Cuando realizo mi práctica pedagógica, principalmente recurro a los saberes de mis
estudiantes porque son personas que traen un cúmulo de saberes de sus experiencias vividas, experiencias aprendidas y experiencias compartidas en sus comunidades. Estos saberes previos están sustentados en teorías del aprendizaje como las de Piaget y Vygotsky quienes explicaron ampliamente sobre los procesos de adquisición de conocimientos de las personas. Otro momento importante lo constituye el uso de recursos materiales y recursos tecnológicos existentes sobre los cuales no existe resultados óptimos porque los estudiantes tienen poco acceso a la tecnología y la dotación de materiales en la institución de formación inicial docente aún es insuficiente. Pero, el hecho de entregar material adicional para complementar el estudio de los temas tratados en aula mejora los aprendizajes de los estudiantes. El uso de metodologías activas hace que las clases sean dinámicas y participativas, de mucha reflexión y respeto por lo diverso; la lengua materna de los estudiantes favorece su aprendizaje y la revalorización de sus costumbres y cultura. Los estudiantes no sienten vergüenza de cómo visten, cómo participan en sus danzas, cuando elaboran sus platos típicos, etc. Cuando realizo la evaluación de sus aprendizajes, procuro en lo posible considerar los ritmos diversos de aprendizaje y la autoevaluación y coevaluación como una forma de reflexión acción para la mejora de sus aprendizajes. También es importante señalar que la utilización de los proyectos integrando áreas y sub áreas ha permitido la participación reflexiva de los estudiantes y el cumplimiento de sus roles y funciones como estudiantes de formación inicial docente.