reciente y masiva convocatoria caso chileno cómo conviven procesos de
del pasado 8 de marzo bajo la consigna “democratización”, que han incluido políti-
“Mujeres a la calle contra la precarización camente algunas demandas de las mujeres,
de la vida”, son algunas muestras de la con la configuración de un Estado subsi-
existencia de ese ciclo que, con momen- diario que privatizando toda esfera pública,
tos de alza y reflujo, cuestionan el Estado y propiciando la incorporación de amplios
subsidiario y la mercantilización absoluta sectores al mercado y a la economía mone-
de los derechos sociales.4 taria, ha construido más exclusiones con
un discurso de desarrollo y modernización.
Este es el escenario en el que el feminis-
Nos encontramos entonces con que, si
mo actual se despliega. Heredero de las
bien la modernización neoliberal tolera
luchas históricas del movimiento, pero a la
e incluso promueve el avance formal en
vez como consecuencia y negación de las
derechos políticos para las mujeres y su
condiciones sociales surgidas en el Chile
incorporación creciente al mundo laboral y
neoliberal, el feminismo, como discutire-
político, las divisiones sexuales del trabajo,
mos más adelante, se torna un elemento
la reproducción de los roles tradiciona-
fundamental en las luchas por ampliar la
democracia.
5 Cfr. Alejandra Castillo, “Mujeres: las políticas de la presencia”
en http://www.eldesconcierto.cl/2014/07/14/las-politicas-de-la-pre-
sencia/. Análisis críticos del feminismo en la transición, pueden
La “democracia restringida” como hallarse en los trabajos de Nelly Richard, “La problemática del
feminismo en los años de la transición en Chile”. En Estudios Lati-
problema para el avance feminista noamericanos sobre cultura y transformaciones sociales en tiempos
de globalización 2, Buenos Aires: Clacso, 2001 y Feminismo, género
y diferencia(s), Santiago, Palinodia, 2008 y de Alejandra Castillo,
El carácter restringido de la democracia Disensos feministas, Santiago: Palinodia, 2016, Nudos feministas,
Política, filosofía, democracia, Santiago, Palinodia, “¿Feminismo
neoliberal? (Parte I) http://www.eldesconcierto.cl/2015/12/22/femi-
4 Cfr. Pierina Ferretty y Sebastián Caviedes, “Chile tras las últimas nismo-neoliberal-parte-i/ y “¿Feminismo neoliberal? (Parte II) http://
elecciones”. https://revistamemoria.mx/?p=1964 www.eldesconcierto.cl/2016/01/06/feminismo-neoliberal-parte-ii/
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les de género y la negación de derechos, los últimos treinta años, colisionan con las
conviven de manera no contradictoria en restricciones democráticas impuestas por
un sistema que puede exhibir rasgos de el pacto subsidiario, que a la vez significó
liberalismo al tiempo que marcadas vetas una constricción de la imaginación política.
conservadoras. Considerando estos elementos, la actual
movilización feminista adquiere un senti-
Por ejemplo, buena parte de la agenda do más amplio. Más allá de las demandas
impulsada por el Servicio Nacional de la concretas con que se levantó la ola de
Mujer (1990-2016), hoy Ministerio de la protestas, el feminismo representa una
Mujer y la Equidad de Género -Ley de impugnación a la restringida democracia
cuotas, Ley de violencia intrafamiliar, transicional, y, por lo mismo, constituye una
aspectos de la reforma laboral relaciona- posibilidad de ampliar el debilitado espacio
dos con las mujeres (salas cunas, igualdad de deliberación pública existente en Chile y
salarial, aumento del posnatal) o las políti- de hacer irrumpir intereses sociales larga-
cas de focalización del gasto social como mente excluidos. El movimiento feminista
el Bono al trabajo de la mujer o los progra- en su avance y maduración -y allí radica
mas “Jefa de hogar” o “Mujer emprende su principal potencialidad- puede articular
en familia” y la ley de interrupción del a mayorías históricamente excluidas así
embarazo en tres causales- mantiene el como también a nuevos sectores sociales
principio de subsidiariedad del Estado, segregados y precarizados como conse-
refuerza el rol tradicional de la mujer y cuencia de la modernización neoliberal.
limita las políticas de género a políticas Por esto, más allá de dudas, el feminis-
de mujeres/madres/víctimas que hay que mo se torna una necesidad política en las
empoderar, integrar al mercado laboral luchas antineoliberales y es un elemento
(aunque sea en condiciones de precarie- imprescindible en cualquier proyecto de
dad) o convertir en emprendedoras. Y si ampliación democrática.
bien es cierto que durante el período 1990-
2018, gracias al movimiento feminista y a
la presión de organismos internacionales Las dos Agendas: la respuesta políti-
por los derechos humanos, se presentan ca a la irrupción feminista
avances en el reconocimiento de algunos
derechos de las mujeres y las disidencias En el contexto de re emergencia del femi-
sexuales, estos quedan atrapados dentro nismo -de masivas movilizaciones del
de los márgenes del Estado subsidiario que movimiento estudiantil feminista y de la
restringe, individualiza y mercantiliza los visibilización e incremento de las expre-
derechos sociales, sexuales y reproduc- siones de violencia hacia las mujeres- la
tivos e impide establecer un sistema de respuesta institucional y de la política,
derechos universales para todas y todos. no se hace esperar. Tempranamente el
gobierno de Sebastián Piñera, y como señal
En definitiva, este feminismo de ampliación de aprendizaje respecto de su desembar-
de derechos y participación política para co anterior en el gobierno, anuncia una
algunas mujeres, escasamente ha enfren- acotada Agenda Mujer con el objetivo de
tado la esencialización del rol tradicio- conseguir la igualación de oportunida-
nal de la mujer y el trasfondo estructural, des entre mujeres y hombres, tomando
económico, de las desigualdades. En este propuestas históricas de las políticas de
sentido, resulta claro cómo las posibilida- género de la Concertación.
