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-¿De quién?
Luego, lo oí por segunda vez en otra canción, de la banda del subte (escena under) peruano
Bizarro, que interpreta el poema “Osadía”, de Jovaldo.
-De pelos
Luego, mi amigo me pasó un libro recientemente publicado por la Editorial Nueva Crónica
y que fue preparado por Jovaldo en la cárcel de la isla del Frontón cuando se encontraba
prisionero por su hórrido crimen: ser un poeta comunista. El libro se llama “Canto al
Futuro” y reúne la producción lírica del autor desde el año 1974 hasta aquel heroico junio
de 1986.
Sus poemas, desde sus inicios, muestran un compromiso con las clases oprimidas que
plasma en versos consonantes de rica musicalidad como lo es, por ejemplo, el poema
“Memo” dedicado a un niño abandonado que encontró en un camino de la inmensa sierra
peruana:
El canto hacia los pobres, describiendo en sus poemas los pesares diarios; el canto hacia la
humildad de su pueblo, la certeza de un futuro mejor utilizando la herramienta de la lucha
como la única opción predomina en toda la obra de este “humilde e incansable trovador”
como él mismo se hacía llamar. Jovaldo comienza a declamar sus poemas ahí mismo donde
las masas estaban, porque él era uno más de ellos y no a otros debía su canto. Fue en ese
peregrinaje donde el poeta encuentra la ideología que asume como propia, como la bandera
que liberaría al pueblo del Perú de sus opresores y que describe en su poema “Canto de
Amor”:
“A TI JAMÁS TE BUSQUÉ
A MÍ JAMÁS ME BUSCASTE;
EN EL CAMINO ME HALLASTE,
EN EL CAMINO TE HALLÉ.
En Jovaldo toda la poesía se concibe como un arma liberadora. No hay pérdidas de tiempo:
los pobres urgen romper sus cadenas y sólo el arte al servicio del pueblo puede ayudar a
incrementar la consciencia revolucionaria en el seno de los oprimidos. Es por eso que,
consciente de esto, decide dedicar su vida a la militancia comunista e imponer su sello de
clase a su obra lírica, denunciando los falsos profetas, los claudicadores, traidores y a todo
aquel que ponga escombros en el camino de los pueblos hacia su victoria. La primera
canción que había oído (la de Reincidentes) habla precisamente de esto. El poema se llama
“Aclaración a un intelectual apolítico”: