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De acuerdo con la redefinición de semiótica que propone Julia Kristeva (1966-1968: 35) al pensar
la Semiótica como ciencia crítica y/o crítica de la ciencia, esta investigación tiene como
fundamentación teórico-metodológica la revisión de las prácticas de la Semiótica en tanto discurso
científico. Bajo el supuesto de que todos los discursos están atravesados por lo ideológico (Verón,
2004: 44), y que las teorías producen efectos de cientificidad borrando (o dejando entrever) las
huellas de sus efectos ideológicos, nos proponemos abordar esta dimensión como transversalidad
dentro de la cartografía de los marcos teóricos propuestos por la cátedra de Semiótica General,
UNL.
La selección del corpus de análisis reside tanto en la identificación por áreas geográficas como por
tradiciones y tendencias principales. Este criterio nos permite abordar las teorías de Ferdinand de
Saussure, Charles S. Peirce y Eliseo Verón en el área angloamericana; Mijaíl Bajtín, Julia Kristeva,
Iuri Lotman en el área eslava; y por otro lado, Roland Barthes, Algirdas Greimas y Umberto Eco en
el área europeo-continental.
Nuestra hipótesis inicial consiste en que estas áreas o gramáticas de producción (en términos de
Eliseo Verón) piensan la ideología como forma, más allá de las diferencias que encontramos en las
representaciones sobre el concepto ideología (como signo, mensaje, sistema de ideas, sustancia
del contenido, frontera o código). De esta hipótesis se desprenden nuevos problemas que nos
invitan a pensar en las marcas que operan en el reconocimiento de toda producción de teorías, y
en cómo estas formas que adquiere lo ideológico en tanto efecto posibilitan (y a la vez limitan) sus
condiciones de producción. En este sentido abordaremos el problema de la pertenencia ideológica
del código (Verón, 2005) y la dimensión comunicativa de la Ideología (en tanto residuo
extrasemiótico) en la teoría de Umberto Eco.
Nuestro abordaje del concepto ideología en las teorías semióticas supone un proceso doble: por un
lado, desambiguar las representaciones del término ideología en los marcos teóricos (entendiendo
que dicha conceptualización no es necesariamente una categoría central en ninguno de ellos), y
por otro lado, rever las prácticas científicas de dichas teorías para desentramar las relaciones entre
discurso y condiciones de producción. El objetivo de este trayecto es pensar la distinción entre
ideología/lo ideológico que propone Eliseo Verón no como una dicotomía, sino como proceso
donde entrever las distintas formas de lo ideológico que se perfilan en el análisis de las
materialidades significantes: los procesos de ideologización (y desideologización) que operan en
las teorías científicas (Mancuso, 2010).
En esta segunda edición de la Guía, ya desplegados los fundamentos y objetivos que conforman
nuestra investigación, nos proponemos avanzar en el orden de la segundidad (los discursos y
prácticas de la teoría) en pos de formular nuevas preguntas sobre metodologías de análisis y
potencialidades críticas.
Índice
1. Introducción
2. Ideologizar la ciencia: Charles Sanders Peirce y Eliseo Verón
3. La ideología como mito: Roland Barthes
4. La ideología como signo: Julia Kristeva, Mijaíl Bajtín, Iuri Lotman
5. La estrategia de lo ideológico: Umberto Eco
6. La ideología como sustancia
1. Introducción
Malentendidos
El concepto de ideología posee una larga tradición y una genealogía propia, que se inaugura con la
tradición marxista (como “falsa conciencia”). Distintas teorías, principalmente bajo la perspectiva
sociológica, indagaron en la noción de ideología como “sistema de ideas” o cuerpo de
representaciones. Con el tiempo fue cargándose de una multiplicidad de sentidos: mientras que
algunas teorías se distanciaban de la definición tradicional de ideología, otros postularon “el fin de
las ideologías” (esta operación no es ingenua en ningún aspecto).
En primera instancia, me parece importante aclarar que cuando hablamos de ideología no estamos
refiriéndonos a los intereses particulares de una clase, grupo social determinado, convicciones y
creencias aparentemente “personales”, ni se corresponde con una visión de mundo o lo que
llamaríamos “conciencia de clase”. Creemos que cuando hablamos de ideología estamos
pensando en lo mismo. Parece muy obvia la aclaración de este supuesto, hasta que salimos de
nuestra zona de confort o escuchamos el debate por la despenalización del aborto. Nos
distanciamos de las concepciones evaluativas, expresivas y contenidistas de la ideología: no es lo
mismo decir Educación sexual integral que “Ideología de género”, decir que la Iglesia tiene que
separarse del estado, que la educación de la “ideología”. El término empezó a tener cierta carga
peyorativa hasta caer en la banalización, y por eso sostengo que es necesario volver sobre la
distinción entre ideología(s)/lo ideológico de Eliseo Verón.
Fundamentos teórico-metodológicos
A los fines de esta investigación, nuestro propósito no es hacer genealogía del concepto sino
formular la pregunta por lo ideológico en las teorías semióticas. Es por esta razón que nuestro
abordaje de la ideología implica un proceso doble: por un lado, desambiguar el concepto de
ideología de cada teoría (entendiendo que dicha conceptualización no es necesariamente una
categoría central en ninguno de ellos), y por otro lado, rever las prácticas científicas de dichas
teorías para desentramar las relaciones entre discurso y condiciones de producción. Es por eso
que el macro marco teórico es el de la Teoría de la Discursividad de Eliseo Verón, lo que
llamaríamos como “análisis ideológico”.