des de un feminismo que supere los límites
que han tenido las agendas de género de Su hábil respuesta produce un escenario
de confusión en el mundo progresista, que
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miento feminista, que debe enfrentarse a las mesas sin las actorías de la sociedad,
los dilemas de la sociedad chilena actual o la re-edición de la división sexual del
y, en ese sentido, creemos que algunos trabajo, de viejos proyectos sancionatorios
de los mayores desafíos del feminismo o de emparejamiento de la cancha- son
será el traspasar los límites de las agen- incapaces de interpretar las demandas de
das de género y plantear alternativas que un movimiento que promueve un nuevo
disputen con las políticas “de mujeres” que pacto de sociedad sin humanidades de
refuerzan su rol tradicional, que reposicio- segunda clase.
nan la figura de “la familia” heteropatriarcal
como fundamento de la sociedad y como
sujeto preferente de políticas públicas
(idea que instalará con fuerza el gobierno
de Sebastián Piñera) o que enfrentan la
violencia machista desde enfoques puniti-
vistas sin abordar las causas estructurales
del problema. Un feminismo que busque
incidir políticamente corriendo los límites
de lo posible dentro de los marcos liberales
del feminismo hegemónico,
Julieta Kirkwood
I
El año 2007, la filósofa feminista Alejandra Castillo cons-
tataba el silencio que reinaba en torno a la figura y a la
obra de Julieta Kirkwood:
“a más de veinte años de la muerte de Julieta Kirkwood
el diálogo con su pensamiento apenas si ha comenzado.
Las causas que demoran este encuentro son múltiples,
pero existe cierto acuerdo en señalar que están asocia-
das a lo que se ha dado en llamar un “silencio feminista”.
Silencio feminista en tiempos de transición, que nos
habla en su mudez de una desazón, de un malestar en
la democracia”1.
Efectivamente, la presencia en el campo intelectual y
en los espacios de militancia de quien fuera una de las
teóricas y activistas más relevantes del feminismo de
los años ochenta en Chile era, hasta hace poco, escasa.
Castillo relaciona acertadamente este silencio respecto
de Kirkwood con un proceso mayor: el silencio feminista
que se impone en la transición como la contracara del
protagonismo del movimiento feminista en las luchas
contra la dictadura y del carácter restringido –consensual,
diría la misma autora- de la democracia posdictatorial2.
1 Alejandra Castillo, Julieta Kirkwood. Políticas del nombre propio, Santiago: Palinodia,
2007, p. 15.
2 Entre los análisis críticos del feminismo en la transición, véase Nelly Richard, “La
problemática del feminismo en los años de la transición en Chile”. En Estudios Lati-
noamericanos sobre cultura y transformaciones sociales en tiempos de globalización 2,
Buenos Aires: Clacso, 2001; Alejandra Castillo, Disensos feministas, Santiago: Palinodia,
2016; “¿Feminismo neoliberal? (Parte I)http://www.eldesconcierto.cl/2015/12/22/feminis-
mo-neoliberal-parte-i/y “¿Feminismo neoliberal? (Parte II) http://www.eldesconcierto.
cl/2016/01/06/feminismo-neoliberal-parte-ii/; Luna Follegati, “Democracia y feminismo.
Reflexiones desde la izquierda” http://www.redseca.cl/democracia-y-feminismo-en-chi-
le-reflexiones-desde-la-izquierda/y “El feminismo se ha vuelto una necesidad. Movimiento
estudiantil y organización feminista (2000-2016)” en Juventud y espacio público en las
Américas, La Habana: Casa de las Américas, 2016.
3 Julieta Kirkwood, Feminarios, Viña del Mar: Communes, 2017. 6 Camila Rojas, “La bancada F del Frente Amplio. ¿Es suficiente
Edición prologada por Alejandra Castillo. ser mujer?” https://antigonafeminista.wordpress.com/y “¿Para qué
ser una (diputada) feminista?” http://www.theclinic.cl/2018/03/08/
4 Julieta Kirkwood, Feminarios, Buenos Aires, Clacso, 2017. columna-camila-rojas-una-diputada-feminista/
43
política desde el feminismo? ¿Cómo sería igualdad formal de todos los ciudadanos-
esta política feminista? ¿Cómo se enfrenta oculta las desigualdades sociales y sexua-
nuevamente la pregunta por la democra- les contribuyendo con ello a su reproduc-
cia y la institucionalidad? […]¿Es posible ción9. Y por otro lado, a advertir que las
construir feminismo desde los espacios políticas de igualdad de oportunidades,
conquistados en el parlamento?” y “¿cómo de transferencias focalizadas de recursos
debiese ser esa forma de construcción?”7. a poblaciones femeninas vulnerables, de
subvención a las labores de cuidado o
Las respuestas, por cierto, no están dadas, de tratamiento punitivista de la violencia
pero si el objetivo es perfilar un feminismo machista -solo por mencionar algunos
capaz de enfrentar políticamente la hege- ejemplos típicos de la agenda liberal- son
monía neoliberal mediante el despliegue incapaces de atacar estructuralmente las
de un ideario y un proyecto alternativo, desigualdades sociales y la opresión de
tiene sentido volver a Julieta Kirkwood. Su género.
