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I. Preámbulo
El Código de ética profesional de los museos ICOM fue adoptado en forma unánime
por la XV Asamblea General del ICOM reunida en Buenos Aires, Argentina, el 4 de
noviembre de 1986.
Éste proporciona una guía general de ética profesional, cuyo respeto es considerado un
requerimiento mínimo para desempeñarse como miembro de la profesión de museos. En
muchos casos será posible desarrollar y fortalecer el Código para responder a
necesidades particulares, nacionales o especializadas, y el ICOM desea estimular estos
avances. Una copia de los desarrollos aplicados a este Código debe ser enviada a la
Secretaría General del ICOM, Maison de l’Unesco, 1 rue Miollis, 75732 París Cedex
15, Francia.
El presente Código es aceptado como el estatuto de ética profesional al que se refieren
los artículos 2 parágrafo 2, 9 parágrafo 1(d), 14 parágrafo 17(b), 15 parágrafo 7(c), 17
parágrafo 12(e) y 18 parágrafo 7(d) de los Estatutos del ICOM .
1. Definiciones
1.1. Del Consejo Internacional de Museos (ICOM)
El ICOM es definido en el artículo 1, parágrafo 1, de sus Estatutos como «la
organización internacional no-gubernamental de museos y trabajadores profesionales de
museos establecida para el avance de los intereses de la museología y de otras
disciplinas concernientes a la gestión y operaciones de los museos».
Los objetivos del ICOM, tal como se encuentran definidos en el artículo 3, parágrafo 1,
de sus Estatutos, son:
«(a) Estimular y apoyar el establecimiento, desarrollo y gestión profesional de los
museos de todas las clases;
(b) Promover el conocimiento y comprensión de la naturaleza, funciones y misión de
los museos al servicio de la sociedad y de su desarrollo;
(c) Organizar la cooperación y mutua asistencia entre los museos y entre los
trabajadores profesionales de museos en los diferentes países;
(d) Representar, apoyar y promover los intereses de los trabajadores profesionales de
museos de todas las clases;
(e) Incrementar y propagar el conocimiento en museología y otras disciplinas
concernientes a la gestión y operaciones de los museos».
1.2. De un museo
Un museo es definido en el artículo 2, parágrafo 1, de los Estatutos del Consejo
Internacional de Museos, como «una institución permanente, sin fines lucrativos, al
servicio de la sociedad y de su desarrollo, abierta al público, y que efectúa
investigaciones sobre los testimonios materiales del ser humano y de su medio
ambiente, los cuales adquiere, conserva, comunica y exhibe, con propósitos de estudio,
educación y deleite.
(a) La anterior definición de museo puede ser aplicada sin que surja limitación alguna a
partir de la naturaleza del cuerpo directivo, el carácter territorial, la estructura funcional
o la orientación de las colecciones de la institución en referencia.
(b) Además de las instituciones designadas expresamente como "museos", las siguientes
también se califican como museos para los fines de esta definición:
(i) los monumentos y sitios naturales, arqueológicos, etnográficos e históricos con
carácter de museo, que adquieren, conservan y comunican testimonios materiales del ser
humano y de su medio ambiente;
(ii) las instituciones que mantienen y exhiben colecciones de especímenes vivos de
plantas y animales, tales como jardines botánicos y zoológicos, acuarios y vivaria
(viveros)
(iii) los centros científicos y los planetarios;
(iv) los institutos de conservación y las galerías de exhibición mantenidas
permanentemente por bibliotecas y centros de archivo;
(v) las reservas naturales;
(vi) las organizaciones de museos a nivel internacional, nacional, regional o local, así
como los ministerios y los departamentos o entidades públicas responsables de los
museos, de acuerdo con la definición dada en este artículo;
(vii) las instituciones u organizaciones sin fines lucrativos que desarrollan programas de
investigación, educación, entrenamiento, documentación y otras actividades relativas a
los museos y la museología;
(viii) otras instituciones tales que el Consejo Ejecutivo, después de revisar las
recomendaciones del Comité Asesor, considere que contienen algunas o todas las
características de un museo, o que apoyan la labor de museos y trabajadores
profesionales de museos a través de la investigación museológica, la educación o la
capacitación».