En todo enunciado hay siempre una explicitación de una hipótesis (una elección) arbitraria hasta
cierto punto y este proceso (en el que se elige el nivel de resolución, se enuncia una hipótesis de
lectura y se actúa en consecuencia) […] es lo que el positivismo oculta en nombre de la
objetividad. (2010: 46)
Esta denuncia contra las prácticas científicas de su tiempo no es muy distante de lo que Eliseo
Verón, sobre la base del modelo de Peirce, consigue al desarticular la dicotomía ideología/ciencia.
Eliseo Verón retoma el viejo debate sobre ciencia e ideología en La semiosis social (1987)
teniendo en cuenta sus efectos discursivos. Separar el producto de su sistema productivo es
ignorar lo ideológico como proceso, en tanto dimensión presente en toda materialidad significante.
Tal vez lo más innovador de la noción de ideología que plantea Eliseo Verón es su función
ordenadora: cómo ésta sistematiza u ordena la percepción de los actores sociales. La ideología no
es un conjunto de representaciones ni de imágenes sino que es un producto, no unívoco y plural,
que a su vez se diferencia de la noción de poder.
Para Barthes, tanto en Mitologías como en Semiología (1964), la ideología es unívoca y dominante
(“la ideología burguesa”). Esta postura no se aleja de la perspectiva marxista (el marxismo es la
gramática de producción de Barthes). La ideología es “la idea cuando domina”, es decir que no
existe algo como “ideología dominada” (no hay resistencia al poder). Esta perspectiva se manifiesta
en las operaciones del mito: la motivación, ya que hay un grupo de decisión que construye el mito;
la naturalización, la ultrasignificación y la despolitización.
Para este autor, la ideología desnombra: transforma la Historia en Naturaleza. Es una seudofisis
(pseudo-naturaleza) que obtura la relación entre el objeto y el saber, entre el sujeto y lo real. El
mito no oculta, sino que deforma.
Bajtín entiende al sujeto en relación con otros, cuyas relaciones discursivas se entablan
socialmente. La identidad (palabra propia) no es meramente individual sino que se define a través
de la palabra ajena. La intersubjetividad propone al individuo como fenómeno socioideológico, cuya
conciencia individual está atravesada por signos cargados de valoración. La idea de signo
ideológico (Voloshinov) como signo en la conciencia posee una carga axiológica que presenta
interacciones históricas y sociales, esferas de acción definidas y motivaciones de clase, edad,
sexo, etc. Estas propiedades hacen que un discurso tenga sentido. Estos valores en confrontación
(enunciados), junto con las visiones del mundo cristalizadas hacen de la constitución plural del
lenguaje (dialogismo) un campo de luchas.
El Ideologema
El signo ideológico de Voloshinov, los conceptos de dialogismo y polifonía de Mijaíl Bajtín, la
axiomatización y la instrumentalización de otros modelos para el análisis de la significación, son
textos que responden a una misma gramática de producción.
Los textos tienen sentido en una trama cultural intertextual en común, y estas funciones que
operan en el seno de la cultura reciben el nombre de ideologema.
Iuri Lotman
Si bien en la propuesta de Iuri Lotman no encontramos una teorización sobre la ideología, ya que
su producción de conocimiento se vio condicionada por la persecución del régimen stalinista, esta
ausencia es significante. En este caso, en las condiciones de producción de este sistema
discursivo, se vio restringida la posibilidad de formular una hipótesis al respecto. De acuerdo con
las filiaciones de Lotman sobre el signo ideológico de Voloshinov y la responsabilidad enunciativa
que propone Bajtín, así es como podemos rastrear la noción de ideología en su teoría.
5. La estrategia de lo ideológico
Umberto Eco entiende a la ideología como una <<visión de mundo>> que se manifiesta en tanto
sistema semántico. En este sentido, el destinatario del mensaje recibe las ideologías (que no
siempre se manifiestan directamente, sino que hay toda una retórica que configura ese mensaje) a
partir de los códigos de la cultura del mismo.
Hjelmslev piensa que la ideología concierne a la sustancia del contenido. En el signo de Hjelmslev
tenemos, por un lado: expresión y contenido; ambos se componen de sustancia y forma.
Conclusión
Es así como la ideología queda dentro del horizonte de análisis: de ser una “tierra desconocida”,
mitificada, y fuera de nuestra percepción de lo real, a ser el producto de un proceso (lo ideológico)
una dimensión que atraviesa todos los discursos. No es un camino lineal sino que otros textos de
las gramáticas de producción de esos marcos teóricos tuvieron sus efectos en lo que reconocemos
como ideología.
[Desnaturalizar lo aceptado es el camino que Roland Barthes y Julia Kristeva abrieron cuando se
referían a la Semiótica como ciencia crítica. Convertirnos en observadores de segundo grado, en
términos de Eliseo Verón, y volver sobre nosotros mismos es producción de conocimiento.]
Derivaciones:
Seguir avanzando en las relaciones entre ideología y hegemonía según Ernesto Laclau.
Postular no “formas ideológicas” como las llamaba Marx, sino “formas de lo ideológico”,
efectos que asuman lo ideológico como hecho discursivo.
Seguir indagando en los efectos de cientificidad de las teorías semióticas y sus
restricciones de sentido.