visión sobre el lugar del feminismo en un
horizonte de transformación social global El feminismo crítico en general y el femi-
adquiere particular relevancia para pensar nismo socialista en particular han desa-
estos problemas: rrollado elaboraciones sustantivas en esta
dirección. Sin embargo, que dichas críti-
“El feminismo -decía Kirkwood en esta
cas logren traspasar el terreno intelectual
dirección- rechaza la posibilidad de reali-
y provocar efectivamente una crisis en
zar pequeños ajustes de horarios y de
la hegemonía y legitimidad del feminis-
roles al orden actual, pues eso no sería
mo liberal -tanto a nivel político como de
otra cosa que la inserción en un ámbi-
sentidos comunes- es una tarea todavía
to-mundo ya definido por la masculinidad
pendiente y sumamente compleja, sobre
(el otro término en la relación de opre-
todo si consideramos el grado de consen-
sión). La incorporación de las mujeres al
so que las agendas de género concitan
mundo será para el movimiento feminista
en el campo de los progresismos y en
un proceso transformador del mundo.
sectores que se reconocen en la vereda
Se trata, entonces, de un mundo que
de la izquierda.
está por hacerse y que no se construye
sin destruir el antiguo8”. El feminismo de Julieta Kirkwood, situa-
do en un horizonte socialista de trans-
Esta visión del feminismo como una trans- formación social global, se torna ineludi-
formación del mundo nos impulsa a avan- ble para este empeño. En ese sentido, la
zar hacia una tarea de primer orden en el invocación de su nombre por parte de un
campo de las batallas político-ideológicas: sector de parlamentarias que se reivindi-
la confrontación del feminismo liberal que can feministas nos ofrece una posibilidad
ha orientado las agendas y políticas de para tensionar y disputar qué entende-
género en los últimos casi treinta años. mos por feminismo, pero también para
Allí, la disputa debe apuntar, por un lado, pensar cómo podemos, desde el feminis-
a mostrar cómo el feminismo hegemónico mo, producir tácticas de enfrentamiento
-en tanto renuncia a un análisis materia- político que vayan generando crisis en el
lista y asume el principio abstracto de la pacto neoliberal y que, a su vez, vuelvan
improcesable el feminismo en esos térmi-
7 Luna Follegati, “El feminismo y la agencia política parlamen- nos. Ese derrotero -elaborar política feminista
taria” http://www.elmostrador.cl/noticias/opinion/2018/01/06/
el-feminismo-y-la-agencia-politica-parlamentaria/ a partir del legado teórico y político de
8 Julieta Kirkwood, Ser política en Chile. Las feministas y los 9 En el sentido de la clásica crítica de Marx al liberalismo en “La
partidos. Santiago: LOM, 2010, p. 56. cuestión judía”.
44
Julieta Kirkwood- parece ser una buena la obra de Julieta Kirkwood, recorrida de
forma de usar su nombre sin sacrificar su punta a cabo por la preocupación por la
radicalidad. democracia, adquiere renovada actualidad
y vigencia política.
Tal preocupación de Kirkwood se enmar-
III caba en un contexto preciso: el Chile del
ascenso y la derrota del proyecto socia-
La emergencia contemporánea del femi-
lista de la Unidad Popular y el gobierno
nismo dentro de la cual se produce este
de Salvador Allende, de la dictadura y la
regreso a la figura y obra de Julieta
desarticulación de los partidos políticos
Kirkwood, ocurre en un escenario polí-
de izquierda y del denso tejido social que
tico y social de resquebrajamiento del
se había formado en más de un siglo de
pacto transicional y del consenso neoli-
acumulación de luchas en el campo popu-
beral: donde estallan conflictos sociales
lar. Pero también de la resistencia contra
que impugnan el carácter subsidiario del
la dictadura de comienzos de los ochenta
Estado y la mercantilización extrema de la
que se expresó en protestas tan masivas
vida. Es en este ciclo de luchas -cuyo inicio
que no faltaron quienes tuvieron la espe-
más o menos puede situarse en el año
ranza de que la recuperación democrática
2006 con la llamada “revolución pingüina”-
fuese resultado de un proceso de movili-
que el feminismo retoma protagonismo
zación popular12.
en Chile, al punto de que se ha tornado
una necesidad política para todas aquellas Precisamente, en medio de las Jornadas
organizaciones que se plantean avanzar Nacionales de Protesta, desarrolladas entre
hacia una superación del neoliberalismo10 1983 y 1986, Kirkwood realiza sus princi-
pales elaboraciones; sus textos están, por
En el contexto de extrema mercantiliza- lo mismo, atravesados por ese tono de
ción de los derechos sociales y de la vida urgencia de quien escribe al calor de la
en general que se observa en Chile, un lucha. El lema de su autoría -“Democracia
punto central que se juega en estas luchas Ahora”- transmite de manera ejemplar
es la posibilidad de recuperar soberanía dicho carácter de su escritura. Sin embar-
sobre nuestras vidas, hoy completamente go, esta urgencia no le restó agudeza ni
determinadas por el mercado hasta en sus capacidad de entender las posibilidades
dimensiones más cruciales. Recuperar esa que se abrían y las que podían cerrar-
soberanía, no es sino reimaginar y realizar se, junto con el carácter determinante de
un nuevo pacto social, una nueva forma de esos años para la democracia que vendría.