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II. Ética institucional
2.3. Financiación
El cuerpo directivo tiene las responsabilidades fundamentales para con el museo en
cuanto a la financiación de la entidad, así como sobre la protección y sostenimiento de
sus distintos bienes: las colecciones y la documentación relacionada, las instalaciones,
servicios y equipamiento, los fondos financieros y el personal. El cuerpo directivo está
obligado a desarrollar y definir los propósitos y las respectivas políticas de la institución
y, así mismo, debe asegurar que todas las posesiones del museo sean utilizadas con
acierto y eficacia para los fines del propio museo. Debe existir la disponibilidad de
fondos suficientes dentro de unos patrones estables, provenientes de recursos públicos o
privados, para hacer posible al cuerpo directivo llevar a cabo el trabajo del museo y
proyectar su desarrollo. Los procedimientos contables apropiados deben adoptarse y
mantenerse, en concordancia con las leyes nacionales pertinentes y con las normas
profesionales de contabilidad.
2.4. Instalaciones
El cuerpo directivo tiene especialmente la gran obligación de proporcionar el lugar
adecuado para alojar las colecciones, el cual deberá ofrecer el entorno más conveniente
para su preservación y seguridad física Las instalaciones deben adecuarse a las
características particulares del museo con el fin de permitirle cumplir, de acuerdo con la
políticas establecidas, sus funciones básicas de coleccionar, investigar, preservar en
depósito [colecciones en reserva], conservar, educar y exhibir —incluyendo la
acomodación del personal— y estas instalaciones deben cumplir con la respectiva
legislación nacional en relación con la seguridad del público y de los trabajadores. Debe
suministrarse un apropiado reglamento de protección contra riesgos, tales como robo,
fuego, inundación, vandalismo y deterioro, el cual debe ser aplicado durante todo el
año, día y noche. En todo cuanto esté al alcance del museo, debe darse solución a las
necesidades especiales de las personas minusválidas, tanto en la planeación como en el
manejo de las instalaciones y servicios .
2.5. Personal
El cuerpo directivo tiene la obligación especial de asegurar que el museo cuente con el
personal suficiente, tanto en número como en categorías, para garantizar al museo la
capacidad de cumplir con sus responsabilidades. La cantidad de personal, así como su
naturaleza (sea remunerado o voluntario, permanente o temporal), dependerán de las
dimensiones del museo, sus colecciones y sus responsabilidades. Como quiera que sea,
deben ejecutarse las disposiciones necesarias para que el museo pueda cumplir sus
obligaciones en relación con el cuidado de las colecciones, los servicios y el acceso
públicos, la investigación y la seguridad.
El cuerpo directivo tiene en particular importantes obligaciones relacionadas con el
nombramiento del Director del museo y, si en algún momento existe la posibilidad de la
terminación de empleo del Director, el cuerpo directivo debe asegurar que cualquier
acción sea tomada únicamente de acuerdo con los procedimientos apropiados —bajo las
normas legales u otras disposiciones constitucionales y con las políticas del museo— y
garantizar que cualquiera de estos cambios de personal se realice de una manera
profesional y ética, de acuerdo con todo aquello que se juzgue conveniente para servir a
los mejores intereses del museo, antes que a cualquier factor externo o prejuicio
personal. También debe asegurar que los mismos principios se apliquen a cualquier
nombramiento, promoción, destitución o descenso de categoría del personal del museo,
que sea ejecutado por el director o por cualquier otro miembro superior del personal con
responsabilidades laborales.
El cuerpo directivo debe reconocer la naturaleza diversa de la profesión de museos y el
amplio rango de especializaciones que ésta comprende en la actualidad, incluyendo
conservadores/restauradores, científicos [entre ellos los curadores], personal del servicio
educativo en los museos, [museólogos, museógrafos,] registradores de las colecciones y
especialistas en informática, controladores del servicio de seguridad, etc. Al mismo
tiempo, el cuerpo directivo debe garantizar que el museo aproveche la labor de tales
especialistas en forma adecuada, donde sean requeridos, y asegurar que tales miembros
del personal especializado sean reconocidos como miembros plenos del personal
profesional del museo en todos los aspectos.
Los miembros de la profesión de museos requieren una adecuada formación académica,
técnica y profesional con el fin de cumplir sus importantes funciones, relacionadas con
la operación del museo y el cuidado del patrimonio. Por tal razón, el cuerpo directivo
debe reconocer la necesidad y el valor de contar con personal calificado y capacitado
debidamente y ofrecer oportunidades adecuadas para desarrollar su formación superior
y su actualización, con el propósito de mantener unos recursos humanos competentes y
eficaces.
El cuerpo directivo nunca debe instar a un miembro del personal del museo a actuar de
una manera que podría razonablemente ser juzgada en conflicto con las premisas de este
Código de Ética o de cualquier ley o código de ética profesional nacional.
