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*Artículo de Opinión

Un Poco de Aquella Época


Bajo el gobierno de Violeta Barrios viuda de Chamarro, se da el desarme de la Resistencia
Nicaragüense (RN por si siglas), se da la reinserción estable de los combatientes a la vida
civil aunque su consecución represento graves problemas. Sin embargo las políticas
neoliberales enfocadas a la política exterior y desarrollo meramente industrial del país,
dejaron sin mucha relevancia a los excombatientes que en ese momento necesitaban una
forma para subsistir honrada y justamente sin tener que recaer en su antigua profesión (caso
que se dio con la invasión de fincas privadas, cooperativas sandinistas…), sumado a esto se
produjo una recontra revolución ocasionada por las deficientes políticas del gobierno de la
susodicha; 4000 hombres en el norte y centro del país se levantaron en armas exigiendo la
entrega inmediata de títulos agrarios y recursos productivos.
Uno de los aspectos más relevantes acerca de las políticas neoliberales fue el aumento de la
pobreza en Nicaragua, casi un 80% de la población vivían bajo el umbral de esta, esto
equivalía a 4,2 millones de nicaragüenses. Según el CEPAL, los recursos por habitante
dedicados a la salud, la educación, vivienda y protección social habían disminuido desde
los 90 hasta el 2006. Esto muestra la incapacidad de los gobiernos neoliberales en este
periodo de la historia de Nicaragua, en el desarrollo y fomentación del crecimiento en lo
que respecta al sector social del país, prácticamente estaban devastando y dejando sin el
motor esencial de todo país, ya que un país sin habitantes no es un país y mucho menos una
nación.
Lo más triste que en esta crisis se vio fue la marginación de la niñez y la adolescencia de
aquel entonces, ya que es en ellos que no tienen la capacidad de valerse por sí mismos,
donde más repercuten la crisis económica. Era usual poder ver a una gran cantidad de niños
sufriendo en estado de extrema pobreza viviendo en las calles, ancianos mendingando,
familias comiendo de la basura o profesionales manejando taxis.
Dejando esto de lado se sabe que las escuelas primarias ni siquiera tenían acceso a
electricidad, ya que en este periodo el gasto por estudiante era completamente
insignificante y no era capaz de llenar las expectativas necesarias, eran 83 dólares en el
2000 y luego se redujo hasta 73 dólares en el 2005. Además de que el 73 % de las escuelas
ni siquiera reunían los requisitos más elementales para poder funcionar como centros de
enseñanza y los salarios de los maestros no alcanzaban ni para poder acceder a la canasta
básica.
Por otro lado la tasa de analfabetismo en la población adulta aumento a un 33% en relación
al anterior gobierno, de las cuales más del 50% son de seco femenino, es decir casi 1 millón
de personas de más de adultos carecen de las habilidades básicas de escritura y lectura.
Además conocemos que el analfabetismo está unido a la extrema pobreza, ya que la tasa de
alfabetización guarda muy estrecha relación con los niveles de ingreso, ya que entre más
profesionales existan mejores serán las oportunidades de empleo y más crecimiento
mostramos como país, cosa que no se cumplió durante estos gobiernos.
Durante el periodo de gobierno del doctor Arnoldo Alemán ocurrieron varias quiebras de
bancos privados que costaron al pueblo a nicaragüense 7000 millones de córdobas, es decir
un monto equivalente a 5 veces el presupuesto de educación del país y a 25 veces el
presupuesto del estado para la compra de medicina. Esto se traduce que habría menos
desarrollos de proyectos en pro del bienestar de la sociedad nicaragüense, esto se miró
remarcado en la baja de la calidad tanto de la educación y salud del país, ya que no se
contaba con los suficientes fondos para poder hacer que tuvieran la calidad necesaria.
Los recursos como lo son el agua y la luz no estaban a disponibilidad de toda la sociedad
nicaragüense, era común tener apagones de hasta 12 horas, esto producto del razonamiento
de la energía a causa de la insuficiencia de esta para satisfacer la demanda entera del país.
Esto ocasiono la quiebra de varios negocios que dependían de energía eléctrica para su
funcionamiento y esto se traduce en grandes pérdidas monetarias para el país.
A causa de esto se observa una gran desigualdad social en la nación, solo los allegados a la
cúpula del poder gozaban beneficios económicos que el resto de la población no tenía