democracia11. En este entendido, ahora que En 1983, cuando empezaban las primeras
pareciera abrirse una posibilidad de inte- movilizaciones, escribía lo siguiente:
rrumpir el pacto neoliberal y la democracia “Las feministas […] saben que el momen-
elitaria y tecnocratizada de la transición, to es político. De movilización callejera,
de protestas y cacerolas; de sentadas
10 Luna Follegati ha insistido en que la emergencia contemporánea
del feminismo en Chile responde a una necesidad surgida desde los con lienzos y de vuelta a andar con la
procesos de politización producidos en los últimos años. Ver: “El consigna de la “democracia ahora”. Pero
feminismo se ha vuelto una necesidad. Movimiento estudiantil y
organización feminista (2000-2016)” ed. cit. también saben que es tiempo de planes,
de programas, de plazos y de tiempos,
11 Carlos Ruiz Encina ha desarrollado la cuestión de la dicotomía
mercado/democracia y la relación entre luchas por los derechos 12 Grínor Rojo realiza un agudo análisis de la relación entre marco
sociales y ampliación democrática. Ver De nuevo la sociedad, histórico y reflexión kirkwoodeana, además de ofrecer claves para
Samtiago: LOM, 2015) y “Socialismo y libertad. Notas para repensar valorar la actualidad política de su legado. Ver: “1986. El futuro es de
la izquierda” en Chile actual: crisis y debate desde las izquierdas. Julieta Kirkwood” en Clásicos latinoamericanos. Para una relectura
Faride Zerán (ed.), Santiago: LOM, 2017, pp. 133-162. del canon. Santiago: LOM, 2011, Vol. 2, pp. 315-370.
45
Texto leído en el Seminario “100 años de Revolución Rusa: perspectivas políticas actuales”, obtenido desde:
http://www.contratiempo.cl/2018/06/02/revolucion-feminismo-e-izquierda-en-el-cambio-de-siglo/
48
Feminismo en Chile:
una crítica sistémica desde el sur.
total de las practicas de abuso y acoso en til que rige el actuar de las instituciones
las universidades. universitarias chilenas más grandes en
número de estudiantes y más populares
Abordando su heterogeneidad como una
en términos de clase es reconocida por
fortaleza y anomalía respecto de las rígidas
el movimiento feminista emergido en sus
identidades políticas que caracterizaron
aulas como la condición de base para la
a la izquierda chilena del siglo pasado,
reproducción de la violencia machista y
es posible visibilizar en la constritución y
la desigualdad de género en los espacios
ductibilidad de esta nueva fuerza el resul-
de educación superior, así como también
tado de un extenso itinerario de resistencia
en los posteriores campos de inserción
a las políticas pactadas en la postdictadura.
laboral de sus estudiantes.
En este sentido, una de sus principales
características como movimiento es su
Continuadora de las luchas resistentes a la
postura mayoritariamente no esencialista,
dictadura e inicios del periodo democrático
integradora de las diversidades sexuales,
en Chile, la reflexión feminista surgida en los
y de fuerte pertenencia ideológica a la
ámbitos universitarios durante los últimos
izquierda. El movimiento feminista emergi-
diez años adquirió una relevancia mediá-
do a partir de estos pedazos empobrecidos
tica a partir del movimiento social por la
de la sociedad neoliberal -pero también
educación durante 2011, en cuya demanda
de los restos de las luchas pasadas- se
por una educación pública, gratuita y de
percibe como un laboratorio de nueva polí-
calidad incorporó con el avance del movi-
tica para las y los sujetos marginados del
miento universitario la necesidad de crear
ejercicio político impuesto por el Estado
una nueva educación de carácter no sexis-
subsidiario, rescatando al despojamiento
ta para la verdadera democratización de
de las mujeres dentro de una economía
la educación como derecho universal. A
de mercado como el escenario de acción
partir de entonces, el feminismo expresado
forzado para cualquier movimiento político
en las diversas organizaciones, coordina-
que las convoque.
doras y colectivas nacidas en el espacio
universitario estableció una perspectiva
particular de superación del patriarcado
En la calle, en las aulas, en las casas que trascendiera dicho ámbito institucional
y en las camas y se proyectara al resto de la sociedad,
haciendo propia la defensa de la educación
En un escenario de acelerada privatización
pública junto al movimiento estudiantil.
de la educación y el establecimiento de
La reflexión abierta por el feminismo en
un valor positivo hacia una idea de ésta
este ámbito educativo se ocupó tanto de
contraria a su condición de derecho, la
dar visibilidad y legitimación pública a las
consolidación en Chile de la educación
mujeres, como de interpelar desde una
como un “mercado de oportunidades
perspectiva de género a las relaciones,
sociales” rígidamente estamentado abrió
prácticas y producción de conocimiento
a partir de los 2000 un campo nuevo para
en las distintas comunidades donde se
el desarrollo de nuevas universidades cuya
desplegó, sirviendo como base para el
institucionalidad de carácter masivo-lu-
cuestionamiento radical de las históricas
crativo -aunque nueva- conservará la
estructuras de dominación presentes en la
costumbre capitalista de montarse sobre
universidad. Ejemplo de ello es la denun-
las viejas estructuras de opresión para la
cia sobre la división sexual del trabajo
expansión de sus nuevos mercados. Así,
imperante en los programas de estudio
la condición antidemocrática y mercan-
ofrecidos por las instituciones de forma-
54
Ola feminista
2018
63
1 Véase, por ejemplo: Chile president-elect reveals hardline cabinet with ties to Pinochethttps://
www.theguardian.com/world/2018/jan/23/chile-president-elect-sebastian-pinera-andres-
chadwick; Los conflictos de interés de la nueva ministra de Energía con SQM y Penta
http://www.elmostrador.cl/noticias/pais/2018/01/25/los-conflictos-de-interes-de-la-nueva-
ministra-de-energia-con-soquimich-y-penta/; Los negocios privados del nuevo equipo
económico de Piñera http://ciperchile.cl/2018/01/24/los-negocios-privados-del-nuevo-
equipo-economico-de-pinera/
presentada por el gobierno hace poco más necesidades de la población y que no deje
de un mes, la verdadera agenda radica en a las mujeres a merced del conservadu-
proyectos como el de este nuevo ministe- rismo misógino de determinadas institu-
rio que serán claves en la profundización ciones.