El Director, u otro jefe profesional oficial del museo, debe ser directamente responsable
ante el cuerpo directivo sobre el cual recae la administración de las colecciones y, para
tal efecto, debe dársele la disponibilidad de consultar y acceder a éste en forma directa.
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III. Conducta profesional
5. Principios generales
5.1. Obligaciones éticas de los profesionales de museos
Estar empleado por un museo, sostenido con fondos públicos o privados, significa en
cualquier caso tener un cargo público que implica una gran responsabilidad. En todas
sus actividades, los empleados del museo deben actuar con integridad según los más
rigurosos principios éticos y de acuerdo con los más altos parámetros de objetividad.
Un elemento esencial que caracteriza la pertenencia a cualquier profesión, es la
implicación simultánea de derechos y obligaciones. Aunque el comportamiento de un
profesional, en cualquier área, está comúnmente regulado por las normas básicas de
conducta moral que gobiernan las relaciones humanas, cada ocupación involucra
normas generales, así como deberes, responsabilidades y oportunidades particulares
que, periódicamente, crean la necesidad de establecer un estatuto de principios
orientadores. El profesional de museos debe comprender dos principios rectores: el
primero, que los museos son el objeto de un cargo público cuyo valor para la
comunidad se manifiesta en directa proporción a la calidad del servicio suministrado; y,
en segundo lugar, que la capacidad intelectual y el conocimiento profesional no son, en
sí mismos, suficientes, puesto que ante todo deben estar inspirados en altos patrones de
conducta ética.
El Director y los demás miembros profesionales del personal deben su principal lealtad
profesional y académica a su museo y deben actuar, en todo momento, de acuerdo con
las políticas aprobadas por el museo. El Director y cualquier otro funcionario principal
del museo, deben estar enterados de —y hacer notar al cuerpo directivo del museo
siempre que sea apropiado— los términos del Código de Ética Profesional de los
Museos ICOM y los de cualquier otra clase de códigos o estatutos de política sobre ética
de los museos, a nivel nacional o regional, que consideren relevantes y, de igual manera,
deben instar al cuerpo directivo a obrar de acuerdo con éstos. Todos los profesionales de
museos deben también obrar completamente de acuerdo con el Código ICOM y con
todo tipo de códigos o de estatutos sobre ética del museo y, en especial, considerar
detenidamente estas normas siempre que ejerzan las funciones del cuerpo directivo bajo
poderes delegados.
6.5. Decisión para dar de baja y disponer libremente de piezas de las colecciones
Un museo no debe disponer libremente de ninguna pieza de sus colecciones, excepto en
concordancia con los principios éticos sintetizados en la sección de Ética Institucional
de este Código (parágrafos 4.1 a 4.4 anteriores) y de acuerdo con las reglas específicas y
los procedimientos aplicados en el museo en cuestión.
7.3. Confidencialidad
Los profesionales de museos deben proteger toda información confidencial relativa a la
procedencia de los materiales de posesión del museo o prestados a éste, así como la
información concerniente a los dispositivos de seguridad del museo o a las condiciones
de seguridad de colecciones privadas o de cualquier otro de los lugares visitados en
desarrollo de gestiones oficiales. La confidencialidad también debe ser respetada en
relación con cualquier objeto llevado al museo para su identificación y, sin la
autorización específica del propietario, tal información sobre un objeto no debe ser
proporcionada a otro museo, a un comerciante o a cualquier otra persona (con sujeción a
toda obligación legal de asistir a la policía, u a otra autoridad competente, en la
investigación de una propiedad posiblemente robada o ilícitamente adquirida o
transferida).
Existe la especial responsabilidad de respetar las confidencias personales contenidas en
una historia oral o en otro material personal. Los investigadores que utilizan
dispositivos de registro tales como cámaras o grabadoras de sonido, o la técnica de
entrevista oral, deben tener especial cuidado en proteger sus datos y, de igual manera,
las personas que han sido investigadas, fotografiadas o entrevistadas deben tener el
derecho de permanecer anónimas si así lo desean. En especial, este derecho debe
respetarse en absoluto donde haya sido pactado específicamente. Cuando no exista un
claro entendimiento de lo contrario, la principal responsabilidad del investigador es
asegurar que ninguna información sea revelada de tal modo que pueda causar perjuicio
al informante o a su comunidad. Las personas sujeto de estudio deben entender las
capacidades de las cámaras, grabadoras de sonido y otras máquinas utilizadas y deben
estar en libertad de aceptar o rechazar su uso.