acceso, la situación de las calles era cada vez marginal; niños, hombres y mujeres
mendigaban para poder subsistir. Era común ver a profesionales como taxistas y en otros
trabajos informales para los cuales ellos no estudiaron. Esto causó un gran descontento
general en la población en general, cada día más las brechas de las clases iba aumentando y
la población iba suscitando cada vez más a un cambio, los gobiernos neoliberales quedaron
claramente desacreditados por sus políticas explotadoras y desinteresadas en la sociedad.
Si bien el agua es un derecho, no un negocio; estas no eran las directrices que planeaban
seguir los gobiernos neoliberales a como se vio con el discurso de Antonio Lacayo, el 4 de
marzo de 1991; no es posible que un gobierno éste pensando en la privatización de la
producción de los recursos esenciales cuando en el país se vive una crisis de extrema
pobreza donde los habitantes no cuentan con el sustento necesario, si se hubiese privatizado
el agua se hubiesen creado muchas crisis tanto a nivel social como a nivel demográfico en
el país por la alta tasa de mortalidad que se hubiese derivado de esta privatización.
El crecimiento económico no implica necesariamente bienestar social, ya que en aquella
época cuatro de cinco personas vivían con menos de dos dólares al día, lo que les lleva a
restringir su alimentación, gastos en educación y salud. Para reducir la pobreza es necesario
mejorar la calidad de la educación y ampliar las oportunidades para llegar a los niveles
secundarios y terciarios, estimular la inversión en infraestructura, extender el acceso a los
servicios crediticios y financieros a los pequeños y medianos productores, preservar la
estabilidad macroeconómica y ejecutar políticas sociales efectivas.
A pesar de los intentos por “obtener” desarrollo e igualdad social de aquella época, esto no
se alcanzó debido al lento desenvolvimiento de sus políticas enfocadas a lo social,
generalmente se puede apreciar que los intereses de las cúpulas de poder eran diferentes a
los intereses de la población en general. Los políticos de esta épocas atribuían los
malestares económicos que se vivían al proceso de “crecimiento” que se estaba
desenvolviendo en el país, una excusa de carácter patética ya que el crecimiento económico
y social de un país no trae consigo malestares sociales (o por lo menos no tan marcados
como en aquella época).
Las tasas de interés que cobraban los bancos en Nicaragua, por el financiamiento al
consumo mediante tarjetas de crédito son en promedio cinco veces más caro que el que
ofrecen estas instituciones en los países desarrollados, esto representa un frenazo para el
desarrollo económico del pequeño empresario por motivo que tiene que pagar altas tasas de
intereses de préstamos hechos con el fin de mejorar su negocio, esto deriva que el pobre
empresario trabaje más de lo que le concierne a cualquier empresario en un país con bancos
justos, esto provoca que las ganancias obtenidas por los empresarios sean pocas o casi nulas
y esto desmotiva a cualquier productor.
Son tantas cosas las que se pueden decir acerca de los fallos de los gobiernos neoliberales
en Nicaragua, ya que estos solo obedecían a las directrices de la burguesía de aquel
entonces; el sector social fue ampliamente descuidado y solo unos cuantos podían tener
acceso a las cosas que toda persona, tiene derecho intrínsecamente desde el momento que
viene al mundo, estos derechos están respaldados por tratados internacionales a los que
Nicaragua se encontraba suscrita en aquel entonces pero que sus gobernantes parecían
ignorar. Nepotismo y centralización en los cargos públicos y administrativos de gran
influencia en el estado ayudaron a que se diera la deplorable situación que se dio en
Nicaragua en aquella época, hoy realmente que se vive una época de relativa igualdad entre
las clases se puede observar el claro contraste que hay en relación a esta época y con la de
nosotros, y nos hace apreciar como nicaragüense más a fondo los derechos que tenemos
como nicaragüenses y que nadie nos puede arrebatar, derechos que gozamos desde el
momento que estamos en el vientre de nuestra madre y que nuestros dirigentes deben velar
porque sean protegidos y preservados, evitando las transgresiones de estos.
Bibliografía
-Frances Kinloch. Historia de Nicaragua 3ra edición. Managua: IHNCA-UCA 2008.
-Oscar René Vargas. Nicaragua: el fracaso neoliberal. Publicado por la red SINPERMISO
www.sinpermiso.info, 28 mayo 2006.

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