de las políticas subsidiarias que niegan
derechos universales a través de mayor Por otra parte, la educación superior,
focalización del gasto social (bonos por que recientemente ha sido el escenario
ejemplo) y que han terminado reforzado de potentes movilizaciones feministas, es
la división sexual del trabajo; políticas que también un claro ejemplo de la relación
también hicieron propias los gobiernos de contradictoria entre la promesa neoliberal
transición. Botón de muestra de todo esto de ascenso social y reproducción de las
es la feminización del trabajo de cuidados y desigualdades de género, toda vez que
la mayor precarización de aquellos trabajos la masificación del ingreso a la educación
que se consideran socialmente femeninos. terciaria, principalmente entre las mujeres
-que es el grupo que ha experimentado la
La arremetida conservadora del neolibe-
mayor alza en matrícula-, redunda en el
ralismo que se vive en Chile y también en
reforzamiento de las divisiones sexuales
la región viene a re-editar el matrimonio
del trabajo y de las desigualdades sociales.
entre clase empresarial y orden conser-
Las carreras más feminizadas, que son las
vador propia del sistema neoliberal, que
orientadas a los servicios y los cuidados,
atenta contra los derechos de las mujeres,
son a su vez las más precarizadas y las
disidencias sexuales y de las mayorías
peor pagadas. Si a esto le sumamos que
sociales en su conjunto, incluso cuando
la masificación del acceso a la educación
adopta una retórica pro-derechos y liber-
superior se ha hecho por las vías del endeu-
tades, que no son más que privilegios y
damiento de las y los estudiantes y sus
libertades mercantiles. Las discusiones que
familias y de subsidios estatales a institu-
ha suscitado el protocolo de objeción de
ciones privadas que lucran con la educa-
conciencia institucional son un ejemplo
ción, tenemos nuevamente dibujadas las
contundente de ello y muestran cómo se
amarras entre derechos mercantilizados,
urde la trama entre mercantilización de
subsidios estatales a empresas educacio-
derechos sociales, intereses empresaria-
nales y reproducción de desigualdades
les que reproducen un conservadurismo
sociales que contienen en sí desigualdades
misógino y reproducción de las desigual-
de género: una educación de mercado
dades sociales y de género. Sin ir más
sexista.
lejos, en las últimas semanas hemos podido
escuchar cerradas defensas del subsidio
Para mantener este orden social, más allá
estatal a empresas de salud y llamados
de las diferencias internas y desacuerdos
de alerta ante el peligro de que el Estado
entre los sectores más conservadores y
modifique esa relación con el sector priva-
aquellos más liberales por temas valóricos,
do prestador de servicios sociales (salud,
las fuerzas neoliberales dentro y fuera de la
educación, cuidado de la infancia, etc) que
derecha política -convengamos que estas
tantos dividendos reporta al empresariado
fuerzas también ha existido entre las filas
chileno mediante transferencias directas
de la Concertación-, apostarán por restau-
del Estado. Se observa así la manera en
rar el orden para la defensa del modelo y
que bajo argumentos como el derecho de
bregarán para hacerlo avanzar extendien-
la población a recibir atención de salud, se
do las políticas de focalización del gasto
defiende un lucrativo negocio que impide
social a sectores más amplios que viven
fortalecer una red pública que cubra las
el aumento de la precarización de la vida,
71
Contextos
Este 25 de Julio aparece situado en un escenario de
irrupción del feminismo en la política. Si el año pasado
nuestra marcha se enmarcaba en la llegada del Aborto
en Tres Causales (ATC) al Tribunal Constitucional, y la
batalla contra los fundamentalismos “pro- vida” en la
palestra pública, el 2018 la disputa se nutre de nuevos
aires. La lucha por el aborto libre en Argentina impulsa-
da por masivas movilizaciones en las calles, así como el
estallido de las tomas feministas en las Universidades y
liceos en mayo de este año, reconducen la lucha por el
aborto. Por otro lado, desde principios de año la imple-
mentación del ATC ha tenido diversas complejidades
dadas por la reglamentación del Ministerio de Salud
sobre la objeción de conciencia institucional, develando la
disputa abierta de la regulación de los derechos sexuales
y reproductivos en Chile.
¿Cómo repensamos el debate del aborto desde el feminis-
mo? Esta lucha se ha planteado históricamente como una
de las banderas centrales del movimiento feminista. No
obstante, pareciera ser que la disgregación de las políticas
del género, mantenían en la inorganicidad las demandas
feministas, más allá de la articulación vía ONG. En este
sentido, la lista de supermercado donde se encuentran la
violencia de género, la igualdad salarial, el reconocimiento
del trabajo doméstico, entre otras, situaban el 25 de julio
como una fecha más a conmemorar de la lucha de las
mujeres. En el mantenimiento de las políticas del género,
el feminismo no incomoda, se queda tras las paredes del
departamento de mujeres. Ese departamento que es
consultado o interpelado, únicamente cuando “nuestros
problemas” salen a la luz. Por el contrario, cuando el femi-
nismo empieza a circular en la escena pública, son otros
los marcos, puesto que comienza a dibujarse el desborde
a una política que nos quería mantener en el universal
6 https://www.latercera.com/opinion/noticia/aborto-objecion-con-
ciencia/235119/
89
Responder esta pregunta requiere analizar Por tanto, el orden social, capitalista y
el valor de la maternidad en la sociedad. patriarcal, quiere que las mujeres seamos
Efectivamente, se nos ha convencido que madres para que cumplamos el rol repro-
lo mejor que nos puede pasar en la vida es ductivo en las condiciones de explotación
ser madre. Y seguramente para muchas ha que ha establecido y de la cual el sistema
sido un alivio que ese camino tortuoso y depende para mantenerse, pues asegura
culposo que fue ese embarazo no deseado que un importante aspecto de la repro-
haya culminado con un rol que terminó por ducción social sea gratuito. El sistema lo
gustarles. Sin embargo, ello no responde necesita para que haya otro sujeto que
91
Educación
NO SEXISTA
95
la instrucción sobre estos temas quede al no solo las cifras de contagio de VIH, sino
arbitrio de los municipios, sostenedores o que también de las abuso y acoso sexual,
directivos, en general sin formación sobre discriminación a la comunidad LGBTIQ o
el tema y con claros sesgos morales de femicidios. Es urgente que comencemos
por medio. a discutir de forma amplia y democráti-
ca este tema, como alguna vez lo fue el
Integral. La dimensión sexual del ser debate en torno a la exigencia de Forma-
humano no se constituye ni reduce a ción Ciudadana, y tomemos el peso a una
cuestiones reproductivas o de cuidado demanda que hoy por hoy es vital para el
de transmisión de enfermedades. Enten- desarrollo de niñas, niños y jóvenes.
der estas experiencias de modo aislado y
sin articular no puede menos que llevar-
nos al fracaso. La construcción social de
la sexualidad, la identidad de género, la
relación con nuestro cuerpo, el placer, el
cuidado, el autoestima, el amor y el auto-
conocimiento, son algunos de los tantos
ámbitos que forman parte de nuestro
desarrollo y que deben ser considerados
desde la sala cuna hasta la universidad. Por
lo anterior, no basta con una campaña de
televisión, mientras en la escuela poco y
nada se habla, y se soluciona el tema con
una guirnalda de condones (como en liceo
emblemático en el que trabajaba), mientras
se discrimina a la comunidad LGBTIQ, se
refuerzan masculinidades machistas, o no
se capacita a las y los docentes (muchas
veces reticentes a estas prácticas por
desconocimiento y prejuicios).
Hoy se ha develado una nueva dimensión Una educación pública no sexista, debe
del conflicto: el sexismo que reproduce cuestionar las formas de acumulación de
nuestra educación, es decir, la idea de poder que produce en su interior y que
que mujeres y hombres tenemos roles reproduce para la vida de la sociedad.
diferenciados que cumplir en la sociedad. En otras palabras, debe democratizarse.
Las mujeres mayoritariamente dedicadas Por una parte, en su interior, pensando
a los cuidados de otros y los hombres, en en estructuras menos autoritarias y
la producción. Dicha idea determina qué transparentes, que impidan el abuso de
labores, profesiones y espacios debemos poder e impunidad que se ha dado a
ocupar las mujeres, los que bajo las leyes conocer con diferentes casos de denuncias
del mercado carecen de valor y por lo por acoso o abuso en las instituciones
tanto se mantienen a costa de trabajo, educativas y que se viene a profundizar
tiempo y energía de las mujeres. cuando se debilita lo público. Por otra parte,
acabar con el sexismo en la educación
La educación formal contribuye a crear implica que esta responda a la sociedad
esta diferenciación y, al mismo tiempo, de forma igualitaria, a las necesidades
es organizada según las valoraciones que y definiciones de todos los hombres y
asigna el mercado. De esta forma, carreras mujeres, y no a holdings o controladores
como enfermería, pedagogías y artes se que han hecho de la educación una forma
componen principalmente de mujeres, más de negocio. Es por ello, que desde
y cuentan con menos recursos que las Izquierda Autónoma consideramos que
ingenierías, ciencias exactas o economía, reabrir la reforma educacional repensando
mayoritariamente de hombres. Las carreras y fortaleciendo la educación pública es
feminizadas, a la vez, aspiran a un campo un imperativo para construir educación
laboral más acotado, inestable y con menor no sexista.
remuneración.
Repensarla y fortalecerla es una
Al cuestionar este orden de cosas, las combinación necesariamente indisociable,
feministas movilizadas muestran la ya que la democracia que requiere la
necesidad de cambiar la orientación educación pública para el siglo XXI,
del sistema educativo y, para ello, los no se encuentra completa hoy en las
intereses que se encuentran tras él. La instituciones estatales. La discriminación
reproducción de desigualdad de género a mujeres y disidencias y la reproducción
es consustancial a un sistema de mercado, de roles de género no son patrimonio
que busca aumentar sus ganancias a costa de la educación privada. En un sistema
de los derechos de la sociedad. Sin esta educativo mayoritariamente privado y
desigualdad, el costo que los intereses hegemónicamente competitivo, todas
empresariales se ahorran cuando lo las instituciones educacionales en Chile
asumimos las mujeres sería necesariamente -incluidas las estatales- están obligadas a
distribuido. autofinanciarse y a competir por captar
estudiantes, respondiendo finalmente a las
En consecuencia, una educación no
reglas que pone el mercado. Es por ello
sexista solo será posible en un sistema
que sólo una ampliación y fortalecimiento
educativo que, en vez de ir en la línea de
de la educación pública -con mecanismos
los intereses empresariales, sea orientado
democráticos y lógicas de financiamiento
democráticamente por la sociedad, es
no mercantiles- permite repensarla y
decir, con educación pública.
construir una educación no sexista.
103
Publicado originalmente en revista Cuadernos de Coyuntura de la Fundación Nodo XXI, obtenido desde:
http://www.contratiempo.cl/2018/05/26/ni-biombos-ni-patriarcado-en-las-aulas-reflexiones-sobre-la-educacion-de-las-mujeres-en-chile/
104
Entre 1830 y 1840, “la mujer aristocrática 3 La Sociedad de Instrucción Primaria (SIP) fue fundada en 1856
por liberales, con el fin de expandir la educación a los sectores
chilena desarrolló una suerte de rebelión pobres de la sociedad. Desde la década de 1880 hasta la actualidad
(…) exigió la matrícula en Liceos y Univer- ha estado vinculada a la familia Matte y por esto, detentan una
gran influencia en el ámbito de las políticas educativas. Ver, por
sidades, para alcanzar una “profesión libe- ejemplo. Caviedes, S. y Bustamante, A. (2015, junio). El papel de
la tradición: la influencia empresarial del Grupo Matte. Cuadernos
de Coyuntura, (8), pp. 40-54.
105
A comienzos del siglo XX, el Estado conti- Al estar asegurado el ingreso igualitario a
núa con la fundación de liceos femeninos, la educación, al menos en términos forma-
-aunque eran inferiores en infraestructura les13, el gobierno de la Unidad Popular
e imagen al de los varones8- e irán aumen- proyectó las reformas en otros ámbitos,
tando junto con el progresivo crecimien- tales como vincular la educación con la
to de los sectores medios, persistiendo
9 Gómez, Op. Cit., p.122.
4 Sánchez, K. (2006, julio-diciembre). El Ingreso de la mujer chilena
a la universidad y los cambios en la costumbre por medio de la Ley 10 Austin, Op. Cit., p. 62.
1872-1877. Historia, 2(39), pp. 497-529.
6 Gómez, P. (2015, diciembre). Educación secundaria segregada por 12 Para la educación primaria, hacia 1970, casi toda la población
sexo: Lo que se esconde detrás de la “tradición”. Última Década, (43), correspondiente a la edad estaba escolarizada, y en la educación
Proyecto Juventudes, p.114. secundaria cursaban un 30,4% de hombres y un 35,3% de mujeres
entre 15 y 19 años. En Rojas, C. (1994). Poder, mujeres y cambio
7 ibid., p. 116. en Chile (1964-1973): un capítulo de nuestra historia. Tesis para
optar al grado de Maestría en Historia, Universidad Autónoma
Metropolitana (UAM-Iztapalapa), División de Ciencias Sociales
8 Austin, R. (2004). Elites, pobladores y educación superior en Chile, y Humanidades, Departamento de Historia, México D.F. p. 21.
1842-1952. en Intelectuales y Educación Superior en Chile: de la
Independencia a la Democracia Transicional, 1810 – 2001. Santiago:
Ediciones Chile América – CESOC, p.66. 13 Rojas, Op. Cit., p. 22.
106
15 De La Cruz, P. (2016). La educación formal en Chile desde 1973 19 Mineduc. (2016). Análisis de brechas de género en la educación
a 1990: un instrumento para el proyecto de Nación. En Encuentro superior chilena. Datos 2015, Santiago de Chile, p. 11.
de Latinoamericanistas Españoles (12. 2006. Santander): Viejas y
nuevas alianzas entre América Latina y España, p. 10. 20 Ver, por ejemplo, Federici, S. (2013). Revolución en punto cero:
Trabajo doméstico, reproducción y luchas feministas. Madrid:
Traficantes de sueños.
16 Riquelme, G. (2000). El Banco mundial mujeres y educación:
107
curriculum marcadamente sexista funda- las mujeres optan por salud, educación y
do en ideas como que “No formar sino a carreras como profesora de alimentación y
uno de los sexos, o formar a ambos con educación para el hogar33. Con la masifica-
prescindencia de la armonía de sus futuros ción de la educación superior, la tendencia
roles, equivale a divorciarlos moralmen- por las carreras feminizadas se mantiene.
te”30, incentiva la diferenciación de roles, El 2016 la participación de las mujeres
logrando equilibrar el desarrollo de la razón en el sistema universitario en carreras de
asociada a lo masculino, con la afectividad educación alcanza el 72% (principalmen-
propia de lo femenino para una efectiva te en Educación Parvularia, Diferencial y
división sexual y jerarquizada del trabajo. Básica) y en salud a un 69% (en carreras
que no son medicina, como Obstetricia con
El aumento de la matrícula femenina en el 93%yNutrición con un 88%). A su vez,
los establecimientos públicos primarios en el sector técnico profesional, la partici-
y secundarios, parece romper con la pación femenina en educación alcanza el
desigualdad, pero no será hasta el reco- 84%, mientras en salud el 81%34. En ambos
nocimiento de la ciudadanía con el dere- casos contrasta con el área de Tecnolo-
cho a voto que ésta tendrá mayor peso gía, donde no superan el 20% y 24% de
emancipador. Las reformas educativas participación, respectivamente. Bien lo han
de 1965 promueven la creación de liceos sabido leer los estrategas del mercado a
mixtos con un discurso coeducacional. Sin través de la expansión de la educación
embargo, hasta la fecha y en menor grado, masivo-lucrativa.
se mantiene la división en cuanto a los
establecimientos emblemáticos tradicio- Hacia una educación pública femi-
nales y a la educación de escuelas católi- nista, laica, no sexista y democrática
cas31. Desde luego que la presente división
responde principalmente a la tradición, La educación ha sido un espacio propicio
por existir un currículum común (sin aún para la reproducción de la normatividad
considerar la idea del currículum oculto femenina, como, a su vez, para poten-
de género), pero toda vez que perpetúa ciar el libre pensamiento, la organización
la división, promueve, al menos implícita- de mujeres y su inclusión en el espacio
mente, roles diferenciados. público, asumiendo su sentido más libe-
rador. El mejor ejemplo es el Movimiento
Si bien en las universidades dicha división Pro-Emancipación de las Mujeres de Chile
no opera, en la práctica toma otras expre- (MEMCH), una de las primeras organiza-
siones, pues la producción convencional ciones feministas que, fundado en 1935,
del conocimiento, tanto como el vínculo reunió a diversos colectivos de mujeres de
entre saber y poder están asociadas al distintos sectores sociales y liderado por
hombre. ¿Qué van a estudiar las mujeres? las intelectuales universitarias de la época.
Desde sus inicios32 y avanzado el siglo XX, Si bien se diluyó después de la obten-
ción del voto en 1949, su legado permite
30 Prats de Sarratea, T. (1905). Proyecto de reorganización de
los liceos de niñas de la república. Santiago: Imprenta I Enc. vindicar la educación como un elemento
Universitaria, p. 6 sustancial en la toma de conciencia de las
31 De acuerdo con cifras del Ministerio de Educación (Mineduc), en mujeres35.
Chile, el 3,8% de los colegios son sólo para hombres o para mujeres. html#presentacion
Al 2015, del total de colegios, el 96,3% (11.555) son mixtos, mientras
que los exclusivamente femeninos el 1,8% (209) y los de hombres, 33 Artículos de los ejemplares de la revista Eva de 1948 en Ibid.
el 2,2% (262).
34 Datos SIES 2016.
32 Mujeres y profesiones universitarias (1900-1950). Memoria
Chilena: Portal http://www.memoriachilena.cl/602/w3- article-755. 35 Ver MEMCH. (1983). Antología para una historia del movimiento
110
Sin embargo, hay pilares del patriarca- Si bien muchas barreras se han superado
do estructurantes y muy profundamen- en la educación de las mujeres, se siguen
te afianzados en nuestra cultura, que se transmitiendo valores androcéntricos de
esconden e invisibilizan frente a la suerte la sociedad patriarcal mediante las normas
de igualdad de oportunidades en el acce- disciplinarias, los uniformes diferenciados
so, lógica fervientemente promovida por para mujeres y hombres, o en las prácticas
las fuerzas concertacionistas. Como lo de deportes, por ejemplo37. También el
afirma Silvia Federici, “la jerarquía hace llamado ‘currículum oculto’ en las escue-
que las diferencias se vuelvan una fuente las. Basta analizar los textos escolares, en
de discriminación, de devaluación y de donde los personajes masculinos predomi-
subordinación”36, es decir, abogar por la nan, mientras las pocas mujeres que apare-
superación de toda diferencia a priori no cen están asociadas al servicio dentro
se enfrenta decididamente a develar lo que de los espacios privados38. También los
posibilita que dicha diferencia habilite la énfasis que las y los profesores fomenten
subordinación femenina. según su experiencia y formación, que
mayormente no asumen conscientemente
¿Cómo avanzar para que escuelas y
la reproducción de los roles de género.
universidades eduquen reinterpretando
y democratizando en códigos feministas
En todas estas tareas, en especial aquellas
las promesas incumplidas de la moderni-
que nos exigen imaginar nuevas relaciones
dad: igualdad, libertad y fraternidad? El
donde la autonomía de las mujeres no se
sentido público de la educación hay que
reduzca a la del hombre capitalista, se debe
transformarlo, los vestigios republicanos
tomar el consejo de Simone de Beauvoir:
del hombre como ciudadano virtuoso se
“… guardémonos de que nuestra falta de
mantienen en muchas esferas; jerarquías
creatividad despueble el porvenir”39, sólo
entre educadores, en procesos de demo-
así, a través de la educación, como espacio
cratización sin perspectiva de género, en
de creación, podremos seguir superando
las disparidades en la organización de la
barreras.
misma. Mientras sean los hombres quie-
nes en mayor medida ocupen los espa-
cios directivos y de inspección, se seguirá
reproduciendo la figura simbólica del padre
autoritario, con capacidad de liderazgo,
que ordena los espacios. En definitiva, sin
educación pública feminista, la democra-
tización no será para todas y todos.
36 En entrevista: http://lapeste.org/2016/02/silvia-federici-las- 39 Beauvoir, S. D. (1965). El segundo sexo. Buenos Aires: DeBolsillo,
diferencias-no-son-el-problema-el-problema-es-la-jerarquia/ p. 723.
V
VIOLENCIA
113
AUTORAS
Afshin Irani Cereceda ~ Licenciado en Filo-
sofía de la Universidad de Chile, investiga-
dor de la Fundación Nodo XXI.